Año 230 D.D.G
Tras un periodo de paz el nombre de un sujeto comenzó a surgir entre los piratas hasta hacerse de un renombre mundial… Norman D. Gold, un pirata que en un par de años alcanzó el poder suficiente para consagrarse como un emperador pirata y eventualmente para ser nombrado como rey de los piratas al haber reunido un tesoro inconcebible al cual se le otorgó el nombre de “One Piece”. Durante años el Gobierno hizo uso de todos sus recursos para acabar con este hombre per todo fue inútil y decidieron simplemente dedicarse a contener sus ataques. Gold sin embargo, no parece interesado en destruir al Gobierno o en atacar a sus instituciones, sino más bien en continuar explorando el mundo no conocido estableciendo con su poder una estabilidad no vista antaño en el mundo de la mano de todas las demás facciones. ¿Serás parte del mundo y su avance?. Seguir leyendo...
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Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional.
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La fantástica aventura [Ra´s Al Ghul].
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La fantástica aventura [Ra´s Al Ghul].
Puerto - Atardecer
Había sido un viaje bastante extenso desde los Blues hasta la Grand Line. Tras su última captura importante junto a esa niña robot, había viajado primero a Loguetown y ahí se había encontrado con varios cazadores, todos buscando llegar a la isla de los Cactus, como no quería viajar solo les propuso llevarlos si ellos le ayudaban a comandar su barco además claro de contribuir con los gastos, algo que aquellos hombres aceptaron y allí estaban. Apenas tocar puerto y dejar el barco se separaron volviendo a dejarle solo, ya hacía mucho tiempo que se encontraba vagando por su cuenta, los anteriores miembros de su tripulación eventualmente le habían abandonado o acababan por morir lamentablemente, pues varios de ellos habían sido civiles que buscaban alguna venganza personal o bien, que pensaban que todo aquello era un juego y no tenían la mínima preparación acabando por ser asesinados con relativa facilidad por otros criminales.
-Joder- comentó tomando un cartel en la entrada que especificaba la ruta a seguir por aquella corriente para llegar hasta Sabaody, pensaba en realidad que era más corto, a ese paso tardaría bastante tiempo antes de llegar a la ciudad que era el último punto de control antes de viajar al Nuevo Mundo. Aparte de sus intenciones personales, pensaba que Mat también estaba buscando llegar a aquellas aguas gobernadas por los emperadores pirata, después de todo esa era la ambición de todos los piratas y siendo su hermano uno de ellos dudaba que tuviese algunas otras ideas ”Mat, ¿qué pasó contigo?, mierda, voy a tener que detenerte antes de que hagas una idiotez”.
Dejó aquel cartel y avanzó saludando a un par de cazadores que estaban por allí fingiendo ser ayudantes del puerto, para cualquier criminal incauto aquella isla era simplemente un agradable sitio “seguro” para la actividad criminal, pero en realidad era una trampa, igual que Baterilla, era una ciudad dedicada a capturar criminales sin combatir, sino mediante otras artimañas…ser cazador tenía ciertas ventajas, como enterarse de ese tipo de cosas y evitar que a uno le confundieran con un pirata o un revolucionario. Por su lado, también estaba buscando a un pirata conocido como “Gran Eddy”, un semigigante que estaba viajando a la Grand Line y supuestamente alguna vez había pertenecido a la alianza roja, pero al parecer había abandonado a Capone para buscar su fama en aquellos mares, atraparlo entonces antes de que se volviese un supernova era crucial para el samurái.
Según aquellos tipos con los que viajaba, la mejor opción era vigilar primero el puerto ya que en este se encontraban algunos negocios falsos que aprovechaban para capturar a los desprevenidos, y aunque a Eden no le importaba demasiado la recompensa sino que el criminal fuese capturado, tampoco estaba en la mejor situación económica para rechazar algo de dinero, por no mencionar que el viaje hasta el final de la Grand Line ya no se antojaba tan corto como en un inicio había pensado el chico de las espadas. Fue así como llegó a un sitio donde abundaban varios bares, allí dentro estaban ya varios pirata y de repente algunos eran capturados sin darse cuenta por los cazadores ocultos o encubiertos como barman, empero, a simple vista ninguno de ellos era el gran Eddy, pues eran demasiado pequeños, tal vez todavía no había llegado, o quizás ni siquiera llegaría a esa isla.
InvitadoInvitado
Re: La fantástica aventura [Ra´s Al Ghul].
Un ser extraño... una abominación, un monstruo de la naturaleza. Eso es lo que soy. Me llamo Ra's Al Ghul y aquí comienza la aventura del día. Situado en la isla de los cactus, dominada por los Cazadores, viajé en mi propio barco, no es nada del otro mundo pero al menos sirve, viajando con algunos compañeros de poca monta unos simples grumetes de agua dulce, otros cazadores que no tenían medios de transporte, no son amigos, no son conocidos... No son nadie. Pero nuestros caminos se separaban aquí, recuerdo que uno de ellos quería quedarse una temporada con la novia, una mujer dijo que se dirigiría a un camino diferente al mio, otro hombre se unía a otro grupo de cazadores en busca de un “éxito mayor”. Por lo que de forma resumida me quedé solo y debía de buscar unos nuevos compañeros de viaje, pues solo no podía llevar el barco, pero no obstante mi objetivo en esta isla era diferente. Durante los últimos 3 días llevábamos siguiendo la pista del “Pequeño Eddy” aunque le decía Gran Eddy, pero a mi me gustaba decir pequeño, por cierto sarcasmo.
Mis dotes de seguimiento y mi mínimo de rastreo me llevaron hasta esta isla ¿Pero donde y como se oculta semejante mole? No alcanzaba a comprendedlo, se pudo ver el barco llegar aquí y “desaparecer” no se sabia donde estaba y obviamente Eddy estaría aquí pero no se sabe donde, alguien así debe estar oculto en un lugar grande MUY grande.
Vestía con mi clásica indumentaria de pantalones negros y rojos asemejando la figura de unas llamas en los puntos donde se juntan estos dos colores, unas botas, mi cadena enroscada en la cintura y pierna izquierda, con una sudadera negra y holgada con la capucha puesta, teniendo mis alas negras dentro de la ropa y ocultas a la vista, así como los cuernos de la frente aunque esos eran mas visibles y me daban igual, mostraban una apariencia mas intimidante y eso a veces ayudaba. Encontrándome en mitad de una de las calles de aquella isla, teniendo en mi diestra un cartel de Wanted de ese pirata grandullón, teniendo a su vez mis destacados guanteletes o garras, quería ver la cara e intentar acordarme si por algún casual lo veía. Pero sinceramente... me encontraba algo perdido, dentro de una zona urbana mi capacidad de rastreo resultaba mas pobre, prefería perseguir o dar caza en los bosques; lo mas fácil seria a los maestros de la información llamados taberneros, pero en una isla así... repleta de Cazadores y que los propios taberneros podrían ser Cazadores seria estúpido preguntar algo así. ¿Pero tenia algo mejor?
