Un acontecimiento para un futuro [Pasado - Rose]

Una nueva isla a visitar en mi viaje a los Blues, descendí desde el Grand Line y sinceramente me resultaba un paseo cada lugar al que iba, muchos novatos en cantidades industriales, no es que fuese el mejor, pero estaba por encima de la media. Ampliaba mis dominios de Caza, pocos eran los que se escapaban de mis garras. Sin embargo me encontraba en una isla dominada principalmente por el Gobierno, fácil de darse cuenta por las patrullas de marines por la calle, los piratas, si es que había, estarían mas ocultos, en suburbios o similar... No tendría demasiada acción por la seguridad del reino.

Recién llegue a la isla, dejando a mis espaldas el astillero. Caminaba por uno de los caminos del puerto vistiendo con mi clásica indumentaria para evitar llamar al atención, con una sudadera amplia y grande para ocular mis amplias alas negras, cuya capucha estaba puesta para que mi rostro no fuese tan visible y obviamente los cuernos de mi frente, unicamente se visualizaba una sombra oscurecida de la silueta de mi rostro y el resplandor de mis ojos cuyo iris son blanquecinos. Las miradas de algunas personas se centraban en mi, como diciendo “un forastero...” un desconocido que ocultaba lo máximo posible su rostro y sus rasgos. Mis pasos fueron conducidos hasta una zona comercial donde bastantes civiles la poblaban, compraban frutas, patatas; pero yo no quería solo eso, sino también abastecerme de municiones para las balas de cañón del barco y las armas de mis compañeros que les pagaba por sus servicios, pero en una ciudad gobernada por marines no venderían armas obviamente... Tendría que buscar en el mercado negro, contactar con alguien, moverme por los bajos fondos. Pero ya que estaba aquí...

Me acerqué a una tienda que vendía barriles de todo tipo, ya fuese con ron, cerveza como incluso agua para los viajes en la mar. El local estaba vacío y el hombre regordete de mediana-avanzada edad, el dueño seguramente, estaba en la puerta fumando un puro. Detuve mi caminar al ver el cartel y me interesaba, girando mi cuello hacia la derecha y acercarme en dos pasos quedando de lado a par de metros, sin buscar contacto visual directo. -¿A cuanto el barril de agua?- Tras mi pregunta aquel sujeto dio una amplia calada a su puro para acabar expulsando todo el humo en mi dirección cubriendo mis alrededor, no tosí, estaba acostumbrado. -Para ti... a 10 mil berries el barril.- Quizás un poco caro, pero no se le veía muy agradado de tenerme como cliente, casi que buscaba espantarme.......

Paso a paso me aproximaba a la pirata, encontrándose derribada en el suelo frente al árbol derribado debido al tremendo golpe en el suelo habiendo quedado desorientada. Mi ofrecimiento a que se entregaba se veía con una clara nula en su respuesta, pero estaba claro que no iba a rendirse fácilmente. A cada paso que daba me aproximaba contemplando como se iba reincorporando la fémina a duras penas. Mi garra izquierda se poso encima del tronco de un árbol haciendo un movimiento descendente con el sonar del rajar de la madera hasta dejar la marca de una garra como si de un oso hubiera dejado su huella. -Laaaas... pesadillas nunca desaparecen.- Con mi clásico tono de voz de ultratumba alargaba el “las” de una forma tenebroso. -Te daré caza hasta que supliques para que la pesadilla termine, y lo hará cuando te entregue a la Marina.- La pesadilla concluiría cuando YO lo dijese, cuando YO quisiese, la daría caza hasta que me aburriera y se acabase entregando o sometiendo por cuenta propia o forzada por mi mano.

Cuando logró levantarse y mi persona tan solo estaba a un par de pasos, simplemente no reaccioné, quería que corriera. Es taaaan... divertido. -¡Uahjajajaja!- Una risa cual genio malvado resonó en un eco por el bosque cuando huía, inmediatamente alcé la diestra y en un movimiento horizontal pero descendente talé un nuevo árbol que en pocos segundos empezó a inclinarse a la izquierda dando los pasos suficientes para alejarme de el cuando cayó metros a mis espaldas con un nuevo temblor en el suelo, con el sonido de su impacto. Una simple muestra de fuerza y destreza, que solamente serviría para seguir intimidandola con cierto caos que quedaría tras de si.

