Año 230 D.D.G
Tras un periodo de paz el nombre de un sujeto comenzó a surgir entre los piratas hasta hacerse de un renombre mundial… Norman D. Gold, un pirata que en un par de años alcanzó el poder suficiente para consagrarse como un emperador pirata y eventualmente para ser nombrado como rey de los piratas al haber reunido un tesoro inconcebible al cual se le otorgó el nombre de “One Piece”. Durante años el Gobierno hizo uso de todos sus recursos para acabar con este hombre per todo fue inútil y decidieron simplemente dedicarse a contener sus ataques. Gold sin embargo, no parece interesado en destruir al Gobierno o en atacar a sus instituciones, sino más bien en continuar explorando el mundo no conocido estableciendo con su poder una estabilidad no vista antaño en el mundo de la mano de todas las demás facciones. ¿Serás parte del mundo y su avance?. Seguir leyendo...
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¡Ayudaaaa! Pasado Enden.
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¡Ayudaaaa! Pasado Enden.
-Hora 10 am. Puertos de Loguetown.-
¡Realmente me siento feliz! -¡Hogar dulce hogar!- Decía con gran entusiasmo mientras veía como me acercaba a la isla desde la punta del barco. -¡Oye! ¡Maldita sea había un polisón!- Decía un hombre entre dientes cuando finalmente se dio cuenta de mi presencia, en ese momento comencé a sonreírle para acto seguido guiñarle un ojo y sacarle la lengua. –Bleee. No te lo tomes tan enserio, además, esas patatas… ¡Saben horrible!- Luego soltaba carcajadas, incluso colocaba mis manos en mi estomago al reír, el hombre quien en verdad estaba enfadado comenzaría a buscar su arma –Ya veras maldita mocosa. ¡Te enseñare modales!- Creo que esta vez si habla enserio, la verdad se le ve molesto pero que esta…. ¡Espera! ¿De verdad piensa dispararme? - ¡QUEEEE?¡ ¡¿ENSERIO VAS A DISPARARME?! ¡Que va! Solo eran unas sucias patatas.- En ese momento al escuchar el clic del arma cargando vi que iba enserio. -¡Rayos!- Por suerte mia finalmente el barco había llegado cerca del muelle, por lo que concentre mi fuerza en mis piernas para impulsarme hasta el. Había aterrizado en el borde de la madera, incluso movía mis brazos hacia adelante para equilibrarme, estaba a punto de caer hacia atrás pero no fue asi. –Fiu… Estuvo cerca.- Decía pasándome mi mano por mi frente, el hombre comenzaría su pataleo. -¡Maldita mocosa! ¡Ya verás! ¡Me las pagaras!-
-¡Sayonara iluso!- Decía corriendo con una gigantesca sonrisa muy gentil mientras movía mi mano en señal de despedida, ahora, debo reflexionar seriamente esto, pues estuvo cerca, pude haber muerto, debo ser más cuidadosa a la hora de… -¡Pastelillos!- Dije al ver una tienda de pastelillos, y no era cualquier tienda, era una que solía a visitar con mi amiga Jim cuando crecimos juntas en esta isla, recuerdo que me escapaba de las garras de mi familia para poder venir al pueblo. –Rose, no debes asociarte con los sucios humanos. ¡Bleee!- Decía haciendo una voz como la de mi padre, no se ni donde estará ese idiota y no me importa tampoco, realmente amo los pastelillos. Había pasado un rato, la señora no me reconoció esta muy viejita, pero aun así no me interesaba eso. –Ñaun que riukuo- Decía comiéndome un pastelillo de un bocado entero y hablar con la boca llena.
[color=#006600]-¡Hey!... Mira bro, ¿No es esa la chica rica que dejo a su familia?-[/color Decía un tipo de mala pinta que tenia rato observándome, esas cosas me ponen muy incómoda… -Si… Creo que si, he oído de ella. Mira su arma… Debe ser ella, si no mal recuerdo, la chica lleva una guadaña enorme, no crei que fuera tan enorme. ¿Qué hacemos Aniki?- El hombre comenzaría a sonreír y sacaría su espada. –Solo sígueme, nos divertiremos con nuestra linda amiga “Red rose”- Decía el hombre quien se pararía enfrente de mi bloqueando el paso. -¿Disculpa??? ¿Te molesta??? Digo, estuas atravesuado.- Decía comiendo otro pastelito de manera despreocupada, aunque en el fondo no me sienta bien como me miran ambos. –Si, si me molesta, pues tu eres una linda princesita que quizás valga algo.- El hombre tocaría uno de mis mechones de cabello de manera sádica… Yo me aleje de manera repentina, incluso se me cayeron los pasteles. –HAHAHA que buen chiste chicos… Saben que… Yo.. Yo mejor me retiro… – Daria la vuelta y comenzaría a caminar apresuradamente, mediante me daba cuenta que me seguían con mas velocidad comencé a echar a correr a todo lo que daba… Dios, por que a mi… ¡MIS PASTELITOS!
-¡Sayonara iluso!- Decía corriendo con una gigantesca sonrisa muy gentil mientras movía mi mano en señal de despedida, ahora, debo reflexionar seriamente esto, pues estuvo cerca, pude haber muerto, debo ser más cuidadosa a la hora de… -¡Pastelillos!- Dije al ver una tienda de pastelillos, y no era cualquier tienda, era una que solía a visitar con mi amiga Jim cuando crecimos juntas en esta isla, recuerdo que me escapaba de las garras de mi familia para poder venir al pueblo. –Rose, no debes asociarte con los sucios humanos. ¡Bleee!- Decía haciendo una voz como la de mi padre, no se ni donde estará ese idiota y no me importa tampoco, realmente amo los pastelillos. Había pasado un rato, la señora no me reconoció esta muy viejita, pero aun así no me interesaba eso. –Ñaun que riukuo- Decía comiéndome un pastelillo de un bocado entero y hablar con la boca llena.
[color=#006600]-¡Hey!... Mira bro, ¿No es esa la chica rica que dejo a su familia?-[/color Decía un tipo de mala pinta que tenia rato observándome, esas cosas me ponen muy incómoda… -Si… Creo que si, he oído de ella. Mira su arma… Debe ser ella, si no mal recuerdo, la chica lleva una guadaña enorme, no crei que fuera tan enorme. ¿Qué hacemos Aniki?- El hombre comenzaría a sonreír y sacaría su espada. –Solo sígueme, nos divertiremos con nuestra linda amiga “Red rose”- Decía el hombre quien se pararía enfrente de mi bloqueando el paso. -¿Disculpa??? ¿Te molesta??? Digo, estuas atravesuado.- Decía comiendo otro pastelito de manera despreocupada, aunque en el fondo no me sienta bien como me miran ambos. –Si, si me molesta, pues tu eres una linda princesita que quizás valga algo.- El hombre tocaría uno de mis mechones de cabello de manera sádica… Yo me aleje de manera repentina, incluso se me cayeron los pasteles. –HAHAHA que buen chiste chicos… Saben que… Yo.. Yo mejor me retiro… – Daria la vuelta y comenzaría a caminar apresuradamente, mediante me daba cuenta que me seguían con mas velocidad comencé a echar a correr a todo lo que daba… Dios, por que a mi… ¡MIS PASTELITOS!
Última edición por Ruby Rose el Jue Ene 05, 2017 9:57 pm, editado 1 vez
InvitadoInvitado
Re: ¡Ayudaaaa! Pasado Enden.
Eden se había decidido a marchar de una vez a la Grand Line, antaño se había negado pues pensaba que muchos de los posibles candidatos a detener a Capone y sus aliados estaban ya en esas aguas, pero tras la pequeña aventura junto a la chica robot se había convencido que no era así. Aunque ciertamente Capone era una amenaza colosal en las aguas tranquilas, lo cierto era que Silverman confiaba en que tarde o temprano cometería un error u alguien acabaría capturándole, además, a comparación de otros como los supernova, lo cierto es que no pasaba de ser un pirata con muchos amigos.
