Año 230 D.D.G
Tras un periodo de paz el nombre de un sujeto comenzó a surgir entre los piratas hasta hacerse de un renombre mundial… Norman D. Gold, un pirata que en un par de años alcanzó el poder suficiente para consagrarse como un emperador pirata y eventualmente para ser nombrado como rey de los piratas al haber reunido un tesoro inconcebible al cual se le otorgó el nombre de “One Piece”. Durante años el Gobierno hizo uso de todos sus recursos para acabar con este hombre per todo fue inútil y decidieron simplemente dedicarse a contener sus ataques. Gold sin embargo, no parece interesado en destruir al Gobierno o en atacar a sus instituciones, sino más bien en continuar explorando el mundo no conocido estableciendo con su poder una estabilidad no vista antaño en el mundo de la mano de todas las demás facciones. ¿Serás parte del mundo y su avance?. Seguir leyendo...
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Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional.
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Un paseo por Syrup // Priv. Justika Novacek
One Piece Blue Sky :: Los Cuatro Azules :: East Blue :: Islas Gecko :: Syrup
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Un paseo por Syrup // Priv. Justika Novacek
Recuerdo del primer mensaje :
El east blue, uno de los mares más calmos –si es que no el más pacifico, mal llamado "el mar más débil" –que se podían encontrar en el mundo, sencillamente un paraíso sacado de los sueños de algún adicto al opio, un lugar en donde los piratas más débiles empezaban su travesía, digamos, el primer escalón hacia el verdadero mundo. Dentro de este pequeño blue, y uno de los favoritos de Illya a decir verdad, se encuentran las islas Gecko, el lugar en donde puedes hallar Syrup, una pequeña localidad muy pacifica, a la cual solo puedes acceder por uno de los dos acantilados que la confinan, un lugar realmente maravilloso… es a ese lugar a donde Illya debía ir para cumplir su misión, capturar a un criminal, un traficante de drogas.
No es como si fuese el gran trabajo, ni es como si la revolución estuviese persiguiendo traficantes de drogas por el miedo a que deformasen a la ya precaria población, no, estaba lejos de ser eso, y es que aquel traficante poseía información valiosa, o al menos, eso había llegado a oídos de la revolución y eso era suficiente para tener que prestarle atención. Y ahora Illya se dirigía a aquel lugar, lejano a la civilización misma, confinados sus habitantes a una existencia inocua, carente de matices, pero probablemente… felices.
Ahora su pequeña embarcación, un pequeño bote con una vela a medio romper, anclaba cerca del risco sur. Una vez habiendo anclado descendió en búsqueda del que sería su objetivo, esperaba sinceramente no demorar demasiado, no era una tarea complicada después de todo, no era una tarea en donde debiese gastar e invertir recursos, no, era cosa de caminar y preguntar. Y así fue como un tipo de su calaña se empezaba a adentrar en el pequeño pueblo, donde seguramente no pasaría desapercibido.
No es como si fuese el gran trabajo, ni es como si la revolución estuviese persiguiendo traficantes de drogas por el miedo a que deformasen a la ya precaria población, no, estaba lejos de ser eso, y es que aquel traficante poseía información valiosa, o al menos, eso había llegado a oídos de la revolución y eso era suficiente para tener que prestarle atención. Y ahora Illya se dirigía a aquel lugar, lejano a la civilización misma, confinados sus habitantes a una existencia inocua, carente de matices, pero probablemente… felices.
Ahora su pequeña embarcación, un pequeño bote con una vela a medio romper, anclaba cerca del risco sur. Una vez habiendo anclado descendió en búsqueda del que sería su objetivo, esperaba sinceramente no demorar demasiado, no era una tarea complicada después de todo, no era una tarea en donde debiese gastar e invertir recursos, no, era cosa de caminar y preguntar. Y así fue como un tipo de su calaña se empezaba a adentrar en el pequeño pueblo, donde seguramente no pasaría desapercibido.
InvitadoInvitado
Re: Un paseo por Syrup // Priv. Justika Novacek
Sus palabras no dejaban de ser provocadoras, demasiado inclusive para Illya que empezaba a sospechar, una leve, levísima sospecha empezaba a apoderarse de su cabeza, como el agua que entra a un bote agrietado, hasta por fin hundirlo, y es que cada vez se le hacía más rara aquella mujer, aquella joven, era mucha la casualidad, era demasiado coqueta, había tanto en sus palabras, tanto… ahora sólo podía seguir en aquel juego, ver hacia donde lo llevaba, después de todo, o a pesar de todo… lo estaba disfrutando. –Sí, creo que sí, más aun cuando la compañía es… la adecuada –musito tranquilo pero con un extraño brillo en sus ojos, después de todo… -se mire… por donde se mire, y digamos que algunos vistas son estimulantes para el ser –Illya intentaba mantenerse recio, intentarlo al menos, hasta cierto punto, evitando ceder. -¿En deuda? Me halagas, pero lo mío fue una pequeñez en realidad, con tu simple compañía me siento más que pagado por lo poco que hice… y si, si una bella dama se encuentra en peligro, correré en su protección, más si es usted señorita Justika –sentenció observando sus brillantes orbes, aquellos ojos lo tenían… -¿Lo tengo? ¿Aquel semblante? Supieras un poco más de mi quizás no pensarías de la misma manera Justika querida, puede que inclusive estuvieses aterrorizada de cuanto puedo llegar a hacer, pero es solo un quizás, pues, algo me dice… si, algo me lo dice, pero me lo dice despacito, casi sin intención de hacerlo, casi por mera piedad –le dijo despacio, despacito, casi como un murmullo que solo escucharían ellos dos, nadie más, pues nadie más podía hacerlo.
Sus palabras lo tomaron desprevenido, no había nada en la isla para ella, en ese caso ¿Por qué estaba allí? Era una interrogante valida y que cualquiera que fuese sensato se habría hecho. –Puedo tomarme eso de muchas formas ¿sabes? Es incluso… estimulante el escuchar eso, es como endulzante, pero es peligrosa –musito casi sin darse cuenta de haber aludido a la palabra “peligro”. –Aun si no te mantuvieses al margen de mis deberes es probable… -se detuvo un momento antes de seguir caminando junto a ella hacia la villa.
