Año 230 D.D.G
Tras un periodo de paz el nombre de un sujeto comenzó a surgir entre los piratas hasta hacerse de un renombre mundial… Norman D. Gold, un pirata que en un par de años alcanzó el poder suficiente para consagrarse como un emperador pirata y eventualmente para ser nombrado como rey de los piratas al haber reunido un tesoro inconcebible al cual se le otorgó el nombre de “One Piece”. Durante años el Gobierno hizo uso de todos sus recursos para acabar con este hombre per todo fue inútil y decidieron simplemente dedicarse a contener sus ataques. Gold sin embargo, no parece interesado en destruir al Gobierno o en atacar a sus instituciones, sino más bien en continuar explorando el mundo no conocido estableciendo con su poder una estabilidad no vista antaño en el mundo de la mano de todas las demás facciones. ¿Serás parte del mundo y su avance?. Seguir leyendo...
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Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional.
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Tic-Tac! The time is running out ~ ! [Señor Tic Tac]
One Piece Blue Sky :: Los Cuatro Azules :: East Blue :: Isla Yotsuba :: Shells Town :: Base Marine
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Tic-Tac! The time is running out ~ ! [Señor Tic Tac]
~ Cuartel General de Shells Town, Gimnasio, 10:30 am ~
Otro día y otra pacífica mañana patrullando las calles de la isla. Realmente me agradaba el simple hecho de saber que todos los civiles viven en tranquilidad, eso quería decir que estábamos cumpliendo con nuestro trabajo, cosa que me gustaba pensar al final de cada uno de mis turnos. Sin embargo, era inevitable pensar que no estaba haciendo muchas cosas en el cuartel. Claro, había tenido la oportunidad de salir un par de veces fuera de la isla dentro de los mares cardinales, pero no había tenido la oportunidad de enfrentarme a alguien que se dedicara a ir en contra de la seguridad de las personas. Rayos, ni siquiera había tenido la oportunidad de pelear o entrenar con alguien. La última vez había sido con ese par de sujetos del gobierno mundial que no hicieron más que confudirme con tantas ideas conspirativas. El simple hecho de recordar aquel acontecimiento me hacía suspirar poniendo un afligido y frustrado semblante.
Ante el término de mi turno, había llegado el momento de ver el día con otros ojos, recordar la razón por la cual me encontraba en ese cuartel. Entonces, llevé mis dos manos con fuerza a mi rostro casi a modo de un para de cachetadas que terminaron por enrojecer mis mejillas. Justo después de eso, mi semblante cambió a uno más alegre y determinado pese al ardor proveniente de la zona golpeada. - ¡Bien! ¡Hora de entrenar! - diría con entusiasmo y con una sonrisa en el rostro para así entrar al cuartel de manera relajada al mismo tiempo que estiraba mis brazos de un lado a otro, preparándome así para mi rutina de entrenamiento. A medida que caminaba, saludaba a todos mis compañeros camino al gimnasio, ellos bien sabían a lo que iba e incluso algunos se me sumaban en el camino, contándome historias y pidiéndome que les enseñara a golpear el saco de arena como yo lo hacía. Ante esto simplemente asentía y respondía con energía.
Finalmente llegamos al gimnasio junto a otros tres o cuatro de mis compañeros, estos no llevaban mucho tiempo en el cuartel, eran casi aprendices de marine, por lo que me miraban con entusiasmo y admiración. Los jóvenes se dispusieron a empezar con sus respectivas rutinas de entrenamiento, por lo que yo tampoco demoraría en hacerlo. Removería mi chaqueta blanca con decoraciones azules dejando ver una sudadera del mismo color. Ya había realizado todos los estiramientos debidos camino hacia el recinto, por lo que sólo quedaba comenzar. Caminé lentamente hacia uno de mis sacos de arena especiales favoritos, hechos para mi debido a que los comunes y corrientes eran destrozados por mis constantes y fuertes puñetazos. Me paré delante de este para así adoptar mi guardia de boxeo clásica, ahora aquel semblante alegre y relajado cambiaba a uno serio y determinado. Los aprendices de marine se dieron cuenta de esto y dejaron lo que estaban haciendo por un momento, puesto que bien sabían que el espectáculo estaba por comenzar.
