¿Me vendes información?//Priv. Ansem Wais//Pasado

Habían cosas extrañas pasando, años sin recordar su hogar, años que habían logrado esconder su sufrimiento, sus demonios, sus miedos, años que habían endurecido al pequeño niño que había salido de Skypeia con no más que 100 berries en su bolsillo y un pedazo de pan que terminaría durándole 4 días, aquel pequeño niño con rabia y miedo, con un sentimiento de desapego, de vacío que lo había quemado a fuego lento. Muchos años, los suficientes para haber olvidado, pero ahora, justo ahora, mientras miraba a un par de niños peleando por naranjas confitadas, ambos peleaban furiosamente por estas, como si se tratasen del tesoro de la vida, su cabeza lo traslado al orfanato cuando él mismo peleaba por dulces con otros niños, cuando desarrollo su pequeña “volatilidad”, sintió rabia por verse a si mismo pensando en algo sin sentido. Metió las manos al bolsillo, saco una cajetilla que contenía sus cigarros, prendió uno y dio una honda calada, sabía que algún día lo matarían, si no era el gobierno u algún pirata, lo harían los cigarros, pero a cada calada que les daba sentía como su cuerpo volvía al estado de relajo previo, no había necesidad aparente de estar en ese estado de permanente alerta que lo caracterizaba… se supone.

Aquella isla no era un mal lugar para lo que tenía que hacer, y es que el tráfico de información era imprescindible si quieres seguir en el juego, o al menos eso había pensado Illya muchas veces. En su tiempo como miembro de la armada revolucionario había aprendido a seguir los rumores y a comprar información, no datos, pues como sabrá todo aquel que sepa sobre la teoría general de sistemas o de estadística descriptiva, los datos no te permiten tomar decisiones, en cambio la información si, y según le habían dicho, el comerciante de información al que vería era sin lugar a dudas una fuente confiable de ese tipo de cosas. Y el país de las flores resultaba ideal para esto.

Un reino en donde los agentes del gobierno no eran bien recibidos sería ideal, y aunque tampoco es que mirasen con buenos ojos la revolución ¿Quién de allí sabría que él era precisamente un revolucionario? Con su traje formal y su pinta de niño bueno que oculta algo detrás del humo del cigarro, con mirada algo nerviosa y una evidente auto-persecución de seguro pasaba desapercibido en una de las múltiples plazas  del puerto. Ya pronto serían las 12.

Los niños seguían allí, eran odiosos, ya sus meras presencias le parecían odiosas en extremo, y es que le recordaban cosas que ya no quería seguir recordando, cosas que daba por sentado haber dejado atrás. Dio otra calada al cigarro, una profunda esta vez, y dejo que el humo llenara sus pulmones antes de expulsarlo a la atmosfera, lentamente el humo ascendió hasta difundirse completamente en el aire, o si lo quieres pensar de otra manera, en todos los demás gases presentes en la atmosfera, hasta finalmente desaparecer, era chistoso el tema de inhalar algo que terminaba siendo veneno, muy chistoso. Irónico. Por cierto, los niños ¿No sería fácil deshacerse de ellos? Era cosa de liberar algo de gas toxico desde su boca y noquearlos, o sencillamente erradicar su variable de la ecuación despejándolos de esta, sí, eso no sonaba mal, apagar una vida no era tan difícil como encenderla pero probablemente fuera mucho más satisfactorio… No, esa clase de pensamientos no tenían cabida en un teniente de la armada revolucionaria, creo.

Mantener el perfil bajo era algo que realmente le estaba costando hacer, no por deseos de sobresalir, sino, por como el sabia, su propio carácter. Pronto seria la hora de reunión y no sabía cómo era precisamente su informante, tampoco se había detenido a preguntar a su intermediario el cómo era aquel sujeto, nada, en realidad y pensándolo, no había digerido bien la idea, un error… grave, un posible terrible error, pero por suerte para él –aunque aun no lo sabía –no sería impedimento para que dicha reunión se llevase a cabo, ni se acercaba a poder ser uno. Ahora el asunto radicaba en qué clase de información pudiese tener aquel sujeto, la verdad no le interesaban esas típicas informaciones de “están en tal lugar, en tal blue, moverán esclavos aquí u allá, o que planeaban construir algo” no, ese tipo de cosas no tenían valor técnico para él, para la mayoría de los revolucionarios si pero no para él, Illya buscaba algo más… underground.
Apago justo el cigarro en el momento en que alguien empezó a emerger del suelo, sabía que vivía en un mundo extraño, pero a veces lo olvidaba y se dejaba sorprender por cosas así, aunque vamos ¿Quién mierda no se sorprende de alguien emergiendo del suelo?

