La fantástica aventura [Ra´s Al Ghul].

Había sido un viaje bastante extenso desde los Blues hasta la Grand Line. Tras su última captura importante junto a esa niña robot, había viajado primero a Loguetown y ahí se había encontrado con varios cazadores, todos buscando llegar a la isla de los Cactus, como no quería viajar solo les propuso llevarlos si ellos le ayudaban a comandar su barco además claro de contribuir con los gastos, algo que aquellos hombres aceptaron y allí estaban. Apenas tocar puerto y dejar el barco se separaron volviendo a dejarle solo, ya hacía mucho tiempo que se encontraba vagando por su cuenta, los anteriores miembros de su tripulación eventualmente le habían abandonado o acababan por morir lamentablemente, pues varios de ellos habían sido civiles que buscaban alguna venganza personal o bien, que pensaban que todo aquello era un juego y no tenían la mínima preparación acabando por ser asesinados con relativa facilidad por otros criminales.

-Joder- comentó tomando un cartel en la entrada que especificaba la ruta a seguir por aquella corriente para llegar hasta Sabaody, pensaba en realidad que era más corto, a ese paso tardaría bastante tiempo antes de llegar a la ciudad que era el último punto de control antes de viajar al Nuevo Mundo. Aparte de sus intenciones personales, pensaba que Mat también estaba buscando llegar a aquellas aguas gobernadas por los emperadores pirata, después de todo esa era la ambición de todos los piratas y siendo su hermano uno de ellos dudaba que tuviese algunas otras ideas ”Mat, ¿qué pasó contigo?, mierda, voy a tener que detenerte antes de que hagas una idiotez”.

Dejó aquel cartel y avanzó saludando a un par de cazadores que estaban por allí fingiendo ser ayudantes del puerto, para cualquier criminal incauto aquella isla era simplemente un agradable sitio “seguro” para la actividad criminal, pero en realidad era una trampa, igual que Baterilla, era una ciudad dedicada a capturar criminales sin combatir, sino mediante otras artimañas…ser cazador tenía ciertas ventajas, como enterarse de ese tipo de cosas y evitar que a uno le confundieran con un pirata o un revolucionario. Por su lado, también estaba buscando a un pirata conocido como “Gran Eddy”, un semigigante que estaba viajando a la Grand Line y supuestamente alguna vez había pertenecido a la alianza roja, pero al parecer había abandonado a Capone para buscar su fama en aquellos mares, atraparlo entonces antes de que se volviese un supernova era crucial para el samurái.

Según aquellos tipos con los que viajaba, la mejor opción era vigilar primero el puerto ya que en este se encontraban algunos negocios falsos que aprovechaban para capturar a los desprevenidos, y aunque a Eden no le importaba demasiado la recompensa sino que el criminal fuese capturado, tampoco estaba en la mejor situación económica para rechazar algo de dinero, por no mencionar que el viaje hasta el final de la Grand Line ya no se antojaba tan corto como en un inicio había pensado el chico de las espadas. Fue así como llegó a un sitio donde abundaban varios bares, allí dentro estaban ya varios pirata y de repente algunos eran capturados sin darse cuenta por los cazadores ocultos o encubiertos como barman, empero, a simple vista ninguno de ellos era el gran Eddy, pues eran demasiado pequeños, tal vez todavía no había llegado, o quizás ni siquiera llegaría a esa isla.

Realmente ya no le estaba prestando atención al sujeto extraño, ahora su atención estaba puesta en pensar como llegaría solo hasta el final de la Grand Line, no era un viaje corto y aunque para muchos el poder o el dinero eran las únicas cosas importantes, para Eden una parte crucial era conocer buenas personas, por eso solía hablar con los civiles e incluso algunas veces quedarse en islas para disfrutar de su compañía, llevaba ya mucho navegando solo y eso no le agradaba, era tedioso y aburrido estar leyendo diariamente o hablando solo, para sentir que estaba acompañado, joder, alguna vez incluso había capturado un pez y hablado con este en medio de los Blues tras semanas de estar a la deriva dialogando consigo mismo.

