Reign of the Underground [Priv] + Elisian

Me encontraba en la isla Mirrorball, concretamente en Ciudad Espejo, en una pequeña plaza donde había un mercado. La gente andaba y compraba tranquila, pues aún era por la mañana y faltaba un poco para ir a comer. Me encontraba allí, sentado en un banco, espernado a una persona que me había contactado para que le ayudase a ingresar en las filas de la Cipher Police. Era un encargo algo extraño, pero se ve que el individuo en cuestión era bastante orgulloso y creía que no merecía ser un simple agente del gobierno, pues quería escalar rápidamente y conseguir un puesto de importancia en las filas de esa organización gubernamental. 

Quizás yo podría ayudarle a entrar. Debido a mis contactos en esa zona, conocía de la existencia de la base de la CP en la isla, aunque no sabía exactamente donde. Me habían comentado que se encontraba allí así que pensé que ayudar a ese muchacho a entrar directamente por la puerta de la base secreta de los agentes del gobierno le haría ver como alguien capacitado para ingresar en un puesto de responsabilidad. Además, de ayudarle y meterle dentro de mi red de contactos, me serviría para tener información acerca del gobierno. En caso que acabase ocupando puestos de responsabilidad sería una gran jugada por mi parte.

Hay que ir con cuidado con eso, pues esta gente de la CP conoce los trucos y las técnicas de espionaje y es posible que me hayan parado alguna trampa, o que actuen en las sombras del mismo modo que lo hago yo. Aun así, de salir bien, sería una inversión increíble poder poseer un contacto de confianza en el mismo gobierno, por lo que mis planes e incluso yo mismo tendría mucha más importancia. Así pues, hay que esperar a ver qué me depara el futuro y sobretodo ese muchacho, y ver si realmente es tan poderoso como dicen. Me seguí esperando sentado en la plaza, esperando a que llegase mi contacto y pudiesemos empezar con el trabajo.

No me sentía cómodo recientemente, desaprovechaba mi potencial en actos banales, interviniendo en trifulcas de  vándalos en barrios bajos. Pero esa no era mi trabajo, sino mi vocación, la razón de mi ser: redimir la raza humana por sus defectos. Mi ambición creció hasta el punto de no dar abasto en la misión que me auto-impuse, así que creía que necesitaba un cambio radical, un cambio que me diese más poder y responsabilidades, y la Cipher Pol era el lugar perfecto para ayudarme a crecer, y viceversa. Pero yo no me conformaría en ser un peón más, yo quería entrar por todo lo alto. Después de todo la primera impresión es la que cuenta, ¿no?. Por lo que decidí infiltrarme en una base del gobierno para dejarles a todos impresionados, y para que se den cuenta que necesitan miembros más poderosos e inteligentes, hechando en cara su falta de seguridad.

Para planear el falso "golpe" contraté a un cazafortunas que trafica información, había sentido hablar de él, una sombra sin cara que se mueve con una red de contactos importante. Quedé con el en Mirrorball, en una plaza mercantil con mucho movimiento.

Estoy seguro que cuando se pone manos a la obra el muchacho debe de ser imperceptible, pero en público y en lleno día era quien más de todos llamaba la atención: una túnica negra que ocultaba una tétrica máscara restaba inmóvil en un banco, me acerqué por un lado y me senté sin mirarlo, para no levantar sospechas.

-Oe oe, supongo que debes de ser el cazador. Soy Elisieo Conway, el que te ha contratado para... ya sabes. Puedes llamarme Elisian. - Dije presentándome.

- ¿Tienes pensado algún plan? Venga, quiero confirmar con mis propios ojos la fama que dicen que tienes.

Ah, que aburrido se me hacía esperar a veces. Ver a los niños jugando por ahí me recordaba a cuando yo estudié en ese claustro de monjes. A veces también correteaba por ahí feliz pensando que la vida era maravillosa. Luego ya salí de ese lugar y me di cuenta que lo era aún mas. Es broma, la vida da bastante asco, pero si pudiese llegar a vivir para siempre nos echaríamos las risas, ¿no? Poder ver como avanza la humanidad, como cada civilización nace, crece, se expande y muere. En fin, llevaba un rato ya sentado en ese banco hasta que ví llegar a un sujeto que se sentó a mi lado y se presentó. Debía ser él el contacto que tenía que venir para meterle a la Cipher Pol.

