Arco argumental #3 [Tema especial - Narrador]

Caminaba tranquilamente por el camino principal saliendo del local de comida rápida, teniendo dos huesos de carne de pollo en mi zurda, mientras en la diestra tenia un tercero desplazándose hacia mi boca y dándole un buen bocado a este y masticarlo, saboreando de su sabor; saciaba mi hambre, mi estomago que tanto rugía cuando empezó a darme hambre y encima resonaba cuando estaba en la cola.

La mirada la mantenía parcialmente agachada mirando al suelo entre bocado y bocado, viendo como escasas personas, civiles, pasaban por mis laterales, evitaba constantemente todo contacto visual directo, queriendo evitar verse el contenido de mi capucha de la amplia sudadera. No era un experto en el camuflaje, espionaje o ocultación, pero al menos tenia un mínimo, puede que para algunos adaptados al reconocimiento no se pudiese evitar, pero mi fama en el Grand Line no era para tanto, siendo considerado algo débil o mediocre, eso es lo que hacia pasar mas desapercibido en estos lugares, la amplia ropa no me haría falta como tal, pero es sobre todo por los civiles para que no se alarmasen por mi apariencia grotesca.

En escasos minutos la carne de ese primer hueso, aunque para mi forma de devorarlo parecía mas un simple pinchito. Arrojado con simpleza hacia mi derecha y aterrizando limpiamente sobre una papelera en el lateral de la calle. Mi diestra cogía un segundo hueso con carne, manteniendo el tercero en la zurda, deteniendo mi caminar al momento y miraba a mi izquierda, contemplaba un vagabundo con la espalda apoyada en la pared y su cabeza agachada, mirando el suelo y sus pies quedaban estirados, una espesa barba de un mes sin afeitarse y ropas desaliñadas; se encontraba en una bocacalle de la principal, en dirección a un callejón. Desvié la mirada a mi comida y realmente no sabia que se me pasó por la cabeza, pero mi caminar se dirigió lentamente hacia aquel hombre tirado en el suelo. -Ehh...- Una simple expresión para llamar su atención y este lentamente alzaba su mirada para mirarme y al momento arrojaba con mi izquierda el trozo de carne que caía encima de su estomago y piernas. -Que aproveche.- Y tras decir aquellas palabras me daba la vuelta y continuaba mi camino. El vagabundo se quedaba con un rostro congelado, algo estupefacto. -¡Gracias señor!- Sus manos ágiles agarraba el trozo de carne y se lo llevaba a la boca para devorarlo velozmente del hambre que seguramente tendría de no comer en días.

Durante el camino continuaba comiendo el trozo que me quedaba e introduciéndome en el mismo callejón en el que antes estaba vigilando las tiendas importantes, sin embargo los pocos minutos que estuve mis ojos captaron la atención de un dúo de personas muy abrigadas, mas de lo normal, pasando tienda por tienda para ir comprando grandes cantidades de productos. “Viniendo en un horario donde menos gente hay...” Al parecer vinieron cuando menos poblada estarían las calles para evitar problemas, pero no seria suficiente para evitarme a mi. Simplemente esperaría que pasasen por delante mía, una distancia prudente e iniciar el seguimiento...

Cerca del lugar donde se encontraba aquel cazador encapuchado. Se podía escuchar una conversación entre dos mercaderes. Pues, era muy curioso que pasaran tantos días y nadie investigara sobre cada duo que viene cada dia. –Lo han hecho, pero la verdad siempre vienen tipos rapidos, saben moverse a buena velocidad. No solo eso, al ir al bosque desaparece completamente… Es un poco extraño. Aunque siguen las huellas hasta un punto pero no hay mas nada. Es muy extraña la verdad… Total, otro caso es que ningún vendedor o poblador quiere hacer nada. Pues, representaría una desventaja, desde que esa gente llego, las ventas han subido considerablemente como la población de turistas. Todos los negocios están haciendo una fortuna con todo este enredo. La gente al final ha decidido dejar las cosas quietas en pos a sacar ventaja de ello… Aunque no se a donde ira  a parar toda esta locura.- Aquel hombre continuaría trabajando en lo suyo, que era cortar pescado. Mas y mas datos se daben sobre estos extraños eventos.

