Centro de la Villa de Syrup || Arco #2

Llevar una vida en la Islas Gecko siempre había sido sinónimo de vivir en paz, la vida para los aldeanos de los diferentes pueblos que sostenían el archipiélago iba a un ritmo lento, bastaba contener un empleo sencillo que les diese de comer para evitar mortificarse sobre el destino del mundo e incluso despreocuparse sobre lo que pasaba en las islas, la gente se dedicaba a labores sencillas como labrar el campo, criar ganado para su engorda e incluso elaborar armas de fuego que se vendían a la marina, por lo general la piratería era algo de lo que poco se hablaba, y sobre los criminales locales no existía siquiera el tema, la paz en el archipiélago parecía ser imperecedera, pero era esa misma tranquilidad lo que servía para incubar un horrible secreto, un misterio que la mayoría de los ciudadanos por ignorancia lo catalogaba como una historia urbana, algo de poca importancia hasta que dejo de serlo cuando la leyenda abandono las sombras cobrando la vida de varias personas, los inminentes reportes y solicitudes de auxilio obligaron a la marina a movilizarse enviando un escuadrón de la marina liderados por el Tte. Surge que solo sirvieron de tributo a la criatura que la mayoría de ciudadanos afirmaba no era un animal salvaje. El miedo inundo los corazones de los aldeanos de la villa de Syrup quienes por ser de los más prósperos tenían el mayor índice de población, siendo esto para la bestia una invitación para comer.

En cuestión de semanas la voz sobre el acontecimiento se corrió en los mares cardinales dando invitación a un sinfín de ojos curiosos a acercarse, el hacerse de la criatura podía significar conseguir fama e incluso riquezas, un acceso rápido para todo intrépido que quisiese aceptar el desafío, sin embargo dada la situación en las islas gecko, la ciudadanía opto por blandir sus armas para defenderse, la seguridad se alzó por la propia ciudadanía que custodiaba la isla vigilando las calles y afueras, pero haciendo como si no pasara continuaban con su estilo de vida. El centro de la villa, caracterizado por ser el lugar donde el desarrollo económico de la ciudadanía se mantenía albergaba un sinfín de locales comerciales, desde puestos de semillas hasta carnicerías de amplios tamaños, restaurantes al aire libres con lonas que improvisaban techos, el ambiente alegre se sentía en el aire a pesar de verse sumidos en la desesperación, sin embargo no todas las personas pensaban lo mismo, algunas soportaban la idea de convivir como si nada pasase por tal de no provocar problemas a sus iguales y a terceros, tenían que ceñirse a las instrucciones de su gobernante si querían mantener “la paz”, permitiendo que la cacería de la criatura sirviese como método para hacerse de riquezas.


La zona norte de la villa de Syrup se sostiene por la considerable cantidad de negocios comerciales que se dedican a la carnicería y pesca, a la venta de comida y pieles curtidas que cuelgan de ganchos a la vista de la multitud, los locales del mismo se pintan distribuidos en zonas específicas,  restaurantes con cocinas al aire libre que inundan parcialmente los sentidos, solo superados por el sonido del den den mushi alta voz que anuncia las ofertas de la carnicería “Don K” la más grande del espacio, con carteles de colores plasmados sobre cartulinas e incluso luminosos eléctricos buscaban atraer la atención del cliente, allí dentro de ese sitio se encuentra un personaje peculiar, un joven empresario y calvo que sobre la cabeza tiene unos puntos, el dueño de la carnicería que se esconde en una habitación subterránea donde realiza partidas de póker con sus allegados, partidario del movimiento en contra de la criatura busca hacerse de ella sin que nadie se entere con tal de venderla para hacerse de más riquezas.

ZONA SUR

Cerca del mar se encuentra lo que es uno de los puertos más importantes de la villa de Syrup, en donde un muelle de proporciones medianas se encuentra albergando una considerable cantidad de barcos que se dedican a la pesca, el olor al agua salada y al pescado inundan el ambiente, resonando en los sentidos con el suave golpeteo de las olas al chocar contra la madera de los navíos, las personas que se encuentran laborando en ese sitio por lo general son pescadores y carpinteros que se dedican a reparar barcos, los negocios en aquella zona se ven parcialmente detenidos pues todo el día se vislumbran sobre las aguas de entre las islas los barcos con los pescadores haciendo su labor. La empresa local “SQPANTS INC” mueve el comercio pesquero a simple vista, sin embargo como “Don K” el Gyojin que dirige este pequeño imperio tiene por nombre “Bob” y su objetivo es similar al de su oponente, hacerse de la criatura para venderla en el mercado negro.


