Año 230 D.D.G
Tras un periodo de paz el nombre de un sujeto comenzó a surgir entre los piratas hasta hacerse de un renombre mundial… Norman D. Gold, un pirata que en un par de años alcanzó el poder suficiente para consagrarse como un emperador pirata y eventualmente para ser nombrado como rey de los piratas al haber reunido un tesoro inconcebible al cual se le otorgó el nombre de “One Piece”. Durante años el Gobierno hizo uso de todos sus recursos para acabar con este hombre per todo fue inútil y decidieron simplemente dedicarse a contener sus ataques. Gold sin embargo, no parece interesado en destruir al Gobierno o en atacar a sus instituciones, sino más bien en continuar explorando el mundo no conocido estableciendo con su poder una estabilidad no vista antaño en el mundo de la mano de todas las demás facciones. ¿Serás parte del mundo y su avance?. Seguir leyendo...
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Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional.
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El Gran Soñador [Pasado - Ghost].
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El Gran Soñador [Pasado - Ghost].
Recuerdo del primer mensaje :
Eden colocó un par de flores en aquel pequeño altar y se inclinó para rezar por un par de minutos en silencio, era la primera vez en años que regresaba a su isla natal y la verdad la situación no distaba mucho de sus memorias. Spider Miles seguía siendo el foco de crimen e impunidad que conoció en su infancia, aunque en cierto sentido todavía le encontraba la magia al lugar, algunos ya no le reconocían, pero otros -como el señor Steve- se encontraban orgullosos de saber que alguien de esa isla era algo más que un criminal. Lamentablemente, su visita solo había reforzado los rumores respecto a Mat, al parecer era totalmente verdad que era ya un pirata en ascenso, su recompensa seguía siendo relativamente poca, pero eso ya era suficiente para considerarlo una amenaza en contra de la Marina y el Gobierno, muchos incluso le adjudicaban asesinatos notorios, ¿acaso eso era verdad?, podía aceptar que su hermano era un pirata, probablemente era su única opción tras salir de la isla, pero todavía se veía incapaz de aceptar el hecho que este se volvió un asesino de sangre fría.
-Lo siento abuelos, no he podido traerlo a casa todavía, pero un día lo haré, de una forma u otra- abrió los ojos y sujetó su katana, un regalo de Natsumi, la extrañaba mucho, a decir verdad, pero así era la vida, algunas personas simplemente…se iban. -La verdad es que este lugar me resulta ahora más pequeño, tal vez por la edad- durante su infancia aquel pequeño edificio en ruinas le parecía casi una mansión, ahora podía dimensionar que era una estructura básicamente destrozada, careciendo ya de camas y otros objetos robados seguramente por los ladronzuelos, solo quedaban un par de cosas nada útiles y aquel pequeño altar improvisado construido por el ahora samurái.
Lo cierto es que desde su arribo a la isla varios días atrás las cosas habían transcurrido de una forma común, un par de años atrás el peliblanco se imaginaba que a su regreso todo sería un caos, algo así como una novela de las que leía la esposa de su maestro Oku, donde un chico se iba de su pueblo para regresar siendo un héroe y reformar su región, si bien ya había capturado a una banda pequeña de criminales de poca monta, eso apenas le ganó suficiente fama para que en su isla le reconociesen como un cazador, pero nada de otro mundo. Así mismo, él odiaba ser considerado un cazador, pues su motivación no era el dinero ni tampoco la fama -aunque no se habría negado a la misma- sino más bien la seguridad social, sus abuelos creían en ella y de alguna forma su maestro también, incluso Natsumi, aunque ella lo consideraba más un ideal que una realidad, en muchas ocasiones le recomendó inscribirse a la Marina si eso pretendía, pero para el albino, estar atado a normas de una institución era complicado, no le agradaba pensar que debía acatarlas, pues en Shimotsuki aprendió que no todo era blanco o negro.
Como fuere, salió a la calle con una escoba y comenzó a barrer el lugar retirando bastante basura del lugar, en unos días iniciaría su viaje y no estaba seguro si volvería a su casa, por ello quería dejarla la mejor posible, aunque bueno, eso de “volver” era lo de menos, poco a poco estaba entendiendo el poder que se le había otorgado por meros caprichos del azar, era alguien inmortal, al menos hasta esos momentos todo apuntaba a ello, no podía morir pese a las cuantiosas formas en que aquello se produjo una y otra vez.
-Lo siento abuelos, no he podido traerlo a casa todavía, pero un día lo haré, de una forma u otra- abrió los ojos y sujetó su katana, un regalo de Natsumi, la extrañaba mucho, a decir verdad, pero así era la vida, algunas personas simplemente…se iban. -La verdad es que este lugar me resulta ahora más pequeño, tal vez por la edad- durante su infancia aquel pequeño edificio en ruinas le parecía casi una mansión, ahora podía dimensionar que era una estructura básicamente destrozada, careciendo ya de camas y otros objetos robados seguramente por los ladronzuelos, solo quedaban un par de cosas nada útiles y aquel pequeño altar improvisado construido por el ahora samurái.
Lo cierto es que desde su arribo a la isla varios días atrás las cosas habían transcurrido de una forma común, un par de años atrás el peliblanco se imaginaba que a su regreso todo sería un caos, algo así como una novela de las que leía la esposa de su maestro Oku, donde un chico se iba de su pueblo para regresar siendo un héroe y reformar su región, si bien ya había capturado a una banda pequeña de criminales de poca monta, eso apenas le ganó suficiente fama para que en su isla le reconociesen como un cazador, pero nada de otro mundo. Así mismo, él odiaba ser considerado un cazador, pues su motivación no era el dinero ni tampoco la fama -aunque no se habría negado a la misma- sino más bien la seguridad social, sus abuelos creían en ella y de alguna forma su maestro también, incluso Natsumi, aunque ella lo consideraba más un ideal que una realidad, en muchas ocasiones le recomendó inscribirse a la Marina si eso pretendía, pero para el albino, estar atado a normas de una institución era complicado, no le agradaba pensar que debía acatarlas, pues en Shimotsuki aprendió que no todo era blanco o negro.
Como fuere, salió a la calle con una escoba y comenzó a barrer el lugar retirando bastante basura del lugar, en unos días iniciaría su viaje y no estaba seguro si volvería a su casa, por ello quería dejarla la mejor posible, aunque bueno, eso de “volver” era lo de menos, poco a poco estaba entendiendo el poder que se le había otorgado por meros caprichos del azar, era alguien inmortal, al menos hasta esos momentos todo apuntaba a ello, no podía morir pese a las cuantiosas formas en que aquello se produjo una y otra vez.
InvitadoInvitado
Re: El Gran Soñador [Pasado - Ghost].
Al ver como la espada del contrario caía al suelo se calmó de nueva cuenta envainando casi al instante la katana para posteriormente sostenerla en su cinto demostrando que si el otro no pretendía pelear él no iba a agredirlo, no era propio de Eden atacar a otra persona, solo lo hacía en casos extremadamente necesarios. Tras aquello se giró y apagó un par de velas encendidas, pese a ese inconveniente no había pensado todavía abandonar su casa, necesitaba una última cosa y por ello avanzó por el sitio ignorando un tanto al invitado, no estaba tratando de ofenderlo pues en realidad le seguía prestando atención, aunque no había mucho que agregar a su disculpa, haber demostrado que no estaba buscando problemas era suficiente para el samurái y por ende no le iba a atacar a no ser que encontrase nuevamente un motivo para ello, cosa que dudaba, aquel sujeto se mostraba ya más cabal, conocía de antemano las leyendas del espíritu de toda espada, creía en ello, sin embargo según sus enseñanzas una espada no solía enloquecer a su portador a no ser que este ya estuviese loco desde antes, el arte de la espada no se trataba solo de cuerpo sino de mente, seguro el otro no tenía ese entrenamiento, de tenerlo sería raro poder ser controlado de ese modo por la misma.
