[FB] Careless || Ra's

Los eventos ocurrieron demasiado rápido, de un día para otro mi vida había dado un giro de 180 grados, no solo supe del precio que había sobre mi cabeza sino que siguiendo los instintos de Keegan decidí unirme a una aventura para la que tal vez en su momento no estaba preparada: ser miembro de una tripulación pirata. La banda no llevaba ni dos días de haber sido creada, con trabajos teníamos el nombre, pero aun así sentía un aire diferente en mi caminar, el cual no era del todo bueno pues todavía no estaba acostumbrada a ese estado de alerta en el que debía estar día y noche. O al menos ese era el estado en el que me encontraba mientras me acoplaba a lo que mi capitana llamaba una vida de libertad, alcohol y hazañas divertidas.

Y ese día era uno de aquellos en los que como siempre, me hacía cargo de comprar víveres, un trabajo serio que con el viaje que se avecinaba le había tomado ya más importancia; después de todo pasar tantos días en altamar requería cierta clase de alimentos y previsiones para no morir a medio camino, había que considerar los escenarios más fatídicos y ver siempre a futuro. Caminaba por las calles concurridas de Loguetown, mi idea en ese entonces era que una multitud era el mejor lugar para caer en el anonimato, por lo que me sentía un poco más relajada al andar entre la gente, repasando mi lista de compras mental y relacionándola con el dinero que cargaba en uno de mis bolsillos, quizá iba demasiado distraída ya que de un momento a otro la afluencia de personas disminuyó dramáticamente.

Miré a mis costados, tratando de ubicar el camino de regreso al mercado, la situación de estar en una ciudad desconocida y cayendo víctima de un descuido me hizo ir a parar en la Plaza de la Ejecución, si mi educación me lo hubiera permitido, hubiera maldecido mi negligencia, pero en ese entonces era alguien muy diferente. La realidad comenzó a angustiarme, sentí como si los pocos presentes del sitio fijaran su vista en mí, lo cual no era del todo cierto y se debía más al pánico que parecía crecer conforme los largos segundos pasaban. “Tranquila, solo aléjate por donde llegaste y todo saldrá bien” me esforcé en animarme y seguir adelante, con mis pasos pesando como plomo me di la vuelta y sin revisar mi camino me propuse a continuar hacia el destino inicial, mientras rogaba internamente el no haber sido reconocida.

Un viaje de placer a los blues, mi persona proviene del Grand Line, siendo un pez pequeño en una gran pecera de cazadores, deseaba ampliar mis dominios, mi... coto de caza. También porque no lo conocía mucho, pero si que quería hacerlo por placer, trataría de visitar los 4 Blues en tiempo récord mientras costearía mis viajes y a mis lacayos que solo se encomendaban del medio de transporte, la comida y bebida, ademas de otros lujos y lujurias deberían de costearse de alguna manera.

El mar me acabó llevando en mi próxima aventura a Loguetown. Vestía con mis clásicos pantalones rojos y negros donde ambos colores se juntan formando la imagen de una llama, con una sudadera oscura con capucha colocada sobre mi para ocultar en lo máximo posible mi rostro unicamente percibiéndose una sombra junto con el contorno y el resplandor de mi iris blanquecino, ademas de evitar verse mis características mas destacadas como las alas negras estando plegadas dentro de mi ancha sudadera.

Un tintineo se escuchaba en cada paso dado, debido a la cadena enroscada en mi pierna izquierda y en mi abdomen, deambulando entre los callejones paralelos y laterales de los caminos principales entre el mercado y la plaza de ejecución, en muchas de las esquinas contemplaba los Wanteds de la gente mas buscada en los Blues. Bastante diversidad de ellos, tanto hombres como mujeres. Cada cartel era arrancado por mi garra derecha, lo doblaba y guardaba en los bolsillos de mi pantalón, pero no sin antes echarle un vistazo. Cogí aproximadamente 3 carteles por el momento, nombres que entre ellos figuraban: J. Kuma, Matheo Controy, Henry Sinclair...

