¿El comienzo de la aventura? /Ft. Sakura

No había pasado mucho tiempo que había dejado Ohara, siendo que se encontraba aun con aquella tripulación Marine que la acompañaba por el momento hasta transportarla a una isla en la cual pudiese quedarse. Se encontraba sumamente contenta, ¿Cómo no? ¡Estaba recorriendo el mar por primera vez! Era una gran experiencia para la pequeña, esta se emocionaba con solo ver los animales marinos atraves de aquella cristalina agua marina. - ¿¡Ya llegamos!? ¿¡Ya llegamos!? – Emocionada, mientras sus manitas se encontraban aferradas a la baranda de aquel enorme barco, - Si… ya cálmate… - Comentaría uno de los marineros con una voz cansada y ojeras en sus ojos, mientras que otro lo observaría con algo de sorpresa, - ¿No sería bueno que nos deshiciéramos de ese monstruo en esta isla? Ya me perturba demasiado. – Los marineros, realmente no querían saber de la pequeña Ansley, sabiendo el cómo esta había nacido y el porqué de que siempre sonriera.

El muelle estaba casi vacío, siendo que solo se encontraban en la isla uno o dos barcos, algo que le dejaría desembarcar con facilidad a la tripulación donde se encontraba la rubiecita, - ¡Genial! ¿A dónde vamos? – La pequeña estaba a la expectativa, pero nadie le hablaba, salvo un marine que le hacía señas de que bajara del barco, aun así, esta se mantenía alegre y con el espíritu en alto. Bajaría de aquel navío para empezar a adentrarse en lo que parecía ser una ciudad, ¡Su primera ciudad! - ¡Woa! - ¡Estaba muy emocionada! Realmente era algo que no estaba acostumbrada a ver, en Ohara, solo hay vegetación además de aquel árbol enorme.

Los ojos de la pequeñita iban de aquí para allá, mientras curioseaba la enorme ciudad en la que se encontraba, ¿Qué era eso de allá? ¿¡Que era eso otro!? - ¡Jijiji! – Que contenta se encontraba, quería investigarlo todo, quería inspeccionarlo todo, pero lo primero que haría, sería ir a lo que parecía ser un lugar donde vendían dulces, ¿Cómo se llamaría ese lugar? La pequeña desconocía mucho de la vida, siendo que no le habían enseñado mucho, solo cosas básicas, - ¡Oh! ¡Oh! ¡Quiero uno de esos! – Mientras daba saltitos, la pequeña señalaría una paleta de distintos colores, - ¿Tienes con que pagar esto niña? – El hombre le preguntaría con calma mientras tomaba la paleta, pero esperando a que esta respondiera, -¡Siii! ¡Aquí! ¡Aquí! – La pequeña sacaría dinero del bolsillo de aquella inmensa camisa de color blanco, para pasárselo al hombre y este con una sonrisa le pasaría la paleta. Comería con alegría de aquel delicioso dulce, mientras continuaba disfrutando de aquella ciudad tan hermosa.

La pequeña no acostumbraba a estar en lugares como el de ahora, nunca en su vida había pisado un restaurante antes, la pequeña solía eludir los lugares donde la gente “bien vestida” solía visitar, pero en aquel local, no se veía gente con “clase” o muy refinada, solo personas que, o solos o en parejas, parecían querer pasar un buen rato mientras degustaban de una inmensa variedad de dulces y postres que les ofrecía aquel negocio, algo que a la pequeña le encantaba, y no dudaría mucho en tomar lo que sea que le dieran en aquel lugar, debido a la enorme confianza que poseía la infante.

Pero esta se veía tentada a pedir de todo, pero… no deseaba gastar todo su dinero, no quería quedarse sin algo para los días próximos, y que probablemente, serían muy duros para ella. Esta escucharía las palabras de la contraria, provocando una sonrisa algo tímida en la pequeña, - P-pero… no quiero ser una carga… - La pequeña no le gustaba tampoco ser consentida sin dar algo a cambio, esa fue la manera en la que la criaron en Ohara, y era la forma en la que ahora actuaba esta. Esta miraría una vez más el menú, mirando todo lo que se encontraba en el mismo y… no parecía que podía resistirse.

La segunda oración de Sakura, no la haría dar un paso atrás, esta rápidamente tomaría el plato que más le apetecía, y sonreiría de manera alegre mientras esperaba al mesero, mientras aún mantenía su dedito presionando dicho plato, - ¡Quiero este! ¡Quiero este! – El mesero, las observaría, para luego suspirar levemente, se notaba que no era demasiado bueno con los niños, - ¿Es esta tu orden? – Luego observaría a la chica más mayor, - ¿Y cuál es la orden que posees tú? – Este esperaría ambas órdenes, para luego partir, al parecer los postres que hacían, eran recién hechos, por eso, tendrían que esperar un poco antes de que su orden llegase a la mesa.

**Mientras tanto la joven de castaños cabellos, se siente muy feliz en ese instante, ahora que se encuentra con esa pequeña es como si olvidara el hecho que es miembro de la armada revolucionaria al menos aun manteniéndose oculta en esos momentos ya que al menos desea que esa linda y simpática niña se encuentre segura a su lado. Además aún no sabe él porque no hay marinos en aquella isla,  quizás este de suerte la muchacha  de encontrarse en este día, más no ve a ninguno, más por otro lado le preocupa que alguien la reconozca por el wanted que puse por su cabe. Sin embargo nota como aquella pequeña no desea causarle problemas por lo que le menciona – Descuida, no eres una carga Ansley-chan – sin dudar le da algo de ánimo además le muestra la confianza que le tiene a su persona.
 
A pesar de que hace poco se conocieron todo parecía que se llevarían de manera genial, ya que no tienen grandes diferencias, sobre todo les agrada comer cosas dulces como los pasteles y otras cosas por lo que será un día verdaderamente hermoso para la revolucionaria presente. Después de un par de minutos finalmente aquella orden de ricos patillos ha llegado por lo cual mesero las sirve donde correspondía, claramente el dulce y simple olor llegaban a uno de una manera impactante que de seguro, gustaran de otra orden más adelante.
 
Para entonces una vez que ese delicioso pastel está en la mesa lo comienza a comer usando un utensilio para eso, era claro que lo saboreaba con tal solo meterlo a su boca lo que la dejan con un gratificante sabor, por lo que sigue comiendo de ese patillo, mientras observa la pequeña puesto no desea que se pierda de una experiencia como esa – Vamos, prueba están deliciosos – comenta para después seguir comiendo del suyo, mientras espera auge la menor la siga de igual manera.**