-¿Eres su hijo?- comentó revisando un pequeño armario destrozado y sacando de este un par de fotos que casi al instante guardó en sus ropas, eso era lo único que necesitaba antes de abandonar quizás para siempre lo que antaño fue su hogar. -Que raro, mis mentores nunca mencionaron nada respecto a un hijo, de hecho no mencionaron nada después de aquel acontecimiento- comentó girándose para verle con una cara ya serena, en realidad no tenía demasiados datos, solo anécdotas que recordaba pues en Shimotsuki lo único interesante para hacer, aparte de luchar con otros estudiantes o pasar el rato con Natsumi, eran las historias de los dos adultos, mayormente entretenidas, pero en otras ocasiones más lúgubres, la historia de aquella mujer, madre de Henry si es que eso era realidad, era una de esas historias poco agradables y hasta confusas.
Por un momento volvió a dudar si merecía hablar con aquel albino, bien podía estarle mintiendo y en ese caso no quería revelar cosas comprometedoras, por otro lado, pensar que cualquiera podía tener la información de aquella mujer era casi ilógico, se suponía que estaba muerta, los que la conocieron estaban muertos, solo quedaba Eden para conocer parte de esa historia, al menos de aquellos que provenían de Shimotsuki. Con esa duda en la mente avanzó hasta la salida pidiéndole con un gesto al otro que lo acompañase, ya en las afueras la gente se había dispersado para volver a sus actividades, al final de cuentas necesitaban comer y para ello requerían trabajar arduamente como todos los días, afortunadamente ya no se veía en ninguna parte a los malandrines, al menos parecían haber aprendido la lección.
Tras uno o dos minutos en silencio llegaron finalmente hasta una pequeña colina desde donde se podía observar el puerto y a la distancia el horizonte, algunos barcos iban y otros venían, una afluencia escaza que en Spider Miles era considerado algo usual, no era una isla llamativa ciertamente. Eden se cruzó de brazos mirando al sujeto y decidió hablar -La mujer de la que hablas…es decir, tu madre- debería esperar a ver si eso era verdad -Fue una gran herrera, según mi maestro, ella pudo ser una de las mejores, tal vez la mejor, no lo sé- se giró para ver a la distancia -Ellos eran compañeros, alumnos y eventualmente amigos, sin embargo, tu madre fue apresada, ¿las razones?, en realidad esa parte no la sé, ellos no hablaban de ello, quizás tampoco lo sabían, o tal vez no querían decirlo, como sea, la verdad es que ella simplemente desapareció de la tierra, Sakura, la esposa del maestro Oku, pensaba que ella podía estar recluida en alguna prisión del gobierno, probablemente en Impel Down- aunque ella no era tan fuerte como su profesor, era extremadamente inteligente, ella le había enseñado muchas cosas de historia y a pensar por sí mismo -Era la única explicación lógica para desaparecer sin dejar huella, pero en ese caso la pregunta era…¿por qué arrestarían a una mujer sin una causa aparente?, quizás la respuesta es que ella era una amenaza, pero desconozco si eso es verdad- y con ello guardó silencio.
-¿Eres su hijo?- comentó revisando un pequeño armario destrozado y sacando de este un par de fotos que casi al instante guardó en sus ropas, eso era lo único que necesitaba antes de abandonar quizás para siempre lo que antaño fue su hogar. -Que raro, mis mentores nunca mencionaron nada respecto a un hijo, de hecho no mencionaron nada después de aquel acontecimiento- comentó girándose para verle con una cara ya serena, en realidad no tenía demasiados datos, solo anécdotas que recordaba pues en Shimotsuki lo único interesante para hacer, aparte de luchar con otros estudiantes o pasar el rato con Natsumi, eran las historias de los dos adultos, mayormente entretenidas, pero en otras ocasiones más lúgubres, la historia de aquella mujer, madre de Henry si es que eso era realidad, era una de esas historias poco agradables y hasta confusas.
Por un momento volvió a dudar si merecía hablar con aquel albino, bien podía estarle mintiendo y en ese caso no quería revelar cosas comprometedoras, por otro lado, pensar que cualquiera podía tener la información de aquella mujer era casi ilógico, se suponía que estaba muerta, los que la conocieron estaban muertos, solo quedaba Eden para conocer parte de esa historia, al menos de aquellos que provenían de Shimotsuki. Con esa duda en la mente avanzó hasta la salida pidiéndole con un gesto al otro que lo acompañase, ya en las afueras la gente se había dispersado para volver a sus actividades, al final de cuentas necesitaban comer y para ello requerían trabajar arduamente como todos los días, afortunadamente ya no se veía en ninguna parte a los malandrines, al menos parecían haber aprendido la lección.
Tras uno o dos minutos en silencio llegaron finalmente hasta una pequeña colina desde donde se podía observar el puerto y a la distancia el horizonte, algunos barcos iban y otros venían, una afluencia escaza que en Spider Miles era considerado algo usual, no era una isla llamativa ciertamente. Eden se cruzó de brazos mirando al sujeto y decidió hablar -La mujer de la que hablas…es decir, tu madre- debería esperar a ver si eso era verdad -Fue una gran herrera, según mi maestro, ella pudo ser una de las mejores, tal vez la mejor, no lo sé- se giró para ver a la distancia -Ellos eran compañeros, alumnos y eventualmente amigos, sin embargo, tu madre fue apresada, ¿las razones?, en realidad esa parte no la sé, ellos no hablaban de ello, quizás tampoco lo sabían, o tal vez no querían decirlo, como sea, la verdad es que ella simplemente desapareció de la tierra, Sakura, la esposa del maestro Oku, pensaba que ella podía estar recluida en alguna prisión del gobierno, probablemente en Impel Down- aunque ella no era tan fuerte como su profesor, era extremadamente inteligente, ella le había enseñado muchas cosas de historia y a pensar por sí mismo -Era la única explicación lógica para desaparecer sin dejar huella, pero en ese caso la pregunta era…¿por qué arrestarían a una mujer sin una causa aparente?, quizás la respuesta es que ella era una amenaza, pero desconozco si eso es verdad- y con ello guardó silencio.
InvitadoInvitado
Re: El Gran Soñador [Pasado - Ghost].
Tras haberse calmado las cosas, la pareja de albino consiguió comunicarse más apropiadamente entre ellos, la primera acción había sido la pregunta obligada de si realmente era su hijo, algo que Henry podía afirmar e incluso probar de ser necesario más eso no era lo interesante, lo interesante había sido la mención de un acontecimiento, algo que ciertamente llamo a la atención del joven Sinclair, aunque antes de que pudiera indagar sobre esto, Eden le pidió que se movieran a otro lugar, cosa que hizo con gusto tomando su espada ahora ignorando por completo los susurros de la espada, habiendo llegando a su destino y tras presenciar ciertas cosas que parecían cotidianas para todos, Silverman habló sobre cosas que si bien no era del todo generales, caían en esta categoría por lo que era posible que este deseara una prueba más concreta sobre su identidad, difícil era que alguien se hiciese pasar por la descendencia de esa mujer más no tenía conflicto en probarse, por lo que escuchando hasta el final las palabras de su interlocutor se limito a asentir y tras unos instantes de meditación, comenzó de manera inversa a lo compartido por el otro.