La villa no era nada fuera de lo normal, era una villa bonita, digna de un poblado como lo era aquel, no más que eso, la gente vivía ajena a lo que pasaba en el mundo, ajena a las desgracias, ajena a todas las peripecias con las que debía vivir y convivir otra gente, teniendo no más que la preocupación del “¿Qué hay que hacer de almuerzo?” “hay que pagar una que otra cuenta” “hay trabajo”, etc. En otras palabras, era una vida común corriente la que vivían todas las personas en aquel lugar, una vida ordinaria. Un movimiento rápido lo hizo ponerse en guardia adoptando una posición de combate, ladeando el cuerpo a su izquierda para ofrecerle una menor superficie de ataque a su posible enemigo, pero no había enemigo, era solo Justika que en un movimiento rápido y casi instintivo –o quizás si había sido instintivo –una pelota, un balón se había acercado peligrosamente a la cara de Illya, no sin antes haber sido atravesado justo a la mitad por la espada de Justika. –Eres rápida muchacha –le dijo casi riendo mientras adoptaba su posición normal, ya bajando la guardia, la verdad, aquello le había tomado por sorpresa –demasiado rápida para una joven común y corriente –finalizó mientras observaba a los niños alejándose con su bolsa de berries. –Eres realmente una fiera ¿no?
Sus palabras lo tomaron desprevenido, no había nada en la isla para ella, en ese caso ¿Por qué estaba allí? Era una interrogante valida y que cualquiera que fuese sensato se habría hecho. –Puedo tomarme eso de muchas formas ¿sabes? Es incluso… estimulante el escuchar eso, es como endulzante, pero es peligrosa –musito casi sin darse cuenta de haber aludido a la palabra “peligro”. –Aun si no te mantuvieses al margen de mis deberes es probable… -se detuvo un momento antes de seguir caminando junto a ella hacia la villa.
La villa no era nada fuera de lo normal, era una villa bonita, digna de un poblado como lo era aquel, no más que eso, la gente vivía ajena a lo que pasaba en el mundo, ajena a las desgracias, ajena a todas las peripecias con las que debía vivir y convivir otra gente, teniendo no más que la preocupación del “¿Qué hay que hacer de almuerzo?” “hay que pagar una que otra cuenta” “hay trabajo”, etc. En otras palabras, era una vida común corriente la que vivían todas las personas en aquel lugar, una vida ordinaria. Un movimiento rápido lo hizo ponerse en guardia adoptando una posición de combate, ladeando el cuerpo a su izquierda para ofrecerle una menor superficie de ataque a su posible enemigo, pero no había enemigo, era solo Justika que en un movimiento rápido y casi instintivo –o quizás si había sido instintivo –una pelota, un balón se había acercado peligrosamente a la cara de Illya, no sin antes haber sido atravesado justo a la mitad por la espada de Justika. –Eres rápida muchacha –le dijo casi riendo mientras adoptaba su posición normal, ya bajando la guardia, la verdad, aquello le había tomado por sorpresa –demasiado rápida para una joven común y corriente –finalizó mientras observaba a los niños alejándose con su bolsa de berries. –Eres realmente una fiera ¿no?
InvitadoInvitado
Re: Un paseo por Syrup // Priv. Justika Novacek
Perecer en el peligro sería una de las situaciones más improbables que llegaran a suceder, no obstante, inferir que su seguridad dependiera de las acciones del pelinegro deberían brindar una conexión mucho más profunda con la intención de ganarse su confianza. Pero existía un hecho que no negaría por parte del contrario, y aquello se trataba del desconocimiento de esa naturaleza. Justika era una persona perspicaz podía predecir quien era una amenaza verdadera por lo que sus instintos se mantenían tranquilos. No detuvo su paso, estaba tan confiada de él que permitió que se mantuviera a su espalda, aunque eso pudiera conllevar el ser traicionada.
Su sagaz intervención contra una pelota común y corriente pasaba a ser un error de cálculo, irguiéndose no volvió a mirar a su acompañante directamente. – Aunque no pudieras rescatarme, haría lo necesario para seguir mis propios pasos. – No había más remedio, torpemente se hubo descubierto y seguir tonteando simplemente caería en una hipocresía que atentaría contra sus propios principios. – Eres libre de irte tras ver esto, pero déjame decirte que será imposible deshacerte de mí por mucho que lo intentes, porque he decidido hacerte mío aun en contra de tu voluntad. – Manteniendo una postura que a primera vista fuera relajada el aura que desprendía contenía un entrañable instinto asesino. Novacek se giró al fin determinada a hacer daño, una apuesta que pendería de la suerte de tener un poder que hiciera valer sus palabras. – Todo este tiempo te mantuviste al margen, entonces es inútil que siga simulando algo que no soy. – Abandonando cualquier pose ofensiva o defensiva simplemente su acción se resumiría en apuntarle.
En verdad me agradas, muchísimo a decir verdad. Lamentablemente para ti no puedo ignorar el precio que yace sobre tu cabeza. – Perversa sonrisa se trazaba lineal deformando su inusual belleza, las cualidades de la cazadora no eran visibles por el momento, pero había llegado la hora de encarar el peligro. – Entonces, ¿qué harás? – No le ganaría, aun así se mantenía firme desafiándole, otorgaba desde el comienzo una ventaja que solo la acorralarían con el paso del tiempo.
Su sagaz intervención contra una pelota común y corriente pasaba a ser un error de cálculo, irguiéndose no volvió a mirar a su acompañante directamente. – Aunque no pudieras rescatarme, haría lo necesario para seguir mis propios pasos. – No había más remedio, torpemente se hubo descubierto y seguir tonteando simplemente caería en una hipocresía que atentaría contra sus propios principios. – Eres libre de irte tras ver esto, pero déjame decirte que será imposible deshacerte de mí por mucho que lo intentes, porque he decidido hacerte mío aun en contra de tu voluntad. – Manteniendo una postura que a primera vista fuera relajada el aura que desprendía contenía un entrañable instinto asesino. Novacek se giró al fin determinada a hacer daño, una apuesta que pendería de la suerte de tener un poder que hiciera valer sus palabras. – Todo este tiempo te mantuviste al margen, entonces es inútil que siga simulando algo que no soy. – Abandonando cualquier pose ofensiva o defensiva simplemente su acción se resumiría en apuntarle.
