El principio de una caza [Jagger]

Escuchó las palabras de Jagger con cierta sorpresa, ya que tampoco lo entendía todo. ¿El gobierno no se suponía que tenía que proteger a la gente? Día tras día, las enseñanzas de su maestro quedaban obsoletas por la realidad. Había llegado al infierno. Una tierra gobernada por humanos que no temen a un dios, y cuyo interés está por encima de cualquier moral. No sabía muy bien como reaccionar ante aquello. No tardaron mucho en poner el pequeño barco en marcha, lo primero que tenían que hacer era salir de aquella isla. No sabía is había hecho bien ayudar al encapuchado, pero había conseguido aquello que iba buscando y, para su sorpresa, iba a conseguir mucho más hablando con Jagger: una visión del mundo en la que estaba viviendo. No era inocencia desproporcionada, si no una falta de conocimiento debido al retiro espiritual en el que había vivido. Era ajena a todo aquello, aunque sabía un par de cosas sobre los deseos e impulsos humanos. Sabía que su misión era vengarse y darles caza a aquellos que habían malobrado en el templo de Swallow Island. Tenía que matarles. No importaba lo que dios pensara, o el trato que ella misma obtendría después de la muerte. La penitencia espiritual le daba igual. Su fuerte espíritu justiciero necestaba aquello, ya que no había un día que no pensara en ello.

Su respiración estaba descompensada pero volvía poco a poco a su ritmo natural. Se había sentado sobre uno de los bordes del barco y miraba a un punto fijo en el suelo de madera, intentando atar cabos de alguna forma. Su rostro se volvía en un amalgamo de expresiones. Tristeza, duda, sorpresa, rabia, confusión. No sabía muy bien que pensar. Esto se le estaba viniendo grande. ¿Qué podía preguntar? - Dijiste agentes del gobierno. ¿Qué es eso? ¿Cómo lo sabes? ¿Cómo sabes si alguien es un agente del gobierno? - preguntó, primero parecía como estar en otro sitio, pero a medida que formulaba las preguntas, levantaba la cabeza para terminar buscando el contacto visual de la otra persona. Había una técnica que se sabía para descubrir la verdad, pero sólo funcionaba si podía mirar los ojos de la otra persona. Los ojos eran el espejo del alma, la muchacha pensaba que eso sería suficiente para dictar si alguien miente o dice la verdad. Se pasó la mano por la cara, intentando despejar su frente y dejar que el aire secase la tez húmeda que poseía. Necesitaba refrescarse. Habían un montón de cosas que no esperaba saber hoy. Había esperado ese momento por tantos días y, cuando tenía la oportunidad, se sentía demasiado abrumada por el momento. Lo intentaba tomar con calma, y paso a paso. Esperó la respuesta del encapuchado.

Escuchar el apellido del hombre no le daba muchas pistas. No había conocido a nadie con ese nombre, pero lo cierto es que contra más lo repetía en su mente, más pegaba con su primer nombre. No lo sabía por aquellos entonces, pero su nombre se quedaría en el recuerdo hasta el día que lo volvería a ver. Jagger parecía un hombre de pocas palabras, a diferencia de ella, quien obviamente hablaba hasta por los codos, aunque a veces podía apreciar el silencio también, porqué no. Su pie sintió el movimiento de la caña de pescar, así que empezó a prestar atención y, cuando viese que la caña se doblaba hacía abajo la cogería con cuidado en su mano y la tiraría poco a poco hasta que de las aguas oscuras del mar salió un pez bastante grande, suficiente para ambos por lo menos para apaciguar el hambre en aquellos momentos aunque después de unas horas quizás la rubia tendría que encontrar algún otro tipo de alternativa. El pez cayó sobre el suelo de madera, y empezó a doblarse en su falta de oxigeno. Para ser sinceros, odiaba quitar la vida de cualquier tipo de ser, incluso un pez. Si no fuera porque de alguna forma se tenía que alimentar, y la vegetación no daba mucha fuerza para el combate, seguramente sería vegetariana. Aún así, se levantó y empezó a inspeccionar el pequeño barco mientras Jagger respondía con muy pocas palabras a sus preguntas.