Finalmente, empecé a golpear aquel saco de arena con suma fuerza, rapidez y precisión, haciendo que el saco de arena fuera sacudido con intensidad de un lado hacia el otro, generando que las cadenas que sostenían el mismo desde el techo chocaran entre sí repetidas veces, ocasionando que el sonido del impacto de mis puños en el saco de arena junto con el sacudir de las cadenas retumbaran por todo el gimnasio. Golpeaba con diferentes combinaciones de golpes, cada una más compleja que la otra, me movía e inclinaba de un lado a otro, imaginando estar recibiendo y esquivando golpes de un enemigo que realmente no existía delante de mí. Mi entrenamiento había comenzado.
Ante el término de mi turno, había llegado el momento de ver el día con otros ojos, recordar la razón por la cual me encontraba en ese cuartel. Entonces, llevé mis dos manos con fuerza a mi rostro casi a modo de un para de cachetadas que terminaron por enrojecer mis mejillas. Justo después de eso, mi semblante cambió a uno más alegre y determinado pese al ardor proveniente de la zona golpeada. - ¡Bien! ¡Hora de entrenar! - diría con entusiasmo y con una sonrisa en el rostro para así entrar al cuartel de manera relajada al mismo tiempo que estiraba mis brazos de un lado a otro, preparándome así para mi rutina de entrenamiento. A medida que caminaba, saludaba a todos mis compañeros camino al gimnasio, ellos bien sabían a lo que iba e incluso algunos se me sumaban en el camino, contándome historias y pidiéndome que les enseñara a golpear el saco de arena como yo lo hacía. Ante esto simplemente asentía y respondía con energía.
Finalmente llegamos al gimnasio junto a otros tres o cuatro de mis compañeros, estos no llevaban mucho tiempo en el cuartel, eran casi aprendices de marine, por lo que me miraban con entusiasmo y admiración. Los jóvenes se dispusieron a empezar con sus respectivas rutinas de entrenamiento, por lo que yo tampoco demoraría en hacerlo. Removería mi chaqueta blanca con decoraciones azules dejando ver una sudadera del mismo color. Ya había realizado todos los estiramientos debidos camino hacia el recinto, por lo que sólo quedaba comenzar. Caminé lentamente hacia uno de mis sacos de arena especiales favoritos, hechos para mi debido a que los comunes y corrientes eran destrozados por mis constantes y fuertes puñetazos. Me paré delante de este para así adoptar mi guardia de boxeo clásica, ahora aquel semblante alegre y relajado cambiaba a uno serio y determinado. Los aprendices de marine se dieron cuenta de esto y dejaron lo que estaban haciendo por un momento, puesto que bien sabían que el espectáculo estaba por comenzar.
Finalmente, empecé a golpear aquel saco de arena con suma fuerza, rapidez y precisión, haciendo que el saco de arena fuera sacudido con intensidad de un lado hacia el otro, generando que las cadenas que sostenían el mismo desde el techo chocaran entre sí repetidas veces, ocasionando que el sonido del impacto de mis puños en el saco de arena junto con el sacudir de las cadenas retumbaran por todo el gimnasio. Golpeaba con diferentes combinaciones de golpes, cada una más compleja que la otra, me movía e inclinaba de un lado a otro, imaginando estar recibiendo y esquivando golpes de un enemigo que realmente no existía delante de mí. Mi entrenamiento había comenzado.
InvitadoInvitado
Re: Tic-Tac! The time is running out ~ ! [Señor Tic Tac]
El sol de mediodía se sitúa en lo alto de la cúpula celeste. Llegó la hora sin sombra lo cuál determinaba el final del turno de Johan. La ciudad parecía iluminarse con el reflejo del astro rey mientras entra al cuartel general de la marina. Su taquilla lo espera, fría en el aire fresco del interior del edificio, con su ropa de civil perfectamente doblada en su interior. La contempló momentáneamente sabiendo que todavía no era tiempo para cambiarse, quería llegar lejos en la marina, lo más rápido posible, eso implicaba hacer "horas extra" o, como era el caso ahora, entrenar.
Ahora que circulaba por los pasillos se dio cuenta que la ruta hacia el gimnasio se estaba llenando de reclutas. No sabía cómo sentirse al respecto. Si bien no era malo peleando gracias a las lecciones que le daba su maestro cuando era joven, tampoco se sentía un experto. Además, su condición de cíborg lo hacía sobresalir en algunos ámbitos, ni que fuera un poco, y eso era algo que no le gustaba en absoluto. Se había acostumbrado pero no por ello le era placentero. Gracias a la algarabía que formaba la multitud que hablaba entre sí su bastón no hizo eco, sus relojes no resonaron ni hubo el ruido habitual que su maquinaria solía hacer. En el grupo se pudo sentir escondido, casi inexistente. Eso le agradaba.