-Estas en lo correcto. Fue considerada una amenaza, tanto así que fue enviada a Impel Down, al 4to Infierno donde las llamas nunca cesan de arder y tu piel y carne es quemada a cada instante, la deshidratación es imposible de combatir y cada segundo es una tortura eterna- Se detuvo un instante y luego continuó. -Yo más que nadie debería saberlo, nací allí- Confesó mientras observaba al horizonte, lastimosamente aun faltaba demasiado por decir y demasiado por saber, y quizás Eden tenía una agenda por lo cual no pretendía importunar más de lo necesario al individuo. -Fue apresaba mientras yo yacía en su vientre, mi padre estuvo con ella antes de que se transformara en criminal. Eso fue todo lo que me dijo de ese hombre- En la mente de Henry, parecía dar vueltas sobre las mismas cosas y no le gustaba, en esta pausa se tardó más en retornar a la palabra, en cierta forma meditaba lo que iba a decir y como iba a pronunciarlo.
-Debe haber alguien que sepa lo que aconteció entonces, quizás el tercer estudiante, quizás algún registro- Era evidente que el chico se encontraba desesperado, se sentía apresado allí, no sabía como comunicarle al otro albino que cualquier detalle que tuviese, incluso si se trataba de rumores deseaba que lo compartiera para que cualquier atisbo de información saciara su necesidad de encontrar algo, así fuese un callejón sin salida. Un prolongado suspiro se liberó del cuerpo de Sinclair mientras este observaba nuevamente su arma, la cual ahora había retornado a la siniestra, ¿quizás algo en la guarda o el mango podría probar su identidad? Y asegurar a Eden que podría hablar libremente, puesto que ya no sabía como continuar y Silverman sostenía todo el control dado que poseía la información y hasta ahora la mantenía para si mismo.
-Estas en lo correcto. Fue considerada una amenaza, tanto así que fue enviada a Impel Down, al 4to Infierno donde las llamas nunca cesan de arder y tu piel y carne es quemada a cada instante, la deshidratación es imposible de combatir y cada segundo es una tortura eterna- Se detuvo un instante y luego continuó. -Yo más que nadie debería saberlo, nací allí- Confesó mientras observaba al horizonte, lastimosamente aun faltaba demasiado por decir y demasiado por saber, y quizás Eden tenía una agenda por lo cual no pretendía importunar más de lo necesario al individuo. -Fue apresaba mientras yo yacía en su vientre, mi padre estuvo con ella antes de que se transformara en criminal. Eso fue todo lo que me dijo de ese hombre- En la mente de Henry, parecía dar vueltas sobre las mismas cosas y no le gustaba, en esta pausa se tardó más en retornar a la palabra, en cierta forma meditaba lo que iba a decir y como iba a pronunciarlo.
-Debe haber alguien que sepa lo que aconteció entonces, quizás el tercer estudiante, quizás algún registro- Era evidente que el chico se encontraba desesperado, se sentía apresado allí, no sabía como comunicarle al otro albino que cualquier detalle que tuviese, incluso si se trataba de rumores deseaba que lo compartiera para que cualquier atisbo de información saciara su necesidad de encontrar algo, así fuese un callejón sin salida. Un prolongado suspiro se liberó del cuerpo de Sinclair mientras este observaba nuevamente su arma, la cual ahora había retornado a la siniestra, ¿quizás algo en la guarda o el mango podría probar su identidad? Y asegurar a Eden que podría hablar libremente, puesto que ya no sabía como continuar y Silverman sostenía todo el control dado que poseía la información y hasta ahora la mantenía para si mismo.
InvitadoInvitado
Re: El Gran Soñador [Pasado - Ghost].
Descubrir que en realidad ella estuvo en Impel Down y que no solo eso, sino el hecho que Henry había nacido en el cuarto nivel, uno que aparentemente era producto de un infierno basado en calor, le sorprendió ciertamente, era al menos una interrogante menos en las historias de sus maestros. -Los criminales van a la cárcel o mueren, generalmente eso sucede- se encogió de hombros -Aunque no creo que todos sean iguales, al menos de lo que me contaron, tu madre no parecía ser una mala persona- no estaba seguro de ello, pues en esas palabras influía demasiado la amistad de sus profesores, después de todo, era tanto como preguntarle a Eden si consideraba que Natsumi había sido una mala persona, ella fue humana, tuvo sus errores, algunos incluso podrían haberla catalogado como una criminal, por ende, afirmar que una persona apreciada no era mala siempre debía ser puesto en tela de duda, ser objetivo era demasiado complicado, pero él trataba de hacerlo.
-Tal vez, pero lo cierto es que yo no lo sé- le respondió al otro, desconocía esa historia del tercer estudiante, Oku y Sakura jamás habían hablado de otro amigo de ellos, al menos no que recordase, aquella mujer que era progenitora del contrario fue famosa por sus aptitudes en herrería, probablemente eso la acercó más a ellos, aunque no estaba seguro. Por un momento se quedó pensando, tratando de recordar alguna anécdota, no era que sintiese la obligación de ayudar a ese sujeto, apenas si le estaba conociendo, pero estar tras la pista de algo que era importante lo comprendía muy bien, probablemente a él le gustaría recibir ayuda en el futuro sobre su pasado, así que necesitaba iniciar ayudando a otros para esperar lo mismo, la ley de la equivalencia era algo en lo que le gustaba pensar, aunque rara vez la apreciaba como real.
Fue entonces cuando recordó alguna historia, aparentemente no relacionada a la madre de Henry, tampoco de importancia vital, empero, al haberla contado su maestro se notaba más serio de lo usual, algo extremadamente raro, algo que solo acontecía cuando ocultaba parte de la información por alguna situación, aquello lo había detectado Natsumi con el tiempo. -Mi mentor alguna vez habló de un hombre, alguien de su misma edad, un hombre que se educó en el camino de la espada, pero no para ejercerla sino para fines propios- aquello incluso era usado como una especie de fábula para todos los alumnos de menor grado, vamos, hasta leyendas se creaban en torno a dicha historia, ahora que recordaba cuando eran aprendices muchos temían adentrase en el bosque de noche porque se comentaba que el espíritu de ese hombre vagaba por ahí esperando una presa fácil. –“Tuve un compañero”- comenzó a redactar con las palabras de Oku, pues era quizás la mejor forma de brindar la información fiable –“Él no buscaba la gloria de la espada ni la fama de la fuerza, buscaba algo más, algo que otros no lográbamos comprender, un día, igual que Isobel simplemente se esfumó, pero a diferencia de ella no dejó rastro alguno, simplemente se llevó su espada; semanas después, ese hombre regresó a la isla y asesinó a su maestro, a muchos de sus compañeros y huyó antes de que pudiésemos plantarle cara, nunca supimos por qué lo hizo. Hay hombres que no buscan nada lógico, algunos que no pueden ser comprados o educados, hay hombres que solo quieren ver arder el mundo”- esas palabras las mantenía bastante claras, pues en cierto modo le recordaban a Mat, aunque este último parecía tener un objetivo claro, aunque desconocido para Eden.
