Año 230 D.D.G
Tras un periodo de paz el nombre de un sujeto comenzó a surgir entre los piratas hasta hacerse de un renombre mundial… Norman D. Gold, un pirata que en un par de años alcanzó el poder suficiente para consagrarse como un emperador pirata y eventualmente para ser nombrado como rey de los piratas al haber reunido un tesoro inconcebible al cual se le otorgó el nombre de “One Piece”. Durante años el Gobierno hizo uso de todos sus recursos para acabar con este hombre per todo fue inútil y decidieron simplemente dedicarse a contener sus ataques. Gold sin embargo, no parece interesado en destruir al Gobierno o en atacar a sus instituciones, sino más bien en continuar explorando el mundo no conocido estableciendo con su poder una estabilidad no vista antaño en el mundo de la mano de todas las demás facciones. ¿Serás parte del mundo y su avance?. Seguir leyendo...
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Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional.
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S.O.S. (Pasado)
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S.O.S. (Pasado)
Se dice que en el mar la vida es mejor, pero era una completa mentira cuando eres un simple usuario de akuma y nunca puedes volver a nadar en la vida. La brisa era suave con un oleaje extrañamente tranquilo, un gran sol abrumador y la suma de ambos eran un verdadero fastidio para el cabellos rubios quien movía su cuerpo desnudo del torso a la par de los brazos, creando grandes brazadas con sus remos para impulsar la pequeña barcaza en la que se encontraba navegando ¿Cómo es que llego a esta situación? La historia, aunque corta, simplemente fue el atraco hacia algunos piratas en el mar, su barco y el de ellos terminaron en mal estado de tal modo que habían quedado varados a pesar de que los días pasaban, nadie respondía a sus llamados de ayuda y la situación empeoro a tal grado que una tormenta trago ambos barcos y de alguna forma milagrosa el Teniente logro aferrarse en una de las balsas de emergencia pero esta se separó del barco y quedo perdido en el mar.
Era ahora como, sin muchos detalles, el ojos azules estaba remando por su vida tratando de alcanzar un barco pero este barco se encontraba a varias millas de distancia, lo logro observar en su ruta gracias a sus poderes y desde entonces remaba con fuerza para poder llegar a un punto donde aquel barco debería llegar. Ya eran solo 2 días desde que empezó su naufragio en el mar, no había comido nada ni tampoco bebido gota alguna, era cuestión de resistencia y mentalidad para sobrevivir pero sobretodo conseguir acercarse lo más posible aquel navío que venía en camino. –Vamos, vamos, no me falles cuerpo- Esforzándose al máximo por tratar de poder llegar hasta el navío, no importaba de que tratara, no necesito investigarlo ni muchos menos, solo quería llegar lo más pronto posible a este.
Era ahora como, sin muchos detalles, el ojos azules estaba remando por su vida tratando de alcanzar un barco pero este barco se encontraba a varias millas de distancia, lo logro observar en su ruta gracias a sus poderes y desde entonces remaba con fuerza para poder llegar a un punto donde aquel barco debería llegar. Ya eran solo 2 días desde que empezó su naufragio en el mar, no había comido nada ni tampoco bebido gota alguna, era cuestión de resistencia y mentalidad para sobrevivir pero sobretodo conseguir acercarse lo más posible aquel navío que venía en camino. –Vamos, vamos, no me falles cuerpo- Esforzándose al máximo por tratar de poder llegar hasta el navío, no importaba de que tratara, no necesito investigarlo ni muchos menos, solo quería llegar lo más pronto posible a este.
InvitadoInvitado
Re: S.O.S. (Pasado)
Hace unos días la noticia de que dos barcos de la marina colapsaron en altamar se volvía un verdadero misterio, y es que existía el temor de que un rey marino fuera el causante de tal indiscriminado acto, pues ¿cuál sería la probabilidad de vencer el brazo que blande la justicia para preservar la paz?
Aquel día se simulaba diferente, la mujer se levantó de la hamaca que compartía con otros personajes para desplazarse a cubierta. Estaba cansada, la cazadora fungía su papel como guardaespaldas protegiendo el contenido de posibles piratas, bandidos, un trabajo sencillo a primera vista, al menos eso la alejaría de los verdaderos peligros en altamar ya que los rumores del rey marino latían amenazantes, y aunque se hubo arriesgado a exponerse en las aguas no pudo desviar la petición de esa pareja de ancianos que con varias suplicas solicitaron sus servicios. Mirando al horizonte su silueta portaba con orgullo su armadura, debía prepararse para cualquier posible situación de peligro. El viento era agradable, salino. Le irritaba sobremanera ya que se sentía muy intranquila, algo les acechaba depredador y conocía ese sentimiento porque una bestia podía reconocer a otra, aunque no la viera directamente.
Concentrándose fijamente en el horizonte vislumbraba un pequeño punto, se bamboleaba con el oleaje indefenso. – ¿El rey marino? – Sujetando instintivamente la empuñadura de su espada solo le quedó afilar la vista, cargada de inseguridad por un segundo el hombre colocado en el mástil anunciara precariamente. – ¡HOMBRE AL AGUA! – Impresionada de que pudiera tratarse de un náufrago espero que la tripulación encomendada por seguir su curso cambiara su dirección en torno al pequeño bote.
Al acercarse lo suficiente pudieron comprobarlo, impresionada por ver quien se mantenía dentro las acciones por socorrerle le condujeron a que ingresara al navío. Observando los acontecimientos desde un punto lejano no le agradaba involucrarse en tal tipo de dramas, además la marina y los mercenarios como ella apenas si coaccionaban brindándose a veces alianzas, pero en el fondo su título era repudiada por muchos. Pasaron horas, incluso se le otorgó al Teniente una habitación exclusiva para tratar sus heridas. – Oye chica, al final no era necesario traerte con nosotros, con el Teniente Pendragon nos sacamos la lotería. – Uno de los tripulantes se burlaba de ella, intentaba sacarle de sus casillas. – Si crees que un hombre medio muerto puede adaptarse mejor a esta tarea coincido, me retiraré en cuanto me pagues de ser así. – Algo asustado por sentirse intimidado a la mirada de la cazadora ignoró el miedo que le causaba emitiendo un quejido resignado para volver a sus tareas.