Empero, su decisión de largar a la Grand Line no estaba meramente cimentada en su ideal de perseguir a personas más peligrosas, sino en el factor de buscar sus propias metas, unas que llevaba ya años retrasando por ayudar en los Blues. Encontrar a sus padres en el Nuevo Mundo y conocer que fue de ellos era algo que se planteó desde su estancia en Shimotsuki, esto solo sería posible si era capaz de llegar hasta Sabaody y de ahí encontrar la manera de saltar la Red Line hasta el mundo que muchos consideraban el verdadero “infierno”. Por otro lado, dudaba mucho que su hermano Mat estuviese en aquellos mares, llevaba mucho rato sin oír una sola referencia a él y entonces debía suponer que estaba en otros lares…¿por qué Mat se volvió pirata?, esa era una de sus grandes dudas. A diferencia de muchos cazadores, Eden no pensaba en los piratas como propiamente malignos, pues incluso en el gobierno, la marina y los cazadores existía gente bastante desagradable, no obstante, los piratas generalmente tomaban renombre por acciones acometidas en contra del pueblo civil, algo que no solo demostraba cobardía sino una mentalidad oportunista y era ese tipo de gente a la que verdaderamente consideraba criminales.
-¿Qué?- reaccionó cuando una señora anciana de malas pulgas le preguntaba cuántos barriles de aguamiel iba a querer, estaba aprovisionándose y como no era un criminal estaba pagando todo con su sueldo, haber capturado a unos cuantos piratas de Barbamoco en las islas Organ le había venido de lujo -Ah sí, pues, deme cuatro- rascó su cabeza, la verdad no estaba seguro de lo que era requerido para ir a la Grand Line, era su primera vez viajando tan lejos y no quería que le faltase nada, era mejor que todo estuviese en abundancia a quedarse semanas como tonto en mitad del mar.
Así, pasó de puesto en puesto comprando cosas y pagando la compra así, se adentró un poco en el puerto y tuvo la opción de cantar con un par de ancianos ebrios que disfrutaban de la vida, a veces era divertido dejarse esa facha de “cazador” y convertirse de nuevo en un hombre del pueblo. Estaba disfrutando del ambiente, pero ya era momento de marcharse a descansar, pensaba salir mañana a primera hora para aprovechar el día entero y llegar a la Reverse Mountain lo antes posible, claro, el destino siempre debía intervenir y no necesariamente a su favor. -¿Uhm?- escuchó un escándalo proveniente de la calle, algunos civiles se apartaban al ver a una niña con una enorme…¿guadaña?, corriendo mientras tras de ella estaban dos sujetos de mala facha, por un momento Eden no supo que era más raro, si aquellos dos tipos en persecución de una niñata o una cría con una guadaña que bien podía ser usada para talar árboles. En cualquier caso, la gente murmuraba y gritaba en algunos casos, casi como si estuviesen identificando a la chiquilla, él por su parte entrecerró los ojos y se inclinó al frente intentando darle un rostro conocido pero no fue así, probablemente era solo una niña huyendo de sus tíos.
Empero, su decisión de largar a la Grand Line no estaba meramente cimentada en su ideal de perseguir a personas más peligrosas, sino en el factor de buscar sus propias metas, unas que llevaba ya años retrasando por ayudar en los Blues. Encontrar a sus padres en el Nuevo Mundo y conocer que fue de ellos era algo que se planteó desde su estancia en Shimotsuki, esto solo sería posible si era capaz de llegar hasta Sabaody y de ahí encontrar la manera de saltar la Red Line hasta el mundo que muchos consideraban el verdadero “infierno”. Por otro lado, dudaba mucho que su hermano Mat estuviese en aquellos mares, llevaba mucho rato sin oír una sola referencia a él y entonces debía suponer que estaba en otros lares…¿por qué Mat se volvió pirata?, esa era una de sus grandes dudas. A diferencia de muchos cazadores, Eden no pensaba en los piratas como propiamente malignos, pues incluso en el gobierno, la marina y los cazadores existía gente bastante desagradable, no obstante, los piratas generalmente tomaban renombre por acciones acometidas en contra del pueblo civil, algo que no solo demostraba cobardía sino una mentalidad oportunista y era ese tipo de gente a la que verdaderamente consideraba criminales.
-¿Qué?- reaccionó cuando una señora anciana de malas pulgas le preguntaba cuántos barriles de aguamiel iba a querer, estaba aprovisionándose y como no era un criminal estaba pagando todo con su sueldo, haber capturado a unos cuantos piratas de Barbamoco en las islas Organ le había venido de lujo -Ah sí, pues, deme cuatro- rascó su cabeza, la verdad no estaba seguro de lo que era requerido para ir a la Grand Line, era su primera vez viajando tan lejos y no quería que le faltase nada, era mejor que todo estuviese en abundancia a quedarse semanas como tonto en mitad del mar.
Así, pasó de puesto en puesto comprando cosas y pagando la compra así, se adentró un poco en el puerto y tuvo la opción de cantar con un par de ancianos ebrios que disfrutaban de la vida, a veces era divertido dejarse esa facha de “cazador” y convertirse de nuevo en un hombre del pueblo. Estaba disfrutando del ambiente, pero ya era momento de marcharse a descansar, pensaba salir mañana a primera hora para aprovechar el día entero y llegar a la Reverse Mountain lo antes posible, claro, el destino siempre debía intervenir y no necesariamente a su favor. -¿Uhm?- escuchó un escándalo proveniente de la calle, algunos civiles se apartaban al ver a una niña con una enorme…¿guadaña?, corriendo mientras tras de ella estaban dos sujetos de mala facha, por un momento Eden no supo que era más raro, si aquellos dos tipos en persecución de una niñata o una cría con una guadaña que bien podía ser usada para talar árboles. En cualquier caso, la gente murmuraba y gritaba en algunos casos, casi como si estuviesen identificando a la chiquilla, él por su parte entrecerró los ojos y se inclinó al frente intentando darle un rostro conocido pero no fue así, probablemente era solo una niña huyendo de sus tíos.
InvitadoInvitado
Re: ¡Ayudaaaa! Pasado Enden.
¡No puede ser! ¡No puede ser!!! ¿Por qué me pasa estos siempre a mi? Lo se… Es mi arma, llama mucho la atención, pero… ¡No puedo evitar llevarla!! Es muy especial para mi… Corría totalmente desesperada, dominada por el miedo. –Vamos cariño no te hagas la difícil, solo detente y prometemos no lastimarte mucho. – Iuh! Que tipos más asquerosos, son de lo peor, primero muerta que antes en sus manos. -¡Dejen de perseguirme ya! ¿Qué no tienen otra cosa mejor que hacer? Vamos, no valgo mucho…- Decía continuando mi carrera, aunque comenzaba a cansarme y ellos poco a poco se acercaban a mi. Aun estoy enojada por haber dejado mis pastelitos… Eran tan deliciosos, eso es un verdadero crimen. -¡Asesinos de pastelitos!- Grite al dúo de raros, la verdad es un desperdicio muy grande. ¡Ellos son los que deberían ser perseguidos y encarcelado por ello!
[justify]La gente estaba alarmada por al escena de la persecución. La verdad no se que me ven. ¿Por qué tanto ajetreo por mi? ¿Qué no notan a los dos sádicos con espadas siguiéndome? Cercent Rose es la mejor arma que puede existir, y solo está hecha para casos especiales. Combatir no es lo mío, además son dos… No me siento preparada para una batalla en estos momentos, y pues solo he venido para visitar esta tierra… Donde quisiera ver si podría enconarla… Jill, mi mejor amiga… La han pasado 4 años desde la última vez que le vi, así que investigare a fondo que ocurrió con ella. Mis piernas no aguantaban ya de tanto correr, creo que tendré que detenerme… Pero eso implica tener que pelear. –AHHH rayos!!- Grite para tomar mi guadaña la cual estaba asegurada en mi espalda. Estaba totalmente arrinconada, de manera que había un gran muro a mi espalda, y los dos sujetos comenzaban a dividirse para rodearme, creo que será difícil salir de esta..
-Solo vine a visitar a mis amigos y mi isla natal. ¿Por qué no me dejan en paz? No soy la criminal que dicen en las noticias. ¡Lo único que he hecho es robar pasteles en tiendas de postres!- La verdad no soy buena con las palabras, pero se que ellos no detendrán su objetivo… Desde que escape de esa maldita casa, mi vida se ha vuelto tanto placentera como infernal, de verdad mi familia jamás me dejara ser feliz. No importa, no me importa nada, no les daré el gusto. Comenzaba a sacar esa sonrisa radiante característica de mi, incluso en momentos oscuro, nunca perderé la esperanza. Comenzaba a atacar con mi guadaña pero estos bloqueaban dichos ataques, terminando acorralada nuevamente. –AHAHAHAH de donde salen locas como tu. Ese ataque fue tan pobre que mi espada apenas tembló. Se acabo.- Los hombres comenzarían a prepararse para una estocada, mi determinación y sonrisa se mantenían como mi postura. . . Realmente no quiero que me capture o hagan daño… !No importa que pase! !Siempre luchare hasta el final!