- Ya veo... Quizás así sea. Como dije antes, no me interesa la guerra por la que está pasando el mundo ahora mismo. La neutralidad es algo que me enseñaron en el templo. No soy una persona sanguinaria. Me gusta ayudar a la gente en sus cometidos, siempre que sean para algo bueno. O para mi interés. - decía con sinceridad. Lo cierto es que su interés era lo único que la podía hacer quitar la vida de alguien. La venganza que llevaba en su interior que ha sido despertada por una enorme injusticia. - Supongo que todos tenemos nuestras propias convicciones. Es muy difícil que las mías realmente se asignen a una facción. Es algo muy personal que una vez tenga cumplido seguramente volveré a entrar en un templo. Es donde pertenezco. - Aquello no era su mundo. Estar en un barco, con Jagger, sin saber a donde iba. La aventura, pese a correr por sus venas, no era lo que tenía que hacer. Su cuerpo había sido modificado tanto que la gente se lo tomaba como un bicho raro. Obviamente, habían personas con más habilidades, pero al parecer la sociedad lo aceptaba tanto tiempo que no sea algo permanente físico. Los humanos aceptaban a los de sus propia raza, más que nada, y ella había dejado de ser una humana desde hacía años, o eso era lo que sabía. Sin saber siquiera el hecho de que alguna vez había tenido alas, sus manos recogieron una red de caza que había dentro de una caja vacía. - No tienes muchas cosas aquí. - mencionaba a modo de reproche, puesto que podían morir con facilidad si no encontraban alimento, más sin saber cuantos días llegarían a estar presos de las corrientes. - La noche pronto acabará. - miró al horizonte para ver como el día se esclarecía. - cuando hay luz los seres de la profundidad suelen acercase a la superficie en búsqueda de calor. - decía con naturalidad, para después mirar al encapuchado. - ¿Sabes nadar? No sé cocinar pero sí cazar. Quizás dentro de unas horas me adentre en el agua para poder pillar más al mismo tiempo con la red. Igual puedo ver un banco de peces. - decía, sabiendo que el pan mohoso ya había acabado y las opciones eran escasas.

El pequeño barco se movía de lado a lado conforme iban navegando, la mujer cerca al borde del navío yacía sujetando una vieja caña de pescar a la espera de tener algo de suerte y capturar algo, mientras que Jagger no hacía más que permanecer en calma intentando controlar su sentir, el hambre le atosigaba a diario cuando consideraba tomar misiones en solitario, solo que ahora al estar acompañado su cuerpo le obligaba a trabajar diferente, por ende a pesar de poseer una gran resistencia mental y física no se cortaba a la hora de hacer mención de sus necesidades, pues estando en un ambiente neutro podía expresarse como mejor le conviniese…- La verdadera guerra apenas dará comienzo – Expreso con un aire de calma en el que con palabras tranquilas dejaba al aire un ápice de duda, a ese punto el guerrero ya con la información que poseía sabía que si jugaba bien sus cartas podría estar a un paso de lograr algo realmente significativo, Tequila Wolf era uno de los puntos más importantes para la trata de esclavos en donde el gobierno mundial tenía sus manos, y tenía bien en claro que si la armada se hacía de ella su influencia se expandiría por todos los azules e incluso la gran línea, el pensamiento que abordaba su mente se columpiaba ya que estando en el mar su vida no corría…- En todo caso, espero que puedas cumplir tu cometido y volver a la vida de paz que tanto pareces anhelar – Y no es que lo dijese a modo de ofensa o similar, si no que para Saberhagen la vida solo la imaginaba dentro de las filas de la armada, después de todo era lo único que tenía.