El olor a pólvora y metal inunda los pasillos de aquella zona comercial, el sonido de la detonación de armas de fuego se escucha de a ratos siendo algo normal, la fabricación y elaboración de armas es uno de los principales negocios que mueve a la isla y que en los tiempos que vive actualmente la mantiene armada, el trabajo no cesa en todo el día, la creación de balas es un trabajo constante que hace descuidar a la mayoría de trabajadores de otros asuntos, en esta zona del centro de la villa de Syrup es “Mr. Steel” quien se encarga de los negocios, su pequeña jugada en el mercado tiene por nombre “Metal Fusion Corp” y es quien dirigue y brinda empleo a la mayoría de herreros, corren los rumores en las calles que es quien “Mr. Steel” quien corrió la voz hacía los mares cardinales con tal de atraer la atención, con tal de tener la oportunidad de vender sus armas al mejor postor, “Mr. Steel” solo se preocupa por hacer dinero y se cree conoce el paradero de donde vive la bestia.

ZONA OESTE

Los amplios y fértiles campos de colindantes a la villa de Syrup sirven la siembra y cosecha de las frutas y verduras que se comercian en la aldea y que incluso se usan para tratar con otras islas cercanas, actualmente es la zona donde más se han presenciado los ataques de la bestia por lo cual el dueño de la granja “Good News” en vista de la reciente llegada de individuos a las Islas Gecko ha decidido poner a la renta sus tierras como asentamientos para los valientes que esperan tener la oportunidad de poder capturar a la criatura, cuentan los antiguos trabajadores del granjero “Kusko” que cuando este se emborracha tiende a soltar la lengua, al punto en que se le ha escuchado hablar de haber visto hacía donde se dirige la bestia. Los amplios campos se encuentran cercanos a las enormes montañas que caracterizan el archipiélago, un lugar que antiguamente era poblado por individuos que tuvieron que dejarlo debido a los ataques que se volvían constantes.

Spoiler:

Era un día nublado en aquella isla, donde Cain nuevo de haber asesinado a aquellos marines y tomar su propio camino, termino parando en Isla Gecko donde había escuchado la aparición de una criatura realmente extraña que todos querían por la fortuna que podría otorgarle esta al ser vendida, pero todo eso eran cosas que al Belikov no le importaban, el dinero era lo de menos, el vivía con lo que pudiera hacer que llegara el día de mañana sin problema alguno, lo que le diera para comer, beber, tener mujeres y sobrevivir el día a día.

En el poco tiempo que paso entre su llegada y el momento actual, consiguió un trabajo en la granja de un hombre boca suelta cuando bebía un poco de ron, estos eran los mas interesantes debido a que sin dudar, quizás su información no era correcta, quizás si lo era y necesitaba alcohol para dejar el miedo o simplemente quizás fuera una pista donde pudiera iniciar a buscar ¿pero cual era su interés sobre esta criatura? algo realmente simple como la fama que obtendría al ser capaz de darle caza, asesinarlo y venderlo al mejor postor, quería ser reconocido en dicha Isla, ya sea por algo bueno o por algo malo, realmente le importaba poco pero si se iba a ir con estas personas hablando de el.

Su trabajo en la granja era encargarse de las cosas pesadas y por supuesto su fiel Katana le acompañaba como ayudaba en este labor, el trabajo debajo del sol era sin duda el peor de todos los trabajos en la vida, pero realmente el mejor pagado, incluso mas de cuando trabajo para la marina, estaba realmente matando dos pájaros de un tiro como diría un pistolero pero a pesar de que tenia buenos ingresos en aquel lugar, no quería ser un granjero y mucho menos ahorrar dinero, así que compro mucho licor y convenció a los demás trabajadores para formar una celebración por la buena cosecha, esperaba que con esto aquel hombre pudiera soltar la lengua y una vez lo hiciera, estaría liso para cortar su cuello, junto al de los demás trabajadores para que nadie tenga la información que le sacaría, luego vería donde continuaba su busqueda

Zona Norte, Subterraneo de Carniceria "Don K"

