Decisiones {Pasado - Jindows Kuma}

por Invitado Lun Ene 02, 2017 5:32 pm

El sonido del mar era como la brisa de una mañana helada y calma. Golpeaba sin fuerza un pequeño bote de doble vela que circundaba el East Blue buscando un sitio específico para acomodarse. El pequeño bote había zarpado desde la Red Line y pasado por varias rutas hasta llegar a su destino, el hedor a casa se extendía por los pulmones de Alexander como si hubiera sido ayer que dejo este pedazo de tierra alejado de su nuevo hogar. Loguetown era su destino, conocía el East Blue como la palma de su mano, no tendría que pedirle a nadie que lo llevase a ninguna parte ni tampoco pedir información sobre las zonas más importantes y lo que sería el colmo, no tendría que mendigar ni por un simple mapa, estaba todo en su cabeza como un rompecabezas conocido. De niño a Alexander le gustaba leer mapas de su isla, East Blue era un sitio no tan grande en el mapa, pero si interesante, habían pasado cosas importantes y desde tiempo antiguos este había sido un lugar donde se ejecutan piratas famosos y por ser el sitio del principio y el fin. Lo que más lo calmaba era que aquí pocos los podrían reconocer y darse cuenta de que había vuelto. Tenía dos cosas en mente, la primera era volver a visitar su hogar que quizá ahora sea una taberna o tal vez un sitio destruido y echado abajo, había pasado más de 3 años desde que abandono Loguetown, y de vez en cuando volvía porque tenía los recursos para hacerlo. Cuando Alexander miro el puerto donde asentaría su bote por un par de Berries, se dio cuenta de algunas personas que lo observaron con un deje de conocido, y eso hizo que se alarmara por lo que ocupo su capucha para ocultar su rostro y caminar más tranquilamente y sin llamar la atención.

Se podía leer perfectamente el “Marine” en las banderas del puerto, era como una insignia perfecta o una maldición para este pueblo, las personas con la cabeza abajo trabajando sin parar y unos marinos aprovechando para tirar su cuerpo y flojear en esas arenas cercanas. Ya dejando el bote en un lugar seguro, se encamino desde el puerto hasta Loguetown, solo eran unos cuantos minutos y más si iba a paso raudo, tenía la esperanza de ver nuevamente su hogar y a algunos conocidos, pero debía hacerlo todo rápido, puesto que en unos días más tomaría unas misiones en la base de los revolucionarios y no poseía el cargo para poder elegir por su cuenta aún. El ambiente se hacía animado por cada minuto que corría en el reloj, las aves recorrían el cielo azul recién del medio día, las personas del pueblo desde lo lejos se podían divisar como manchas recurrentes, como insectos en una colmena, como animales en una gran manada. Una entrada estaba mirando con sus ojos del revolucionario, entre medio de unas paredes una construcción de madera en forma de las dos puntas superiores de un triángulo y en medio mencionaba “Loguetown”, había llegado a su destino y estaba contento, pero a la vez algo no cuadraba.

Cruzo hacia la primera calle que diviso, no tuvo problemas de orientación, respiro ese aire a nuevo día como si fuera un niño nuevamente pero no estaba en aquella villa para divertirse ni menos vino como turista, lo más importante era ver el estatus de esta parte del mundo y en especial del Archipiélago mismo, quizá la Marina había puesto más énfasis en proteger esta ciudad más que lo demás, quizá no, todo debía informarlo de vuelta a la base cuando regresara, su misión era solo de recaudar información de esta parte de los mares, a pesar de ser la zona más débil y donde hay miembros del gobierno de bajo nivel, es un sitio perfecto para que algo inesperado sucediese.

Llego entonces hasta un camino bastante grande y concurrido por gente, incluso bastantes marines con sus rifles protegían el lugar, pero su presencia no causaría tanta atención para que estos le echasen el ojo. Sus pasos eran sigilosos y silenciosos, paso como una sombra y llego a la plaza de ejecución de Loguetown, un sitio famoso y para el era solo un recuerdo de su infancia algo turbia. Fue a sentarse en una de las sillas para visitantes y reviso unos papeles que se escondían bajo su capucha.