Cerrando los ojos se cruzó de brazos fastidiada, era una cuestión de soberbia que no pudo resistir el desviar sus pasos hacia el camarote. Llegando a ese punto entró sin previo aviso encontrando a ese hombre durmiendo, reposando para recuperar sus fuerzas. – Luces pésimo, pero creo que ya lo sabes. – Interrumpiendo el descanso del marine solo se mantuve centinela en la entrada dedicándole una mala cara.
Aquel día se simulaba diferente, la mujer se levantó de la hamaca que compartía con otros personajes para desplazarse a cubierta. Estaba cansada, la cazadora fungía su papel como guardaespaldas protegiendo el contenido de posibles piratas, bandidos, un trabajo sencillo a primera vista, al menos eso la alejaría de los verdaderos peligros en altamar ya que los rumores del rey marino latían amenazantes, y aunque se hubo arriesgado a exponerse en las aguas no pudo desviar la petición de esa pareja de ancianos que con varias suplicas solicitaron sus servicios. Mirando al horizonte su silueta portaba con orgullo su armadura, debía prepararse para cualquier posible situación de peligro. El viento era agradable, salino. Le irritaba sobremanera ya que se sentía muy intranquila, algo les acechaba depredador y conocía ese sentimiento porque una bestia podía reconocer a otra, aunque no la viera directamente.
Concentrándose fijamente en el horizonte vislumbraba un pequeño punto, se bamboleaba con el oleaje indefenso. – ¿El rey marino? – Sujetando instintivamente la empuñadura de su espada solo le quedó afilar la vista, cargada de inseguridad por un segundo el hombre colocado en el mástil anunciara precariamente. – ¡HOMBRE AL AGUA! – Impresionada de que pudiera tratarse de un náufrago espero que la tripulación encomendada por seguir su curso cambiara su dirección en torno al pequeño bote.
Al acercarse lo suficiente pudieron comprobarlo, impresionada por ver quien se mantenía dentro las acciones por socorrerle le condujeron a que ingresara al navío. Observando los acontecimientos desde un punto lejano no le agradaba involucrarse en tal tipo de dramas, además la marina y los mercenarios como ella apenas si coaccionaban brindándose a veces alianzas, pero en el fondo su título era repudiada por muchos. Pasaron horas, incluso se le otorgó al Teniente una habitación exclusiva para tratar sus heridas. – Oye chica, al final no era necesario traerte con nosotros, con el Teniente Pendragon nos sacamos la lotería. – Uno de los tripulantes se burlaba de ella, intentaba sacarle de sus casillas. – Si crees que un hombre medio muerto puede adaptarse mejor a esta tarea coincido, me retiraré en cuanto me pagues de ser así. – Algo asustado por sentirse intimidado a la mirada de la cazadora ignoró el miedo que le causaba emitiendo un quejido resignado para volver a sus tareas.
Cerrando los ojos se cruzó de brazos fastidiada, era una cuestión de soberbia que no pudo resistir el desviar sus pasos hacia el camarote. Llegando a ese punto entró sin previo aviso encontrando a ese hombre durmiendo, reposando para recuperar sus fuerzas. – Luces pésimo, pero creo que ya lo sabes. – Interrumpiendo el descanso del marine solo se mantuve centinela en la entrada dedicándole una mala cara.
InvitadoInvitado
Re: S.O.S. (Pasado)
Todo había sucedido tan rápido pero finalmente su cuerpo y alma podía sentirse en paz, se hartó de comida, se dio un agradable baño en seco con una esponja para quitarse lo sucio que se sentía después de naufragar durante un tiempo y finalmente podía descansar en una cama cómoda pero, no le hacía sentir bien, su mirada veía perdido el techo mientras tenia los brazos sobre detrás de su nuca, a pesar de haber podido usar la radio para tratar notificar sobre lo sucedido, ahora no podía hacer mucho excepto seguir en la embarcación hasta alguna isla donde tratar de saber algo sobre sus compañeros, no le hacía sentir para nada bien pero tampoco le detuvo de no descansar y dormir un rato. No soñaba, alguien ya no podía hacerlo con los entrenamientos que tuvo para poder dominar su cuerpo y el arte del rokushi, los viejos hábitos se mantendrían, era igual que ponerse a meditar para descansar y continuar peleando.
Solo entonces un ruido lo despertó, sus ojos se abrieron con el ruido del picaporte en la tranquila habitación sin mover su cuerpo y tampoco era como si lo necesitara, sus ojos tenían un singular brillo que pocos podían notar para no llamar la atención pero su mirada aumentaba y era capaz de percibir todo en el cuarto pero sobre todo quien estaba entrando en ella. Una chica de cabellos rubios y ropaje negro, con un comentario sarcástico y un gesto que podría asustar a muchos, a pesar de ser una mujer, ¿Quién era y que quería con Arturo? Para poder saberlo debería girar su rostro pero no pretendía aun eso, con su cabeza reposando de lado sobre la almohada y cubierto en sabanas – MNmmmhh trata de pasar algunos días en medio del mar sin alimento ni agua, no creo tu lindo rostro luzca igual para entonces- Respondiendo mientras movía un poco su cabeza y permitir sus labios hablar, su poder la vigilaba así como vigilaba lo que había detrás de ella con la puerta abierta de la habitación notando que estaba sola, el barco y lo común que era siendo que solo ella lo había venido a ver -¿Quién eres? ¿Deseas algo?- Sin moverse ni preocuparse, aun no, pero trataba de saber más información, más cosas sobre la chica misteriosa que acababa de interrumpir sus sueños y lo que haría por ver cómo le respondía o la forma que actuaba de forma desinteresada sin verla fija a los ojos.
