Año 230 D.D.G
Tras un periodo de paz el nombre de un sujeto comenzó a surgir entre los piratas hasta hacerse de un renombre mundial… Norman D. Gold, un pirata que en un par de años alcanzó el poder suficiente para consagrarse como un emperador pirata y eventualmente para ser nombrado como rey de los piratas al haber reunido un tesoro inconcebible al cual se le otorgó el nombre de “One Piece”. Durante años el Gobierno hizo uso de todos sus recursos para acabar con este hombre per todo fue inútil y decidieron simplemente dedicarse a contener sus ataques. Gold sin embargo, no parece interesado en destruir al Gobierno o en atacar a sus instituciones, sino más bien en continuar explorando el mundo no conocido estableciendo con su poder una estabilidad no vista antaño en el mundo de la mano de todas las demás facciones. ¿Serás parte del mundo y su avance?. Seguir leyendo...
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Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional.
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Formando Alianzas [Tarea/Justika Novacek]
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Formando Alianzas [Tarea/Justika Novacek]
Recuerdo del primer mensaje :
Hace cuatro días se había marchado de la Isla Red con su mujer, durante esos días no había dejado de tocar a la cazadora, los momentos de intimidad se repartían a lo largo del día. Habían estado recorriendo el West Blue, disfrutando de momentos como la cena, la ducha y el descanso juntos. Durante el pálido crepúsculo el astro anaranjado se preparaba para alzarse, justo durante esos momentos en el horizonte podían visualizarse las siluetas de cuatro barcos mercantes provenientes del País de las Flores, aquellos navíos eran el objetivo de la pareja, ¿pero qué hacían ahí?¿por qué esperaban a esos barcos? Todo comenzó cuatro días atrás.
El moreno se encontraba en la cama de su hostal recién despierto, parcialmente incorporado en la cama, con el torso desnudo y la sabana hasta sus caderas, mientras que por la ventana a su lado entraba un débil rayo de luz que apenas alcanzaba a iluminar la habitación y de paso revelar aquellas pequeñas partículas de polvo flotando. A su lado se encontraba aun su pareja durmiendo, obviamente desnuda, cubierta hasta el cuello por la suave sabana blanca. La noche anterior se habían enfrentado en una prueba implantada por Zein, que tenía el objetivo de verificar las habilidades de la cazadora. Tras la confrontación se dirigieron a la posada del pirata donde compartieron varios momentos de intimidad en la noche, se podría decir que prácticamente no durmieron.
— Despierta.— Dijo el pirata y dio unas cuantas palmadas a las caderas de la fémina y una ultima, más atrevida aun, en su trasero. Tras despertarla tomó su mano y la guió aun adormilada al baño, donde se frotaban con jabón uno al otro, siendo sus cuerpos únicamente censurados por la espuma que se producía. Una vez que se bañaron y cambiaron salieron a recorrer las calles, al llegar al mercado escuchó a un grupo de vendedores hablando de rumores sobre el conocido "Capone", al escuchar ese nombre algo resonó en su interior, sin embargo, no pudo recabar detalles. — Sigues con resentimiento por lo de ayer? — Preguntó mientras tomaba su mano y caminaba por una de las calles principales hacia una taberna. La pareja entró al lugar y tomó asiento, sin embargo apenas se sentaron la palabra "Capone" resonó detrás de ellos, en la conversación de dos individuos, interesado en saber por qué se mencionaba tanto el nombre se dedicó a escuchar. — Supiste la recompensa que da Capone por derribar navíos del país de las Flores? — Mencionó uno mientras el otro asentía. — Pero no es tan fácil, hay condiciones, al parecer hay uno de sus hombres en el muelle reclutando.— Agregó y en ese momento el moreno dio una ligera patada suave al pie de su acompañante, esperando que escuchara lo mismo. — Es una oportunidad para cimentar una alianza para el futuro y de paso obtener algunos recursos económicos que te beneficiarían...¿probamos? — Comentaba acariciando el mentón de Justika con el dedo indice.
Ambos al instante salieron del bar y se adentraron de nuevo en la calle para ir hasta el muelle. Sus zapatos levantaban pequeñas nubes de polvo con cada pisada firme que daba y de su bolsillo sacó una caja de cigarros, mientras que en una mano sostenía un encendedor. Sacudió ligeramente la caja, provocando que un cigarro se deslizara hacia afuera, lo atrapó con su boca y lo prendió con el encendedor, dejando escapar humo grisáceo de sus labios. Llegaron al muelle, donde solo podían verse pescadores moviendo sus presas de un lado a otro, hasta que en un pasillo en particular se destacaba un hombre con un trapo cubriendo su cabeza con un jolly roger, el cual claramente lo exponía como pirata. Se acercó a este y dejó escapar un poco del humo, el cual impactó ligeramente contra el rostro del sujeto que solo se quedó mirando fijamente a los orbes amarillos del joven. — ¿Qué quiere Capone que hagamos? — Preguntó yendo directo al grano, la forma en que lo había planteado sonaba a un favor, y él no era de hacer favores, pero si lo hacía Capone le debería un favor y de esa forma se forman alianzas.