En verdad me agradas, muchísimo a decir verdad. Lamentablemente para ti no puedo ignorar el precio que yace sobre tu cabeza. – Perversa sonrisa se trazaba lineal deformando su inusual belleza, las cualidades de la cazadora no eran visibles por el momento, pero había llegado la hora de encarar el peligro. – Entonces, ¿qué harás? – No le ganaría, aun así se mantenía firme desafiándole, otorgaba desde el comienzo una ventaja que solo la acorralarían con el paso del tiempo.
InvitadoInvitado
Re: Un paseo por Syrup // Priv. Justika Novacek
No sé si lo dije, en realidad no lo recuerdo, no muy bien que digamos al menos, pero… reiterándolo, uno nunca sabe que es lo que puede pasar, el mundo gira y gira y no se detiene por nadie ni nada, no es como si le interesase demasiado lo que pasa en su superficie, es que sencillamente no le interesa, y es así como lo correcto se hace incorrecto y los colores se funden hasta que no sabes si a quien tienes a tu derecha o izquierda son buenas personas o dignos de confianza siquiera, poniéndonos a prueba de forma constante, una prueba cruel e infranqueable, eso era con lo que tenía que lidiar día a día el revolucionario, día a día tras día, poniendo a prueba su confianza en las personas, pero y por sobretodo, en las mujeres, aquellos magníficos, maravillosos seres que proveían vida y significado a mucho de cuanto uno puede llegar a sentir en el mundo…
La joven le dio la espalda a ratos –Las armaduras son maravillosas –se vio diciendo en voz alta sin darse cuenta de hacerlo. Los movimientos que efectuó Justika parecieron pasarle la cuenta, parecía que se hubiera alejado de un plan de acciones que ella estaba decidida a seguir, como si se tratase de un guion. Sus palabras lo tomaron por sorpresa, después de aquella demostración de agilidad estaba más que claro que ella no era una simple mujer, no, era más que eso, era probablemente alguien fuerte, no, me equivoco, no es que fuese probable, en realidad ella era fuerte. -¿Soy libre de irme? No es como si en algún momento no lo hubiese sido, tampoco es como que me vaya a marchar tras lo que he visto, mucho menos que tu espada me haya asustado –musito con tranquilidad mientras la observaba, su posición había cambiado, su semblante era otro, parecía decidida ¿pero a qué? Se dio vuelta, decidida a lo que parecía… ¿atacar? –Sí, trate de hacerlo, necesitaba saber quien eras y quien querías, además eres demasiado coqueta mujer, venir a decirme que soy tuyo a pesar de mi voluntad… son palabras fuertes que no se deberían decir a la ligera, dime ¿Qué harás cuando me tengas? ¿Qué tienes pensado para mí?
No decía nada en broma, absolutamente nada, aunque le sorprendía que ella supiese que había un precio por su cabeza, no era bueno… ella probablemente sería una cazadora de recompensas, una mercenaria. –No puedes ignorarlo ¿eh? –Illya se puso firme, en posición ofensiva, no tenía intenciones de dejarse vencer por aquella muchacha que ahora abandonaba los rasgos que le habían conferido una belleza sin igual anteriormente. –Bueno ¿Qué hare? Creo que tendré que defenderme de ti aun si es algo que no me gustaría hacer, después de eso si ganas, seré todo tuyo, la pregunta es ¿Qué harás si pierdes Justika Novacek? ¿Qué pasará?
InvitadoInvitado
Re: Un paseo por Syrup // Priv. Justika Novacek
Plantándose firme su brazo se mantenía rígido siguiendo la extensión de su bella espada, la única fiel compañera con la que podía contar en verdad, después de todo era Justika quien manipulaba sus movimientos sin sentirse traicionada por algo que puede arrebatar o conceder según se viera el caso. Tras formular la pregunta sobre la decisión de acción de contingencia del contrario simplemente se mantuvo imperturbable a una charada que elevaba el nivel de intercambio de palabras a un tono lleno de profundidad. – Jamás insinué que le temieras a mi espada, ni mucho menos a mí. – Aclaraba tajante sin moverse, si otra fuera la ocasión posiblemente se hubiera lanzado directamente hacia su presa, pero tenía entendido que esa persona frente a ella no era alguien común.
Una sonrisa más sincera se proyectó en sus facciones a la insinuación de su papel anterior, incluso el cuestionamiento de un coqueteo previo se confundía por un interés intrínseco que había cautivado al desconocido. Suspirando profundamente desvió la mirada a un costado apasible. – ¿No es obvio? – Sin darse cuenta a su alrededor no se hallaba nadie, justo en la entrada de la población todos de inmediato corrieron a resguardarse, por lo visto de su reacción no era la primera vez que presenciaban un encuentro entre un cazador y un fugitivo ya que la categoría de criminal solo se ganaba a través de las acciones, y ese era un hecho del que no prescindía Illya. – Sobrevivir un poco más. – Todo era un intercambio, su posición dentro del gremio de cazadores era más bien ambivalente, su crueldad para tomar represalias contra otros era conocido por su crueldad, no encajaba en absoluto en la jurisdicción de los marines, ni mucho menos conveniente para otras organizaciones. Si era así, ¿entonces porque no hubo caído en los carteles de los más buscados?, Novacek no era de ese tipo de héroe justiciero que se regía fuera de la ley, y lo peor es que no le interesaba demasiado el dinero como para calificarse como una mercenaria en tal extensión de la palabra.
Aun entablando una conversación previa al combate, la pretensión del pelinegro al remarcar lo que era obvio en un principio fue el de inferir su derrota. Incómoda ante ese hecho frunció el ceño resoplando con rencor. – Siempre existirá otro día para luchar, de eso jamás tengas duda, deberías saberlo mejor que yo revolucionario. – Agitando su espada en un movimiento elegante cortó con ráfagas la superficie lo suficiente para cubrir el radio entre ella y su oponente en polvareda. Su silueta apenas se vislumbraba a través de esa cortina que astutamente ocultaba su presencia. Sin embargo, la fémina no apareció para atacarle.