No conocía bien estos bosques, pero son fáciles de entender. Pero debía conocer aproximadamente su geografía, que mejor manera que desde las alturas. Flexioné las rodillas para dar un salto impulsado por el vuelo de mis alas hasta una considerable altura y mirar al Este, la dirección tomada por la pirata. El camino era continuado y no había apenas vertientes por las que poder desviarse, pero eso si, conducían alto mas montaña arriba, cerca del cauce de un rio que este bordeaba la montaña hasta la espalda, donde ya no podía ver, desconocía si la fémina llegaba por allí que podría encontrarse. Descendí mi posición para reanudar la caza a pie, ya que desde las alturas parte de las copas de los árboles ocultan la visión, ademas de que en tierra firme podía seguir el rastro.

No la tenia a plena vista, ni la escuchaba, conocía la dirección la cual tome con pasos a un ritmo normal. Llegué a un punto donde el camino no era visible, siendo todo hierba, arbustos y plantas, la chica se adentró en un lugar que no estaba marcado por ningún sendero. Sin embargo el rastro de ramas rotas, hierba pisada era fácilmente de distinguir. Una vez acababa el pequeño terreno de hierba empezaba uno totalmente de tierra y solo arboles, no había hierba pisada que enunciase el camino que seguía.... pero si huellas. Me coloqué de cuclillas, quitando mi guantelete derecho con mi zurda, para pasar mi mano desnuda sobre la huella y la tierra. “Es fresca... ha pasado por aquí” Mi mirada se centraba en la huella y el camino marcado que seguían, es decir, mas huellas. "Ha seguido por allí" Deducía obviamente el camino que tomó. Un experimentado como yo, sabe como ocultar un rastro, pudiendo hacer huellas falsas, volver sobre los mismos pasos y seguir el camino de verdad barriendo con unas ramas con hojas, pero eso requería de llevar un buen margen de distancia y tiempo, algo que la fémina carecía. Metamos la segunda marcha... En un momento ya no caminaba, sino que corría a paso ligero para acortar drásticamente la distancia hasta el punto de tener contacto visual y seguramente ella podría detectarme cuando me acercase la distancia suficiente.

Debo escapar… Debo escapar… Debo escapar… Decía mientras corría, escuchando el sonido de un árbol caer nuevamente a mis espaldas. Me había alejado un poco, pero realmente no me sentía para nada segura. El  hombre garras parecía decidido y obsesionado con la caza… ¿Cuánto dinero le habrán ofrecido? Quizás yo  podría darle un poquito de lo que tengo… Me mantenía corriendo a todo lo que daban mis piernas, no paraba por nada del mundo ni siquiera me atrevía a mirar atrás. Corriendo firmemente, a una velocidad que yo consideraba muy buena o es crei… He sido perseguida por revolucionarios, piratas, marines, miembros del gobierno y todo tipo de cazadores. Estoy  mas que acostumbradas a esas persecuciones. Desde que decidí abandonar mi hogar, estaba consiente de cómo terminaría mi vida, asi que por ello no me lamento de nada. Pero Garritas san era diferente a los demás… Es muy fuerte para mi… No pude leer sus movimientos, no es como los demás que esperaba a que atacaran, esquivar y luego contraatacar y correr. Este tipo esta mas entrenado y lo reconozco… Realmente me da temor el hecho que en un movimiento veloz sentí que había desaparecido o algo asi….