Por un momento no supo que pensar, por el otro sintió deseos irreprimibles de golpearlo como se golpea a alguien que trata de asustarte a través de una broma pesada o algo así. La persona le saludo confirmando una idea que lentamente había ganado protagonismo inesperado. Era su informante.  –Hola –respondió tranquilamente, aunque probablemente habría dejado entrever su genuina sorpresa –Sí, yo soy tu contacto aquí, o al menos eso creo, a menos que haya otro miembro de la armada en este reino, cosa la cual sinceramente descarto. Así que sí, yo soy tu contacto –pensó un poco antes de responderle ¿Seria un mercenario? ¿No era que ellos solo querían dinero? –Pues eso dependerá de la calidad de tu información –señaló apretándole la mano de vuelta a modo de saludo, la idea era no causarle incomodidad, así como había salido de la nada, de la nada podía marcharse y hacer que el viaje hubiese sido una pérdida de tiempo. Su posterior pregunta le causo cuidado, pero en realidad no sentía que tuviese algo que temer, no… nada.

-Sí, no tengo inconveniente, solo quiero que sepas que si me llegas a dejar encerrado en esa dimensión, no la vuelvas a abrir jamás, solo eso, y lo digo con la mejor de las intenciones.

Su aspecto era raro, o más que raro era tétrico, la capucha y la extraña ¿Mascara? Que utilizaba en el rostro le daba un aspecto aún mas lúgubre, pero era de esperarse pensando en que se suponía que fuese un traficante de información ¿Se dedicaría solamente a eso? Probablemente si, como probablemente no, normalmente la forma de conseguir información es comprándola pero siempre puedes usar la fuerza… ¿Seria acaso un mercenario? ¿Un cazador quizás?

Y ahora allí se hallaban, a punto de realizar una transacción, un intercambio si es que así lo podemos llamar, un trueque, aunque aun no sabía bien que debería pagar a cambio… prosigamos, la gente se sigue moviendo, los niños siguen con aquel jueguito de pelearse.

-Ya veo, no es por nada pero… debes entender que decirle a otra persona “puedes confiar en mí” suele prestarse para duda o sospecha, y es una sospecha lógica, razonable. Me alegra saber cómo me describió tu contacto, a ti te describieron igual… en parte, dicen que eres confiable, que no vendes polvo, que todo es sólido –saco un cigarro –así que vamos, empecemos a caminar.

-¿Qué tipo de información? Bueno, en realidad no ando buscando lo típico… busco susurros, necesito saber lo que van a hacer antes de que lo hagan, si tienes información sobre algún país en donde no están llegando provisiones, quiero saberlo, si a alguna isla les están subiendo los impuestos, quiero saberlo, en mi negocio son los detalles que a nadie interesan los que marcan diferencias significativas –Señalo tranquilo mientras se disponía a encender el cigarro –Por cierto ¿Te molesta si fumo?

Prendió el cigarro con tranquilidad aun si saber su respuesta y dio una honda calada antes de seguir hablando. –Si me imagine que no sería gratis solo que no me imagine que ese sería el precio, para nada. Aunque es lógico lo de tus contactos, expandir tu red, nunca esta demás saber algo de los demás… -Señaló tranquilo, algo reacio pero tranquilo.

–Bueno, soy Illya Kuryakin… un skypean –dijo mostrando las pequeñas alitas que sobresalían de su traje –vengo de Skypeia, y bueno… revelando quizás más de lo que debería –dio otra calada a su cigarro, una profunda que lleno su ser –soy un miembro activo de la armada revolucionaria, soy un teniente.

¿Por qué había decido decírselo? No lo sabía, aunque entendía alguna de las razones, pero ciertamente no lo sabía. –A sí, berries –señaló sacando una bolsa que tendría algunos miles –eso es solo para empezar y obedeciendo a… que espero mantengas esto entre los dos.

De momento aquel sujeto le causaba una buena impresión, dejando de lado su tétrica apariencia parecía ser alguien de fiar ¿No es irónico como aquella gente de mal aspecto, desgarbados, etc. Suelen ser aquellos en los que terminas confiando más? Ahora solo había que esperar a ver la información que soltaba y de qué manera podría servirle, algo le decía que tendría relevancia directa en sus próximos planes de acción.

La información que le estaba entregado sería de mucha utilidad, vamos, más información así y obtendría un ascenso seguro, o al menos lo cambiarían y le darían otras labores más acordes a lo que él esperaba. Sí, esto estaba resultando provechoso. Apago su cigarro contra el taco de su zapato y siguió escuchando interesado. Miró a su alrededor esperando que no hubiese nadie escuchando cosas que no debían ser escuchadas, no, no había nadie de momento, aunque una que otra persona los miraba un poco extraño, como anticipando que algo raro estaba ocurriendo.