Una sonrisa más sincera se proyectó en sus facciones a la insinuación de su papel anterior, incluso el cuestionamiento de un coqueteo previo se confundía por un interés intrínseco que había cautivado al desconocido. Suspirando profundamente desvió la mirada a un costado apasible. – ¿No es obvio? – Sin darse cuenta a su alrededor no se hallaba nadie, justo en la entrada de la población todos de inmediato corrieron a resguardarse, por lo visto de su reacción no era la primera vez que presenciaban un encuentro entre un cazador y un fugitivo ya que la categoría de criminal solo se ganaba a través de las acciones, y ese era un hecho del que no prescindía Illya. – Sobrevivir un poco más. – Todo era un intercambio, su posición dentro del gremio de cazadores era más bien ambivalente, su crueldad para tomar represalias contra otros era conocido por su crueldad, no encajaba en absoluto en la jurisdicción de los marines, ni mucho menos conveniente para otras organizaciones. Si era así, ¿entonces porque no hubo caído en los carteles de los más buscados?, Novacek no era de ese tipo de héroe justiciero que se regía fuera de la ley, y lo peor es que no le interesaba demasiado el dinero como para calificarse como una mercenaria en tal extensión de la palabra.
Aun entablando una conversación previa al combate, la pretensión del pelinegro al remarcar lo que era obvio en un principio fue el de inferir su derrota. Incómoda ante ese hecho frunció el ceño resoplando con rencor. – Siempre existirá otro día para luchar, de eso jamás tengas duda, deberías saberlo mejor que yo revolucionario. – Agitando su espada en un movimiento elegante cortó con ráfagas la superficie lo suficiente para cubrir el radio entre ella y su oponente en polvareda. Su silueta apenas se vislumbraba a través de esa cortina que astutamente ocultaba su presencia. Sin embargo, la fémina no apareció para atacarle.
InvitadoInvitado
Re: Un paseo por Syrup // Priv. Justika Novacek
¿Qué haría ahora? Realmente podía enfrentarse a Justika, o mejor aún, planteemos nuevamente la pregunta ¿debía enfrentarse a aquella joven? Habían sus pros y sus contras en aquel accionar, por un lado y aunque le costaba reconocerlo, había adquirido cierto cariño por la joven, o quizás no era cariño, sino agrado por la joven y su personalidad, claro que era una personalidad falsa, completamente fingida u elaborada, o quizás solo ensayada para ocasiones como esa, por el otro lado estaba aquel deseo irreprimible de hacerle daño, de asesinar a todo aquel que hubiera escuchado que pendía un precio por sobre la cabeza del revolucionario, asesinar, desmembrar, teñir la tierra de sangre e impregnar el ambiente de aquel metálico olor, aquella exquisita esencia, la esencia de la vida misma… -Ah… puede que me equivocase –dijo tranquilo, analizando sus opciones, lo que debía o podía hacer. Ahora ¿qué tan fuerte podía ser ella?
Necesitaba tranquilizarse, sus dedos jugaban nerviosamente contra sus piernas, dando golpecitos, casi como si intentase contar con ellos para calmarse, por otro lado… empezaba a sentir como su ansiedad lo empezaba a dominar. –Creo que no era obvio, aunque ahora sí lo es –aliso sus pantalones al tiempo que notaba algo que se le había pasado por alto, un error pequeño y justificable, no había nadie a su alrededor, todos se habían ocultado o corrían a hacerlo… no era un buen indicativo, si pasaban la voz y demoraba mucho más en lo que debía hacer podría llegar la marina, y definitivamente no quería perder tiempo con ellos. Ups… ahora que lo pensaba con más detenimiento, el sujeto al que había ido a interrogar, probablemente ya se hubiera enterado de su presencia y su misión ya hubiese fallado o estuviese próxima al fracaso. –Sobrevivir un poco más, creo que eso… bueno, no hay mucho más por hacer, no hay nada más por hacer –señaló al tiempo que de sus pies salía un poco de nieve que iba cubriendo rápidamente la zona aledaña a su ser, enfriando lentamente el ambiente, quemando por frio las plantas que se hallaban cerca de él, e inclusive, reflejando el sol con tal intensidad que podría molestar a la vista. –Dime ¿Cómo hacemos esto pequeña cazadora? –preguntó tranquilo, muy tranquilo, o al menos intentaba estarlo al máximo, no podía dejar que aquella parte neurótica de su ser lo dominase, o sencillamente perdería la cabeza.
La chica seguía hablando, sus palabras eran loables, tenía esperanza y fuerza plasmada en ellas, algo digno de un espíritu libre, quizás de un revolucionario. –Sí, siempre existirá otro día para luchar, para sangrar, para combatir y… para morir –señaló al tiempo que observaba como la chica agitaba su espada para levantar el polvo del suelo, Illya apenas podía verla, pero en realidad a esas alturas, no importaba. –Niege: Altair –dijo despacio al tiempo que desde su cuerpo salían dos manos gigantes que en un aplauso disiparon la polvareda con una onda de aire para luego desintegrarse en nieve que cayó al suelo. –Muy bien, no me equivoque en algo… eres interesante.
Necesitaba tranquilizarse, sus dedos jugaban nerviosamente contra sus piernas, dando golpecitos, casi como si intentase contar con ellos para calmarse, por otro lado… empezaba a sentir como su ansiedad lo empezaba a dominar. –Creo que no era obvio, aunque ahora sí lo es –aliso sus pantalones al tiempo que notaba algo que se le había pasado por alto, un error pequeño y justificable, no había nadie a su alrededor, todos se habían ocultado o corrían a hacerlo… no era un buen indicativo, si pasaban la voz y demoraba mucho más en lo que debía hacer podría llegar la marina, y definitivamente no quería perder tiempo con ellos. Ups… ahora que lo pensaba con más detenimiento, el sujeto al que había ido a interrogar, probablemente ya se hubiera enterado de su presencia y su misión ya hubiese fallado o estuviese próxima al fracaso. –Sobrevivir un poco más, creo que eso… bueno, no hay mucho más por hacer, no hay nada más por hacer –señaló al tiempo que de sus pies salía un poco de nieve que iba cubriendo rápidamente la zona aledaña a su ser, enfriando lentamente el ambiente, quemando por frio las plantas que se hallaban cerca de él, e inclusive, reflejando el sol con tal intensidad que podría molestar a la vista. –Dime ¿Cómo hacemos esto pequeña cazadora? –preguntó tranquilo, muy tranquilo, o al menos intentaba estarlo al máximo, no podía dejar que aquella parte neurótica de su ser lo dominase, o sencillamente perdería la cabeza.