La habitacion era amplia, con la gran cama y un ventanal que tenia una linda vista hacia el mar tapada por cortinas que no revelaban la tarde que simplemente pasaria a ser noche dentro de algun tiempo, habia decoraciones, muebles, como otros juegos para entrener o libro, un cuarto de huespedes digno de cualquier noble menor pero noble al fin al cabo.
Solo entonces un ruido lo despertó, sus ojos se abrieron con el ruido del picaporte en la tranquila habitación sin mover su cuerpo y tampoco era como si lo necesitara, sus ojos tenían un singular brillo que pocos podían notar para no llamar la atención pero su mirada aumentaba y era capaz de percibir todo en el cuarto pero sobre todo quien estaba entrando en ella. Una chica de cabellos rubios y ropaje negro, con un comentario sarcástico y un gesto que podría asustar a muchos, a pesar de ser una mujer, ¿Quién era y que quería con Arturo? Para poder saberlo debería girar su rostro pero no pretendía aun eso, con su cabeza reposando de lado sobre la almohada y cubierto en sabanas – MNmmmhh trata de pasar algunos días en medio del mar sin alimento ni agua, no creo tu lindo rostro luzca igual para entonces- Respondiendo mientras movía un poco su cabeza y permitir sus labios hablar, su poder la vigilaba así como vigilaba lo que había detrás de ella con la puerta abierta de la habitación notando que estaba sola, el barco y lo común que era siendo que solo ella lo había venido a ver -¿Quién eres? ¿Deseas algo?- Sin moverse ni preocuparse, aun no, pero trataba de saber más información, más cosas sobre la chica misteriosa que acababa de interrumpir sus sueños y lo que haría por ver cómo le respondía o la forma que actuaba de forma desinteresada sin verla fija a los ojos.
La habitacion era amplia, con la gran cama y un ventanal que tenia una linda vista hacia el mar tapada por cortinas que no revelaban la tarde que simplemente pasaria a ser noche dentro de algun tiempo, habia decoraciones, muebles, como otros juegos para entrener o libro, un cuarto de huespedes digno de cualquier noble menor pero noble al fin al cabo.
InvitadoInvitado
Re: S.O.S. (Pasado)
Odiaba a los de su clase, despreciaba el trato preferencial, y mucho más que por ese estatus su trabajo hablara muy poco solo por el simple hecho de ser opacada ante cierta celebridad. Realizando una entrada inapropiada despidió soez un venenoso comentario, una directa burla del estado crítico que tuvo que sufrir el marine, más había algo curioso cuando el contrario sin dignarse a mirarla le respondió en un cierto compromiso de minimizar dicha agresividad. Justika cerró la puerta tras de sí, se cruzó de brazos para después estrellar su espalda contra el umbral recargándose. – Yo lo sé mejor que nadie, y aun así sigo aquí. – Estaba furiosa, el resto de la tripulación prefería en secreto al Teniente que a la cazadora, sabía en el fondo que su odio debía ser contra ellos, más tenía que ser cuidadosa por lo que despotricaría ácida contra el extraño polizonte que estaba interfiriendo en su cumplimiento de escoltar la carga a la siguiente isla.
No era correcto instigarle, podía caer en una falta peor. Avanzó un paso hacia delante como si se inmiscuyera en la guarida del lobo. – Descuida por el momento no haré nada si no te metes conmigo. – Desperezándose de la postura rígida que aguardaba centinela hacia la entrada caminaba despreocupada en el pequeño espacio que ofrecía la habitación curioseando. Juntando unos libros del buró los ojeó para después botarlos produciendo un fuerte golpe, no le interesaba respetar la calma que reinaba en el camarote. Ahora se daba cuenta que las posiciones sociales si regían gran parte del interés humano, al contrario de ella que apenas le tocó la suerte de ganarse una hamaca acompañada de otros diez cuerpos malolientes, eso era mejor que quedarse en la esquina de una habitación sentada dormitando. – Muy bonito. – Expresando su opinión en voz alta su mirada volvió a recaer ahora al joven que yacía aun en cama, su imagen no se comparaba a las fotos que alcanzó a ver algunas veces en el periódico, pero claro, aquellas ya eran noticias viejas por lo que su calidad se hubo degradado.
La suerte de unos siempre será la envidia de otros, lo admito. – Quedando próxima a la cama apoyó ambas manos en la superficie del colchón acorralando al herido Teniente, la silueta de la desconocida cazadora se reclinó para aproximar su rostro y verle de cerca, al menos así no olvidaría su rostro la próxima vez. – Las personas como tú me irritan, rodeado de cuidados y admiración de otros simples hipócritas que su único objetivo es sacar ventaja de la situación. – Poseía orbes de un azul profundo, no tenía comparación con la suave tonalidad del cielo, pero tampoco se acercaba a la tempestuosa marea que agitaba el destino de muchos viajeros a través de las islas, un azul digno de la realeza.
No era correcto instigarle, podía caer en una falta peor. Avanzó un paso hacia delante como si se inmiscuyera en la guarida del lobo. – Descuida por el momento no haré nada si no te metes conmigo. – Desperezándose de la postura rígida que aguardaba centinela hacia la entrada caminaba despreocupada en el pequeño espacio que ofrecía la habitación curioseando. Juntando unos libros del buró los ojeó para después botarlos produciendo un fuerte golpe, no le interesaba respetar la calma que reinaba en el camarote. Ahora se daba cuenta que las posiciones sociales si regían gran parte del interés humano, al contrario de ella que apenas le tocó la suerte de ganarse una hamaca acompañada de otros diez cuerpos malolientes, eso era mejor que quedarse en la esquina de una habitación sentada dormitando. – Muy bonito. – Expresando su opinión en voz alta su mirada volvió a recaer ahora al joven que yacía aun en cama, su imagen no se comparaba a las fotos que alcanzó a ver algunas veces en el periódico, pero claro, aquellas ya eran noticias viejas por lo que su calidad se hubo degradado.