-¿Te gusta?, ¿de qué hablas?- fue lo único que escuchó tomándole cierta importancia al sujeto y casi al momento arqueando una ceja al ver que de su cabeza emergían dos protuberancias similares a cuernos además de un par de alas en su espalda, ¿acaso se había transformado?, o tal vez así era y por eso se ocultaba debajo de toda esa ropa, en cualquier caso, eso le resultó interesante hasta el punto que se formó una enorme sonrisa en su rostro, a Silverman le encantaban las sorpresas y ciertamente esperaba encontrarse bastantes en la Grand Line, apenas llegar ya se estaba topando con una. -Woah, eres como una mezcla de toro con cuervo y humano- mencionó divertido mientras aquel sujeto tomaba altura colocándose incluso de pie en las cajas para ver como caía al astillero en la lejanía, bien pudo aprovechar ese momento para irse, pero no se iba a perder la oportunidad de ver a una cosa loca golpeando algunos traseros criminales, era casi como ver una obra de teatro, si ese fuera el caso la habría titulado “la vaca voladora y los pobres diablos”, sonaba genial, ¿por qué se le ocurrían buenas ideas cuando estaba solo y no las podía compartir?, necesitaba escribir una agenda con todos esos comentarios ingeniosos para decirlos después…bueno, primero necesitaba una agenda.

Sin dilación, bajó de un salto de las cajas y anduvo a paso veloz hasta llegar a la puerta de la entrada desde donde ya se escuchaba un gran alboroto, golpes y cosas que se destrozaban, así como algunas maldiciones, la clásica pelea de cantina estaba provocándose en el interior. Tocó la puerta esperando incrédulamente a que alguien le abriese y tras su tercer intento simplemente sacó una de sus katanas y la cortó en trozos para guardarla e ingresar notando como un sujeto intentaba salir corriendo despavorido, para su mala suerte Eden estaba entrando y con un golpe de pomo en su frente lo dejó inconsciente en el suelo.

Avanzó hasta llegar a lo que era una especie de sala interior bastante espaciosa mirando aquel…¿hombre vaca?, o lo que fuera atacando a varios enemigos, al parecer todos estaban ocultos ya que se podía notar al menos a veinte, eran inteligentes, en lugar de presumir de sus dotes se habían estado ocultando de modo que por poco el peliblanco habría jurado que nadie estaba en aquel astillero. -¡Oye, cuidado a tus espaldas!- le advirtió al peleador tomando asiento en una vieja silla de madera y subiendo los pies a una mesilla mirando una botella de aguamiel a medio terminar, sin esperar nada la sujetó y bebió de ella, no era la mejor de su vida pero sin duda refrescaba un poco. ¿Por qué no estaba ayudando al otro?, pues porque no corría riesgo, a decir verdad, no parecía necesitar ninguna ayuda, además, quería todo el botín para él, ¿no?, entonces el ciudadano solo necesitaba estar allí para vigilar que capturase a todos y los llevase ante la ley.

El ajetreo en el interior del astillero se hacia cada vez mas presente, algunos gritaban “donde está”, otros decían “encontradlo” al principio siempre es bueno aprovecharse de la poca iluminación y de la sorpresa dada en un inicio, pero este lugar poco había donde esconderse y poder realizar algunos movimientos sigilosos, aunque tampoco soy un ninja. Muchos de ellos en un inicio buscaban a ras de suelo, detras de cajas y poco mas. Pero en ese momento tras haber interrogado a uno de los secuaces di un pequeño salto en vuelo para situarme cerca del techo.

Un grupo de tres entraron por una puerta de otra de las salas, rápidamente realizaba una caída en picado para situarme justo en el centro del grupo de tres realizando un giro sobre mi propio eje con la garra derecha extendida y realizando un corte a la altura del abdomen de cada uno, no muy profundo pero si suficiente para que al unisono gritasen y estuviesen sangrando. En un instante cayeron al suelo llevándose las manos a las heridas, pero ya no causarían problemas. Un cuarto sujeto empujaba la puerta por la que vinieron el pequeño grupo, quedando a escasos metros, en un acto reflejo daba un paso con la izquierda hacia adelante y propinar una patada a la puerta de suficiente magnitud donde su alrededor se resquebrajo e incluso se volvió giratoria descolgándose un poco, pero quien estaba detrás el golpe se lo llevaba.