Eventualmente, llegaron al gimnasio donde los marines comenzaron a repartirse entre las máquinas, sacos de boxeo, zonas de entrenamiento, etc. Era un conjunto colorido, no por sus ropas que eran todas, más o menos, las mismas, sino por la variedad de rangos y estilos que se manejaban. Uno, en particular, le llamó la atención. Golpeaba con un estilo extraño pero metódico uno de los sacos usando una intensidad que parecía canalizar una ira infinita pero fría. Le recordó, vagamente, a los días en que veía a su maestro entrenar solo en el patio de aquella casa llena de fantasmas en la que vivieron durante su adolescencia. Esas tardes, rememoró, el atardecer teñía el escenario de ámbar mientras su tutor legal golpeaba sin tregua un tronco hasta reventarlo. El olor de aserrín, su sudor empapando el suelo, la sangre ocasional de sus nudillos... Todo esto le encendió lleno de adrenalina. Podía sentirse como si esta misma tarde él pudiera reventar un tronco de un solo golpe.
Dejó su mochila en el suelo tras sacar una botella de vino. Introdujo en ella un tubo que salía de su brazo que empezó a sorber inmediatamente el líquido rojo como si su cuerpo quisiera substituir su sangre con él. Sus ojos parecían prenderse de un extraño color violeta mientras algo de vapor y humo brotaba de su espalda como si estuviera literalmente en llamas. Al sacarse la chaqueta podían verse tubos de escape de los que brotaban pequeñas flamas esmeraldas.
- ¡Tú!- señala al joven Lance - ¿Qué te parece si entrenamos? Yo usaré mi bastón, tú puedes usar lo que quieras.
Ahora que circulaba por los pasillos se dio cuenta que la ruta hacia el gimnasio se estaba llenando de reclutas. No sabía cómo sentirse al respecto. Si bien no era malo peleando gracias a las lecciones que le daba su maestro cuando era joven, tampoco se sentía un experto. Además, su condición de cíborg lo hacía sobresalir en algunos ámbitos, ni que fuera un poco, y eso era algo que no le gustaba en absoluto. Se había acostumbrado pero no por ello le era placentero. Gracias a la algarabía que formaba la multitud que hablaba entre sí su bastón no hizo eco, sus relojes no resonaron ni hubo el ruido habitual que su maquinaria solía hacer. En el grupo se pudo sentir escondido, casi inexistente. Eso le agradaba.
Eventualmente, llegaron al gimnasio donde los marines comenzaron a repartirse entre las máquinas, sacos de boxeo, zonas de entrenamiento, etc. Era un conjunto colorido, no por sus ropas que eran todas, más o menos, las mismas, sino por la variedad de rangos y estilos que se manejaban. Uno, en particular, le llamó la atención. Golpeaba con un estilo extraño pero metódico uno de los sacos usando una intensidad que parecía canalizar una ira infinita pero fría. Le recordó, vagamente, a los días en que veía a su maestro entrenar solo en el patio de aquella casa llena de fantasmas en la que vivieron durante su adolescencia. Esas tardes, rememoró, el atardecer teñía el escenario de ámbar mientras su tutor legal golpeaba sin tregua un tronco hasta reventarlo. El olor de aserrín, su sudor empapando el suelo, la sangre ocasional de sus nudillos... Todo esto le encendió lleno de adrenalina. Podía sentirse como si esta misma tarde él pudiera reventar un tronco de un solo golpe.
Dejó su mochila en el suelo tras sacar una botella de vino. Introdujo en ella un tubo que salía de su brazo que empezó a sorber inmediatamente el líquido rojo como si su cuerpo quisiera substituir su sangre con él. Sus ojos parecían prenderse de un extraño color violeta mientras algo de vapor y humo brotaba de su espalda como si estuviera literalmente en llamas. Al sacarse la chaqueta podían verse tubos de escape de los que brotaban pequeñas flamas esmeraldas.
- ¡Tú!- señala al joven Lance - ¿Qué te parece si entrenamos? Yo usaré mi bastón, tú puedes usar lo que quieras.