[justify]La gente estaba alarmada por al escena de la persecución. La verdad no se que me ven. ¿Por qué tanto ajetreo por mi? ¿Qué no notan a los dos sádicos con espadas siguiéndome? Cercent Rose es la mejor arma que puede existir, y solo está hecha para casos especiales. Combatir no es lo mío, además son dos… No me siento preparada para una batalla en estos momentos, y pues solo he venido para visitar esta tierra… Donde quisiera ver si podría enconarla… Jill, mi mejor amiga… La han pasado 4 años desde la última vez que le vi, así que investigare a fondo que ocurrió con ella. Mis piernas no aguantaban ya de tanto correr, creo que tendré que detenerme… Pero eso implica tener que pelear. –AHHH rayos!!- Grite para tomar mi guadaña la cual estaba asegurada en mi espalda. Estaba totalmente arrinconada, de manera que había un gran muro a mi espalda, y los dos sujetos comenzaban a dividirse para rodearme, creo que será difícil salir de esta..
-Solo vine a visitar a mis amigos y mi isla natal. ¿Por qué no me dejan en paz? No soy la criminal que dicen en las noticias. ¡Lo único que he hecho es robar pasteles en tiendas de postres!- La verdad no soy buena con las palabras, pero se que ellos no detendrán su objetivo… Desde que escape de esa maldita casa, mi vida se ha vuelto tanto placentera como infernal, de verdad mi familia jamás me dejara ser feliz. No importa, no me importa nada, no les daré el gusto. Comenzaba a sacar esa sonrisa radiante característica de mi, incluso en momentos oscuro, nunca perderé la esperanza. Comenzaba a atacar con mi guadaña pero estos bloqueaban dichos ataques, terminando acorralada nuevamente. –AHAHAHAH de donde salen locas como tu. Ese ataque fue tan pobre que mi espada apenas tembló. Se acabo.- Los hombres comenzarían a prepararse para una estocada, mi determinación y sonrisa se mantenían como mi postura. . . Realmente no quiero que me capture o hagan daño… !No importa que pase! !Siempre luchare hasta el final!
InvitadoInvitado
Re: ¡Ayudaaaa! Pasado Enden.
La situación iba de mal en peor, no entendía nada y solamente estaba ahí observando a la niña correr hasta quedar arrinconada, en ese momento muchas personas se aglomeraron y evitaron su visión, algo que le molestó un tanto e intentó pasar, pero le fue imposible, incluso se llevó un codazo de una señora regordeta que estaba aparentemente muy alocada con lo que estaba observando. Rascó entonces su mejilla y observó que podía saltar a un puesto con techo de madera, fue lo que hizo y una vez allí arriba pudo observar a la pequeña sacando su arma y atacando a los dos hombres con una habilidad poco remarcada, incluso fue sencillo para los otros dos en conjunto detenerla, quizás en un encuentro mano a mano ella tendría oportunidad, pero ante dos era básicamente segura su derrota.
Tomó asiento sin entender bien que estaba sucediendo, solo estaba claro que aquellos dos eran cazadores pues les recordaba de algunas visitas a la isla, al parecer ellos estaban ahí establecidos, eso suponía que la niña era una criminal, pero, ¿qué podía haber hecho una cría?, le parecía absurdo tratar de darle captura, menos cuando demostraba no tener ninguna habilidad especial. Sacó una manzana de sus ropas y se la comenzó a tragar con lentitud, meditando sobre si debería intervenir o no, era una decisión complicada; por un lado, aquella niña podía ser una criminal pero no una que mereciese estar en la cárcel, tal vez hizo una travesura o algo, pero por otro lado, ¿y si en realidad era peligrosa?, ya se había llevado ciertas sorpresas con crías, los cazadores raramente se abalanzaban sobre una presa falsa, aunque estando enfrente de dos hombres no era complicado imaginar que podían estarla buscando para fines más perversos que solo entregarla a la justicia.
Tras un par de segundos pensando finalmente sujetó la manzana con fuerza y la arrojó tan fuerte que al golpear al primer sujeto le hizo caer al suelo inconsciente, algo que desubicó al contrario que no entendía bien que estaba sucediendo, hasta que se giró para observar a Eden amenazándole con que se las iba a pagar -Are…¿ustedes solo tienen frases cliché para amenazar?- le preguntó con una tenue sonrisa en su rostro, le divertía ver molesto al tipo, no era para tanto -No sé la razón de perseguir a una niña, pero creo que mejor la dejas en paz, ¿por qué no te metes con alguien de tu tamaño?- en ese momento sin mediar más palabras el sujeto de un tajo cortó los soportes del puesto haciendo que Silverman por estar distraído cayese al suelo con cierta fuerza, tras ello el sujeto le sujetó de la cabeza y con una macabra sonrisa le atravesó la espada por el cráneo haciendo que la gente horrorizada se girase o comenzara a gritar y correr despavorida buscando a un marine.
Las risas malvadas del cazador se escuchaban mientras se vanagloriaba por haber acabado fácilmente con un oponente, empero, aquello se acalló de repente transformándose en un quejido de horror al ver a Eden con un rostro tranquilo e incluso bostezando -¿Ya acabaste?- el sujeto retiró su espada mostrándose que el chico no tenía ningún rasguño, eventualmente comenzó a atacarle de distintas formas mientras el peliblanco se inclinaba para ver a la niña que aparentemente estaba sin entender nada y le hizo una seña con la mano -¡Eh, calma, ya casi acabo!- y tras ello simplemente negó suavemente y de un golpe al estómago del otro le dejó caer sin más al suelo ya inconsciente. -Lo siento, pero te lo merecerías- se puso en pie limpiando sus ropajes del polvo y se acercó entonces a la pequeña -Hey, ya está todo bien, ahora dime, ¿por qué te estaban persiguiendo?- su rostro se le hizo familiar ahora que estaba más cerca, pero seguía sin ubicarla del todo.
Tomó asiento sin entender bien que estaba sucediendo, solo estaba claro que aquellos dos eran cazadores pues les recordaba de algunas visitas a la isla, al parecer ellos estaban ahí establecidos, eso suponía que la niña era una criminal, pero, ¿qué podía haber hecho una cría?, le parecía absurdo tratar de darle captura, menos cuando demostraba no tener ninguna habilidad especial. Sacó una manzana de sus ropas y se la comenzó a tragar con lentitud, meditando sobre si debería intervenir o no, era una decisión complicada; por un lado, aquella niña podía ser una criminal pero no una que mereciese estar en la cárcel, tal vez hizo una travesura o algo, pero por otro lado, ¿y si en realidad era peligrosa?, ya se había llevado ciertas sorpresas con crías, los cazadores raramente se abalanzaban sobre una presa falsa, aunque estando enfrente de dos hombres no era complicado imaginar que podían estarla buscando para fines más perversos que solo entregarla a la justicia.
Tras un par de segundos pensando finalmente sujetó la manzana con fuerza y la arrojó tan fuerte que al golpear al primer sujeto le hizo caer al suelo inconsciente, algo que desubicó al contrario que no entendía bien que estaba sucediendo, hasta que se giró para observar a Eden amenazándole con que se las iba a pagar -Are…¿ustedes solo tienen frases cliché para amenazar?- le preguntó con una tenue sonrisa en su rostro, le divertía ver molesto al tipo, no era para tanto -No sé la razón de perseguir a una niña, pero creo que mejor la dejas en paz, ¿por qué no te metes con alguien de tu tamaño?- en ese momento sin mediar más palabras el sujeto de un tajo cortó los soportes del puesto haciendo que Silverman por estar distraído cayese al suelo con cierta fuerza, tras ello el sujeto le sujetó de la cabeza y con una macabra sonrisa le atravesó la espada por el cráneo haciendo que la gente horrorizada se girase o comenzara a gritar y correr despavorida buscando a un marine.