La chica seguía hablando, sus palabras eran loables, tenía esperanza y fuerza plasmada en ellas, algo digno de un espíritu libre, quizás de un revolucionario. –Sí, siempre existirá otro día para luchar, para sangrar, para combatir y… para morir –señaló al tiempo que observaba como la chica agitaba su espada para levantar el polvo del suelo, Illya apenas podía verla, pero en realidad a esas alturas, no importaba. –Niege: Altair –dijo despacio al tiempo que desde su cuerpo salían dos manos gigantes que en un aplauso disiparon la polvareda con una onda de aire para luego desintegrarse en nieve que cayó al suelo. –Muy bien, no me equivoque en algo… eres interesante.
- Habilidad:
1. Altair: Habilidad que consiste en poder crear diferentes figuras a través de la nieve generada. Estás figuras pueden ser de alta densidad y pueden ser usadas tanto ofensiva como defensivamente. Las distancias que pueden recorrer estas figuras están dictaminadas en las características de la akuma. {Habilidad Activa}
Consideraciones: Nivel 4. Puede crear inicialmente dos figuras aumentando en uno por cada nivel (empezando a nivel 4). Las figuras pueden ser destruidas con facilidad así que no sirven realmente para combatir. 1 uso que se puede extender hasta 5 turnos para después tener un reposo de 3 turnos.
Ventajas: ¿?
InvitadoInvitado
Re: Un paseo por Syrup // Priv. Justika Novacek
La temperatura descendía, la cazadora había tenido intención de reducir la distancia entre ellos con un solo golpe, más lo que sucedería a continuación estaba fuera de su alcance. Estaba a dos metros por debajo de él al haber usado su velocidad característica, sin embargo, tuvo que frenar su carrera clavando su espada a la superficie ejerciendo un salto hacia atrás para realizar un corte transversal antes de que las mismas manos níveas la aplastaran. – Demonios, no esperaba que fueras un usuario... – Y las leyendas de tipos con poderes diabólicos eran ciertas, tenía ante sí la prueba más fiel de un hombre o mejor conocido un monstruo.
Exhalando el vaho que salía a través de sus labios conformista trataba de analizar la nueva situación, no pensaba que estaría en desventaja justo apenas comenzando la batalla. Novacek elevó su faz contemplando los copos de nieve, era una regresión escalofriante que la transportaba hasta su hogar, que ese hombre le hubiera permitido abrir esa parte de sus memorias, no auguraba nada bueno. – Es curioso que me sienta como en casa, aun estando tan lejos, creo que debo darte las gracias nuevamente. – Drum era su isla natal, la temperatura actual podía tolerarla, incluso las más bajas. Desafiando su propia fuerza no podía ocultar la admiración que experimentaba por el ajeno, apenas le conoció, su captura simbolizaba un precio que deseaba poseer, más dejando a un lado sus prioridades, la naturaleza caprichosa de la doncella fue otra. Los elogios por parte del pelinegro no cesaban, le agradaba que para alguien extraño la forma en que aceptaba todas sus facetas fueran correspondidas, en una media sonrisa se ruborizaba brindándole color por primera vez a sus mejillas debido a las adulaciones que tomaba por sinceras. – Por el contrario yo debo añadir que eres fascinante, el resultado está prácticamente a favor de alguien, y ambos sabemos quién es, sin embargo supongo que soy algo masoquista después de todo. – Restándole importancia a la desventaja que le podía costar la vida en ese momento, la joven cubrió sus labios escondiendo su risueña sonrisa.
Descubramos hasta qué punto puedo resistir. – No temía a la nieve, no temía congelarse, mucho menos temía al hombre que manipulaba ese elemento. Esta vez no utilizaría un truco para esconder su silueta, corriendo hacia el costado derecho de su contrincante limitaría su reacción a que le respondiera del lado menos hábil, el izquierdo. Podía planteárselo, visualizarlo, necesitaba realizar una estocada, adelantando su paso elevó su espada para realizar un corte transversal que iba desde el hombro izquierdo descendiendo hasta el costado derecho sesgándose en una línea profunda.
Exhalando el vaho que salía a través de sus labios conformista trataba de analizar la nueva situación, no pensaba que estaría en desventaja justo apenas comenzando la batalla. Novacek elevó su faz contemplando los copos de nieve, era una regresión escalofriante que la transportaba hasta su hogar, que ese hombre le hubiera permitido abrir esa parte de sus memorias, no auguraba nada bueno. – Es curioso que me sienta como en casa, aun estando tan lejos, creo que debo darte las gracias nuevamente. – Drum era su isla natal, la temperatura actual podía tolerarla, incluso las más bajas. Desafiando su propia fuerza no podía ocultar la admiración que experimentaba por el ajeno, apenas le conoció, su captura simbolizaba un precio que deseaba poseer, más dejando a un lado sus prioridades, la naturaleza caprichosa de la doncella fue otra. Los elogios por parte del pelinegro no cesaban, le agradaba que para alguien extraño la forma en que aceptaba todas sus facetas fueran correspondidas, en una media sonrisa se ruborizaba brindándole color por primera vez a sus mejillas debido a las adulaciones que tomaba por sinceras. – Por el contrario yo debo añadir que eres fascinante, el resultado está prácticamente a favor de alguien, y ambos sabemos quién es, sin embargo supongo que soy algo masoquista después de todo. – Restándole importancia a la desventaja que le podía costar la vida en ese momento, la joven cubrió sus labios escondiendo su risueña sonrisa.