-Mmm sí es buena información, bastante detallada, me sorprende la calidad ¿es de fuentes fiables? Lo pregunto  tu experiencia, desde el tiempo que llevas en este trabajo deberás saber sobre quienes son contactos más seguros y quienes no, a tu parecer ¿qué tal son? Me sorprende en que se empeñen en seguir reforzando Ohara y Blue, son islas que ya están suficientemente coartadas, aunque es interesante saber que está empezando a haber descontento, muy interesante, así sabremos donde empezar a empujar, el viento puede estar a nuestro favor –señaló algo entretenido, ya más lúdico en su forma de ser y expresarse, la verdad es que eran buenas noticias, y es que noticias así, relevantes, no se encontraban en todos lados, aquel sujeto era un compilado de información, normalmente para enterarse de tanto habría tenido que hacer un par de viajes a cada Blue, pero él se las ofrecía como un pack. –Sí, definitivamente lo aprovechare, lo de la isla Sandy creo que podría ser investigado, siempre hay vigías, espías dedicados a eso, a buscar a los infiltrados, pero… es bueno saberlo, ahora las intenciones con la isla Sandy… raro, ese es solo un nido de ratas, solo la escoria, como yo, trafica en esos lugares. Aunque por cómo me los describes, es probable que sean de alguna facción del Cipher Pol más que de la marina, agentes del gobierno…

Era mucha la información que aquel sujeto le estaba dando, muchísima y muy valiosa, quizás demasiada para el precio que estaba pidiendo a cambio, era de hecho barato lo que le saldría, o eso pensaba, sin querer decir que pudiese o no ser peligroso que el supiese quien era realmente.

-En fin buen amigo –respondió al tiempo que el mirase lo berries en la bolsa –Sí, espero sinceramente lo mismo, así como tu deseas un contacto, yo deseo lo mismo, podríamos sacar provecho de esto, esta “red” tuya, claro está, siempre pago, y si es necesario pago muy bien, más que muy bien –comentó afable, quería demostrar sincera “amistad” con aquel sujeto. –Sí, de momento sí, aunque estoy en permanente movimiento, en este trabajo el sedentarismo es peligroso, mantén el perfil bajo y muévete harto –contesto sincero.

-¿Cómo yo? Creo que eso me asusta un poco –comentó sonriendo. Había sido mucha información fluyendo desde ambas partes y ahora necesitaba procesarla, debería analizar bien que cosas mandaría a los altos mandos y que cosas no, era de suma importancia pensar bien en lo que haría ahora. –Bueno, de ser así debes tener una red de contactos bastante grande, después de todo… todo suma y suma, y por la cantidad de información que me has entregado… -Se sentía ya más relajado, como dije anteriormente aquella imagen que se había formado, la máscara de aquel sujeto, su lúgubre figura avanzando entre la gente… no era muy normal que digamos, aunque, en este mundo de cosas increíbles ¿Qué tan raro es ver cosas increíbles? ¿Cosas fuera de lo común?

El mundo seguía girando, jamás se detendría, siempre seguiría avanzando, sin importar que pasase o quien estuviese en él, o que hiciesen las personas dentro de él, a nadie le importaba, a nadie le interesaban los males del mundo o si avanzas o te quedas quieto, a nadie le interesa nada, solo que avances, solo que sigas moviéndote, y para moverse se necesita energía, principios básicos bajo los cuales nos movemos todos ¿No? Bueno, si no te mueves mueres, para moverte necesitas saber a dónde vas, y ese es el principio de la información, tener el poder para moverte y saber hacia dónde.

-Ohara y Blue… son temas en realidad complicados, muchísimo, no es fácil poder pensar en que han hecho allí, el miedo, el régimen absoluto, la cohesión de la gente, es sin duda alguna algo… increíble, el trabajo hecho por la marina y el gobierno han sido muy buenos, a pesar de lo malo del asunto, ha sido bueno, bien ejecutado, quien diseño el plan es un genio –comentó Illya mientras seguía caminando junto a aquel sujeto.

-Me alegra saber que tu silencio es oro, bueno, debes saber que aún así pago bien por ese silencio, no es como si te pudiese amenazar y prometerte una golpiza si no te callas, siendo civilizados, siempre existirá el dinero para tratar temas así, una mucha mejor manera de hacerlo, así que sí, entiendo como es que funciona el negocio, y me alegra, de cierta manera, poder ser parte de el –finalizo sonriéndole a su nuevo “contacto”, entendía lo que decía, pero así como el estaba entrando en la red de él, él entraría dentro del alcance de Illya, dentro del mismo alcance de la revolución per sé, puesto que la revolución siempre… siempre cuidaba de los suyos.

-Me alegra escuchar eso, la verdad es que estoy hambriento, y algo de beber y comer serían especialmente gratificantes en estos momentos –señaló al tiempo que empezaba a seguirle hacia donde fuera que lo estuviese conduciendo, daba lo mismo donde fuera, mientras hubiera calefacción, comida, bebida y quizás una que otra bella dama cantando, todo estaría más que muy bien.

En realidad aquel lugar era bastante pintoresco, la ciudad en aquel país, así que la caminata hasta el local fue bastante grata. Su compañero se metió en un local sin emitir palabra alguna, e Illya le siguió. Ya en la barra pidió un vaso de whisky y algo para comer, necesitaba alimentarse. -¿De mi vida? Mi vida parte en la nada y algo me dice que terminará en la nada, en una nada fría y abismalmente grande, carente de todo, quizás más que una “nada” sea un vacío, como el símbolo matemático que expresa la ausencia de algo, sí… bueno, disculpa, me desvié un poco –un sujeto hablaba fuerte y decía muchas groserías, debía evitar fijar su atención en él o terminaría… -veamos, es una historia complicada, el cómo me enrole ¿seguro quieres oírla?