— ¿Crees que puedas cumplirle a Capone? — Preguntó el pirata desconocido soltando una carcajada ronca y jocosa, era moreno y de piel oscura, calvo y con un parche en un ojo. Sin decir nada Zein alzó el brazo y dejó brotar una cadena de la palma de su mano, revelando que era un usuario de Akuma no Mi, lo cual significaba ya cierto grado de poder. El mensajero de Capone guardó silencio convencido del potencial de aquella pareja, para después acercarse y contarle a ambos sobre qué tenía que hacerse y qué pedía Capone. — Entendido.— Respondió el moreno, tomando la mano de su mujer y dirigiéndose hacia los barcos en el muelle, para encontrar transporte. — Si no quieres ir dilo ya. — Advirtió a la mujer, mirándola por encima de su hombro. La fémina obviamente respondió de manera positiva, por lo que ambos habían quedado abordo de aquella misión.
El asalto iba a comenzar pronto, Zein miraba fijamente al horizonte mientras el Sol comenzaba a delinearse en su iris, acentuando sus ojos dorados, reflejando la luz del naciente astro. Su cuerpo subía y bajaba ligeramente, tambaleándose un poco por el oleaje, pero aun así se le veía firme. Giró su rostro y besó la mejilla de su mujer, quien estaba a su lado, esperando por los barcos. — Vamos a repasar el plan...— Comentó mirando a Justika.
Cuatro días atrás, Isla Red
El moreno se encontraba en la cama de su hostal recién despierto, parcialmente incorporado en la cama, con el torso desnudo y la sabana hasta sus caderas, mientras que por la ventana a su lado entraba un débil rayo de luz que apenas alcanzaba a iluminar la habitación y de paso revelar aquellas pequeñas partículas de polvo flotando. A su lado se encontraba aun su pareja durmiendo, obviamente desnuda, cubierta hasta el cuello por la suave sabana blanca. La noche anterior se habían enfrentado en una prueba implantada por Zein, que tenía el objetivo de verificar las habilidades de la cazadora. Tras la confrontación se dirigieron a la posada del pirata donde compartieron varios momentos de intimidad en la noche, se podría decir que prácticamente no durmieron.
— Despierta.— Dijo el pirata y dio unas cuantas palmadas a las caderas de la fémina y una ultima, más atrevida aun, en su trasero. Tras despertarla tomó su mano y la guió aun adormilada al baño, donde se frotaban con jabón uno al otro, siendo sus cuerpos únicamente censurados por la espuma que se producía. Una vez que se bañaron y cambiaron salieron a recorrer las calles, al llegar al mercado escuchó a un grupo de vendedores hablando de rumores sobre el conocido "Capone", al escuchar ese nombre algo resonó en su interior, sin embargo, no pudo recabar detalles. — Sigues con resentimiento por lo de ayer? — Preguntó mientras tomaba su mano y caminaba por una de las calles principales hacia una taberna. La pareja entró al lugar y tomó asiento, sin embargo apenas se sentaron la palabra "Capone" resonó detrás de ellos, en la conversación de dos individuos, interesado en saber por qué se mencionaba tanto el nombre se dedicó a escuchar. — Supiste la recompensa que da Capone por derribar navíos del país de las Flores? — Mencionó uno mientras el otro asentía. — Pero no es tan fácil, hay condiciones, al parecer hay uno de sus hombres en el muelle reclutando.— Agregó y en ese momento el moreno dio una ligera patada suave al pie de su acompañante, esperando que escuchara lo mismo. — Es una oportunidad para cimentar una alianza para el futuro y de paso obtener algunos recursos económicos que te beneficiarían...¿probamos? — Comentaba acariciando el mentón de Justika con el dedo indice.
Ambos al instante salieron del bar y se adentraron de nuevo en la calle para ir hasta el muelle. Sus zapatos levantaban pequeñas nubes de polvo con cada pisada firme que daba y de su bolsillo sacó una caja de cigarros, mientras que en una mano sostenía un encendedor. Sacudió ligeramente la caja, provocando que un cigarro se deslizara hacia afuera, lo atrapó con su boca y lo prendió con el encendedor, dejando escapar humo grisáceo de sus labios. Llegaron al muelle, donde solo podían verse pescadores moviendo sus presas de un lado a otro, hasta que en un pasillo en particular se destacaba un hombre con un trapo cubriendo su cabeza con un jolly roger, el cual claramente lo exponía como pirata. Se acercó a este y dejó escapar un poco del humo, el cual impactó ligeramente contra el rostro del sujeto que solo se quedó mirando fijamente a los orbes amarillos del joven. — ¿Qué quiere Capone que hagamos? — Preguntó yendo directo al grano, la forma en que lo había planteado sonaba a un favor, y él no era de hacer favores, pero si lo hacía Capone le debería un favor y de esa forma se forman alianzas.
— ¿Crees que puedas cumplirle a Capone? — Preguntó el pirata desconocido soltando una carcajada ronca y jocosa, era moreno y de piel oscura, calvo y con un parche en un ojo. Sin decir nada Zein alzó el brazo y dejó brotar una cadena de la palma de su mano, revelando que era un usuario de Akuma no Mi, lo cual significaba ya cierto grado de poder. El mensajero de Capone guardó silencio convencido del potencial de aquella pareja, para después acercarse y contarle a ambos sobre qué tenía que hacerse y qué pedía Capone. — Entendido.— Respondió el moreno, tomando la mano de su mujer y dirigiéndose hacia los barcos en el muelle, para encontrar transporte. — Si no quieres ir dilo ya. — Advirtió a la mujer, mirándola por encima de su hombro. La fémina obviamente respondió de manera positiva, por lo que ambos habían quedado abordo de aquella misión.