Finalmente un evento que se ha repetido muchas veces y ha levantado más de un rumor en la isla. Se trata de que a cierto momento del día un dúo de personas “extrañas” decida visitar el mercado para hacer compras peculiares. Cabe destacar que los residentes de la zona están más que seguro de este hecho. ¿Por qué? Pues, saben cuando alguien es o no es de dicha isla, especialmente en una de clima invernal. Pues, cada individuo ha estado mucho mas abrigado de lo común, cosa que llama la atención de los residentes, quienes de igual manera se abrigan pero no tanto como lo haría un turista que no esta acostumbrado a tales temperaturas.

-Maldito Frio…. Se me congelo el trasero.- Decía uno de los dos quien portaba un abrigo abultado de color negro mientras cargaba unas cuantas bolsas de alimentos y otros artículos. –Ya deja de llorar, que si eres un marica…. En fin, debemos darnos prisa, me estoy congelando además, no debemos tardar.- Respondió a su compañero para luego continuar su trayecto. Víveres, alimentos comunes, algunos objetos como herramientas,  y tornillos y cosas así. Estaban comprando cantidades de cosas peculiares, como si fueran a construir, reparar y también alimentar. Después de un rato merodeando, por esa zona  acumulando cantidades grande de productos, finalmente comenzarían a marchar, no sin ante echar un buen vistazo a los alrededores, ya que bueno, sentían la necesidad de ver si alguien les seguía. Cabe destacar que están levantando muchas miradas, y llamando demasiado la atención.

Aquellos hombres decidían estar marchantes por varias zonas del  lugar, a modo de desvelar si alguien los estaba siguiendo, no sería la primera vez la verdad. Caminaban siempre en zonas amplias y pobladas para tener mayor cobertura de visión y de escape en caso de que se presente una eventualidad. –Esto es un cabreo… Realmente me pregunto si vale lo que nos pagan…- Decía el de chaqueta negra para luego ser golpeado por su compañero de chaqueta azul. –Cierra el pico imbécil... Algo no me da buena espina, siento que nos miran…- Para luego el contrario soltara carcajadas. -¡HAHAHA! Bah!, ya te dio tu ataque de paranoia. ¿Para qué sales?- Luego seria nuevamente golpeado por su compañero. -¡Cállate, que no es tu problema! Ahora… Es tiempo de ir a ya sabes..- Comentaría las últimas palabras en susurros, mientras el contrario se sobaba la cabeza y se enojara igualmente. ¡Deja de golpearme! Que duele joder…- Diría para que el otro lo silenciara. –Shhh. ¡No grites imbécil! En fin, a moverse.- Terminarían finalmente cambiando su ruta por 3era vez. ¿ A dónde?  A las afueras del pueblo, rumbo al bosque. Por otro lado unas presencias parecían sumarse al seguimiento de estos hombres… Era de suponer que tarde o temprano más personas irían contra ellos. Parece que aquel cazador oculto en los callejones no es el único…

Una vez mas el hueso con carne desgarrandola, ya quedaba poco para terminarla. Apoyando mi hombro izquierdo en la pared cerca de la salida del callejón que caía sobre el camino principal. Masticaba plácidamente, saboreando la comida, cuando de pronto paré, manteniendola en la mejilla derecha ante la escucha repentina en un tono algo baja para mi oído pero llamó mi atención, sin dudar acercarme un poco e incluso asomándome ligeramente por la esquina viendo hablar al pescadero. Habló sobre la economía de la ciudad gracias a ellos, se suelen dirigir hacia el bosque y dejan huellas que conducen a ninguna parte, pero eso nunca se sabe, realmente hay que saber interpretarlas, si son falsas o simplemente “dejaron de haber huellas por algún motivo”, eso despertó mi curiosidad, por el hecho de que al menos hay huellas que seguir, que sean falsas es otra cosa, pero si podía seguirlos teniéndolos visibles podría averiguarlo. “Un bosque... me encanta” Realmente adoraba un terreno boscoso, lo consideraba mi especialidad antes que perseguir a un pirata en zona urbana o por el mar. Lentamente daba unos pasos hacia atrás retrocediendo, para volver a sumirme en la oscuridad de aquel callejón.