Emprendí camino al bar mas cercano, estirando mi zurda con intención de empujar la puerta, pero esta acabó siendo empujada hacia fuera y me vi en la necesidad de apartarme, pues un grupo personas arrastraban a otros dos hasta empujarlos fuera, con un seguido puñetazo a uno de ellos tumbándolo en el suelo, alguna que otra patada en la zona abdominal. -¡Sucio pirata, me cobrare tu recompensa de lo lindo!- Gritaba uno de los que trabajaba los riñones de uno de ellos a patadas, algunos gritos de dolor emergían, no era de mi incumbencia por mucha crueldad que hubiera en tales actos; estando en mayoría y dándoles una paliza por despecho. Alcé la mirada encima de la entrada para observar el cartel. “El tesoro risueño” Leí en mi mente, para acabar bajando la mirada. Un nombre extraño a decir verdad.
Acabé atravesando la puerta con tranquilidad, evitando llamar mucho la atención y queriendo pasar desapercibido por mi fácil aspecto llamativo e inusual. Sin mirar a mi alrededor y sin perder tiempo me acerqué a la barra, pasando al lado e incluso chocando sin querer mi hombro derecho con el hombro izquierdo por la espalda de un joven muchacho de pelo grisáceo (Eden), sin embargo no me detuve en mi caminar pues simplemente acabé girando el cuello hacia la derecha y mirar de reojo a aquel sujeto, una mirada que solo llevo un par de segundos vislumbrándose mis ojos blanquecinos desde la oscuridad de mi capucha. Llegando a la barra posé la diestra con la garra y una bolsa de berries y en la izquierda un cartel de Wanted. -Disculpa... ¿Ha visto a esta persona?- Palabras en un tono normal pero que fácilmente podría escuchar cualquiera si lo deseasen. Rápidamente el barman o tabernero de una edad de 40 años o mas se acercó cogiendo la bolsa de berries con disimulo comprando así la información de un tabernero, algo clásico y básico. -No, ademas es demasiado llamativo, se le abría visto.- Asentí con la cabeza llevando la diestra a mi bolsillo derecho para sacar otra bolsa de berries. -¿Y sabes de lugares de la zona donde pueda esconderse alguien así?- Nuevamente el tabernero estiraba la mano con disimulo y arrastraba la bolsa hasta detrás de la barra, llevando luego esa misma mano a la barbilla y pensando. -Hay un sitio... hay un antiguo astillero que ya no se usa, resulta que allí hay una o dos casas abandonadas en propiedad de nadie, son grandes para meter alguien así.- Menos daba una piedra, un astillero abandonado donde se podría haber llegado en barco o bote y edificios cerca para ocultarse durante un tiempo, es lógico ¿Seria suficiente?
La conversación pudo ser escuchada “quizás”, pero me daba igual e indiferente, pero sin mas dilatación asentía con la cabeza al tabernero y me di la vuelta con intención de marchar por la puerta...
InvitadoInvitado
Re: La fantástica aventura [Ra´s Al Ghul].
Entra o no entrar, ese era el dilema de cara a ese bar que estaba enfrente suyo, la verdad no estaba de antojo para beber y estaba seguro que nada era gratis en esa isla, cualquier información le iba a costar dinero y no le apetecía gastar monedas en algo como eso, pues era posible que el tipo ni siquiera estuviese en ese lugar o peor aún, que ya estuviese capturado y simplemente lo estafaran, algunas ocasiones anteriores ya le había sucedido algo como eso y los cazadores de recompensa no eran una fuente precisamente confiable, claro, de vez en cuando la información era útil, pero eso no significaba que fuese ciento por ciento de fiar.
-Qué coño- se decidió finalmente entrando al sitio y notando como un par de piratas ya ebrios y dormidos sobre una mesa eran atados por una mujer y aparentemente su pareja, mismos que les cargaron y llevaron a la parte trasera del establecimiento, seguramente para asegurarse que no podrían escapar y todo eso. Estaba por acercarse a la barra cuando un sujeto relativamente alto le golpeó con cierta rudeza, aquello le hizo tambalearse y por un momento tuvo que sostenerse de una mesa para evitar caer, si bien eso no le hubiese traído daño alguno, siendo primerizo en la Grand Line lo que menos se le apetecía era parecer un completo idiota. -No te preocupes, estoy bien- le dirigió al otro con cierta ironía, ya que el mismo era indiferente a la suerte del samurái “Bienvenido a la Grand Line, novato” pensó a sus adentros encogiéndose de hombros y sacando un cigarro para encenderlo y fumar. Tomó asiento en una mesa encontrando una cerveza a medio terminar, quizás de un desafortunado ya capturado, así que sin darle relevancia la dejó de lado, bien podía estar contaminada con algún somnífero o algo.
Escuchó entonces algo referente a un astillero y a un tipo llamativo, no estaba seguro que fuese aquel pirata al que estaba persiguiendo, pero era prudente revisar el sitio antes de irse de la isla con las manos vacías, aunque en todo eso estaba un problema fundamental, ¿aquel encapuchado no iría entonces a la misma ruta?, si fuese como la niña robot de las islas Organ probablemente podrían colaborar juntos, pero ese sujeto con la actitud que se cargaba no parecía ser alguien de muchos amigos, menos todavía de palabras carismáticas, así que anunciarse como un posible aliado era, cuanto menos por ahora, un error a su parecer.
Por lo anterior, esperó unos segundos a que ese hombre saliese y se fue tras de él, a una distancia relativamente media, aunque no se esforzaba por ocultarse, pensaba que la mejor forma de no ser percibido era ir a plena luz del día, a fin de cuentas, en ese puerto estaban muchos establecimientos abiertos, bien podía estar caminando para ingresar a alguno si es que el otro le preguntaba. Así anduvo junto al contrario hasta que finalmente llegaron a un extremo del puerto donde ya no había establecimientos, ya no era posible mentir si era descubierto, aunque eso no fue necesario, pues en ese momento comenzaron a escucharse risas y algunos cantos raros, provocando entonces que varios cazadores emergieran de las sombras, al principio pensaba que eso era una simple broma, a veces les gustaba gastarla, pero se dio cuenta que la cosa iba en serio cuando sacaron sus armas y casi al momento un anciano se adelantaba al resto mencionando con cierta autoridad -¿Son nuevos por aquí?, una lástima, debieron preguntar a los lugareños, nadie pasa por este lugar sin una cuota mínima, dos personas sin duda es un buen peaje, paguen o mueran- joder, ¿todo siempre se iba a tratar de morir o cosas así?.