Caminando entre la sombras del ultimo callejón cerca de la entrada a la plaza de ejecución, miraba fijamente el camino principal, desde un punto en que apenas era visible mi persona un nuevo cartel de Wanted se situaba a mi derecha, uno que ya habia visto. En ese momento una fémina de cabello azulado cruzaba la calle, pude contemplar su rostro y para asegurar desvié la mirada de nuevo al cartel de se busca... … Encajaba a la perfección. Liesel Von Nagel, 45 millones, viva o muerta. Una media sonrisa en mi rostro se vislumbraba en aquella oscuridad del callejón. Mi garra o guantelete acabó separando el cartel de wanted de la pared de una tirón quedando con el en la mano, reanudando mis pasos detrás de la pirata a unos metros a sus espaldas en un seguimiento.

Ambos llegamos a la entrada a la plaza, donde se detuvo y al unísono yo lo hice, quedando mi figura de perfil girando ligeramente a mi derecha dejando mi perfil izquierdo, con el cartel en mi diestra ligeramente inclinado a la izquierda. -Liesel... Von... Nagel.- Lentamente pronunciaba aquellas palabras en un tono de ultratumba, una voz grave; siendo mencionado su nombre justo el momento en que se giraba hacia mi, donde estaría en mitad de su camino de vuelta. Desde su perspectiva podría ser fácilmente visible la imagen de su propio rostro plasmado en el Wanted, lentamente giraba mi cuello para mirar de reojo hacia ella, observando con un resplandor blanco en mis ojos sin percibirse bien mi rostro salvo el contorno. ¿Como reaccionaria la chica? Podía haberla atacado desde las sombras, desde las espaldas sin avisar... pero eso no tendría gracia, quería algo mas divertido, quería... Cazarla.

La inexperiencia e ingenuidad jugaron en mi contra, por muy alerta que hubiera estado, el mundo al que me había adentrado era uno completamente diferente al ambiente en que me había desarrollado durante la gran parte de mi vida. Y de mis errores aprendería, por mucho éstos llegaran a doler, había tomado la decisión más importante de mi vida junto a la persona que era igual de importante. No me echaría para atrás tan fácil.

En su momento no noté la presencia de ese hombre, primer error. Al girarme, el camino que me esperaba a continuar fue cortado de tajo por mi propia imagen, una imagen nada favorecedora y que mostraba ese lado mío que más odiaba, ya plasmado para siempre en un cartel de recompensa; el ambiente pareció helarse, bajando la temperatura con cada palabra pronunciada por él, el cazador que posteriormente reconocería con el nombre de Ra’s al Ghul.—¿T-tienes algún asunto que tratar conmigo? — Di un paso hacia atrás, tratando de ponerle un rostro a la amenazante voz y a su vez esforzándome por sonar tranquila, sin lograrlo lo cual fue mi segundo error. —Aunque creo que las palabras sobran, ¿cierto? —No tardé demasiado en atar los cabos, finalmente los motivos por los que tuviera ese cartel en la mano y un aspecto intimidante reducían cualquier conjetura a un solo resultado, el cual me aterraba tanto como me enfurecía «Al final Keegan se equivocó otra vez. » Mordí mis labios con ansiedad, acercando cautelosamente la mano derecha hacia mi espalda y aumentando la distancia entre ambos. Lo observé analizando mis opciones, que tampoco eran demasiadas: pelear o correr. Tomé un profundo respiro y decidí.

Mis pies comenzaron a moverse antes instantes previos a que les enviara la orden de escapar, atravesando por un costado la figura frente a mí tan veloz como pude. No sabía a lo que me enfrentaba y no podía arriesgarme a enfrentar a un desconocido a solo días de haber comenzado en mi viaje, no cuando había una persona esperando y a la quien le había hecho una valiosa promesa. «Aléjate, aléjate ahora Liesel… » Me dirigí de nuevo hacia la multitud, con la esperanza de perderme y vigilando mis espaldas cada que corría, no quería dirigirlo hacia nuestro punto de reunión ya que temía poner en peligro a Keegan, por lo que mi intención fue escabullirme.