InvitadoInvitado
Re: Tic-Tac! The time is running out ~ ! [Señor Tic Tac]
Mis golpes retumbaban por todo el gimnasio y estos parecían no tener fin. Los aprendices de marine miraban con detenimiento y ademiración cada uno de los golpes que lanzaba hacia ese gran y pesado saco de arena que se movía casi como si fuera una pluma. Era sólo el comienzo, bien sabía que podía estar así por varios minutos hasta recién empezar a sentir algo de cansancio. Luego de observar unos minutos, los jóvenes se vieron motivados de sobremanera, volviendo así a sus respectivas rutinas y exigirse aún más. Ignoraba por completo el hecho de que estaba sirviendo como motivación para los jóvenes, de seguro mi padre estaría orgulloso de algo como eso si es que llegara a verlo.
Pero entonces, pude escuchar murmurar sorprendidos a los jóvenes reclutas que miraban sorprendidos a otro sujeto. Inevitablemente les miré de reojo para ver lo que ocurría, estaban mirando a alguien pero no podía ver bien puesto que el punto de atracción se encontraba justo a mi espalda. Entonces fue que escuché una voz que jamás había oído. Una voz adulta me llamaba de manera desafiante. Ante esto, detuve mis golpes en seco, dejando mi palma derecha extendida hacia la dirección del saco de arena para que este dejara de balancearse peligrosamente. Luego, di media vuelta para así notar a la persona que me llamaba para ver algo completamente nuevo.
Mi relajado semblante cambió a uno un tanto sorprendido, puesto que uno de los reclutas se encontraba ofreciéndome un combate de entrenamiento. De su espalda parecían salir llamas verdecinas al mismo tiempo que portaba un bastón que parecía usar de arma principal. Estaba emocionado, quería saber cuáles serían las cualidades de aquel recluta que parecía ser más bien una máquina en el interior. Sonreí de oreja a oreja, con un semblante alegre, relajado y determinado. - ¡Claro! Ya me estaba aburriendo del saco de arena. - comentaría de manera confiada y relajada para así señalar con mi mano un cuadrilátero que se encontraba en el mismo gimnasio para empezar a caminar hacia este y subir tranquilamente.
Los reclutas que se encontraban utilizando el mismo ring pronto lo abandonaron al ver el interesante enfrentamiento que acontecería. Dos potenciales oficiales de alto rango se enfrentarían en un combate de entrenamiento. Los aprendices de marine dejaron completamente lo que estaban haciendo para así rodear el cuadrilátero rodeado por cuerdas entre cada esquina y observar con atención. Una vez en la esquina roja, levantaría mis dos puños mostrando una clásica posición de pelea del boxeo para así sonreír levemente a mi compañero. - Estoy listo, cuando quieras. - le comenté confiado para así esperar con atención su ofensiva. Mi semblante entonces alegre y cálido, se volvió a uno serio y determinado, no iba a tomar a nadie a la ligera, iba a dar mi máximo.
Pero entonces, pude escuchar murmurar sorprendidos a los jóvenes reclutas que miraban sorprendidos a otro sujeto. Inevitablemente les miré de reojo para ver lo que ocurría, estaban mirando a alguien pero no podía ver bien puesto que el punto de atracción se encontraba justo a mi espalda. Entonces fue que escuché una voz que jamás había oído. Una voz adulta me llamaba de manera desafiante. Ante esto, detuve mis golpes en seco, dejando mi palma derecha extendida hacia la dirección del saco de arena para que este dejara de balancearse peligrosamente. Luego, di media vuelta para así notar a la persona que me llamaba para ver algo completamente nuevo.
Mi relajado semblante cambió a uno un tanto sorprendido, puesto que uno de los reclutas se encontraba ofreciéndome un combate de entrenamiento. De su espalda parecían salir llamas verdecinas al mismo tiempo que portaba un bastón que parecía usar de arma principal. Estaba emocionado, quería saber cuáles serían las cualidades de aquel recluta que parecía ser más bien una máquina en el interior. Sonreí de oreja a oreja, con un semblante alegre, relajado y determinado. - ¡Claro! Ya me estaba aburriendo del saco de arena. - comentaría de manera confiada y relajada para así señalar con mi mano un cuadrilátero que se encontraba en el mismo gimnasio para empezar a caminar hacia este y subir tranquilamente.