-Eso es todo lo que sé, nunca supimos al lugar donde fue aquel hombre, tampoco su nombre, seguramente mi maestro lo sabía pero nunca lo dijo, la única pista segura es que porta una de estas espadas que has estado buscando- por un momento se quedó pensativo, podría comentarle algunas cosas deducidas por sus conocimientos, aunque aquello podría estar totalmente errado, en todo caso, no le iba a afectar demasiado, estar sin pistas era casi igual -Si me lo preguntas, un hombre así debería haber emigrado a la Grand Line, los Calm Belt o peor aún, el Nuevo Mundo, pues aquí en los Blues no hay mucho espacio, tarde o temprano le habrían encontrado- y con ello guardó silencio.
-Tal vez, pero lo cierto es que yo no lo sé- le respondió al otro, desconocía esa historia del tercer estudiante, Oku y Sakura jamás habían hablado de otro amigo de ellos, al menos no que recordase, aquella mujer que era progenitora del contrario fue famosa por sus aptitudes en herrería, probablemente eso la acercó más a ellos, aunque no estaba seguro. Por un momento se quedó pensando, tratando de recordar alguna anécdota, no era que sintiese la obligación de ayudar a ese sujeto, apenas si le estaba conociendo, pero estar tras la pista de algo que era importante lo comprendía muy bien, probablemente a él le gustaría recibir ayuda en el futuro sobre su pasado, así que necesitaba iniciar ayudando a otros para esperar lo mismo, la ley de la equivalencia era algo en lo que le gustaba pensar, aunque rara vez la apreciaba como real.
Fue entonces cuando recordó alguna historia, aparentemente no relacionada a la madre de Henry, tampoco de importancia vital, empero, al haberla contado su maestro se notaba más serio de lo usual, algo extremadamente raro, algo que solo acontecía cuando ocultaba parte de la información por alguna situación, aquello lo había detectado Natsumi con el tiempo. -Mi mentor alguna vez habló de un hombre, alguien de su misma edad, un hombre que se educó en el camino de la espada, pero no para ejercerla sino para fines propios- aquello incluso era usado como una especie de fábula para todos los alumnos de menor grado, vamos, hasta leyendas se creaban en torno a dicha historia, ahora que recordaba cuando eran aprendices muchos temían adentrase en el bosque de noche porque se comentaba que el espíritu de ese hombre vagaba por ahí esperando una presa fácil. –“Tuve un compañero”- comenzó a redactar con las palabras de Oku, pues era quizás la mejor forma de brindar la información fiable –“Él no buscaba la gloria de la espada ni la fama de la fuerza, buscaba algo más, algo que otros no lográbamos comprender, un día, igual que Isobel simplemente se esfumó, pero a diferencia de ella no dejó rastro alguno, simplemente se llevó su espada; semanas después, ese hombre regresó a la isla y asesinó a su maestro, a muchos de sus compañeros y huyó antes de que pudiésemos plantarle cara, nunca supimos por qué lo hizo. Hay hombres que no buscan nada lógico, algunos que no pueden ser comprados o educados, hay hombres que solo quieren ver arder el mundo”- esas palabras las mantenía bastante claras, pues en cierto modo le recordaban a Mat, aunque este último parecía tener un objetivo claro, aunque desconocido para Eden.
-Eso es todo lo que sé, nunca supimos al lugar donde fue aquel hombre, tampoco su nombre, seguramente mi maestro lo sabía pero nunca lo dijo, la única pista segura es que porta una de estas espadas que has estado buscando- por un momento se quedó pensativo, podría comentarle algunas cosas deducidas por sus conocimientos, aunque aquello podría estar totalmente errado, en todo caso, no le iba a afectar demasiado, estar sin pistas era casi igual -Si me lo preguntas, un hombre así debería haber emigrado a la Grand Line, los Calm Belt o peor aún, el Nuevo Mundo, pues aquí en los Blues no hay mucho espacio, tarde o temprano le habrían encontrado- y con ello guardó silencio.
InvitadoInvitado
Re: El Gran Soñador [Pasado - Ghost].
Sentarse a escuchar a Eden parecía ser un acto digno de realizar cada cierto día durante alguna tarde lluviosa o noche sin estrellas, su voz cargaba con sentires y pesares que trascendían la linea de tiempo de vida que este pudo haber recorrido ya, podría considerarse un perfecto candidato para llevar la llama a la siguiente generación, puesto que eran personas y criaturas como el aparentaba serlo, quienes poseían aquel ímpetu y aquella esencia capaz de llevar en la forma más pura lo aprendido, y si alguien así te hablaba, te enseñaba, te guiaba a través del mundo entonces podrías considerarte afortunado. En algún punto de su verbo, Silverman parecía haberse perdido por completo y quien hablara era sino la persona cuyo recuerdo repetía el albino, una prueba más de lo que ya pensaba Henry acerca de su interlocutor, este se mantuvo en silencio asimilando la historia, buscando detalles nuevos y valiosos para usarlos en la continuación de sus trayectos, buscando algún punto que pudiera señalar y luchar por alcanzarlo. A todo esto, la realidad era otra, la conversación con el samurái no se desarrollaba en un atardecer, ni mientras se encontraban sentados y ajenos al mundo, muy por el contrario estaban de pie con miras al horizonte, con miras al futuro, con miras a sus propios sueños y pesadillas, esa era la realidad de ambos y aunque las palabras de Eden les envolvieron por unos instantes y les permitieron resguardarse entre recuerdos y mundos apartes, lentamente retornaban al mundo y al tiempo que ocupaban, un suspiro marco el final del papel de escucha para Sinclair.
-Gracias- musitó con un tono sincero, una medía sonrisa se dibujo en sus labios pero no era de felicidad o de orgullo, era más bien a causa de un hilo de pensamiento, pues la idea de que aquella mujer tuviese amistades, fuese reconocida y estuviese envuelta en una antigua tradición junto con otros a los que llamo hermanos, compañeros, aliados, le parecía completamente irreal pero de nuevo, el sentir de que existía aun bondad en ella era igual de imposible de negar, su madre era buena pero las llamas de aquel infierno hubieron quemado casi toda su reserva, quizás hoy en día ya no quedara nada de la chica que una vez fue, de la mujer que una vez conoció. El nombre de Silverman era relativamente conocido entre los piratas, en especial por ser el más prometedor cazador de todos, decían que su fortaleza no tenía limites o comparación pero viéndolo junto a su persona, parecía tener sus propios demonios a combatir y su propia historia por desarrollar, atrapar criminales no simulaba ser su mayor deseo, lo hubo probado a lo largo de todo el día. -La ultima persona que sabría sobre "el" sería mi madre, oculta en Impel Down, "Segura" de sus garras por ser prisionera- Si la descripción era acertada, era posible que ya estuviera moviéndose en miras a buscarla, más por otro lado, en caso de encontrarla este le dirigía hacia mi, y la muerte de Oku lo dirigiría hacia su discípulo. -Supongo que somos la siguiente generación, y cargamos las hermanas de aquel filo... Quizás vendrá por nos algún día- No era tan descabellado ese pensar, un motivo extra para fortalecerse y estarse listo. Henry observo el cielo, las nubes y luego poso sus orbes en el mar, el silencio que compartían entre comentarios le decía que era tiempo de marcharse, Eden parecía sumido en el horizonte, sería desconsiderado no ofrecerse previo a su partida. -Tengo una deuda para contigo, ¿como puedo pagarla?- Su tono había cambiado, ya no tenía esa desesperación, ni esa voz quebrada, ahora se encontraba sereno y con aires de sinceridad en todo su ser, en especial en sus ojos. Lo que mostraba Silverman era similar a lo que había experimentado Sinclair años atrás, el llamado punto de quiebre donde ya no existe forma de parar hasta no conseguir su objetivo, quizás el podría ayudar, quizás no, se ofreció de todos modos.