El póker si que era lo mío, había ganado cuatro manos seguidas, estaba de racha en aquel lugar, era la suerte que me había brindado el mar, era eso o la verdad es que mis oponentes eran un asco en este juego, no lo creía así pues por lo que había visto esta mesa era un tanto privada para personas que se conocían desde hace tiempo, yo había logrado entrar aquí por el simple hecho de apostar el dinero que llevaba encima, el dinero mueve a los hombres, eso era más que cierto y lo podíamos apreciar en aquel momento. Mi plan principal no era venir a esta isla a jugar poker, hace unos días habia escuchado sobre una extraña criatura misteriosa que estaba en la isla y hacía desaparecer animales y personas, lo extraño daba en el punto en que los civiles no habían visto siquiera la sombra de esta criatura o al menos eso era lo que yo intuía, lo siguiente era que el gobierno había enviado marines a atrapar la criatura y por los momentos no se habían tenido noticias de ellos, irónico, servían para atacar en masa a una pequeña tripulación con mujeres y niños en ella pero no tenían el valor de buscar una criatura y cortarle la garganta para que dejara de cometer las atrocidades que estaba haciendo, me hervía un poco la sangre al recordar aquel día en comparación con este pero yo ya tenia un plan o al menos en eso estaba, en la elaboración de uno.

¿En qué consistía ese plan? No sabía que criatura estábamos hablando, mi mente se imaginaba algo como una muy gigante, quizás un dragón que renació, un perro de tres cabezas, un puerco gigante, si, sabía que esas criaturas eran un poco imposibles en realidad, pero conociendo este mundo no era algo que me impresionase si resultaba ser realidad, el hecho es que si lograba controlar aquella criatura podía utilizar para mis beneficios, destrozar toda la armada de los marine, entre otras cosas, pero principalmente era lo primero, un plan donde había muchos huecos en realidad, podía incluso salir muerto de aquella aventura ¿Pero qué más da? Nunca se sabía lo que pudiera pasar. El alcohol hacia un poco de efecto en mi, ya estábamos hace un par de horas en aquella mesa bebiendo ron como un loco, aun así no me afectaba lo suficiente para nublarme la mente o decir cosas sin sentidos, estaba en un estado perfectamente combinado, lo que necesitaba para ponerme en marcha, no obstante quería jugar un par de partidas mas antes de irme, necesitaba aprovechar esta racha ganadora cuanto mas podía, no sabíamos cuando tendría otra de esa.

-Señores, la próxima ronda va por mi cuenta- dije en voz alta para darle la noticia a los demás, que aunque no estuviésemos en un bar, sino en una “simple” carnicería o en si un lugar por debajo de una carnicería era propio para conocer mi estado de ebriedad, unos minutos luego estaba decido por irme, no obstante decidí quedarme sentado –Señores, ¿Conocen ustedes algo de aquella criatura devora hombres?- pregunte inclinándome en la mesa observando a los pocos hombres en el lugar –La bestia misteriosa- señale un par de hombres elevando las cejas para decirles con las señas si sabían algo, lo que hacía era sacar un poco de información, tampoco es que era un tema tabú en aquella isla y más de uno debía saber de aquellas situaciones.

✠ LA CRIATURA ✠

"De elegir entre una vida larga y una bien narrada, me quedo con la segunda. Ese monstruo perdurara por lo que fue, y no por cuanto tiempo lo ha sido".
—November D. Zulu

“La Guarida del Pirata Castrado”. Un paraíso audiovisual sacado de libros fantásticos. Una pequeña cavidad en lo más oculto de un arrecife que solo era posible acceder por un barranco muy estrecho, peligroso como una mujer furiosa y arrasador como una tormenta pues las olas en marea alta golpeaban sin piedad las paredes naturales de la zona. como todos los días, era posible acceder a este extraño escondite en determinadas horas. ¿Qué tenía de especial el lugar? La oportunidad de echar un vistazo al puerto desde una perspectiva única. Allá, en la costa se encontraban los adolescentes jugando con las pequeñas olas aprovechando la marea baja, aunque los muy atrevidos preferían aprovechar el momento para revolear una mirada camuflada a las mujeres. No nos dejemos engañar, la zona sur tenía la fama de ser un puerto mercantil y por ende los navíos que atracaban tenían un considerable tamaño, y aquello podría significar un peligro para los jóvenes. Pero hoy en día los jóvenes no le tienen miedo a nada. en algún momento a November se le habría pasado por la cabeza pintar un cuadro con tal extraño paisaje, un paraje tan natural y humano al mismo tiempo, que quizás por primera vez en su vida podría expresar “Los humanos podemos convivir con la naturaleza sin herir la maravilla que nos brinda el planeta” claro, lo diría si fuera humano.