-¡Allí está!- Gritaba un hombre, acompañado de una fémina y otro varón a mis espaldas, lentamente me daba la vuelta mirándolos de lado, de perfil. -¡Joder es un monstruo que es eso!- Obviamente se sorprendía el mismo que gritó al verme mejor, con esas destacadas alas oscuras, siendo posiblemente único en mi especie o muy pocos ejemplares, en cualquier caso me volvía un ser raro y tomado por un monstruo en algunos. Los tres nuevos sujetos, con sus espadas desenfundadas corrian hacia mi. No me eche hacia atrás, sino que incluso di un paso hacia el frente bloqueando las primeras acomeditas con mis garras de metal, tras ello propiné una patada de derecha a izquierda en el costado de la fémina que fue mandada a volar chocando con un desafortunado que vendría y terminando en una viga de madera dejando el hueco de su silueta. Un segundo ataques sobre mi, pero sin embargo un paso hacia atrás y golpeando con mi zurda la katana mas cercana evitandola, aprovechando el movimiento para girar sobre mi eje y con mi pierna izquierda causar que uno cayese al suelo, para abalanzarme sobre el restante y agarrarlo por la ropa de su torso, un breve vistazo en mi entorno para visualizar donde lanzarlo. Allí lo vi, un nuevo grupo se acercaba corriendo desde otra sala y con un fuerte impulso de mi diestra fue dirigido hacia allí para chocar con ellos y ser derribados, eso me daría tiempo.

Esos segundos que tardé en lanzar al pirata, se levantó el que fue derribado y de reojo pude observar como el joven peligrisaceo, aunque para algunos fuese blanco se acercaba ¿Quizas a ayudar?. Sin embargo este mismo me advirtió a mis espaldas e ir tomando asiento. Giré el cuello y con ello mi cuerpo para quedar de lado, estirando mi diestra y atrapando una espada del que se habia levantado, entre mi mano, al ser de metal no me haria nada; trató de forcejear para retirarla pero la tenia bien aprisionada entre mi mano, con una leve sonrisa esbozada la misma extremidad comenzaba a segregar un veneno morado unicamente en la mano haciendo que esta misma fuese derritiéndose progresivamente por el veneno corrosivo. El rostro del pirata era un poema, cuando el veneno iba extendiendose por toda la hoja este acabó soltándola del pánico y ya no quedaba parte de esa espada en mi mano. Cerré el puño impregnado de ese liquido y acababa propinando un gancho en la boca de su estomago expulsando este el poco aire que tenia y agachandose en un movimiento reflejo, mi zurda agarró el cuello de su ropa y tiró de él para lanzarlo en dirección al espadachín que no hacia nada, cayendo este sobre la mesa y rompiendo 3 de sus 4 patas de madera eliminando la comodidad de este al tener sus piernas sobre ella. -¿Estabas cómodo?- Con una sonrisa lo miraba. -Ciudadano ejemplar ¿Por que no me ayudas mejor?- No se lo decía porque lo necesitase, sino porque incluso seria mas rapido y eficaz ya que “tenia un objetivo en común”. -Aunque da igual, tendrás que hacerlo quieras o no.- Movi la cabeza hacia arriba como si señalase hacia sus espaldas, pues se podia escuchar y ver a una cierta cantidad de personas armadas con espadas y otros con pistolas, bastante cabreada a decir verdad y la posición de ninguno de los dos era la mejor, por lo que posiblemente ellos le obligarian a pelear.

La mesa donde se estaba apoyando fue destruida y con ello el peliblanco hizo una mueca de disgusto -¡Oye, estaba muy cómodo!- reclamó ante la acción del otro, no creía que necesitara ayuda después de  todo ya los criminales estaban sometidos por su causa, incluso había roto una espada con una mano de una forma que Eden no acabó de comprender, pero supuso que debía tener algún tipo de protección en la misma, por no omitir el hecho que parecía más bien un guante en forma de garra, algo bastante peculiar. -Además, si te ayudo vamos a tener que compartir la recompensa, trabajo en equipo es igual a dividir ganancias- puntualizó tan solo para hacerle saber que pese a las circunstancias él no era tonto para trabajar gratis y darle el mérito a otra persona, ya que una de las fundamentaciones de sus creencias era que cada uno debía recibir lo que correspondía, de otro modo aquello sin duda sería bastante desigual.