La suerte de unos siempre será la envidia de otros, lo admito. – Quedando próxima a la cama apoyó ambas manos en la superficie del colchón acorralando al herido Teniente, la silueta de la desconocida cazadora se reclinó para aproximar su rostro y verle de cerca, al menos así no olvidaría su rostro la próxima vez. – Las personas como tú me irritan, rodeado de cuidados y admiración de otros simples hipócritas que su único objetivo es sacar ventaja de la situación. – Poseía orbes de un azul profundo, no tenía comparación con la suave tonalidad del cielo, pero tampoco se acercaba a la tempestuosa marea que agitaba el destino de muchos viajeros a través de las islas, un azul digno de la realeza.
InvitadoInvitado
Re: S.O.S. (Pasado)
Y ahora la cosa era preocupante, podría estar con enemigos luchando mientras trata de ganar o salir con vida, pero tener que ser social, tener que mostrar modales con las personas y etiqueta ya era algo que no dominaba, no tenía esa capacidad de darse a conocer y hacer valer su título o su persona, no era como muchos otros que serían promesas del futuro y el rubio le empezaba a preocupar lo que esa mujer quería al instante de cerrar la puerta y aun permanecer en la habitación. Con ese tipo de cosas todo era distinto, le forzó a sentarse en la cama mostrando que tenía una especie de pijama que le dieron para descansar de botones que le quedaba demasiado grande, no era de su talla. Los ojos de Arturo miraban en persona a la rubia en la habitación que hablaba y se empezaba a pasear de un lado a otro, no necesitaba de sus poderes, aunque los uso, para darse cuenta que tenía un problema con el rubio ahí presente.
Los ojos de Arturo brillaban singularmente mientras observaban a la chica y conocer que estaba enojada, disgustada y con simplemente intenciones no muy buenas que iban acorde a sus amenazas y tonos agresivos, era como leer un libro sobre lo que pensaba para interpretar o darse una idea de la situación pero aunque eso daba una gran ayuda, algunas personas eran problemáticas entre sí pero eso ya era otra historia; lo importante era como se comportaba la chica seria de osamenta tan recta como su actitud haciendo pequeños desmanes como si tratara de establecer su territorio. Arturo no hacía nada, solo se limitaba a observarla con dudas y un poco de curiosidad mientras leía su interior, llegando a incluso inspeccionarla de pies a cabeza con su vista que la desnudaba tratando de encontrar armas peligrosas fuera de las curvas de su cuerpo, acercándose hacia Arturo con una expresión única como una cazadora queriendo atrapar a su presa con tal de intimidarlo.
Los orbes ámbar de la chica se habían puestos muy cerca de aquellos azules de Arturo, sus palabras eran acorde a su forma de pensar y eso facilitaba todo, esta mujer era tan honesta que no tenía problemas en decir lo que pasaba por su mente como acercarse sin siquiera ruborizarse o tener otras ideas en mente, ese tipo de experiencia era invaluable y el marine no se quedaría atrás en eso. Pegando su frente a la de aquella chica empezaba a pelear para ejercer fuerza y poder levantarse de la cama, claramente su estatura seria mayor a la de aquella chica pero si lo que quería era un duelo lo aceptaría. -Entiendo, sientes envidia porque ahora te he quitado la atención, si te es importante tómala. No me gusta estar en el ojo de la gente por personas como tu ¿Qué ocultas tras esa mirada fría?- Con esas palabras y un rostro serio que no cederia ante el miedo o el mal de otros, el propio rubio habría de hacer algo que tal vez no debería, sus ojos que brillaban para leer el interior de Nova cambiarían un poco y era que mientras sus frentes estuvieran pegadas empezaba a usar sus poderes de akuma para leer su mente, una habilidad que simplemente requería de su poder y pegar las cabezas con lo cual empezaría a recorrer la historia de esa mujer como si fuera una cinta regresando en el tiempo –Justika Novacek…- sin darse cuenta pronuncio su nombre cuando pudo enterarse al leer su mente y cada segundo sabia mas.
OFF: Uso las habilidades de especificacion de mi akumaLos ojos de Arturo brillaban singularmente mientras observaban a la chica y conocer que estaba enojada, disgustada y con simplemente intenciones no muy buenas que iban acorde a sus amenazas y tonos agresivos, era como leer un libro sobre lo que pensaba para interpretar o darse una idea de la situación pero aunque eso daba una gran ayuda, algunas personas eran problemáticas entre sí pero eso ya era otra historia; lo importante era como se comportaba la chica seria de osamenta tan recta como su actitud haciendo pequeños desmanes como si tratara de establecer su territorio. Arturo no hacía nada, solo se limitaba a observarla con dudas y un poco de curiosidad mientras leía su interior, llegando a incluso inspeccionarla de pies a cabeza con su vista que la desnudaba tratando de encontrar armas peligrosas fuera de las curvas de su cuerpo, acercándose hacia Arturo con una expresión única como una cazadora queriendo atrapar a su presa con tal de intimidarlo.