- ¡Fama la que tengo aquí colgada! - dije mientras hacía el gesto de cogerme los genitales. Vale, quizás era un poco raro que mi presentación fuese así, pero que quieres que le haga, soy un cachondo de la vida. Al menos de puertas para afuera. - Es broma, jeje. Sí, soy tu contacto. Me dijeron que quieres meterte a la CP. Antes me gustaría que me contases un poco sobre tí. Quien eres, de donde vienes, cuales son tus intenciones... No te lo tomes a mal, pero en este negocio hay que ir con cuidado y me gustaría poseer esa información. Al fin y al cabo así me gano la vida. Una vez entras a formar parte de mi red de contactos vas a tener muchos beneficios, pero a cambio necesito tener una garantía al hacer tratos contigo. Así funciona el negocio, amigo.

Finalmente me levanté y le hice un gesto con la cabeza para que me siguiese. Empecé a andar en dirección a una pequeña montaña que había en la ciudad y desde la cual debería haber unas vistas maravillosas. Allí se encontraba también una mansión, conocida por ser un lugar de reunión Marine y ser el centro logístico de aquella zona para la facción. Si mis suposiciones no eran erróneas, probablemente cerca tendrían la base de la Cipher Pol, ya que esta era secreta al público y solamente aquellos que se ganaban la vida siendo agentes del gobierno conocían su ubicación. Por suerte, poseo mis contactos y me dijeron que muy probablemente a través de la mansión se podría entrar. Sino, debería haber otro tipo de entrada.

- Verás, la intención es hacer una entrada triunfal. Por lo que tengo entendido quieres entrar a lo grande, así que llamar a la puerta y preguntar donde hay que apuntarse no sea una opción. Para que te tengan en cuenta es importante descubrir alguna entrada secreta en la base del gobierno. Mis contactos me han dicho que es muy posible que estos estén cerca de la mansión Marine que hay a lo alto de esta colina, por lo que o está en los bosques de alrededor, los cuales he inspeccionado antes de llegar y no he encontrado nada, o esté bajo tierra. De ser así yo mismo podría encargarme de hacer un agujero para entrar.... Aunque eso sería muy ruidoso y quizás tengamos problemas. La otra opción es encontrar la entrada secreta que utilizan la mayoría de los agentes. Según mi intuición, la base tiene que tener salida al mar, que sería por donde hacen los movimientos el gobierno.

Le comenté a Elisian mi plan de entrada, que contenía algunos de los detalles para que pudiese presentarse ante los del gobierno.

Pensaba que los cazadores eran estereotipos de libros fantasiosos, tipos duros, fríos y silenciosos que se limitaban a adaptarse la seriedad de sus misiones. Quizá me contaban demasiadas milongas de pequeño, o había leído demasiadas historias ficticias antes de ir a la cama, ya que, desde luego, aquel sujeto enmascarado no era para nada como yo me hubiera imaginado nunca. Resultaba ser un cachondo sin ningún tipo de vergüenza, nada mal, oye, a mi las personas así me inspiran más confianza aún.

-Pues uf.. la que tienes aquí colgada me lleva mucho trabajo.. los que tengo aquí debajo. -Cogí mis genitales para regresarle la broma.

De todas formas, no me gustó el hecho que quisiera saber tantas cosas de mi lado personal, pero si quería darme a conocer, sacar ventaja de su tráfico de información podría beneficiarme ligeramente.
- Soy Eliseo Conway, antiguo clérigo de una religión ya extinta. Mi propósito en la CP es castigar al ser humano por actos infames y estúpidos. Dios no nos creó para comportarnos como animales, somos superiores a eso, por esto quiero disciplinar a aquellos insensatos que olvidan su rango en éste mundo. La redención de cara a mi dios es lo que me lleva a actuar.   - Dije con gran expresión levantando los brazos al aire. - Pero vigila como cuentas mi historia por ahí, simple mortal, pues el respeto por el deber no se debe traicionar nunca. La mía no es una causa perdida, ni yo un loco con afán de poder.

A continuación me desveló su plan de entrada, era cierto el rumor de su extensa red de información, ya que no parecía decir ninguna tontería. Ciertamente aquello parecía el lugar perfecto para una entrada secreta. De los dos planes que me propuso, el más sensato y menos escandaloso era el de entrar por el mar.


- No se si eres usuario de Akuma, pero de ser así, agárrate fuerte a mí y no me sueltes, vamos a inspeccionar por ahí donde me cuentas. - Le ofrecí volar sobre mi lomo, transformándome parcialmente en dragón para así poder volar y rodear la costa sin tocar el agua salada, cosa que acabaría conmigo y con él, de ser poseedor de akuma.