Descubramos hasta qué punto puedo resistir. – No temía a la nieve, no temía congelarse, mucho menos temía al hombre que manipulaba ese elemento. Esta vez no utilizaría un truco para esconder su silueta, corriendo hacia el costado derecho de su contrincante limitaría su reacción a que le respondiera del lado menos hábil, el izquierdo. Podía planteárselo, visualizarlo, necesitaba realizar una estocada, adelantando su paso elevó su espada para realizar un corte transversal que iba desde el hombro izquierdo descendiendo hasta el costado derecho sesgándose en una línea profunda.
- NOTA:
- Bueno como acotación solo me guiaré por movimientos básicos, nada ostentoso, debido a la diferencia de nivel y por la situación espero no halles inconveniente en mis respuestas.
Cualquier cosa me avisas por mp. Saludos Illya!!
InvitadoInvitado
Re: Un paseo por Syrup // Priv. Justika Novacek
Aun no lograba discernir si es que lo que quería era hacerle daño a aquella muchacha o no, quizás si quería hacerle algo de daño y sencillamente no lo sabía, como quizás no… después de todo, no era broma eso de que le había caído bien, era una jovencita entretenida, enigmática y aquel instinto asesino que había dejado salir por un breve lapso le caía bastante en juego con su personalidad. La nieve por un momento casi la aplasto, a pesar de no haber sido ese el objetivo casi lo había hecho. –Sí, en realidad nadie se espera a un usuario nunca, no es como que fuese tan difícil hallar a uno, es solo que, como dije, nadie lo espera, por ende causa sorpresa, así como a ti ahora –musito al tiempo que la nieve seguía brotando de sus pies.
Rápidamente la temperatura aledaña a Illya había descendido lo suficiente para que algunas plantas se quemaran del frio, otras se quemaran por el reflejo de la luz sobre la nieve, una nieve blanca, pura. La chica hablo, al parecer la nieve le traía conflictos, o en algún momento lo habría hecho, eso era interesante, le permitía jugar con ello, entretenerse. -¿Deberías? Me has dado mucho las gracias el día de hoy, e irónicamente acá estamos, tu intentando capturarme, yo… haciendo lo que se supone debería hacer –Sonrío con una fría tranquilidad, tenía que esperar al próximo movimiento de la joven, no quería ser el en dar el golpe, por lo que parecía ella guardaba cierta distancia ¿acaso no podría golpearle? Bueno, ella no tenía idea de que era una logia…
-Creo que nos hemos dados demasiados halagos a pesar de que estamos tratando de hacer daño, es algo bastante curioso a mi parecer –señaló empezando a caminar en dirección a ella –la verdad es que tome una decisión, de ahora en adelante solo me defenderé, no quiero hacerte daño, aunque me interesa harto el ver como tú te haces daño en ese ardid masoquista –comentó con cierta serenidad, la muchacha obviamente no le temía a la nieve, mucho menos a los efectos que esta provocaba, la joven se movió, iba atacar, a su flanco izquierdo, algo raro… pensando que algunos le llamaban “southpaw” o “el zurdo”. La espada le atravesó como un cuchillo caliente atraviesa la mantequilla, pero no le causo daño alguno, en cambio, le permitió a Illya aprovechar la cercanía de la muchacha para que la nieve se arremolinara en el cuerpo de ella junto al mismo Illya en un abrazo helado que drenaría su calor corporal.
-Justika, dime –sus rostros deberían estar cerca, lo suficiente para poder sentir su gélido aliento -¿Vale la pena tu muerte por el precio sobre mi cabeza?InvitadoInvitado
Re: Un paseo por Syrup // Priv. Justika Novacek
Un presentimiento le instigaba a sentirse temerosa, incómoda. Su espada había atravesado su objetivo, más a cambio de que brotara la sangre solo se daba cuenta de su error, estaba hecho de nieve o al menos eso es lo más lejos que atinó a resolver. – ¿Qué cosa eres? – El tema sobre los usuarios de fruta era muy nuevo para ella, deseó interponer distancia al tratar de saltar atrás pero el cuerpo de Illya absorbía su arma quedándose clavada en su sitio, la imagen de ser atravesado ya era perturbador por lo que en su mente lo último que sus instintos podían replicarle era: PELIGRO.
Desde sus pies la nieve ya estaba sepultándola, efigie frente al revolucionario clavaba verdugo sus orbes examinando a detalle la faz de la cazadora. En gracia sonrió, aunque sus labios ya mostraban un tono azul níveo debido a la pérdida de su calor no podía admitir que estaba acorralada. Cada extensión de su cuerpo se entumecía, hormigueaba, aunque a esas alturas ya no podía sentir nada, solo la reacción natural por consecuencia quedaba cuando sus dientes castañearon. – Si crees que te suplicaré por mi vida estas totalmente equivocado, crecí en Drum, que me retengas así no significa nada para mí. – En un gesto incongruente su terquedad le condenaba a paralizarse, sin embargo, la inferencia de su muerte a cambio del deber de su oficio se ponían a juego. Lo que no entendía Illya, es que a Justika no le interesaba en serio ser una cazadora, solo era algo que sabía hacer mejor, pues para eso fue criada. – ¿Acaso debe importarme mi propia vida?, si muero no es que se convirtiera en una gran pérdida, solo moriré y ya, no tengo nada que dejar atrás… mucho menos algo que plasmar, como ves solo soy nada, si nos conocimos eso será todo, ¿o qué… te compadeces de mí? – Enarcando una ceja las insinuaciones, coqueteos, halagos, solo eran parte de incentivarse, hallarse motivada, ¿sentirse viva?
Creo me equivoqué… ¿tu muerte valdría la pena por la causa en la que luchas? – Simplemente una connotación más profunda salía de la nada, no es que de verdad le interesase, solo preguntó como si alguien dentro de ella lo hiciera en su lugar.