-Garritas san. ¿Estas ahí? ¿Hola?- Preguntaba mientras mantenía mi carrera a toda velocidad. No me atrevía por nada del mundo a mirar para atrás y me aliviaría al ver que ya no estaba. -¡Yupii!! ¡Lo logre lo perdi! ¡Ha! ¡Garrita 0 Ruby 1!- Decía de manera emocionada y engreída confiada de que el peligro había pasado. Finalmente mi recorrido llegaría a su final. Llegando a la orilla de un rio donde ni tan lejos, ni tan cerca se podía apreciar una cascada en deseso montaña abao… Este es el final para mi… Pero almenos estaba segura de que el se había cansado o algo asi, pero no, no es cierto… Escucharia las  ramas y pasos que venían a toda velocidad hacia mi. Aquel hombre de verdad no se rendía por nada del mundo, estaba decidido a atraparme y llevarme a prisión… ¿Terminaran todas mis aventuras aquí? Que patético final para gran Red Rose… Atrapada por un botin de 5 millones… Nuevamente me prepararía con mi guadaña con la intención de encararlo… Si me iba a atrapar, pelearía hasta el final. La idea de saltar al rio pasaba por mi mente pero… ¡NOO! Es muy peligroso… Podria no sobrevivir a ello… No puedo… No debo… -Estas demente Garritas San pero…- Preparaba mi modo defencivo con mi arma. –Admiro tu devoción, realmente eres un guerrero el cual debo respetar. ¡Pero jamás me atraparas! ¿Sabes pro que? ¡Por que soy la gran Red Rose!  ¡La pirata mas poderosa del mundo!!- Miraria fijamente, esperando el ataque de aquel cazador que venia a una gran velocidad hacia mi.

Las ramas crujían, las hojas resonaban con cada pisada dada en mi carrera. Los pájaros cantaban y dejaban de hacerlo cuando pasaba cerca de las ramas que golpeaban parte de mi cuerpo y apartaba dichas ramas de delante con mis garras, ya fuese de un golpe o cortándolas. El dulce aroma a humedad y el pacifico sonido del agua al ir llegando a la zona del rio, donde a lo lejos se percibía una pendiente inmediata de 90º hacia abajo... “Una cascada...” El paso de la fémina se cerraba a un debate moral definitivo: Buscar otra salida, arriesgarse y saltar con riesgo de morir, dejarse capturar o luchar.

La decisión fue tomada rápidamente, contemplando a lo lejos como la fémina se daba la vuelta empuñando su arma, su guadaña. A medida que me acercaba mi carrera se reducía hasta ir caminando y finalmente detenerme a 5 metros, cara a cara, mis brazos quedaban en vertical a mi cuerpo y mis ojos clavados en ella con una media sonrisa marcada en mi mejilla derecha. -La oveja decide querer convertirse en lobo para enfrentar al cazador...- Una referencia con buenas palabras donde trataba de valorar su valentía por querer enfrentarme, queriendo pasar de ser cazada a una guerrera. No respondía a sus burlas o niñeces, ¿La Grand Red Rose? Pues esa gran ladrona bien que huye de un “simple caza-recompensas”.

-Si es tu decisión, comencemos el verdadero combate...- Justo cuando terminé mis palabras, de cada parte de mi cuerpo empezó a ser segregado un liquido morado que recubría todo mi cuerpo en la totalidad, siendo mi uso pasivo de mi Akuma No Mi, un veneno corrosivo para afectar el simple contacto físico, ya sea cuando atacase o me defendiese y el adversario tuviese consecuencias. Una imagen posiblemente grotesca por la fémina, algo inusual, algo... diabólico. Respiré profundamente y expulsaba el aliento mirando hacia arriba, emanando de mi boca una especie de niebla grisácea, como si fuese ambiental, pero realmente... No lo se. Rápidamente se extendería en mi entorno, no dificultaba la visibilidad apenas, pero realmente a todo ser vivo lo envenenaba haciendo que sus ojos escocieran, sus oídos fallaran, siendo un veneno sensorial para desorientar a las presas, que sean fácil de cazar o de enfrentar. -Wuauajajajajajaja...- Una risa diabólica fue quizás lo último claro o nítido que podría haber escuchado Rose, antes de que el veneno surtiese efecto.

Mantuve mi posición unos segundos, estaba dentro del área, pero los venenos me hacia daño alguno, yo podía ver claramente. Observaba a mi presa, como actuaria, si quizás por el miedo le daba por zarandear su guadaña, sería lo mas normal del mundo, si se atrevería a correr en alguna dirección totalmente ciega, o como si se echaba a llorar en el suelo suplicando por su vida... Quien sabe. Durante alguna de esas posibilidades, caminaba continuamente bordeando a la presa, con suma tranquilidad, evitando estar cerca de su posible rango de la guadaña, hasta que finalmente daría un rápido paso con mi derecha y en un movimiento con mi diestra de abajo a arriba con el guantelete rasgaría y cortaría por su espalda, dejando la marca de toda mi garra en su piel. Quería que sufriese, ¿Degollarla de primeras? Habría sido fácil. ¿Cogerla en un movimiento oportuno y noquearla? No seria divertido. Disfrutaría haciéndole sentir miedo, temor... Sonreiría con cada grito que diese en este bosque donde nadie podría escucharla, ni se preocuparían de una pirata.