-Gracias- musitó con un tono sincero, una medía sonrisa se dibujo en sus labios pero no era de felicidad o de orgullo, era más bien a causa de un hilo de pensamiento, pues la idea de que aquella mujer tuviese amistades, fuese reconocida y estuviese envuelta en una antigua tradición junto con otros a los que llamo hermanos, compañeros, aliados, le parecía completamente irreal pero de nuevo, el sentir de que existía aun bondad en ella era igual de imposible de negar, su madre era buena pero las llamas de aquel infierno hubieron quemado casi toda su reserva, quizás hoy en día ya no quedara nada de la chica que una vez fue, de la mujer que una vez conoció. El nombre de Silverman era relativamente conocido entre los piratas, en especial por ser el más prometedor cazador de todos, decían que su fortaleza no tenía limites o comparación pero viéndolo junto a su persona, parecía tener sus propios demonios a combatir y su propia historia por desarrollar, atrapar criminales no simulaba ser su mayor deseo, lo hubo probado a lo largo de todo el día. -La ultima persona que sabría sobre "el" sería mi madre, oculta en Impel Down, "Segura" de sus garras por ser prisionera- Si la descripción era acertada, era posible que ya estuviera moviéndose en miras a buscarla, más por otro lado, en caso de encontrarla este le dirigía hacia mi, y la muerte de Oku lo dirigiría hacia su discípulo. -Supongo que somos la siguiente generación, y cargamos las hermanas de aquel filo... Quizás vendrá por nos algún día- No era tan descabellado ese pensar, un motivo extra para fortalecerse y estarse listo. Henry observo el cielo, las nubes y luego poso sus orbes en el mar, el silencio que compartían entre comentarios le decía que era tiempo de marcharse, Eden parecía sumido en el horizonte, sería desconsiderado no ofrecerse previo a su partida. -Tengo una deuda para contigo, ¿como puedo pagarla?- Su tono había cambiado, ya no tenía esa desesperación, ni esa voz quebrada, ahora se encontraba sereno y con aires de sinceridad en todo su ser, en especial en sus ojos. Lo que mostraba Silverman era similar a lo que había experimentado Sinclair años atrás, el llamado punto de quiebre donde ya no existe forma de parar hasta no conseguir su objetivo, quizás el podría ayudar, quizás no, se ofreció de todos modos.
InvitadoInvitado
Re: El Gran Soñador [Pasado - Ghost].
La información brindada al parecer había sido bien recibida, eso en un momento alegró a Eden pues, aunque no estaba seguro todavía que aquel sujeto era bueno, la búsqueda de la familia siempre era importante, al menos para alguien como él. En todo caso, aquel hombre le advirtió por decirlo de alguna manera que ese “restante” podría tarde o temprano ir a por él, cosa que simplemente le sacó una tenue sonrisa y un encogimiento de hombros para colocar ambas manos en su cabeza mirando al cielo, las nubes estaban más esponjadas que de costumbre, recordaba entonces cuando en Shimotsuki dedicaba tardes enteras junto a Natsumi para contemplarlas, a veces las cosas más simples daban un espectáculo fenomenal. -No me importa, cuando la muerte no significa nada el miedo es como una leyenda urbana- y en eso estaba siendo honesto, desde hacía ya un tiempo para él no significaba nada una amenaza de muerte, ni siquiera el hecho de estar viendo una posible defunción ante sus ojos, en su persona la muerte estaba extinta.
Henry se adjudicó una deuda, una que Silverman jamás había tomado como tal y que tampoco pretendía cobrar, no era su estilo ser abusivo, un samurái solo tomaba lo que era justo, de otro modo era una forma de manchar su honra, a veces era algo idiota pero eso no le hacía un aprovechado -En realidad no sé de qué hablas, lo que te he dicho es tuyo por derecho, es como si yo quisiese pagar por conocer la historia de mi familia- al menos así lo veía él y en ese caso no estaba demasiado interesado en nada, ahora que lo pensaba incluso era al contrario, él se encontraba en deuda con aquel sujeto precisamente por un acto de su madre -Te daría la espada que tengo, después de todo es tuya también, pero lamentablemente no puedo hacerlo, es…una promesa que necesito cumplir antes- y eso no estaba a discusión, pero estaba firme en devolver aquella arma una vez estuviese cumplida.
-Sabes, te la devolveré un día, cuando la promesa sea cumplida- bajó sus brazos y guardó sus manos en los bolsillos, iba a ser difícil cumplir aquel trato en un tiempo corto, la búsqueda de Mat no estaba resultando tan sencilla como esperaba, él habría creído que visitaría la casa de los abuelos o al menos la isla en algún momento, pero era precisamente como un fantasma, ausente y con paradero desconocido. -A todo esto, antes de que te vayas me gustaría preguntarte algo- ya que aquel era el único que obtenía respuestas y consideraba justo también recibir algunas, más que nada para no quedarse totalmente a ciegas de lo que el otro conocía y hasta vivenciaba -¿Por qué encerraron a tu madre en Impel Down?, me refiero, ¿cuál fue su crimen?- era curioso, algunas veces le advirtieron que eso le podía acarrear problemas y hasta la fecha resultaba cierto, no obstante, siendo una conocida de sus maestros le resultaba importante saber su pasado, una historia se conformaba de múltiples matices que necesitaban ser revelados.
Henry se adjudicó una deuda, una que Silverman jamás había tomado como tal y que tampoco pretendía cobrar, no era su estilo ser abusivo, un samurái solo tomaba lo que era justo, de otro modo era una forma de manchar su honra, a veces era algo idiota pero eso no le hacía un aprovechado -En realidad no sé de qué hablas, lo que te he dicho es tuyo por derecho, es como si yo quisiese pagar por conocer la historia de mi familia- al menos así lo veía él y en ese caso no estaba demasiado interesado en nada, ahora que lo pensaba incluso era al contrario, él se encontraba en deuda con aquel sujeto precisamente por un acto de su madre -Te daría la espada que tengo, después de todo es tuya también, pero lamentablemente no puedo hacerlo, es…una promesa que necesito cumplir antes- y eso no estaba a discusión, pero estaba firme en devolver aquella arma una vez estuviese cumplida.
-Sabes, te la devolveré un día, cuando la promesa sea cumplida- bajó sus brazos y guardó sus manos en los bolsillos, iba a ser difícil cumplir aquel trato en un tiempo corto, la búsqueda de Mat no estaba resultando tan sencilla como esperaba, él habría creído que visitaría la casa de los abuelos o al menos la isla en algún momento, pero era precisamente como un fantasma, ausente y con paradero desconocido. -A todo esto, antes de que te vayas me gustaría preguntarte algo- ya que aquel era el único que obtenía respuestas y consideraba justo también recibir algunas, más que nada para no quedarse totalmente a ciegas de lo que el otro conocía y hasta vivenciaba -¿Por qué encerraron a tu madre en Impel Down?, me refiero, ¿cuál fue su crimen?- era curioso, algunas veces le advirtieron que eso le podía acarrear problemas y hasta la fecha resultaba cierto, no obstante, siendo una conocida de sus maestros le resultaba importante saber su pasado, una historia se conformaba de múltiples matices que necesitaban ser revelados.
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Re: El Gran Soñador [Pasado - Ghost].