En ese momento se giró observando una masa de varias personas, la penumbra así lo hizo notar pero era un mero efecto óptico, al final, todo aquello no era sino una masa homogénea perteneciente a un solo individuo -Woha, eres tan grande como decían- comentó el samurái algo impresionado pues era la primera vez que observaba a un semigigante que medía al menos cinco metros, lleno de tatuajes relacionados con la piratería y con un rostro de pocos amigos acompañado de un bigote abundante que solo le daba una faz más atemorizante, ese era sin duda alguna el líder de aquellos hombres que el otro ya había despachado , el objetivo principal a detener por parte del ciudadano. Hubo un momento de silencio entre los presentes, el pirata analizaba a sus nakama caídos, en tanto Eden se puso en pie con tranquilidad y le señaló desde abajo -¡Quedas detenido, ríndete y no te haremos daño!- su voz trataba de imponer aunque eso no era propiamente lo suyo, de modo que aquel hombre apenas ver esto agitó su brazo izquierdo y le propinó un enorme puñetazo sacándole por los aires hasta chocar con el esqueleto de un viejo barco destruyendo el mismo y quedando enterrado en los escombros.

-¡Os voy a matar a los dos, nadie se atreve a retarme!- rugió con furia mientras sujetaba una enorme caja y la arrojaba contra el otro cazador. Mientras todo eso acontecía en el exterior, Silverman tuvo que salir de los escombros agitando un poco la cabeza -Buen golpe- afirmó limpiando sus ropas con tranquilidad y estirándose para salir al lugar principal agitando un poco sus hombros como si estuviese calentando -¡Oye, no hemos terminado!- le dirigió al enorme sujeto, mismo que al verle emerger como sin nada arqueó una ceja notablemente confundido y hasta contrariado, algo muy común de todos aquellos que le propinaban lo que pensaban era un golpe mortal para un chamaco -No te preocupes, yo me encargo de este- le aseguró al de alas negras que era una combinación rara de animales en un cuerpo humano.

Avanzó tres pasos todavía calentando los músculos y el gigante solamente dio un paso adelante para quedar ambos frente a frente a un par de metros de distancia -Sabes, lo anterior fue un buen golpe, lo admito, pero no eres tan fuerte como pensaba- aseguró quitándose un poco de aserrín de los cabellos, vaya que a veces era molesto tener que estarse limpiando así tras un ataque, eso era lo único que no le agradaba del todo. Empero, aquella actitud del sujeto pareció molestar al criminal y este con toda su fuerza le arrojó un golpe de arriba abajo, el chico no lo esquivó, solamente se quedó parado mirando la enorme mano ir en su dirección y recibió de lleno el ataque causando que incluso buena parte del suelo se destrozase. -¡Muere insecto!- fue el único diálogo que emanó del pirata.

Al parecer aquellas sombras sin forma que se acercaban por detrás del acomodado, no resultaba ser lo que creía, pero aun así tendría el que tomar partido; transformándose así en un hombre de gran tamaño que sin duda este le ofreció un trato. “¿Detenido? Habla como un Marine.” Fueron las primeras palabras que se pasaron por mi cabeza. Sin embargo le propinó de pronto un titánico puñetazo arrollador contra el peligris. No pude evitar quedar con los ojos abiertos y algo sorprendido de la escena, al principio en el bosque fue bastante sobrado contra quienes nos encontramos en mitad y ahora era simplemente sepultado, quedando así en blanco por mi parte. Giré la cabeza hacia el lugar donde supuestamente aterrizó. Con un grito lleno de ira por parte del semi-gigante, haciendo que llamara mi atención al girar mi mirada hacia el y obviamente tener que alzarla, ahora estaba solo... Y yo que pensaba aprovecharme cuanto pudiese por el mínimo coste. Una enorme caja era lanzada hacia mi posición, con una posición firme, extendí cada brazo en horizontal, una mirada fija se posicionaba en ese objeto.... Cuando llegó hasta una distancia casi cuerpo a cuerpo, mi garra diestra fue dirigida hacia la izquierda, luego la zurda hacia la derecha, acto seguido al tener los brazos cruzados era realizado un movimiento de revés dual en X, abriendo las manos para realizar un nuevo corte, en apenas unos segundo tras cada movimiento realizado y la caja aproximándose, esta se descomponía en muchas partes volviéndola totalmente inservible, cada trozo de madera caía frente a mi a mis lados. Una simple sonrisa se esbozaba en mi rostro, daba igual la fuerza que emplease, si se poseía técnica. -No soy como ese ingenuo.- Mencionaba al grandullón para que no se esperase de mi igual que el otro.