Los orbes ámbar de la chica se habían puestos muy cerca de aquellos azules de Arturo, sus palabras eran acorde a su forma de pensar y eso facilitaba todo, esta mujer era tan honesta que no tenía problemas en decir lo que pasaba por su mente como acercarse sin siquiera ruborizarse o tener otras ideas en mente, ese tipo de experiencia era invaluable y el marine no se quedaría atrás en eso. Pegando su frente a la de aquella chica empezaba a pelear para ejercer fuerza y poder levantarse de la cama, claramente su estatura seria mayor a la de aquella chica pero si lo que quería era un duelo lo aceptaría. -Entiendo, sientes envidia porque ahora te he quitado la atención, si te es importante tómala. No me gusta estar en el ojo de la gente por personas como tu ¿Qué ocultas tras esa mirada fría?- Con esas palabras y un rostro serio que no cederia ante el miedo o el mal de otros, el propio rubio habría de hacer algo que tal vez no debería, sus ojos que brillaban para leer el interior de Nova cambiarían un poco y era que mientras sus frentes estuvieran pegadas empezaba a usar sus poderes de akuma para leer su mente, una habilidad que simplemente requería de su poder y pegar las cabezas con lo cual empezaría a recorrer la historia de esa mujer como si fuera una cinta regresando en el tiempo –Justika Novacek…- sin darse cuenta pronuncio su nombre cuando pudo enterarse al leer su mente y cada segundo sabia mas.
->La akuma permite ver a través de las cosas e identificar energías de todo tipo. Incluso permite ver al interior de las personas tanto de forma física como emocional pudiendo distinguir aliados de enemigos o gente honesta de mentirosos. Es además capaz de leer las memorias y recuerdos de una persona pudiendo valerse de esto para comprender cosas con mayor rapidez o incluso obtener información de forma sencilla
InvitadoInvitado
Re: S.O.S. (Pasado)
La primera impresión que obtuvo de ese hombre es que cierto rumor de su poder era abrumador, más no sabía nada más allá. Sin guardar cautela, pues la mujer se caracterizaba a ser impetuosa, simplemente quería herirle, así como otros la hirieron al cuestionar su lugar dentro del navío, si por su voluntad fuera se desharía de todos y cada uno de ellos, más había dado su palabra a la pareja que le concedió la oportunidad de creer en sus habilidades. Los ancianos la cuidaron en su peor momento, la acogieron como parte de su familia, Novacek no pidió tal trato, pero en el fondo, lo agradecía. En altamar toleró los desplantes de la mayoría, solo quería pagar la deuda a esos ancianos, convencida de su firme decisión ejerció su desinterés en el resto del mundo, pero los acontecimientos posteriores ya no le permitían mantenerse tranquila.
En correspondencia a su desplante se enfrentaba a un hombre convaleciente, más no se sentiría culpable ya que pondría a prueba su resistencia, no por nada ostentaba su puesto solo por habérsele conferido de ciertos favores, lo dudaba demasiado. Respondiendo a su reto se erguía lo suficiente para enfrentarla reduciendo el espacio, Justika simplemente sonreía hipócrita ya que verlo con prendas sueltas o que tentara a invadir su contacto no la intimidaban, necesitaría más de ello. Por desgracia, así fue. Los orbes del príncipe relucieron en un inusual fulgor, extrañada frunció el ceño esperando algún indicio de dolor, no era la primera vez que se topaba con un usuario de fruta, la verdadera pregunta residía en qué se especializaba. – Mi repulsión a ti. – Contestó bravucona, si quería sinceridad se la daría. – Desde tu llegada no hiciste más que estorbarme, cada hombre en el barco alaba con gracia tu presencia, si pudiera yo misma te arrojaría al agua de vuelta con los reyes marinos, les haría el favor de darles comida gratis. – Aquel que siempre observó como un obstáculo en su tarea notó el singular resplandor que emitían los orbes de azul real.
Preparándose mentalmente a recibir un daño severo su diestra se impulsó un poco hasta sujetar el cuello del contrario, y peor para él cuando murmuró su nombre ya que lo empujaría tumbándolo en la cama mientras se colocaba encima impidiendo zafarse de su agarre. – ¡¿Qué acabas de hacerme?! – Un instinto le advertía que debía separarse de inmediato, pero la furia la cegaba, sus dedos se sujetaba enrojeciendo la piel del Teniente Pendragon. – ¿Qué me hiciste? – Histérica trataría de frenar lo que sea que estaba haciendo con ella, debido a su ignorancia no le volvería a tomar como un juego nuevamente, no le concedería la oportunidad eso estaba claro.
En correspondencia a su desplante se enfrentaba a un hombre convaleciente, más no se sentiría culpable ya que pondría a prueba su resistencia, no por nada ostentaba su puesto solo por habérsele conferido de ciertos favores, lo dudaba demasiado. Respondiendo a su reto se erguía lo suficiente para enfrentarla reduciendo el espacio, Justika simplemente sonreía hipócrita ya que verlo con prendas sueltas o que tentara a invadir su contacto no la intimidaban, necesitaría más de ello. Por desgracia, así fue. Los orbes del príncipe relucieron en un inusual fulgor, extrañada frunció el ceño esperando algún indicio de dolor, no era la primera vez que se topaba con un usuario de fruta, la verdadera pregunta residía en qué se especializaba. – Mi repulsión a ti. – Contestó bravucona, si quería sinceridad se la daría. – Desde tu llegada no hiciste más que estorbarme, cada hombre en el barco alaba con gracia tu presencia, si pudiera yo misma te arrojaría al agua de vuelta con los reyes marinos, les haría el favor de darles comida gratis. – Aquel que siempre observó como un obstáculo en su tarea notó el singular resplandor que emitían los orbes de azul real.
Preparándose mentalmente a recibir un daño severo su diestra se impulsó un poco hasta sujetar el cuello del contrario, y peor para él cuando murmuró su nombre ya que lo empujaría tumbándolo en la cama mientras se colocaba encima impidiendo zafarse de su agarre. – ¡¿Qué acabas de hacerme?! – Un instinto le advertía que debía separarse de inmediato, pero la furia la cegaba, sus dedos se sujetaba enrojeciendo la piel del Teniente Pendragon. – ¿Qué me hiciste? – Histérica trataría de frenar lo que sea que estaba haciendo con ella, debido a su ignorancia no le volvería a tomar como un juego nuevamente, no le concedería la oportunidad eso estaba claro.
