¿Encuentro casual? [pasado]

Todo se fue desenvolviendo al punto en el que la niña se enfadaba por el simple echo de que había preguntado la facción. Como respuesta, no obtuvo otra cosa que para sus oídos eran nada más que tonterías de las que pensaba hace 1 o 2 años, ya que en ese periodo fue siendo consciente de las cosas que implicaban ser de cada facción. Estaba bien que ella fuese o actuase de heroína, pues precisamente por eso se contradecía sus propias palabras, y le hacía dar cuenta al samurai peliblanco de que aún era muy inocente y no sabía nada para su punto de vista, desde el albino al menos. A raíz de esas palabras, aparentemente la niña parecía coger confianza en sí misma para seguir hablando. No sabía porque ella daba por echo de que "era de los suyos", pero no estaba para nada de acuerdo con ella. Además, para oídos de Kazama, dijo que en cuyo caso el samurai comete un crimen imperdonable ella iría a por él.

Con toda esta información por parte de ella, comprendía como pensaba, pero las palabras y toda la situación no hizo otra cosa que tratar de mantener su característica sonrisa irónica para compartir una información con ella ~ Muy bien, si lo que quieres es, saber de mí, perfecto ~ Pretendía seguir hablándole sin perder la sonrisa, el buen tono y los modales ~ En primer lugar, si que me interesa en que facción estás, pues de ser uno del gobierno ahora mismo no tendrías vida... A los marines se la he perdonado, pero a ellos no se lo permitiría ~ Comenzaba a caminar alrededor de ella ~ En segundo lugar... Soy un pirata, he echo crímenes. Hablas con un tipo cuya cabeza vale 65 millones, los Cazadores me buscan por mi precio... No es que sea alto, ni mucho menos, eso no es nada, pero por tus palabras deberías estar tratando de arrebatarme todo lo que posea ~ Se detuvo después de recorrer cierta distancia hasta rotado 90 grados sobre la posición de Kaelia, de tal forma, de que si mirara a su derecha con el cuello lo vería. Parecía una situación en la que Kazama podría verse como el malo ahora mismo, con su sonrisa sarcástica e irónica pudiendo incomodarla sino le gustaba la gente así. Pero fuera de todo eso, todo el problema estaría solucionado si contestaba a la siguiente pregunta de Kazama

~ Dime, tranquilamente... ¿A qué facción perteneces? Dependiendo de tu respuesta podríamos seguir en busca de tu satisfacción de robo~ Dijo sin perder su sonrisa mientras apoyaba su muñeca derecha en la punta del mango de una de sus dos katanas de la parte derecha de su cintura

Finalmente, por las palabras del joven de pelo blanco, la idea del puerto no era ninguna locura y de echo parecía agradarle a la niña llamada Kaelia. También comentó la posibilidad de ir a alguna taberna por información, aunque creía haber oído que ir a las tabernas también le valía. Kazama no quería interferir en lo que pudiesen hacer, pues el joven "Kaz" quería ganarse su confianza, y haciendo lo más fácil sólo para deshacerse de ella no lo iba a conseguir. Deberían investigar e investigar, lo suficiente como para encontrar algo o hasta que ella se de por vencida ~ Bueno, a ver que encontramos por ahí ~ Iniciaron la caminata a la zona del puerto. El samurai a medida que caminaba, iba observando todo lo que le rodeaba, pero por el momento no encontraban nada, a pesar de estar en la "entrada" al puerto. Digo "entrada" porque estaba a punto de entrar en dicha zona, la cual está regida por muelles ~ Vaya... Pues hay gente ~ Dijo inconscientemente en voz alta el albino, quien observaba varios grupos de personas a lo largo del puerto. El peliblanco se detuvo y contemplaba con detenimiento todo lo que le rodeaba, pero no parecía haber ningún grupo que pudiese trapichear con mucho dinero o armas ~ ¿Ves algo inusual? ~ Preguntaba ignorando todo lo que le rodeaba al joven usuario de la Sakkaku No Mi. Pues si bien es cierto que estaban en un puerto, este era bastante amplio, y si quisieran conseguir saquear algo, lo más probable era que indagaran por todo el puerto, aunque les llevara un poco de tiempo ~ No nos queda otra que mirar a fondo todo este sitio... ~ Dijo mirando a todos y a todo ~ Por cierto, ¿tienes un Ko Den Den Mushi? ~ Añadió tranquilamente el peliblanco, pues de tener ese aparato móvil, ambos serían capaces de hablar por "teléfono" y separarse para mejorar el rendimiento de la búsqueda, pues de lo contrario tendrían que ir juntos.

~ ¿Qué nos separemos? ~ Se cuestionaba mentalmente el albino sobre esta acción. No sabía si era lo mejor, pero para recorrer el terreno divido en dos desde luego que si que lo era, el tiempo que se iban a ahorrar sería más que bastante. A términos matemáticos teóricamente deberían reducirse a la mitad. Por suerte, tampoco quedaba mucho para que anocheciera, pues quedaría alrededor de 1 hora, e incluso un poco menos ~ Está bien, pero déjame decirte que yo no voy a poder quedarme mucho tiempo, de modo que intentemos hacerlo rápido... Así que luego nos vemos ~ Dijo sin tapujes para desaparecer de la vista de la niña tras tomar una calle que tenía varios callejones.

El peliblanco comenzaba a caminar sobre las calles de la Isla Cactus observando todo. Pero claro, todo parecía muy tranquilo ~ Un lugar más escondido... ~ Reflexionaba girando una esquina para recorrer callejón por el cual estaba a punto de acceder. Pero nada, todo estaba cerrado y no había nadie. Así que tocaba siguiente callejón, y nada, de modo que repitió el mismo proceso unas 4 veces, hasta finalmente poder encontrar algo interesante después de haber recorrido varios callejones. En esta ocasión había un grupo de personas tratando de hablar con un único hombre. Cuanto menos curioso, ¿De qué estarían hablando? Se lo cuestionaba el usuario del Santoryu, quien se situaba a unos 20 metros de ellos, oculto bajo las sombras que producían las paredes, tratando de escuchar con dificultad todo lo que pudiesen decir, pero sinceramente, Kazama no escuchaba nada, así que no lo quedó otra que acercarse 5 metros caminando por las sombras y tratar de quedarse oculto tras unos bidones

~ Bueno, ¿entonces por cuanto estás dispuesto a pagar? ~ Escuchaba "Kaz" por el fondo ~ Pues depende, me gustaría poder verlo la verdad ~ Decía el hombre solitario ~ Claro, acompáñeme ~ Añadió el cabecilla del grupo para proceder a enseñarle algo, y ese algo estaba dentro de la nave industrial por la cual iban a entrar ~ Mira que suerte... Ahora debo colarme... Lo malo de todo esto es que no me da tiempo a avisar a la chica... Es ahora o nunca... ~