Desde sus pies la nieve ya estaba sepultándola, efigie frente al revolucionario clavaba verdugo sus orbes examinando a detalle la faz de la cazadora. En gracia sonrió, aunque sus labios ya mostraban un tono azul níveo debido a la pérdida de su calor no podía admitir que estaba acorralada. Cada extensión de su cuerpo se entumecía, hormigueaba, aunque a esas alturas ya no podía sentir nada, solo la reacción natural por consecuencia quedaba cuando sus dientes castañearon. – Si crees que te suplicaré por mi vida estas totalmente equivocado, crecí en Drum, que me retengas así no significa nada para mí. – En un gesto incongruente su terquedad le condenaba a paralizarse, sin embargo, la inferencia de su muerte a cambio del deber de su oficio se ponían a juego. Lo que no entendía Illya, es que a Justika no le interesaba en serio ser una cazadora, solo era algo que sabía hacer mejor, pues para eso fue criada. – ¿Acaso debe importarme mi propia vida?, si muero no es que se convirtiera en una gran pérdida, solo moriré y ya, no tengo nada que dejar atrás… mucho menos algo que plasmar, como ves solo soy nada, si nos conocimos eso será todo, ¿o qué… te compadeces de mí? – Enarcando una ceja las insinuaciones, coqueteos, halagos, solo eran parte de incentivarse, hallarse motivada, ¿sentirse viva?
Creo me equivoqué… ¿tu muerte valdría la pena por la causa en la que luchas? – Simplemente una connotación más profunda salía de la nada, no es que de verdad le interesase, solo preguntó como si alguien dentro de ella lo hiciera en su lugar.
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Re: Un paseo por Syrup // Priv. Justika Novacek
Su sorpresa no le impresionaba, no era la primera vez que alguien quedaba atónito por sus… habilidades. La espada paso en banda, no le hizo daño ni tampoco habría podido hacerlo, la mirada de Justika, sus expresiones, demostraban su incomodidad, su sorpresa. -¿Qué cosa soy? Un Skypean, aunque a estas alturas creo que para ti encajara más el término “monstruo” a “Skypean” –señaló serio, pero no una seriedad pesada o fría, no, era una seriedad acorde a lo que estaba haciendo, a lo que estaba pasando ¿qué pensaría aquella joven? Su rostro sólo replicaba una cosa.
La nieve lentamente empezó a hacer su trabajo, capturándola, envolviéndola en aquel níveo elemento, sin posibilidad alguna de poder escapar –o al menos eso era lo que parecía –sólo le quedaba seguir allí, a merced del frío que iba drenando su calor corporal. La joven hablo, quizás desde el orgullo, lo más probable es que lo hiciera desde aquel orgullo que parecía caracterizarla, aquel ímpetu. -¿Suplicarme? –Preguntó casi consternado Illya –me sentiría realmente mal si después de todo esto me vinieses a suplicar por tu vida, sería triste, una mala manera de hacer frente a lo inevitable –musito observando aquellos profundos y fieros ojos, aquella mirada que era capaz de ser absorbente. ¿Su vida? Sí, me parece que debía importarle, todos tenemos una, y solo una, no conocía a nadie que hubiese vivido dos veces, a nadie. –Sí, debería importarte un poco, que no te importe me hace pensar que tu autoestima nunca estuvo acorde a como actuabas, las personas normales luchan por aferrarse a cada segundo que pueda darles la vida, y se aferra a esos segundos con fuerza, con miedo y terror ¿Quién acaso quiere morir? Nadie, yo no quiero y dudo mucho que tú estés conforme con morir en un lugar así, en una isla como esta, en la flor de tu vida, eres solo una cría que no ha visto la vida, deberías estar luchando por soltarte, no endulzándome la oreja necesariamente, pero si intentando algo en vez de darme este discurso en donde no eres nada. No me compadezco de nadie –la nieve fue aflojando hasta por fin liberarla, demoraría en recuperar movilidad, pero no era como si fuese a perder algún dedo u extremidad por el entumecimiento.
-No me compadezco y no me compadeceré de nadie, ni ahora ni en un futuro, tampoco es como si mi muerte valdría la pena, no pienso morir, no aun, menos por mi causa, solo soy un teniente en ella, el juego aun empieza y a estas alturas mi muerte solo sería una mancha, por eso me encargare de morder y gritar para poder seguir, para que el día que la muerte se me presente, sepa que hice todo lo que pude, espero que entiendas eso Justika –dijo tranquilo agachándose para darle un pequeño beso en la cabeza –esa, aunque no sea la gran cosa, será mi apuesta sobre ti, espero que crezcas y que nos volvamos a encontrar, aunque antes de eso, me quedaré un poco para asegurarme de que el frío no te haga perder una extremidad –señaló al tiempo que la nieve a su alrededor bajaba en densidad para empezar a hacerse agua mucho más rápido.
La nieve lentamente empezó a hacer su trabajo, capturándola, envolviéndola en aquel níveo elemento, sin posibilidad alguna de poder escapar –o al menos eso era lo que parecía –sólo le quedaba seguir allí, a merced del frío que iba drenando su calor corporal. La joven hablo, quizás desde el orgullo, lo más probable es que lo hiciera desde aquel orgullo que parecía caracterizarla, aquel ímpetu. -¿Suplicarme? –Preguntó casi consternado Illya –me sentiría realmente mal si después de todo esto me vinieses a suplicar por tu vida, sería triste, una mala manera de hacer frente a lo inevitable –musito observando aquellos profundos y fieros ojos, aquella mirada que era capaz de ser absorbente. ¿Su vida? Sí, me parece que debía importarle, todos tenemos una, y solo una, no conocía a nadie que hubiese vivido dos veces, a nadie. –Sí, debería importarte un poco, que no te importe me hace pensar que tu autoestima nunca estuvo acorde a como actuabas, las personas normales luchan por aferrarse a cada segundo que pueda darles la vida, y se aferra a esos segundos con fuerza, con miedo y terror ¿Quién acaso quiere morir? Nadie, yo no quiero y dudo mucho que tú estés conforme con morir en un lugar así, en una isla como esta, en la flor de tu vida, eres solo una cría que no ha visto la vida, deberías estar luchando por soltarte, no endulzándome la oreja necesariamente, pero si intentando algo en vez de darme este discurso en donde no eres nada. No me compadezco de nadie –la nieve fue aflojando hasta por fin liberarla, demoraría en recuperar movilidad, pero no era como si fuese a perder algún dedo u extremidad por el entumecimiento.