De pronto la suerte parecía volver a estar con ellos, la caña de pescar habiendo picado algo alerto a la mujer quien tiraba desde el otro extremo, y en un movimiento lanzo el pescado al suelo de madera del barco, perdiendo la vida el animal saltaba con su propio cuerpo y el revolucionario por reflejo se levantó de su asiento, se acercó a la cena y con uno de sus hilos concentrado en la punta de sus dedos perforo a la presa con tal de arrebatarle la vida…- ¿Crees que tengamos suerte si utilizamos a este como presa para capturar algo más grande? – Postrado en cuclillas observo hacía el cielo que se iba aclarando, el sol amenazaba con salir por el horizonte y con ello las probabilidades de evadir a cualquier barco que estuviese cercano, aunque de encontrarse con alguno quizás podrían atracarlo con tal de conseguir algo para comer…- Sonaste como una especie de bióloga marina o algo así – La cuestión que escucho le hizo negar con el rostro, no tenía la intención de revelar su condición como martillo a alguien a quien apenas conocía, a pesar de por lo vivido y el recién intercambio de palabras…- Yo me encargare de cocinar, tu ocúpate de conseguir algo más grande – Trago un poco de saliva, las ansias le comenzaban a carcomer, y esperaba que el comentario de la fémina fuese acertado, por pura curiosidad el guerrero se acercó a la orilla del barco, echo un vistazo hacía el mar y luego a su compañera…- Es poco probable que un rey marino nos encuentre en estas aguas, así que no debería de haber problemas – Giro su vista hacía su alrededor, vislumbrando un par de cosas que le serían de ayuda.

- Este anzuelo no es suficiente para algo más grande. Aunque lo pique, no se enganchará. Ni el hilo aguantará. - respondió, aunque juraría que había podido ver un hilo que venía desde su mano, pero en realidad no podía preguntar nada. Había visto armas más extrañas, a saber cual era su secreto. Aún así, él cortó de manera limpia el pez, cosa que seguramente lo hará muy fácil de cocinar. - Pero seguramente podemos usar partes del pez para ello, los intestinos, la cabeza. Lo que puedas desechar de él. Aún así serían peces como estos. Aunque me meta en el agua ahora mismo no encontraría mucho, es cuestión de horas. Salen a la superficie por la mañana para rellenar sus estómagos. A veces pasan hasta 24 horas sin comer. - la naturalidad al hablar de aquello era obvia. Al fin y al cabo llevar la vida que había llevado la había enseñado muchas cosas. Quizás no eran suficientes como para ser normal en el mundo actual, pero si que podría sobrevivir en cualquier ámbito sin dinero y hasta sin comida. Sabía varios trucos de supervivencia, y no le molestaba compartir con otro. Mas eso no significaba que veía a Jagger como un amigo. Por aquel entonces en verdad pensaba que conseguir su propia venganza era más importante que hacer amistades. Guardaba una amabilidad aparente sin importar con quien. No sabía nada sobre él, pero tampoco preguntaba. No quería saber, ni quería acercarse. Aquello era como un negocio, y en el negocio los sentimientos no valían para mucho.