Las risas malvadas del cazador se escuchaban mientras se vanagloriaba por haber acabado fácilmente con un oponente, empero, aquello se acalló de repente transformándose en un quejido de horror al ver a Eden con un rostro tranquilo e incluso bostezando -¿Ya acabaste?- el sujeto retiró su espada mostrándose que el chico no tenía ningún rasguño, eventualmente comenzó a atacarle de distintas formas mientras el peliblanco se inclinaba para ver a la niña que aparentemente estaba sin entender nada y le hizo una seña con la mano -¡Eh, calma, ya casi acabo!- y tras ello simplemente negó suavemente y de un golpe al estómago del otro le dejó caer sin más al suelo ya inconsciente. -Lo siento, pero te lo merecerías- se puso en pie limpiando sus ropajes del polvo y se acercó entonces a la pequeña -Hey, ya está todo bien, ahora dime, ¿por qué te estaban persiguiendo?- su rostro se le hizo familiar ahora que estaba más cerca, pero seguía sin ubicarla del todo.
InvitadoInvitado
Re: ¡Ayudaaaa! Pasado Enden.
-Cuidado aniki, puede ser peligroso.- Dijo el hermano gordo y al parecer menos inteligente de los dos mientras su hermano intentaba rodear mi costado izquierdo. -¿De verdad no tienen nada que hacer? ¡Dios que molestos son!- Decía sosteniendo muy fuerte mi guadaña, en el momento que ataque al mas cercano, el gordo intento atacarme por el costado derecho, que tonta… He expuesto mi defensa. Empuje con fuerza con mi arma que chocaba con la espada del que estaba en mi costado izquierdo, aun así, no me daría tiempo de defenderme del gordo hasta que… -¡NO ALEJATE ¡- Dije cerrando mis ojos, no quería ver eso pero… ¿Eh? Estoy … ¿Estoy bien? S.i… Asi parece. AL abrir mis ojos veo al gordo tirado totalmente noqueado y cerca de el una… ¿Manzana? –Que demonios… ANIKI!!- Grito el hermano para saltar a la carrera contra un hombre misterioso quien estaba calmado sentado. La gente estaba sorprendida de lo sucedido, yo realmente no vi nada y tampoco se que pasa..
Luego notaria como el segundo haría caer cortando el asiento del peliblanco. ¿Por qué no se defiende? Luego el hombre lo apuñalaría en el cráneo… Asi es, su metal había atravesado completamente su cabeza…. -¡Noo!!- Dije totalmente aterrorizada, de manera que coloque mi mano izquierda en mi boca, incluso aparte la mirada, que horrible… Aunque, el publico impresionado y aterrado me haría devolverle mi atención. -¡¿ESTA VIVO?! ES UN MOUNSTRUO!- Dije mientras retrocedía y tropecé cayendo sentada. Luego de un golpe el peliblanco aterrador inmortal derrotaría al ultimo y… ¿No me digan qué?.... ¡¿Realmente esta viniendo aca? –No te acerques.. ¡Aléjate! ¡Ayúdenme de este monstruo!- Decía apuntando con mi guadaña desde el suelo, aunque tampoco es como si lograra hacerle algo. ¿Vieron que lo atravesó una espada en la cabeza y sigue hablando y normal?
El hombre de manera tranquila me informa simplemente que todo había pasado y el por que me perseguían. Comencé a levantarme de manera tranquila y limpiándome, además de colocar mi guadaña en el amarre de mi espalda. –¡Gracias Aniki! ¡Eres tan genial como aterrador!- Procedía a ir al gordo que fue derribado por una manzana y comenzar a revisar sus bolsillos y sacar su billetera llena de dinero. –Pues, lo que pasa es que mi familia es rica y poderosa y escape de casa y me volví una pirata.- Dije de manera relajada mientras sacaba solo 1 millón de berries en materiales y dinero. –Este no tiene nada… Ellos… Me persiguieron cuando comía pastelitos, mis pastelitos se arruinaron… ¿Te invito uno?- Le dije de manera tranquila, la verdad me hacia sentir segura, no creo que sea una mala persona aunque si da miedo… Pero es buena onda porque me salvo, asi que se que no es malo –Pues, mi padres son una bola de engreídos que no les importa la vida de otros mas que la de ellos… ¡Créeme aniki! Son unos patanes, y pues como escape a hacer mi vida, me consideran un pirata además… ¡Me gusta ser un pirata! ¡Viajar, navegar vivir aventuras! ¡Soy totalmente libre! Ire por el otro.- Dije de manera entusiasmada y con mucha confianza, espero que mi nuevo Aniki no tenga interés en entregarme a mi familia… En fin, terminaría revisando al otro para ver que tiene de valor, esos pastelitos no se pagaran solos!
Luego notaria como el segundo haría caer cortando el asiento del peliblanco. ¿Por qué no se defiende? Luego el hombre lo apuñalaría en el cráneo… Asi es, su metal había atravesado completamente su cabeza…. -¡Noo!!- Dije totalmente aterrorizada, de manera que coloque mi mano izquierda en mi boca, incluso aparte la mirada, que horrible… Aunque, el publico impresionado y aterrado me haría devolverle mi atención. -¡¿ESTA VIVO?! ES UN MOUNSTRUO!- Dije mientras retrocedía y tropecé cayendo sentada. Luego de un golpe el peliblanco aterrador inmortal derrotaría al ultimo y… ¿No me digan qué?.... ¡¿Realmente esta viniendo aca? –No te acerques.. ¡Aléjate! ¡Ayúdenme de este monstruo!- Decía apuntando con mi guadaña desde el suelo, aunque tampoco es como si lograra hacerle algo. ¿Vieron que lo atravesó una espada en la cabeza y sigue hablando y normal?
El hombre de manera tranquila me informa simplemente que todo había pasado y el por que me perseguían. Comencé a levantarme de manera tranquila y limpiándome, además de colocar mi guadaña en el amarre de mi espalda. –¡Gracias Aniki! ¡Eres tan genial como aterrador!- Procedía a ir al gordo que fue derribado por una manzana y comenzar a revisar sus bolsillos y sacar su billetera llena de dinero. –Pues, lo que pasa es que mi familia es rica y poderosa y escape de casa y me volví una pirata.- Dije de manera relajada mientras sacaba solo 1 millón de berries en materiales y dinero. –Este no tiene nada… Ellos… Me persiguieron cuando comía pastelitos, mis pastelitos se arruinaron… ¿Te invito uno?- Le dije de manera tranquila, la verdad me hacia sentir segura, no creo que sea una mala persona aunque si da miedo… Pero es buena onda porque me salvo, asi que se que no es malo –Pues, mi padres son una bola de engreídos que no les importa la vida de otros mas que la de ellos… ¡Créeme aniki! Son unos patanes, y pues como escape a hacer mi vida, me consideran un pirata además… ¡Me gusta ser un pirata! ¡Viajar, navegar vivir aventuras! ¡Soy totalmente libre! Ire por el otro.- Dije de manera entusiasmada y con mucha confianza, espero que mi nuevo Aniki no tenga interés en entregarme a mi familia… En fin, terminaría revisando al otro para ver que tiene de valor, esos pastelitos no se pagaran solos!
InvitadoInvitado
Re: ¡Ayudaaaa! Pasado Enden.
No hizo caso a que le dijese monstruo, ya en anteriores ocasiones le habían dicho eso, no lo entendía, pero quizás la gente se asustaba de que no podía morir, a saber. En fin, la niña parecía estar ya calmada después de un rato, le comentó que su familia era rica y poderosa así que había escapado de casa, algo que se le antojó bastante extraño, ¿por qué escapar de casa si la familia era rica?, eso carecía bastante de sentido para él, después de todo, dinero y poder era lo que buscaba la mayoría de las personas, si ella estaba huyendo de eso entonces era una niña rara, ¿la estarían persiguiendo por ser rara?, eso no era un delito, o tal vez sí, dependiendo del punto de vista, es decir, quizás a él lo iban a perseguir por ser un tipo inmortal y raro, ¿no?, vaya problema.