No pasó demasiado tiempo hasta que el momento llegó, mis ojos captaron dos hombres de gran envergadura por sus chaquetonos negro y azul, yo en cambio con una sudadera... Demasiado poco abrigado para mi parecer. Respiré profundamente escuchándose los mocos meterse para dentro, se me caía el moquillo, solo esperaba no enfermar. Pasaron frente a las tiendas principales del otro lado de la acera las cuales vigilaba, pasaron de largo por la izquierda y llevando las manos al bolsillo abdominal de la sudadera, no sin antes arrojar el hueso de carne con algo aún sin terminar, la cabeza agachada y manteniendo una distancia segura, aun le quedarían algunas compras que hacer. Al principio del seguimiento compraban, pero acabaron llevando unos minutos que ni se molestaban ver los comercios, tiendas o puestos, sino que pasaban de largo, incluso iban demasiado cargados de la cuenta sin mas dedos o manos para poder abarcar mas. “Extraño... ¿Humm?” Rápidamente di un pequeño salto a mi izquierda metiéndome tras un puesto del mercado que me servia de pantalla evitando el contacto visual, pude ver como dieron la vuelta drásticamente. “Es ilógico.” Disimuladamente caminaba a la izquierda para meterme en otro callejón y quitarme de la vía principal ya que caminaban de vuelta en mi dirección, un cambio de ruta así de la nada tras un rato sin comprar... “Seguirlos en tierra firme será arriesgado.” En ese momento alzaba la mirada al cielo, concretamente a las azoteas de las casas y establecimientos del mercado, siendo de apenas 1 planta. Flexioné las rodillas y salté en mitad de aquel callejon evitando las miradas indiscretas, mi mano se agarro al filo del muro de la azotea para servirme como apoyo y rebasarlo. El suelo de aquel lugar estaba lleno de nieve y presentaba unas vistas interesantes de gran parte del mercado.

Desde las alturas observé el caminar de ese dúo, un tanto extraño y sin un rumbo fijo, lo que suponía, evitar el seguimiento, averiguar quien les seguía, pero en las azoteas uno podía ver mejor y evitar ese problema. “A ver cuando os aburriis de dar vueltas” Mis ojos pasaban de un lado a otro, incluso mi codo derecho se posaba sobre el muro recubierto con nieve y la mano aguantando el peso de la cabeza. “Yyy otra vuelta...” No paraban. “¿Hummm?” Mis ojos captaron algo interesante, cuando ese dúo se dio la vuelta otro par corrió raudos para meterse en un callejón como yo hice antes para intentar esconderse. “Parece que tendré competencia.” No me agradaba que hubiese mas cazadores, el premio iba a ser solo mio y de nadie mas. Mire alrededor, y aprovechando que nadie miraba en mi entorno o eso podría creer, corrí hacia la derecha y salte hacia la azotea del vecino con su balcón amplio en forma de L que era parte de la vía principal y seguía bordeando por un callejón, bien adornado de macetas, algunas flores y un toldo para cubrirlas de la nieve. El dúo de compradores reanudaba la marcha, junto con sus nuevos invitados, algo descarados, no respetaban mucho la distancia de seguridad, pasaban lentamente frente a la casa en la que estaba apostado, con esa gran cantidad de compra en las manos, pasado unos metros se detenian y daban la vuelta para seguir comprobando quien podia seguirlos y una vez mas ese duo de perseguidores se escondia en un callejón, en este caso casualmente bajo el balcón de esta casa, suerte que no habia nadie en casa. -Ñiaananana.- Cantaba o tarareaba mejor dicho, en voz baja pasando la mano izquierda por cada planta que pasaba cerca a medida que caminaba girando esa ele (L) del balcón, yendo a la parte del callejón, me asomaba viendo como estaban justo debajo, en la esquina mirando cuando los compradores o piratas volviesen a caminar. -Bueno...- Con la zurda cogía una maceta, con la diestra cogia otra, las sacaba fuera del balcón y apuntaba a cada uno de ellos hasta que ambas manos soltaron las macetas con intención de caer en las cabezas de esos sujetos, una altura de un piso, una maceta de un peso considerable podría dejar fuera de combate durante un buen rato. -Niiiuhhh Poogg...- Hacia el sonido con la boca a modo de bomba cayendo para explotar, esperaba acertar. Si, me aburría de tanto esperar y seguir, tenia que distraerme de alguna manera.