La respuesta del otro albino era la esperada, no tenía temor de la muerte como un buen samurái, sin embargo, las palabras que utilizo mezclado con aquello que Henry había visto antes y no había terminado de comprender, encendieron su curiosidad acerca de dicho tema más se mantuvo silente para escuchar hasta el final las palabras de quien le acompañaba en ese lugar. Lo siguiente era un descarte de aquella deuda, si bien era cierto que saber sobre tus allegados no debía poseer un precio, Sinclair comprendía lo complicado que era hablar de aquella mujer, su sola mención podría traer problemas a quien se atreviese a pronunciar su nombre o su historia, sin embargo, era posible que Eden no supiera esto y por ello no sentía la necesidad de cobrar por sus servicios, por otro lado, su miedo inexistente a la muerte igual fungía en su favor. Pensó en hablar de todos modos, pero la sorpresa que le llego al escuchar lo que Silverman decía lo heló, ¿A que se refería? ¿Acaso su maestro no le había dicho? Era evidente que al igual que mi madre para conmigo, la educación de sus mayores no había sido completa para el y quizás tendría que contarle un par más de cosas previo a partir.
Las ultimas palabras que pronunció, Henry las descarto momentáneamente para aclararle algunas cosas sobre sus comentarios previos, primero deseaba dejar en evidencia su curiosidad pero igualmente descarto esa idea, lo haría sino hasta el final, por lo que inicio por el asunto de conocer la historia de la familia, en cierto modo esto se conectaría con la pregunta final, sobre el crimen de Isobel. -Veras- El tono era distinto, mucho más serio y severo que antes, sus orbes ahora mostraban una furia apenas contenida pero a la vez, denotaban un propósito como si algo hubiese encendido la llama que ardía allí. -Alguien me reveló...- Era extraño hablar de esta persona, tenía tanto tiempo sin verle y a la vez, le sentía tan cerca como si fuese a voltear el rostro y la encontrase allí, su mirada se fijo en Eden y se centro en lo que deseaba comunicar. -Isobel fue acusada de asistir a los enemigos del gobierno, brindándoles refugio, comida, información y armamento- Considerando la cultura de Shimotsuki y el área destinada a la forja de armas, en especial espadas y demás, tal relato poseía sus puntos débiles pero era la información que Sinclair poseía a mano y la compartía con el otro. -Su sentencia, una vida en Impel Down y revelar la identidad de los co-conspiradores- Una breve pausa por parte del pirata y luego volvió a hablar. -Ella nunca dijo nada, por lo cual todo aquel que conozca sobre ella es considerado un criminal, pronunciar su nombre es tabú... Te recomiendo olvidar lo que me has dicho, o podrías sufrir consecuencias que no deberían de caer sobre ti- Eso explicaba muchas cosas o tal vez no explicaba ninguna.
Lo siguiente a tratar, era el tema de retornar la espada, lo cual era sumamente extraño, así que lo habló con rapidez. -No malentiendas la situación, esa espada no es tuya pero tampoco es mía, al igual que la que cargo, no me pertenece. Ambas, así como la restante pertenecen al dojo en el cual fuiste formado. Son un legado que debe cargarse por aquellos que superan las enseñanzas- Un vistazo a la guarda del filo que yacía en su siniestra le hizo suspirar y luego continuar. -Cada generación tiene la obligación de retornarla pero tal cual dijiste, sin un maestro para protegerlas y con un estudiante a la fuga, los otros dos guardianes se aferraron a ellas para que no terminasen en las manos erradas- La madre de uno de los Albino, y el maestro del otro habían llevado una pesada carga sobre sus hombros pero mantenían firme su honor, era ahora el momento de hacer lo mismo, así fuesen la generación siguiente. -Cumple tu promesa, y si lo consideras apropiado, retorna el sable a su legitimo dueño. Aquel lugar donde aprendiste el arte de la esgrima- Pensaba que eso sería suficiente para dar a entender su punto, tal vez no lo era, la respuesta del otro sería la confirmación final.
Para formular su siguiente pregunta, Sinclair se tomo su tiempo, no demasiado pero si el suficiente. -No temes a la muerte, como cualquier samurái debería hacer pero tu tono y tus palabras difieren en gran parte de los versos usuales No sabía si debía agregar el resto o si era demasiado, más lo hizo, estaba curioso y si serían honestos con el otro no perdía nada en preguntar. -Y esas llamas que brotan de ti...- Al final no supo como elaborar la interrogante, no supo como seguir, de modo que dejo la idea a medias y esperaba ser comprendido en sus cavilaciones.
Las ultimas palabras que pronunció, Henry las descarto momentáneamente para aclararle algunas cosas sobre sus comentarios previos, primero deseaba dejar en evidencia su curiosidad pero igualmente descarto esa idea, lo haría sino hasta el final, por lo que inicio por el asunto de conocer la historia de la familia, en cierto modo esto se conectaría con la pregunta final, sobre el crimen de Isobel. -Veras- El tono era distinto, mucho más serio y severo que antes, sus orbes ahora mostraban una furia apenas contenida pero a la vez, denotaban un propósito como si algo hubiese encendido la llama que ardía allí. -Alguien me reveló...- Era extraño hablar de esta persona, tenía tanto tiempo sin verle y a la vez, le sentía tan cerca como si fuese a voltear el rostro y la encontrase allí, su mirada se fijo en Eden y se centro en lo que deseaba comunicar. -Isobel fue acusada de asistir a los enemigos del gobierno, brindándoles refugio, comida, información y armamento- Considerando la cultura de Shimotsuki y el área destinada a la forja de armas, en especial espadas y demás, tal relato poseía sus puntos débiles pero era la información que Sinclair poseía a mano y la compartía con el otro. -Su sentencia, una vida en Impel Down y revelar la identidad de los co-conspiradores- Una breve pausa por parte del pirata y luego volvió a hablar. -Ella nunca dijo nada, por lo cual todo aquel que conozca sobre ella es considerado un criminal, pronunciar su nombre es tabú... Te recomiendo olvidar lo que me has dicho, o podrías sufrir consecuencias que no deberían de caer sobre ti- Eso explicaba muchas cosas o tal vez no explicaba ninguna.
Lo siguiente a tratar, era el tema de retornar la espada, lo cual era sumamente extraño, así que lo habló con rapidez. -No malentiendas la situación, esa espada no es tuya pero tampoco es mía, al igual que la que cargo, no me pertenece. Ambas, así como la restante pertenecen al dojo en el cual fuiste formado. Son un legado que debe cargarse por aquellos que superan las enseñanzas- Un vistazo a la guarda del filo que yacía en su siniestra le hizo suspirar y luego continuar. -Cada generación tiene la obligación de retornarla pero tal cual dijiste, sin un maestro para protegerlas y con un estudiante a la fuga, los otros dos guardianes se aferraron a ellas para que no terminasen en las manos erradas- La madre de uno de los Albino, y el maestro del otro habían llevado una pesada carga sobre sus hombros pero mantenían firme su honor, era ahora el momento de hacer lo mismo, así fuesen la generación siguiente. -Cumple tu promesa, y si lo consideras apropiado, retorna el sable a su legitimo dueño. Aquel lugar donde aprendiste el arte de la esgrima- Pensaba que eso sería suficiente para dar a entender su punto, tal vez no lo era, la respuesta del otro sería la confirmación final.
Para formular su siguiente pregunta, Sinclair se tomo su tiempo, no demasiado pero si el suficiente. -No temes a la muerte, como cualquier samurái debería hacer pero tu tono y tus palabras difieren en gran parte de los versos usuales No sabía si debía agregar el resto o si era demasiado, más lo hizo, estaba curioso y si serían honestos con el otro no perdía nada en preguntar. -Y esas llamas que brotan de ti...- Al final no supo como elaborar la interrogante, no supo como seguir, de modo que dejo la idea a medias y esperaba ser comprendido en sus cavilaciones.