- IMPORTANTE:
- Mi personaje manipuló un poco al tuyo en ciertas acciones, si no te agradan lo corrijo pero siendo pasado no creo que te importe, cualquier cosa me avisas.
PD: si, te sometí contra la cama (?)
InvitadoInvitado
Re: S.O.S. (Pasado)
Definitivamente era una mujer seria y totalmente directa, buscaba pelea, ahora lo sabía por cómo se comportaba y se expresaba ¿Pero por qué esperar en lugar de atacar? Eso era claro que solo planeaba plantear cara y notaba lo cuidadosa que era antes que nada, como si tuviera una estratagema con el cual querer engañarlo o embaucarlo pero no había nada de eso cuando leía su mente y menos ahora que podía leer sus recuerdos, no trabajaba en equipo ni tampoco era una ladrona pero lo poco que pudo saber de ella le daban ya suficiente por conocer lo que paso en el barco antes de su arribo y sobre la contratación que le hicieron para cuidarlo, una caza recompensas o una mercenaria en todo caso pero al averiguar sobre ella, no previo la mano que fue directo a sujetarlo por el cuello de forma sorpresiva y aun el empuje de la mujer que poseía fuerza, al menos más que el hombre promedio de aquellos mares, con una agilidad para lograr colocarse encima exigiendo respuestas.
Sin duda todo le tomó por sorpresa al enfocarse en la mente de Novacek pero ahora sabia más y ella no lo conocía, Arturo sonreiría aun siendo sofocado por las manos de la rubia, no tenían la fuerza para controlar al teniente quien movió sus propias manos para sujetar las muñecas de ella, tan to de su brazo libre como aquel que sostenía su cuello con mayor presión y fuerza, todo habría sido más fácil de haber entrenado el tekkai pero no era tiempo de lamentaciones y con solo fuerza bruta saldría. Sus pies se levantaría haciendo un además en el aire, mejor dicho caminando en el aire como si fueran una pared con el cual era la técnica de Geppou, aun con Novacek encima, se levantaría de la cama dando una maroma para caer encima de la rubia entre sus piernas abiertas, con su peso y fuerza para evitar realizara algo mas en ese momento.
Las posiciones habrían cambiado con ella abajo aunque no por eso parecía querer soltarlo del cuello pero no podría hacer más en esa situación donde ambos estaban siendo sometidos por el contrario. –Asdisd Noovosaef eac….- Arturo trataba de hablar pero la mano en el cuello no se lo permitía adecuadamente, no podría comunicarse mientras ella no lo soltara y tampoco el planeaba soltarla, usando sus fuerzas para someterla pero con sus ojos daría suficientes expresiones para que entendiera que ambos estaban en esa situación, una por loca y agresiva, el otro por contratacar pero siendo blando aun en cómo responder al ataque de Nova, por ahora ninguno de los dos cedería y no estaba en los planes de Arturo realizarlo.
OFF: Al colocarte encima, no evistaste mis piernas fueran sujetas o similares, se alzaron y las use de apoyo con geppou para girar ambos y estar encima tuyo. Sin duda todo le tomó por sorpresa al enfocarse en la mente de Novacek pero ahora sabia más y ella no lo conocía, Arturo sonreiría aun siendo sofocado por las manos de la rubia, no tenían la fuerza para controlar al teniente quien movió sus propias manos para sujetar las muñecas de ella, tan to de su brazo libre como aquel que sostenía su cuello con mayor presión y fuerza, todo habría sido más fácil de haber entrenado el tekkai pero no era tiempo de lamentaciones y con solo fuerza bruta saldría. Sus pies se levantaría haciendo un además en el aire, mejor dicho caminando en el aire como si fueran una pared con el cual era la técnica de Geppou, aun con Novacek encima, se levantaría de la cama dando una maroma para caer encima de la rubia entre sus piernas abiertas, con su peso y fuerza para evitar realizara algo mas en ese momento.
Las posiciones habrían cambiado con ella abajo aunque no por eso parecía querer soltarlo del cuello pero no podría hacer más en esa situación donde ambos estaban siendo sometidos por el contrario. –Asdisd Noovosaef eac….- Arturo trataba de hablar pero la mano en el cuello no se lo permitía adecuadamente, no podría comunicarse mientras ella no lo soltara y tampoco el planeaba soltarla, usando sus fuerzas para someterla pero con sus ojos daría suficientes expresiones para que entendiera que ambos estaban en esa situación, una por loca y agresiva, el otro por contratacar pero siendo blando aun en cómo responder al ataque de Nova, por ahora ninguno de los dos cedería y no estaba en los planes de Arturo realizarlo.
->Geppou o Geppo (“Paseo lunar"): Permite a los usuarios saltar en el propio aire, lo que les permite permanecer flotando en el aire durante mucho más tiempo de lo habitual. La propia técnica proporciona varias ventajas en tanto dentro como fuera de la batalla para el usuario, no tiene más que una gran debilidad: su uso depende en gran medida de las piernas del usuario, la sujeción o bloqueo de las piernas, pueden interrumpir el Geppo. Nivel 3. Se puede usar 1 vez por turno y “saltar” en ese uso hasta 3 veces.
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Re: S.O.S. (Pasado)
Su naturaleza era agresiva, desafiante, jamás había temido a nadie, no se dejaría someter por ninguno, su género no le era un impedimento para hacer lo que más se le viniera en gana. Su acto le podría condenar de por vida, pero ella ya no lo podía razonar, el odio recorría sus venas en un calor que hervía agolpándose en su cabeza. Tras ahorcarle la voz del contrario se apagaría, al menos de esa forma los demás tripulantes no se meterían en su camino. Un instinto asesino florecía, entre más se aferraba al agarre de sus dedos sobre la tráquea de aquel marine sentía una nociva ansiedad de terminar lo que hubo iniciado al agredirle. Perdiendo el control la cazadora no se percató en que Pendragon utilizaría un truco para arrojar a ambos fuera de la cama.