Actualidad, cercanías de Isla Goat
El asalto iba a comenzar pronto, Zein miraba fijamente al horizonte mientras el Sol comenzaba a delinearse en su iris, acentuando sus ojos dorados, reflejando la luz del naciente astro. Su cuerpo subía y bajaba ligeramente, tambaleándose un poco por el oleaje, pero aun así se le veía firme. Giró su rostro y besó la mejilla de su mujer, quien estaba a su lado, esperando por los barcos. — Vamos a repasar el plan...— Comentó mirando a Justika.
InvitadoInvitado
Re: Formando Alianzas [Tarea/Justika Novacek]
El moreno se mantuvo en silencio, retrocediendo unos cuantos pasos para quedar cubierto por la penumbra del pasillo, se había ocultado de los rayos del Sol que escurrían entre las pequeñas aberturas entre las tablas de madera, pues aun intentaba aferrarse a la seguridad que le proporcionaban las sombras. Sus orbes amarillos no se fijaron en Justika ni siquiera para verificar que se encontraba bien, solo se quedaron clavados en aquella figura que estaba siendo interrogada por la fémina de cabellos cenizos. Ahí desde el suelo aquel individuo seguramente solo podría ver los orbes dorados mirándolo desde la oscuridad, la mirada de un demonio, esperando para atormentarlo, pero no lo haría o al menos eso intentaba. En la mente del pirata este se debatía sobre asesinar o no al pobre bastardo, por eso se había quedado fijado en él, observándolo minuciosamente, buscando algún indicio visible de que vale la pena dejarlo vivir, pero no encontraba respuesta alguna, sin embargo, su cordura le ayudaba a mantener la compostura, por el bien de sus futuros planes; hasta el más grande rey debía hacer sacrificios y actuar acorde a la situación.
Instintivamente la cadena que sostenía al capitán inconsciente chasqueó con un ligero timbre metálico, anunciando que se había tensado. El metal se movía al rededor del cuello del cautivo, apretándolo con fuerza, casi a punto de romperlo, incluso ya podían verse marcas moradas sobre la piel clara del capitán. Aquello era producto de su rabia, a pesar de que se obtuvo con el capitán esta logró manifestarse de alguna forma. Sus ojos se abrieron en sorpresa al darse cuenta de lo que hacía por lo que al instante aflojó la cadena y se fijó en el hombre detrás de él, notando que su pecho se inflaba con dificultad, aliviándolo al saber que aun seguía vivo. Ahora tenían dos presas capturadas, su mujer trajo a la nueva captura frente a él, mientras le sostenía y se disculpaba por lo que acababa de suceder. Una cadena se enrolló en el cuello del sujeto recientemente capturado y de un fuerte apretón lo dejó igualmente noqueado. Zein giró su rostro levemente, mirando a la cazadora nuevamente, con una mirada más amena en su iris dorado y besó con suavidad sus labios. Al separarse de su boca negó con la cabeza. — No te disculpes. — Decía acariciando su mejilla con suavidad. — Nadie toca a mi mujer sin mi permiso. — Condenó, dedicando una última mirada con desdén al sujeto desmayado que se había atrevido a tocar a Justika.
— No iremos al otro barco, los atraeremos, debemos sacar al capitán, no podemos arriesgarnos a entrar en un lugar donde ya saben que iremos.— Decía mientras agarraba su propio mentón con los dedos, intentando pensar en alguna estrategia, mientras afianzaba las cadenas que retenían a los dos capitanes capturados. — Debemos encontrar la forma de que salgan a la cubierta. — Comentaba mientras tomaba asiento en aquel pasillo, cerca del charco de sangre del cocinero que había perecido en el enfrentamiento.— Por cierto...¿cómo te capturaron? — Preguntó, mirando con curiosidad a la mujer, no era usual que cayera como rehén, así que algo debió suceder para que no pudiera defenderse.
Instintivamente la cadena que sostenía al capitán inconsciente chasqueó con un ligero timbre metálico, anunciando que se había tensado. El metal se movía al rededor del cuello del cautivo, apretándolo con fuerza, casi a punto de romperlo, incluso ya podían verse marcas moradas sobre la piel clara del capitán. Aquello era producto de su rabia, a pesar de que se obtuvo con el capitán esta logró manifestarse de alguna forma. Sus ojos se abrieron en sorpresa al darse cuenta de lo que hacía por lo que al instante aflojó la cadena y se fijó en el hombre detrás de él, notando que su pecho se inflaba con dificultad, aliviándolo al saber que aun seguía vivo. Ahora tenían dos presas capturadas, su mujer trajo a la nueva captura frente a él, mientras le sostenía y se disculpaba por lo que acababa de suceder. Una cadena se enrolló en el cuello del sujeto recientemente capturado y de un fuerte apretón lo dejó igualmente noqueado. Zein giró su rostro levemente, mirando a la cazadora nuevamente, con una mirada más amena en su iris dorado y besó con suavidad sus labios. Al separarse de su boca negó con la cabeza. — No te disculpes. — Decía acariciando su mejilla con suavidad. — Nadie toca a mi mujer sin mi permiso. — Condenó, dedicando una última mirada con desdén al sujeto desmayado que se había atrevido a tocar a Justika.