Cuatro personas parloteaban y carcajeaban de tal forma, que el eco dentro de la cueva buscaba una salida con casi la misma intensidad. El quinto no podía reír, no por ser un testarudo y mala onda, sino porque no comprendía que significaba aquello. Solo se limitaba a lanzar una sonrisa falsa cuando creía que era el momento. Tres hombres y dos mujeres se cobijados por el intenso y cálido calor de una fogata crepitante que ascendía hasta unas carpas empaladas e inclinadas sobre el fuego; el aroma de los pescados en el East Blue no tenía comparación, al menos no los de esta zona. Todos con el culo en unos banquitos de madera, un castaño claro y cachetón apodado India, un pelirrojo esbelto y sin camisa que le decían Foxtrot, una bella señorita de envidiable busto y peligrosa labia apodada Juliet, un gordo con enorme barba llamado Quebec y por último la hermana menor de Juliet, una joven que recién escapaba de su adolescencia y a diferencia de su hermana, era muy diplomática y comportada; una joven de cabellos rubios de menor busto pero que, su cintura y trasero eran de modelo; Lima era su mote. El quinto y más raro de todos era November, y por ultimo y no menos importante Rengar, el gato de las hermanas, de color blanco, gris y naranja, bastante extraño. Todos amigos de la infancia, bueno, amigos de la infancia de la hermana de November puesto que el jamás envejeció y los conocía de muy niños. Todos conocían el pasado del robot y nadie se echaba para atrás al saberlo, eran un grupo tan pero tan unido, que se apodaron de la misma forma que el robot para demostrarle confianza a sí mismo. La Guarida del Pirata Castrado era su hogar de adolescentes, y no por nada llevaba ese nombre. Cuando Lima fue secuestrada por un bandolero que se creía pirata, los muchachos consiguieron acorralarlo en el borde de la cueva y para evitar que intentase abusar sexualmente de otra persona, Quebec que es un hombre muy justo, le cortó el pene para pagar los daños psicológicos que había hecho en la niña, pero a cambio le dejo vivir para que encuentre la redención. Y ahora estaban allí, en esa guarida recordando viejos tiempos. Por supuesto, la botella de sake no podía faltar, el alcohol favorito para las reuniones del grupo.

—Realmente no podía creer que estuvieras en Gecko, November. —Mencionaba India a la par que mordía un trozo de la carpa—. Creímos que no regresarías jamás.

November le miro por unos segundos, no poseía un argumento válido. Se sinceró de todas formas.

—Mi búsqueda me trajo a mi pasado, hay algo aquí que me dice que intente encontrar la respuesta a la desaparición de mi hermana.

—Bueno, ¡tienes que dejarte llevar por tu corazón! —Menciono el gordo entre risas tras tomar su quinto vaso del intenso y acompañante alcohol.

Todos compartieron aquel chiste con carcajadas, Juliet no pudo evitar atragantarse al escucharlo. November los miraba muy serio, pero sus camaradas entendían que él no podía percibir un chiste o una ofensa y reaccionar ante las intenciones, al menos no como un humano.

—Muy gracioso. —Dijo el robot mientras se enderezaba para clavar en el suelo otros tres pescados.

—¡Puta madre! Este pelo es monstruoso, no se puede comer así. —Blasfemo la tetona como siempre ante su problema, el cabello era tan largo que se enredaba con la comida.

—Hablando de monstruo, ¿han escuchado la leyenda del monstruo? —Salto Foxtrot tras un largo rato dedicado a la comida—. ¡Parece que ha cobrado vida!

—No me gustan las historias de terror, Jeremy —Musitaba la hermana más pequeña, mencionando el nombre real de Foxtrot haciéndole entender el grado de arena que le iba a meter por la boca si seguía.

El grupo comenzó a fastidiar a la más pequeña, burlándose de aquello, obvio en forma de broma. Su hermana lanzo otro insulto a los hombres y la abrazo. El gato se paseaba por la botella de sake lamiendo el borde de esta, ajeno a todo suceso y viviendo en su propio mundo.

—¡Tengo una idea! —Dijo el gordo con rapidez y agrego—. Quizás eso es lo que tienes que hacer, November. La criatura está siendo buscada por muchas personas, quizás si te encuentras con uno de ellos. —De pronto quedo en silencio, recordando—. Ah, mierda. No eres muy amigo de la marina.

—Eso es verdad —Otorgo November—. Pero hay cazadores independientes tras la criatura, gente con aspiraciones y conocimientos.

—¡Ey ey! No vas a ir atrás de la criatura, es un suicidio. —Advirtió Juliet mostrando cierta preocupación en su rostro—. Ya ha asesinado a muchas personas. Esto ya no es una leyenda, es real.

—No hay de qué preocuparse, Juliet. —Mencionaba a la par que se levantaba de su asiento para dirigirse a la salida, no antes sin colocarse su túnica—. Si el monstruo me atrapa, dudo que esté a gusto comiendo chatarra.