Este tipo.... Es una pesadilla viviente… ¿Cuál  es su problema? ¿Por qué no se detiene ya? Demonios empieza a desesperarme… Empieza a agitarme… Lo odio tanto… Quisiera que me dejase en paz. Odio su voz, sus estúpidas palabras, es igual a todos, me trata como si fuera una niña  debilucha. Lo veía acercarse de una manera tan terrorífica. –Atrás… Aléjate… Te matare si sigue…- ¿Matar? Realmente no he  hecho tal cosa en toda mi vida, no creo ser capaz, ni siquiera con alguien como el. Se atrapada… No es justo, no es justo… Yo  he viajado a GL aun, ni he visto grandes batallas ni las poderosas corrientes del New World. Hay tantas cosas que no he visto aun, no puedo ser capturara… El cazador insistia, es fuerte claramente, esta en otro nivel, realmente es diferente a los que suelo enfrentar. He enfrentado de todo, marines, revos y cazadores,pero este sujeto no es igual, lo se es evidente… No me dolería ser atrapada si  me mandaran a una prisión de segunda o a Impel Down, realmente poco me importaría, quizás podría escapar… De ser capturada, iria al peor lugar de este mundo. Con mi familia. Jure que jamás volvería a ese asqueroso lugar, preferiría morir antes que volver, morir defendiendo lo que quiero, vale la pena…

Realmente no quiero morir… Le temo a tantas cosas, pero una de ellas es la muerte… Mi pecho comenzaba a latir con cada paso del cazador, incluso la tensión me obligaba  a transpirar. Podía apreciar como una sustancia morada cubría su cuerpo… Este  hombre es un monstruo. –Por favor… Dejame  ir… No quiero  morir, no quiero volver con ellos… Te daré todo el dinero que tengo.. Tengo mucho…- Finalmente mi lado cobarde y desesperado saldría a flote. Me avergonzaba de mi misma por esto. ¿La Gran Red Rose suplicando? Que decepción. Luego de pensar en la estupidez que había dicho, con mi mandíbula tenblurienta, mis ojos un poco húmedos, hablaría. – Combate…  Pues… Pues.. Qu-Que asi sea… Te pateare el trasero viejo!- Aunque me costara decir esas palabras, estaba orgullosa de haberla dicho. Si, estoy perdida, lo se. Ya no tengo a donde ir. Solo me espera un final horrible  tras esto. –Que demonios…- Decía mientras con mi mano libre tapaba mi nariz y cerraba mis ojos. Me dolia todo, los oídos, mis ojos picaban y ese olor era horrible. -¿Qué demonios eres?-

No podía mantener contacto visual, ni siquiera podía oírle, era como si estuviera totalmente a ciegas. Que poderes son estos…. Ósea, se vuelve morado y ahora esto… Pero ahí no terminaría mi tortura, pronto sentiría un ataque  en mi espalda, la cual había sido  rasgada al igual que parte de mi ropa. De esta manera daría dos pasos al frente para mantenerme. Me era  difícil sujetar mi Guadaña. Lo primero que haría seria dar un giro y atacar hacia atrás creyendo que el estaba ahí. No estaba segura de lo que hacía, al final no era capaz de visualizar nada. Comenzaría a toser, me era difícil respirar… Al final caminaba sin saber a dónde iba. Movía mi guadaña como si se  le fuera a tinar de verdad… Ya no me importaba nada. Pronto, el sentir que resvalaba y la humedad, me idnicarian lo peor. Habia caído al rio que me jalaba hacia abajo con tanta fuerza. Mi guadaña se soltaria y se iria primero, yo intentaba deseperada sujetarme de lo que sea. Habia una roca atravesada, lo se por que termine golpeándola con mi herido cuerpo. Con mis ultimas fuerzas comencé a sujetarme, aun no podía ver ni sentir mucho. Me aferraría a la piedra como si mi vida dependiese… No lo sabia, estaba a tan solo unos cuantos metros de caer por aquella cascada… Todo estaba realmente mal, parece que mi final llegaría y no podria hacer nada…. Lo único que haría era llorar con coraje, llorar mientras mostraba mis dientes de la impotencia. Poco  a poco mis manos iban resbalándose de aquella roca. Ya no me quedaba mucho tiempo…