Los reclutas que se encontraban utilizando el mismo ring pronto lo abandonaron al ver el interesante enfrentamiento que acontecería. Dos potenciales oficiales de alto rango se enfrentarían en un combate de entrenamiento. Los aprendices de marine dejaron completamente lo que estaban haciendo para así rodear el cuadrilátero rodeado por cuerdas entre cada esquina y observar con atención. Una vez en la esquina roja, levantaría mis dos puños mostrando una clásica posición de pelea del boxeo para así sonreír levemente a mi compañero. - Estoy listo, cuando quieras. - le comenté confiado para así esperar con atención su ofensiva. Mi semblante entonces alegre y cálido, se volvió a uno serio y determinado, no iba a tomar a nadie a la ligera, iba a dar mi máximo.
InvitadoInvitado
Re: Tic-Tac! The time is running out ~ ! [Señor Tic Tac]
Tras romperse el silencio que crecía después de anunciar el reto, las palabras de Lance retumbaron haciendo eco en el ahora acallado gimnasio. Los murmullos parecieron entonces renacer con nueva fuerza e interés mientras iban dando espacio a que los contrincantes tomaran su lugar en el ring. El rostro de Señor Tic Tac se fractura, metafóricamente; una mitad sonríe, la otra parece furibunda. Desenfunda su espada dejándola, así como el reloj que lo adorna, sobre una de las bancas mientras asciende al cuadrilátero.
Todavía no ha comenzado a ejercitarse pero puede sentir la sangre hervir en su interior mientras el alcohol es consumido en las profundidades metálicas que ocupan ahora sus entrañas. Su corazón latía con fuerza, podía escuchar su propio latido retumbando en los oídos acompasándose al ritmo de su mecanismo interno que gruñía como una bestia iracunda. Toma las cuerdas elásticas que delimitan el cuadrilátero abriéndolas hasta que rechina la goma que las compone para pasar cuanto era de alto. Acto seguido, estas latiguean cortando el aire detrás de él con un fuerte sonido que recordaba al zumbido de una espada cortando el aire. Por puro instinto, gravita hacia la esquina azul que lo esperaba ansiosa.
Posa la vista en la sonrisa del hombre, luego resigue su postura anotando mentalmente el estilo de lucha que probablemente usará. Comienza a preguntarse muchas cosas: qué tan rápido es, qué tanto será capaz de reducir la distancia entre ellos, qué tanto le convenía mantenerse alejado, cuáles serían las aberturas que mostraría su oponente... Pero todo pareció acallar cuando él mismo se colocó en posición: una mano detrás, el brazo izquierdo estirado en el aire prolongado por el bastón, situado totalmente de perfil.
Normalmente, en su estado calmado habitual, Señor Tic Tac repetiría su ofrecimiento hacia su contrincante para que escogiera un arma de su agrado. Claro que, normalmente, no iniciaría una batalla con un desconocido.
- Dado que no hay necesidad de daño real, decidiremos el combate con las reglas del esgrima: un golpe en el tórax son dos puntos, uno en las extremidades es uno, en la cabeza son tres. Gana el que reúna 5 puntos antes.
Deja unos segundos para esperar cualquier réplica, acto seguido, se agacha en un movimiento ágil y rápido que recuerda a un saltamontes preparándose para saltar, se extiende en horizontal cuan largo es para luego lanzar un estoque hacia el tórax de izquierda a derecha.
Esgrima contra boxeo. Esto se pondrá interesante.
Todavía no ha comenzado a ejercitarse pero puede sentir la sangre hervir en su interior mientras el alcohol es consumido en las profundidades metálicas que ocupan ahora sus entrañas. Su corazón latía con fuerza, podía escuchar su propio latido retumbando en los oídos acompasándose al ritmo de su mecanismo interno que gruñía como una bestia iracunda. Toma las cuerdas elásticas que delimitan el cuadrilátero abriéndolas hasta que rechina la goma que las compone para pasar cuanto era de alto. Acto seguido, estas latiguean cortando el aire detrás de él con un fuerte sonido que recordaba al zumbido de una espada cortando el aire. Por puro instinto, gravita hacia la esquina azul que lo esperaba ansiosa.
Posa la vista en la sonrisa del hombre, luego resigue su postura anotando mentalmente el estilo de lucha que probablemente usará. Comienza a preguntarse muchas cosas: qué tan rápido es, qué tanto será capaz de reducir la distancia entre ellos, qué tanto le convenía mantenerse alejado, cuáles serían las aberturas que mostraría su oponente... Pero todo pareció acallar cuando él mismo se colocó en posición: una mano detrás, el brazo izquierdo estirado en el aire prolongado por el bastón, situado totalmente de perfil.