-Qué coño- se decidió finalmente entrando al sitio y notando como un par de piratas ya ebrios y dormidos sobre una mesa eran atados por una mujer y aparentemente su pareja, mismos que les cargaron y llevaron a la parte trasera del establecimiento, seguramente para asegurarse que no podrían escapar y todo eso. Estaba por acercarse a la barra cuando un sujeto relativamente alto le golpeó con cierta rudeza, aquello le hizo tambalearse y por un momento tuvo que sostenerse de una mesa para evitar caer, si bien eso no le hubiese traído daño alguno, siendo primerizo en la Grand Line lo que menos se le apetecía era parecer un completo idiota. -No te preocupes, estoy bien- le dirigió al otro con cierta ironía, ya que el mismo era indiferente a la suerte del samurái “Bienvenido a la Grand Line, novato” pensó a sus adentros encogiéndose de hombros y sacando un cigarro para encenderlo y fumar. Tomó asiento en una mesa encontrando una cerveza a medio terminar, quizás de un desafortunado ya capturado, así que sin darle relevancia la dejó de lado, bien podía estar contaminada con algún somnífero o algo.
Escuchó entonces algo referente a un astillero y a un tipo llamativo, no estaba seguro que fuese aquel pirata al que estaba persiguiendo, pero era prudente revisar el sitio antes de irse de la isla con las manos vacías, aunque en todo eso estaba un problema fundamental, ¿aquel encapuchado no iría entonces a la misma ruta?, si fuese como la niña robot de las islas Organ probablemente podrían colaborar juntos, pero ese sujeto con la actitud que se cargaba no parecía ser alguien de muchos amigos, menos todavía de palabras carismáticas, así que anunciarse como un posible aliado era, cuanto menos por ahora, un error a su parecer.
Por lo anterior, esperó unos segundos a que ese hombre saliese y se fue tras de él, a una distancia relativamente media, aunque no se esforzaba por ocultarse, pensaba que la mejor forma de no ser percibido era ir a plena luz del día, a fin de cuentas, en ese puerto estaban muchos establecimientos abiertos, bien podía estar caminando para ingresar a alguno si es que el otro le preguntaba. Así anduvo junto al contrario hasta que finalmente llegaron a un extremo del puerto donde ya no había establecimientos, ya no era posible mentir si era descubierto, aunque eso no fue necesario, pues en ese momento comenzaron a escucharse risas y algunos cantos raros, provocando entonces que varios cazadores emergieran de las sombras, al principio pensaba que eso era una simple broma, a veces les gustaba gastarla, pero se dio cuenta que la cosa iba en serio cuando sacaron sus armas y casi al momento un anciano se adelantaba al resto mencionando con cierta autoridad -¿Son nuevos por aquí?, una lástima, debieron preguntar a los lugareños, nadie pasa por este lugar sin una cuota mínima, dos personas sin duda es un buen peaje, paguen o mueran- joder, ¿todo siempre se iba a tratar de morir o cosas así?.
InvitadoInvitado
Re: La fantástica aventura [Ra´s Al Ghul].
Mis manos junto con mis garras quedaban introducidas en el bolsillo abdominal de la sudadera, con la cabeza ligeramente agachada para que mi rostro fuese lo menos visible posible. Al principio caminaba por una de las calles principales de la isla con un caminar algo acelerado queriendo salir de allí cuanto antes y obviamente porque no tenia nada mejor que hacer que seguir... la caza. Bastante multitud por la zona, algunos simples civiles con sus familias. Padres, madres e hijos; que agradable.
Mis pasos iban conduciendo a lo que parecía ser la zona de mas a las afueras de la zona céntrica o importante de la isla, no conocía nada de esta isla, muy poco, pero asumía que debía de ser en las afueras, llámalo intuición. Pero aun así trataría de asegurarme, acercándome por ello a una mujer mayor con una joven chica de 5 años, siendo posiblemente abuela y nieta. Mantuve la mirada apartada de ella evitando que mi rostro fuese claramente visible. -Perdone señora. ¿Sabe donde se encuentra el astillero abandonado?- Siempre con amabilidad, al menos un mínimo pues no era un desagradecido ni un mal educado. La señora quedaba algo confuso y fruncía el entrecejo, no podía verla directamente ya que evitaba contacto visual. -Allí no se te perdió nada y es mejor que no vayas, pero sigue este camino y luego gira a la izquierda y todo recto, lo verás fácilmente.- Me guió de una manera sencilla, parece que el astillero abandonado es un lugar poco visitado, supongo por la in-necesidad pero a su vez visible. En aquellos instantes que me había detenido para conversar con la anciana miré por un momento de reojo a mis espaldas, contemplando al mismo joven de pelo grisáceo de la taberna. “¿Me sigue o es casualidad?” No pude evitar pensar con cierta duda hacia él, porque si desde la taberna hasta aquí no se ha separado de mi y si ya encima se llegaba a parar o reducía su caminar cuando conversaba con la anciana... mas duda me daría.
Tras unos segundos donde posiblemente habría podido comprobar si menguaba su velocidad en el paso o se detenía, volvería a reanudar mi marcha, tanto como si lo hacia como si no para seguir hacia la dirección que indicó la anciana. Simplemente le acabé asintiendo con la cabeza a medida que me alejaba.