Cayendo en la superficie un golpe seco se producía al chocar con la espalda sacándole un gemido del dolor, a pesar del impacto que la desconcertaría jamás abandono la acción de ahorcarle, en una postura poco conveniente la mujer se sacudiría no sin antes clavar las uñas tratando de dañarle más, gotas de sangre apenas se vislumbraban en la punta de sus dedos, despreciaba la manera en que seguía llamándola por su nombre. – ¡Deja de pronunciarlo! – Se trataba evidentemente de una lucha de superar al otro, Justika yacía en la superficie, si le soltaba ahora con la deliberación de coger su espada y atravesarle seguro él la tomaría por las muñecas incapacitándola de realizar algo más. No quería soltarle, no concebía la idea de retroceder.
Varios pasos se aproximaban hasta la habitación, tocaron a la puerta más de una vez preguntando al Teniente si se hallaba bien, la ausencia de respuesta era consideración de preocupar a más de uno, aunque cabía resaltar que nadie sabía que se encontraba la cazadora dentro peleando por una simple rabieta provocada por ellos mismos. Ensimismada los golpes le devolvieron algo de razón. – ¿Por qué tuviste que sobrevivir?... ¿por qué tenías que ser salvado por ellos? – Inducida por la cólera le soltaría del cuello para cubrir su rostro, si seguía viéndola de esa manera estaba segura que terminaría asesinando a más de uno, y no se podía permitir el caer tan bajo como lo eran esas bestias que surcaban las aguas aterrorizando a más de uno, no deseaba convertirse en esa clase de monstruo. – Tienes dos segundos para quitarte de encima… ¡YA! – Tras llamarle la atención le abofeteaba directamente por acorralarla.
Cayendo en la superficie un golpe seco se producía al chocar con la espalda sacándole un gemido del dolor, a pesar del impacto que la desconcertaría jamás abandono la acción de ahorcarle, en una postura poco conveniente la mujer se sacudiría no sin antes clavar las uñas tratando de dañarle más, gotas de sangre apenas se vislumbraban en la punta de sus dedos, despreciaba la manera en que seguía llamándola por su nombre. – ¡Deja de pronunciarlo! – Se trataba evidentemente de una lucha de superar al otro, Justika yacía en la superficie, si le soltaba ahora con la deliberación de coger su espada y atravesarle seguro él la tomaría por las muñecas incapacitándola de realizar algo más. No quería soltarle, no concebía la idea de retroceder.
Varios pasos se aproximaban hasta la habitación, tocaron a la puerta más de una vez preguntando al Teniente si se hallaba bien, la ausencia de respuesta era consideración de preocupar a más de uno, aunque cabía resaltar que nadie sabía que se encontraba la cazadora dentro peleando por una simple rabieta provocada por ellos mismos. Ensimismada los golpes le devolvieron algo de razón. – ¿Por qué tuviste que sobrevivir?... ¿por qué tenías que ser salvado por ellos? – Inducida por la cólera le soltaría del cuello para cubrir su rostro, si seguía viéndola de esa manera estaba segura que terminaría asesinando a más de uno, y no se podía permitir el caer tan bajo como lo eran esas bestias que surcaban las aguas aterrorizando a más de uno, no deseaba convertirse en esa clase de monstruo. – Tienes dos segundos para quitarte de encima… ¡YA! – Tras llamarle la atención le abofeteaba directamente por acorralarla.
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Re: S.O.S. (Pasado)
Era una persona extraña el marine, demasiado apacible o tranquilo, sin la certeza sobre la familia en la que nació de linaje marine era realmente un hijo de la misma, bien su rostros y facciones eran de la familia e incluso su sentido de justicia pero mientras los demás mostraban carácter fuerte o pasión por la batalla, Arturo parecía ser alguien más tranquilo y humilde en relación a ello hasta el punto que se encontraba ahora lidiando contra una chica que si bien podría matarlo por mero arrebato de sus emociones ante la mente tranquila del marine que busco someterla, aun sin levantar sus puños en contra de la chica o tener la idea de hacerle daño, solo de sujetarla y la situación terminara en un empate pero Novacek presentaba demasiado resistencia llegando a clavar sus garras, porque no tendrían otro mejor nombre, en la carne del marine dañándolo poco a poco sin tolerar que pronunciaran su nombre, estaba loca, ahora lo podría decir claramente con lo poco que supo de ella sin controlar o controlarse pero aun no comprendía que la llevo a buscar desquitar su frustraciones con Arturo, el solo se mantenía apacible, serio y distante como todo un observador aunque lo estaban intentando estrangular.
A pesar del fragor de ese enfrentamiento, ambos escucharon el ruido en la puerta, Arturo uso su poder de akuma para ver a través de las cosas y mirar cómo eran solo 2 sujetos tocando la puerta detrás de esta, solo entonces Novacek le habría soltado finalmente y lo que era un gran alivio sentir de nuevo el aire entrar aunque el ardor era persistente por las uñas enterradas en su piel, cuestionándolo de forma cruel como si fuera su culpa estar vivo pero no pudo responder, ella ya estaba desesperada llegando a gritar mientras lanzaba una abofeteada directa a su mejilla que resonaba por todo el lugar. Ese ruido, ese grito, hicieron de los marines tratar de entrar y lo consiguieron porque la puerta no tenían seguro para observar al teniente encima de la chica rubia quien se tapaba el rostro con una mano y la otra era sujeta, en definitiva una situación comprometedora que impacto a los marineros al ver la situación. –Esperen, esto no es lo que parece- Pudo hablar pero no cambiaría la situación con su mejilla roja y el teniendo la ventaja encima de una cama, podía verlo con sus ojos los pensamientos de ellos entre una ligera excitación pero lo desagradable y decepción de pensar que un marine como el se aprovecharía de una chica, lo esperaban de cualquiera menos del invitado. –Se puede explicar Nov…. ¡Ella lo puede explicar!- Por un momento pronunciaría su nombre nuevamente recordando que eso desato todo un caos, no era seguro hacerlo pero esperaba que cuando menos la chica fuera honesta como hasta ahora y hablar con la verdad, claro que eso mientras se movía quitándose de encima finalmente y con sus manos arriba por mostrar que no había hecho nada malo ¿Le creerían?.