Alzo su mano en despedida y salió de inmediato para el pueblo, sin mencionar una palabra. Sus amigos lo miraron por última vez y siguieron con lo suyo, no tenían por qué preocuparse. November siempre se había destacado por ser directo ante una situación y hasta ahora siempre regresaba entero. En su camino no dudo en pasarse por la compañía “SQPANTS INC”. Con la idea de encontrar algo con lo que empezar. El muelle y la empresa se encontraba en constante movimiento, los marineros no tenían descanso pues fluía el dinero de tal forma que les permitirá tener una buena jubilación cuando sean mayores, trabajar allí era un privilegio, pero no todos podían entrar, la voluntad de sentir el peso del mar y la presión de hacerlo cada día mejor a veces golpeaba duro a los novatos, logrando que echen todo por la borda. El robot de los ojos verdes se adentró aún más al lugar, los rostros de los marineros, agotados y unos tantos incómodos delataban algún problema pasado. A cada rato miraban al cielo por miedo, quizás la leyenda podía espantar incluso al marinero más viejo.

Se detuvo un momento y alzo la vista al cielo pues algo en su espalda le estaba estorbando, era mediodía. El sol comenzaba a golpear fuerte, el comprendía que eso pasaba cuando su sensor de luz solar comenzaba a calentarse más de la normalidad. De esta forma lograba enterarse en proximidad sobre las distintas temperaturas de la zona sin necesidad de estar presente en dicho lugar gracias a su base de datos de la isla Gecko, dependiendo donde se encuentre el parado. puso sus dedos por encima de donde se supone que debía estar el aparato, en su omóplato derecho. Debía repararlo. Decidió ignorar por un momento aquello al divisar un sujeto de cabellos negros muy conocido. Se le acerco con tranquilidad pues no deseaba interrumpir su meditación, se le paro al lado y sus ojos esmeralda se colocaron en su armadura, no era la primera vez que la admiraba de tan cerca. Pero como él pensaba, algo muy antiguo para unos piratas.

—Andorra. —Saludo sin ademan alguno, con su rostro tan apacible como siempre y unos ojos infinitos en los cuales cualquiera podría perderse gracias a su claridad—. ¿Esperas que las respuestas lleguen solas?

Pregunto sin ánimo de ofender, pero si buscaba lo mismo que él, el premio con cada segundo que pasaba podría estar alejándose. November era paciente sin duda, pero perspicaz a la hora de entender y ver la situación. Y ahora el tiempo apremiaba.

Indian - Castaño claro #ff9900
Juliet - busto grande #ff0000
Quebec - Gordo barbudo #9933ff
Foxtrot - Sin camisa #0099cc
Lima - La hermana menor #ff99ff

Zona Norte, Subterraneo de Carniceria "Don K

Gotas de sangre se deslizan por sus dedos precipitándose al suelo, lugar en el que a base del goteo se había formado un pequeño charco. Los ojos del hombre, abiertos, están enmarcados por más sangre. Mira hacia la derecha, también hacia la izquierda, lo que ve son cuerpos, personas muertas, desmembradas, horror y crueldad que no parece impresionarle. Su corazón palpita con intensidad, acompañando al sudor frío que se mezcla con la casi negruzca sangre que yace sobre él. Todo se apaga, pero cuando vuelve a encenderse, en ese parpadeo, todo es diferente. Ahora una copa está sobre su mano diestra, sentado en un taburete permanece su trasero y para más inri no está solo. Balbucea mientras agita su cabeza, Mat había tenido un pequeño sueño, bueno, más que un sueño es una imagen que suele surcar su mente cuando se abandona de todo lo que hace y se encierra en su propia cabeza para darle vueltas a las cosas.

Lo cierto es que aquellas escenas a las que no lograba darles un lugar, se habían vuelto demasiado habituales. Pero un nuevo día siempre aparece, como decía su seguramente difunto padre. – El joven dice que invita. -  Susurra Mat, levantando su copa ante uno de los tipos que traía las jarras y las regresaba hasta arriba. – Por lo que veo esta historia del animal se está convirtiendo casi en leyenda. -Mat estaba sentado algo más alejado, pero con paso firme avanza hasta la mesa de los hombres que jugando estaban y por supuesto del joven rubio que de forma intrépida e inteligente había invitado a sus demás compañeros a beber para ver si se les soltaba la lengua. Con la cara más dura que la espalda el pirata (Mat) aprovechó aquello y se llenó su propia jarra sin soltar una moneda.  Sentó una silla bien cerca de los hombres. – Y bien, ¿Qué sabemos de la bestia? -  Volvió casi a susurrar con su ronca voz.