El camino se volvía mas apartado, ausente de personas por no decir que ya solo quedaba yo y los pasos a mis espaldas del joven que aparentemente me seguía. Estaba a punto de pararme y darme la vuelta para averiguar sus posibles intenciones, pero la aparición de una melodía y que debajo las piedras saliesen un grupo de personas me impidió mis deseos. Sencillas declaraciones iniciales de una persona de dicho grupo, mis palabras quedaron en silencio y lentamente giraba la cabeza hacia mi izquierda para de reojo observar a mis espaldas, mantenía las manos dentro del bolsillo de la sudadera, mi capucha aun quedaba puesta, quería comprobar que aun estaba allí esa otra persona. -Pagar o morir...- Murmuré en voz baja para mi mismo, palabras que no serian oidas por nadie por el bajo tono. -¿Sois piratas o Cazadores?- Declaración directa por mi parte, volviendo la cabeza al frente pero manteniendola agachada. -Los piratas son quienes extorsionan a las personas, los Cazadores creía que se ayudaban mutuamente.- Fuesen una cosa o la otra me resultaban la misma mierda por simplemente amenazar con la muerte, por eso a veces los propios Cazadores que actuaban así me repugnaban y resultaba ser un lobo solitario para no juntarme con esta gentuza. -¿Me estas vacilando?- Con toda tranquilidad respondía aquel anciano que parecía ser el cabecilla. Sacaba mi mano izquierda para meterla en el bolsillo del pantalón y sacar una bolsa marrón bastante abultada y resonante de “monedas” pero realmente eran chapas que hacían un juego similar. -Yo pago mi parte... Al otro no lo conozco que ese pague la suya.- Obviamente no iba a apechugar por un desconocido.
-Humm, me convence. John, coge la bolsa.- El anciano accedeia a aceptar mi parte, pero seguramente pediria la parte del otro que me acompañaba indebidamente, señalo la bola y mi mano, siendo la diestra, que estaba estirada al frente con el saco encima. Uno de los piratas con daga en mano izquierda se acerco hasta mi y con su diestra cogió la bolsa. En ese momento soltaba la bolsa que estaba se desprendía hacia el suelo y con esa misma mano sostenía su muñeca y forzaba a desplazar su articulación hacia la espalda (como cuando uno se pone unas esposas), quedando su mano en la espalda, acto seguido mi pierna derecha golpeaba la parte de atrás de su pierna para forzar que se arrodillase, quedando en mala posición, con su espalda frente a mi pecho, posteriormente mi pie izquierdo pisaba su zurda junto con su cuchillo para inutilizarlo, llevando mi zurda con las garras bien afiladas a la altura de su cuello, mi posición se agachaba al momento que lo dominaba para ocultar parcialmente mi rostro tras su cabeza. Justo en ese momento la bolsa terminó por caer, junto con el rostro de sorpresa del grupo. -¿Ahora quien es el novato? … Os propongo un trato mejor. Me dejais pasar GRATIS y os perdono.- Pagaaarlo, podía pagarlo, pero me tocó las narices que amenacen y extorsionen de esta manera, no pensaba tampoco ejecutarlo... salvo que fuese necesario. La cuestión seria que papel tomaría el joven peli gris, que se situaba aproximadamente unos metros y a mis espaldas.
InvitadoInvitado
Re: La fantástica aventura [Ra´s Al Ghul].
-Oigan, calma chicos, todo es diversión hasta que alguien se saca un ojo- Silverman se mantuvo tranquilo aunque notablemente enfadado, la verdad no le gustaba estar siempre siendo amenazado o atacado, algo que para su mala suerte era bastante habitual en su vida, desde los Blues la gente ya parecía verle como un tonto que podían destruir con un par de golpes, más de uno había sufrido por ello pero tampoco estaba orgulloso por eso, después de todo a veces esos eventos eran provocados más que nada por malos entendidos, como ahora unos cuantos cazadores que no se diferenciaban mucho de simples criminales, era por personas como esas que Eden no se consideraba un cazador, por personas así también muchos civiles ya pedían un precio por su cabeza considerándoles una amenaza.
El otro tipo pareció acceder a pagar el peaje, algo que se le antojó extraño al samurái, aunque tal vez fue solo su impresión inicial y en realidad no era tan mal encarado como parecía. Así, la atención de la mayoría se centró en el muchacho, casi al momento varias pistolas le apuntaron y un par de espadas se acercaron apenas a un metro de su cuerpo con sus portadores sonriendo confiados e incluso haciendo bromas de cómo le acabarían si intentaba hacer algo -Ya…ahora vienen las bromas de cómo me van a sacar las tripas o eso, ¿acaso todos sois iguales?- palmeó con cierta fuerza su cara, totalmente cansado de ese tipo de tonterías, sus chistes al menos eran novedosos y divertidos, pero, los malos siempre parecían decir las mismas cosas una y otra vez, casi como un guion de actor mal montado. No obstante, antes de dar una respuesta acertada el otro sujeto amagó al que tenía cerca comenzando una especie de forcejeo, mismo que Eden aprovechó para acercarse a un sujeto y darle una patada tan fuerte que lo hizo salir volando y estamparse contra otros dos sujetos dejándoles fuera de combate, no eran tan fuertes después de todo, y pensaba que en la Grand Line existían solo personas capacitadas.
Pese a la tensión del ambiente, los contrarios lograron mantener la compostura y no iniciar una trifulca sin sentido, el anciano, aunque arrogante en un inicio, ahora se notaba dubitativo, los dos movimientos de aquellos presentes parecían anunciarle un mal futuro si se empeñaba en luchar contra ellos, aunque, por otro lado, algunos de los presentes exigían justicia por la afrenta y mencionaban ya abrir fuego para acabar matando a los dos hombres que se les estaban oponiendo. Pasaron así un par de segundos en silencio, momento en el cual Silverman simplemente bostezaba con normalidad y después se rascaba la cabeza aburrido, finalmente el anciano maldijo a la suerte y ordenó levantar a los pobres diablos ya vencidos, además de darles paso si aquellos dos no atacaban de nuevo a sus integrantes -Vale, es un trato- no estaba seguro si el otro iba a acceder, aunque era una tontería enfrascarse en una pelea si ya habían obtenido la victoria en un par de movimientos.
Hubo un momento donde aquellos cazadores solamente tuvieron que recoger a sus heridos y eventualmente desaparecieron en las sombras de los callejones, finalmente otra vez solo estaban aquellos dos y ya no se notaba ninguna otra figura, salvo el astillero viejo a lo lejos, el objetivo de ambos desde el inicio -Parece que ya se han ido- se adelantó hasta quedar al lado de aquel sujeto pero no le volteó a mirar, simplemente mantuvo sus orbes fijos en el astillero más a lo lejos -Parece que ambos tenemos un objetivo en común-.