Pero pocos segundos después, en un sumo silencio emergía el sonido del peligris resurgiendo de entre los escombros. Aparentemente ileso. “Es duro...” Simplemente hacia referencia y elogiaba su gran resistencia aparente. Ante sus últimos palabras tras volver, bajaba las manos a modo de relax, colocandolas en vertical a mi cuerpo, con una sonrisa de medio lado. -Bueno... has mencionado de dividir las ganancias, ganatelo.- El mismo dijo que si se participaba había que dividir los beneficios, no me parecía mal del todo, el dinero es importante, pero no soy alguien tan avaricioso, al menos si se lo ganaba seria honrado compartirlo, pero mucha gente solía asumir que si lo capturaban era suya la presa, a modo de competición; eso es en lo que no estoy de acuerdo. Se alejó dando constantes pasos hacia atrás y de espaldas, acabando posando las espaldas en un pilar de madera, con la intención de observar el combate. A pesar de su petición y de mi aceptación y mi apariencia de tipo duro, no me apetecía tener que cargar sobre mi conciencia la muerte de un posible civil o Marine como empezaba a creer por su forma de hablar.


Desde la lejania contemplaba la iniciativa del combate, empezando por simplemente un nuevo puñetazo del pequeño Eddy, mis ojos vieron claramente que era dado de lleno como antes, mi rostro y en especifico mi boca se retorcía, algo dolorido de lo visto, no tenia que ser agradable ser aplastado por cientos de kilos de masa de alguien de ese tamaño y menos golpeado. Solo esperaba que resurgiese como antes de sus cenizas.

Tras ser aplastado la risa del pirata era notoria, pensando que ahora sí estaba bien frito, empero, Eden se levantó de nuevo como si nada hubiese pasado simplemente limpiando sus ropajes, incluso ignorando por completo al tipo enorme que estaba enfrente suyo -Rayos, voy a tener que lavar esta cosa- afirmaba mirando su ropa toda sucia, no era alguien obsesivo con ello, pero tampoco le gustaba presentarse como un andrajoso, ¿le dejarían hacer la limpieza en algún bar?, eso sonaba estúpido. -¡Joder, muere de una puta vez insecto de mierda!- el enorme sujeto lanzó ahora un enorme pisotón acertando de nuevo, aunque al retirar su pie el resultado fue algo similar, con el peliblanco analizando más partes de su ropa como si estuviese sucia -Uhm, me pregunto si tendrán detergente del que huele a flores- aquello ya estaba sacando de quicio al criminal así que con toda la determinación en sus ojos preparó ambos puños y comenzó a golpear el suelo en repetidas ocasiones, golpe tras golpe se provocaba un ligero temblor en el lugar e incluso algunas partes del astillero ya podridas cayeron para finiquitar así su existencia, el lugar mismo podría haberse derrumbado si la fuerza fuese superior.

Pasó casi un minuto entero donde los golpes no dejaron de llover en el mismo punto, Eddy se mostraba cansado e incluso gotas de sudor caían de su frente, en ese momento se irguió orgulloso y algo agitado -¡Te dije que eras un insecto, ahora estás bien muerto idiota!- el agujero ya era tan notorio que incluso estaba ensombrecido por la cierta profundidad que había adquirido, un silencio sepulcral prosiguió en tanto el ahora pirata sonreía malévolamente girándose para ver al otro sujeto advirtiéndole que sería el siguiente en ser destrozado, mostrando como ejemplo al pobre diablo de cabellos raros.

-¿Ya acabaste?- se escuchó una voz juguetona del agujero provocando que el sujeto diese un par de pasos atrás negando con un rostro notablemente descuadrado -¡No, es imposible…yo…yo…qué diablos!- repetía una y otra vez el criminal mientras finalmente Eden salía de aquel sitio totalmente intacto, siguiendo con su rutina de examinar sus ropas y tratar de limpiar las partes que estaban sucias. -¡Hey!- intentó llamar la atención del grandote que simplemente iba retrocediendo conforme el samurái se trataba de aproximar a su posición -Te pregunté algo, ¿ya acabaste?- algo le molestó en el cabello y se rascó sujetando un pedazo de madera que se había quedado en sus mechones para después tirarlo a un costado.