— No iremos al otro barco, los atraeremos, debemos sacar al capitán, no podemos arriesgarnos a entrar en un lugar donde ya saben que iremos.— Decía mientras agarraba su propio mentón con los dedos, intentando pensar en alguna estrategia, mientras afianzaba las cadenas que retenían a los dos capitanes capturados. — Debemos encontrar la forma de que salgan a la cubierta. — Comentaba mientras tomaba asiento en aquel pasillo, cerca del charco de sangre del cocinero que había perecido en el enfrentamiento.— Por cierto...¿cómo te capturaron? — Preguntó, mirando con curiosidad a la mujer, no era usual que cayera como rehén, así que algo debió suceder para que no pudiera defenderse.
InvitadoInvitado
Re: Formando Alianzas [Tarea/Justika Novacek]
Insatisfecha por el resultado de sus acciones, Zein era el único que mostraba consideración hacia la espadachina, su comportamiento siempre cambiaba a comparación de la primera vez que se conocieron, justo cuando su conducta más vil y estricta sometía a la mujer a sus expectativas y exigencias. Sin embargo, la sensación de impotencia para alguien de la categoría de la cazadora resultaba imperdonable. Cabizbaja la caricia suave de las palabras ajenas para reconfortarla solo contenían una latente humillación, frustrada contuvo la respiración antes de afectar su misión para que su pareja pudiera construir buenas relaciones con Capone.
Veneno, entré a la sala de comunicaciones y se liberó un gas púrpura, al despertar ese hombre me tenía atada. – Tras explicar la situación señaló solo con la mirada al sujeto que se hallaba inconsciente entre las cadenas. Ahora lo que debían planear era como atraer a los dos últimos barcos. No obstante, un mal presentimiento le abordaba por lo que dejando a su compañero corrió por los pasillos adelantándose para subir a cubierta.
Y como lo hubo esperado, resultaba casi predecible descubrir que el resto de los navíos querían darse a la fuga. Novacek estaba a punto de perder el control y enfadarse, aunque no perdería los estribos y trataría de solucionar ese pequeño predicamento lo más pronto posible. Se estaban alejando a unos cuantos nudos de altamar, todavía existía tiempo para alcanzarles. Dando vuelta caminó en dirección a la cámara anterior hallando a su pareja desconcertada por la inesperada acción de la fémina. – Están huyendo, debemos forzarles a que regresen para que se queden, ve a cubierta y úsalos como carnada rápido, yo iré al cuarto de comunicaciones para contactarme… no tenemos mucho tiempo. – Ideando ese tipo de estrategia tuvo más precaución por explorar el navío, algunas de las trampas eran visibles, pero tenían el mismo sistema para liberar ese gas que dejaba aturdido a aquellos que se atrevían a asaltarles. Estando en el cuarto correcto estableció la señal para ponerse en contacto, aunque como era de esperarse nadie deseaba responderle de vuelta. – Tenemos a sus capitanes, si desean que sobrevivan deberán volver de inmediato con los otros dos a cargo de sus naves… solo si en verdad valoran las vidas de estos hombres, de lo contrario los decapitaremos frente a sus ojos y serán responsables de sus muertes al no acceder, tienen cinco minutos. – Precaria ante ese ultimátum arrancó el intercomunicador solo llegando a escuchar un alarido de “espera” para abrir otro tipo de negociación.
Zein estaba en cubierta arrastrando a sus rehenes, todavía no estaba al tanto del plan de Justika. La mujer se presentó a su lado portando su querida espada ya que feroz sostenía la empuñadura con intención de cumplir con su amenaza. – Cuélgalos a modo que los vean.. solo les quedan tres minutos. – El curso de los barcos cambiaba, estaban regresando.
Veneno, entré a la sala de comunicaciones y se liberó un gas púrpura, al despertar ese hombre me tenía atada. – Tras explicar la situación señaló solo con la mirada al sujeto que se hallaba inconsciente entre las cadenas. Ahora lo que debían planear era como atraer a los dos últimos barcos. No obstante, un mal presentimiento le abordaba por lo que dejando a su compañero corrió por los pasillos adelantándose para subir a cubierta.
Y como lo hubo esperado, resultaba casi predecible descubrir que el resto de los navíos querían darse a la fuga. Novacek estaba a punto de perder el control y enfadarse, aunque no perdería los estribos y trataría de solucionar ese pequeño predicamento lo más pronto posible. Se estaban alejando a unos cuantos nudos de altamar, todavía existía tiempo para alcanzarles. Dando vuelta caminó en dirección a la cámara anterior hallando a su pareja desconcertada por la inesperada acción de la fémina. – Están huyendo, debemos forzarles a que regresen para que se queden, ve a cubierta y úsalos como carnada rápido, yo iré al cuarto de comunicaciones para contactarme… no tenemos mucho tiempo. – Ideando ese tipo de estrategia tuvo más precaución por explorar el navío, algunas de las trampas eran visibles, pero tenían el mismo sistema para liberar ese gas que dejaba aturdido a aquellos que se atrevían a asaltarles. Estando en el cuarto correcto estableció la señal para ponerse en contacto, aunque como era de esperarse nadie deseaba responderle de vuelta. – Tenemos a sus capitanes, si desean que sobrevivan deberán volver de inmediato con los otros dos a cargo de sus naves… solo si en verdad valoran las vidas de estos hombres, de lo contrario los decapitaremos frente a sus ojos y serán responsables de sus muertes al no acceder, tienen cinco minutos. – Precaria ante ese ultimátum arrancó el intercomunicador solo llegando a escuchar un alarido de “espera” para abrir otro tipo de negociación.