A pesar del fragor de ese enfrentamiento, ambos escucharon el ruido en la puerta, Arturo uso su poder de akuma para ver a través de las cosas y mirar cómo eran solo 2 sujetos tocando la puerta detrás de esta, solo entonces Novacek le habría soltado finalmente y lo que era un gran alivio sentir de nuevo el aire entrar aunque el ardor era persistente por las uñas enterradas en su piel, cuestionándolo de forma cruel como si fuera su culpa estar vivo pero no pudo responder, ella ya estaba desesperada llegando a gritar mientras lanzaba una abofeteada directa a su mejilla que resonaba por todo el lugar. Ese ruido, ese grito, hicieron de los marines tratar de entrar y lo consiguieron porque la puerta no tenían seguro para observar al teniente encima de la chica rubia quien se tapaba el rostro con una mano y la otra era sujeta, en definitiva una situación comprometedora que impacto a los marineros al ver la situación. –Esperen, esto no es lo que parece- Pudo hablar pero no cambiaría la situación con su mejilla roja y el teniendo la ventaja encima de una cama, podía verlo con sus ojos los pensamientos de ellos entre una ligera excitación pero lo desagradable y decepción de pensar que un marine como el se aprovecharía de una chica, lo esperaban de cualquiera menos del invitado. –Se puede explicar Nov…. ¡Ella lo puede explicar!- Por un momento pronunciaría su nombre nuevamente recordando que eso desato todo un caos, no era seguro hacerlo pero esperaba que cuando menos la chica fuera honesta como hasta ahora y hablar con la verdad, claro que eso mientras se movía quitándose de encima finalmente y con sus manos arriba por mostrar que no había hecho nada malo ¿Le creerían?.
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Re: S.O.S. (Pasado)
La puerta había sido forzada a abrirse, la impresión que obtendrían esos hombres era una donde el Teniente forzaba a la cazadora en una situación comprometedora. Justika aun sumergida entre sus pensamientos se mordisqueaba el labio inferior debido a la impotencia, de no poder ser capaz ni siquiera de sacárselo de encima a menos que ella cediera en liberarle. Al apartar su brazo volteó atando los cabos, el joven Pendragon se levantaba de inmediato alzando las manos demostrando su inocencia. Dándose cuenta de su error también se levantaba más una mano contraria trataría de socorrerla. – Aparta eso de mí. – Advertía feroz, los hombres se sentían avergonzados por haber tardado demasiado al intervenir solo exclamaron su lamento por lo sucedido. Cabizbaja no mencionó nada durante los primeros cinco segundos, segundos que se habían vuelto eternos ya que la reputación del príncipe heredero estaba en juego, y así ella lo comprendía.
Yo lo ataqué, él solo se estaba defendiendo. – En un rotundo giro la espadachina guardando su rencor en lo más profundo sabía que el castigo por sublevarse estaba penado, ahora no sería diferente de un burdo criminal. Conociendo el peso de sus acciones se levantaba para interponerse entre los hombres para abrirse paso a la salida, más uno de ellos la sostenía por el brazo deteniendo su avance. – Conoces las reglas mercenaria. – Frunciendo el ceño chasqueó su lengua contra el paladar fastidiada. – Tsk. Era de esperarse, tranquilos, conozco el camino hasta la celda su príncipe está intacto… esperaré que lleguemos a la isla para que me lleven. – Zafándose del agarre salía escoltada, apenas daría un vistazo por encima del hombro viéndolo por última vez.
Llegando a la parte del almacén convenientemente se disponía de una celda, Novacek ingresaba sin oponer resistencia, sentándose en el suelo meditaría sobre su impulsivo acto, se dejó llevar, seguramente su padre se retorcería en su tumba mofándose de la suerte de la cazadora. Resoplando en una media sonrisa observaba la punta de sus dedos, tenían un color rojizo oscuro oxidado, tenía mucho que meditar. – Jamás me atacó. – Respondería al aire sospechando, ni siquiera le tomó de las muñecas para defenderse, al final se lo había buscado por provocarla.
Yo lo ataqué, él solo se estaba defendiendo. – En un rotundo giro la espadachina guardando su rencor en lo más profundo sabía que el castigo por sublevarse estaba penado, ahora no sería diferente de un burdo criminal. Conociendo el peso de sus acciones se levantaba para interponerse entre los hombres para abrirse paso a la salida, más uno de ellos la sostenía por el brazo deteniendo su avance. – Conoces las reglas mercenaria. – Frunciendo el ceño chasqueó su lengua contra el paladar fastidiada. – Tsk. Era de esperarse, tranquilos, conozco el camino hasta la celda su príncipe está intacto… esperaré que lleguemos a la isla para que me lleven. – Zafándose del agarre salía escoltada, apenas daría un vistazo por encima del hombro viéndolo por última vez.
Llegando a la parte del almacén convenientemente se disponía de una celda, Novacek ingresaba sin oponer resistencia, sentándose en el suelo meditaría sobre su impulsivo acto, se dejó llevar, seguramente su padre se retorcería en su tumba mofándose de la suerte de la cazadora. Resoplando en una media sonrisa observaba la punta de sus dedos, tenían un color rojizo oscuro oxidado, tenía mucho que meditar. – Jamás me atacó. – Respondería al aire sospechando, ni siquiera le tomó de las muñecas para defenderse, al final se lo había buscado por provocarla.
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