Casualidad o no, uno de los hombres le deposita su recién entregada jarra vacía, en su mano, llena. Da un gran trago, casi la vacía de nuevo, incluso un pequeño hilo de alcohol se le escapa, cubriendo algo su barba de varias semanas. – Yo he oído que los habitantes son tan cobardes que entregan a sus niños a la bestia con tal de mantener al bicho tranquilo. -  Sonríe al tiempo que varios le clavan sus miradas de “rabia” en la frente. – ¿Se puede ser más miserable? – Suspira. – Vaya, dar a tus hijos como comida a cambio de vivir tranquilo, escuece el corazoncito solo de pensarlo, ¿no? -  ¿Intentaba cabrearlos? De Matheo era bastante posible.

Zona Este - Metal Fusion Corp

«¿Has escuchado sobre aquella bestia que ronda la isla? »
Esas fueron las palabras que atrajeron mi atención desde un inicio. Todas aquellas personas que hablaban del tema parecían entusiasmadas y temerosas a la vez siendo que la bestia había atraído consigo desapariciones extrañas ¿Cómo saber que era realmente la bestia? Eso nadie lo sabía por que actualmente nadie había dado con ella. Era extraños estos rumores, pero más raro el que no haya mucha información de ella y eso es lo que atraía por completo mi atención siendo que admito peco de curiosa y es esa curiosidad la que me atrajo a esta posición.

Se que Liesel no lo aprueba pero le encargue aquella sencilla tarea de encontrar nuevos integrantes mientras yo hacía una desaparición maestra y llegaba al centro para investigar más acerca de aquella bestia. Pensaba llevarme puesto el traje de la marina para tener más libertad de investigar, pero siendo que había personas pertenecientes en la isla preferí solo limitarme a eso, por ahora no buscaba problemas, solo investigar un poco y ver si algo de ello me favorecía a mi, más si había una recompensa, eso ayudaría mucho al crecimiento de la tripulación ¿Verdad?

Mis pasos me llevaron a Metal Fusion Corp mientras el olor a pólvora inundaba el lugar. Ahora que lo pensaba sería bueno comprar algo de armas para poder llevar en el viaje, aunque por ahora mientras no descifrara el misterio simplemente no iba a hacer nada más.
En el trayecto del centro de la ciudad y Metal Fusion Corp pude notar la cantidad de gente armada que iba de un lado a otro custodiando el lugar, en sus rostros el miedo y la preocupación se demostraba mientras notaba que también se encontraban personas ajenas al lugar y yo no sería la excepción, por algo empezaba aquí, donde dicen que aquí se hablaba más de aquella bestia, ahora me pregunto si todo solo será un rumor y segundo, si fue bueno venir como civil y no usar el traje marin… Vaya, parece que fue buena idea hacerle caso a Liesel, pues al parecer en el lugar ya había un chico portando el uniforme marine, suerte que tengo con encontrarme con ellos.

Spoiler:

Unos días después de los primeros ataques de la criatura las voces que se alzaban con tal de hablar de ella comenzaron a silenciarse ante la repentina llegada de los visitantes, incluso los rumores que se podían escuchar en los barrios bajos ¿Qué era lo que había pasado? Tal parecía que la conciencia colectiva brindaba iluminación para los residentes de la villa de Syrup tuviesen cuidado al manejar la poca información que sostenía, si se empleaba de forma incorrecta lejos de ver un aumento económico en Islas Gecko estas podrían verse sumidas en un caos mayor del que ya había, la información era un bien valioso, por lo cual incluso los dueños de los establecimientos que tenían mejores redes preferían guardarse cualquier dato. El grupo de la Marina liderado por el Tte. Arturo ante la ausencia de su líder partieron camino por una senda que conducía hacía las cordilleras que apuntaban al sur, con la idea de siquiera alcanzar a ver alguna escama o pelaje, de lo que sea que fuese esa bestia que aun nadie veía, las personas deambulaban a paso lento por las calles de la villa, algunos comprando mientras que otros no hacían más que alegar haber visto a la criatura con tal de atraer la atención de los ahora llamados turistas…- ¡Todo lo que necesitas saber sobre este bicho raro! ¡Lleva tu ejemplar, no te arrepentirás! – Exclamaba con fuerzas vendiendo mentiras vacias en periódicos con hojas sin tinta, a la espera de poder timar a alguien y salir corriendo.