Zein estaba en cubierta arrastrando a sus rehenes, todavía no estaba al tanto del plan de Justika. La mujer se presentó a su lado portando su querida espada ya que feroz sostenía la empuñadura con intención de cumplir con su amenaza. – Cuélgalos a modo que los vean.. solo les quedan tres minutos. – El curso de los barcos cambiaba, estaban regresando.
InvitadoInvitado
Re: Formando Alianzas [Tarea/Justika Novacek]
El moreno simplemente no decía nada, se dedicó a escuchar la explicación de la cazadora, a la vez que asentía, en su cabeza estaba ideando un plan, pero aun no estaban encajadas todas las piezas para llevar a cabo el mismo. Repentinamente su mujer empezó una marcha acelerada hacia la cubierta, sin saber que ocurría no preguntó nada, solo esperó por ella mientras enarcaba una ceja, a decir verdad a pesar de que no comprendía sus acciones en el fondo siempre le agradaba ver que tenía iniciativa. La mujer de cabellos cenizos volvió, esta vez con una preocupación y comentando algo que podría perjudicar toda la misión, sin embargo antes de que pudiera decir palabra alguna Justika marchó de nuevo para controlar la situación esta vez una sonrisa se acomodó en sus labios y decidió confiar en ella, por lo que siguiendo con lo que hacía fue subiendo hasta la cubierta, sin embargo, ahora agarraba las cadenas con las que mantenía cautivos a los dos capitanes.
Esta vez se encontraba agarrándolas para que los demás tripulantes no se dieran cuenta de su poder, el elemento sorpresa siempre ayuda en situaciones así. Jalando las cadenas como si se tratase de fuerza propia, iba arrastrando aquellos dos cuerpos sobre la madera. Al estar en la cubierta el Sol ya estaba en lo alto y el cielo amarillento empezaba a tornarse azul. Una vez que apareció Justika la escuchó y cumplió su solicitud, llevando ambos cuerpos hasta el borde del barco, como si estuviera a punto de dejarlos caer por la borda y si eso pasaba, debido a la altura del barco, quedarían colgados, como en una horca improvisada. Asomó los cuerpos de manera tentativa, como si estuviera a punto de hacerlo, buscando presionar a los otros. Aprovechando que su mujer estaba cerca se le había ocurrido algo. -Podríamos usar el gas con el que te capturaron.- Sugirió mientras mantenía a aquellos dos hombres sin conciencia a punto de ser colgados de la borda del barco.
Sus ojos pasaron de ver a la cazadora a fijarse en aquellos barcos, notando como cada uno tenía un ancla sujetada, unida al barco con una cadena, conociendo los poderes de su Akuma no Mi sabía que podría aprovecharse de eso. - Si se acercan más puedo destruir sus barcos, cuando tengamos a los capitanes en este barco justo en ese momento podré destruir el de ellos y quedar con todos los capitanes cautivos.- Comentó para que la mujer actuara acorde a dicha información.
Esta vez se encontraba agarrándolas para que los demás tripulantes no se dieran cuenta de su poder, el elemento sorpresa siempre ayuda en situaciones así. Jalando las cadenas como si se tratase de fuerza propia, iba arrastrando aquellos dos cuerpos sobre la madera. Al estar en la cubierta el Sol ya estaba en lo alto y el cielo amarillento empezaba a tornarse azul. Una vez que apareció Justika la escuchó y cumplió su solicitud, llevando ambos cuerpos hasta el borde del barco, como si estuviera a punto de dejarlos caer por la borda y si eso pasaba, debido a la altura del barco, quedarían colgados, como en una horca improvisada. Asomó los cuerpos de manera tentativa, como si estuviera a punto de hacerlo, buscando presionar a los otros. Aprovechando que su mujer estaba cerca se le había ocurrido algo. -Podríamos usar el gas con el que te capturaron.- Sugirió mientras mantenía a aquellos dos hombres sin conciencia a punto de ser colgados de la borda del barco.
Sus ojos pasaron de ver a la cazadora a fijarse en aquellos barcos, notando como cada uno tenía un ancla sujetada, unida al barco con una cadena, conociendo los poderes de su Akuma no Mi sabía que podría aprovecharse de eso. - Si se acercan más puedo destruir sus barcos, cuando tengamos a los capitanes en este barco justo en ese momento podré destruir el de ellos y quedar con todos los capitanes cautivos.- Comentó para que la mujer actuara acorde a dicha información.
InvitadoInvitado
Re: Formando Alianzas [Tarea/Justika Novacek]
Tomando las riendas de la situación la cazadora simplemente se resguardaba a lado de su pareja tratando de hallar en su interior un punto en calma, el que necesitaba para poder enfocarse. Cerrando los ojos escuchaba la sugerencia de Zein sobre ocupar el veneno, no era una mala idea, pero ahora no podía volver e inspeccionar el navío mientras los otros barcos estaban dando vuelta sometidos por la advertencia de la espadachina. – Podría tener un uso beneficioso para nosotros, mientras tanto, enfoquémonos en lo que se avecina. – Respondió en un tono más conciliador.