Cuando la niña comenzó a revisarlos quiso detenerla, pero luego se puso a pensar que era probable que se lo mereciesen, a final de cuentas un hombre que intenta asesinar a otro era un criminal, no tenía por qué compadecerse entonces de los vencidos, por ende, le permitió hacer todo a su gusto, simplemente buscó en sus ropas un cigarrillo y al conseguirlo lo encendió para comenzar a fumar. La cría le invitó un pastelillo, pero no lo aceptó, en esos momentos no estaba hambriento y tampoco se le antojaba algo tan cremoso, prefería cosas como el aguamiel o bien, el sake. Eventualmente hubo un pequeño discurso de las motivaciones para ser una pirata, la verdad ella no tenía la facha de una criminal, era más bien una chiquilla haciendo un berrinche contra sus padres y tratando de imponer su forma de vida, como cualquier niñato que busca establecer un punto a su favor, la libertad y todo eso que anunciaban algunos piratas sonaba excelente para una cría reprimida por reglas paternales, así que logró comprenderlo, si algo caracterizaba al peliblanco era precisamente juzgar de una forma más laxa cualquier situación o persona.
Exhaló humo desde su boca y colocó el cigarrillo de nuevo en la misma tan solo para responder -Ya veo, parece que tienes una historia interesante, aunque no deberías compartirla demasiado, hay gente que podría pensar que eres una buena oportunidad de ganar dinero, tal como ellos- rascó su nariz y estuvo a punto de estornudar, pero no lo hizo, tras ello quiso continuar -La libertad no solo se gana siendo pirata, hay muchas formas de ser libre, pero comprendo lo que dices- en ese momento se escucharon un par de gritos, la marina estaba cerca, no era conveniente que la viesen ahí, pues si era una pirata seguro la iban a capturar y en ese caso no podría defenderla, pues una cosa era ayudarla contra cazadores y otra enfrentarse a la marina -Ven, conozco un atajo- le indicó que la siguiese y a paso tranquilo se adentró por callejones desolados hasta dar a otra calle donde ya abundaban los transeúntes.
-Oh, por cierto, me llamo Eden Orphan Silverman, soy un ciudadano responsable, un placer- le dedicó una ligera sonrisa y tuvo que moverse a un lado para esquivar a un sujeto que llevaba prisa, en la ciudad a veces la gente se tomaba la vida con demasiada rapidez, impidiéndose así disfrutar de los momentos -Y dime, niña pirata y rebelde, ¿quiénes son tus padres?, si son tan “poderosos” no veo como no te han capturado y llevado a casa- en eso se acercó a unas cajas que estaban por allí amontonadas y tomó asiento volviendo a liberar aquella masa blanquecina del cigarro.
Cuando la niña comenzó a revisarlos quiso detenerla, pero luego se puso a pensar que era probable que se lo mereciesen, a final de cuentas un hombre que intenta asesinar a otro era un criminal, no tenía por qué compadecerse entonces de los vencidos, por ende, le permitió hacer todo a su gusto, simplemente buscó en sus ropas un cigarrillo y al conseguirlo lo encendió para comenzar a fumar. La cría le invitó un pastelillo, pero no lo aceptó, en esos momentos no estaba hambriento y tampoco se le antojaba algo tan cremoso, prefería cosas como el aguamiel o bien, el sake. Eventualmente hubo un pequeño discurso de las motivaciones para ser una pirata, la verdad ella no tenía la facha de una criminal, era más bien una chiquilla haciendo un berrinche contra sus padres y tratando de imponer su forma de vida, como cualquier niñato que busca establecer un punto a su favor, la libertad y todo eso que anunciaban algunos piratas sonaba excelente para una cría reprimida por reglas paternales, así que logró comprenderlo, si algo caracterizaba al peliblanco era precisamente juzgar de una forma más laxa cualquier situación o persona.
Exhaló humo desde su boca y colocó el cigarrillo de nuevo en la misma tan solo para responder -Ya veo, parece que tienes una historia interesante, aunque no deberías compartirla demasiado, hay gente que podría pensar que eres una buena oportunidad de ganar dinero, tal como ellos- rascó su nariz y estuvo a punto de estornudar, pero no lo hizo, tras ello quiso continuar -La libertad no solo se gana siendo pirata, hay muchas formas de ser libre, pero comprendo lo que dices- en ese momento se escucharon un par de gritos, la marina estaba cerca, no era conveniente que la viesen ahí, pues si era una pirata seguro la iban a capturar y en ese caso no podría defenderla, pues una cosa era ayudarla contra cazadores y otra enfrentarse a la marina -Ven, conozco un atajo- le indicó que la siguiese y a paso tranquilo se adentró por callejones desolados hasta dar a otra calle donde ya abundaban los transeúntes.
-Oh, por cierto, me llamo Eden Orphan Silverman, soy un ciudadano responsable, un placer- le dedicó una ligera sonrisa y tuvo que moverse a un lado para esquivar a un sujeto que llevaba prisa, en la ciudad a veces la gente se tomaba la vida con demasiada rapidez, impidiéndose así disfrutar de los momentos -Y dime, niña pirata y rebelde, ¿quiénes son tus padres?, si son tan “poderosos” no veo como no te han capturado y llevado a casa- en eso se acercó a unas cajas que estaban por allí amontonadas y tomó asiento volviendo a liberar aquella masa blanquecina del cigarro.
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Re: ¡Ayudaaaa! Pasado Enden.
¡¿Qué?! ¿Enserio le dijo no a los pastelillos? ¿Cómo puede dormir por las noches? Definitivamente es un monstruo. En fin, debo agradecerle su ayuda, aunque he estado ignorando el hecho de por que lo hizo, supongo… ¿que la parecí atractiva y quiere invitarme a salir? Aunque no habla mucho y esta siempre serio, siento que es muy conservador. . . Además, decirle no a los pastelitos hizo que perdiera muchos puntos. El hombre hablaba cosas que pensaba sobre la pequeña historia que le conté, la verdad suelo confiar muy rápido en la gente… Pero… ¿Qué tiene de malo? Siento que si le dices parte de ti a otros, estos podrían hacerse su amigos. -¿Qué te hace diferente a los demás? Eres tan fuerte que podrías capturarme y hacer lo mismo..- Puse una cara desanimada, pues siempre es igual, siempre me acosan e intentan capturarme, y ya no tengo a mi Aniki de la revolución que me proteja.
-Parece que sabes bien lo que dices, hablas como viejo para ser muy joven.- Decía al chico peliblanco, puede que se tome mal, pero si hay algo que no puedo evitar es decir lo que pienso. -¡Yaha!- Un grito de éxito, había encontrado un reloj de bolsillo de oro puro, eso valdrá para muchos pastelitos. –Ya tengo suficiente dinero para comprar los pastelitos que me hicieron perder. Aniki, tu te lo pierdes.- Decía de manera despreocupada, ignorando por completo que que la marina estaba cerca, otro de tantos que están tras de mi, aunque no saben que estoy aquí. Por suerte el peli blanco me previno de ello llamándome a ir a un callejón, de momento entre con el pero luego de pensarlo, era sospechoso…
-Aniki… ¿No planearas hacerme algo verdad? Realmente creo que puedo confiar en ti, pero no me quito la imagen del acero atravesando tu cabeza- Decía con un poco de temor al cruzar el callejón acto seguido finalmente conocería su nombre. -¡Eden! Es un gran nombre, le queda a tu apariencia. El mío es Ruby Rose, aunque prefiero que me llamen Rose.- Aunque si el conociera el apodo que me dan mis persecutores, esperaría que no lo mencionara. Al caminar atreves del callejón, y salir, me sentí más segura, y creo que confió un poco mas en Eden, pues, el podría derrotarme en cualquier momento, no tengo oportunidad con alguien quien no le hacen nada las espadas y acero. ¿Sera humano? ¿Estará hecho de carne y hueso como todos? No pude evitarlo, asi que comencé a picarlo con mi dedo en su brazo derecho, pues este paro su paso al esquivar a alguien. También lo pellizcaba, notando que su piel era la de un humano común. –Que raro… Si es real, eres una persona… Me pregunto si…- Se cruzaba la idea de herirlo para ver como reaccionaba su cuerpo, pero no creo que fuera algo agradable para el, así que desistí de la idea mientras ladeaba mi cabeza.