Un paso a modo de retroceso dio la fémina con una cuestión en el aire. Un asunto que tratar con ella... buen chiste, no hay ningún asunto como tal que tratar salvo el valor que me darían por ella viva o muerta según el cartel, aunque me gustaba mas entregar presas con vida. No di ninguna respuesta a Liesel, no me interesaba, no era necesario, simplemente di un paso con mi diestra, ese paso que ella mismo se alejo para mantener la misma distancia, ni mas lejos ni mas cerca. Mis ojos desde la sombra de la capucha observaba como su mano se deslizaba a su espalda ¿Quizás para tener a mano un arma? Por mi parte arrugaba el papel del wanted hasta hacerlo un papel justo cuando asentí con la cabeza cuando dijo que las palabras sobraban para poco después salir corriendo de mi.

-Eso es... corre para mi.- Inmediatamente al inicio de su carrera, lleve mis garras a la sudadera para desgarrarla con mis garras y romperla de un tirón, extendiendo mis grandes alas negras cual cuervo, mis cuernos demoníacos... Toda mi figura grotesca proporcionada entre mi madre humana y mi padre Mink cuervo, un engendro sobre la tierra, quizás único en mi especie; allá la tierra que pisaba y me mostraba resultaba ser muy llamativo, siendo así que todo ciudadano que se encontraba en mi entorno expresó un amplio oh, algunas señoras gritaron de horror y los niñitos huían despavoridos como si hubiesen visto al hombre del saco. Finalmente mi torso quedaba al desnudo con mis tatuajes visible y mis llamativas alas. -Que comience... la caza.- Flexioné mis rodillas observando la dirección en la que huía la fémina. Propine un potente salto batiendo mis alas y levantando el polvo a mi alrededor para comenzar un vuelo sobre la calle en la que huía la chica, ella tendría la dificultad de tener que evadir a gente, en algunas ocasiones se podría chocar o incluso tropezar.

Desde una cierta altura seguía sus movimientos, posiblemente acortando distancias centímetro a centímetro si llegaba a tener esos problemas, mientras que en pleno vuelo mi visión es mejor y no tendría obstáculos, la mirada de ella tornaba de vez en cuando a sus espaldas viendo desde su perspectiva a mi en las alturas. Finalmente descendi de forma inclinada hacia ella, con suma velocidad con mi mano derecha abierta, con toda la garra de mi guantelete extendida con la intención de descender casi en picado sobre su espalda y clavar las puntas de mis dedos en su espalda para hundirla en el suelo, si es que no hacia nada para evitarlo, pero estando medianamente atenta podria hacerlo, esperaba que lo hiciera, sino seria una decepcion.

Fueron pocas las historias las que llegué a escuchar de la voz de mi madre, sin embargo entre esas pocas historias, una de ellas narraba las aventuras de seres alados con características humanas y provenientes de una isla en las nubes; seres que se aparecían en mis sueños de libertad que más de una vez tuve… La ráfaga de viento que ese hombre levantó al emprender el vuelo, me hizo recordar brevemente aquellas noches, pero en una versión retorcida y amenazante, muy diferente de la imagen idealizada de mis sueños. Pronto no solo era yo la que huía de él, sino las demás personas que se aterrorizaban al ver la imagen de mi perseguidor, claro que eso me hacía más difícil el escape, el pánico de los demás me entorpecía.

Luchaba contra la corriente avanzando tan veloz como podía cuando la ráfaga se aproximó de nuevo hacia mí en una cruel embestida, tomé el lucero del alba que llevaba a mis espaldas y encaré su garra protegiéndome con el mango metálico del arma. Su agarre llevaba la potencia de la caída en picada, mientras que yo seguía atrapada en tierra, sosteniendo con ambas manos el arma que me mantenía a unos centímetros de convertirme en la presa de ese hombre, quien al mirarlo a los ojos noté claramente cómo disfrutaba de tenerme contra las cuerdas.