Eddy parecía estar viendo a un fantasma y en su desesperación arrojó un nuevo puñetazo rumbo al chico, pero en esta ocasión él simplemente elevó la diestra y al contacto con su mano el enorme golpe se frenó en seco causando un eco sordo en todo el lugar, Silverman ni siquiera se movió de su sitio mientras el otro trataba de empujarle sin ningún resultado.-Pensaba que eras más fuerte, se supone que para estar aquí en la Grand Line deberías ser alguien así, ¿no?- rascó su nariz algo decepcionado y tras aquello suspiró suavemente empujando al grandulón haciéndole tambalear y en última instancia caer contra un muro de madera que destrozó debido a su peso, sin hacerse mucho daño claro -Te lo voy a decir una última vez, si te rindes no te haré nada- argumentó de nuevo metiendo ambas manos en los bolsillos de su pantalón, casi al momento el sujeto se puso en pie tragando saliva analizando sus opciones, ¿qué iría a elegir?.

Mis ojos no se desviaban en absoluto de aquel impacto dado por parte del grandullón, cierta preocupación se sentía por dentro de mi aunque por fuera mi aspecto fuese frio y poco, con los ojos abiertos y aun posado en aquel pilar de madera. Cuando retiraba Eddy la extremidad allí se le veía, nuevamente de la nada y entero seguía el peligris, me resultaba sorprendente es como si no sufriese daño alguno. Ya siendo varias las impresiones de este tipo asumía que era alguien fuera de serie comparado al semi-gigante, no seria fácil derrotarlo así que mi preocupación disminuía.

Un pisotón, puñetazos continuos sin parar durante un buen tiempo, incluso el suelo temblaba ligeramente, mi mirada se desviaba al suelo que pisaba un momento notando como pequeñas rocas o chinos botaban tras cada golpe, de pronto mi mirada fue desviada a mi hombro derecho al notar el choque de un trozo de madera derruido del techo. “Es fuerte” Sabia apreciar la fuerza cuando lo veía, aunque este tipo no pensaba, simplemente era fuerza bruta sin control. Una y otra vez el peligris resurgía entre el humo y esta ultima vez desde el cráter generado en conjunto con el retroceso de Eddy. A pesar de las palabras trasmitidas por el joven hacia el semi-gigante no tenia respuesta por este, simplemente mantenía un rostro temeroso y asustado.

Esto debía ya de acabarse, era una agonia para el pirata y una perdida de tiempo, ya era de noche y uno acababa queriendo ir a dormir cuanto antes para un nuevo mañana para seguir la caza. Cuando aquel grandullón cayó de culo ante un muro y se iba levantando. Despegué la espalda del pilar de madera y mientras ambos se cruzaban miradas y yo quedaba en un plano secundaria podían no darse cuenta de mi presencia o fijarse en mi; por ello salté alzando un vuelo momentáneo para alcanzar una altura de 7 metros para descender de golpe hacia la cabeza del semi-gigante desde un lateral, golpeando con la palma abierta de mi diestra en su cabeza, provocando la desestabilización total y con ello arrasar con su rostro hacia abajo para acabar haciendo que chocase brutalmente contra el suelo, dando un fuerte temblor único, los ojos de Eddy quedaban en blanco dejando la silueta de su cuerpo remarcado en la superficie. Separaba la mano de su cabeza y me apartaba ligeramente desviando una mirada fria y seria hacia el humano. -Ya respondo yo por él.- Dejé unos segundos de suspense manteniendo la mirada fija en él. -Resulta extraño que recibiendo todos esos golpes de alguien como esté no sufrieses nada.- Me parecía raro que viendo como recibía todos esos impactos seguian sin mas, sin inmutarse, es... demasiado extraño, para mi no resultaba normal.