La carnicería de “Don K” actualmente se encontraba en uno de sus mejores momentos, el olor a carne de rey marino inundaba los mostradores que se veían repletos de personas con hambre, es que era la popular que la historia se había vuelto que al bolsillo del empresario le iba mejor que nunca, al punto incluso en que no le preocupaba gastar un par de miles de berries en orquestar algunos juegos en su subterráneo, pero la pregunta a todo esto era ¿Dónde se encontraba “Don K”?...- Esos mocosos, creen que pueden venir a mi isla, hurgar por aquí, husmear por allá, y luego largarse dejando este lugar en la quiebra, no, no, no lo permitiré, no en mi guardia – El sujeto que lejos de verse viejo o similar maldecía a los aventureros, quizás por celos o envidia de no haber hecho algo de su vida que no fuese el pequeño imperio que manejaba en Islas Gecko, cualquiera que fuese el caso no tenía pensado entregar lo que sabía, menos a individuos que sabía podían pagar bastante bien.

A paso lento iba bajando las escaleras, con una expresión de pocos amigos asentaba sus pisadas para no caer sin llegar antes a su lugar favorito, mientras que los presentes en la habitación que conocían el temperamento del señor y el sonido de sus pisadas cada que avanzaba guardaban silencio dejando al aire las palabras de los dos extraños que apostaban y bebían con tanto jubilo…- Bien ¿y quienes creen que pueden venir a mi negocio a tirar un par de cartas y sentirse con el derecho de abrir la boca en asuntos que no les corresponden – La puerta del recinto se abrió de un golpe dado por el soporte de madera, el señor postro su vista sobre todos, examinando a quienes adornaban la mesa y emprendió camino hacía su lugar…- Estas en mi sitio, quítate – Ordeno y quien escucho dejo el lugar dando paso a “Don K”, este postro allí su enano cuerpo, tomo un mazo de cartas para barajear y miro a todos – No sabemos nada, no hemos oído nada, no hemos visto nada, pero si quieren saber algo, tendrán que pagar – Tacaño como ninguno, comenzó a repartir las cartas a esperas de que alguien dijese algo que tuviera importancia, ¿Qué era lo que sabían los extraños?.

ZONA SUR
SQPANTS INC

El aroma a mar y agua salada inundaban los pulmones de aquellos que se dedicaban a la pesca, mientras que los carpinteros reparaban los barcos a prisa con tal de si se debían escapar de la isla hacía un nuevo futuro, los rumores sobre la presencia de la criatura en las granjas “Good News” se había esparcido tanto que en cuestión de días a parte de atraer la atención de visitantes indeseados, lleno de miedo y desconcierto los corazones de aquellos que residían con gusto en Syrup, los pedidos sobre la creación de navíos incrementaban día con día, como también la demanda de alimentos por aquellos que seguían llegando y llegando con el único objetivo de cazar…- ¡Vamos chicos, sigamos trabajando, esos barcos no se construyen solos! – Uno de los obreros gritaba con fuerza para alentar a sus compañeros, sin percatarse de que quien les había escuchado no era nadie más y nadie menos que el pequeño empresario dueño de los muelles, este salió desde donde yacía, con el ceño fruncido y una mirada de pocos amigos, el gyojin amarillo se acercó hasta su empleado, antes de exaltarse y gritar con fuerza - ¡No he dado la orden de construir barcos! ¡Reparen los pesqueros y salgan a seguir buscando! – Mientras gritaba, movía sus manos con exageración, sin poder replicar el ofendido o podría perder su empleo.

Pronto las actividades se reanudaron solo que quienes se dedicaban a la construcción de barcos dejaron de hacerlo para pasar a la reparación de los pesqueros de “Bob”, viéndose en la lejanía como los navíos de pesca iban llegando de uno en uno buscando atracar, las cargas traídas de mar pronto comenzaron a ser bajadas por los trabajadores que se esforzaban con tal de terminar a buen horario sus tareas, pues entre ellos mismos el rumo de que la criatura atacaba apenas caía el sol se había comenzado a escuchar sonar por todo el lugar. Pasado de medio día “Bob” se encontraba ahora asegurándose de que el trabajo se estuviese haciendo, con voz de mando ordenaba a sus empleados que aceleraran el ritmo, hasta que después de unos minutos la atención del empresario fue captada por dos sujetos que cercano a su establecimiento se encontraban haciendo nada, chasqueando los dedos y con una expresión de desagrado fue hacía ellos…- ¿Ustedes no piensan trabajar? – Negó con la mira da sin saber que ellos eran ajenos al establecimiento, deambulando por el camino que había vuelto.


