Año 230 D.D.G
Tras un periodo de paz el nombre de un sujeto comenzó a surgir entre los piratas hasta hacerse de un renombre mundial… Norman D. Gold, un pirata que en un par de años alcanzó el poder suficiente para consagrarse como un emperador pirata y eventualmente para ser nombrado como rey de los piratas al haber reunido un tesoro inconcebible al cual se le otorgó el nombre de “One Piece”. Durante años el Gobierno hizo uso de todos sus recursos para acabar con este hombre per todo fue inútil y decidieron simplemente dedicarse a contener sus ataques. Gold sin embargo, no parece interesado en destruir al Gobierno o en atacar a sus instituciones, sino más bien en continuar explorando el mundo no conocido estableciendo con su poder una estabilidad no vista antaño en el mundo de la mano de todas las demás facciones. ¿Serás parte del mundo y su avance?. Seguir leyendo...
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Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional.
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Arco Argumental #3 [Día 3 - Conversatorio -]
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Arco Argumental #3 [Día 3 - Conversatorio -]
Isla Drum, Zona Sur
Cerca del Centro de la Ciudad
Vientos Suaves y nieve, 5:47 a.m
Cerca del Centro de la Ciudad
Vientos Suaves y nieve, 5:47 a.m
Un par de días atrás, más precisamente, hace poco más de un día y medio durante la tarde de lo que sería el "Primer Día" en el cual Eden y Henry se encontrarían en Drum, conversarían y juntos irían tras la pista de un peculiar minero, padre de una joven desolada solo para concluir la búsqueda en una completa y total masacre, iniciada por unos ocurrentes piratas, donde asesinaron al anciano y continuada y terminada por el cazador, quien haciendo énfasis y alusión a su empleo diario, sentenció a todos los responsables y a sus aliados a la muerte, viendo por su propia mano y espada que tal sentencia fuese impuesta sobre todos y cada uno de los presentes. Solo dos consiguieron escapar de la furia del albino, un inocente en la figura del dueño del Bar quien ajeno a todo o quizás no tanto, consiguió marcharse por la puerta trasera y un criminal, pirata, que tras soltar sus armas e implorar clemencia aprovecho para huir antes de ser atrapado, aunque nadie realmente se dispuso a seguirlo puesto que había dicho algunas cosas sin sentido pero a la vez llenas de peso, pues en el gran esquema representaban el motivo y razón por el cual aquel hombre había perecido frente a los ojos del dúo de espadachines. El atardecer fue una apropiada despedida para el minero, el astro rey que gobernaba los cielos lentamente se deslizo más allá del alcance del horizonte, la tenue luz del soberano se extinguía dando paso al sutil y casi imperceptible manto de la reina, quien se mostraba casi totalmente incapaz de iluminar los alrededores por consideraciones climáticas, más previo a este evento natural, un suceso menos abrumador tomo lugar en el establecimiento que anteriormente ocupaban los dos peliblancos, tal cual había sido mencionado antes, el dueño se había marchado de allí por lo cual se encontraba totalmente desierto con la excepción de Silverman quien había ingresado para servirse una copa, Sinclair quien le siguió dejando a la joven sola con su padre para que pudiera llorarlo y tener su tiempo con el mismo, no pudo sino percatarse de como el cazador se disculpaba previó a caer rendido en lo que parecía un sueño profundo, seguía con vida y tomando en cuenta que nadie estaba en los alrededores, dejarle dormir en aquel sitio no era mala idea así que el pirata salió para ver a la mujer y encargarse de limpiar el caos desatado por su compañero.
Los minutos transcurrieron con prisa transformándose en horas, y la naturaleza completo el proceso mencionado antes, donde los soberanos astros prestaron sus respetos al individuo que había caído, y cuyo cuerpo aun permanecía tirado sobre la fría nieve, su hija lloraba aún, más su llanto era más calmado por lo que sin lugar a dudas era tiempo de intervenir, el oji-azul se acerco a la joven y le comento que era momento de cargar a su padre y llevarlo a otro lugar para preservar su cuerpo ademas de preparar los servicios correspondientes. No había nadie que le importase, según la fémina, solo ella de modo que no había necesidad de velatorio o ceremonia, solo algo sencillo y una tumba apropiada, en este caso la misma en la cual se encontraba la esposa del fallecido y madre de la afectada, aquella misma noche y previó al amanecer del "Segundo Día" tales menesteres fueron desarrollados, no había motivo para alargar el sufrimiento ni razón para esperar más, la chica solo deseaba llorar a su padre más en el proceso, otra cosa se formaba en su interior compuesto por duda, ira y otros sentires poco favorables en una situación de duelo, la idea de que si alguien hubiese escuchado al viejo y le hubiesen seguido, aun estaría con vida, así como la idea de que si hubiera sido capaz de convencer a su padre de no marcharse en aquel día, aun estaría con ella. Y así, decenas sino cientos de escenarios más inundaban la mente de la mujer y la torturaban al punto de provocar que sus lagrimas brotaran y su voz se transformara en gritos desolados, experiencias y situaciones que Henry era incapaz de entender o controlar, solo deseaba poder hacer algo más se sentía y era sin lugar a dudas, inútil.
Evitando pasar más tiempo del necesario en aquella área teñida de carmesí, tanto la joven como el dúo de albinos se había movido hacía la zona sur, donde la casa de la chica se encontraba y donde varias cabañas para alojar visitantes y forasteros se encontraban disponibles, en una de estas residía Sinclair y dormía plácidamente Silveman, era posible que todo fuera un efecto del shock de haber asesinado a sangre fría a tantas personas, para Henry, asesinar a otros venía como algo completa y totalmente natural, más sin embargo, no disfrutaba de esa acción pues lo había visto demasiadas veces y en ningún caso había solucionado algo que otro enfoque no hubiese podido trabajar y conseguir superar. Tras un día completo de llanto, gritos y más, la hija del minero finalmente se silenció a si misma, por lo que el pirata aprovechó para reposar un poco puesto que había estado de vigilancia por bastante tiempo, durmiendo poco en miras a cuidar a su aliado tendido y en miras a vigilar a la chica y evitar que hiciera algo estúpido, pues eso era lo único que había conseguido que se le ocurriera, aquella fémina haría indudablemente, algo sumamente estúpido. Sentado en una silla junto a una ventana que daba contra varias casas, entre ellas la de la mujer en cuestión, el peliblanco cerro sus ojos y centro sus sentidos para mantenerlos alertas en caso de cualquier situación, más pensando que se encontraba seguro al menos por el momento rendía sus fuerzas más y más a los dioses de los sueños, finalmente obteniendo el reposo que sentía merecer tras la prolongada jornada de arduo trabajo. El Rey astro comenzaba a dar vestigios de su llegada a la distancia, sin embargo, esto no preocupaba al samurái pues solo sería un día más que recorrer.
InvitadoInvitado
Re: Arco Argumental #3 [Día 3 - Conversatorio -]
Eden abrió los ojos, se encontraba en la misma cabaña que llevaba años habitando, sin embargo todo era distinto ese día, no estaba de humor, su característica broma estaba extinta, ya no estaba la agradable voz de Natsumi para regañarlo por holgazán, tampoco los gritos de Oku para afirmar que estaba tres horas tarde, ni siquiera los cánticos de Sakura que le auguraran un día tranquilo, no, ese era ya un día común, uno más. –Joder- le dolía la espalda, llevaba así bastantes horas, el hermano de Oku ya no estaba, seguro que se encontraba haciendo los preparativos para llegar al dojo e instalarse como nuevo profesor del mismo pues no se podía dejar abandonado, o al menos eso dijo, por su parte…a Silverman le había propuesto ser el maestro, aunque tuvo que rechazar tal oferta pues ya no tenía nada por lo cual mantenerse en Shimotsuki, quedarse sería volverse un fantasma en el lugar.
Abrió la puerta corrediza para comprobar las afueras, la llovizna de la noche había concluido dejando sendos charcos y fango, antaño aquello agradaba mucho al albino, enlodarse era una forma de desafiar la autoridad de su mentor sin necesariamente darle una excusa para que este le obligase a entrenar más duro, además, junto a él jugueteaban muchos de sus compañeros, ahora ya la isla era una especie de cadáver, silencioso y frío, ni siquiera se podían notar a los típicos jilgueros en el tejado, ya no estaba ese gato regordete que buscaba un ratón entre las chozas y tampoco el barco en el horizonte que llevaba cada cuando nuevos alumnos o comida.
“Necesito arreglarme” las ropas del albino eran las usuales de un samurái, empero, estaban todas destrozadas y hasta con manchas sangrientas, eso no era propio de alguien que buscaba seguir un camino de rectitud, por tal motivo como enseñase su maestro tuvo que obtener unas nuevas y finalmente salir. Se dirigió al dojo que estaba en completa ruina y lo analizó de arriba abajo, al parecer una feroz batalla tuvo lugar en el sitio y tardarían un tiempo en reconstruirlo, sin duda lo haría el nuevo profesor del lugar, para él aquello ya solo era un vestigio de su infancia, una que acabó probablemente por su propia inconciencia, ¿acaso un día sería capaz de perdonarse aquel craso error?, pese a sus intentos seguía considerando que de no haberse equivocado todo el caos se pudo evitar, si tan solo hubiera hecho las cosas de un modo distinto. En todo caso, solo faltaba un sitio que visitar, un pedazo de tierra con tres cruces que indicaban el deceso, esa sería su última parada antes de dirigirse a la orilla y esperar el barco para largarse de una vez a cualquier otra parte.
-¿Qué?- Eden despertó con pesar sintiendo que le dolía la cabeza, al parecer nuevamente había tenido aquel recuerdo, uno que cada vez estaba menos presente en su memoria, afortunadamente. –Vaya, que jodido dolor de cabeza, ¿dónde carajos estoy?- sujetó su cabeza y tentó la sien un momento, sentía que le iba a explotar, posteriormente miró a todos lados, se encontraba en una especie de cabaña con poca iluminación, debía ir amaneciendo o en su defecto oscureciendo debido a la penumbra, de entre todos los elementos aparentemente raros solo reconocía a cuatro, los mismos eran sus tres katanas más alejadas y en perfecto orden cerca de una puerta y junto a ellas el otro espadachín, Henry, al menos estaba ileso, las cosas pudieron ser mucho peores. –Henry, ¿qué día es?- el chico sabía que en ocasiones el impacto de sus acciones le dejaba fuera por un tiempo, aunque en todo ello existía un factor más aterrador…y es que a veces eso le gustaba.
Abrió la puerta corrediza para comprobar las afueras, la llovizna de la noche había concluido dejando sendos charcos y fango, antaño aquello agradaba mucho al albino, enlodarse era una forma de desafiar la autoridad de su mentor sin necesariamente darle una excusa para que este le obligase a entrenar más duro, además, junto a él jugueteaban muchos de sus compañeros, ahora ya la isla era una especie de cadáver, silencioso y frío, ni siquiera se podían notar a los típicos jilgueros en el tejado, ya no estaba ese gato regordete que buscaba un ratón entre las chozas y tampoco el barco en el horizonte que llevaba cada cuando nuevos alumnos o comida.
“Necesito arreglarme” las ropas del albino eran las usuales de un samurái, empero, estaban todas destrozadas y hasta con manchas sangrientas, eso no era propio de alguien que buscaba seguir un camino de rectitud, por tal motivo como enseñase su maestro tuvo que obtener unas nuevas y finalmente salir. Se dirigió al dojo que estaba en completa ruina y lo analizó de arriba abajo, al parecer una feroz batalla tuvo lugar en el sitio y tardarían un tiempo en reconstruirlo, sin duda lo haría el nuevo profesor del lugar, para él aquello ya solo era un vestigio de su infancia, una que acabó probablemente por su propia inconciencia, ¿acaso un día sería capaz de perdonarse aquel craso error?, pese a sus intentos seguía considerando que de no haberse equivocado todo el caos se pudo evitar, si tan solo hubiera hecho las cosas de un modo distinto. En todo caso, solo faltaba un sitio que visitar, un pedazo de tierra con tres cruces que indicaban el deceso, esa sería su última parada antes de dirigirse a la orilla y esperar el barco para largarse de una vez a cualquier otra parte.
-¿Qué?- Eden despertó con pesar sintiendo que le dolía la cabeza, al parecer nuevamente había tenido aquel recuerdo, uno que cada vez estaba menos presente en su memoria, afortunadamente. –Vaya, que jodido dolor de cabeza, ¿dónde carajos estoy?- sujetó su cabeza y tentó la sien un momento, sentía que le iba a explotar, posteriormente miró a todos lados, se encontraba en una especie de cabaña con poca iluminación, debía ir amaneciendo o en su defecto oscureciendo debido a la penumbra, de entre todos los elementos aparentemente raros solo reconocía a cuatro, los mismos eran sus tres katanas más alejadas y en perfecto orden cerca de una puerta y junto a ellas el otro espadachín, Henry, al menos estaba ileso, las cosas pudieron ser mucho peores. –Henry, ¿qué día es?- el chico sabía que en ocasiones el impacto de sus acciones le dejaba fuera por un tiempo, aunque en todo ello existía un factor más aterrador…y es que a veces eso le gustaba.
InvitadoInvitado
Re: Arco Argumental #3 [Día 3 - Conversatorio -]
Los orbes del albino finalmente conocían el reposo, sus parpados descansaban y su visión se veía limitada simplemente a su imaginación y sueños pues lentamente más a paso firme, se adentraba al mundo de los sueños. Allí, en esa paz momentánea donde ninguna preocupación le aquejaba y donde el silenció provisto por el amanecer y los alrededores envolvía sutilmente todo el panorama, Henry divago entre las muchas ideas que podría tener en aquella situación tan inverosímil en la cual se encontraba, completamente ajeno a los sucesos que acontecieron en el "Primer Día" obviando los eventos del "Segundo Día" y centrándose simplemente en las posibilidades de aquel "Tercer Día" el pirata comenzó a sonreír mientras en su mente se formaba la imagen de un niño creciendo junto a Mels, unos años más viejo que ella pero juntos, teniendo una infancia y observando al mundo con ojos frescos y puros. Una fantasía recurrente para el muchacho y a la vez, una que no había tenido en semanas por lo que era refrescante sentir esa felicidad nuevamente, lo cual ciertamente contrastaba con los últimos días y aún más con el constante susurro de la espada, quien tras despertar no se había callado jamas, como si hubiese retornando con nuevas energías y lista para trabajar sin descanso alguno hasta ver su sed saciada. La extraña conexión entre aquella feliz vida fantástica que provocaba incluso una reacción física en el pirata y la terrible realidad lo hizo pensar nuevamente en lo que Eden había hecho y en como lo había realizado, superando incluso los limites humanos y yendo mucho más lejos de lo que nadie podría jamas, ciertamente había algo detrás de este evento y una vez Silverman despertara intentaría descubrirlo más en la presente y dulce actualidad, Sinclair se dejaba ir cada vez más logrando perderse en aquel vivido sueño.
Minutos, quizás horas o tal vez solo segundos. Esa es la magia de los sueños, pueden consistir en una vida completa y tan solo transcurrir en un instante o pueden representar tan solo un instante en las mentes y haber pasado toda la noche allí. Lo importante era que en algún momento tras haberse dormido, Sinclair escucho un ruido y se vio en la necesidad de despertarse para confirmar de que se trataba todo el alboroto, para su sorpresa, se trataba de Silverman quien comenzaba a despertarse tras salir de su largo reposo, de manera que en la misma medida, el Pirata comenzó a deshacerse de su cansancio, así fuera simplemente moviendo al mismo de lugar para así encontrarse plenamente activo y alerta. El cazador, tras quejarse por algunas cosas se refirió a Henry para saber que día era y en cierto modo no verbal, conocer la situación actual de las cosas. Sin perdida de tiempo, el Albino le respondió a su compañero de manera que pudiera ir absorbiendo la información de forma rápida. -Sí el día en que nos vimos fuese "el primero" este sería "El tercer" día- Era una respuesta directa más el muchacho no se detuvo allí sino que continuó hablando. -La chica ya dejo de llorar, y no han habido movimientos extraños ni noticias desde aquel suceso, quizás alguien lo esta encubriendo o a nadie le importa- Era una posibilidad y una realidad, una matanza tan grande no había llamado a la atención, todo había continuado en silencio, nadie se había dignado en hacer o decir nada y eso era aterrador en cierta medida.
Tras relatar estas cosas, Henry opto por dirigirse hacia lo obvio, así fuese de mala educación o algo, necesitaba saberlo pues si se trataba de algún poder o habilidad que era capaz de obtenerse, entonces la necesitaba en miras a realizar sus cometidos futuros. Tras un prolongado suspiro, el chico volvió su rostro hacía Silverman y habló con lentitud, su tono era suave y se percibía la duda e intriga en su voz. -¿Que fue eso? ¿Acaso fue de lo que te advertí? ¿O se trata de algo distinto?- Otro punto a tomar en consideración era ese, las espadas según había llegado a comprender tenían vida y personalidad propia, y era este espíritu, este poder, el que a veces susurraba al Espadachín brindándole una habilidad extraordinaria, Sinclair era más que testigo, era la prueba viviente de tal asunto por lo que no era capaz de descartar la idea de que fuese la espada quien le brindase ese extra que había presenciado el oji-azul hace un par de días, tras presentar el tema y realizar la pregunta inicial se silenció a si mismo, el amanecer se acercaba y deseaba presenciarlo así como también ansiaba tener las respuestas.
Minutos, quizás horas o tal vez solo segundos. Esa es la magia de los sueños, pueden consistir en una vida completa y tan solo transcurrir en un instante o pueden representar tan solo un instante en las mentes y haber pasado toda la noche allí. Lo importante era que en algún momento tras haberse dormido, Sinclair escucho un ruido y se vio en la necesidad de despertarse para confirmar de que se trataba todo el alboroto, para su sorpresa, se trataba de Silverman quien comenzaba a despertarse tras salir de su largo reposo, de manera que en la misma medida, el Pirata comenzó a deshacerse de su cansancio, así fuera simplemente moviendo al mismo de lugar para así encontrarse plenamente activo y alerta. El cazador, tras quejarse por algunas cosas se refirió a Henry para saber que día era y en cierto modo no verbal, conocer la situación actual de las cosas. Sin perdida de tiempo, el Albino le respondió a su compañero de manera que pudiera ir absorbiendo la información de forma rápida. -Sí el día en que nos vimos fuese "el primero" este sería "El tercer" día- Era una respuesta directa más el muchacho no se detuvo allí sino que continuó hablando. -La chica ya dejo de llorar, y no han habido movimientos extraños ni noticias desde aquel suceso, quizás alguien lo esta encubriendo o a nadie le importa- Era una posibilidad y una realidad, una matanza tan grande no había llamado a la atención, todo había continuado en silencio, nadie se había dignado en hacer o decir nada y eso era aterrador en cierta medida.
Tras relatar estas cosas, Henry opto por dirigirse hacia lo obvio, así fuese de mala educación o algo, necesitaba saberlo pues si se trataba de algún poder o habilidad que era capaz de obtenerse, entonces la necesitaba en miras a realizar sus cometidos futuros. Tras un prolongado suspiro, el chico volvió su rostro hacía Silverman y habló con lentitud, su tono era suave y se percibía la duda e intriga en su voz. -¿Que fue eso? ¿Acaso fue de lo que te advertí? ¿O se trata de algo distinto?- Otro punto a tomar en consideración era ese, las espadas según había llegado a comprender tenían vida y personalidad propia, y era este espíritu, este poder, el que a veces susurraba al Espadachín brindándole una habilidad extraordinaria, Sinclair era más que testigo, era la prueba viviente de tal asunto por lo que no era capaz de descartar la idea de que fuese la espada quien le brindase ese extra que había presenciado el oji-azul hace un par de días, tras presentar el tema y realizar la pregunta inicial se silenció a si mismo, el amanecer se acercaba y deseaba presenciarlo así como también ansiaba tener las respuestas.
InvitadoInvitado
Re: Arco Argumental #3 [Día 3 - Conversatorio -]
Tras el comentario de Sinclair, Eden se cruzó de brazos y agachó la mirada pensativo, al parecer sus acciones no habían tenido mayor repercusión que la abominación del acto, eso en realidad era curioso, ¿acaso en una isla que ahora estaba repleta de piratas a nadie le importaba pensar que sus compañeros fueron masacrados?, según la experiencia del cazador los criminales podían ser bastante molestos e incluso avaros, empero, todos compartían cierta visión de camaradería, algunos incluso se llegaban a considerar hermanos de causa, lo que no concordaba en nada con la aparente indiferencia que refería el otro sujeto. -Es raro- asintió y se giró para verle de nueva cuenta, pudo ver a un costado una ventana que daba a la nieve cayendo, al parecer ese día estaba más tranquilo que aquel, sin embargo, el mismo paisaje helado le saludaba, algo característico en Drumm.
-Supongo que está sucediendo algo raro, algo que no llegamos a comprender, primero todos esos piratas, después asesinar a un anciano por cosas sin sentido, algo pasa- por primera vez se estaba cuestionando que todo lo visto no era obra de la mera casualidad, tampoco de la mala suerte que portaba según algunos el samurái, no, todo estaba demasiado conectado para ser algo al azar. No obstante, Silverman no quiso decir nada más pues sus elucubraciones estaban lejos de poder ser confirmadas y en ese momento a ser ciertos lo que menos le importaba era pensar en ello, estaba más interesado en ver que efectivamente no hubiese nada más que hubiera dañado y finalmente poder irse de la isla apenas le fuese viable, aunque ahora mismo estaba seguro que debería esperar al menos un par de días, se lo debía a la chica, no pudo salvar a su padre, si tan solo hubiese sido más hábil probablemente todo se habría evitado.
Finalmente, la pregunta que era la normal fue expresada, el hermano de Oku también se la hizo alguna ocasión tras los incidentes en Shimotsuki, no era ya un impedimento responderla. -Es Akuryo, es decir, un espíritu maligno- aseguró sin dar mucho lugar a la duda y se reclinó en la ventana para observar con mayor detalle la caída de los copos de nieve, le daban cierta paz en aquel momento -Mi maestro me contaba que en la isla existió un espadachín que sucumbió a los placeres de la espada, es decir, a la matanza sin sentido, a la sangre y al poder…su espíritu era tan fuerte que se quedó en la isla incluso después de su muerte, desde entonces busca indagar en el alma de los samurái y llevarlos por el camino errado- tras mencionar aquello mostró una tenue sonrisa, cargada de cierta burla -Lo sé, es idiota, yo tampoco lo creo- se recostó en la cama colocando sus dos manos bajo su cabeza para observar el techo como si fuese algo interesante, aunque en realidad eran solamente maderos viejos entrelazados -¿Qué es?, la verdad no lo sé, solo me ha ocurrido tres veces contando la ocasión de hace unos días- hizo una mueca de molestia, en realidad no le gustaba pensar que estaba siendo poseído por alguna clase de entidad maligna, aunque prefería creer eso a creer que en realidad eran cosas que deseaba hacer y que solamente las reprimía por alguna clase de moralidad.
-¿Recuerdas que me dijiste algo respecto a los metales?, me refiero, a las katanas- ahora que lo pensaba lo dicho por Sinclair podría tener cierto sentido, seguía sin creer en ello, aunque a veces podía parecer tonto la verdad es que para alguien “letrado” como Eden era muy complicado dar fe a cosas tan irreales como el hecho que un metal te podía alterar hasta tal punto -No digo que crea en eso, sigo creyendo que es una leyenda como la que contaba Oku, empero, en ocasiones puedo escuchar una voz que proviene de esa espada en particular, una que me incita a destruir…y sabes, lo peor es que me agrada- le habían enseñado a ser honesto en esos aspectos y aunque consideraba algo malo el admitir que aquella sensación de masacre le gustaba, necesitaba externarla, más que nada para advertir a Henry que nunca debería confiarse completamente de Eden.
-Supongo que está sucediendo algo raro, algo que no llegamos a comprender, primero todos esos piratas, después asesinar a un anciano por cosas sin sentido, algo pasa- por primera vez se estaba cuestionando que todo lo visto no era obra de la mera casualidad, tampoco de la mala suerte que portaba según algunos el samurái, no, todo estaba demasiado conectado para ser algo al azar. No obstante, Silverman no quiso decir nada más pues sus elucubraciones estaban lejos de poder ser confirmadas y en ese momento a ser ciertos lo que menos le importaba era pensar en ello, estaba más interesado en ver que efectivamente no hubiese nada más que hubiera dañado y finalmente poder irse de la isla apenas le fuese viable, aunque ahora mismo estaba seguro que debería esperar al menos un par de días, se lo debía a la chica, no pudo salvar a su padre, si tan solo hubiese sido más hábil probablemente todo se habría evitado.
Finalmente, la pregunta que era la normal fue expresada, el hermano de Oku también se la hizo alguna ocasión tras los incidentes en Shimotsuki, no era ya un impedimento responderla. -Es Akuryo, es decir, un espíritu maligno- aseguró sin dar mucho lugar a la duda y se reclinó en la ventana para observar con mayor detalle la caída de los copos de nieve, le daban cierta paz en aquel momento -Mi maestro me contaba que en la isla existió un espadachín que sucumbió a los placeres de la espada, es decir, a la matanza sin sentido, a la sangre y al poder…su espíritu era tan fuerte que se quedó en la isla incluso después de su muerte, desde entonces busca indagar en el alma de los samurái y llevarlos por el camino errado- tras mencionar aquello mostró una tenue sonrisa, cargada de cierta burla -Lo sé, es idiota, yo tampoco lo creo- se recostó en la cama colocando sus dos manos bajo su cabeza para observar el techo como si fuese algo interesante, aunque en realidad eran solamente maderos viejos entrelazados -¿Qué es?, la verdad no lo sé, solo me ha ocurrido tres veces contando la ocasión de hace unos días- hizo una mueca de molestia, en realidad no le gustaba pensar que estaba siendo poseído por alguna clase de entidad maligna, aunque prefería creer eso a creer que en realidad eran cosas que deseaba hacer y que solamente las reprimía por alguna clase de moralidad.
-¿Recuerdas que me dijiste algo respecto a los metales?, me refiero, a las katanas- ahora que lo pensaba lo dicho por Sinclair podría tener cierto sentido, seguía sin creer en ello, aunque a veces podía parecer tonto la verdad es que para alguien “letrado” como Eden era muy complicado dar fe a cosas tan irreales como el hecho que un metal te podía alterar hasta tal punto -No digo que crea en eso, sigo creyendo que es una leyenda como la que contaba Oku, empero, en ocasiones puedo escuchar una voz que proviene de esa espada en particular, una que me incita a destruir…y sabes, lo peor es que me agrada- le habían enseñado a ser honesto en esos aspectos y aunque consideraba algo malo el admitir que aquella sensación de masacre le gustaba, necesitaba externarla, más que nada para advertir a Henry que nunca debería confiarse completamente de Eden.
InvitadoInvitado
Re: Arco Argumental #3 [Día 3 - Conversatorio -]
La aparición del amanecer en el horizonte significó una vista completamente nueva para Henry, era su primer amanecer tras haber conocido y entendido lo que significaba la figura paterna, si bien era cierto que el día anterior también hubo amanecido, aquel evento no pudo ser presenciado por el albino de modo que presenciar al rey astro en aquella particular ocasión significaba mucho para el pirata, así que se dedicó a disfrutarlo mientras escuchaba las palabras de Eden, este al parecer tenía mucho para decir, cavilaciones por resolver y pronunciar, respuestas por dar y advertencias por colocar sobre la mesa, así que sin interrumpirle Sinclair se mantuvo atento a todo lo que este decía para luego hablar acorde a las palabras y acciones del mismo.
Tras haber escuchado aquel relato, Sinclair no pudo sino pensar en algunas cosas que había descubierto con el paso del tiempo, cosas que en cierto modo había confirmado hace unos días cuando se fijo en la condición de su compañero, cosas que le habían molestado desde hacía cierto tiempo y que se conectaban entre si. Realizar conexiones era una de las pocas cosas que había aprendido, no era un maestro en ello pero se regodeaba en su habilidad para entrelazar sucesos, datos e informaciones. Sin más que sopesar y recordando como las cosas habían transcurrido hace años cuando conoció al otro albino y rememorando los eventos de hace un par de días, Henry no pudo contener más su teoría y hablo suavemente mientras su tono estaba lleno de incertidumbre puesto que el mismo no tenía confirmación de ello. -Las espadas reaccionan entre si, se conocen. Como te había comentado, provienen del mismo metal así que son hermanas La boca del pirata se sentía reseca, así que tomo un sorbo de agua y prosiguió. -Dices que sientes una voz que proviene de la katana, yo siento lo mismo. Sin embargo, hace días esa voz estaba silente como si se preparase para algo y cuando finalmente hablo, y percibió la presencia de tu espada, cambió el tono de su voz y sus indicaciones. En vez de incitarme a pelear, me invitaba resguardarme, a protegerme, a colocarme a salvo- el chico trago saliva y poso su mirada en su propia espada por un instante antes de continuar. -Esa no fue la primera vez que me decía algo similar, cuando te conocí me invitó a ser cauteloso, solo que pensé que era más mi instinto que aquella voz, más hace unos días la escuche de nuevo. Una voz distinta, un tono diferente, un aura poco convencional buscando mi bienestar- Ciertamente las palabras que pronunciaba carecían de mucho sentido, incluso para el que las articulaba, las mismas eran difíciles de creer a cabalidad, más a la vez, sentía que por primera vez comenzaba a comprender al filo que llevaba a su lado y a la relación que tenía con el mismo, así como la relación con los demás usuarios de los filos producto de aquel singular metal.
Un largo silencio se produjo, al menos por parte de Henry quien se había tomado un descanso en el verbo para pensar detalladamente lo que diría a continuación. -Puede sonar descabellado pero desde una perspectiva ajena, o más bien, desde una más calmada visión, las ansias de sangre de mi espada, ese impulso que fluye por mis venas y llena mis instintos con la necesidad indudable de verter el elixir de vida, solo aparece cuando realmente estoy en peligro o cuando algo no sale como lo espero. Y todo lo que espero, planeo y quiero es saber la verdad. Es lo que me mueve, y la razón por la cual lucho- El tono esta vez era mucho más preciso, en sus palabras había cierto peso, como si hubiese meditado sobre ello durante bastante tiempo. Con un rapido cambio en su semblante y posando sus orbes directamente en el otro albino, una sonrisa se esbozo en los labios de Sinclair mientras realizaba la pregunta que ciertamente no merecía un rostro alegre. -Tienes algo tan valioso, tan tuyo... ¿Que destrozarías al mundo solo por protegerlo?- En la mente del pirata una idea se formaba cada vez más clara, su espada tenía una sed de sangre pero a la vez se movía en ocasiones especiales para protegerle, ¿que pasaba si esa sed del metal era para resguardar a su usuario? ¿Que pasaba si esa sed del filo era mucho más que lo percibido a simple vista? Tal vez Eden, quien había sido entrenado apropiadamente tendría la respuesta, o al menos esperaba que pudiera arrojar alguna luz al respecto.
Tras haber escuchado aquel relato, Sinclair no pudo sino pensar en algunas cosas que había descubierto con el paso del tiempo, cosas que en cierto modo había confirmado hace unos días cuando se fijo en la condición de su compañero, cosas que le habían molestado desde hacía cierto tiempo y que se conectaban entre si. Realizar conexiones era una de las pocas cosas que había aprendido, no era un maestro en ello pero se regodeaba en su habilidad para entrelazar sucesos, datos e informaciones. Sin más que sopesar y recordando como las cosas habían transcurrido hace años cuando conoció al otro albino y rememorando los eventos de hace un par de días, Henry no pudo contener más su teoría y hablo suavemente mientras su tono estaba lleno de incertidumbre puesto que el mismo no tenía confirmación de ello. -Las espadas reaccionan entre si, se conocen. Como te había comentado, provienen del mismo metal así que son hermanas La boca del pirata se sentía reseca, así que tomo un sorbo de agua y prosiguió. -Dices que sientes una voz que proviene de la katana, yo siento lo mismo. Sin embargo, hace días esa voz estaba silente como si se preparase para algo y cuando finalmente hablo, y percibió la presencia de tu espada, cambió el tono de su voz y sus indicaciones. En vez de incitarme a pelear, me invitaba resguardarme, a protegerme, a colocarme a salvo- el chico trago saliva y poso su mirada en su propia espada por un instante antes de continuar. -Esa no fue la primera vez que me decía algo similar, cuando te conocí me invitó a ser cauteloso, solo que pensé que era más mi instinto que aquella voz, más hace unos días la escuche de nuevo. Una voz distinta, un tono diferente, un aura poco convencional buscando mi bienestar- Ciertamente las palabras que pronunciaba carecían de mucho sentido, incluso para el que las articulaba, las mismas eran difíciles de creer a cabalidad, más a la vez, sentía que por primera vez comenzaba a comprender al filo que llevaba a su lado y a la relación que tenía con el mismo, así como la relación con los demás usuarios de los filos producto de aquel singular metal.
Un largo silencio se produjo, al menos por parte de Henry quien se había tomado un descanso en el verbo para pensar detalladamente lo que diría a continuación. -Puede sonar descabellado pero desde una perspectiva ajena, o más bien, desde una más calmada visión, las ansias de sangre de mi espada, ese impulso que fluye por mis venas y llena mis instintos con la necesidad indudable de verter el elixir de vida, solo aparece cuando realmente estoy en peligro o cuando algo no sale como lo espero. Y todo lo que espero, planeo y quiero es saber la verdad. Es lo que me mueve, y la razón por la cual lucho- El tono esta vez era mucho más preciso, en sus palabras había cierto peso, como si hubiese meditado sobre ello durante bastante tiempo. Con un rapido cambio en su semblante y posando sus orbes directamente en el otro albino, una sonrisa se esbozo en los labios de Sinclair mientras realizaba la pregunta que ciertamente no merecía un rostro alegre. -Tienes algo tan valioso, tan tuyo... ¿Que destrozarías al mundo solo por protegerlo?- En la mente del pirata una idea se formaba cada vez más clara, su espada tenía una sed de sangre pero a la vez se movía en ocasiones especiales para protegerle, ¿que pasaba si esa sed del metal era para resguardar a su usuario? ¿Que pasaba si esa sed del filo era mucho más que lo percibido a simple vista? Tal vez Eden, quien había sido entrenado apropiadamente tendría la respuesta, o al menos esperaba que pudiera arrojar alguna luz al respecto.
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Re: Arco Argumental #3 [Día 3 - Conversatorio -]
“Esto es idiota” pensaba Eden mirando al techo, posteriormente aquella idea se contradecía y afirmaba que lo de Henry tenía cierta razón tan solo para volver a su primer pensamiento, ¿qué estaba pasando?, era demasiado raro, ni siquiera él comprendía bien, explicarlo en palabras era complejo, de hecho entre más lo pensaba más difícil le era dar algún buen razonamiento para lo que ahora vivía, ¿por qué?, simple…Silverman ya no se sentía igual que antes, no se sentía como aquel chico que arribó a Drumm hace días, no, ahora se identificaba como alguien distinto, no se trataba de un cambio radical, pues podía recordar muchas cosas e identificarse con ciertos elementos que siempre estaban presentes en su mente, empero, en algunos hechos puntuales la diferencia se podía notar, por ejemplo, ya no sentía la necesidad de resguardarse de la katana que Oku siempre cuidó, de hecho ahora más que nunca ansiaba portarla y sobre todo utilizarla, la misma que regó la nieve de sangre, esa que ya no hablaba, ya no era necesario, ahora el albino sentía que veía las cosas más claras, como aquel niño que un día se convierte en hombre y entiende que los problemas son más complejos de lo pensado.
-¿En serio?- se levantó de la cama y se puso en pie escuchando la segunda parte de Henry, al parecer estaba en una especie de pijama, tenía todavía sus pantalones pero al menos en la parte del torso la camisa era diferente, de tal modo que se la quitó y se colocó de nuevo sus ropas de samurái sin perder detalle de lo descrito por su compañero –Que divertido- realizó una pequeña mueca de gracia cuando hubo finalizado el primer comentario del otro sujeto y cerró los ojos para argumentar –El miedo a la muerte es un instinto básico, no es nada extraño- tomó asiento en la cama y se quedó observando a su katana más lejos, quería portarla pero ahora mismo estaba seguro que no era adecuado, de hecho era casi como describir una lucha interna entre dos partes de él, una que le advertía que algo estaba yendo mal y otra que se sentía simplemente genial con su nuevo despertar.
-No lo sé, es posible que no- revisó sus ropas, al parecer estaban limpias, ¿las había lavado la mujer?, a saber, al menos no iba a tener que molestarse en eso –Hace tiempo tuve algo, pero ahora…- aquello le causó cierto pesar y al mirar a Sinclair pudo notarse un destello violeta en sus orbes, algo pasajero e imperceptible para Eden –Igual no importa, creo- a diferencia de antes su perspectiva ya no era tan profunda sino más práctica, Oku, Natsumi y Sakura estaban bien muertos, sus abuelos igual y su hermano seguro ya estaba muerto también, esperaba encontrar respuestas en la Grand Line pero la realidad es que a su llegada solo le inundaron más preguntas, su única meta ahora, si es que se le podía llamar así, era ir hasta el Nuevo Mundo para dar con el paradero de sus padres, no obstante, ¿para qué?, seguro estaban igualmente muertos, entonces eso le quitaba el sentido de hacerlo, la emoción ya no le dominaba tanto, ya era más frío, aunque ni él mismo entendía la razón, era simplemente una especie de modificación que se realizó sin que este se diese cuenta.
-Supongo que si tienes algo tan valioso como para destruir el mundo puedes hacerlo, aunque eso sería lo mismo, ¿no crees?, es decir, si destruyes el mundo por lo que quieres, entonces lo que quieres es simplemente una excusa para causar caos en el mundo, es tanto como decir que el fin justifica los medios, jodidamete genial…- y sin advertirlo comenzó a reír pues eso le causaba gracia, algo que sin duda podía dejar una especie de halo confuso en su compañero, incluso una persona que conociera poco a Eden identificaría que algo estaba mal, sus palabras, sus gestos, sus acciones y su emotividad, era un cambio puntual pero perceptible, el mundo ya no le resultaba tan hermoso como antaño, ahora podía recordar tantas atrocidades que le resultaba más cómico que bello, en cierto modo Henry estaba en lo cierto, su aura era diferente.
-¿En serio?- se levantó de la cama y se puso en pie escuchando la segunda parte de Henry, al parecer estaba en una especie de pijama, tenía todavía sus pantalones pero al menos en la parte del torso la camisa era diferente, de tal modo que se la quitó y se colocó de nuevo sus ropas de samurái sin perder detalle de lo descrito por su compañero –Que divertido- realizó una pequeña mueca de gracia cuando hubo finalizado el primer comentario del otro sujeto y cerró los ojos para argumentar –El miedo a la muerte es un instinto básico, no es nada extraño- tomó asiento en la cama y se quedó observando a su katana más lejos, quería portarla pero ahora mismo estaba seguro que no era adecuado, de hecho era casi como describir una lucha interna entre dos partes de él, una que le advertía que algo estaba yendo mal y otra que se sentía simplemente genial con su nuevo despertar.
-No lo sé, es posible que no- revisó sus ropas, al parecer estaban limpias, ¿las había lavado la mujer?, a saber, al menos no iba a tener que molestarse en eso –Hace tiempo tuve algo, pero ahora…- aquello le causó cierto pesar y al mirar a Sinclair pudo notarse un destello violeta en sus orbes, algo pasajero e imperceptible para Eden –Igual no importa, creo- a diferencia de antes su perspectiva ya no era tan profunda sino más práctica, Oku, Natsumi y Sakura estaban bien muertos, sus abuelos igual y su hermano seguro ya estaba muerto también, esperaba encontrar respuestas en la Grand Line pero la realidad es que a su llegada solo le inundaron más preguntas, su única meta ahora, si es que se le podía llamar así, era ir hasta el Nuevo Mundo para dar con el paradero de sus padres, no obstante, ¿para qué?, seguro estaban igualmente muertos, entonces eso le quitaba el sentido de hacerlo, la emoción ya no le dominaba tanto, ya era más frío, aunque ni él mismo entendía la razón, era simplemente una especie de modificación que se realizó sin que este se diese cuenta.
-Supongo que si tienes algo tan valioso como para destruir el mundo puedes hacerlo, aunque eso sería lo mismo, ¿no crees?, es decir, si destruyes el mundo por lo que quieres, entonces lo que quieres es simplemente una excusa para causar caos en el mundo, es tanto como decir que el fin justifica los medios, jodidamete genial…- y sin advertirlo comenzó a reír pues eso le causaba gracia, algo que sin duda podía dejar una especie de halo confuso en su compañero, incluso una persona que conociera poco a Eden identificaría que algo estaba mal, sus palabras, sus gestos, sus acciones y su emotividad, era un cambio puntual pero perceptible, el mundo ya no le resultaba tan hermoso como antaño, ahora podía recordar tantas atrocidades que le resultaba más cómico que bello, en cierto modo Henry estaba en lo cierto, su aura era diferente.
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Re: Arco Argumental #3 [Día 3 - Conversatorio -]
Las cavilaciones de Henry ocupaban su tiempo y su mente, eran refrescantes por decir algo y a la vez, le brindaban cierta panorámica sobre el gran esquema, uno que aun no terminaba de comprender pero hacia el cual se acercaba cada vez más, en este tenor las reacciones de Eden a sus palabras le parecían extrañas e inusuales, si bien era cierto que no conocía al Albino de arriba a abajo, había llegado a respetarlo e incluso a admirarle en su accionar de medir no solo sus acciones sino también sus palabras, en ser un ente rescatado y cauteloso pero más que nada, en formalizar lo que un samurái debía representar de una forma que cualquiera pudiese con gran esfuerzo y dedicación, alcanzar los mínimos requerimientos de tal estándar. Partiendo de dicha premisa, su tono de voz, sus palabras e incluso sus expresiones habían cambiado en algunos puntos de manera sutil mientras que en otros de forma drástica, esto podía significar que Sinclair no conocía todas las facetas de Silverman, más sin embargo, considerando la temática que trataban minutos antes y adoptando las palabras expresadas por el cazador sobre como "era cambiado" y como "empezaba a disfrutarlo" no se requería de un genio para conectar esos alegatos, el problema era probarlos ciertos en esta situación y más que esto, definir un modo de revertir el efecto, si es que hacer tal cosa fuese lo más correcto y favorable.
Sin realmente detenerse a pensarlo demasiado, continuar la interacción con el otro hombre era la mejor manera de desarrollar una estrategia, aun cuando no estaba versado demasiado en el arte de la guerra mental sino más bien en la parte más básica y brutal de la misma. Tomando las ultimas palabras pronunciadas por Eden como soporte, el pirata elaboro un comentario tanto para hacer que continuase hablando y revelando cosas sobre esta nueva perspectiva que mostraba como para saber más sobre aquello que desconocía, Silverman había sido una de las pocas personas que realmente le había ayudado a avanzar, fuese adrede o inconscientemente, el albino había servido como un impulsor para Henry hallar nuevos caminos, nuevas respuestas y acercarse más a la verdad que tanto ansiaba de modo que a pesar de que el muchacho en el pasado había desestimado deuda alguna entre ellos, Sinclair continuaba pensando que tenía que pagarle de alguna forma y ver, así como sentir, que aquella persona se esfumaba entre humo y niebla ambas cosas formadas por ideas encontradas, cavilaciones superficiales y susurros de oscuras procedencias provocaba que el pirata reaccionara.
-Nada se mueve en el mundo sin un deseo ulterior, algunos le llaman amor, otros deber, otros sueños, el nombre cambia pero el corazón del asunto es el mismo. Todos desean algo a cambio, así sea la supuesta auto satisfacción- Ese era un concepto que no podía negar, su vida había girado en torno a ese concepto, su vida giraba aun entorno a ese concepto, su mismísima existencia pendía de dicho concepto, de manera cruda podría incluso afirmarse que había sido concebido para ser la vida representación de ese concepto, era gracioso sin lugar a dudas pues fácilmente no habría criatura bajo el Sol que pudiese entender mejor aquellas palabras y aun así, en la voz y en el tono de Silverman había mucho más que solo esas palabras, el no creía realmente en su verbo, era como si algo lo llevase a pensar o sentir de aquella manera sin realmente haber un fuego detrás, no había pasión o furia, solo un vacío cascaron clamando por algo que quizás no lograba realmente comprender y allí era donde el conocer o no al Cazador entraría en importancia, a partir de entonces, la relación de ambos cambiaría. -Y aún así, el mundo goza de esa moralidad donde el fin no justifica los medios, donde los medios no justifican ni son justificados por el motivo inicial, donde no puedes tenerlo todo a pesar de que te lo ofrecen a cada instante, donde el caos es mal visto y el orden ansiado tontamente- Henry había conocido el orden y había convivido con el caos y comprendía enteramente la distinción entre ambos y cual era necesario para rescatar al mundo, curiosamente se necesitaba poder, y en los anchos mares existen muchos tiempos de poder, el necesario para tal evento trascendental era uno que implicaba dar la espalda al mundo y a todas las cosas, un solitario trayecto hacía lo más profundo de las tinieblas, en busca de la ultima verdadera luz, más este entendimiento no era compartido por Eden o al menos eso pensaba Sinclair, y ciertamente aspiraba averiguar que tan certera era la mentalidad del otro hombre y que tan desviado del camino se hallaba.
Sin realmente detenerse a pensarlo demasiado, continuar la interacción con el otro hombre era la mejor manera de desarrollar una estrategia, aun cuando no estaba versado demasiado en el arte de la guerra mental sino más bien en la parte más básica y brutal de la misma. Tomando las ultimas palabras pronunciadas por Eden como soporte, el pirata elaboro un comentario tanto para hacer que continuase hablando y revelando cosas sobre esta nueva perspectiva que mostraba como para saber más sobre aquello que desconocía, Silverman había sido una de las pocas personas que realmente le había ayudado a avanzar, fuese adrede o inconscientemente, el albino había servido como un impulsor para Henry hallar nuevos caminos, nuevas respuestas y acercarse más a la verdad que tanto ansiaba de modo que a pesar de que el muchacho en el pasado había desestimado deuda alguna entre ellos, Sinclair continuaba pensando que tenía que pagarle de alguna forma y ver, así como sentir, que aquella persona se esfumaba entre humo y niebla ambas cosas formadas por ideas encontradas, cavilaciones superficiales y susurros de oscuras procedencias provocaba que el pirata reaccionara.
-Nada se mueve en el mundo sin un deseo ulterior, algunos le llaman amor, otros deber, otros sueños, el nombre cambia pero el corazón del asunto es el mismo. Todos desean algo a cambio, así sea la supuesta auto satisfacción- Ese era un concepto que no podía negar, su vida había girado en torno a ese concepto, su vida giraba aun entorno a ese concepto, su mismísima existencia pendía de dicho concepto, de manera cruda podría incluso afirmarse que había sido concebido para ser la vida representación de ese concepto, era gracioso sin lugar a dudas pues fácilmente no habría criatura bajo el Sol que pudiese entender mejor aquellas palabras y aun así, en la voz y en el tono de Silverman había mucho más que solo esas palabras, el no creía realmente en su verbo, era como si algo lo llevase a pensar o sentir de aquella manera sin realmente haber un fuego detrás, no había pasión o furia, solo un vacío cascaron clamando por algo que quizás no lograba realmente comprender y allí era donde el conocer o no al Cazador entraría en importancia, a partir de entonces, la relación de ambos cambiaría. -Y aún así, el mundo goza de esa moralidad donde el fin no justifica los medios, donde los medios no justifican ni son justificados por el motivo inicial, donde no puedes tenerlo todo a pesar de que te lo ofrecen a cada instante, donde el caos es mal visto y el orden ansiado tontamente- Henry había conocido el orden y había convivido con el caos y comprendía enteramente la distinción entre ambos y cual era necesario para rescatar al mundo, curiosamente se necesitaba poder, y en los anchos mares existen muchos tiempos de poder, el necesario para tal evento trascendental era uno que implicaba dar la espalda al mundo y a todas las cosas, un solitario trayecto hacía lo más profundo de las tinieblas, en busca de la ultima verdadera luz, más este entendimiento no era compartido por Eden o al menos eso pensaba Sinclair, y ciertamente aspiraba averiguar que tan certera era la mentalidad del otro hombre y que tan desviado del camino se hallaba.
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Re: Arco Argumental #3 [Día 3 - Conversatorio -]
Las palabras de Henry pasaron sin pena ni gloria para el chico, ahora estaba revisando sus manos, por suerte debido al anterior “accidente” con los piratas ya ultimados se podía pensar que estaba reflexionando sobre su poder y el alcance de sus acciones, pero nada más alejado de ello, solo estaba aburrido, así es, algo en él se estaba volviendo indiferente a cualquier cosa que pasaba a su alrededor, se estaba ensimismando un tanto, pudo recordar que de niño era más o menos igual, solo que eso cambió cuando estuvo entrenando junto a Oku y Sakura, mucho mejor cuando Natsumi apareció en su vida, empero, ninguno de ellos estaba ya, si revisaba su trayecto desde Shimotsuki hasta Drumm lo único normal era que estaba solo, todos los que convivían con él desaparecían, morían o simplemente eran criminales con los cuales no congeniaba, se podía decir que Sinclair era la primera persona que se topaba más de una vez por casualidad, algo agradable a decir verdad, aunque no por ello se podía decir que eran aliados o amigos, solo estaban encausados a las acciones de sus antepasados, la madre de Henry junto al maestro de Eden, destino o casualidad…aquello en realidad no interesaba.
-Así parece- dejó de ver sus manos y nuevamente prestó atención, al contrario, el tema del orden y el caos eran cuestiones filosóficas que constantemente debatía con Oku y hasta con Sakura en sus años de entrenamiento, sin embargo, ahora se le antojaban charlas carentes de sentido, ¿la razón?, muy simple, ¿de qué servía hablar de eso?, ambos albinos podían debatir una eternidad respecto al bien y el mal, lo correcto de lo incorrecto, la moral de la ausencia total de principios, y todo ello al final era como cantar estando solo, es decir, daba lo mismo. Antaño, Silverman tenía bastante claro que era lo correcto y que era aquello que se debía modificar para evitar caer en el vicio, no obstante, ahora mismo todo era tan difuso que no sabría que decir al respecto, estaba claro que asesinar sin motivos le seguía pareciendo estúpido, pero ya no existía en él ese discurso moralista del deber, sino más bien una cuestión de practicidad, asesinar sin realmente obtener algo era como desperdiciar una bala disparando al viento, simplemente inútil y más que eso idiota.
Pese a todo, no quiso dejar en silencio a su compañero, de alguna forma le tenía aprecio por ser una persona que ya había compartido un par de cosas con él, además estaba en deuda por haberle ayudado cuando quedó tendido en la nieve, seguía conservando algunas costumbres que, pese a parecerle poco útiles eran aún importantes. -La relación de orden y caos es algo inevitable, no importa cuánto nos esforcemos, es imposible acabar con ello, el equilibrio es siempre necesario, los piratas son un mal necesario al igual que el gobierno mundial, si un día alguien acaba eso…el mundo en realidad será un erial caótico- estaba seguro de sus palabras, pues eso incluso lo había aprendido de Oku en múltiples ocasiones. -En todo caso- sus ojos miraron en torno a la habitación hasta retornar a la katana, la voz de la misma seguía en silencio, ya no era necesaria, ahora todo estaba dentro de él -¿Qué es lo que pretendes?, por lo que dices casi parece que tienes una meta muy clara en mente…y dicha meta parece estar enfocada en el caos, o tal vez, solo fue mi percepción- y con eso esperó la respuesta del otro, ¿estaría en lo cierto?, de alguna forma Eden se sentía más inteligente, y hasta indagaba de una forma más puntual.
-Así parece- dejó de ver sus manos y nuevamente prestó atención, al contrario, el tema del orden y el caos eran cuestiones filosóficas que constantemente debatía con Oku y hasta con Sakura en sus años de entrenamiento, sin embargo, ahora se le antojaban charlas carentes de sentido, ¿la razón?, muy simple, ¿de qué servía hablar de eso?, ambos albinos podían debatir una eternidad respecto al bien y el mal, lo correcto de lo incorrecto, la moral de la ausencia total de principios, y todo ello al final era como cantar estando solo, es decir, daba lo mismo. Antaño, Silverman tenía bastante claro que era lo correcto y que era aquello que se debía modificar para evitar caer en el vicio, no obstante, ahora mismo todo era tan difuso que no sabría que decir al respecto, estaba claro que asesinar sin motivos le seguía pareciendo estúpido, pero ya no existía en él ese discurso moralista del deber, sino más bien una cuestión de practicidad, asesinar sin realmente obtener algo era como desperdiciar una bala disparando al viento, simplemente inútil y más que eso idiota.
Pese a todo, no quiso dejar en silencio a su compañero, de alguna forma le tenía aprecio por ser una persona que ya había compartido un par de cosas con él, además estaba en deuda por haberle ayudado cuando quedó tendido en la nieve, seguía conservando algunas costumbres que, pese a parecerle poco útiles eran aún importantes. -La relación de orden y caos es algo inevitable, no importa cuánto nos esforcemos, es imposible acabar con ello, el equilibrio es siempre necesario, los piratas son un mal necesario al igual que el gobierno mundial, si un día alguien acaba eso…el mundo en realidad será un erial caótico- estaba seguro de sus palabras, pues eso incluso lo había aprendido de Oku en múltiples ocasiones. -En todo caso- sus ojos miraron en torno a la habitación hasta retornar a la katana, la voz de la misma seguía en silencio, ya no era necesaria, ahora todo estaba dentro de él -¿Qué es lo que pretendes?, por lo que dices casi parece que tienes una meta muy clara en mente…y dicha meta parece estar enfocada en el caos, o tal vez, solo fue mi percepción- y con eso esperó la respuesta del otro, ¿estaría en lo cierto?, de alguna forma Eden se sentía más inteligente, y hasta indagaba de una forma más puntual.
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Re: Arco Argumental #3 [Día 3 - Conversatorio -]
Sin lugar a dudas había cambiado, era una persona diferente quien se posaba frente a Henry en aquella habitación. La forma en la cual se refería a las cosas, el modo en el cual escogía pasar el tiempo, si no fuera por haberle visto caer y cargarlo el mismo, Sinclair podría afirmar incluso que se trataba de otra persona completamente distinta, y no era capaz de alcanzar al anterior, no le veía en ningún lugar, no le sentía cerca en cambio, lo que percibía sin dar paso a equivocación era un fuerte deseo de continuar avanzando, como si estar quieto fuera innecesario, como si reposar constituyera el más horrible de los errores. Los orbes del cazador se encontraban cambiados, no tenía aquel color de antes, su tonalidad era la misma pero parecían y eran otros, ciertamente había sucedido algo en aquel prolongado sueño de Eden, algo que solo la mente del samurái podría solucionar, pues no había poder alguno que pudiese dominar la mente humana y sus nimiedades. Ante dicha revelación, Sinclair se entristeció pues era como si por nueva cuenta hubiera sido demasiado débil, demasiado lento, demasiado impotente como para hacer algo, toda su vida se había sentido de esa manera, incapaz de llenar lo más simples requerimientos, era inútil en casi todas las facetas de la vida, continuaba siendo un infante en el cuerpo de un adulto y se movía como si todo tuviese que doblegarse ante su voluntad, menudo choque de realidad que representaba ver a quien consideraba un amigo desvanecerse frente a su presencia sin tener la habilidad de detenerlo, cambiarlo o revertirlo.
Retornando a la realidad que atropellaba al pirata y le invitaba a cambiar sus maneras, el comentario de Silverman estaba bien encaminado, era cierto que se trataban de fuerzas similarmente opuestas que en cierto modo necesitaban de la otra para sobrevivir pues no puede haber luz sin oscuridad, y viceversa, no había nada que realmente agregar a ese alegato dado que sintetizaba perfectamente la verdad, aun cuando la misma fuese mucho más compleja, esas palabras conformaban en cierto modo, la regla general no escrita de la vida. En cuanto a la siguiente ocasión que el cazador hizo uso de su voz, el mismo elevo una interrogante hacia Sinclair junto a lo que sería su percepción de las cosas y la posible respuesta a la inquisición. El albino tomo aire, remojo sus labios y trago saliva mientras hilvanaba la respuesta de manera que fuese concreta y verídica, no tomando más de unos segundos tras la pregunta, el mismo comenzó a contestar. -Creo que es algo muy subjetivo. Para algunos sera caótico, quizás incluso el mismo infierno mientras que para otros sera el paraíso, firmemente creo que todo dependerá de donde te encuentres parado cuando cumpla mis cometidos- No había otra forma de poner eso, según donde estuviese cada persona, el evento sería la entrada al paraíso o el descenso al infierno más considerando que a pesar de hallarse hablando allí tranquilamente, ellos serían rivales según los catálogos de sus facciones, Sinclair no dudo en lanzar la interrogante a su compañero. -¿En que lado te gustaría estar? Era una fuerte indirecta pero a la vez, respondería muchas cosas de la relación de ambos, algo que sin lugar a dudas cambiaría radicalmente tras aquel día. Era la esperanza del Pirata que no fuera para mal, y que los cambios no significaran un problema mayor.
Estar junto a la ventana ya carecía de sentido, el tiempo transcurría de igual manera por lo que Henry comenzó a moverse hacía lo que sería una silla más cercana a una mesa donde dos platos yacían cubiertos con tela, la distancia era corta más sabía que no iba a recorrerla antes de que el cazador hablara así que antes de escuchar la voz del otro, comentó con rapidez de que se trataba. -Esa chica, nos preparo algo para comer... Si gustas- Esta sería su ultima vocalización hasta no escuchar la respuesta del contrario, en cierto modo tenía mucho que sopesar, no pretendía hacer de Silverman un enemigo más a la vez, no lograba reconocerlo y si bien no le importaba llegar a conocer esta nueva versión, la misma parecía oscura y desligada de todas las cosas, como si se tratase de un hueco incapaz de ser llenado, uno que se encontrase vivo y hambriento, una alución que le recordaba a su propia katana y a su propio sentir sobre la verdad, tal vez realmente era apenas un muchacho jugando a ser hombre. Llego finalmente a la mesa y se sentó en la misma destapando uno de los platos y comenzando a disfrutar de su contenido, se trataba en su caso de una maizena, un bocadillo ligero para iniciar el día.
Retornando a la realidad que atropellaba al pirata y le invitaba a cambiar sus maneras, el comentario de Silverman estaba bien encaminado, era cierto que se trataban de fuerzas similarmente opuestas que en cierto modo necesitaban de la otra para sobrevivir pues no puede haber luz sin oscuridad, y viceversa, no había nada que realmente agregar a ese alegato dado que sintetizaba perfectamente la verdad, aun cuando la misma fuese mucho más compleja, esas palabras conformaban en cierto modo, la regla general no escrita de la vida. En cuanto a la siguiente ocasión que el cazador hizo uso de su voz, el mismo elevo una interrogante hacia Sinclair junto a lo que sería su percepción de las cosas y la posible respuesta a la inquisición. El albino tomo aire, remojo sus labios y trago saliva mientras hilvanaba la respuesta de manera que fuese concreta y verídica, no tomando más de unos segundos tras la pregunta, el mismo comenzó a contestar. -Creo que es algo muy subjetivo. Para algunos sera caótico, quizás incluso el mismo infierno mientras que para otros sera el paraíso, firmemente creo que todo dependerá de donde te encuentres parado cuando cumpla mis cometidos- No había otra forma de poner eso, según donde estuviese cada persona, el evento sería la entrada al paraíso o el descenso al infierno más considerando que a pesar de hallarse hablando allí tranquilamente, ellos serían rivales según los catálogos de sus facciones, Sinclair no dudo en lanzar la interrogante a su compañero. -¿En que lado te gustaría estar? Era una fuerte indirecta pero a la vez, respondería muchas cosas de la relación de ambos, algo que sin lugar a dudas cambiaría radicalmente tras aquel día. Era la esperanza del Pirata que no fuera para mal, y que los cambios no significaran un problema mayor.
Estar junto a la ventana ya carecía de sentido, el tiempo transcurría de igual manera por lo que Henry comenzó a moverse hacía lo que sería una silla más cercana a una mesa donde dos platos yacían cubiertos con tela, la distancia era corta más sabía que no iba a recorrerla antes de que el cazador hablara así que antes de escuchar la voz del otro, comentó con rapidez de que se trataba. -Esa chica, nos preparo algo para comer... Si gustas- Esta sería su ultima vocalización hasta no escuchar la respuesta del contrario, en cierto modo tenía mucho que sopesar, no pretendía hacer de Silverman un enemigo más a la vez, no lograba reconocerlo y si bien no le importaba llegar a conocer esta nueva versión, la misma parecía oscura y desligada de todas las cosas, como si se tratase de un hueco incapaz de ser llenado, uno que se encontrase vivo y hambriento, una alución que le recordaba a su propia katana y a su propio sentir sobre la verdad, tal vez realmente era apenas un muchacho jugando a ser hombre. Llego finalmente a la mesa y se sentó en la misma destapando uno de los platos y comenzando a disfrutar de su contenido, se trataba en su caso de una maizena, un bocadillo ligero para iniciar el día.
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Re: Arco Argumental #3 [Día 3 - Conversatorio -]
Una pequeña sonrisa se formuló en el rostro de Eden mientras cerraba los ojos y se encogía de hombros ante la pregunta que estaba dirigiendo Sinclair -¿Y eso importa?- tras aquellas palabras suspiró para ponerse en pie y finalmente acercarse a sus katanas, las sujetó una por una colocándolas eventualmente en el cinto que llevaba -Quiero decir, en realidad da lo mismo si estoy en un bando u otro, el caos es universal- con eso quería decir que en realidad si llegaba a florar el caos en el mundo al final de cuentas todos se verían involucrados, ¿acaso un pirata estaba exento de las acciones de otro pirata?, no, en realidad no, en todo caso estaba probablemente más protegido si es que las acciones del otro estaban enfocadas en dañar a la marina, al gobierno o en ultimado caso a otra facción, aunque entre ellos eran igualmente capaces de destruirse, así que tomar una postura era irrelevante en cierto modo, importante quizás, pero no por ello definitivo, al menos así lo veía ahora el albino.
En todo caso, estaba consciente que la finalidad de aquel otro era comprobar si en un futuro ambos podían estar enemistados, era algo curioso, en realidad todo eso era posible, es decir, pese a sus creencias, Eden seguía convencido que volverse un criminal no era la solución, en definitiva, trabajar para instituciones de la justicia era mejor que afirmarse a la banal idea que la libertad -en realidad confundida con libertinaje- estaba en surcar los mares y causar estragos, aquella gente no le causaba lastima, eran en el mejor de los casos como sombras que podían extinguirse. Henry a su parecer era distinto, especial en un sentido incomprensible, podía ser una idea equivocada y hasta idiota, pero así lo pensaba, era de esas personas que tenían una esencia bastante particular, un día podría incluso verse involucrado en algo que cambiase el rumbo de la historia común, esperaba que fuera así, le caía bien, aunque algunas cosas no le acababan de cuadrar en su nueva perspectiva, a su parecer, le faltaba algo de visión.
-Al final- una vez tuvo las katanas en su lugar y las ajustó bien revisó un poco los muebles recogiendo algunas pertenencias sin mayor importancia aunque al fin de cuentas eran suyas -Ninguno de los dos sabe que depara el futuro, a veces la vida es irónica, solo míranos a nosotros, se supone que saliste de una prisión en la cual fuiste recluido contra tu voluntad por cuestiones que ni siquiera deberían ser un delito, uno pensaría que después de todo eso estarías agradecido de haber salido, no obstante, parece que buscas volver allá- y ante aquel comentario mostró una nueva sonrisa ante el espadachín, una casi de complicidad, como si estuviese viendo la mente de su compañero -Curioso, ¿no?- y con eso simplemente asintió ante la siguiente propuesta de ir a comer algo, estaba hambriento, aunque estaba seguro que no podía morir eso no implicaba que no tuviese las necesidades básicas, sería genial poder omitirlas en realidad.
Ya una vez en la mesa buscó a la chica con la mirada y luego con el poder que poseía, aparentemente no estaba, ¿habría salido de la casa?, por un momento se preocupó, aunque no llegó a entender racionalmente aquello, es decir, ¿estaba bien no?, la chica seguramente fue a la tumba de su padre o algo similar, además, comer con un par de extraños no era algo que se podía esperar de una mujer sola en una isla como Drumm. Agradeció en silencio como había aprendido en SHimotsuki y comenzó a comer, así pasaron un par de minutos en silencio hasta que concluyó, una vez hecho esto miró al otro y decidió agregar algo a la charla de antaño -¿Qué harás ahora?, recuerdo que hace tiempo hablaste de una tercera espada, tú tienes una, yo otra, ¿dónde está la tercera?, según recuerdo había un tercer estudiante junto a tu madre y mi maestro, ¿no le has encontrado?, ya pasaron un par de años desde eso- esperó a ver qué información obtenía, algo estaba despertando en su mente, una especie de necesidad por saber más respecto a la otra espada, aunque desconocía la razón de esa curiosidad.
En todo caso, estaba consciente que la finalidad de aquel otro era comprobar si en un futuro ambos podían estar enemistados, era algo curioso, en realidad todo eso era posible, es decir, pese a sus creencias, Eden seguía convencido que volverse un criminal no era la solución, en definitiva, trabajar para instituciones de la justicia era mejor que afirmarse a la banal idea que la libertad -en realidad confundida con libertinaje- estaba en surcar los mares y causar estragos, aquella gente no le causaba lastima, eran en el mejor de los casos como sombras que podían extinguirse. Henry a su parecer era distinto, especial en un sentido incomprensible, podía ser una idea equivocada y hasta idiota, pero así lo pensaba, era de esas personas que tenían una esencia bastante particular, un día podría incluso verse involucrado en algo que cambiase el rumbo de la historia común, esperaba que fuera así, le caía bien, aunque algunas cosas no le acababan de cuadrar en su nueva perspectiva, a su parecer, le faltaba algo de visión.
-Al final- una vez tuvo las katanas en su lugar y las ajustó bien revisó un poco los muebles recogiendo algunas pertenencias sin mayor importancia aunque al fin de cuentas eran suyas -Ninguno de los dos sabe que depara el futuro, a veces la vida es irónica, solo míranos a nosotros, se supone que saliste de una prisión en la cual fuiste recluido contra tu voluntad por cuestiones que ni siquiera deberían ser un delito, uno pensaría que después de todo eso estarías agradecido de haber salido, no obstante, parece que buscas volver allá- y ante aquel comentario mostró una nueva sonrisa ante el espadachín, una casi de complicidad, como si estuviese viendo la mente de su compañero -Curioso, ¿no?- y con eso simplemente asintió ante la siguiente propuesta de ir a comer algo, estaba hambriento, aunque estaba seguro que no podía morir eso no implicaba que no tuviese las necesidades básicas, sería genial poder omitirlas en realidad.
Ya una vez en la mesa buscó a la chica con la mirada y luego con el poder que poseía, aparentemente no estaba, ¿habría salido de la casa?, por un momento se preocupó, aunque no llegó a entender racionalmente aquello, es decir, ¿estaba bien no?, la chica seguramente fue a la tumba de su padre o algo similar, además, comer con un par de extraños no era algo que se podía esperar de una mujer sola en una isla como Drumm. Agradeció en silencio como había aprendido en SHimotsuki y comenzó a comer, así pasaron un par de minutos en silencio hasta que concluyó, una vez hecho esto miró al otro y decidió agregar algo a la charla de antaño -¿Qué harás ahora?, recuerdo que hace tiempo hablaste de una tercera espada, tú tienes una, yo otra, ¿dónde está la tercera?, según recuerdo había un tercer estudiante junto a tu madre y mi maestro, ¿no le has encontrado?, ya pasaron un par de años desde eso- esperó a ver qué información obtenía, algo estaba despertando en su mente, una especie de necesidad por saber más respecto a la otra espada, aunque desconocía la razón de esa curiosidad.
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