- En verdad no soy nada, ni tengo especial conocimiento en nada. Nunca me gustaron los libros. En el templo nos enseñaban varias cosas, pero al fin y al cabo nunca fui capaz de aprender ninguna, salvo pelear. Lo que menos me gusta . - se encogió de hombros. El cielo se estaba tornando en un morado amarillento, haciendo que sus prótesis brillen con un destello oscuro. Estaba esperando a tomar un par de intestinos y atarlos al anzuelo para lanzarlo al agua nuevamente. Después, adoptó de nuevo la misma postura. Se sentó y abrazó una de sus piernas, bajo cuyo pie estaba guardada la empuñadura de la caña. Sus ojos miraron a Jagger por un breve momento, después se dejó llevar por la brisa que movía sus pelos para perder su mirada en la lejanía. - La vida puede pasar sin pena ni gloria. Simplemente llegar a vivir lo suficiente como para ver a tus seres queridos avanzar en la vida. Vivir en un templo no es tan malo. O quizás una casita solitaria en el medio del bosque. El bosque tiene algo que me llama siempre. Quizás sea el ruido del viento entre las hojas de los árboles. Los insectos de la noche. El olor a tierra mojada. Hay muchas más cosas que matar y pelear. - sus ojos se posaron en el suelo del barco con un gesto pensativo. - Vivir junto a las personas que uno ama, eso es lo que los humanos deberían hacer. Por eso la gente piensa que rezar a un dios parará la guerra, el hambre y las enfermedades. Para ganar más tiempo junto a aquellos a los que llaman familia. - poco sabía ella sobre aquellos conceptos. Pero podía entender su importancia, puesto que su maestro le habían enseñado muchas cosas sobre la naturaleza humana. - Te diría que lo olvides todo, pero estoy segura que tienes tus motivos.- volvió a mirar al encapuchado. Podía ver sus ojos con un brillo en la poca oscuridad que quedaba en aquellos últimos momentos del día. Sabía que todos tenían una razón personal, así como ella misma, y que no tenía ninguna razón para intervenir en ello. Aún así, si pudiese haber hecho algo por él, lo hubiera hecho, pues esa era su verdadera naturaleza.

Se levantó de donde postrado estaba para virar su atención a los objetos que pudiesen servir para cocinar algo, solo observando a su alcance un balde de fierro y algunos alambres, para alguien como Saberhagen eso bastaba, para la mujer quien sabe pero poco podía importarle, sabía que no podía ponerse de quisquillosa dada la situación en la que se encontraban, con cada paso que daba hacía donde las cosas se servía a escuchar las palabras ajenas, parecían venir cargadas con sabiduría y experiencia a la hora de la pesca, conocimiento del cual Jagger se veía escaso y no dejaba en claro, pues cuando el pescaba prefería hacerlo más simple y rápido, pero obviamente no estaba para mostrar sus trucos de supervivencia, más si estos dependían directamente del poder de su habilidad que hasta ahora para la mujer seguía siendo desconocida…- Entonces tenemos que esperar a que el sol haga su aparición – Con su mano diestra sujeto el balde de metal, elevo la aza a una altura considerable y atravesó un alambre de los que tenía a su alcance para asegurarlo de tal forma en que lo que sea que fuesen a colgar no cediese por el peso y cayese al suelo, pronto se dio cuenta que no tenía nada para prenderle fuego, el barco estaba escasos de recursos y usar la vela del pequeño buque podía significar suicidio al encontrarse en mar abierto, entonces su cabeza le dio una idea, su mano zurda fue hasta la parte baja de sus prendas y con ambas manos rasgo la misma quitando varios trozos que fue colocando en el recipiente, le prendió fuego con facilidad gracias a sus habilidades para sobrevivir y preparando el resto del pescado que seguía en pie, se dispuso a cocinarlo…- Estará listo en un par de minutos, espero que te guste el término medio – Estaba seguro que no se cocinaría del todo, pero al menos podía ofrecer algo a su acompañante, a pesar de haber sido ella quien había capturado la comida.