Sonreí forzosamente, pues había una parte de mí que se divertía bastante con ese nuevo mundo de retos en el que acababa de entrar y fue ese mismo sentimiento el que me impulsó a alcanzar la cadena y utilizarla para lanzar un golpe hacia el cazador con el extremo contundente del arma. La esfera metálica voló hacia él con un giro de la cadena y me puse en guardia nuevamente con el mango y la cadena frente a mí. Revisé el perímetro con la mirada, aprovechando los pocos segundos que el ataque me pudiera dar, lista para emprender la retirada si la situación me lo permitía. —No me atraparás tan fácil.—Murmuré decidida, tratando de recuperar el aliento.

Mi descenso vertiginoso sobre ella parecía imparable e incluso por mi parte confiado ante la media de fuerza que solía tener las presas enfrentadas hasta ahora en los Blues, pocos fueron los que consiguieron escapar de mi, otros tantos de numero muy inferior pudieron intentar enfrentarme, pero tarde o temprano no tenían ninguna oportunidad. Sin embargo mis ojos pudieron acontecer el simple giro de la pirata, donde amarrando su arma tipo maza con cadena, interpuso la zona metálica chocando mi garra metálica con el leve sonido de los metales chocar entre si. Por unos instantes quedamos cara a cara a pocos centímetros, mis ojos quedaban clavados en los de ella de manera desafiante. Su cadena giró vertiginosamente para atacarme desde mi otro flanco, por mi izquierda, no tuve mucha reacción que simplemente interponer mi zurda con la otra garra metálica y protegerme del golpe con un segundo sonido de los metales chocar, haciendo que al estar en pleno vuelo sin ningún agarre solido me viese obligado a tomar tierra casi derribado, posando al momento mi diestra y reincorporarme. “No es como los demás piratas.” Se notaba que era fuerte, que sus capacidades son superiores a la media, puede que incluso de igual a igual, sin embargo me chocaba de que alguien posiblemente fuerte se empeñase en huir que en combatir directamente, pudiendo ser capaz de despachar a la mayoría de caza-recompensas o soldados rasos de la Marina de estos mares.


Liesel se ponía en guardia al igual que yo también lo hacia quedando a unos dos metros el uno del otro. Muchos ciudadanos eran los que se quedaban alrededor en mitad de aquella calle principal. Gritos de temor tratando de huir en dirección contraria hacia donde estuviésemos, algunos valientes quedaban expectantes ante el desconocimiento de lo que sucedía. Lentamente colocaba todo mi cuerpo recto y la cabeza ligeramente alzada con una sonrisa de supremacía. -Liesel Von Nagel... Pirata.- Mencionaba su nombre en un tono normal fácilmente audible para todo el que se encontraba a nuestro alrededor, bastantes civiles fueron quienes escucharon el nombre. -¿Liesel? Es una pirata... una criminal.- Murmullos se escuchaban en nuestro entorno ante la distinción de la fémina, su imagen no la dejaba en buen lugar, sino a mi favor como un posible Héroe.- No se preocupen amados ciudadanos, estoy para protegerlos.- Realmente me era indiferente, pero la visión que tendrian de mi los civiles mejoraria y empeoraria la de ella. -He venido a detenerte, a impedir que sigas causando daños, parar tus delitos y entregarte a la Marina.- Abría los brazos mientras expresaba las palabras, no sabia realmente que delitos eran los que acarreaban sobre su cabeza, ¿Hizo daño? Ni idea, quizás si o quizás no, pero eso la dejaría en mal lugar para que los civiles desconfíen de ella. -Entrégate, así al menos te ahorraras sufrir.- Los brazos descendían lentamente hasta quedar en paralelo a mi cuerpo, ofreciendo que se entregase pacíficamente.