El otro tipo pareció acceder a pagar el peaje, algo que se le antojó extraño al samurái, aunque tal vez fue solo su impresión inicial y en realidad no era tan mal encarado como parecía. Así, la atención de la mayoría se centró en el muchacho, casi al momento varias pistolas le apuntaron y un par de espadas se acercaron apenas a un metro de su cuerpo con sus portadores sonriendo confiados e incluso haciendo bromas de cómo le acabarían si intentaba hacer algo -Ya…ahora vienen las bromas de cómo me van a sacar las tripas o eso, ¿acaso todos sois iguales?- palmeó con cierta fuerza su cara, totalmente cansado de ese tipo de tonterías, sus chistes al menos eran novedosos y divertidos, pero, los malos siempre parecían decir las mismas cosas una y otra vez, casi como un guion de actor mal montado. No obstante, antes de dar una respuesta acertada el otro sujeto amagó al que tenía cerca comenzando una especie de forcejeo, mismo que Eden aprovechó para acercarse a un sujeto y darle una patada tan fuerte que lo hizo salir volando y estamparse contra otros dos sujetos dejándoles fuera de combate, no eran tan fuertes después de todo, y pensaba que en la Grand Line existían solo personas capacitadas.
Pese a la tensión del ambiente, los contrarios lograron mantener la compostura y no iniciar una trifulca sin sentido, el anciano, aunque arrogante en un inicio, ahora se notaba dubitativo, los dos movimientos de aquellos presentes parecían anunciarle un mal futuro si se empeñaba en luchar contra ellos, aunque, por otro lado, algunos de los presentes exigían justicia por la afrenta y mencionaban ya abrir fuego para acabar matando a los dos hombres que se les estaban oponiendo. Pasaron así un par de segundos en silencio, momento en el cual Silverman simplemente bostezaba con normalidad y después se rascaba la cabeza aburrido, finalmente el anciano maldijo a la suerte y ordenó levantar a los pobres diablos ya vencidos, además de darles paso si aquellos dos no atacaban de nuevo a sus integrantes -Vale, es un trato- no estaba seguro si el otro iba a acceder, aunque era una tontería enfrascarse en una pelea si ya habían obtenido la victoria en un par de movimientos.
Hubo un momento donde aquellos cazadores solamente tuvieron que recoger a sus heridos y eventualmente desaparecieron en las sombras de los callejones, finalmente otra vez solo estaban aquellos dos y ya no se notaba ninguna otra figura, salvo el astillero viejo a lo lejos, el objetivo de ambos desde el inicio -Parece que ya se han ido- se adelantó hasta quedar al lado de aquel sujeto pero no le volteó a mirar, simplemente mantuvo sus orbes fijos en el astillero más a lo lejos -Parece que ambos tenemos un objetivo en común-.
InvitadoInvitado
Re: La fantástica aventura [Ra´s Al Ghul].
Las cuchillas de mis garras quedaban firmes rozando el cuello de aquel sujeto que mantenía los ojos abiertos como platos, temeroso por su vida al estar totalmente reducido y sometido a mi merced, un mínimo de capacidad cuerpo a cuerpo por mi parte, no era excepcional, pero algo sabia. No hablaba, no sabia que decir, pero su mirada podía decirlo todo a sus compañeros “no por favor” seguramente seria lo que trasmitía. En cambio en aquel proceso de sometimiento, el joven que vino conmigo daba muestra de su fuerza, dando una patada formidable y decente derribando a varios de ellos, muestra mas que suficiente por parte de cada uno de saber y poder combatir contra ellos totalmente y no ser personas a las que subestimar.
Finalmente acaban cediendo a la exigencia y deciden dejarnos paso, una lastima... no se atrevieron a no ceder, a jugársela, pero aun así no dejaban de ser compañeros por muy rastreros que sean, obviamente no querrían tener que limpiar el estropicio montado, pero la cobardía ganaba en esta escena. Mi diestra soltaba su mano para ser posada en su cabeza, alejaba mi zurda de su cuello y con la derecha empujaba su cabeza hacia adelante para obligarlo a caer o tumbarse boca abajo, empujándolo así de forma despectiva. -Uaagh... Dais asco.- El hombre se arrastraba mientras se levantaba y alejaba con velocidad junto con sus compañeros. -¡Esta me las pagaras, ya lo verás!- Exclamaba señalando con el indice de su derecha, con las venas rojas de sus ojos marcadas por cierto odio y temor. Pero optaban por alejarse e irse hasta que fueron perdido de la vista, simples amenazas que podrían no tener futuro o un posible problema. Quien sabe.
Escuché de fondo las palabras del peli-gris, ni intención tendría de preguntar su nombre ni de darle el mio, al menos no por ahora. -Yo cazo solo.- Simple respuesta ante el objetivo en común que teníamos el y yo, en cierto aspecto resultaba ser un cazador común, motivado por el dinero pero indirectamente ayudaba a la justicia para impedir que gente mala andase por las calles. Pero es que el dinero era lo primero, al menos para mi. ¿Invitarle a la cacería? Es una opción pero no quería, por el motivo de ser un lobo solitario que desconfía de los demás y prefiere valerse solo. Mis pasos comenzaron a alejarse del humano y en dirección a la zona del astillero, mi objetivo seria posicionarme por los alrededor y observar un rato, quizás ver movimiento de quien entra y sale del lugar, lugares abandonados que realmente estén ocupados, estudiar la entrada. Pero también dependia si el chaval iba a querer seguirme o iba a buscar su camino propio. -No se cual es tu objetivo realmente, pero no te pongas entre mi presa y yo.- Como dije antes, sobre todo es por el tema del dinero y el ser solitario.
InvitadoInvitado
Re: La fantástica aventura [Ra´s Al Ghul].
-Vaya, que seriedad- se encogió de hombros suponiendo que así era la vida de un cazador, al menos los que conocían no solían aliarse por una causa común, al contrario, todos parecían simplemente buscar su bien personal, algo bastante obvio y hasta respetable, después de todo no eran un grupo de amigos sino hombres y mujeres dedicados a ganarse la vida de una forma arriesgada, Eden podía respetar eso, pero no entendía porque no tomárselo con cierto humor, uno debía “amar” lo que hacía, ¿no?, en ocasiones parecía que aquello era más bien una carga que un disfrute para muchos cazadores. Era cierto que algunos hombres eran suficientemente fuertes para valerse sin ayuda de algún otro, empero, otros podían estar sobrestimando sus capacidades, por ejemplo, aquellos sujetos que acababan de irse, si estuviese cada uno por su cuenta sin duda no durarían mucho en la Grand Line, pero quizás unidos eran fuertes.