Suplicas y lloros por parte de la “Gran Red Rose” no quería volver a ningún lugar al que se referiría, no le respondería a esas palabras, simplemente mentalmente di por echo que se referiría a la prisión como si fuese ella una reincidente que cumplió condena en su momento y ahora vuelve a las andadas. ¿Dinero? Ya era demasiado tarde para ofrecerme un soborno, me molestó su actitud infantil y me hizo llegar hasta aquí, no había soborno que ella pudiera ofrecerme igual o superior a su precio por su cabeza. ¿Que soy? -Un Cazador.- Una suave y breve respuesta con un tono de ultratumba, no me consideraba nada mas allá, solo un simple cazador que adquiere “pieles” de sus presas para venderlas en el mercado, en este caso el Gobierno y Marina.

El zarpazo fue dado de pleno en la espalda ajena, una marca clara y nítida dañando posiblemente aun mas su vestimenta, la corrosión del veneno “ardería” en la herida aumentando el dolor por ello., rápidamente daba una zancada a forma de retroceso, contemplando como movió su guadaña de manera giratoria, hundí mi estomago y echaba el cuerpo ligeramente hacia atrás evadiendo por centímetros la hoja de la guadaña, incluso podía haberla parado, pero de ese modo podría intuir mi posición, la dirección en la que estaría.

Mis pasos se reanudaban de manera tranquila, llevando la zarpa derecha cerca de mi rostro y girando la palma para ver el dorso, admirando la fusión del color rojo de la sangre de ella de mi garra con el morado de mi veneno, me regodeaba de mi desorientada presa, posicionandome en sus espaldas con los brazos extendidos a cada lado, vislumbrandome como si fuese una sombra con el brillo blanquecino de los ojos en la niebla, un demonio. Ya iba a ser hora de agarrarla, apresarla y dejarla inconsciente para llevarla a las autoridades y cobrar mi recompensa. Cada brazo se desplazó hacia adentro, el uno hacia el otro para abrazarla; seria muy divertido la sensación de corrosión en la piel. Mis brazos se cerraron agarrando la nada... Justo en ese momento la chica resbaló y cayendo a las aguas del rio. Mis ojos quedaron abiertos como platos ante la sorpresa, de ver como mi presa se escapó de mis garras. -¡Mieeeerda!- Expresé abiertamente con clara ira en mi tono, la corriente del agua era bastante rápida.

Sin dudar mas tiempo emprendí carrera tras ella siguiendo el curso del rio, muy rápidamente la chica por causa de la corriente salia del rango de la niebla, no tardaría mucho tiempo en perder los efectos del mismo pero no podrá orientarse bien, fácil de verse por los choques inminentes entre las rocas. Me sentía con mucha duda, sin saber como bien como cogerla al estar en el agua, cualquier descuido podría acabar hundiéndome y por ende a ahogarme. A duras penas llegaba a agarrarse a una roca a metros mas atrás de la caída inminente por la cascada. Dudaba que pudiera sobrevivir a una caída así y en cuyo caso seria muy complicado encontrar su cadáver, no valía tanto para merecer la pena buscarla. Di un impulso con mis piernas para emprender vuelto casi a ras de suelo, extendiendo mi garra derecha y dirigiéndome al centro del río, donde estaba la fémina agarrada a la roca con la intención de agarrarla lo antes posible... Pero no llegaría a tiempo.

En esos momentos muchos pensamientos llenaban la mente de la pirata, quien con el pasar de los segundo, era inevitable seguir sosteniéndose de aquella roca. Miedo, nervios entre otros sentimientos fluían por todo su ser. El miedo y la tristeza de saber que todo terminaría recorría por su mente, era terrible como terminaría su historia. Nacida en un hogar opresor, obligada a salir a un mundo cruel y sobrevivir por si sola, forjar sus caminos, ver y conocer, ese solo era su sueño y no lo habia logrado ver todo… Al final. En su último segundo en aquel rio pensaba en todo lo que había sucedido. Miraría como aquel hombre aterrador quien la acoso y torturo hasta sus últimos momentos, lo miraría fijamente. Red Rose en ese momento cambiaria su semblante triste y dolido por una sonrisa gentil. Como si realmente estuviera aliviada, miraría ojo a ojo a aquel que era su enemigo, como si estuviera agradeciéndole por tal encuentro. Fue un enemigo formidable, logro vencerla, logro acabarla sin ningún problema. Como una aventurera de corazón, no guardaría rencor en sus últimos momentos. Si no admiración.