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Re: El Gran Soñador [Pasado - Ghost].
-Oh, entiendo- comentó con cierta tranquilidad, generalmente entre la población hablar sobre la armada revolucionaria tenía meramente dos efectos bastante opuestos; algunos los alababan y admiraban como los luchadores de la justicia, aquellos que velaban por reglas más equitativas además claro, de la premisa de devolver el poder al pueblo; por otro lado, estaban aquellos que los veían como meros oportunistas, personas que justificaban su barbarie en la lucha contra el gobierno. Eden se encontraba más apegado al segundo grupo, no es que en realidad odiase a la revolución, de hecho, algunas de sus premisas le sonaban adecuadas, no obstante, era bien sabido por todos que ellos habían asesinado a civiles en ciudades apegadas a la marina y el gobierno, daño colateral o no, eso ya le daba la impresión que no eran tan buenos como pretendían ser, lo que eventualmente significaba que cabía bastante posibilidad que estuviesen mintiendo en muchas cosas.
-No me importa decirlo, no creo que sea un crimen, en el peor de los casos si es así pues seré un criminal por nada- en cuyo caso no estaría realmente siendo un criminal, era algo confuso, pero así se entendía a la perfección. Para Silverman no tenía caso dar sentencia a los hombres y mujeres cuyo único problema era hablar sobre verdades incómodas, en el caso de Isobel ella ciertamente delinquió al proveer de armamento a los enemigos del gobierno, eso no se podía justificar y el albino no iba a negar que, a todas luces, ella ayudó a matar inocentes, en cuyo caso ser apresada era adecuado, él mismo la habría capturado si pensase que apoyaba una causa de masacre; empero, una cosa era apresar a una persona y darle una sentencia justa y otra muy distinta hacerlo hasta el punto de mandarla a un agujero en lo profundo del océano y esperar que muriese allí.
Elevó un tanto la espada y posteriormente la devolvió a su cinto, rascó su cabeza un momento, en esos momentos le costaba un poco comprender entonces las palabras de Henry, básicamente le estaba diciendo que las espadas no eran de nadie pero que a la vez eran de todos, un samurái tenía como objetivo respetar sus armas, dejarlas para que cualquiera la robase era algo que no parecía demasiado digno de respeto, por otro lado, quedársela sabiendo que no fue fabricada para él sería, en todo caso, una falta de respeto para la misma katana. -No entiendo demasiado, en realidad creo que es algo tonto- admitió siendo honesto sin temor a que el otro se enfadase, así lo veía él y no pensaba que fuese algo malo decirlo -Pero, lo tomaré en cuenta, supongo que algo de estudio me hará entenderlo al final- confesó asintiendo levemente para después retirarse del sitio, no parecía tener mucho que hablar con el otro, ya había comentado lo conocido sobre su madre y también ya estaba advertido sobre cuestiones que Oku jamás le comentó, probablemente pensando o esperando que este jamás tuviese que lidiar con ellas.
No se detuvo pese a los últimos comentarios del contrario, simplemente comenzó a reír y elevó -En la vida hay misterios, ¿acaso eso no la hace divertida?- todavía no estaba plenamente consciente de su poder total, pero era suficientemente listo para saber que no era justo revelar sus habilidades, nunca se sabía, ser amigos hoy no significaba de ninguna forma que Henry en el futuro no fuese su enemigo, sobre todo considerando la historia de aquellas espadas, de sus mentores y sobre todo, que un samurái no siempre estaba dispuesto a compartir la fama con otro, una tontería pero así era.
-No me importa decirlo, no creo que sea un crimen, en el peor de los casos si es así pues seré un criminal por nada- en cuyo caso no estaría realmente siendo un criminal, era algo confuso, pero así se entendía a la perfección. Para Silverman no tenía caso dar sentencia a los hombres y mujeres cuyo único problema era hablar sobre verdades incómodas, en el caso de Isobel ella ciertamente delinquió al proveer de armamento a los enemigos del gobierno, eso no se podía justificar y el albino no iba a negar que, a todas luces, ella ayudó a matar inocentes, en cuyo caso ser apresada era adecuado, él mismo la habría capturado si pensase que apoyaba una causa de masacre; empero, una cosa era apresar a una persona y darle una sentencia justa y otra muy distinta hacerlo hasta el punto de mandarla a un agujero en lo profundo del océano y esperar que muriese allí.
Elevó un tanto la espada y posteriormente la devolvió a su cinto, rascó su cabeza un momento, en esos momentos le costaba un poco comprender entonces las palabras de Henry, básicamente le estaba diciendo que las espadas no eran de nadie pero que a la vez eran de todos, un samurái tenía como objetivo respetar sus armas, dejarlas para que cualquiera la robase era algo que no parecía demasiado digno de respeto, por otro lado, quedársela sabiendo que no fue fabricada para él sería, en todo caso, una falta de respeto para la misma katana. -No entiendo demasiado, en realidad creo que es algo tonto- admitió siendo honesto sin temor a que el otro se enfadase, así lo veía él y no pensaba que fuese algo malo decirlo -Pero, lo tomaré en cuenta, supongo que algo de estudio me hará entenderlo al final- confesó asintiendo levemente para después retirarse del sitio, no parecía tener mucho que hablar con el otro, ya había comentado lo conocido sobre su madre y también ya estaba advertido sobre cuestiones que Oku jamás le comentó, probablemente pensando o esperando que este jamás tuviese que lidiar con ellas.
No se detuvo pese a los últimos comentarios del contrario, simplemente comenzó a reír y elevó -En la vida hay misterios, ¿acaso eso no la hace divertida?- todavía no estaba plenamente consciente de su poder total, pero era suficientemente listo para saber que no era justo revelar sus habilidades, nunca se sabía, ser amigos hoy no significaba de ninguna forma que Henry en el futuro no fuese su enemigo, sobre todo considerando la historia de aquellas espadas, de sus mentores y sobre todo, que un samurái no siempre estaba dispuesto a compartir la fama con otro, una tontería pero así era.
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Re: El Gran Soñador [Pasado - Ghost].
La interacción del par de albinos estaba llegando a su final, simplemente compartían palabras, comentarios y revelaciones finales el uno con el otro, más a la vez, parecían alejarse más y más. En cierto grado, ambos habían obtenido lo que buscaban, aunque esto ultimo hubo sido enormemente más favorable para el pirata que para el otro individuo, de igual forma no había manera de saber si todo lo dicho era real, si lo que ambos sabían era la historia completa o incompleta pero verídica de los hechos pasados, en este punto necesitaban continuar avanzando y descubrir por sus propias cuentas la verdad, si es que les interesaba hacer tal cosa. Para Henry era evidente la respuesta, nunca cesaría de buscar y al final de todo, haría lo que debió haber hecho hace demasiado tiempo ya, cuando aun era demasiado tonto para saber la diferencia. Eden hablaba con una seguridad que llenaba a Sinclair de fuerzas, si uno estaba en el camino correcto no importaba los títulos o las opiniones del mundo, tal cual era su caso, tildado pirata por la ausencia de un credo sobre su espalda y su imposibilidad de confiar en aquellos llamado justicia y honor.