Se encontraba esperando la respuesta del otro cuando inesperadamente el cazador llegó desde las alturas e impacto el rostro del mismo contra el suelo haciendo que Eden arquease una ceja y eventualmente pusiese su cara de aburrimiento -¡Oye, se iba a rendir, no necesitabas acabarlo de esa manera!- adjudicó con cierta molestia, se lo merecía, eso no quedaba duda, pero cuando un oponente era claramente inferior siempre se le debía dar la oportunidad de rendirse, estaba seguro que el pirata ya había entendido que sus posibilidades era nulas y se iba a rendir en cualquier momento, por ende, aquella acción del otro le resultó no solo innecesaria sino incluso demasiado abusiva, una cosa que no apoyaba desde ningún bando, ni con los piratas ni con los justicieros, quizás por eso jamás había pensado en unirse a la marina hasta el momento, pues consideraba que algunas cosas no estaban bien y aquella institución como todas tendía a aprovecharse de las personas débiles.

Hubo un momento de silencio y tras aquello suspiró dejando el tema anterior de lado, rascó su nariz y se giró para ver el desastre del astillero, al parecer ya no quedaba ningún pirata en pie, se podía decir que estaban todos capturados, solo era necesario entregarlos a la marina en algún momento o bien, al mismo gobierno, empero, siendo primerizo en la Grand Line no conocía bien por donde pasaban los navíos de la misma o si estaban establecidas algunas bases ajenas a Marineford, Sabaody, etc.

-Ah, eso, no es nada- se encogió e hombros dando respuesta al comentario del cuernudo sobre su aparente ausencia de daño, no era el primero y seguramente no iba a ser el último en percatarse de aquella extraña habilidad, algunos incluso le consideraban un ser de otro mundo, la verdad es que su poder no era tan espectacular como otros, pero sin duda alguna era mucho más útil de lo que todos pensaban, ya que su uso hasta el momento apenas si estaba siendo el mínimo -Todos tenemos nuestras habilidades propias, tu pareces una especie de zopilote cool- comenzó a reír, aquello no era una burla sino un comentario amistoso, al menos eso pensaba Silverman. -Creo que debemos agruparlos y amarrarlos, no sé cómo los vamos a entregar a la marina, pero podríamos llevarlos en mi barco, no es la gran cosa, pero servirá- no estaba seguro si el otro poseía una embarcación, pero no le importaba ofrecerle transporte en caso contrario.

Así, se dedicó a traer a los pequeños mientras el otro acomodaba al enorme, tras ello limpió su frente y mostró aquella afable sonrisa que era bastante característica en su persona -Creo que son todos, sabes, eres alguien bastante fuerte, ahora comienzo a pensar que en realidad este lugar alberga a personas increíbles- aquello muchos lo consideraban irónico pues generalmente lo primero que resaltaba era la incapacidad de Eden para morir, algo que varios no solo veían como imposible sino como monstruoso, pero era algo a lo que uno se acostumbraba, aunque a decir verdad a veces incluso el propio samurái se quedaba anonadado.

Lo primero que fue destacado ante mi movimiento tan brusco fue claramente la in-necesidad expresada por el contrario, de haberlo noqueado de esa manera. Entrecerraba el ojo derecho mientras el izquierdo se agrandaba con una mirada siniestra y quizás... preocupante para algunos. -Aunque seas superior a él, no deja de ser un pirata ¿Esperas que amablemente nos acompañe al cuartel de la Marina mas cercano? ¿O que se deje atar y amordazar? Lo hago por seguridad.- El peligris resultaba ser un gran samaritano, mas de la cuenta y eso en el futuro le traería problemas, esperaba con mi respuesta lo viese mas claro, que era un prevenir que curar, normalmente los piratas si se “rendían” lo hacían con cierto engaño y artimaña poco conveniente para buenas personas como él.

No se sacó nada en claro ante sus capacidades para salir ileso del combate, quizás fuese así por naturaleza o por algún extraño poder, pero yo no era el mas indicado ya que tenia mis ases en la manga, mi habilidad de Akuma, no me extrañaría que por algún casual el tuviese alguna, he vivido en los alrededores del Grand Line, se ven muchas cosas extrañas incomprensibles. -¿¡Zopilo queee?!- Fruncí el entrecejo mientras mi ceja izquierda era arqueada hacia arriba con una expresión de no haberle entendido absolutamente nada, no sabia que puñetas era eso. Quizás con una respuesta, esperé unos segundos para darme la vuelta y dirigirme hacia la zona del brazo del semi-gigante derribado, posando la suela de la bota en él y presionando un poco haciendo que su cuerpo se moviese de un lado a otro como si fuese el movimiento de una cuna. -Yo también tengo un barco, es pequeño, no es muy allá, pero valdrá. Así vamos juntos hasta entregarlos por estas aguas peligrosas.- Mostraba que yo también poseía un barco, siendo mas fácil transportarlos, pudiendo dividir a los apresados en la mitad en cada barco y así eramos dos barcos para viajar por estas aguas inseguras.