Se trataban de dos individuos en contra de treinta cinco tripulantes armados, apuntándoles cada uno con sus rifles y desplegando los cañones, podría decirse que tan solo en número se encontraban en desventaja, sin embargo, junto con la nueva habilidad adquirida por parte de su pareja, ciertamente la sorpresa se la llevarían ellos. Sin embargo, cuando cada uno de los hombres pudo descubrir que los capitanes que fueron capturados a manos por el dúo provocó una furia incontenible. Uno a uno lanzaba amenazas, podría ser sencillo disparar una bala directamente a la cabeza del verdugo, más Justika interferiría adrede en el campo de visión del enemigo. – Entreguen a sus capitanes, de lo contrario la vida de estos dos hombres quedará en su consciencia, ustedes eligen. – La rabia se estaba desatando, más el nerviosismo crecía entre ellos, se miraban confusos entre sí, las cadenas envolvían las figuras de los prisioneros por lo que en cierta instancia no parecía una brillante idea el comenzar a dar tiros sin arriesgar a asesinar a sus superiores.
El tiempo transcurría, ninguno del aglomerado grupo decidía revelarse de quienes comandaban la mercancía. Siendo ese el caso la fémina sujetaba el cabello de uno de sus prisioneros revelando su cuello, expuesto y vulnerable paseó el filo de la hoja metálica en un sutil desliz. La sangre brotaba, el chasquido de una lengua resonó agudo descubriendo ante ellos a una mujer. Novacek inducida por la sorpresa solamente frunció los labios disgustada, el otro se trataba de otro hombre alrededor de los treinta avanzando lentamente hacia la plancha para poder cruzar hacia el barco. – Vuélcalos cuando tengas oportunidad. – Musitó para caminar frente al resto de los capitanes. Siendo precavida inspeccionó sus siluetas, estaban desarmados por lo que evitándose una desagradable sorpresa golpeó con la empuñadura de su espada la parte baja de su nuca dejándolos inconscientes...
Se trataban de dos individuos en contra de treinta cinco tripulantes armados, apuntándoles cada uno con sus rifles y desplegando los cañones, podría decirse que tan solo en número se encontraban en desventaja, sin embargo, junto con la nueva habilidad adquirida por parte de su pareja, ciertamente la sorpresa se la llevarían ellos. Sin embargo, cuando cada uno de los hombres pudo descubrir que los capitanes que fueron capturados a manos por el dúo provocó una furia incontenible. Uno a uno lanzaba amenazas, podría ser sencillo disparar una bala directamente a la cabeza del verdugo, más Justika interferiría adrede en el campo de visión del enemigo. – Entreguen a sus capitanes, de lo contrario la vida de estos dos hombres quedará en su consciencia, ustedes eligen. – La rabia se estaba desatando, más el nerviosismo crecía entre ellos, se miraban confusos entre sí, las cadenas envolvían las figuras de los prisioneros por lo que en cierta instancia no parecía una brillante idea el comenzar a dar tiros sin arriesgar a asesinar a sus superiores.
El tiempo transcurría, ninguno del aglomerado grupo decidía revelarse de quienes comandaban la mercancía. Siendo ese el caso la fémina sujetaba el cabello de uno de sus prisioneros revelando su cuello, expuesto y vulnerable paseó el filo de la hoja metálica en un sutil desliz. La sangre brotaba, el chasquido de una lengua resonó agudo descubriendo ante ellos a una mujer. Novacek inducida por la sorpresa solamente frunció los labios disgustada, el otro se trataba de otro hombre alrededor de los treinta avanzando lentamente hacia la plancha para poder cruzar hacia el barco. – Vuélcalos cuando tengas oportunidad. – Musitó para caminar frente al resto de los capitanes. Siendo precavida inspeccionó sus siluetas, estaban desarmados por lo que evitándose una desagradable sorpresa golpeó con la empuñadura de su espada la parte baja de su nuca dejándolos inconscientes...
InvitadoInvitado
Re: Formando Alianzas [Tarea/Justika Novacek]
La mujer firme e imponente aclaró que el veneno podría ser útil pero que era mejor centrarnos en la situación actual. Una sonrisa se dibujó en sus pálidos labios mientras sus orbes dorados la miraba fijamente, el chasquido metálico de las cadenas se escuchaba bajo sus prendas, preparándose para pelear. Le gustaba la actitud proactiva de la cazadora, después de todo, era la única persona a quien no veía como alguien inferior, sino a su mismo nivel, por lo que escucharía sus palabras y la dejaría llevar la situación, lo cual a la vez era una prueba, para ver si podría manejar los asuntos complicados de un reino; tras todo gran rey hay una gran reina. Sus orbes se deslizaron nuevamente hacia los barcos, notando como los tripulantes salían, sacudiendo cuchillos al aire y varios les apuntaban con rifles, haciendo resonar en el aire gritos de ira y el crujir de las balas cargándose en cada rifle. — Que molesto...— Comentaría mientras alzaba los dos capitanes capturados y los acomodaba tras de él y Justika, quien exitosamente había hecho que los dos capitanes restantes se mostraran.
Una vez que los otros capitanes estaban en el mismo barco que la pareja simplemente se inclinó y dio un beso corto pero intenso a los labios de la mujer de cabellos cenizos, como un reconocimiento a que había hecho un buen trabajo. Ni corto ni perezoso recordó las palabras previamente dichas por Justika y sabía que ese era el momento justo para destrozar aquellos barcos. Aprovechando la cercanía usó el poder de su Akuma no Mi y las anclas de aquellos dos barcos se alzaron como serpientes de gran tamaño, cuya cabeza era el ancla y sus cuerpos las cadenas que las unían al barco. Al tenerlas en lo alto fue suficiente para distraer a todos aquellos tripulante, al tener todas las miradas puestras sobre las anclas elevadas las dejó caer y por su propio peso partieron la madera de la cubierta y después de la base del barco, haciendo que estos empezaran a hundirse, desesperados algunos empezaron a disparar contra el pirata, pero él ya se había preparado con muchas cadenas entrelazadas entre si que actuaban de escudo para Zein y Justika, además de sus rehenes.