Mientras caminábamos en las calles llena de gente, el peliblanco me hacia una pregunta ya muy común en todos, la cual amablemente responderé. –Bueno, es complicado. Pues, en parte es que estuve mucho tiempo escondida con amigos que son enemigos de gente como mi familia…- Comenzaba a mirar a los lados, para acercar mi mano a mi boca, y acercarme a su oído y susurrarle. -Ya sabes. “La armada revolucionaria” Es un secreto no le digas a nadie.- Luego me alejaba a mi distancia normal.- Pues, he estado a salvo por que muchas personas me han protegido, pero escape de ellos tambien. No me gusta que me digan que hacer. Yo soy libre.- Decia apuntando con mi pulgar a mi pecho, con una cara de chiquilla malcriada. Pues, es la pura verdad. -Y bueno, finalmente, decidi venir a este lugar... Aqui, como te dije, fue donde naci, aunque mi familia ya no vive aqui, desde que me escape, la desonrra los obligo a dejar el lugar. ¡Hoy he tenido suerte de conocerte!- Si no ya me hubieran atrapado y quien sabe que me hubieran hecho –Y sobre mis padres…. No creo que quieras saber de ellos, aunque siento que si te lo dijera, intentarías atraparme como aquellos tipos y todos…- Fije mi mirada al suelo meintras caminaba pensativa, pensativa de si contarle o no, pero creo que… Si no me atrapo antes, porque lo haría ahora no? Además es buena onda, y parece ser un chico sensible. Aun no lo se… -Digo… Aquí estamos rodeados de gente, podría escapar fácilmente, solo tendría que tirar mi arma y echarme a correr…- Seguía pensativa y pensativa, la verdad no me sentía muy segura, no quería que mi nuevo amigo terminara queriendo atraparme como los demás.. Finalmente me detuve manteniendo un semblante preocupado y de pocos ánimos.. –Mis padres son nobles mundiales. . .- Simple y rápido, al verdad el se ve diferente a otros, pero, el dinero cambia a la gente, espero que el no sea asi.
-Parece que sabes bien lo que dices, hablas como viejo para ser muy joven.- Decía al chico peliblanco, puede que se tome mal, pero si hay algo que no puedo evitar es decir lo que pienso. -¡Yaha!- Un grito de éxito, había encontrado un reloj de bolsillo de oro puro, eso valdrá para muchos pastelitos. –Ya tengo suficiente dinero para comprar los pastelitos que me hicieron perder. Aniki, tu te lo pierdes.- Decía de manera despreocupada, ignorando por completo que que la marina estaba cerca, otro de tantos que están tras de mi, aunque no saben que estoy aquí. Por suerte el peli blanco me previno de ello llamándome a ir a un callejón, de momento entre con el pero luego de pensarlo, era sospechoso…
-Aniki… ¿No planearas hacerme algo verdad? Realmente creo que puedo confiar en ti, pero no me quito la imagen del acero atravesando tu cabeza- Decía con un poco de temor al cruzar el callejón acto seguido finalmente conocería su nombre. -¡Eden! Es un gran nombre, le queda a tu apariencia. El mío es Ruby Rose, aunque prefiero que me llamen Rose.- Aunque si el conociera el apodo que me dan mis persecutores, esperaría que no lo mencionara. Al caminar atreves del callejón, y salir, me sentí más segura, y creo que confió un poco mas en Eden, pues, el podría derrotarme en cualquier momento, no tengo oportunidad con alguien quien no le hacen nada las espadas y acero. ¿Sera humano? ¿Estará hecho de carne y hueso como todos? No pude evitarlo, asi que comencé a picarlo con mi dedo en su brazo derecho, pues este paro su paso al esquivar a alguien. También lo pellizcaba, notando que su piel era la de un humano común. –Que raro… Si es real, eres una persona… Me pregunto si…- Se cruzaba la idea de herirlo para ver como reaccionaba su cuerpo, pero no creo que fuera algo agradable para el, así que desistí de la idea mientras ladeaba mi cabeza.
Mientras caminábamos en las calles llena de gente, el peliblanco me hacia una pregunta ya muy común en todos, la cual amablemente responderé. –Bueno, es complicado. Pues, en parte es que estuve mucho tiempo escondida con amigos que son enemigos de gente como mi familia…- Comenzaba a mirar a los lados, para acercar mi mano a mi boca, y acercarme a su oído y susurrarle. -Ya sabes. “La armada revolucionaria” Es un secreto no le digas a nadie.- Luego me alejaba a mi distancia normal.- Pues, he estado a salvo por que muchas personas me han protegido, pero escape de ellos tambien. No me gusta que me digan que hacer. Yo soy libre.- Decia apuntando con mi pulgar a mi pecho, con una cara de chiquilla malcriada. Pues, es la pura verdad. -Y bueno, finalmente, decidi venir a este lugar... Aqui, como te dije, fue donde naci, aunque mi familia ya no vive aqui, desde que me escape, la desonrra los obligo a dejar el lugar. ¡Hoy he tenido suerte de conocerte!- Si no ya me hubieran atrapado y quien sabe que me hubieran hecho –Y sobre mis padres…. No creo que quieras saber de ellos, aunque siento que si te lo dijera, intentarías atraparme como aquellos tipos y todos…- Fije mi mirada al suelo meintras caminaba pensativa, pensativa de si contarle o no, pero creo que… Si no me atrapo antes, porque lo haría ahora no? Además es buena onda, y parece ser un chico sensible. Aun no lo se… -Digo… Aquí estamos rodeados de gente, podría escapar fácilmente, solo tendría que tirar mi arma y echarme a correr…- Seguía pensativa y pensativa, la verdad no me sentía muy segura, no quería que mi nuevo amigo terminara queriendo atraparme como los demás.. Finalmente me detuve manteniendo un semblante preocupado y de pocos ánimos.. –Mis padres son nobles mundiales. . .- Simple y rápido, al verdad el se ve diferente a otros, pero, el dinero cambia a la gente, espero que el no sea asi.
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Re: ¡Ayudaaaa! Pasado Enden.
Se confirmaba el hecho que ella era una niña, al menos así se comportaba, de ser un engaño era bastante buena, pero a veces uno debía confiar en la gente de cierta manera, no del todo, tampoco era el caso ir por la vida como un bobo creyendo cualquier cuento, empero, en ocasiones las cosas se acomodaban de tal forma que uno podía sentir fluir el ambiente, era casi algo extranormal, a veces funcionaba, a veces no, para Eden charlar con aquella chiquilla era interesante, no tanto por sus experiencias sino por el hecho de conocer un poco más la mentalidad de una “pirata” cuya meta final era la verdadera libertad, por lo general la mayoría se excusaba en eso para generar destrozos, atacar a la gente y hasta asesinar sin mediar palabra, algo que consideraba no solo horrendo sino castigable.
No hizo comentario alguno sobre el comportamiento de aquella cría, estarle analizando y quizás buscando respuestas sobre su inmortalidad no era algo novedoso, muchos pensaban incluso que era una especie de demonio que estaba en la tierra por algún fin particular, pero no era así. Justo entonces escuchó el nombre de la armada revolucionaria, eso le hizo terminar el cigarrillo y lanzarlo al suelo para aplastarlo con el pie y retomar poco después su postura inicial -Vaya, que interesante- por su parte no estaba ni a favor ni en contra de aquellos, solamente no le agradaban porque, independientemente de sus ideales o su causa final, en varias ocasiones no pensaban en el perjuicio a los civiles, toda guerra siempre tenía un costo y era obvio que los revolucionarios no siempre podían pensar en las personas comunes, de hacerlo habrían perdido la guerra muchos años atrás, el “daño colateral” siempre estaba presente y por eso Eden jamás había optado por unirse a ellos.
Ya en conjugación con el resto de su pasado, aquello sonaba a una vida teatral, escapes, protección de grupos contrarios y hasta una familia noble en persecución de su hija descarriada, ciertamente una vida pintoresca muy alejada de la de Silverman. Contrario a lo que muchos pensarían, al escuchar eso de noble mundial simplemente comenzó a reír con cierta suavidad, gracias al barullo de la gente no fue muy perceptible, aunque tampoco es que estuviese tratando de ocultar su risa -¿En serio?, eres la primera que conozco entonces, solo había escuchado historias de ustedes- alguna vez cuando era niño su abuela le había contado de esos sujetos, hombres y mujeres con todo en la vida, inmunes a muchas leyes e incluso protegidos por los más altos cargos de la marina y el gobierno, ¿cuántas veces no soñó ser uno?, habría sido todo perfecto, aunque claro, a costa del sufrimiento de mucha gente probablemente.