Pronto nuevamente sus oídos se llenaron de las palabras de la mujer, el resumen de la vida ajena sirvió al guerrero para de cierta forma identificarse aun sin querer, pero a diferencia de ella su vida del lado de la revolución había sido instruida para luchar por dicha causa, el arrebatar una vida no significaba nada si esta podía valer para por lo que peleaban, y de lo poco que sabía el asesinar era lo que mejor hacía…- Vaya… - No tuvo que decir, y es que por lo que escuchaba su estilo de vida fue completamente diferente a la ajena, Jagger no conocía lo que era el amor de una familia o el ser querido por alguien, servía para una causa y eso hasta ahora funcionaba como motor para impulsarlo, a esas alturas no sabía que decir o hacer, se quedó quieto intentando que su mente no se viese afectada por lo que escuchaba, tragaba aire por puro gusto con tal de regular su respiración, mientras terminaba de escuchar a la fémina dialogar. Fue entonces que un pensamiento llego a su mente, cual idea que reflejaba iluminación Saberhagen hizo conciencia sobre lo que escuchaba, su vida no era como la de cualquier otro y quizás por eso era que los demás podían vivir a plenitud, mientras personas como él continuaban haciendo lo necesario para mantener las cosas en orden…- Gracias a las personas como nosotros, quienes interferimos para marcar una diferencia por muy minúscula que sea, es que hay gente viviendo en paz y tranquilidad… no me arrepiento de la forma en que vivo mi vida, y si tuviese la oportunidad de cambiarla… realmente no sabría qué es lo que pediría, como tu… yo desconozco muchas cosas sobre el mundo – Era entonces tiempo de esperar a que al menos otro pescado picara, las ansias y deseos por comer se desvanecían a medida que su mente se distraía en lo que conversaban.

-Alguien alguna vez me dijo que deje entrar los sentimientos para que pueda sentirlos. Y después me abrazó. - dijo, mientras sus ojos miraban pensativos al suelo. Intentaba recordar que sintió cuando Henry la había abrazado. Había sido la primera vez que alguien intentaba acercarse a ella. Pese a sentirse bien, había una matiz agria en aquella acción, pero ella no era la mejor persona para decir eso. - No fue tan malo como podríamos pensar. Te hace entender varias cosas que desconocías, pero supongo que debes ser receptivo a eso. - volvió a encogerse de hombros. Lo cierto es que no tenía muchos más conocimientos que su propia venganza. - Pero si tienes un motivo para estar en la guerra, no deberías cambiarlo por estas cosas. Aún así, si puedes pararlo alguna vez, hazlo. Siempre habrán nuevas cosas que hacer. Aprenderás que eres más que un guerrero luchando por una causa. Creo que los sentimientos son solo para gente valiente. - ella no lo era. Sabía que, de sentir algo, lo haría con tanta dedicación como hacer de ello una meta. Lo había demostrado desde que había empezado su nueva vida. Su venganza y planes se interponían entre ella y todo lo que podría darse de bonito en la vida. Aún así, no quería que otras personas vivan de la misma manera. Al fin y al cabo, sobrevivir no es vivir.

- Por desgracia no tengo muchas cosas que enseñarte, no creo que seamos muy diferentes. A lo que entendí, luchas por una causa común mientras yo lo hago por mi propia causa. Creo que somos bastante diferentes. - lo miró de forma larga, pero sonrió. No le importaba quedarse en ese barco ahora mismo. Jagger era una persona con la cual se le hacía fácil estar por alguna razón. No se sentía incómoda, como la mayoría de la gente que había conocido. No era carismático, ni brillante como los demás. Guardaba cierto anonimato detrás de aquella capucha. Le parecía una persona silenciosa y poco hablador. Pero eso no significaba que no se podían impulsar entre ellos para conseguir sus metas, sin embargo, por lo que había escuchado, Jagger no tendría una meta que eventualmente acabaría algún día. Era un trabajo hasta la muerte. Algo que nunca se cumpliría pues las utopías no existían, lo sabía bien aunque a ella también le hubiera gustado. Miró alrededor, para encontrar algo que haría peso suficiente y ponerlo donde su pie estaba, para sujetar la caña de aquella forma. Seguramente algo picaría en el rato que esperarían. Se sentó a su lado, usando su mano a modo de plato para tomar el pescado, y comer con los dedos. - Mmmm ~ está bastante bien. - aprobó con la cabeza y una mueca de satisfacción. - Espero que lleguemos pronto a algún destino. No te voy a engañar. No se si podré ayudarte en tu meta. Pero si en situaciones puntuales, seguramente eso pagará mi deuda contigo. Hasta entonces lo único que puedo decirte es que no mueras en tu guerra. Yo tampoco lo haré. - hablaba con convicción, aunque no sabía el futuro. Tenía claro que aquello era arriesgado, tanto lo suyo como lo de Jagger. Quizás y no se volviesen a ver. Pero tenía confianza. La vida siempre conseguía sorprender de alguna forma.

