La ira del Moco // Tarea // Narración

“Ahora comienza la verdadera carnicería…”, pensé para mis adentros moviéndome en mi barco de vela hacia la costa de la isla, una playa virgen alejada del puerto, no era divertido si las demás personas me veía venir, tenía que ser cauto y moverme todo lo que pudiera antes de que divisaran mi presencia, la información varias semanas atrás me había sido dada, me movía por las calles como pez dentro del agua y gracias a pude conocer que temas se trataban, actuaba por cuenta propia liberara a un grupo de piratas por las manos opresoras del gobierno y la marina era un buen aliciente para intentar dejar más que claro quien mandaba en aquellas islas, seguramente tendría muchas más posibilidades si me movía solo que si iba acompañado,  no quedaba demasiado para que mi barco quedara cerca de la arena de la playa, arena preciosa y fina, casi sin impurezas acompañaban a un agua cristalina y más que perfecta, el viaje había acontecido tranquilo, los marines pagarían su osadía si es que los piratas hacían bien su trabajo,  no había sido una información fácil de conseguir, tuve que torturar y asesinar a un total de 10 piratas para obtener al menos un hilo que seguir, hasta dar con una persona más “elocuente”, pensaba que merecido totalmente la pena, un lugar donde la sangre empapara el suelo, la lucha encarnizada y la muerte indiscriminada de marines y agentes del gobierno, un total placer al alcance de muy pocos.

El sonido de mis pies golpear contra la arena fue mermado por la cantidad de ruido que parecía haber en la otra parte de la isla, fuego, luchas, quejidos y terror parecían producirse no muy lejos donde yo me encontraba, aunque quizás tuviera una buena caminata todavía para llegar el sitio,  comencé a andar con cuidado, atento a mi entorno y buscando no ser sorprendido, no muy lejos había una especie de bosque o zona arbolada que supuse que interconectaba quizás con el poblado o la zona más civilizada, una especie de retiro fuera del transitado pueblo, quizás las personas que habitaban el sitio pensaran que este sería otro día mas, corriente y vulgar sin ningún tipo de aliciente, las alarmas sonaban y eso hizo esbozar en mis labios una enorme y cruenta sonrisa, era el momento, todo estaba por decidir e intentaría salvar a los hombres que estaban presos, no porque sintiera una mera simpatía por ellos o tuviera interés en sus mediocres vidas sino por lo que representaba ese acto, esa hazaña conllevaba mostrar, una vez más los fallos de la marine y el gobierno, regocijándome en su corrupción, “Es enorme..”, pensé viendo una enorme cuesta que parecía llevar al poblado, si no me equivoca dichas laderas de la caminata eran precipicios, barrancos enormes que alentaba a una muerte más que segura de caer por ellos, debía ser cauto y moverme rápido, subiendo el empinado caminar para entrar en el pueblo.

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Camina por el sitio, era una especie de poblado habiendo llegado ya a lo que venía siendo la parte construida de la isla, ¿cuánto tiempo me había llevado llegar al tal sitio?, no lo sabía a ciencia cierta cuanto tiempo había sido y quizás incluso me hubiera perdido por parecerme todo un poco igual, en parte la orientación no era algo que se me diera bien, atraviesa lo que parecía un callejón que daba a una calle principal o eso pensaba,  no lo tenía nada claro mire y pude fijarme en varias figuras que pasaba por el sitio, nose si me vieron o no, supongo que si pues debido a mi tamaño sería bastante fácil darse cuenta de donde estaba, no podría garantizar se habían fijado en mí, pero yo por el contrario si me fije en ellos, no parecían harapientos piratas y, si realmente no eran piratas eran sin duda problemas, problemas que seguramente intentara resolver lo antes posible, estaban bastante cerca de por donde yo estaba y no quería “fisgones” o complicaciones en mi tarea de buscar a los rehenes, Salí de callejón buscando hacer el menor ruido posible mirando hacia los lados, “¿Van ellos dos solos?”, pensé con cierta dudas observando lo que parecía un enorme contenedor de basura, metálico, solían servir para depositar ahí las personas que vivieran cerca sus residuos, me acerque al mismo con gesto serio y lo levante comprobando su carga, “No está nada mal de peso..”, pensé para mis adentros para adelantarme un par de pasos, los dos “hombres”, si es que podía referirme a ellos así, estaba a una distancia aproximada de 7 metros, no sabía si me habían visto o no pero en parte me daba absolutamente igual.