Eventualmente llegaron a la parte donde Silverman revelaría o no, la interrogante de Henry, cosa que obviamente no hizo pues era de esperarse considerando que apenas se conocían y, aún si habían hecho una especie de conexión, el mundo era demasiado grande y vasto como para soltar la lengua tan ligeramente, algo que a la vez Sinclair aprendió en aquella junta con el otro samurái. Aún estaba creciendo, aún estaba aprendiendo y llevaba su mente y sus instintos al nivel en el cual su cuerpo y su edad se hallaban, mucha más prudencia era requerida de su parte e intentaría mantenerla a partir de entonces. Sin más que hacer sino sonreír, el albino hizo precisamente eso, reírse sin sonido alguno, tal vez lo sabría algún día, tal vez siempre sería un misterio, lo que si era cierto era la diversión y la intriga que le brindaba el misticismo detrás de aquel joven, le recordaría bien.
Habiendo concluido sus propósitos en la isla, el pirata no perdió tiempo y empezó a caminar hacia el puerto para eventualmente encontrarse son su pequeño barco, nadie le había tocado o hecho nada, quizás por su demostración de poder recién ingresaba a la isla, no lo sabía ni le importaba a estas alturas, tenía un poco más de información, no demasiada, pero suficiente para continuar, alguna leyenda o rumor debería existir en los mares pues nadie se desvanece en el aire sin dejar rastro, incluso su madre dejo detrás migajas para ser recogidas, migajas que el mismo Henry aún no se atrevía a tomar pues el agujero al que lo enviarían era demasiado como para el poder lidiar con ello en la actualidad. Ya tenía su norte nuevamente fijo, y el viento soplaría para asistirle o negarle avance, el inmenso azul se extendía frente al chico y su mirada se centraba no en el presente sino en las memorias y sueños que representaban su motor de vida.
Eventualmente llegaron a la parte donde Silverman revelaría o no, la interrogante de Henry, cosa que obviamente no hizo pues era de esperarse considerando que apenas se conocían y, aún si habían hecho una especie de conexión, el mundo era demasiado grande y vasto como para soltar la lengua tan ligeramente, algo que a la vez Sinclair aprendió en aquella junta con el otro samurái. Aún estaba creciendo, aún estaba aprendiendo y llevaba su mente y sus instintos al nivel en el cual su cuerpo y su edad se hallaban, mucha más prudencia era requerida de su parte e intentaría mantenerla a partir de entonces. Sin más que hacer sino sonreír, el albino hizo precisamente eso, reírse sin sonido alguno, tal vez lo sabría algún día, tal vez siempre sería un misterio, lo que si era cierto era la diversión y la intriga que le brindaba el misticismo detrás de aquel joven, le recordaría bien.
Habiendo concluido sus propósitos en la isla, el pirata no perdió tiempo y empezó a caminar hacia el puerto para eventualmente encontrarse son su pequeño barco, nadie le había tocado o hecho nada, quizás por su demostración de poder recién ingresaba a la isla, no lo sabía ni le importaba a estas alturas, tenía un poco más de información, no demasiada, pero suficiente para continuar, alguna leyenda o rumor debería existir en los mares pues nadie se desvanece en el aire sin dejar rastro, incluso su madre dejo detrás migajas para ser recogidas, migajas que el mismo Henry aún no se atrevía a tomar pues el agujero al que lo enviarían era demasiado como para el poder lidiar con ello en la actualidad. Ya tenía su norte nuevamente fijo, y el viento soplaría para asistirle o negarle avance, el inmenso azul se extendía frente al chico y su mirada se centraba no en el presente sino en las memorias y sueños que representaban su motor de vida.
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Re: El Gran Soñador [Pasado - Ghost].
No hubo una despedida formal, ni siquiera un gesto como se esperaría, ¿acaso algo descortés?, en realidad era lo contrario, por algún motivo Eden pensaba que ese hombre tarde o temprano iba a ser importante en el mundo, ¿de qué forma?, eso solamente lo iba a decidir aquel otro albino junto a su espada, probablemente seguiría un camino de pirata, estaba sentenciado desde su infancia a ello por lo que parecía, una madre enclaustrada en Impel Down así como un pasado nada tranquilizador, si su camino no era del crimen como pirata tal vez era como revolucionario, pero sinceramente no le veía como algo más, es decir, podía ser un Yonko tal vez, o el mismo señor de la armada revolucionaria en unos años, empero, dudaba que en realidad tuviese otro destino que no fuese aquel de traer cierto caos al mundo, a veces eso era decepcionante, ¿acaso no existía nadie interesado en traer paz?.
Como fuere, él tomó rumbo a su casa para darle un último vistazo, ahí se acercó a unos cuantos habitantes para despedirse, podía ser la última vez en la vida que visitase Spider Miles, no podía quedarse con las ganas de al menos mencionarle a sus vecinos que un día todo iba a mejorar. Tras acabado aquel acto miró al cielo y suspiró, avanzó hasta el puerto con un paso sereno, disfrutando por un momento de aquel que un día fungió como patio de recreación para el chico, recordaba haber jugado con Mat y sus abuelos en aquellas costas, incluso ahora se le antojaba gracioso tomar en cuenta a Steve el ladrón, un sujeto que recaudaba impuestos para el alcalde, aunque de una forma al menos amable, era gracioso, nunca agredía a la gente e incluso trataba de ayudarla, pero eso no quitaba su participación.
Llegado a su navío subió al mismo, un par de hombres le estaban esperando, no eran sus tripulantes sino unos cuantos cazadores que estaban interesados en llegar a otra isla y habían decidido acompañarle para ganarse un viaje. Una vez elevadas las anclas tomó asiento en la proa y desenvainó de nueva cuenta aquella katana observándola un momento, la dejó a un lado y con sus dedos sacó un pequeño papel del interior de la funda, lo extendió y comenzó a leer una y otra vez aquella promesa que le hizo a Natsumi, estaba escrita con sangre de la misma, por eso era tan importante, por eso no podía fallar en la misma. Tal vez en algún momento podría devolver la espada a Henry Sinclair, si la quería o no sería entonces su problema, pues quedársela tampoco era algo correcto, curioso…a veces todo parece predestinado.
Como fuere, él tomó rumbo a su casa para darle un último vistazo, ahí se acercó a unos cuantos habitantes para despedirse, podía ser la última vez en la vida que visitase Spider Miles, no podía quedarse con las ganas de al menos mencionarle a sus vecinos que un día todo iba a mejorar. Tras acabado aquel acto miró al cielo y suspiró, avanzó hasta el puerto con un paso sereno, disfrutando por un momento de aquel que un día fungió como patio de recreación para el chico, recordaba haber jugado con Mat y sus abuelos en aquellas costas, incluso ahora se le antojaba gracioso tomar en cuenta a Steve el ladrón, un sujeto que recaudaba impuestos para el alcalde, aunque de una forma al menos amable, era gracioso, nunca agredía a la gente e incluso trataba de ayudarla, pero eso no quitaba su participación.
Llegado a su navío subió al mismo, un par de hombres le estaban esperando, no eran sus tripulantes sino unos cuantos cazadores que estaban interesados en llegar a otra isla y habían decidido acompañarle para ganarse un viaje. Una vez elevadas las anclas tomó asiento en la proa y desenvainó de nueva cuenta aquella katana observándola un momento, la dejó a un lado y con sus dedos sacó un pequeño papel del interior de la funda, lo extendió y comenzó a leer una y otra vez aquella promesa que le hizo a Natsumi, estaba escrita con sangre de la misma, por eso era tan importante, por eso no podía fallar en la misma. Tal vez en algún momento podría devolver la espada a Henry Sinclair, si la quería o no sería entonces su problema, pues quedársela tampoco era algo correcto, curioso…a veces todo parece predestinado.
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