Cuando me devolvió la broma esbocé una gran sonrisa en mi cara, aunque él no pudiese verla. Esta bien encontrarse a tipos tan cachondos como yo por el mundo y que les guste la broma. Parece que vamos a llevarnos bien. 
Me contó también sobre su intención de unirse al CP y su religión antigua, además de no se qué milongas sobre la integridad y la raza humana y cosas extrañas de estas. Realmente no le dí demasiada importancia, pues en el momento que escuché "clérigo", "religión" y "misión" en una misma frase ya pensé que estaba loco de remate. Pero es no es lo que nos concierne ahora mismo. 

En fin, pareció dispuesto a formar parte de mi red de informadores aunque no le agradase mucho la idea de revelar tanta información. Lo noté por sus palabras. Pero aun así pareció interesarle mi plan para poder entrar en la base de la CP. Lo cierto es que yo no puedo nadar, por lo que tendríamos que buscar un barco e intentar escalar hacia alguna entrada. Estuve pensando como hacerlo hasta que me preguntó si era un usuario de akuma y luego se transformó en una especie de híbrido de dragón. Vaya, que habilidad más extraña. ¿Sería una zoan? Sin duda ese muchacho era un pozo de sorpresas. No esperaba encontrarme a alguien con akuma por esos blues y menos con una aparentemente tan rara como esa. Pero bueno, si conseguía acabar siendo mi informante sería un contacto importante en mi lista. Sin duda.

Asentí y me subí encima suyo para poder volar hacia la costa e investigar un poco. Dimos algunas vueltas, intentando averiguar donde estaba la posible entrada secreta que yo mismo me inventé. Lo lógico es que estuviese allí, aunque al principio no pude visualizar nada. Tras un rato volando alrededor de los acantilados, pude divisar a lo lejos una especie de apertura o cueva que se metía dentro de las rocas, dejando que el mar entrase parcialmente en ella. 

- ¡Eureka! - Grité, señalando la cueva - Creo que nos tocó el premio gordo. Intenta acercarte sin llamar mucho la atención, es posible que haya vigilancia dentro. 

- Por gordo el que me cuelg... No, ya, tenemos que dejar las bromas con nuestros miembros. - No era un tema conveniente de hablar, y menos teniendo a aquél sujeto sentado sobre mí. Finalmente parecíamos avistar algo, un pequeño agujero medio sumergido en las olas, al fondo de un desorden de rocas.

-Mmmh.. eso no es bueno, tenemos que apartar esas olas si queremos pasar.. - Concentré todo el aire que puede delante de lo que parecía ser la entrada, ejerciendo presión y rebajando el nivel del mar de aquella pequeña zona. Rápidamente me colé dentro de aquel oscuro lugar, que, apriori, no parecía para nada la entrada de una base secreta: era oscura, fría, mal cuidada y repleta de naturaleza como animales nocturnos y algas molestas. Aun y así no teníamos otra opción que no fuera explorarla.

Me puso por delante, solté a el enmascarado para que se bajase de mi lomo y me siguiese a pie. -Espero que este rifle que llevas también actúe como linterna, sino estamos jodidos. - No se veía nada, pero nos guiábamos más o menos por intuición y por ecos.

Llegué avalentonado hacía lo que parecía ser una sala más grande de lo que habíamos visto hasta ahora, pues se notaba un mayor corriente de aire. Seguí avanzando sin miedo pero tropecé con una grieta del suelo que estaba llena de barro, haciéndome resbalar por una colina. Resulta que aquello no era una sala, sino otra cueva más grande, por donde habíamos estado caminando hasta ahora solo eran los pasillos que llevaban hasta allí.

Me torcí el tobillo de mala manera hecho que escandalosamente me hizo gritar y acordarme de la madre de medio mundo. Las paredes temblaron un poco y cayó alguna que otra estalactita por el eco. Maldito eco. De repente apareció un grupo de 3 agentes del gobierno, simples guardias de seguridad que habían oído mi griterío.

- ¿Hum? ¿Que demonios? ¿Quienes sois vosotros? Quedáis bajo arresto temporal en nombre del gobierno por allanamiento a la propiedad privada. -No parecía demasiado poderoso, pero llevaba una especie de gafas rojas que le permitían ver en la oscuridad, hecho que daba ventaja a la hora de pelear.

- Tu, enmascarado, ¿te importa? Yo tengo que revisar este tobillo mío.. - No quería poner en riesgo mi posible lesión por dar su merecido a un par de enclenques, así que preferí que aquél misterioso cazador me cubriera mientras yo sanaba mi tobillo.