Sonriente, finalmente sus dedos se soltarían de aquella roca resbaladiza. Mantenía esa sonrisa gentil mientras las fuertes aguas golpeaban su cuerpo empujándola a lo que sería un destino muy cruel. La pirata solo se dejaba doblegar, no podía hacer mas y mas aun asi no intentaría nada. Esto es el mundo real, esto es la realidad a la que ella supo que se enfrentaría al abandonara aquel maldito lugar. Aquel lleno de gentecilla pedante que se creen mejores que todos, aquellos que la reprimieron y lastimaron durante tantos años. Finalmente llegaría al borde de la cascada, donde su contacto visual terminaría con el cazador. Cerraría sus parpados dejando ver su semblante calmo y conforme, esto es la libertad que ella buscaba. Saber que hasta el final peleo y lucho por lo que ella creía, sin importar las consecuencias o que. Caería rápidamente sintiendo el viento hacer presión en su rostro. Ahí llegaría el final de la red Rose….

-Soy la gran Red Rose, y yo seré aquella que logre verlo y sentirlo todo. ¡Seré la pirata más libre de todas! ¡Podre volar donde quiera! ¡Volare tan alto que tocare las estrellas! ¡Ire y mirare mas alla donde todos han podido! ¡Hyahahahahaha!- Fuertes palabras que se escucharon como un eco al resonar en aquel lugar, para luego solo quedar un silencio vacio, dejando solo los sonidos de la naturaleza. ¿El final de Red Rose? No se supo que sucedió después. Las personas buscaban todo lo que podían de ella, solo encontraron su bufanda rasgada y llena de sangre flotando rio abajo. Aquella tarde se sentía una brisa calidad en aquel lugar, el canto de las aves, y el resplandecer del cielo. Dias como estos son los que valen recordar y pensar siempre.

Mi mano rozó la suya con ningún éxito, mi garra termino pasando por la roca que ella sujetó causando un corte en el, mi vuelo paso de largo unos metros y aleteé las alas para frenar y dar la vuelta, girando el cuello en la dirección de la pirata, contemplando como era arrastrada por las aguas hasta finalmente caer al vacío. Bonitas palabras las que mencionó al final. Libertad... Volé a una velocidad media hasta el filo de la cascada donde no pude ver su caída, mis ojos se clavaban desde la altura mirando fijamente cualquier indicio, cualquier cosa que indicada vida en las aguas. -Espero que tengas suerte. Que la muerte te arrastre para evitar ser perseguida bajo mi garra, o ten la mala suerte de sobrevivir.- Le deseaba suerte, que muriese para que se fuese en paz a otro mundo y dejase de ser sometida bajo mi mano, pero si sobrevivía y lo sabia la volvería a perseguir para disfrutar de ello.

Unos minutos pasaron sin moverme en aquel vuelo mantenido, con los ojos visualizando cada posible rincón, cada recorrido de las aguas. “Puede que esté siendo arrastrada por el fondo... En cualquier casó no podré cogerla.” Estuviese viva pero inconsciente se ahogaría tarde o temprano, si hubiese fallecido por el golpe su cuerpo quedaría por el fondo, en cuyo caso para mi debilidad de akuma no mi era imposible hacerme con ella por mi mismo. Sin embargo su cabeza no valía tanto como para hacer tal esfuerzo.

Volé tranquilamente hasta la orilla en dirección a la ciudad, emprendiendo camino hacia allí, disfrutaria del paisaje durante la travesía y buscaría otras tareas, esperaba tener suerte y al menos encontrarme algun pirata mas para conseguir mas dinero para el viaje, me iba haciendo falta. Contratar mercenarios para el barco ya que solo no podía, comprar algunas provisiones para el camino ya aprovechando que estaba en la ciudad y si no, pues bueno, suerte para la próxima.