Un paseo entre basura // (Priv. Takamura Yui, Pasado)

¿Qué carajos hacia allí? No lo entendía muy bien, hacer paseos y observaciones en islas así no era un trabajo digno de un teniente, tener que hacer de recolector de información no le hacía la más mínima gracia, pero allí estaba, en la “isla de los desechos”, Spider Miles. ¿La gracia de la isla? Un centro de reunión criminal, un lugar sin dios ni ley, bueno, lo más parecido podía ser un gobernador que existía en la isla, un tipo completamente corrompido por el poder que se le había otorgado, además de ser sobornable… muy sobornable. Su cabeza le dolía un poco, ligeramente al menos, no entendía porque y ya sabía que fumar no lo arreglaría, tendría que conformarse con su propio olor a cigarro, pero no ese olor toxico a cigarrillos, ese olor a químicos varios… no, un olor más puro, más agrio y denso, mucho mas aromático. Un olor que lo tenía cebado.

Aunque seguía sin entender para que necesitaban información de aquel tugurio de mala muerte, esa era de las cuantas islas que podía y llamaría “islas de mala muerte” , lugares que deberían desaparecer del mapa, lugares completamente nocivos para la sociedad, pero bueno, no era quien para decidir sobre eso … no aún. Unos sujetos se le acercaban con rapidez, parecían tener un propósito… uno no muy loable.

-Hombre, anda, danos lo que andas trayendo encima o te rebanamos como si fueras una cecina.

Eran gajes del oficio.

Ir a lugares desagradables era normal, casi natural para Yui, y eso no quería decir que disfrutara aquellos menesteres, para nada. Era lo contrario, podía hacerlo de mala gana, sin ningún tipo de disposición pero siempre la calmaba el hecho que las recompensas y tener que pasar un poco de sacrificio iba terminar valiendo la pena en el corto plazo. Porque había que aceptarlo, muchas veces los criminales más ‘jugosos’ solían vivir en el peor tipo de antro de la tierra. Spider Miles tenía que caer en ese tipo de clasificación, antro quizás era una palabra demasiado amable para aquella isla. Lo peor de todo es que ella ya podía intuir el tipo de personas que allí vivían y digamos que el lugar era proporcional a sus habitantes, definitivamente desagradables.

Vamos, ella era una mujer guapa y lo sabía. Muchas veces solía sacar ventaja de aquello cuando su víctima de turno se ponía demasiado hormonal y caía rendido a lo que ella tuviera que ofrecerle, joder, si muchas veces hacer eso le resultaba divertido. En cambio, en islas como aquella, era más bien asco lo que Yui solía experimentar. Y es que tenía que exigir sus dotes histriónicos al máximo para poder sobrellevar la situación y no matar ni hacer nada a los hombres que se le acercaban. Spider Miles –si es que se le podía encontrar algo positivo- tenía la ‘ventaja’ de tener mucha gente con recompensa sobre su suelo, lo que solía compensar cualquier cosa fea. Yui sabía que había puntos clave en los que ella misma podía exponerse quizás un poco de más, pero lo dicho, eran gajes del oficio.  

En  aquel momento estaba en ello cuando vio una escena que le llamó la atención, un grupo de hombres encarando a otro que evidentemente era forastero –porque se veía extrañamente mucho más decente que cualquiera del resto, sobretodo del grupo que se le había acercado y vamos, hasta se le hizo un poco guapo en comparación- así que se le ocurrió una idea, esperando que funcionara o por lo menos sacar un poco de información. Yui se acercó sonriente al hombre, como si lo conociera de toda la vida. ►Amor, no me dejes sola… Aquí son muy lanzados y me incomoda◄ acotó mirando fijamente al hombre, como diciéndole “sígueme la corriente” con la mirada y señalando al grupo, como si fuera una chica tímida, con miedo a aquellos hombres. Y bueno, para asegurarse, terminó por decírselo al oído, como si fuera una conversación secreta entre novios. ¿La intención? Ver las reacciones de ese grupo, que podía apostar debían tener algún wanted, casi no importaba que fuera poco o quizás sí sabían de alguien que sí lo tenía, por lo que no se perdía nada intentando… esperaba que aquel hombre fuera colaborativo y quizás hasta podía sacar algo provechoso del asunto.

Suelo decir, o al menos lo he dicho en muchas oportunidades, y es que nada es casualidad en este mundo, nada lo es. Ni siquiera los encuentros furtivos ni los casuales, el azar en si mismo es una herramienta, no un “ente” que rige el cómo funcionan las cosas en el mundo, la suerte en si misma se transforma en probabilidad, y allí es donde se encontraba Illya, justo en el reino de las probabilidades, y es que no esperaba nada de cuanto iba a pasar, no habría podido tampoco siquiera vaticinar un posible resultado como ese… Pero bueno, cosas que pasan, que de una u otra manera pasan, y son inevitables.

Y allí se encontraba, rodeado de sujetos que al parecer querían hacerle daño… no tenía intenciones de pelear, no tenía ganas de matar a nadie o siquiera de defenderse, era altamente probable que debido a su naturaleza no fuesen capaces de tocarlo, sería raro que hubiese alguien capaz de hacerle daño entre todos esos sujetos ¿Qué los había llevado en ese caso a intentar golpearle? ¿Daría la impresión de ser alguien débil? O quizás ¿su traje le confería una especie de debilidad intrínseca? No lo entendía, y a esas alturas no tenía ganas de entender, solo sabía que quería seguir caminando por aquel maldito lugar y salir de allí lo más rápido posible de el. Aquella isla tenía algo hasta en el aire, algo denso y bastante molesto, lo suficiente para incomodar a Illya al extremo de querer usar un pañuelo en su nariz para hacer de filtrador.

Como dije, no se esperaba lo que iba a suceder. No esperaba que semejante fémina, que una mujer así… apareciese para ayudarle. Le siguió el juego, no había manera posible de que Illya no pudiese seguirle el juego, después de todo… era Illya. –Cielo, discúlpame, algo me distrajo y me dio por seguir avanzando, juraba que ibas detrás mío, no nos separemos ¿Si? Que este lugar se ve peligroso para ambos –respondió con una pasividad más que fingida, casi ensayada, al tiempo que miraba a los ojos a la mujer y le daba un breve abrazo a la joven, casi de genuina preocupación. Los sujetos no sabían cómo reaccionar, pero no parecían decididos a quedarse quietos, dar media vuelta y marcharse, al parecer, querían llegar hasta el final, querían ahora… el botín completo.-Vamos, sigamos caminando –le dijo a la señorita tomándola de la mano para proseguir cuando uno de los sujetos, uno alto de nariz aguileña y rasgos afilados le corto el paso.

-Hey, te dijimos que nos dieses lo que andabas trayendo y además –el sujeto miro a la joven como quien va a comprar un jugoso trozo de carne –nos dejaras a la joven un rato ¿entiendes?

Illya podía ser un hombre muy… calmado, relajado… pero no tanto. Sujeto a la joven y la levanto un poco, lo suficiente para que sus pies no tocaran el suelo cuando la nieve empezó a avanzar cubriendo una vasta zona, bajando de forma inmediata la temperatura.

Aunque no lograba entender muy bien las razones que lo había llevado a actuar así, como si fuera el novio de la chica, el porqué sinceramente a esas alturas daba lo mismo, después de todo ya o había hecho y no era como que pudiese volver el tiempo atrás, mucho menos que le molestase. Encontraba divertida la situación, aún si en realidad hace solo segundos lo intentasen asaltar, y que siguieran intentando hacerlo. No es que se creyera un ser todo poderoso ni mucho menos, pero entendía y sabía que aquellos tipos no eran fuertes, no lo serían tampoco, vamos ¿qué tan fuertes pueden ser los seres en ese blue? ¿La verdad? Sabía que no mucho, así que aquello se transformaba en un juego mórbido que se había puesto a jugar junto a aquella dama, a aquella hermosa mujer, que ahora contemplaba mejor resultaba mucho más bella de o que había notado a primera vista.

Vale decir que la actuación de aquella joven era bastante buena, se tomaba bien en serio aquella representación de “novios” que andan, paradójicamente, paseando en un lugar más que muy peligroso, sin entender lo ilógico que sonaba aquello ¿Qué pareja iría a vacacionar a un sucucho como Spider Miles? ¿Habrían entendido eso aquellos ladrones? No, seguramente sus cabezas estaban llenas de mierda y eran incapaces de vislumbrar un hecho así de simple, bueno, mejor para él y para aquella chica, entre más estúpidos fueran sería mejor, aunque no esperaba que fueran tan estúpidos como para decir lo que dijeron, bueno, él más grande que parecía ser aquel que tenia las agallas, las pelotas, o sencillamente aquel que en el calor del momento pensó y tomo por decisión hacer y decir eso. –No te preocupes querida mía, ya abrieron la boca más de lo que deberían haberla abierto –Había un problema con situaciones así, Illya no se controlaba, su pequeño problema de ira lo facultaba para tomar las peores decisiones en cuanto a cómo proceder en situaciones así…

Y así fue como la nieve bajo la temperatura del lugar drásticamente, se podía ver como el aliento de los criminales salía a la vista encada exhalo que ellos daban. De forma silenciosa y rápida la nieve empezó a arremolinarse en sus cuerpos, drenando rápidamente el calor de sus cuerpos, poniéndolos morados, la hipotermia empezaba a hacer acto de aparición, pronto morirían. –El problema con la mayoría de ustedes, o más que problema, el asunto… es que si ustedes tienen alguna clase de recompensa y aun si no la tuvieran… siempre es vivo o muerto, y yo me decanto por muerto –Señaló al tiempo que la nieve terminaba por matarlos, dejando cadáveres completamente helados, tiesos.