He muchachos, ¿sabéis por donde quedan los Rehenes?,comenté de forma perfectamente audible para tirar el enorme contenedor que portaba en mis brazos, sin tiempo de margen y sin perder un segundo, este fue arrojado con bastante fuerza dando vueltas sobre el mismo debido a la potencia y fuerza con la que había sido arrojada sobre los incrédulos “hombres”, el objetivo era que por la fuerza y velocidad lanzada además de por la distancia de separación que se lanzó los arrollara pasándolos por encima con suma fuerza, mi voz simplemente una distracción para que se giraran y pudieran ver como aquel contenedor  intentaría pasarles por encima, dicho contenedor quizás mediría un metro y su anchura seria de 4 metros, el objetivo principal era el ser más extraño de ellos dos, una especie de sombra negra que muy poco se asemejaba a una persona humana, no quería tener que volver a verlo por ello aquel ataque tan sorpresivo que dictaminaría si habría o no tener éxito, esperaba haber sido tan rápido y potente como para que el margen de reacción de ellos fuera minúsculo, claro que cualquier cosa podía pasar y seguramente aquellos hombres quizás se libraría si fueran rápidos, la verdad es que esperaba saber cómo saldrían de aquel entuerto pues, quizás la situación se aminase y pudiera sacar más información de aquella especie de seres.

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Eran buenos, mi ataque había fallado, extraño pero así era, mire a aquellas dos personas esperando y colocándome en guardia, espere hasta que estos dos reaccionaron, “¿Están locos?”, pensé para mis adentros esperando a ver que eran capaces de hacer, primero el más extraño de ellos se me acerco  lanzando un potente  puñetazo hacia mi torso, rápido cubrí la zona afectada reduciendo el golpe, estaba muy atento a cada uno de sus movimientos el hombre de la guadaña también reacción, parecía un equipo actuando y moviéndose a la par, raudo intente atrapar el brazo del atacante para echarme hacia atrás buscando que su cuerpo si era atrapado quedara en la trayectoria de la hoja, quizás por haber retrocedido pudiera sacar leve ventaja, no lo tenía claro pero mi plan era meter a su compañero en la zona de impacto, no sabía cuán rápido seria pero aun así no era mi único objetivo, el chico que me había golpeado estaba a escasos centímetros de mí y si, había tenido suerte la hoja de su compañero pasaría a través de él cortándolo, quizás yo sufriera por dicho acto daños en mi brazo, riesgo aceptable que debía correr para intentar al menos derrotar a uno de ellos.

Muere, musité lanzando un puñetazo directo hacia el torso de mi oponente, no sabía si la cuchilla que usaba el hombre peliblanco lo cortaría o no, pero aun así no dejaría “cabos sueltos” por ello concentre mis fuerzas en lanzar un puñetazo a quemarropa sobre el torso de mi oponente, buscando provocar un daño colosal en ese cuerpo de manera que, de ser dañado por la hoja y el golpe quizás, si tenía la suficiente fuerza quedara fuera de juego para poder centrarme en el otro chico, había reaccionado bien esquivando al menos en parte el daño de la guadaña, sería suficiente aquel movimiento para al menos eliminar una pieza fundamental de todo aquel combate, no sabía cómo saldría pero estaría muy atento e independientemente de si salía bien o mal, buscaría retroceder tras el ataque lanzado, un puñetazo hercúleo que de no darle desplazaría el mismo aire provocando una especie de honda aérea capaz de dañar buena parte del entorno.

información/resumen y datos: