Año 230 D.D.G
Tras un periodo de paz el nombre de un sujeto comenzó a surgir entre los piratas hasta hacerse de un renombre mundial… Norman D. Gold, un pirata que en un par de años alcanzó el poder suficiente para consagrarse como un emperador pirata y eventualmente para ser nombrado como rey de los piratas al haber reunido un tesoro inconcebible al cual se le otorgó el nombre de “One Piece”. Durante años el Gobierno hizo uso de todos sus recursos para acabar con este hombre per todo fue inútil y decidieron simplemente dedicarse a contener sus ataques. Gold sin embargo, no parece interesado en destruir al Gobierno o en atacar a sus instituciones, sino más bien en continuar explorando el mundo no conocido estableciendo con su poder una estabilidad no vista antaño en el mundo de la mano de todas las demás facciones. ¿Serás parte del mundo y su avance?. Seguir leyendo...
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[Arco Argumental N°1] La Invasión Roja
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[Arco Argumental N°1] La Invasión Roja
Recuerdo del primer mensaje :
La llamada a las armas era realmente habitual en los mares infernales que servían de albergue a monstruos y demonios con apariencias humanas, y aunque era siempre la primera opción ante la mas mínima provocación o desacuerdo entre piratas, no había sido jamás tan necesaria y ansiada como lo resultaba justo ahora, justo hoy. ¿Había alguien entre los allí reunidos que no compartiera la sed de sangre que el denominado Azote de Capone prometía saciar? ¿Acaso todos deseaban quemar Lvneel hasta sus cimientos si el viejo reino se negaba a rendirse? Lo más probable es que no todos los futuros invasores eran sanguinarios piratas o malhumorados revolucionarios, pero, lo que estaba definitivamente claro para todos los involucrados es que el mensaje que darían al mundo era claro y efectivo: Someterse o Morir.
El llamado de Capone había llegado a todas las tabernas, sitios de apuestas y navíos que tuvieran alguna simpatía por los piratas, sin importar cuando desagradables fueran, pero, lo cierto es que, como era usual, los rumores corrían sin que su origen fuera claro, y tan solo el nombre de su líder causaba que serviles u oportunistas, los guerreros del mar se apresuraran a reunirse con otras tripulaciones, incluso dejando a un lado, como especie de tregua, las viejas rencillas por barriles robados o puñaladas a traición. Era un secreto a voces que se expandía como el escorbuto o la lepra en un navío de marinos viejos, y aunque todos estaban más que seguros de hablar en un tono de voz bajo y de no soltar la lengua en lugares muy concurridos, no faltaba la obvia sospecha de que incluso las autoridades se enterarían. —¡Que se entere la marina! ¡Mientras más haya en la isla, más podré matar! -Exclamó algún imbécil que fue vitoreado por unos cuantos y azotado por las miradas amenazantes de otros, pues, aunque era cierto que la mayoría anhelaba una gloria presuntuosa y narrar la historia de cómo mató cincuenta y tantos marines, habían otros que eran más cautos y sabían de la enorme posibilidad de ser destruidos como una ola que se arroja contra la roca imperecedera. —¿No has oído de los Caballeros? Dicen que son muy fuertes... -Mascullaba algún tímido tuerto desde un rincón, y mientras otro le escupía y comenzaba una pequeña disputa, las preguntas de verdadero valor se hacían en la tranquilidad de la propia cavilación, cada uno pensando a su propio modo el cómo lograría salir con vida de esa guerra tan poco preparada.
Mientras la noche transcurría, los navíos con insignias temibles se reunían entre el oleaje y los pequeños islotes que ofrecía una vieja isla hundida. Los conocidos celebraban, recorrían las esloras corriendo y brincaban como monos entre las escalas de gatos mientras se saludaban con las maldiciones y los apodos comunes. Habían novatos por montón y abundaban los que ansiaban hacerse un nombre, pero de las dos figuras centrales no se había visto nada. Austin "Rabbit" Jeep, mano derecha de Capone y capitán del Sebastiel no había dado la cara a la agrupación de piratas y criminales que rodeaban su enorme navío en un arco, pero aún así nadie osaba exigir su presencia. Saldría cuando fuera el momento, eso decían todos. Pero la sorpresa caló hondo en todos los rufianes al notar que el afamado Rabbit se encontraba ya en la cubierta de su navío observando la lejana niebla nocturna como si hubiera visto algo que nadie más podía alcanzar a divisar. Era increíble lo viejo que se veía para tener solamente 39 años, pero habían quienes aseguraban que era un hombre canoso desde niño, y que su apariencia era nada respecto a su experiencia en batalla. Si era cierto o no, nadie se atrevía a preguntar nada, y el capitán Jeep tampoco parecía despegar sus ojos de la niebla.
Vermon Crox conocía únicamente en teoría el significado de la paciencia, y es que cuando se luchaba tantas batallas de guerrilla como las que había enfrentado y dirigido el admirable capitán Crox, era fácil perder la compostura al estar tanto tiempo en la vagancia, oculto bajo la roca de Rubeck esperando unas instrucciones que parecían nunca llegar. Todos conocían muy bien su habitual despliegue de impaciencia y determinación, llegando a cometer infracciones directas a sus ordenes pero obteniendo siempre tan buenos resultados que lejos de castigarle con severidad su insurrección se le otorgaba siempre un poco más de poder y libertad, al fin y al cabo, su iniciativa y desempeño militar eran legendarios, aún para quienes jamás habían visto en persona a un verdadero miembro de la Armada Revolucionaria. En aquella ocasión, Vermon "The Bull" Crox nuevamente zarpaba sin una autorización, y con él, un puñado de partidarios decidía acompañarlo a lo que esperaban fuera una misión de conquista.
—¡Apresúrense Caracolitos! ¡La brisa marina debería secarles el sudor! -Exclamaba con increíble fuerza el barbudo y vigoroso Capitán Crox mientras caminaba a largas zancadas por la cubierta, clavados los ojos en la luna extendía la palma hacia el cielo un par de veces antes de enviar alguna orden a los navegantes, pues si bien eran personas capaces y hábiles, entre la neblina que acompañaba esta olvidada zona del North Blue los más inexpertos podían perderse. Su vestimenta consistía en unos serios pantalones negros con muchos bolsillos y unas botas militares, a nivel de la rodilla que relucían como si recién las hubiera lustrado. Su torso estaba apenas cubierto por una chaqueta abierta que dejaba ver algunas cicatrices y el resultado de una vida de entrenamiento y trabajo duro. —¡Deje de mirarme el abdomen y continué cargando esas cenefas, Señorita Hacke! -Dijo claramente ruborizado el capitán que por simple casualidad había sorprendido a la chiquilla admirando su ejercitado y cicatrizado abdomen, y es que como era de bravío, valiente y determinado, era también tímido con las mujeres, por lo que no podía evitar que el rubor le inundara el rostro y tuviera que darle la espalda a la novata, una que ya valía una buena cantidad de dinero, al menos en los mares bajos como lo eran los Blues. Sin embargo tuvo que volver la vista al escuchar un lejano pero constante ruido, como una lejana algarabía que se perdía entre las leguas marinas y la espesa neblina nocturna.
Pronto una tenue luz se hizo evidente en la lejanía, como un punto de luminiscencia débil que danzaba como una llama agitada por un rencoroso viento, pero esa señal, tan débil y apenas perceptible, fue suficiente para el capitán revolucionario, quien dando un par de largos saltos se encaramó en el mástil y haciendo uso de los cabos se mantuvo en las alturas para obtener una mejor visión. De la nada, sin previo aviso y como una señal que hizo sentir escalofríos a los que habitaban del otro lado del banco de niebla, Crox emitió un mugido, profundo, ensordecedor y tan temible que incluso sus propios hombres sintieron un leve temor, era su señal, una que Austin Jeep reconoció de inmediato, y con un movimiento de su mano, hizo aumentar la llama de las múltiples lámparas que iluminaban su navío, haciéndolo brillar como si estuviera engullido por las llamas del mismo infierno.
Cuando ambos navíos estuvieron juntos, lado a lado, el revolucionario invadió al Sebastiel con un poderoso brinco, quedando directamente junto a su serio y temporal aliado, al cual saludó con un gesto informal antes de arrugar un poco su semblante en una extraña mueca. —¿Siempre hay ese olor a ron y orina siguiendo a los piratas? -Dijo mientras cubría su nariz con el brazo y era observado con frialdad por su silencioso colega.
Ninguno de ellos dijo nada por unos cuantos segundos y de la nada, el barbudo pirata se dio media vuelta y dirigió su vista al montón de pelmazos y delincuentes que rodeaban el lugar en decenas de botes, barcos y navíos de diferentes tamaños. —Celebraremos por esta noche... Partiremos con el alba. -Cerró los ojos por un instante y comenzó a tocar su barba en una cariñosa caricia que duró un par de minutos en los cuales nadie se atrevía a hablar, pero de la nada, y como quien recuerda algo importante, abrió los ojos y dispuso el puño derecho sobre la palma izquierda. —¡El que esté demasiado borracho para levantarse será degollado! -Advirtió para desgracia de muchos antes de retirarse a sus aposentos, seguido del Revolucionario de mayor cargo, quien cuchicheando con uno de sus hombres de confianza, dio la orden de mantener los ojos abiertos, pero divertirse en la medida de lo posible.
Violencia, desmedida y exagerada, con matices de crueldad tan palpables que causaban arcadas en los más santos pero encendían una llama de ansiedad e impotencia en quienes tenían la justicia como estandarte y salvaguardaban la vida de pobres y ricos de los desagradables y egoístas objetivos de piratas y rebeldes. ¿Habría algún momento paz verdadera? Habían entre las filas de la justicia quienes ansiaban tranquilidad e igualdad en el mundo, pero muchos otros veían el objetivo real como una erradicación absoluta de un mal pútrido y corrupto que se pavoneaba en el océano bajo la falsa premisa de libertad. Para lograr la paz, habrá que librar algunas guerras, tanto como derramar sangre de unos pocos para salvar a tantos muchos, hoy y en un futuro próximo. El trabajo de la justicia jamás descansaba, y cada día traía nuevos retos que ponían a prueba la dureza de los puños y la nobleza del corazón entregado a un objetivo. La derrota no era una opción.
Habían muchas brechas entre los diferentes cuerpos de la justicia que, aunque sirvieran a objetivos similares y entregaran de igual forma sus vidas a la labor, tenían diferencias abismales tanto en ideología como en métodos para realizar sus misiones, unas menos honorables que otras pero que de igual forma se escudaban en el famoso logo que ondeaba en las banderas del gobierno y la marina: Justicia. Pero cuando las facciones trabajaban en equipo, cuando se prestaba ayuda mutua para un fin común, parecía que un rompecabezas enorme se armaba y la visión de lo imposible se alejaba en el horizonte distante, así como las fuerzas, de todos, se mezclaban en un poderoso escudo con filosas púas, para proteger al débil y herir al agresor. —Van a reunirse. -Fue la simple señal que puso en alerta a toda una armada y que causó un revuelo de proporciones colosales en los distintos fuertes y bases de la marine en los cuatro Blues. No se había tenido casos de una amenaza como aquella en muchísimos años, y aunque habían archivados varios planes de contingencia, no habían pensado utilizarlos y mucho menos actualizarlos a la situación que se presentaba con Capone. "Si no da la cara no atacará en serio" pensaban muchos, demostrando ahora estar realmente equivocados, pero como las mejores cosas de la vida, poco duró aquella desesperación momentánea. En la reunión de la marina, que se suponía secreta, hizo aparición, entre un fallo poco usual de energía eléctrica, una silueta cuya voz reconocieron los de mayor rango y más experiencia en la fuerza, cabe destacar que salvo el misterioso invitado, nadie parecía tener ganas de decir palabra alguna, y enfocaban sus cansados ojos en los diferentes planes, carpetas y documentos mientras el recién llegado comenzaba a tararear una rara canción. —Vamos amigos, no hagan como si no se supieran la tonada~ -Dijo mientras comenzaba a tararear con un poco más de fuerza antes de ser interrumpido por un sonoro manotazo que uno de los más jóvenes de los allí reunidos daba a la mesa, atrayendo la atención de todos. Nuevamente, y en un tono cargado de jocosidad y tranquilidad, habló el misterioso caballero de la puerta, refugiado en la luz intensa tras de sí y la oscuridad que invadía la habitación. —Capitán Ishio-bishio. Si no le gusta mi canción puedo entonar otra... A mi, Nobody-chan, se le conoce por saberse todas las canciones~ -Masculló con fingida preocupación que hizo al joven de castaña cabellera levantarse de su lugar con digno enfado y control sobre su ser para no hacer una escena, y haciendo un saludo militar si dirigió a la entrada para abandonar la habitación, siendo detenido por la mano del misterioso intruso que le puso contra el pecho una carpeta de color negro y que marcaba la insignia del Gobierno Mundial en blanco. —Tómese la vida menos en serio, Capitán. Le espero al amanecer, con sus mejores soldados. -Susurró la voz antes de apartarse y dejar que el marine, quien lucía anonadado tras abrir la carpeta, se alejara a pasos temblorosos de la habitación, pues aquella información, era ciertamente algo para tener miedo.
La tarde pasó con rapidez para los marines, caballeros de la guardia real y cuanto cazador de recompensas acudía al llamado que se hacía con toda la poderosa maquinaria de propaganda que el Gobierno podía ofrecer en aquellos momentos. Poco a poco la isla parecía llenarse de la vida y algarabía cotidiana pero en vez de ser los ciudadanos y comerciantes quienes llenaran las calles abarrotadas de mercancía, ahora eran uniformados, misteriosos y sobrios hombres de armas, puliendo espadas, preparando cañones y morteros y repartiéndose el trabajo mientras las ordenes eran dictadas y obedecidas. Habían grupos bien diferenciados entre todos los que estaban preparándose para la batalla, los marines eran los más abundantes y aparentemente los que tenían la mayor carga física y labor de preparación, mientras que, por otro lado, los extraños sujetos de traje y sombrero se dedicaban a emitir comunicados, recibir y analizar cartas traídas por murciélagos y realizar algunos movimientos que, a ojos de civiles no eran del todo importantes o significativos. Sin embargo y a pesar de que los caballeros presumían las relucientes armaduras del glorioso reino de Lvneel, el grupo que más llamaba la atención era la de unos cuantos hombres de extrañas apariencias, que pulían y afilaban armas tan horribles que parecían ser incapaces de hacer un corte limpio pero desgarrarían con facilidad a un hombre de un solo golpe, por sus vestimentas carentes de símbolos aparecía la marca del crimen, por decirlo de algún modo, y la única explicación a que no fueran arrestados se debía, quizá, a que eran caza-recompensas que llegaban con la intención de hacerse con algún pirata y bañarse en dinero un tiempo.
Entre ellos había uno cuyos atavíos resultaban simplemente escalofriantes para los más cardíacos, y echado sobre el tejado de una pequeña casa de pesca cercana al atiborrado puerto parecía descansar mientras limpiaba unos relucientes cuchillos dentados. Este muchacho, de quien nadie tenía conocimientos ni mucha información, fue abordado con prontitud por una figura severa y pulcra, un marine según se veía en el logotipo de su uniforme, pero la escolta que le acompañaba era suficiente para dejar en claro el hecho de que pertenecía a un rango ciertamente considerable, de lo contrario andaría tan ocupado y sudado como todos los demás que correteaban por la isla en busca de cubrir las debilidades de la misma. —Aikawa ¿Correcto? Ya ha sido registrado apropiadamente y se le ubicará según las necesidades del plan defensivo. Acompáñeme por favor. -Su tono de voz era bastante neutro, y aunque hablaba en una voz relativamente baja, no parecía que nadie tuviera problemas para oírlo por su pronunciación y elegante manera de hablar. No pareció que en el Capitán hubiere ni un ápice de ese desprecio que muchos marines sentían por los caza-recompensas, ni aún oculto, y la forma en que le miró y trató fue como si viera a un igual. El castaño se dio la vuelta y comenzó a andar sin fijarse si el misterioso muchacho le seguía o no, pero con un ademán atrajo la atención de tres de sus cinco guardaespaldas, quienes de inmediato se apresuraron a escuchar lo que tenía que decir. —Cabo Percey, lleve al joven Aikawa y al Teniente Ashworth a las habitaciones de la empalizada 3-22. -Ordenó a un calvo marine que de inmediato se puso firme y comenzó a andar, deteniéndose luego para esperar a los dos sujetos que les había encomendado su superior. El capitán se giró a donde estaba el alto teniente y con una fraternal pero limitada palmada en la espalda fue despedido por el castaño de sobrias maneras. —Gracias por acompañarme en la caminata Teniente. Ya conversaremos mas tarde. -Y con la mirada fija y el entrecejo arrugado en un gesto entre fastidio y preocupación, se enfocó ahora en los dos soldados que aguardaban instrucciones aún. —Cabo Bisher, vaya al puerto y escolte a los hermanos Ichinose. Por favor, que sus apariencias no le apacigüen el buen juicio, ambos son orgullosos oficiales de la marina. Llévelos también a la empalizada 3-22. -Cerró la boca hasta que Bisher se hubo alejado lo suficiente y observó con preocupación al Cabo restante, de apellido Phills, quien comenzaba a sudar por aquella penetrante mirada. El capitán metió la mano en su bolsillo y entregó al joven un Den-Den Mushi de color negro, con anteojos y una corbata negra. —Cerca del muelle y junto a los pescadores habrá un joven de melena verde y traje. Entrégale esto y dile que presione el botón para escuchar la canción. -Al parecer, decir esta rima le desagradó al marine quien se frotó el entrecejo mientras su asustadizo subordinado marchaba hasta perderse entre el tumulto de gente. El capitán Ishio estaba un poco nervioso, pero su determinación y valentía opacaba todo sentimiento contrario a su deber, y reforzaba absolutamente toda debilidad.
Esa noche las puertas de la empalizada 3-22, como llamaban a una vieja fortaleza marine que había sido remodelada, se abrieron para recibir al honorable Capitán Ishio, quien observando a todos los que allí estaban regaló por primera vez en mucho tiempo una honesta sonrisa. Era un grupo curioso aquél, conformado mayormente por marines pero cubiertos sus agujeros y debilidades morales por un Cipher Pol y un caza-recompensas, el más serio del que se tenía registro, o eso se esperaba. Ishio tomó asiento en una silla elegante que le fue traída por un par de regordetes reclutas y con los brazos cruzados pareció meditar un instante mientras miraba al suelo. —Señores. Señorita. Quiero ser franco con ustedes... La situación no pinta muy bien. Los caballeros se limitaron a cubrir solo el palacio y las casas de los nobles y la presencia de la Cipher Pol en los Blues es mínima, aún con las fuertes amenazas revolucionarias... Hemos tenido que utilizar incluso los servicios de justicieros independientes, como el señor Aikawa, para reforzar esta ciudad. -Suspiró, y de pronto una sonrisa apareció en su rostro, y resopló mientras reía en baja voz, como recordando un viejo chiste. —Nosotros seis cubriremos el puerto este de la isla, y contaremos con apoyo de los morteros principales en caso de que avancen a través de nuestra barrera. No hace falta recordarles el honor, prestigio y beneficios económicos que obtendremos si logramos perseverar, así como tampoco aclararles que probablemente la muerte se lleve a alguno de nosotros. -Su sonrisa no se borraba y parecía, por la forma en que sus ojos brillaban, que estaba más determinado que nunca. Se levantó de su asiento y chasqueó los dedos, haciendo que retiraran su silla y le dejaran a solas con el grupo que habitaría, por esa noche, aquellas habitaciones. —Sean amables los unos con los otros, pues mañana solo nos tendremos el uno al otro... Según la Cipher Pol, los malditos atracarán mañana a primera hora. No duerman demasiado profundo. -Y dicho esto, abandonó el recinto, dejando a los cinco elegidos libres para que se conocieran o descansaran.
Antes que nada, ¡Te saludo, libre guerrero del mar! Estás a punto de sumergirte en una fiesta de lo más peligrosa, pero no te preocupes, que lo bueno comienza al amanecer. Ahora te contaré lo que debes hacer si estás en el bando ofensivo, es decir, a favor de la invasión a esos presumidos de Lvneel.
Antes que nada, ¡Te saludo, Honorable perseguidor de la justicia! Estás a punto de sumergirte en una noche tensa y llena de suspenso, pero no te preocupes, que lo bueno comienza al amanecer. Ahora te contaré lo que debes hacer si estás en el bando defensivo, es decir, defendiendo la vida de la buena y próspera gente de Lvneel.
¡Sentirán la furia de mi espada!
La llamada a las armas era realmente habitual en los mares infernales que servían de albergue a monstruos y demonios con apariencias humanas, y aunque era siempre la primera opción ante la mas mínima provocación o desacuerdo entre piratas, no había sido jamás tan necesaria y ansiada como lo resultaba justo ahora, justo hoy. ¿Había alguien entre los allí reunidos que no compartiera la sed de sangre que el denominado Azote de Capone prometía saciar? ¿Acaso todos deseaban quemar Lvneel hasta sus cimientos si el viejo reino se negaba a rendirse? Lo más probable es que no todos los futuros invasores eran sanguinarios piratas o malhumorados revolucionarios, pero, lo que estaba definitivamente claro para todos los involucrados es que el mensaje que darían al mundo era claro y efectivo: Someterse o Morir.
El llamado de Capone había llegado a todas las tabernas, sitios de apuestas y navíos que tuvieran alguna simpatía por los piratas, sin importar cuando desagradables fueran, pero, lo cierto es que, como era usual, los rumores corrían sin que su origen fuera claro, y tan solo el nombre de su líder causaba que serviles u oportunistas, los guerreros del mar se apresuraran a reunirse con otras tripulaciones, incluso dejando a un lado, como especie de tregua, las viejas rencillas por barriles robados o puñaladas a traición. Era un secreto a voces que se expandía como el escorbuto o la lepra en un navío de marinos viejos, y aunque todos estaban más que seguros de hablar en un tono de voz bajo y de no soltar la lengua en lugares muy concurridos, no faltaba la obvia sospecha de que incluso las autoridades se enterarían. —¡Que se entere la marina! ¡Mientras más haya en la isla, más podré matar! -Exclamó algún imbécil que fue vitoreado por unos cuantos y azotado por las miradas amenazantes de otros, pues, aunque era cierto que la mayoría anhelaba una gloria presuntuosa y narrar la historia de cómo mató cincuenta y tantos marines, habían otros que eran más cautos y sabían de la enorme posibilidad de ser destruidos como una ola que se arroja contra la roca imperecedera. —¿No has oído de los Caballeros? Dicen que son muy fuertes... -Mascullaba algún tímido tuerto desde un rincón, y mientras otro le escupía y comenzaba una pequeña disputa, las preguntas de verdadero valor se hacían en la tranquilidad de la propia cavilación, cada uno pensando a su propio modo el cómo lograría salir con vida de esa guerra tan poco preparada.
Mientras la noche transcurría, los navíos con insignias temibles se reunían entre el oleaje y los pequeños islotes que ofrecía una vieja isla hundida. Los conocidos celebraban, recorrían las esloras corriendo y brincaban como monos entre las escalas de gatos mientras se saludaban con las maldiciones y los apodos comunes. Habían novatos por montón y abundaban los que ansiaban hacerse un nombre, pero de las dos figuras centrales no se había visto nada. Austin "Rabbit" Jeep, mano derecha de Capone y capitán del Sebastiel no había dado la cara a la agrupación de piratas y criminales que rodeaban su enorme navío en un arco, pero aún así nadie osaba exigir su presencia. Saldría cuando fuera el momento, eso decían todos. Pero la sorpresa caló hondo en todos los rufianes al notar que el afamado Rabbit se encontraba ya en la cubierta de su navío observando la lejana niebla nocturna como si hubiera visto algo que nadie más podía alcanzar a divisar. Era increíble lo viejo que se veía para tener solamente 39 años, pero habían quienes aseguraban que era un hombre canoso desde niño, y que su apariencia era nada respecto a su experiencia en batalla. Si era cierto o no, nadie se atrevía a preguntar nada, y el capitán Jeep tampoco parecía despegar sus ojos de la niebla.
Vermon Crox conocía únicamente en teoría el significado de la paciencia, y es que cuando se luchaba tantas batallas de guerrilla como las que había enfrentado y dirigido el admirable capitán Crox, era fácil perder la compostura al estar tanto tiempo en la vagancia, oculto bajo la roca de Rubeck esperando unas instrucciones que parecían nunca llegar. Todos conocían muy bien su habitual despliegue de impaciencia y determinación, llegando a cometer infracciones directas a sus ordenes pero obteniendo siempre tan buenos resultados que lejos de castigarle con severidad su insurrección se le otorgaba siempre un poco más de poder y libertad, al fin y al cabo, su iniciativa y desempeño militar eran legendarios, aún para quienes jamás habían visto en persona a un verdadero miembro de la Armada Revolucionaria. En aquella ocasión, Vermon "The Bull" Crox nuevamente zarpaba sin una autorización, y con él, un puñado de partidarios decidía acompañarlo a lo que esperaban fuera una misión de conquista.
—¡Apresúrense Caracolitos! ¡La brisa marina debería secarles el sudor! -Exclamaba con increíble fuerza el barbudo y vigoroso Capitán Crox mientras caminaba a largas zancadas por la cubierta, clavados los ojos en la luna extendía la palma hacia el cielo un par de veces antes de enviar alguna orden a los navegantes, pues si bien eran personas capaces y hábiles, entre la neblina que acompañaba esta olvidada zona del North Blue los más inexpertos podían perderse. Su vestimenta consistía en unos serios pantalones negros con muchos bolsillos y unas botas militares, a nivel de la rodilla que relucían como si recién las hubiera lustrado. Su torso estaba apenas cubierto por una chaqueta abierta que dejaba ver algunas cicatrices y el resultado de una vida de entrenamiento y trabajo duro. —¡Deje de mirarme el abdomen y continué cargando esas cenefas, Señorita Hacke! -Dijo claramente ruborizado el capitán que por simple casualidad había sorprendido a la chiquilla admirando su ejercitado y cicatrizado abdomen, y es que como era de bravío, valiente y determinado, era también tímido con las mujeres, por lo que no podía evitar que el rubor le inundara el rostro y tuviera que darle la espalda a la novata, una que ya valía una buena cantidad de dinero, al menos en los mares bajos como lo eran los Blues. Sin embargo tuvo que volver la vista al escuchar un lejano pero constante ruido, como una lejana algarabía que se perdía entre las leguas marinas y la espesa neblina nocturna.
Pronto una tenue luz se hizo evidente en la lejanía, como un punto de luminiscencia débil que danzaba como una llama agitada por un rencoroso viento, pero esa señal, tan débil y apenas perceptible, fue suficiente para el capitán revolucionario, quien dando un par de largos saltos se encaramó en el mástil y haciendo uso de los cabos se mantuvo en las alturas para obtener una mejor visión. De la nada, sin previo aviso y como una señal que hizo sentir escalofríos a los que habitaban del otro lado del banco de niebla, Crox emitió un mugido, profundo, ensordecedor y tan temible que incluso sus propios hombres sintieron un leve temor, era su señal, una que Austin Jeep reconoció de inmediato, y con un movimiento de su mano, hizo aumentar la llama de las múltiples lámparas que iluminaban su navío, haciéndolo brillar como si estuviera engullido por las llamas del mismo infierno.
Cuando ambos navíos estuvieron juntos, lado a lado, el revolucionario invadió al Sebastiel con un poderoso brinco, quedando directamente junto a su serio y temporal aliado, al cual saludó con un gesto informal antes de arrugar un poco su semblante en una extraña mueca. —¿Siempre hay ese olor a ron y orina siguiendo a los piratas? -Dijo mientras cubría su nariz con el brazo y era observado con frialdad por su silencioso colega.
Ninguno de ellos dijo nada por unos cuantos segundos y de la nada, el barbudo pirata se dio media vuelta y dirigió su vista al montón de pelmazos y delincuentes que rodeaban el lugar en decenas de botes, barcos y navíos de diferentes tamaños. —Celebraremos por esta noche... Partiremos con el alba. -Cerró los ojos por un instante y comenzó a tocar su barba en una cariñosa caricia que duró un par de minutos en los cuales nadie se atrevía a hablar, pero de la nada, y como quien recuerda algo importante, abrió los ojos y dispuso el puño derecho sobre la palma izquierda. —¡El que esté demasiado borracho para levantarse será degollado! -Advirtió para desgracia de muchos antes de retirarse a sus aposentos, seguido del Revolucionario de mayor cargo, quien cuchicheando con uno de sus hombres de confianza, dio la orden de mantener los ojos abiertos, pero divertirse en la medida de lo posible.
¡La justicia prevalecerá!
Violencia, desmedida y exagerada, con matices de crueldad tan palpables que causaban arcadas en los más santos pero encendían una llama de ansiedad e impotencia en quienes tenían la justicia como estandarte y salvaguardaban la vida de pobres y ricos de los desagradables y egoístas objetivos de piratas y rebeldes. ¿Habría algún momento paz verdadera? Habían entre las filas de la justicia quienes ansiaban tranquilidad e igualdad en el mundo, pero muchos otros veían el objetivo real como una erradicación absoluta de un mal pútrido y corrupto que se pavoneaba en el océano bajo la falsa premisa de libertad. Para lograr la paz, habrá que librar algunas guerras, tanto como derramar sangre de unos pocos para salvar a tantos muchos, hoy y en un futuro próximo. El trabajo de la justicia jamás descansaba, y cada día traía nuevos retos que ponían a prueba la dureza de los puños y la nobleza del corazón entregado a un objetivo. La derrota no era una opción.
Habían muchas brechas entre los diferentes cuerpos de la justicia que, aunque sirvieran a objetivos similares y entregaran de igual forma sus vidas a la labor, tenían diferencias abismales tanto en ideología como en métodos para realizar sus misiones, unas menos honorables que otras pero que de igual forma se escudaban en el famoso logo que ondeaba en las banderas del gobierno y la marina: Justicia. Pero cuando las facciones trabajaban en equipo, cuando se prestaba ayuda mutua para un fin común, parecía que un rompecabezas enorme se armaba y la visión de lo imposible se alejaba en el horizonte distante, así como las fuerzas, de todos, se mezclaban en un poderoso escudo con filosas púas, para proteger al débil y herir al agresor. —Van a reunirse. -Fue la simple señal que puso en alerta a toda una armada y que causó un revuelo de proporciones colosales en los distintos fuertes y bases de la marine en los cuatro Blues. No se había tenido casos de una amenaza como aquella en muchísimos años, y aunque habían archivados varios planes de contingencia, no habían pensado utilizarlos y mucho menos actualizarlos a la situación que se presentaba con Capone. "Si no da la cara no atacará en serio" pensaban muchos, demostrando ahora estar realmente equivocados, pero como las mejores cosas de la vida, poco duró aquella desesperación momentánea. En la reunión de la marina, que se suponía secreta, hizo aparición, entre un fallo poco usual de energía eléctrica, una silueta cuya voz reconocieron los de mayor rango y más experiencia en la fuerza, cabe destacar que salvo el misterioso invitado, nadie parecía tener ganas de decir palabra alguna, y enfocaban sus cansados ojos en los diferentes planes, carpetas y documentos mientras el recién llegado comenzaba a tararear una rara canción. —Vamos amigos, no hagan como si no se supieran la tonada~ -Dijo mientras comenzaba a tararear con un poco más de fuerza antes de ser interrumpido por un sonoro manotazo que uno de los más jóvenes de los allí reunidos daba a la mesa, atrayendo la atención de todos. Nuevamente, y en un tono cargado de jocosidad y tranquilidad, habló el misterioso caballero de la puerta, refugiado en la luz intensa tras de sí y la oscuridad que invadía la habitación. —Capitán Ishio-bishio. Si no le gusta mi canción puedo entonar otra... A mi, Nobody-chan, se le conoce por saberse todas las canciones~ -Masculló con fingida preocupación que hizo al joven de castaña cabellera levantarse de su lugar con digno enfado y control sobre su ser para no hacer una escena, y haciendo un saludo militar si dirigió a la entrada para abandonar la habitación, siendo detenido por la mano del misterioso intruso que le puso contra el pecho una carpeta de color negro y que marcaba la insignia del Gobierno Mundial en blanco. —Tómese la vida menos en serio, Capitán. Le espero al amanecer, con sus mejores soldados. -Susurró la voz antes de apartarse y dejar que el marine, quien lucía anonadado tras abrir la carpeta, se alejara a pasos temblorosos de la habitación, pues aquella información, era ciertamente algo para tener miedo.
La tarde pasó con rapidez para los marines, caballeros de la guardia real y cuanto cazador de recompensas acudía al llamado que se hacía con toda la poderosa maquinaria de propaganda que el Gobierno podía ofrecer en aquellos momentos. Poco a poco la isla parecía llenarse de la vida y algarabía cotidiana pero en vez de ser los ciudadanos y comerciantes quienes llenaran las calles abarrotadas de mercancía, ahora eran uniformados, misteriosos y sobrios hombres de armas, puliendo espadas, preparando cañones y morteros y repartiéndose el trabajo mientras las ordenes eran dictadas y obedecidas. Habían grupos bien diferenciados entre todos los que estaban preparándose para la batalla, los marines eran los más abundantes y aparentemente los que tenían la mayor carga física y labor de preparación, mientras que, por otro lado, los extraños sujetos de traje y sombrero se dedicaban a emitir comunicados, recibir y analizar cartas traídas por murciélagos y realizar algunos movimientos que, a ojos de civiles no eran del todo importantes o significativos. Sin embargo y a pesar de que los caballeros presumían las relucientes armaduras del glorioso reino de Lvneel, el grupo que más llamaba la atención era la de unos cuantos hombres de extrañas apariencias, que pulían y afilaban armas tan horribles que parecían ser incapaces de hacer un corte limpio pero desgarrarían con facilidad a un hombre de un solo golpe, por sus vestimentas carentes de símbolos aparecía la marca del crimen, por decirlo de algún modo, y la única explicación a que no fueran arrestados se debía, quizá, a que eran caza-recompensas que llegaban con la intención de hacerse con algún pirata y bañarse en dinero un tiempo.
Entre ellos había uno cuyos atavíos resultaban simplemente escalofriantes para los más cardíacos, y echado sobre el tejado de una pequeña casa de pesca cercana al atiborrado puerto parecía descansar mientras limpiaba unos relucientes cuchillos dentados. Este muchacho, de quien nadie tenía conocimientos ni mucha información, fue abordado con prontitud por una figura severa y pulcra, un marine según se veía en el logotipo de su uniforme, pero la escolta que le acompañaba era suficiente para dejar en claro el hecho de que pertenecía a un rango ciertamente considerable, de lo contrario andaría tan ocupado y sudado como todos los demás que correteaban por la isla en busca de cubrir las debilidades de la misma. —Aikawa ¿Correcto? Ya ha sido registrado apropiadamente y se le ubicará según las necesidades del plan defensivo. Acompáñeme por favor. -Su tono de voz era bastante neutro, y aunque hablaba en una voz relativamente baja, no parecía que nadie tuviera problemas para oírlo por su pronunciación y elegante manera de hablar. No pareció que en el Capitán hubiere ni un ápice de ese desprecio que muchos marines sentían por los caza-recompensas, ni aún oculto, y la forma en que le miró y trató fue como si viera a un igual. El castaño se dio la vuelta y comenzó a andar sin fijarse si el misterioso muchacho le seguía o no, pero con un ademán atrajo la atención de tres de sus cinco guardaespaldas, quienes de inmediato se apresuraron a escuchar lo que tenía que decir. —Cabo Percey, lleve al joven Aikawa y al Teniente Ashworth a las habitaciones de la empalizada 3-22. -Ordenó a un calvo marine que de inmediato se puso firme y comenzó a andar, deteniéndose luego para esperar a los dos sujetos que les había encomendado su superior. El capitán se giró a donde estaba el alto teniente y con una fraternal pero limitada palmada en la espalda fue despedido por el castaño de sobrias maneras. —Gracias por acompañarme en la caminata Teniente. Ya conversaremos mas tarde. -Y con la mirada fija y el entrecejo arrugado en un gesto entre fastidio y preocupación, se enfocó ahora en los dos soldados que aguardaban instrucciones aún. —Cabo Bisher, vaya al puerto y escolte a los hermanos Ichinose. Por favor, que sus apariencias no le apacigüen el buen juicio, ambos son orgullosos oficiales de la marina. Llévelos también a la empalizada 3-22. -Cerró la boca hasta que Bisher se hubo alejado lo suficiente y observó con preocupación al Cabo restante, de apellido Phills, quien comenzaba a sudar por aquella penetrante mirada. El capitán metió la mano en su bolsillo y entregó al joven un Den-Den Mushi de color negro, con anteojos y una corbata negra. —Cerca del muelle y junto a los pescadores habrá un joven de melena verde y traje. Entrégale esto y dile que presione el botón para escuchar la canción. -Al parecer, decir esta rima le desagradó al marine quien se frotó el entrecejo mientras su asustadizo subordinado marchaba hasta perderse entre el tumulto de gente. El capitán Ishio estaba un poco nervioso, pero su determinación y valentía opacaba todo sentimiento contrario a su deber, y reforzaba absolutamente toda debilidad.
Esa noche las puertas de la empalizada 3-22, como llamaban a una vieja fortaleza marine que había sido remodelada, se abrieron para recibir al honorable Capitán Ishio, quien observando a todos los que allí estaban regaló por primera vez en mucho tiempo una honesta sonrisa. Era un grupo curioso aquél, conformado mayormente por marines pero cubiertos sus agujeros y debilidades morales por un Cipher Pol y un caza-recompensas, el más serio del que se tenía registro, o eso se esperaba. Ishio tomó asiento en una silla elegante que le fue traída por un par de regordetes reclutas y con los brazos cruzados pareció meditar un instante mientras miraba al suelo. —Señores. Señorita. Quiero ser franco con ustedes... La situación no pinta muy bien. Los caballeros se limitaron a cubrir solo el palacio y las casas de los nobles y la presencia de la Cipher Pol en los Blues es mínima, aún con las fuertes amenazas revolucionarias... Hemos tenido que utilizar incluso los servicios de justicieros independientes, como el señor Aikawa, para reforzar esta ciudad. -Suspiró, y de pronto una sonrisa apareció en su rostro, y resopló mientras reía en baja voz, como recordando un viejo chiste. —Nosotros seis cubriremos el puerto este de la isla, y contaremos con apoyo de los morteros principales en caso de que avancen a través de nuestra barrera. No hace falta recordarles el honor, prestigio y beneficios económicos que obtendremos si logramos perseverar, así como tampoco aclararles que probablemente la muerte se lleve a alguno de nosotros. -Su sonrisa no se borraba y parecía, por la forma en que sus ojos brillaban, que estaba más determinado que nunca. Se levantó de su asiento y chasqueó los dedos, haciendo que retiraran su silla y le dejaran a solas con el grupo que habitaría, por esa noche, aquellas habitaciones. —Sean amables los unos con los otros, pues mañana solo nos tendremos el uno al otro... Según la Cipher Pol, los malditos atracarán mañana a primera hora. No duerman demasiado profundo. -Y dicho esto, abandonó el recinto, dejando a los cinco elegidos libres para que se conocieran o descansaran.
Instrucciones (Generales)
- Como se ha aclarado ya, a partir de este momento comienza el Arco #1, y por ende los post realizados a partir de ahora contarán como el Presente de cada individuo, dejando cualquier otro tema desplazado a un Pasado de los permitidos. En este arco cabe la posibilidad de ser herido, dañado, robado o asesinado, por lo que el usuario puede elegir salir del evento en cualquier momento aunque no sea recomendable para su beneficio a nivel de Experiencia/Reconocimiento. Click Aquí para mayor información.
- Tendrán a partir de este momento un total de 48 horas para realizar sus respectivas respuestas, de igual manera se tendrá como tiempo máximo permitido las 48 horas. El orden en el que comenten no afectará a la ronda, pero se limitará a una respuesta por ronda de cada usuario.
- Aquél usuario que no responda a una ronda en el tiempo determinado se verá víctima de la situación, pues se tomarán las decisiones en su lugar, y, en caso de estar en combate, recibirá daño no-letal como primer resultado. Una segunda falta de respuesta le pondrá directamente en un de inconsciencia o muerte. Ciertas excepciones aplican según el caso.
- Es completamente opcional el responder e interactuar con los NPCs de la historia, pero recuerden que este es un foro de rol interpretativo, y por ende se tomará en cuanta la calidad de su narrativa tanto o igual que la calidad interpretativa. Los NPCs tienen también personalidad y pueden aportar beneficios en el rol a nivel interpretativo/Narración.
- Se recomienda limitar el uso del Spoiler. Las dudas que no puedan ser aclaradas por un administrador/moderador en el chat pueden ser expuestas en Spoiler al final de su post y el narrador encargado la responderá a la brevedad posible. Se recuerda también que el Spoiler es una buena forma de describir con mayor tecnicismo las técnicas o habilidades utilizadas en la respuesta.
- En el caso de que la ronda se complete antes de las 48 horas pausadas, podría ser que el narrador continúe sin esperar que transcurran las horas restantes. En base a eso, se recuerda que la ronda terminará el día Lunes 30/01/2017 a esta misma hora. Sin prórrogas.
Venganza (Ofensiva)
- Al inicio de tu respuesta debes poner la palabra Venganza. Rojo, tamaño 18 y fuente Courier New, así me facilitarás el identificar con rapidez a que bando pertenece cada cual.
- ¿Como empezar si soy Pirata? ¡Muy fácil! Deberás narrar el cómo te enteraste de la reunión y de donde vienes (Tu último tema presente), además, podrás interactuar con diferentes NPCs o usuarios que sean de tu mismo bando en un principio. Luego de que llegue el navío revolucionario, puedes ir a echarle un vistazo o dedicarte a tus asuntos.
- ¿Como empezar si soy Revolucionario? ¡Muy fácil! Deberás narrar el cómo llegaste a Rubeck y tomaste la difícil decisión de apoyar la impulsividad del Capitán Crox, además, podrás interactuar con diferentes NPCs o usuarios que sean de tu mismo bando en un principio. Luego de que llegues al punto de reunión, puedes ir a echarle un vistazo a la fiesta o dedicarte a tus asuntos.
- Tengan siempre consciencia que sus acciones serán tomadas en cuenta (Aún las pequeñas) para las narraciones posteriores, por lo que si quieres apuñalar hasta la muerte a un pirata cuyo ojo de vidrio te molesta, tal vez debas considerar que puede tener amigos peligrosos.
Justicia (Defensiva)
- Al inicio de tu respuesta debes poner la palabra Justicia. Azul, tamaño 18 y fuente Courier New, así me facilitarás el identificar con rapidez a que bando pertenece cada cual.
- ¿Como empezar si soy Marine? ¡Muy fácil! Deberás narrar el cómo se te ordenó asistir a Lvneel y de donde vienes (Tu último tema presente), además, podrás interactuar con diferentes NPCs o usuarios que sean de tu mismo bando en un principio. Luego de que seas escoltado a la empalizada y llegues a la alcoba podrás interactuar con el grupo o dedicarte a tus asuntos.
- ¿Como empezar si soy CP o Cazador? ¡Muy fácil! Deberás narrar el cómo se te ordenó/aconsejó asistir a Lvneel y de donde vienes (Tu último tema presente), además, podrás interactuar con diferentes NPCs que sean de tu mismo bando en un principio. Luego de que seas escoltado a la empalizada y llegues a la alcoba podrás interactuar con el grupo o dedicarte a tus asuntos.
- Tengan siempre consciencia que sus acciones serán tomadas en cuenta (Aún las pequeñas) para las narraciones posteriores, por lo que si quieres desobedecer las órdenes del capitán al que fuiste asignado porque simplemente te molesta su cabellera, piensa en el hecho de que podría mandarte a encerrar o te degrade, si eres de la Marina.
- Mención especial: Kuma, al ser el único CP recibes la llamada directa de "Nobody-Chan" el líder del Cp en los Blues. Al contestar la llamada él responderá con "Sale la espuma, es noche de bruma~ Y el que siempre resta y suma es mi amigo, kurikukuma." De ahí en adelante el dialogo es libre recordando que se referirá a ti siempre bajo el mote de Kurikukuma-chan. Además, parece que siempre canta o habla en rima.
- Mención especial: Aikawa, al ser el único cazador, el capitán ha tomado interés en ti por verte menos sádico y ansioso que el resto. Sin embargo puedes elegir desobedecer su orden y largarte de la empalizada durante la noche, al fin y al cabo, no puede degradarte pues no trabajas para la marina.
© Tablilla Realizada por Yosuka Akane. Exclusivo OPBS
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Re: [Arco Argumental N°1] La Invasión Roja
VENGANZA
Kazama permanecía en su bote de doble vela justo del barco central, cuyo barco eran acompañado por dos más. Uno a cada lado. El peliblanco desconocía lo que iba a acontecer ni de lo que se trataba, a parte de que veía cómo otra gente entraba a los barcos ~ ¿Lo tendrían pactado? ~ Dejaba pasar un poco más el tiempo pensando en entrar o no ~ Mm... Voy ~ Lo decidió. Enganchó el bote al navío del barco central y terminó accediendo a su interior, encontrando fácilmente la reunión o donde se reunía la gente ~ Vaya, quien lo diría ~ Pensaba mientras buscaba una buena posición para ver al líder de este ataque. Nadie decía nada, directamente esperaban órdenes, pero un muchacho decidió preguntar cual era el plan y el hombre que tomó la palabra elogiaba al mismo muchacho cuyo nombre desconocía Kazama ~ Vaya, si que es fácil sorprenderlo ~ Reflexionaba interiormente quien fácilmente podría someter a todos en su ilusión y liársela parda en un momento a todos... Sólo con tomar la palabra sería el foco de atención en un ambiente tan tenso, pero el peliblanco samurái prefería pasar desapercibido, no era necesario hacer el tonto, todavía no es tan poderoso y lo sabía, pero claro, comparándose con los más grandes que él.
El hombre no dudó en decir el plan, o como será el ataque ~ Da igual el plan que tengan sino tienen a hombres determinantes en una guerra ~ Decía en su mente el peliblanco, pero no tenía claro con quien iba a ir ~ Este tío si piensa ir por todo el centro será el "cebo", la mayor mierda irá por ahí, de modo que eso le descartamos... ~ Se ponía la mano en el mentón, con una postura reflexiva ~ Sería ir por la empaladiza o por detrás, y yo me quiero divertir, así que... ¿Dónde estará la mayor diversión? ~ Era elegir entre una posibilidad del 50%, pero por la diferencia, quería observar cómo actuaba la gente de la revolución ~ Iré con el Crox ese, veámos como piensa esta gente ~ Seguía pensando el peliblanco mientras ese tipo dejaba el barco central para dirigirse al suyo. Kazama terminó yendo por detrás, a unos 6 metros o así. Dejó que entrase el barco y demás dejándole su tiempo para reincorporarse en su navío, para que el propio samurai y usuario de la Sakkaku No Mi llegase más tarde.
El hombre no dudó en decir el plan, o como será el ataque ~ Da igual el plan que tengan sino tienen a hombres determinantes en una guerra ~ Decía en su mente el peliblanco, pero no tenía claro con quien iba a ir ~ Este tío si piensa ir por todo el centro será el "cebo", la mayor mierda irá por ahí, de modo que eso le descartamos... ~ Se ponía la mano en el mentón, con una postura reflexiva ~ Sería ir por la empaladiza o por detrás, y yo me quiero divertir, así que... ¿Dónde estará la mayor diversión? ~ Era elegir entre una posibilidad del 50%, pero por la diferencia, quería observar cómo actuaba la gente de la revolución ~ Iré con el Crox ese, veámos como piensa esta gente ~ Seguía pensando el peliblanco mientras ese tipo dejaba el barco central para dirigirse al suyo. Kazama terminó yendo por detrás, a unos 6 metros o así. Dejó que entrase el barco y demás dejándole su tiempo para reincorporarse en su navío, para que el propio samurai y usuario de la Sakkaku No Mi llegase más tarde.
- info.:
- Voy con Crox y no interactuo con nadie
InvitadoInvitado
Re: [Arco Argumental N°1] La Invasión Roja
Justicia
El silencio reinaba en la habitación, nadie parecía decir nada interesante, que aburrimiento. Aunque se podía escuchar a la gente preparándose para la pelea, el peliverde se preguntaba cuantos de ellos morirían hoy esperando no encontrarse entre los cadáveres al final del día. Sus pensamientos fueron interrumpidos por un ruido un tanto molesto para el, saco su Den-Den Mushi esperando no ser confundido otra vez por nobody-chan, al menos esperaba que sus ordenes fueran algo mas claras que la ocasión anterior.Seguía hablando de forma rara como era de esperar pero al menos esta vez sus intenciones eran claras, no quería que los demás los escucharan hablar. El joven trajeado dio una reverencia antes de proseguir-Con permiso-Salio de la habitación por unos momentos para que nadie escuchara la conversación. Al parecer tenia una importante misión que cumplir, según había entendido debía ir al puerto a las 5 am ya sea solo o junto al cazador quien recordó era al que habían llamado Aikawa. Luego de eso la llamada finalizo sin que pudiera contestar, al parecer no tenia muchas opciones.
Espero pacientemente a que el cazador estuviera solo para acercarse intentando charlar-Aikawa-san, espero que este a gusto con las instalaciones ¿A que son bonitas?-El peliverde sonaba bastante amable, como si solo quisiera entablar una simple conversación antes de hacer su propuesta-Dígame ¿Le gustaría ganar un poco de dinero extra? Si accede a una pequeña petición del gobierno puede estar seguro de que sera recompensado-Luego de sus palabras se acerco un poco al cazador susurrando a su oído-En el puerto a las 5 am, asegúrese de que nadie lo siga, piénselo, Nobody-chan tiene una tarea para nosotros-Y acto seguido siguió su camino hasta su habitación-Descanse bien señor Aikawa.
En su habitación el peliverde simplemente se recostó en la cama, al día siguiente tenia que despertarse temprano por mas molesto que fuera. Mientras se preguntaba que tenia planeado Nobody-chan sus ojos se cerraron para dejarlo descansar hasta las 4:30 am, momento en el cual se levanto del colchón, sin darse cuenta había dormido con el traje puesto por lo que no tardo mucho en prepararse para salir, aparentemente los demás seguían dormidos o simplemente no se encontraban merodeando la entrada por donde el agente abandono el lugar prestando atención de que nadie lo siguiera.
El puerto era un lugar bastante frió pero era una tontería comparado con el clima de la isla Minion que una vez visito, esto no quitaba el hecho de que tuviera poca resistencia al frió por falta de abrigo o grasa que le diera calor pero supuso que si era una orden de un superior como Nobody-chan al menos debería ser algo importante. No era lo que esperaba, una simple caja le fue entregada por lo que supuso era un agente diciendo que no debía abrirla sin permiso de Nobody-chan, estaba tan confundido como siempre sin saber que tenia en mente aquella persona. Mientras se preguntaba que tenia aquella caja fue sorprendido por la alarma, seguramente lo regañarían luego por no estar en la habitación con los demás pero por el momento prefirió llevarse la caja y esconderse detrás de una pequeña choza del lugar con ambos cuchillos en mano en caso de necesitarlos-Pero que situación tan molesta-Se quejaba junto a un suspiro esperando no tener que aportar mucho a la lucha.
- Off:
- Voy al puerto que cuenta como central e interactuo con Aikawa
Habilidades a tener en cuenta(creo xD): Engaño D y Pasividad
InvitadoInvitado
Re: [Arco Argumental N°1] La Invasión Roja
Justicia
Recibiamos un buen regaño del Capitan de la operación, en un lugar como este a mi parecer tomarse la muerte en serió solo haría más probable que viniera por ti; temerle a morir solo haría que en los momentos críticos te paralizarás o salieran huyendo, a mi parecer los comentarios de la marine no fueron la gran cosa y en los rostros de los demás no se veía reflejado el obvio miedo a la muerte que tendría una persona que no estuviera preparada para recibirla con los brazos abiertos.
Tras el regaño todo quedaba tensamente silencioso, nos daban las instrucciones a seguir aunque a mi parecer no eran muy claras, tal vez no estaba acostumbrado a que me dieran ordenes sin que me digan el por qué; terminaba entendiendo que teníamos carta libre de elegir entre los caminos que el Capitan mencionaba, aunque siendo un pelotón me parecía más probable que en la mañana debieramos seguirlo por uno fijo, esta situación me emñezaba a hacer sentir como un tonto; despejaba mi mente rápidamente y veía al peliverde bien vestido acercarseme, era bastante sospechoso ya que antes había recibido una llamada que tenía que recibir en secreto, aún sin ser un pirata era lógico desconfiar de los agentes del gobierno que parecían más perros movidos por el egoísmo que a los que tachaban de sin escrupulos, o sea lo de mi clase. Si necesitara confiarle mi vida un pirata o un agente del gobierno, prefería rifarmela evadiento a la muerte, ante mis ojos solo los diferenciaba la ropa y que uno se escudaba con la palabra justicia.
* que asuntos tendrá conmigo, acoso no fue el gobierno el que nos convoco aquí? * pensaba previniendo que quisieran deshacerse de mí, aunque no encontraba motivo aparente. Alzaba la mano mientras mostraba una sonrisa en señal de saludo amigable, el peliverde respondía igual de amigable a mi saludo - jaja, primera vez que me encuentro en un resort de 5 estrellas como este - le respondía en un tono cómico a su comentario; inmediatamente empezo con su real motivo de acercarse, aparentemente tenían un trabajo privado para mí, aunque constaba de hacerlo a espalda de los demás y sin mayor información que estar en un lugar a cierta hora que a mí parecer era de lo más sospechoso, aunque común a la vez tratandose del gobierno - ja, no estoy aquí solo por el dinero Paradox-kun - decía rápidamente en un tono algo bajo antes de que se separara más, intentando darle a entender que no era seguro que siguiers sus ordenes aún si decidía participar en lo que estuviera tramando; el sujeto se despedía cordialmente y yo empezaba a analizar la situación.
El puerto sería posiblemente el punto de ataque principal, lanzar a un montón de piratas desechables allí enfocaría toda la atención de la marina permitiendo a los de más rango actuar por otro lado, no comprendía el motivo de estar allí y antes del amanecer; no me daba la impresión de que fuera una trampa, y el gobierno no tenía motivos aparentes para traicionar a Lvneel y sabotear a la marina. Tras pensarlo un buen rato decido ir, pero para ser precavido trato de informarle al marine que conocí en el camino, así en casos extremos no se me podría culpar directamente de nada.
Al no estar seguro de si el agente me estaba vigilando, reviso el area con la vista y luego me acerco al marine Peliamarillo - Teniente, que tal va la noche? por cierto, para no afectar nuestra relación en el campo de batalla creo que debo decirle que no le temo a la muerte ni tengo intenciones de recibirla y puedo asegurar con ver los rostros de los demás que es igual, estoy seguro que la belleza que lo dijo solo trataba de romper el hielo - hablaba amigablemente para desviar la atención de cualquiera que estuviera oyendo o sospechara de que el Agente se me haya acercado - espero que nos podamos llevar bien mañana - decía en tono de despedida y me acercaba quedando hombro con hombro simulando que simplemente me alejaba - El agente me ha citado en la mañana a un punto específico y no se que trame, le pido que me excuse ante el capitán si no regreso antes de la hora acordada - le decía en un tono serió y bajo para que no nos escucharan, omitiendo todo lo importante y sin mirarlo estando a un costado de él - Bueno, cuento con usted mañana - me despedía y seguía mi camino hacía los dormitorios para descansar un rato.
En la mañana me levantaba, aún no salía el sol y si no había perdido mi sentido horaria aún no eran las 5 de la mañana, salía furtivamente llevando mis zapatos en las manos, que al ser pesados harian algo de ruido; al estar afuera de las instalaciones y me los ponía y acerleraba el paso para llegar al puerto, verificando que el Teniente no me estuviera siguiendo por curiosidad, cambiaba de ruta un par de veces para despistarlo si venía siguiendome y no me percataba, sin preocuparme de la hora al haber salido algo antes.
Al llegar al puerto veo al agente tomando una caja, con una cara de incordio. Me le acercaba pero sonaba una alarma y se empezaba a mover, lo seguía inmediatamente y se escondía detras de una choza - Ya estoy aquí, aunque ni siquiera tuviste la gentileza de esperarme - le decía al verlo con un par de cuchillos, me llevaba una sorpresa al ver que usaba las mismas armas que yo, me quedaba esperando a que me explicara que pasaba o que debía hacer.
- Off::
- Decidó seguir a Kuma aunque sospechando de sus intenciones, precaviendo una traición le comento al teniente ya que era el único con quien había conversado y por el semi regaño que nos dio me pareció un hombre de fuertes convicciones y cariño por la justicia
InvitadoInvitado
Re: [Arco Argumental N°1] La Invasión Roja
Justicia
Bla bla bla bla bla, eso era todo lo que salia de los labios no solo del Capitan Ishio, si no de aquella enorme masa de músculos de cabello rubio que se había hecho presente. Al parecer la marina no estaba lo suficiente preparada para la idea de presentar el tipo de flor que deseaban tener en su tumba como una manera de alentar la moral y por esa razón creyó confundirse de facción en la vida, es decir, aquel sujeto de cabello verse había nombrado una flor que aunque fuera venenosa era una flor y el otro sujeto raro de mascara había hecho lo mismo aunque mas bien lo había mechado con un alago que hizo que Harumi le mirara con cierto desdén. No estaba un humor excepcionalmente alto después de aquello y por esa simple razón no hizo otra cosa que suspirar mientras negaba con la cabeza demostrando lo falsa que puede ser como persona -Lo siento, solo intentaba animar un poco las cosas- Y ya, no tenia mas razones para seguir pidiendo disculpas o para rogar el perdón de unas personas que no tenían el sentido del humor tan desarrollado como para aceptar sus palabras.
La peliazul no hizo otra cosa mas que estirar en cuanto terminara la reunión, mirar con cierto desgano a su hermano y golpearlo en el hombro aunque sin mucha fuerza -¿Que fue eso? Deberías defenderme en lugar de responder esas cosas tan abstractas como que no te importa- Si Harumi era falsa, intentaba parecer alguien amable a la par que tranquila, su hermano era todo lo contrario, él era una persona calma y tranquila en toda clase de situaciones siéndole imposible de continuar una simple broma como esa -Como sea, veo que va a ser una larga noche- Los ruidos, el enorme ajetreo de la base, era algo que en conjunto con lo sucedido recientemente le hizo tener cierto dolor de cabeza a la fémina.
Simplemente se adelanto por si misma unos pasos antes de mirar a su hermano -¿Te vas a quedar ahí? Quiero ir a ver un poco el panorama, estudiar la estructura, a lo mejor pedir un mapa del terreno en si- ¿Algo en común de ambos Ichinose? Eran bueno estrategas, necesitaban solo un poco de información básica para idear planes de combate aunque desgraciadamente muchos de esos planes eran como el ajedrez. Si había que sacrificar cinco peones para que la reina se hiciera camino hasta el rey, eran capaces de hacerlo aunque ellos se consideraban siempre la reina y el mundo entero eran los peones, ¿un poco egocéntrico no?
Después de unas largas horas mirando mapas, estudiando a algunos de sus aliados dentro de aquella base, caminando por la enorme estructura de la marina y mirando cada tanto el oscuro exterior se dedico a dormir unas horas, dos o tres, no sabría decirlo con exactitud puesto que una fuerte alarma comenzó a sonar haciendo que la espadachín saltara de la cama con el envoltorio de armas en mano para apresurarse a donde se encontraba su hermano -Oniichan, creo que deberíamos de movernos- Terminado el saludo militar y visto el numero enorme de gente que iba a atacarles, la fémina tiro de la mano del pelinegro y señalo el lado izquierdo así como un gesto con la cabeza para comenzar a moverse y cubrir ese flanco.
La peliazul no hizo otra cosa mas que estirar en cuanto terminara la reunión, mirar con cierto desgano a su hermano y golpearlo en el hombro aunque sin mucha fuerza -¿Que fue eso? Deberías defenderme en lugar de responder esas cosas tan abstractas como que no te importa- Si Harumi era falsa, intentaba parecer alguien amable a la par que tranquila, su hermano era todo lo contrario, él era una persona calma y tranquila en toda clase de situaciones siéndole imposible de continuar una simple broma como esa -Como sea, veo que va a ser una larga noche- Los ruidos, el enorme ajetreo de la base, era algo que en conjunto con lo sucedido recientemente le hizo tener cierto dolor de cabeza a la fémina.
Simplemente se adelanto por si misma unos pasos antes de mirar a su hermano -¿Te vas a quedar ahí? Quiero ir a ver un poco el panorama, estudiar la estructura, a lo mejor pedir un mapa del terreno en si- ¿Algo en común de ambos Ichinose? Eran bueno estrategas, necesitaban solo un poco de información básica para idear planes de combate aunque desgraciadamente muchos de esos planes eran como el ajedrez. Si había que sacrificar cinco peones para que la reina se hiciera camino hasta el rey, eran capaces de hacerlo aunque ellos se consideraban siempre la reina y el mundo entero eran los peones, ¿un poco egocéntrico no?
Después de unas largas horas mirando mapas, estudiando a algunos de sus aliados dentro de aquella base, caminando por la enorme estructura de la marina y mirando cada tanto el oscuro exterior se dedico a dormir unas horas, dos o tres, no sabría decirlo con exactitud puesto que una fuerte alarma comenzó a sonar haciendo que la espadachín saltara de la cama con el envoltorio de armas en mano para apresurarse a donde se encontraba su hermano -Oniichan, creo que deberíamos de movernos- Terminado el saludo militar y visto el numero enorme de gente que iba a atacarles, la fémina tiro de la mano del pelinegro y señalo el lado izquierdo así como un gesto con la cabeza para comenzar a moverse y cubrir ese flanco.
- Spoiler:
- Nada interesante. Harumi se pasa gran parte de la noche estudiando la base y sus alrededores ademas de hacer algunos cálculos de sus compañeros siendo que una vez inicia el asedio se dedica a elegir el lado izquierdo para la defensa si es que podemos ir a ese punto (eso o no comprendí bien el post de narrador).
InvitadoInvitado
Re: [Arco Argumental N°1] La Invasión Roja
Justicia.
Muchos se preguntaran... ¿Qué sucedería en aquella reunión?... La respuesta en la mentalidad del masuclino sería una, la cuál claramente se expresaría en su rostro, el cuál mostraría aquella cada de pocos amigos al momento de verificar como uno de los participantes en la operación de mañana alzaba la voz, ¿Ascenso?... Es más trabajo por los mismos problemas... Pensó, ignorando así olimpicamente el hecho de realizar otro comentario y liberaría un gran suspiro, el mismo llevaría la vista de este hacía su hermana. No obstante, el hecho de que aquella persona con un rango jerárquico superior se refiriera de tal manera a lo que incentivaría la camaradería antes de un combate. - ¿Un superior?... Vaya chiste... Todos se han escondido con el rabo entre las patas. - Expresaría con un tono sumamente bajo, el cuál sólo dejaría ser escuchado por su hermana quien estaría junto a este en tal momento.
No obstante, aquella reunión comenzaría a fragmentarse, siendo que algunos se retirarían y otros se quedarían un poco más para conversar entre ellos, algo que, ciertamente el mayor preferiría evitar tales charlas con personas completamente desconocidas. - ¿Eh? - Volvería nuevamente a la realidad, dejando de lado aquella gama de ideas que tenía para escaparse y evitar defender una estructura completamente vacía. - Ya entendí... - Respondería con total normalidad y a la vez con total calma a aquel llamado de su hermana, con el mismo, pasarían a retirarse de lugar para empezar a rondar aquella estructura que cada vez que se verificaba un lugar, se encontraba casi completamente vacía...
- ¿De verdad tenemos que defender esta cosa? - Se cuestionaría en voz alta mientras que seguiría caminando junto a su hermana en busca de la sala de operaciones, allí, encontrarían un mapa del área. Tras dar varias vueltas y fragmentar cada parte en su mente recordaría diferentes área para el día de mañana, no obstante, precisarían un mapa, y si era posible, de aquella isla completa. El bullicio se presentaría en la lejanía, siendo que una puerta entreabierta dejaría ver una potente luz en aquel pasillo que se encontraría en penumbras, a la par de golpes en la mesa y diferentes tipos de movimiento cortados por la sombra de la puerta, cada silueta parecería realizar su propio movimiento acorde a su creador.
- Allí debe de ser... - Cuestionaría mientras verificaría como su hermana aún permanecería verificando la estructura, la fuerza que esta aún tenía, posiblemente esta este al tanto de diferentes partes de la construcción, como podían ser materiales o simplemente, estaba verificando cuantos golpes podrían soportar aquellos imponentes muros. - Quizá nos terminen dando una patada, pero, no perdemos nada. - Le comentaría por lo bajo a su hermana mientras le tomaría de la mano para llevarla con él hacía la puerta de la sala.
"Operaciones Militares"... Algo realmente ridículo con pocas personas... No obstante, si aquellas personas estaban calificadas, serían bienvenidas y aquel rostro inexpresivo y con pocas esperanzas del pelinegro cambiaría en un abrir y cerrar de ojos. - Buenas noches, Señores. - Comentaría mientras se escabulliría sin permiso alguno en la sala, después de todo estaba abierta. - Ichinose Guren. - Expulsaría con un tono completamente serio y distante, al terminar aquella presentación, desharía su saludo militar y comenzaría a hablar.
- Quisiera solicitar un mapa sobre las instalaciones militares, y si esté contiene toda el área que debemos de cubrir, será mejor. - Expondría sin más mientras metería su dedo indice en aquel apretado cuello de su traje. - Prefiero tener conocimiento sobre la topografía del área, de esta forma podremos mantener un combate más equilibrado. - Expuso a la par que verificaría todo lo que había sobre la mesa, junto al mapa que marcaba los posibles flancos que cubrir. - No busco quitar méritos ante sus estrategias... Pero... - Guardaría silencio por un momento, en la noche pasada, ningún tipo de estrategia había sido explicada. Un cuerpo militar sin haber recibido ordenes estrictas de que realizar... ¿Sólo irían a sus anchas?... Vaya estrategia. En cuestión de minutos, una alarma resonaría por todo el lugar, mientras que en alguno de los pasillos comenzarían a encenderse una serie de lamparas de tonalidad naranja, marcando así el comienzo de todo... ¿Cuánto tiempo se habían pasado recorriendo toda la instalación?... Ni ellos lo sabían, pero, ahora deberían de decidir cómo se llevarían a cabo las cosas.
No obstante, aquella reunión comenzaría a fragmentarse, siendo que algunos se retirarían y otros se quedarían un poco más para conversar entre ellos, algo que, ciertamente el mayor preferiría evitar tales charlas con personas completamente desconocidas. - ¿Eh? - Volvería nuevamente a la realidad, dejando de lado aquella gama de ideas que tenía para escaparse y evitar defender una estructura completamente vacía. - Ya entendí... - Respondería con total normalidad y a la vez con total calma a aquel llamado de su hermana, con el mismo, pasarían a retirarse de lugar para empezar a rondar aquella estructura que cada vez que se verificaba un lugar, se encontraba casi completamente vacía...
- ¿De verdad tenemos que defender esta cosa? - Se cuestionaría en voz alta mientras que seguiría caminando junto a su hermana en busca de la sala de operaciones, allí, encontrarían un mapa del área. Tras dar varias vueltas y fragmentar cada parte en su mente recordaría diferentes área para el día de mañana, no obstante, precisarían un mapa, y si era posible, de aquella isla completa. El bullicio se presentaría en la lejanía, siendo que una puerta entreabierta dejaría ver una potente luz en aquel pasillo que se encontraría en penumbras, a la par de golpes en la mesa y diferentes tipos de movimiento cortados por la sombra de la puerta, cada silueta parecería realizar su propio movimiento acorde a su creador.
- Allí debe de ser... - Cuestionaría mientras verificaría como su hermana aún permanecería verificando la estructura, la fuerza que esta aún tenía, posiblemente esta este al tanto de diferentes partes de la construcción, como podían ser materiales o simplemente, estaba verificando cuantos golpes podrían soportar aquellos imponentes muros. - Quizá nos terminen dando una patada, pero, no perdemos nada. - Le comentaría por lo bajo a su hermana mientras le tomaría de la mano para llevarla con él hacía la puerta de la sala.
"Operaciones Militares"... Algo realmente ridículo con pocas personas... No obstante, si aquellas personas estaban calificadas, serían bienvenidas y aquel rostro inexpresivo y con pocas esperanzas del pelinegro cambiaría en un abrir y cerrar de ojos. - Buenas noches, Señores. - Comentaría mientras se escabulliría sin permiso alguno en la sala, después de todo estaba abierta. - Ichinose Guren. - Expulsaría con un tono completamente serio y distante, al terminar aquella presentación, desharía su saludo militar y comenzaría a hablar.
- Quisiera solicitar un mapa sobre las instalaciones militares, y si esté contiene toda el área que debemos de cubrir, será mejor. - Expondría sin más mientras metería su dedo indice en aquel apretado cuello de su traje. - Prefiero tener conocimiento sobre la topografía del área, de esta forma podremos mantener un combate más equilibrado. - Expuso a la par que verificaría todo lo que había sobre la mesa, junto al mapa que marcaba los posibles flancos que cubrir. - No busco quitar méritos ante sus estrategias... Pero... - Guardaría silencio por un momento, en la noche pasada, ningún tipo de estrategia había sido explicada. Un cuerpo militar sin haber recibido ordenes estrictas de que realizar... ¿Sólo irían a sus anchas?... Vaya estrategia. En cuestión de minutos, una alarma resonaría por todo el lugar, mientras que en alguno de los pasillos comenzarían a encenderse una serie de lamparas de tonalidad naranja, marcando así el comienzo de todo... ¿Cuánto tiempo se habían pasado recorriendo toda la instalación?... Ni ellos lo sabían, pero, ahora deberían de decidir cómo se llevarían a cabo las cosas.
- Aló, Narrador!:
- Viendo la falta de algunos puntos importantes, (que a mi parecer lo son). Tomaré un camino un tanto distinto. El mismo podrá ser rechazado por el narrador, sólo deberá de comunicarlo mediante un MP y editaré el mensaje. En caso de que haya un error en lo propuesto por los movimientos que realice, pido disculpas de antemano, me he perdido varias veces en el post de Narrador por más que lo haya leído una o dos veces. La última parte del post de Harumi será cortado y suplantado por la del mio, esto no quiere decir que se cambia la elección de ir hacía la izquierda en el próximo post.
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Re: [Arco Argumental N°1] La Invasión Roja
Al final, había pasado a varios barcos de la línea principal y se había colado entre los primeros barcos de los revolucionarios, estaba claro que May no confiaba en ellos, de hecho, había tenido el ceño fruncido todo el rato, pero por lo menos había estado lo suficientemente cerca de todo como para ver bien los acontecimientos. Un silencio casi sepulcral reinaba en la cubierta del barco del viejo Austin Jeep, pero eso a May no le preocupaba, a pesar de encontrarse rodeada de hombres desde el momento en el que saltó a su barco después de unir a su “Gran salón” al barco del anciano aquel.
Había un chico entre todos que destacaba, cuestionando las estrategias del viejo y de todo lo que se proponía “Bueno, una persona así me haría falta en mi tripulación” pensó y de inmediato recordó al albino que se acababa de unir a Kizuna, pero solo cerró los ojos por un instante mientras ponía una sonrisa al escuchar las palabras de Jeep, el viejo no era así de estricto… sus palabras no la intimidaron en lo absoluto, de hecho incluso ladeo la cabeza y sonrió de nuevo con un poco de sorna al ver a los tres hombres encapuchados.
Ella no alcanzó a escuchar que le decía el viejo a los hombres en voz baja a pesar de que estaba recargada en una de las barandas de la cubierta, pero eso le dio muy igual, pues ya había pasado la parte de las negociaciones. May no hizo mucho por hablar con el viejo ya que ese no era su plan, inclusive se atrevería a decir que solo había ido a escuchar a causa de que si conocía los planes que se tenían para el abordaje a la isla, entonces sería mejor moverse entre escenas, aunque si se le escapaba algo ya vería cómo se las arreglaría luego.
Después de darse cuenta de que ya no tenía nada que hacer en aquel barco, simplemente bajó de este hasta el suyo y se quedó en la cubierta por un buen rato, por si pasaba algo, pero el rumbo siguió igual y ella solo se quedó allí sentada en una esquina mientras que avanzaban lentamente hacia la meta.
Pero las cosas comenzaron a ponerse buenas después de un mínimo tiempo de espera, por fin se veía Lvneel no muy lejos de los barcos, cuando se estuvo lo suficientemente cerca, los disparos comenzaron, balas de cañón volaron y los piratas ardían en furor dentro del primer barco próximo a la isla, May conservaba su sonrisa en la cara y esperaba el momento perfecto para alzarse ella también, estaría bien de todos modos. En cuanto el barco tocó tierra, esperó a que todos aquellos hombres sudorosos salieran como bestias enjauladas a tirarse sobre la isla y luego de ello salió, desenvainó su espada en cuanto tocó tierra y comenzó la verdadera acción.
Lo primero que hizo fue deshacerse de varios marines que se colocaban a su alrededor, con varios cortes rápidos y una secuencia de pasos practicada, cortó varias extremidades, la sangre salió de los cuerpos aquellos y los gritos acompañaron al caos que comenzaba a reinar en todo el lugar, desde el puerto hacia las primeras casas y los marines que llegaban a tratar de salvar la zona…
- Resumen:
Bueno, primero, no interactuo con nadie, solo me cuelo en la mini junta de Jeep para escuchar por información y luego espero a que el barco llegue a la isla para lanzarme al ataque y termino con la matanza de varios marines
InvitadoInvitado
Re: [Arco Argumental N°1] La Invasión Roja
Venganza
La presencia repentina de aquel par de roperos no hicieron retroceder a Antony, de hecho, lo esperaba: Considerando cuan cerca se había colocado de los lideres de aquella pequeña guerra, no era de sorprender que la protección fuera bastante dura. Sin moverse, sin parecer asustando o sorprendido, el moreno simplemente permaneció quieto, escuchando las palabras de aquel hombre con la mayor atención posible: un ataque por 3 laterales, algo bastante simple pero bastante funcional . Aquellos roperos serian los encargados de la retaguardia mientras que el pirata Crox se encargaría de los empalizados y el propio Austin serian quien atacaría de manera directa, sin ninguna otra estrategia que destruir todo a su paso. El de las patillas curvas escucho con extrema atención todo lo dicho, curioso por naturaleza. El moreno simplemente sonrió.
– Antony DeFranco, ese es mi nombre. – Comento ante el cumplido del anciano. Claro, a Antony no le importaba ser conocido, pero aquello que lo reconocieran como “El del sombrero” era bastante triste, prefería que lo conocieran por su nombre aunque claro, no es que significara demasiado para aquellos famosos hombres. En silencio, al ver que los hombres se alejaban, el moreno simplemente permaneció quieto, viéndolos mientras su mente analizaba la situación.
Aquellos 3 equipos de ataque eran bastante atractivo por distintas razones: El equipo frontal serian los que mas acción tendrían y los que causarían mayores daños; el equipó ‘lateral’ poseía un atractivo estratégico, mientras que el equipo trasero seria fundamental para la victoria: Se trataba de una táctica en pinza, cerrando al objetivo, reduciendo sus posibilidades tanto ofensivas como defensivas. Con aquello en mente, el artillero se retiro, avanzo hacia abajo hacia donde la fiesta se había reiniciado tras la explicación del líder.
– Ea chaval, tomate un trago – Dijo un anciano de nariz abultada al cruzarse con Antony mientras le extendía una botella de lo que parecía ser Ron. – , te lo mereces por los cojones que tienes – El artillero simplemente sonrió; tomo la botella y tras darle un trago directamente, se la devolvió al anciano y continuo hacia su caminar. Había decidido cual equipo quería seguir y seria el Frontal, directamente en la línea de combate, sin estrategias, una batalla pura y sin adulterar, justo como le gustaba. Avanzando entre aquel jolgorio, el joven DeFranco avanzo hasta encontrar un lugar despejado de campamentos, lo mas cerca del barco de Austin que pudiera. Con calma, durmiendo a ratos, arrebujado en su capa, el moreno paso la noche, su revolver a mano por si cualquier capullo se intentaba hacer el listo. Lyneel era un reino similar a Briss, lo cual le daba bastante alegría al Moreno; una segunda oportunidad de conocer al autoproclamado Lider.
La señal de salida había sido dada y para aquel entonces, Antony ya se encontraba en su pequeño barco, dispuesto a partir. Izando las banderas al mismo tiempo que el enorme buque, el de las patillas rizadas comenzó su camino hacia Lyneel. Colocandose detrás de la nave, el moreno espero el momento de actuar. El zumbido de las primeras balas empezaron a llegar. Así era como iniciaba la guerra. Ya sin su capa y con su revolver en Mano, el moreno espero la señal para comenzar a atacar. Se preguntaba si le permitirán subir al barco de Austin para un mejor posición.
– Antony DeFranco, ese es mi nombre. – Comento ante el cumplido del anciano. Claro, a Antony no le importaba ser conocido, pero aquello que lo reconocieran como “El del sombrero” era bastante triste, prefería que lo conocieran por su nombre aunque claro, no es que significara demasiado para aquellos famosos hombres. En silencio, al ver que los hombres se alejaban, el moreno simplemente permaneció quieto, viéndolos mientras su mente analizaba la situación.
Aquellos 3 equipos de ataque eran bastante atractivo por distintas razones: El equipo frontal serian los que mas acción tendrían y los que causarían mayores daños; el equipó ‘lateral’ poseía un atractivo estratégico, mientras que el equipo trasero seria fundamental para la victoria: Se trataba de una táctica en pinza, cerrando al objetivo, reduciendo sus posibilidades tanto ofensivas como defensivas. Con aquello en mente, el artillero se retiro, avanzo hacia abajo hacia donde la fiesta se había reiniciado tras la explicación del líder.
– Ea chaval, tomate un trago – Dijo un anciano de nariz abultada al cruzarse con Antony mientras le extendía una botella de lo que parecía ser Ron. – , te lo mereces por los cojones que tienes – El artillero simplemente sonrió; tomo la botella y tras darle un trago directamente, se la devolvió al anciano y continuo hacia su caminar. Había decidido cual equipo quería seguir y seria el Frontal, directamente en la línea de combate, sin estrategias, una batalla pura y sin adulterar, justo como le gustaba. Avanzando entre aquel jolgorio, el joven DeFranco avanzo hasta encontrar un lugar despejado de campamentos, lo mas cerca del barco de Austin que pudiera. Con calma, durmiendo a ratos, arrebujado en su capa, el moreno paso la noche, su revolver a mano por si cualquier capullo se intentaba hacer el listo. Lyneel era un reino similar a Briss, lo cual le daba bastante alegría al Moreno; una segunda oportunidad de conocer al autoproclamado Lider.
La señal de salida había sido dada y para aquel entonces, Antony ya se encontraba en su pequeño barco, dispuesto a partir. Izando las banderas al mismo tiempo que el enorme buque, el de las patillas rizadas comenzó su camino hacia Lyneel. Colocandose detrás de la nave, el moreno espero el momento de actuar. El zumbido de las primeras balas empezaron a llegar. Así era como iniciaba la guerra. Ya sin su capa y con su revolver en Mano, el moreno espero la señal para comenzar a atacar. Se preguntaba si le permitirán subir al barco de Austin para un mejor posición.
- OFF:
Pues nada, solo me presento. Al momento de iniciar la batalla voy detras del barco pirata y espero que me de protección asi como esperando ordenes
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Re: [Arco Argumental N°1] La Invasión Roja
Etapa N° 2
➊ Batalla en el Muelle
➋ Batalla en la Sala de Reuniones
➌ Dragon R. Ashworth
➍ Amy D. Hacke
Esta es la batalla en el frente principal de la isla, donde se enfrentarán los siguientes usuarios: May Ragnak/Antony DeFranco en el bando invasor VS Aikawa/Kuma en el bando defensor. Para más detalles, hacer click AQUÍ
➋ Batalla en la Sala de Reuniones
Esta es la batalla en el dorso de la isla, junto a las empalizadas y edificios ocupados por marines/almacenes, donde se enfrentarán los siguientes usuarios: Kazama en el bando invasor VS Ichinose Guren/Ichinose Harumi en el bando defensor. Para más detalles, hacer click AQUÍ
➌ Dragon R. Ashworth
Es tu primera falta, por lo que se tomará de la siguiente manera. Recibes daño de escombros al evadir por poco un derrumbe/cañonazo (A tu elección) y puedes decidir apoyar la empalizada o ir al puerto. El daño no es demasiado grave pero si palpable, como un punto débil de aquí en adelante.
➍ Amy D. Hacke
Segunda falta. Quedas fuera del Arco sin ningún mérito significativo. Tu navío fue hundido por un cañonazo pero lograste asirte a una tabla para sobrevivir.
© Tablilla Realizada por Yosuka Akane. Exclusivo OPBS
InvitadoInvitado
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