No esperaba que sus palabras significasen algo para los oídos de la mujer, aunque viéndolo a fondo su mente podía darse cuenta de que la situación que ambos vivían era más parecido de lo que negaba la mujer, ambos peleaban por una causa que parecía perdida a ojos de cualquier otro individuo, y es que eso pasaba no solo para ellos sino también en toda criatura con sentimientos que quisiese hacer algo, pero lo que podía asegurar no tenía el valor de decirlo, habían ocasiones en que quedarse callado y dejar que las cosas fluyesen según su cauce servía mejor, en esas situaciones es donde Jagger crecía, cuando guardaba silencio dejando que los demás cargasen sus sentidos con palabras y gestos de los cuales pudiese apropiarse para ser mejor, después de todo parte de su filosofía de vida consistía en eso, mejorar siempre en un 1%...- Aún quedan muchas cosas por hacer – Los recuerdos se postraban en su cabeza uno tras de otro cual cinta fílmica, en estos se veían las imágenes de su infancia y parte de los primeros años de su vida sirviendo a la armada revolucionaria, no podía pedir otra cosa, no conocía algo más que no fuese el luchar por la causa que le había acogido para volverle lo que ahora veía frente al espejo, y no esperaba que la mujer lo entendiese del todo, pues por lo escuchado el juicio de su inconsciente dictaba que la mujer conocía la paz, al menos un concepto mejor de lo que Saberhagen creía se trataba.

-No es que sea yo una especie de Robot sin sentimientos o algo así – Hablaba lo mejor que podía, sintiendo las memorias de las ocasiones en que su corazón y mente se ablandaron en el pasado, pero enseguida el pensamiento se desvaneció cuando un suspiro abandono sus labios – Solo que no considero esa una de mis prioridades, si el destino llegase a mostrarme ese camino alguna vez en mi vida, me lo pensaría dos veces antes de aceptarlo – Prefería morir en el campo de batalla que en una cama llegando a la vejez, con miles de problemas de salud atacándole como normalmente pasaba con las personas de edad avanzada, incluso aun a sabiendas que eso sucedía el guerrero no lo imaginaba en su mente, pues contemplaba en que moriría en la guerra y no en paz como cualquier otra persona normal…- Oh, dame un poco – Su mano diestra sujeto uno de los alambres por un extremo para arrebatar del mismo un trozo del pescado, colocando un siguiente después en el mismo sitio para que se preparara, comía el revolucionario a ritmo lento, sintiendo como el peso de la comida iba llenando su estómago que comenzaba a querer clamar más…- Cuando necesite de tu ayuda lo sabrás – Tomo un pedazo de la tela de su vestimenta, y con una pluma que cargaba siempre consigo comenzó a escribir la clave de su Den Den mushi, se la entregó a la mujer esperando a que la tomará y luego volvió a comer del pescado.

Pronto el sol se comenzó a elevar sobre el cielo, el agua brillaba y con ella las sombras de la fauna se podía vislumbrar por la zona más alta, a lo lejos una isla se veía, ¿el próximo destino del guerrero? A saber, lo único que podía sentenciar era que pronto tenía que llegar a donde sus superiores para poder continuar con los planes que tenía…- Descuida, no tengo pensado morir, al menos no por ahora, como te he dicho… aún quedan muchas cosas por hacer – Aseguro con una sonrisa que a medias dejo ver, la primera que en mucho tiempo mostraba a alguien, estaban pronto a quien sabe que sitio, y Jagger ya sentía como la ansiedad le carcomía.

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