-Sí, claro, señor lobo solitario o como sea- comentó en broma pues en realidad no le importaba mucho interponerse en el camino de nadie, incluso ahora que lo pensaba podría ser interesante ver como se manejaban las cosas en aquellas aguas, pues era bien sabido que los Blues eran un mundo distinto. Por tales motivos simplemente le fue siguiendo a cierta distancia sin darle mayor relevancia al hecho de que aquel hombre no parecía congeniar mucho con la compañía, le recordó un poco a Mat e incluso a esa niña Alys, pensó en ella y se preguntó si estaría ya cazando a Barbamoco, tal vez hubiera sido buena idea quedarse unas semanas extra en los Blues y conseguir más dinero, aunque pronto abandonó esa ilusión, si Mat se estaba dirigiendo al Nuevo Mundo él haría lo mismo, también tenía metas personales para llegar hasta las aguas de los emperadores pirata.
Finalmente llegaron hasta un buen sitio desde donde se observaba el objetivo a la distancia, con buena visión y, sobre todo, arropados por la ya creciente penumbra que dejaba un ocaso. Dejó que el otro sujeto se tomara las cosas en serio mientras él simplemente saltaba a un montón de cajas arrumbadas tomando asiento cómodamente, aunque no por ello fácil de percibir pues le ocultaba una cabaña ya casi en su totalidad destruida por el paso de los años. Esculcó entonces sus ropajes y encontró una pequeña cantimplora que tenía sake, la misma que había conseguido en el reino de Goa meses atrás, era un buen momento para relajarse con un trago.
Pasaron así varios minutos donde la soledad y el silencio eran los únicos acompañantes, al parecer en el astillero no había actividad alguna, ni siquiera salían personas del mismo, probablemente habían estafado al otro, pues de estar alguien allí ya se habría percibido algún movimiento. Por su lado, Silverman solo estaba recostado en las cajas mirando el cielo, en la Grand Line hacía un tiempo agradable, quizás incluso si no alcanzaba a pasar al otro lado podría considerar quedarse en esa zona. -Oye, yo creo que te han estafado, nadie se mueve en ese montón de madera- lanzó al aire ya aburrido meciendo su pierna derecha que colgaba, por un momento también se sintió idiota pues le estuvo siguiendo aparentemente para nada, pero luego llegó a la conclusión que igual no hubiese hecho nada mejor que estar perdido entre los bares -Ya sabes, los cazadores no son del todo fiables-.
-Sí, claro, señor lobo solitario o como sea- comentó en broma pues en realidad no le importaba mucho interponerse en el camino de nadie, incluso ahora que lo pensaba podría ser interesante ver como se manejaban las cosas en aquellas aguas, pues era bien sabido que los Blues eran un mundo distinto. Por tales motivos simplemente le fue siguiendo a cierta distancia sin darle mayor relevancia al hecho de que aquel hombre no parecía congeniar mucho con la compañía, le recordó un poco a Mat e incluso a esa niña Alys, pensó en ella y se preguntó si estaría ya cazando a Barbamoco, tal vez hubiera sido buena idea quedarse unas semanas extra en los Blues y conseguir más dinero, aunque pronto abandonó esa ilusión, si Mat se estaba dirigiendo al Nuevo Mundo él haría lo mismo, también tenía metas personales para llegar hasta las aguas de los emperadores pirata.
Finalmente llegaron hasta un buen sitio desde donde se observaba el objetivo a la distancia, con buena visión y, sobre todo, arropados por la ya creciente penumbra que dejaba un ocaso. Dejó que el otro sujeto se tomara las cosas en serio mientras él simplemente saltaba a un montón de cajas arrumbadas tomando asiento cómodamente, aunque no por ello fácil de percibir pues le ocultaba una cabaña ya casi en su totalidad destruida por el paso de los años. Esculcó entonces sus ropajes y encontró una pequeña cantimplora que tenía sake, la misma que había conseguido en el reino de Goa meses atrás, era un buen momento para relajarse con un trago.
Pasaron así varios minutos donde la soledad y el silencio eran los únicos acompañantes, al parecer en el astillero no había actividad alguna, ni siquiera salían personas del mismo, probablemente habían estafado al otro, pues de estar alguien allí ya se habría percibido algún movimiento. Por su lado, Silverman solo estaba recostado en las cajas mirando el cielo, en la Grand Line hacía un tiempo agradable, quizás incluso si no alcanzaba a pasar al otro lado podría considerar quedarse en esa zona. -Oye, yo creo que te han estafado, nadie se mueve en ese montón de madera- lanzó al aire ya aburrido meciendo su pierna derecha que colgaba, por un momento también se sintió idiota pues le estuvo siguiendo aparentemente para nada, pero luego llegó a la conclusión que igual no hubiese hecho nada mejor que estar perdido entre los bares -Ya sabes, los cazadores no son del todo fiables-.
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Re: La fantástica aventura [Ra´s Al Ghul].
No hice caso alguno ante las palabras que mencionó el joven, simplemente lo ignoré y continuaba el paso adentrándome en la zona del astillero abandonado, por los alrededores, la oscuridad de la noche se cernía sobre nuestras cabezas. A pesar de mi insistencia de querer ir solo, el joven deseaba seguir yendo conmigo contra mi voluntad, haciendo que frunciese el entrecejo algo serio del poco agrado de ello, los “espectadores” no eran lo mio.
Acabé posicionandome en la esquina de una cabaña medio derruida, se notaba por su hundido techo, pero aun las paredes quedaban en pie. Algunas cajas amontonadas en los alrededores, pocas de ellas a lo lejos pero allí se encontraba mi admirador secreto, si lo podía llamar así, sentado a mis espaldas y por supuesto ignorado por mi parte. Agachaba ligeramente mi posición para posar mi rodilla izquierda en el terreno y mi mano derecha en la pared mohosa, asomando mi cabeza por la izquierda. Pasaban los minutos y no se veía movimiento ninguna en el único edificio o casa que aparentaba mas en pié pues el resto estaba aparentemente inservibles o inhabitables.