-No veo que tiene de malo ser “eso”- quiso respetar el secretismo de la niña, si ella lo estaba ocultando seguramente le ocasionaba problemas, aunque para él, intentar darle caza por aquello no solo era ya idiota sino hasta patético, ahora se alegraba de haberle roto el culo a los dos sujetos anteriores -Digo, son interesantes pero al final no dejan de ser gente como cualquier otra, son como puercos negros, vistosos pero parte del grupo al fin de cuentas- en ese momento no pudo contenerse más y lanzó una gran carcajada codeando con cierta fuerza a la niña -Puercos negros, ¿entendiste?- vaya que a veces era muy gracioso, claro, tenía un don especial para hacer comparaciones graciosas, o al menos eso creía él.
No hizo comentario alguno sobre el comportamiento de aquella cría, estarle analizando y quizás buscando respuestas sobre su inmortalidad no era algo novedoso, muchos pensaban incluso que era una especie de demonio que estaba en la tierra por algún fin particular, pero no era así. Justo entonces escuchó el nombre de la armada revolucionaria, eso le hizo terminar el cigarrillo y lanzarlo al suelo para aplastarlo con el pie y retomar poco después su postura inicial -Vaya, que interesante- por su parte no estaba ni a favor ni en contra de aquellos, solamente no le agradaban porque, independientemente de sus ideales o su causa final, en varias ocasiones no pensaban en el perjuicio a los civiles, toda guerra siempre tenía un costo y era obvio que los revolucionarios no siempre podían pensar en las personas comunes, de hacerlo habrían perdido la guerra muchos años atrás, el “daño colateral” siempre estaba presente y por eso Eden jamás había optado por unirse a ellos.
Ya en conjugación con el resto de su pasado, aquello sonaba a una vida teatral, escapes, protección de grupos contrarios y hasta una familia noble en persecución de su hija descarriada, ciertamente una vida pintoresca muy alejada de la de Silverman. Contrario a lo que muchos pensarían, al escuchar eso de noble mundial simplemente comenzó a reír con cierta suavidad, gracias al barullo de la gente no fue muy perceptible, aunque tampoco es que estuviese tratando de ocultar su risa -¿En serio?, eres la primera que conozco entonces, solo había escuchado historias de ustedes- alguna vez cuando era niño su abuela le había contado de esos sujetos, hombres y mujeres con todo en la vida, inmunes a muchas leyes e incluso protegidos por los más altos cargos de la marina y el gobierno, ¿cuántas veces no soñó ser uno?, habría sido todo perfecto, aunque claro, a costa del sufrimiento de mucha gente probablemente.
-No veo que tiene de malo ser “eso”- quiso respetar el secretismo de la niña, si ella lo estaba ocultando seguramente le ocasionaba problemas, aunque para él, intentar darle caza por aquello no solo era ya idiota sino hasta patético, ahora se alegraba de haberle roto el culo a los dos sujetos anteriores -Digo, son interesantes pero al final no dejan de ser gente como cualquier otra, son como puercos negros, vistosos pero parte del grupo al fin de cuentas- en ese momento no pudo contenerse más y lanzó una gran carcajada codeando con cierta fuerza a la niña -Puercos negros, ¿entendiste?- vaya que a veces era muy gracioso, claro, tenía un don especial para hacer comparaciones graciosas, o al menos eso creía él.
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Re: ¡Ayudaaaa! Pasado Enden.
Mi nuevo Aniki en vez de sacar una de sus vistosas armas contra mi, solo tira un chiste y se ríe. Por otra parte, también me rio, pues estuvo bueno aunque ni lo entendí. ¿Me llamo gorda? Cerdos… negros… -No sé qué le ve la gente a esa gentuza. Solo son una bola de idiotas refinados.- Decía mientras metía mi dedo meñique en una de mis fosas nasales. Total, a pesar que me había alejado de mi Aniki, su reacción me lleno de confianza. ¿Podría estar tendiéndome una trampa para no gastar energía en capturarme? Bueno, no tiene sentido, se que no soy la más inteligente del mundo, pero es evidente que el puede acabar con cualquiera muy rápido y fácil. –No se por qué dices que es la primera vez que vez a uno. ¿Acaso hay algún noble cerca?- Comenzaba a mirar a todos lados, la verdad no se si en verdad el chico se estará refiriendo a mí como tal. ¡Qué asco! Es de mal gusto para mí eso, no soy una noble y jamás seré y me considerare una.
Ladeaba mi cabeza con una cara molesta, incluso hacia un puchero. –No me trates como a uno de ellos Aniki. Esa gente de asco, no tiene pasión ni alma, personas que dejan de lado esas cosas, y además se las quitan a otros… ¡No merecen ser llamado personas! Son como tu… Tu sabes, monstruos. Aunque..- Me ponía pensativa rascándome mi barbilla. –Tu eres un monstruo muy amable y gentil.- Sonreía amablemente al peliblanco, la verdad ha sido bastante bueno conmigo, y le debo el hecho de que no fui capturara. Ahora que lo pienso, solo hemos estado hablando de mi, y con el tema que mas detesto “Mi familia” Bleee. -¿Qué hay de ti Oni san? Eres raro, y no lo digo por tu personalidad. Digo, deberías haber muerto… Que aterrador es… Aun no dejo de pensar en eso..- Mi semblante se llenaba de preocupación al recordar esa espada atravesar su cráneo y este actuar como si nada. –Haces muchas preguntas, como un policía o algo. Se que soy un poco tonta, pero me he topado con gente como tu en mi camino. .. Aunque tu eres diferente, no se que esperas sacar, no se si realmente eres mi amigo o enemigo, ni siquiera que esperas de mi. ¿Te mando mi familia para calmarme? Si es asi, perderás tu tiempo, si vuelvo a esa casa… ¡Volvere muerte!- Me cruzaba de brazos alejando mi mirada de el, ahora estaba realmente molesta, no le hablare, lo ignorare. ¡Es un tonto!.
-¡Gatitos!- Grite para salir disparada cerca de un local, donde había una señora anciana con una canasta de gatitos, lo interesante es que agarre a uno, que según los presentes era feo. Que va, solo está algo delgadito, y huesudo. Lo cargaba entre mis brazos como si fuera mío. –Ula Neko san, vamos a buscar a nuestro Aniki…- Decía con una voz profunda y rara, la gente no se limitaba a mirarme de manera extraña. Caminaba de canclillas hasta acercarme a Eden con el gatito, moviendo sus patas y boca. –Ahí esta nuestro Aniki, sigue igual de sereno que siempre. Ademas, fue capas de rechazar pastelitos. – Luego cambie a mi voz normal para responder al gatito como si de verdad este fuera el que hablo. –¿Estará loco Neko san? Es muy buena onda, pero… ¡¿DECIRLE NO A UN PASTELITO?!-El gatito ladeaba la cabeza, en ese momento puse aquella voz rara de nuevo. –Es tu culpa tonta fea. Es tu deber mostrarle el camino a nuestro aniki, enseñarle el poder de los pastelitos de crema. Una vez que nuestro aniki lo entienda, te lo va agradecer eternamente.- Y volví a mi voz definitiva para hablar con entusiasmo. -¡Ya está dicho Aniki! Si de verdad no quieres que me enoje, debes venir conmigo a comer un pastelito. ¡No te arrepentirás!- Decía sujetando su brazo para jalarlo con todas mis fuerzas, lo llevare arrastra a la tienda de pastelitos… Es muy pesado … Rayos necesito a un gorila o algo…
Ladeaba mi cabeza con una cara molesta, incluso hacia un puchero. –No me trates como a uno de ellos Aniki. Esa gente de asco, no tiene pasión ni alma, personas que dejan de lado esas cosas, y además se las quitan a otros… ¡No merecen ser llamado personas! Son como tu… Tu sabes, monstruos. Aunque..- Me ponía pensativa rascándome mi barbilla. –Tu eres un monstruo muy amable y gentil.- Sonreía amablemente al peliblanco, la verdad ha sido bastante bueno conmigo, y le debo el hecho de que no fui capturara. Ahora que lo pienso, solo hemos estado hablando de mi, y con el tema que mas detesto “Mi familia” Bleee. -¿Qué hay de ti Oni san? Eres raro, y no lo digo por tu personalidad. Digo, deberías haber muerto… Que aterrador es… Aun no dejo de pensar en eso..- Mi semblante se llenaba de preocupación al recordar esa espada atravesar su cráneo y este actuar como si nada. –Haces muchas preguntas, como un policía o algo. Se que soy un poco tonta, pero me he topado con gente como tu en mi camino. .. Aunque tu eres diferente, no se que esperas sacar, no se si realmente eres mi amigo o enemigo, ni siquiera que esperas de mi. ¿Te mando mi familia para calmarme? Si es asi, perderás tu tiempo, si vuelvo a esa casa… ¡Volvere muerte!- Me cruzaba de brazos alejando mi mirada de el, ahora estaba realmente molesta, no le hablare, lo ignorare. ¡Es un tonto!.