-No me compadezco y no me compadeceré de nadie, ni ahora ni en un futuro, tampoco es como si mi muerte valdría la pena, no pienso morir, no aun, menos por mi causa, solo soy un teniente en ella, el juego aun empieza y a estas alturas mi muerte solo sería una mancha, por eso me encargare de morder y gritar para poder seguir, para que el día que la muerte se me presente, sepa que hice todo lo que pude, espero que entiendas eso Justika –dijo tranquilo agachándose para darle un pequeño beso en la cabeza –esa, aunque no sea la gran cosa, será mi apuesta sobre ti, espero que crezcas y que nos volvamos a encontrar, aunque antes de eso, me quedaré un poco para asegurarme de que el frío no te haga perder una extremidad –señaló al tiempo que la nieve a su alrededor bajaba en densidad para empezar a hacerse agua mucho más rápido.
- Leer:
Creo que alcanza para 1 o 2 post más.
InvitadoInvitado
Re: Un paseo por Syrup // Priv. Justika Novacek
Al menos ella era honesta consigo misma y estaba al tanto de su situación, desde el comienzo entendió que podría ser inútil sublevarse contra alguien que era más superior a la cazadora, enfrentársele conllevaba serias consecuencias y que ni siquiera se molestaría en idealizar un futuro esperando fortalecerse para el próximo encuentro, si acabaría entonces que así sea. Por otra parte, Kuryakin le sermonearía severamente a la falta de optimismo de la rubia, la joven no lo comprendía, ni quería entender los motivos por los cuales debía tomar en cuenta esas palabras. Volteando la mirada fastidiada su discurso pasaría de largo, sin embargo, no tenía derecho a reprocharle nada cuando la persona quien terminó acorralada debido a las eventualidades de cometer varios errores eran de Justika.
La figura de su contrincante se ensamblaba como un acto de magia, desconocía las cualidades, pero por primera vez y después de tanto tiempo deseó ser como él. Sus bellos orbes dorados se deslizaron hasta hallar la faz del pelinegro, a pesar de ser regañada en sus gestos se producían una absoluta serenidad, ¿estima?, aquello estaba llegando más lejos de lo que hubo considerado.
Ante un azar del destino Illya decidía liberar a la joven, de rodillas la mujer caía al suelo tiritando para darse cuenta como el calor se le era devuelto a su cuerpo. Abrazándose a sí misma frotó sus manos contra los brazos propios perforándole con una mirada inquisitiva, más un beso fue depositado sobre su cabeza en un gesto gentil, la amabilidad que demostraban otras personas en un acto reflejo de desinterés por obtener nada a cambio le desquiciaban. – No te entiendo. – Extrañada simplemente acabaría de darse por vencida agachando de inmediato su rostro para que no le viera sonrojarse. – Apenas me conoces, no sabes nada de mí, tenía intención de arrastrarte conmigo y para colmo… ¿quieres apostar por mí? – Aquello era lo más cercano que podía corresponder conforme a los eventos del día. – Debo de tener la peor suerte del mundo. – Algo inestable elevó su mano izquierda para apoyarla contra sus ojos ocultándolos del contrario, no le quedaba otra cosa más que reír fuerte y alto ante el irónico final.
Tratando de disimular su sorpresa Illya todavía se quedaba a cuidarla, de saber que terminaría de aquella forma hubiera preferido abandonar la isla desde un comienzo, su actuación no ayudaría a mejorar su reputación si en cada enfrentamiento se compadecieran de su lugar. Realmente ese sería el único arrepentimiento en vida que llevaría como una carga por todos lados. Aunque a pesar de la derrota aprovecharía la oportunidad para investigar más a fondo, una de las cosas útiles en el que su progenitor le instruyó antes de darle muerte bajo su propia espada. – Illya… ¿qué se necesita para volverse alguien como tú?, no me importaría convertirme en un monstruo si con ello puedo lograr lo que desee… quizá tener al fin una vida. – Haciendo hincapié a de valorarse, estaba considerando muy seriamente el abandonar su humanidad por algo mucho más interesante.
La figura de su contrincante se ensamblaba como un acto de magia, desconocía las cualidades, pero por primera vez y después de tanto tiempo deseó ser como él. Sus bellos orbes dorados se deslizaron hasta hallar la faz del pelinegro, a pesar de ser regañada en sus gestos se producían una absoluta serenidad, ¿estima?, aquello estaba llegando más lejos de lo que hubo considerado.
Ante un azar del destino Illya decidía liberar a la joven, de rodillas la mujer caía al suelo tiritando para darse cuenta como el calor se le era devuelto a su cuerpo. Abrazándose a sí misma frotó sus manos contra los brazos propios perforándole con una mirada inquisitiva, más un beso fue depositado sobre su cabeza en un gesto gentil, la amabilidad que demostraban otras personas en un acto reflejo de desinterés por obtener nada a cambio le desquiciaban. – No te entiendo. – Extrañada simplemente acabaría de darse por vencida agachando de inmediato su rostro para que no le viera sonrojarse. – Apenas me conoces, no sabes nada de mí, tenía intención de arrastrarte conmigo y para colmo… ¿quieres apostar por mí? – Aquello era lo más cercano que podía corresponder conforme a los eventos del día. – Debo de tener la peor suerte del mundo. – Algo inestable elevó su mano izquierda para apoyarla contra sus ojos ocultándolos del contrario, no le quedaba otra cosa más que reír fuerte y alto ante el irónico final.
Tratando de disimular su sorpresa Illya todavía se quedaba a cuidarla, de saber que terminaría de aquella forma hubiera preferido abandonar la isla desde un comienzo, su actuación no ayudaría a mejorar su reputación si en cada enfrentamiento se compadecieran de su lugar. Realmente ese sería el único arrepentimiento en vida que llevaría como una carga por todos lados. Aunque a pesar de la derrota aprovecharía la oportunidad para investigar más a fondo, una de las cosas útiles en el que su progenitor le instruyó antes de darle muerte bajo su propia espada. – Illya… ¿qué se necesita para volverse alguien como tú?, no me importaría convertirme en un monstruo si con ello puedo lograr lo que desee… quizá tener al fin una vida. – Haciendo hincapié a de valorarse, estaba considerando muy seriamente el abandonar su humanidad por algo mucho más interesante.
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