Las palabras del chico retumbaron en mi oído, odiaba que en momentos de caza, de vigilancia y observación se destruyese el silencio y la armonía de ello, me mordí los labios por un momento al escucharlo y bajé la mirada un poco hacia el suelo y lentamente la dirigía hacia atrás, mirando de reojo a las espaldas, apenas se podía percibir el interior de la capucha, evitaba que fuese muy claro viéndose el rostro. Igualmente ignoré esas primeras palabras, volviendo mi mirada al frente, pero las segundas que escuché de que los Cazadores no son de fiar, me hizo el cuello algo mas vislumbrándose el color blanco de mis ojos poco humanos, con un iris blanco y parcialmente los tatuajes de mi rostro; algunas personas solían temer o sorprenderse por lo poco natural de mi apariencia y eso no solía ser todo, si viesen mis alas ya para que decir mas. -¿Y eso lo dice otro Cazador?- Respuesta con una pregunta retórica en un tono grave pero sarcástico referente ante los Cazadores no son fiables. -Te dije que Cazo solo, no se que haces aquí.- Me levantaba de mi posición agazapada para estar totalmente erguido de frente a él, incluso di un paso con la pierna izquierda hacia adelante con un leve tintineo de la cadena enroscada dejando mas libremente la percepción hacia mi rostro, quedando con los ojos abiertos totalmente hacia él. “Toc toc...” Dos golpes con el puño a modo de llamada a una puerta resonó en el ambiente a lo lejos cuando había desviado la mirada, en esos segundos de distracción, a punto nuevamente estuve de decirle cuatro cosas, me giré rápidamente observando a un hombre encapuchado con una túnica oscura propia de alguien que se mueve entre las sombras. Una mini-puerta se abrió a la altura de los ojos tipo mirilla para ver de quien se trataba, las palabras que pudieron trasmitir no eran audibles desde nuestra distancia, pero acabó abriendo la puerta y cerrándola tras el encapuchado. Ya sabíamos que ese lugar estaba habitado.
Giré nuevamente el rostro hacia mi “compañero forzado” ya que el mismo buscaba lo mismo, aunque por dentro yo me lo tomaba mas como una competición ya que quien caza a la presa se lleva su piel. -Dime... Cazador desconocido que puede no ser de fiar...- Rudas palabras en un tono suave, obviamente no me fiaba. -¿Cual es tu objetivo y como lo asaltarías? Ya que te empeñas- Ya que me interrumpía en mi vigilancia, en el estudio de mi presa, quería saber irónicamente como lo haría él, como “experto” en esta profesión.
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Re: La fantástica aventura [Ra´s Al Ghul].
Pocas cosas en el mundo eran capaces de perturbar realmente a Eden, el entrenamiento con su maestro en shimotsuki le había hecho un hombre calmado, apacible y no dado a resolver los problemas a golpes si se daba la oportunidad de dialogar, eso, sumado a su ahora poder de no morir conjugaron a un “insensato”, como le llamaban muchas personas, un tipo que se tomaba la vida a la ligera y que casi nada le preocupaba, incluso era difícil hacerle sentir asco por ciertas situaciones. Empero, aquel sujeto de malas pulgas había dado en el clavo de una de esas cosas que eran molestas en realidad para el samurái -No soy un cazador- su tono ya no era simpático ni tampoco amable, menos todavía sarcástico, era serio, algo que pocas veces se escuchaba en su figura -Los cazadores lo hacen por dinero, a mí no me interesa el dinero propiamente, aunque claro, te ayuda en algunas cosas- como vivir, comer, incluso hasta dormir mejor, sin embargo, la línea entre cazar por dinero y hacerlo por un sentido de justicia estaba bien diferenciada según el peliblanco; la primera se distinguía por verse incapaz de discernir entre un criminal real y un tipo descarriado, dinero era dinero…la segunda en cambio, evaluaba el riesgo y las acciones más que las palabras o avisos de la marina y sobre ello se podía dictaminar si se merecía dar cacería a una persona o si realmente pese a sus errores, no era alguien propiamente maligno.
Por todo lo anterior, Silverman se consideraba desde hace mucho un ciudadano responsable, un sujeto que ejercía su capacidad de capturar criminales como un hombre del pueblo y llevarlos tras las rejas para impedir que continuasen dañando a la población civil. -Es un mundo libre, puedo estar aquí o allá, a menos que tengas un papel o alguna forma de comprobar que una parte es tuya, no puedes evitar que cualquiera ronde por esta tierra- así pensaba, no era extremista como algunos piratas para considerar que todo era libertad y que por ello podían robar, matar o hasta despojar de sus casas a otras personas, pero sin duda estaba claro que creía en la libertad básica, aquella que le permitía estar allí sentado junto a un aparente tatuado, o estar rascándose las bolas en su barco escuchando alguna melodía de las tabernas, eso era algo que pocos valoraban realmente, incluso muchos piratas no lo hacían.
Tras la ligera discusión volvió a sus asuntos mirando el firmamento, las estrellas ya eran visibles y dedicó un tiempo a observarlas, algunas veces soñaba que volaba en el espacio, bueno, podía volar pero desde hace mucho tiempo que no lo hacía, alguna vez le habían confundido con un dragón -que locura- y le habían atacado desde la ciudad de Lvneel con cañones, algo que no le afectaba en nada, aunque no era su intención generar pánico sin sentido en las islas que iba visitando, eso era de tontos.
Estaba tan inmerso en esas alucinaciones que apenas pudo darse cuenta que el otro le estaba hablando, algo que le hizo reír un poco sin preocuparse de si alguien podía escucharlos y responderle -Pensaba que cazabas solo, un cazador solitario no pregunta, ¿no?- no estaba seguro de que pensar sobre aquel tipo oculto bajo grandes ropas, de momento pensaba que podía ser un mal tipo, solo interesado en el dinero, pero a veces uno se equivocaba, así que era mejor no juzgar a los demás -Pues no tengo ningún objetivo fijo, si a eso te refieres- bostezó, el viaje le estaba afectando y estaba un tanto aburrido -Así que no hay forma de asaltar a nadie, en todo caso, si quisiera sería tan simple como ir a ese astillero, romper la puerta y atrapar a los criminales, no es difícil realmente, no se ocupa una estrategia loca- observó las uñas de sus manos restándole relevancia a su comentario, para él muy pocas cosas eran complicadas, cuando uno no podía morir se podía dar el lujo de hacer cosas directas, incluso de dejar de darle la importancia a otras, como saber si estaba expuesto como para recibir un ataque o cosas similares.
Por todo lo anterior, Silverman se consideraba desde hace mucho un ciudadano responsable, un sujeto que ejercía su capacidad de capturar criminales como un hombre del pueblo y llevarlos tras las rejas para impedir que continuasen dañando a la población civil. -Es un mundo libre, puedo estar aquí o allá, a menos que tengas un papel o alguna forma de comprobar que una parte es tuya, no puedes evitar que cualquiera ronde por esta tierra- así pensaba, no era extremista como algunos piratas para considerar que todo era libertad y que por ello podían robar, matar o hasta despojar de sus casas a otras personas, pero sin duda estaba claro que creía en la libertad básica, aquella que le permitía estar allí sentado junto a un aparente tatuado, o estar rascándose las bolas en su barco escuchando alguna melodía de las tabernas, eso era algo que pocos valoraban realmente, incluso muchos piratas no lo hacían.