Miraba de izquierda a derecha el cuerpo tendido de Eddy. “Ahora... a amarrarlo.” Realmente era un dolor de cabeza, es muy grande -y eso que hay algunos mas grandes- di un pequeño paseo por el astillero, había antes un barco abandonado por lo que entre sus restos busqué una cadena bien gorda y pesada de un ancla. Hice un buen nudo en sus manos atadas a las espaldas junto ademas a sus tobillos para que quedase como a un cochinillo que no pudiese apenas moverse. -Listo.- Mencionaba a modo de aviso de que el grandullón ya había sido inutilizado. El también por su parte había amarrado a los demás piratas que habían sido noqueados, seguido de sus palabras. -Si... realmente hay gente fuerte, no subestimes a nada ni nadie.- Un pequeño consejo que le daba, ya que al vivir en el Grand Line se podía decir que hay gente poderosa, muchos imprevistos, sucesos inevitables... incluso yo me consideraba un Cazador novato en estas aguas, por supuesto hay gente mas fuerte que yo, luchas en las que he sido derrotado, momentos que he sido forzado a huir por mi vida...

-Ya, como sea- rascó un tanto su cabello, no entendía como alguien no podía comprender cuando le comparaban con un zopilote, era algo normal de cualquier fauna en los Blues, de hecho quizás era uno de los animales más comunes en el mundo, aunque ahora que lo pensaba también podía ser que solo lo conociese por otro nombre, a saber, a veces la gente era complicada de satisfacer y en ocasiones simplemente les daba por hacer la tonta y no responder, el mismo Eden había caído en eso alguna ocasión, igualmente de momento no compartía mucho con el otro, salvo que ambos atrapaban criminales, aunque seguramente sus razones y motivaciones eran harto distintas, a decir verdad y aunque no era su estilo juzgar a las personas con tan pocas impresiones, aquel sujeto solo parecía estar interesado en la plata y en acabar con los criminales que eran poco más que presas, lo que era en cierto modo peligroso pues podía no pararse a evaluar si aquel “criminal” era solamente el distintivo que le daban.

-Muy bien, entonces supongo que podemos ir juntos, me refiero, navegar juntos- era complicado ahora pensar cómo se iban a dividir a los hombres capturados, a final de cuentas uno podía decidir no seguir y alejarse en medio del mar, no iba a ser muy difícil para ninguno de los dos romper su acuerdo, Silverman era algo ingenuo en ocasiones pero no era por idiotez sino por una confianza mal otorgada, empero, estaba ahora decidido a no cometer ese error o al menos intentar por varios medios evitarlo, no le gustaría saber que su esfuerzo solo fue para que otro gozase de los mismos, ahora recordaba mucho a esa chica de familia noble llamada Rose, esa mocosa le robó la cartera no hace mucho y de ello tuvo que aprender.

Por lo anterior, acercó al montón de sujetos capturados y los dejó a un lado de aquel hombre, enseguida sujetó la mano del grandulón y con una mirada resuelta aunque no agresiva comentó -Creo entonces que lo justo es que cada uno se lleve a los que ha capturado, digo, no podemos confiar mutuamente tampoco así de la nada, además, divididos cuestan casi lo mismo, así que si alguno decide irse por su lado no habrá nada que objetar- en eso estaba plenamente convencido, no le gustaba abusar de la gente y que tampoco se abusase de él.

Cargar al grandulón hasta su barco no iba a ser tan agradable como esperaría, pero no le quedaba de otra, eso se sacaba por ir tras un sujeto enorme, ¿por qué nunca elegía a criminales pequeños?, ahora que lo pensaba seguro se la pasaría mejor buscando mujeres criminales, tal vez ellas eran más agradables que los locos que solo vivían para hablar de tripas, muerte y cerveza. -Oh, por cierto, soy Eden Orphan Silverman, un gusto, supongo- prefería dar su nombre por cualquier cosa, incluso si el otro no lo mencionaba era algo que bien podía llamarse “cortesía”.