Normalmente a medio día los trabajadores se tomaban un par de horas para comer algo, beber y recargar energías con tal de seguir trabajando la ardua jornada en días se extendía incluso hasta altas horas de la noche, solo que ahora bajo las inclemencias del asecho de la criatura las personas preferían el sol a las ensangrentadas fauces de la bestia, y eso era claramente visible en los rostros de los campesinos que labraban la tierra y cosechaban sin parar, el sudor se veía en sus frentes siendo un claro indicativo de su cansancio, pero era la sensación de miedo e inseguridad la que les motivaba a continuar antes siquiera de que el astro rey tuviese la intención de esconderse…- ¡Vamos, vamos, trabajen! – a ese punto el granjero Kusko se veía incluso preocupado por la seguridad de sus trabajadores, o al menos eso aparentaba ser, sus tierras al ser las más cercanas a los ataques se veían repletas de personas que querían deambular cerca, y estas se podían ver a simple vista, la apariencia de un extranjero era inconfundible para el viejo que desde hace años atrás tenía buen ojo para los negocios…- Mira, allí hay uno de esos mocosos aventureros – Con uno de sus dedos más arrugados y viejos señalo al individuo que se encontraba cerca, luego indicio a uno de sus trabajadores fuese a verlo.

-Hey tú, si tu – Se acercó a la mujer una vez pensó tenía captada su atención, la respiración del campesino era irregular dada la carrera que había dado hasta donde se encontraba a ella, después de recobrar el aliento alzo la vista para verle, dedicando una sonrisa ligera – Mi Jefe dice que para que puedas estar aquí, debes pagar – Inocente el hombres no pudo evitar estirar la mano a esperas de que la mujer pagara, pobre criatura que no sabía se encontraba frente a una mujer desconocida. Por otro lado, el júbilo y ánimo se veía en algunos de los trabajadores de “Kusko”, que siendo guiados por la oferta de uno de los recientes empleados no dudaron en seguir las instrucciones, mientras que un grupo que no aceptaba un tanto la idea prefería llevar la noticia de la supuesta fiesta al jefe, este enojado y desconcertado fue directo con quien planeaba tal evento…- Verás mocoso, por más que quisiera mandar todo al diablo y embriagarme como hago a diario, el dinero clama, así que anda a buscar personas que quieran pagar por venir al campo a buscar pistas – Refunfuñaba cada que hablaba, alzando la voz con fuerza y cierto arrastre de lengua.

ZONA ESTE
Metal Corp Fusion

El sonido de las armas de fuego al detonar se escuchaba en el fondo de la pequeña empresa liderada por Mr. Steel, los trabajadores hacían su labor con dedicación y orgullo, a ese punto no les preocupaba si quiera volver a casa, todos querían armar al pueblo ya que de esa manera al menos es como se lograban sentir cómodos, entre el fuego y la pólvora, laborando con metales sin ver a nadie más que a los clientes habituales comprar sus armas, a ese punto de la historia el negocio iba en viento en popa, la gran mayoría de civiles no perdían el tiempo en hacerse de un fusil o incluso una pistola de bolsillo...- ¿Escuchaste lo que dice Perenganito? Dice haber visto a la criatura esa en la grana del viejo Kusko, que se arrastra por el suelo y tiene extremidades retráctiles capaces de lanzar fuego – Los rumores no paraban de escucharse, averiguaciones o estúpidos comentarios acerca de lo poco o nulo que sabían de la criatura, y es que a ciencia cierta solo pocos conocían datos verídicos. Entonces el sonido de un martillo se escuchó, quien blandía la herramienta observo a los que hablaban, guardando silencio estos en cuestión de minutos.

Así las tareas sabatinas continuaron a ritmo normal, las personas no abandonaban el establecimiento, al contrario este seguía abarrotándose al punto en que los mostradores estaban repletos, la voz de los vendedores acallaba al silencio de las armas detonando, siendo una dicha eso para el pequeño empresario que contaba billetes en su despacho…- Bien, es hora de ver cómo va el negocio familiar – Aplaudió con sus manos fregando estas por la dicha que le provocaba el sostener dinero, pronto fue hacía la parte delantera, echo un vistazo a todos lados y luego sonrió alzando la voz con fuerza – ¡En la compra de una pistola automática, llévate gratis un silenciador! – y como si fueran dulces las personas a modo de oleada, se abalanzaron a comprar. El ojo experto del vendedor examinaba a sus clientes, hasta que hubo uno en particular que llamo su atención, el vestido con prendas distintivas de la marina, a ese se fue acercar extendiendo su brazo diestro con tal de dar un apretón de manos – Hola señor Marine ¿Qué lo trae a Syrup? ¿Será acaso otra incursión a donde la criatura? Ustedes los de la marina no gustan de perder por lo que veo… ¿Dispones ya de las armas necesarias para tal asalto? – Cual merolito alzaba la voz, esperando convencer al uniformado con la lengua de plata que le caracterizaba.

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