Tras la ligera discusión volvió a sus asuntos mirando el firmamento, las estrellas ya eran visibles y dedicó un tiempo a observarlas, algunas veces soñaba que volaba en el espacio, bueno, podía volar pero desde hace mucho tiempo que no lo hacía, alguna vez le habían confundido con un dragón -que locura- y le habían atacado desde la ciudad de Lvneel con cañones, algo que no le afectaba en nada, aunque no era su intención generar pánico sin sentido en las islas que iba visitando, eso era de tontos.
Estaba tan inmerso en esas alucinaciones que apenas pudo darse cuenta que el otro le estaba hablando, algo que le hizo reír un poco sin preocuparse de si alguien podía escucharlos y responderle -Pensaba que cazabas solo, un cazador solitario no pregunta, ¿no?- no estaba seguro de que pensar sobre aquel tipo oculto bajo grandes ropas, de momento pensaba que podía ser un mal tipo, solo interesado en el dinero, pero a veces uno se equivocaba, así que era mejor no juzgar a los demás -Pues no tengo ningún objetivo fijo, si a eso te refieres- bostezó, el viaje le estaba afectando y estaba un tanto aburrido -Así que no hay forma de asaltar a nadie, en todo caso, si quisiera sería tan simple como ir a ese astillero, romper la puerta y atrapar a los criminales, no es difícil realmente, no se ocupa una estrategia loca- observó las uñas de sus manos restándole relevancia a su comentario, para él muy pocas cosas eran complicadas, cuando uno no podía morir se podía dar el lujo de hacer cosas directas, incluso de dejar de darle la importancia a otras, como saber si estaba expuesto como para recibir un ataque o cosas similares.
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Re: La fantástica aventura [Ra´s Al Ghul].
Mi paciencia solía tener un limite. ¿Que hacia preguntando si soy un lobo solitario? Esa pregunta se podía tomar como ofensiva, pero era mejor pasar del tema, muchas eran las que estaba ignorando para ser un desconocido al que tolerar, pero al igual que no lo conocía no podía empezar a liarme a guantazos porque no dejaba de ser por mi parte alguien que no subestimaba sin mas a nadie, mas aun si tuviese que enfrentarme a un grupo de piratas junto con su posible líder dentro de ese astillero abandonado.
-Hum...- Alzaba la cabeza y ladeaba hacia la izquierda ligeramente, esbozando una siniestra sonrisa tras haber escuchado cada una de sus palabras. -Sin un objetivo claro, sin una meta, sin ningún plan para aquello que buscas que se supone tenemos en común.- Hacia recuerdo de que el mencionó que teníamos un objetivo en común, pero ahora no lo quería decir abiertamente, es... extraño. -Tu plan seria pasar por la puerta sin nada pensado cual pollo sin cabeza... Una locura.- Tras esas palabras finales me daba la vuelta, dando la espalda al desconocido, llevaba mis dos manos a la capucha para retirarla lentamente dando a luz unos destacados cuernos en mi frente y mi cabello oscuro. Tiré del cuello de la sudadera hacia arriba para retirarla de mi y acabar quedando con el torso totalmente desnudo, mostrando de mi lo mas característico que resultaban ser mis alas negras como si de un propio cuervo de la noche se tratase, un engendro, un monstruo nunca visto en los mares... Mis alas se extendía a cada lado como si se estirazasen de lo molesto que resulta ocultarlas en la ropa. El hombre aun quedaba a mis espaldas, lentamente volvía mi cabeza hacia la izquierda para echarle un vistazo de reojo. -Pero me gusta.- Dando así una respuesta clara con unos segundos de diferencia ante el plan de entrar a saco por la puerta, aunque no lo haría literalmente así.
Flexionaba mis piernas y daba un fuerte impulso en un salto desplegando mis alas y dando unos aleteos para coger altura, dar una pequeña vuelta por la zona desde dicha distancia y comenzar a descender en diagonal dejando de mover las alas e incluso juntandolas para planear, dirigiéndome de cabeza a un cristal alargado en horizontal por una de las paredes de astillero, colocando metros antes de llegar, mis manos al frente juntas donde las garras rajarían en material y evitar cualquier daño del choque contra el vidrio. Un fuerte sonido se hacia presente en el ambiente tras al rotura del cristal.
Mi entrada fue realizada en una extensa sala de cajas amontonadas, barcos inservibles y viejos, algunos utensilios como redes pasadas y rajadas del tiempo y el uso, poco mas había allí pues mayormente estaba vacío. Una mesa se situaba en el centro del astillero con una vela en el centro que proporcionaba un mínimo de luz, suficiente para interior e impedir que se visualizase desde fuera para llamar la atención. -¿¡Que coño?!- El grito de un desconocido se hizo presente ante el inesperado sonido. Mi cuerpo aterrizó de manera tranquila en el suelo al desplegar en el ultimo momento las alas para evitar un desastre, mi pie derecho se inclino al frente dando un impulso inicial ante el primer humano que visualizaba siendo este el que gritó. Llevó su mano derecha al costado para tratar de desenfundar un revolver, pero era demasiado tarde. Un rápido corte de un movimiento de mi diestra, fue causado en su misma derecha para impedir que sacase nada. -¡¡Aghhh! ¡Mierda!- Exclamaba del escozor del corte que empezó a brotar algo de sangre de la herida causada. Puertas eran escuchadas en aquella sala que provenían de habitaciones contiguas, varias personas de dentro del propio astillero, acudían al sonido del cristal y del propio grito del compañero que hizo un efecto eco. Un segundo impulso por mi parte con mi pie izquierdo estirando mi izquierda para sobrepasar a ese sujeto y abrazar con todo mi brazo izquierdo el cuello y cabeza, acto seguido un impulso con los pies y las alas para resguardarme en la cubierta de un desmontado y dañado barco pequeño. Mi estrategia rápida se basaba en eliminar uno a uno, interrogar rápido y eficazmente hasta encontrar al grandullón. -Donde está Eddy.- Rápida pregunta al capturado, colocando los pies en la cubierta de dicho barco, situándome en su espalda y manteniendolo apresando con mi brazo izquierdo mientras las puntas de mi garra derecha se acercaban a sus ojos a modo de intimidación para sacarselos. -Eddy te va... a aplastar.-No dijo donde estaban, pero me amenazó eso al menos me dio a entender que estaba en el lugar indicado. Sin mas preámbulo, extendí la palma derecha para agarrar su cara y llevarlo de espaldas contra el suelo y estamparlo brutalmente dejándolo inconsciente.
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