Los pobres miserables terminaron por hundirse, destruyendo ambos barcos y quedando con cuatro capitanes capturados, teniendo ahora cada uno dos cadenas inmovilizándolos. Tras haber terminado la misión se acercó a su mujer, agarrándola por la cintura, para después sellar sus labios en un beso apasionado, buscando robarle el aliento, no tenía motivo alguno para besarla, pero siempre tenía el deseo latente.— Ahora hagamos la entrega.— Indicaría mientras daba suaves besos por todo el rostro de Justika.
Una vez que los otros capitanes estaban en el mismo barco que la pareja simplemente se inclinó y dio un beso corto pero intenso a los labios de la mujer de cabellos cenizos, como un reconocimiento a que había hecho un buen trabajo. Ni corto ni perezoso recordó las palabras previamente dichas por Justika y sabía que ese era el momento justo para destrozar aquellos barcos. Aprovechando la cercanía usó el poder de su Akuma no Mi y las anclas de aquellos dos barcos se alzaron como serpientes de gran tamaño, cuya cabeza era el ancla y sus cuerpos las cadenas que las unían al barco. Al tenerlas en lo alto fue suficiente para distraer a todos aquellos tripulante, al tener todas las miradas puestras sobre las anclas elevadas las dejó caer y por su propio peso partieron la madera de la cubierta y después de la base del barco, haciendo que estos empezaran a hundirse, desesperados algunos empezaron a disparar contra el pirata, pero él ya se había preparado con muchas cadenas entrelazadas entre si que actuaban de escudo para Zein y Justika, además de sus rehenes.
Los pobres miserables terminaron por hundirse, destruyendo ambos barcos y quedando con cuatro capitanes capturados, teniendo ahora cada uno dos cadenas inmovilizándolos. Tras haber terminado la misión se acercó a su mujer, agarrándola por la cintura, para después sellar sus labios en un beso apasionado, buscando robarle el aliento, no tenía motivo alguno para besarla, pero siempre tenía el deseo latente.— Ahora hagamos la entrega.— Indicaría mientras daba suaves besos por todo el rostro de Justika.
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Re: Formando Alianzas [Tarea/Justika Novacek]
Cuando las cosas parecían marchar conforme trataban de solventar la situación, finalmente tenían en su dominio a los cuatro capitanes en el único navío que designaron para cambiar de rumbo hasta el punto de encuentro que estipuló Capone. La cazadora apenas murmuraba que Zein se deshiciera del resto, ya que solo se trataba de lastre. Entre la angustia de uno de los capitanes gritó zafándose ordenando que se alejaran lo más que pudieran, pero siendo admirable, aunque más bien estúpido, los disparos se efectuaron en una contramedida ridícula de poner fuera de combate a la pareja. El pelinegro hábilmente cubrió a la espadachina. Escudados dentro de las cadenas la fémina fue tomada en un intenso beso que la dejaba sin aliento, desviviéndose por el sabor que estos manifestaban, además del tedioso picor al tabaco que se tatuaba efímero en sus labios.
Un tanto aturdida por el gesto de afecto tan pasional retrocedió un poco a tropiezos, odiaba que la tomara de esa forma desprevenida. Mientras tanto en una sonrisa burlona su amante y pareja se encargaba destrozando los barcos acabando por hundirlos, obligando a la tripulación a lanzarse sin más opción a la mar derrotados. Novacek dejaría aquella parte tediosa a Bekeltov, ahora cambiaría el curso conforme la brújula que se le fue entregada por aquel viejo en el puerto les conduciría hasta el sitio donde su contratista solicitaba debía ser llevada el encargo.
Con el tiempo un tanto en contra, Zein retomaría el mando a lado de la mujer. Cerca de dos días en el que ambos jugueteaban íntimos, trataban de no delegar su responsabilidad, aunque aquello fuera complicado teniendo al pirata con las manos encima casi las veinticuatro horas del día. En el tercer amanecer Novacek se levantaba de la cama a regañadientes, desnuda se colocaba a fuerza la camisa de su amante para darse cuenta que habían llegado. – Oye… – Estirando su diestra movió el bulto cerca de su silueta para despertar a Zein, para su sorpresa él no se hallaba en la habitación. Al salir pudo notar que estaba en el puesto de control usando pantalones, desprovisto de calzado y el torso descubierto se refugiaría en los brazos. – ¿Estás listo?, quizá llegues a verlo hoy. – No le agradaban los piratas, eran embusteros, traicioneros, solo sucias ratas, así que su desagrado por Capone era natural para ella.
Un tanto aturdida por el gesto de afecto tan pasional retrocedió un poco a tropiezos, odiaba que la tomara de esa forma desprevenida. Mientras tanto en una sonrisa burlona su amante y pareja se encargaba destrozando los barcos acabando por hundirlos, obligando a la tripulación a lanzarse sin más opción a la mar derrotados. Novacek dejaría aquella parte tediosa a Bekeltov, ahora cambiaría el curso conforme la brújula que se le fue entregada por aquel viejo en el puerto les conduciría hasta el sitio donde su contratista solicitaba debía ser llevada el encargo.