-¡Gatitos!- Grite para salir disparada cerca de un local, donde había una señora anciana con una canasta de gatitos, lo interesante es que agarre a uno, que según los presentes era feo. Que va, solo está algo delgadito, y huesudo. Lo cargaba entre mis brazos como si fuera mío. –Ula Neko san, vamos a buscar a nuestro Aniki…- Decía con una voz profunda y rara, la gente no se limitaba a mirarme de manera extraña. Caminaba de canclillas hasta acercarme a Eden con el gatito, moviendo sus patas y boca. –Ahí esta nuestro Aniki, sigue igual de sereno que siempre. Ademas, fue capas de rechazar pastelitos. – Luego cambie a mi voz normal para responder al gatito como si de verdad este fuera el que hablo. –¿Estará loco Neko san? Es muy buena onda, pero… ¡¿DECIRLE NO A UN PASTELITO?!-El gatito ladeaba la cabeza, en ese momento puse aquella voz rara de nuevo. –Es tu culpa tonta fea. Es tu deber mostrarle el camino a nuestro aniki, enseñarle el poder de los pastelitos de crema. Una vez que nuestro aniki lo entienda, te lo va agradecer eternamente.- Y volví a mi voz definitiva para hablar con entusiasmo. -¡Ya está dicho Aniki! Si de verdad no quieres que me enoje, debes venir conmigo a comer un pastelito. ¡No te arrepentirás!- Decía sujetando su brazo para jalarlo con todas mis fuerzas, lo llevare arrastra a la tienda de pastelitos… Es muy pesado … Rayos necesito a un gorila o algo…
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Re: ¡Ayudaaaa! Pasado Enden.
-Bueno, te guste o no eres parte de ellos, no puedes simplemente separarte de lo que eres, el pasado siempre estará contigo- eso no era parte de sus conocimientos o de su sabiduría realmente, de hecho, era una frase que su mismo maestro le había comentado alguna vez. Era extraño, la niña le recordaba un tanto a su forma de ser cuando entrenaba en la isla de Shimotsuki, alguien que solo buscaba desprenderse de su pasado para “olvidar”, al menos así parecía, si bien ambos tenían motivaciones distintas, el trasfondo era lo mismo. No obstante, con el tiempo y la ayuda de sus maestros había comprendido que no valía la pena tratar de deslindarse del pasado, pues sin este no se sabría cómo andar hacía el futuro, era como la historia, no conocerla implicaba la incapacidad de saber el rumbo que se deseaba tomar, probablemente por eso le gustaba tanto la historia.
-Monstruos…existen muchos de ellos en el mundo, aunque no todos son necesariamente malos- quizás en otras condiciones le habría molestado que le llamase de esa forma de manera tan repetida, es decir, a nadie le gustaba sentirse ofendido por una cría que apenas si estaba consciente de quién era, pero por su parte lograba comprender que ella todavía estaba temerosa de su persona, ver a alguien incapaz de morir no era cosa natural, mucho menos cotidiana, tener miedo de lo desconocido era bastante normal. -¿Policía?, bueno, no realmente- la diferencia estaba clara, él no tenía placa ni mucho menos una autoridad real para detener a alguien, solamente tenía su capacidad de ciudadano para hacer un arresto en caso de ser necesario, esa una cosa que consideraba todos podían hacer en circunstancias que lo ameritasen, tales como darle fin a la carrera de un criminal potencialmente peligroso para la población.
Posterior a todo, la chica pareció enfadarse por cosas de su cabeza, algo que no comprendió, era la primera niña rara que se topaba, alguien que estaba un poco loca, aunque eso en cierto modo causaba gracia, la suficiente para que estuviese interesado en escuchar un poco más de su persona. Por un segundo pensó cuál sería su verdadero crimen, huir de la casa no era nada espectacular, aunque claro, los nobles mundiales tenían costumbres distintas a la gente común, era posible que ellos viesen en aquella acción una afrenta contra la autoridad no solo de ellos como padres sino del mismo gobierno mundial, eso era peligroso, pues si alguien era tan poderoso y peligroso como para ser temible era precisamente aquella entidad gobernada por cinco ancianos locos. Así, de un momento a otro la chica se fue y al cabo de un momento volvió con un gato feo en sus brazos, parecía más bien una lagartija peluda que otra cosa, pero antes de hacer un chiste sobre eso la niña le sujetó del brazo y le hizo caer al suelo comenzando a arrastrarlo, Eden no hizo intento de detenerla o de levantarse, tampoco le dolía, para él era algo común.
Tras un buen tramo llegaron finalmente a su destino, o al sitio que la niña quería mostrarle, entonces se puso en pie y limpió sus ropas notando algo agitada a la niña, quizás debió levantarse y andar, pero un viaje gratis no se le negaba a nadie, incluso si eso suponía ser llevado a rastras. -Ah, una tienda de pastelillos, pero ya te dije que no quiero- su cara se tornó aburrida, en realidad no estaba de antojo para algo así, ahora ya estaba un tanto cansado, quería irse al barco y planear su viaje la mañana siguiente, pero la fortuna nunca estaba de su lado, pues apenas pasó eso una docena de hombres se acercó con cierta malicia rodeándoles a ambos, los “amigos” de los dos tontos estaban ahí y esos dos, ya recuperados, estaban también ahí una vez más.
-Monstruos…existen muchos de ellos en el mundo, aunque no todos son necesariamente malos- quizás en otras condiciones le habría molestado que le llamase de esa forma de manera tan repetida, es decir, a nadie le gustaba sentirse ofendido por una cría que apenas si estaba consciente de quién era, pero por su parte lograba comprender que ella todavía estaba temerosa de su persona, ver a alguien incapaz de morir no era cosa natural, mucho menos cotidiana, tener miedo de lo desconocido era bastante normal. -¿Policía?, bueno, no realmente- la diferencia estaba clara, él no tenía placa ni mucho menos una autoridad real para detener a alguien, solamente tenía su capacidad de ciudadano para hacer un arresto en caso de ser necesario, esa una cosa que consideraba todos podían hacer en circunstancias que lo ameritasen, tales como darle fin a la carrera de un criminal potencialmente peligroso para la población.
Posterior a todo, la chica pareció enfadarse por cosas de su cabeza, algo que no comprendió, era la primera niña rara que se topaba, alguien que estaba un poco loca, aunque eso en cierto modo causaba gracia, la suficiente para que estuviese interesado en escuchar un poco más de su persona. Por un segundo pensó cuál sería su verdadero crimen, huir de la casa no era nada espectacular, aunque claro, los nobles mundiales tenían costumbres distintas a la gente común, era posible que ellos viesen en aquella acción una afrenta contra la autoridad no solo de ellos como padres sino del mismo gobierno mundial, eso era peligroso, pues si alguien era tan poderoso y peligroso como para ser temible era precisamente aquella entidad gobernada por cinco ancianos locos. Así, de un momento a otro la chica se fue y al cabo de un momento volvió con un gato feo en sus brazos, parecía más bien una lagartija peluda que otra cosa, pero antes de hacer un chiste sobre eso la niña le sujetó del brazo y le hizo caer al suelo comenzando a arrastrarlo, Eden no hizo intento de detenerla o de levantarse, tampoco le dolía, para él era algo común.
Tras un buen tramo llegaron finalmente a su destino, o al sitio que la niña quería mostrarle, entonces se puso en pie y limpió sus ropas notando algo agitada a la niña, quizás debió levantarse y andar, pero un viaje gratis no se le negaba a nadie, incluso si eso suponía ser llevado a rastras. -Ah, una tienda de pastelillos, pero ya te dije que no quiero- su cara se tornó aburrida, en realidad no estaba de antojo para algo así, ahora ya estaba un tanto cansado, quería irse al barco y planear su viaje la mañana siguiente, pero la fortuna nunca estaba de su lado, pues apenas pasó eso una docena de hombres se acercó con cierta malicia rodeándoles a ambos, los “amigos” de los dos tontos estaban ahí y esos dos, ya recuperados, estaban también ahí una vez más.
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