Con el tiempo un tanto en contra, Zein retomaría el mando a lado de la mujer. Cerca de dos días en el que ambos jugueteaban íntimos, trataban de no delegar su responsabilidad, aunque aquello fuera complicado teniendo al pirata con las manos encima casi las veinticuatro horas del día. En el tercer amanecer Novacek se levantaba de la cama a regañadientes, desnuda se colocaba a fuerza la camisa de su amante para darse cuenta que habían llegado. – Oye… – Estirando su diestra movió el bulto cerca de su silueta para despertar a Zein, para su sorpresa él no se hallaba en la habitación. Al salir pudo notar que estaba en el puesto de control usando pantalones, desprovisto de calzado y el torso descubierto se refugiaría en los brazos. – ¿Estás listo?, quizá llegues a verlo hoy. – No le agradaban los piratas, eran embusteros, traicioneros, solo sucias ratas, así que su desagrado por Capone era natural para ella.
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Re: Formando Alianzas [Tarea/Justika Novacek]
Tras haber controlado la situación y haber hundido los barcos prosiguió a dejar inconscientes a sus prisioneros, como no podía mantenerlos atados con su poder tanto tiempo de seguido encontró simples cuerdas con las que ató a los capitanes y los depositó en un cuarto, como si fueran simples costales de tierra. Durante esos días fijó el curso al lugar señalado, mientras se la pasaba gran parte del día tomando a su mujer y haciéndola gritar por varias horas. Aquellos gritos de la fémina durante la noche actuaban casi como una tortura para los cautivos, pues no dormirían mucho durante el trayecto que llevaba el barco. De vez en cuando el pirata abría la puerta de la habitación para dejar agua y alimento que encontraba en la cocina del barco, asegurándose de que estos se mantuvieran vivos. Las horas pasaban, el Sol subía y bajaba, intercalándose con la Luna en la penumbra nocturna.
Al tercer día se había despertado muy temprano, tras una noche de intensa pasión y sudor, sabía que ya estaban cerca, por lo que ajustó el ritmo y el curso del barco. Llegando a visualizar la costa cercana, donde harían la entrega. Repentinamente recibiría la presencia de su amante, se giró para verla con aquellos orbes dorados, sonriendo con malicia agarraba su mentón delicadamente y depositaba un suave beso sobre sus labios al escucharla. — También es probable que no lo vea, pero lo importante es que conozca nuestros nombres. — Diría para después retirarse a terminar de vestir. Las horas pasaron y ya habían anclado en tierra firme. El moreno bajaría del barco de un salto, arrastrando consigo a sus cuatro victimas, siendo arrastradas por cadenas que nacían en la espalda de Zein. Este caería en tierra junto a los cuatro capitanes que se desplomarían sobre la tierra abatidos, seguidos de su mujer que aterrizaría sobre ellos.
No recorrieron mucha distancia antes de visualizar al mismo hombre que les había encargado la misión. Se acercaron a este, teniendo algunas gotas de sudor en la frente. Una ves frente a este el pirata tiró de las cadenas y dejó a sus pies a los cuatro capitanes noqueados, mientras que las cadenas se iban retrayendo, hasta desaparecer en su espalda. — Por poco llegan tarde. — Dijo el misterioso individuo soltando una sonrisa de satisfacción. — Pero no lo hicimos, ahora bien, ¿donde está? — Preguntó obviamente haciendo referencia a Capone. — Muy lejos de aquí. — Sentenció la figura. —Pero puedo comentar sus nombres, después de todo hay que dar el crédito. — Agregaría. — Bien, me basta con eso, Justika Novacek y Zein Bekeltov.— Respondería diciendo sus nombres para después marcharse del lugar.
Al tercer día se había despertado muy temprano, tras una noche de intensa pasión y sudor, sabía que ya estaban cerca, por lo que ajustó el ritmo y el curso del barco. Llegando a visualizar la costa cercana, donde harían la entrega. Repentinamente recibiría la presencia de su amante, se giró para verla con aquellos orbes dorados, sonriendo con malicia agarraba su mentón delicadamente y depositaba un suave beso sobre sus labios al escucharla. — También es probable que no lo vea, pero lo importante es que conozca nuestros nombres. — Diría para después retirarse a terminar de vestir. Las horas pasaron y ya habían anclado en tierra firme. El moreno bajaría del barco de un salto, arrastrando consigo a sus cuatro victimas, siendo arrastradas por cadenas que nacían en la espalda de Zein. Este caería en tierra junto a los cuatro capitanes que se desplomarían sobre la tierra abatidos, seguidos de su mujer que aterrizaría sobre ellos.
No recorrieron mucha distancia antes de visualizar al mismo hombre que les había encargado la misión. Se acercaron a este, teniendo algunas gotas de sudor en la frente. Una ves frente a este el pirata tiró de las cadenas y dejó a sus pies a los cuatro capitanes noqueados, mientras que las cadenas se iban retrayendo, hasta desaparecer en su espalda. — Por poco llegan tarde. — Dijo el misterioso individuo soltando una sonrisa de satisfacción. — Pero no lo hicimos, ahora bien, ¿donde está? — Preguntó obviamente haciendo referencia a Capone. — Muy lejos de aquí. — Sentenció la figura. —Pero puedo comentar sus nombres, después de todo hay que dar el crédito. — Agregaría. — Bien, me basta con eso, Justika Novacek y Zein Bekeltov.— Respondería diciendo sus nombres para después marcharse del lugar.
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