Normalmente, en su estado calmado habitual, Señor Tic Tac repetiría su ofrecimiento hacia su contrincante para que escogiera un arma de su agrado. Claro que, normalmente, no iniciaría una batalla con un desconocido.
- Dado que no hay necesidad de daño real, decidiremos el combate con las reglas del esgrima: un golpe en el tórax son dos puntos, uno en las extremidades es uno, en la cabeza son tres. Gana el que reúna 5 puntos antes.
Deja unos segundos para esperar cualquier réplica, acto seguido, se agacha en un movimiento ágil y rápido que recuerda a un saltamontes preparándose para saltar, se extiende en horizontal cuan largo es para luego lanzar un estoque hacia el tórax de izquierda a derecha.
Esgrima contra boxeo. Esto se pondrá interesante.
InvitadoInvitado
Re: Tic-Tac! The time is running out ~ ! [Señor Tic Tac]
El joven cyborg, que se me hacía bastante familiar por lo demás, era bastante cortés, puesto que una vez que este subió al ring y adoptara esa particular pose de pelea usando ese bastón como extensión de su brazo izquierdo, propondría con una ansiosa sonrisa en el rostro simples reglas para nuestro combate. Ante lo cual sonreí levemente para luego asentir con la cabeza y dedicarle una última vez un semblante cálido y alegre. Sin bajar mis puños de su posición. - ¡Me parece bien! - respondería con energía y, al igual que mi oponente, ansiedad, puesto que hacía ya mucho tiempo que no medía fuerzas contra otro marine.
Entonces, luego de unos pocos segundos, el joven se lanzó el ataque, aprovechando la longitud de sus piernas para realizar un rápido ataque con su bastón, el cual se dirigía peigrosamente hacia mi torso. Entonces, al notar la trayectoria del bastón y casi de manera instintiva, daría un paso fuerte y largo paso hacia adelante al mismo tiempo que me inclinaba hacia la derecha. Mis rodillas eran flectadas, mi torso y cabeza eran uno. Esto haría que el bastón del elegante sujeto pasara rosando mi mejilla izquierda, pero dándome la oportunidad de contraatacar.
Su brazo izquierdo aún extendido y terminando la moción de su ataque, dejaba la parte de su torso descubierto, ideal para mi contraataque. Aprovechando que estaba poniendo todo el peso de mi cuerpo en mi pierna izquierda y que me encontraba en una posición inclinada, lanzaría un fuerte y veloz gancho de derecha en sus costillas. Podría haberlo lanzado hacia su mentón, pero debido a mi posición inclinada podría tomarme más tiempo llegar hacia ese punto con mi puño, aunque no había mucha diferencia de altura entre nosotros.
Entonces, luego de unos pocos segundos, el joven se lanzó el ataque, aprovechando la longitud de sus piernas para realizar un rápido ataque con su bastón, el cual se dirigía peigrosamente hacia mi torso. Entonces, al notar la trayectoria del bastón y casi de manera instintiva, daría un paso fuerte y largo paso hacia adelante al mismo tiempo que me inclinaba hacia la derecha. Mis rodillas eran flectadas, mi torso y cabeza eran uno. Esto haría que el bastón del elegante sujeto pasara rosando mi mejilla izquierda, pero dándome la oportunidad de contraatacar.
Su brazo izquierdo aún extendido y terminando la moción de su ataque, dejaba la parte de su torso descubierto, ideal para mi contraataque. Aprovechando que estaba poniendo todo el peso de mi cuerpo en mi pierna izquierda y que me encontraba en una posición inclinada, lanzaría un fuerte y veloz gancho de derecha en sus costillas. Podría haberlo lanzado hacia su mentón, pero debido a mi posición inclinada podría tomarme más tiempo llegar hacia ese punto con mi puño, aunque no había mucha diferencia de altura entre nosotros.
InvitadoInvitado
Re: Tic-Tac! The time is running out ~ ! [Señor Tic Tac]
El joven había actuado como lo había previsto.
Aunque su aspecto demostraba haber alcanzado un cierto nivel de locura o, como mínimo, inestabilidad emocional, su mente seguía cogitando con raciocinio, con toda la objetividad de la que era capaz. Había estado estudiando los golpes del joven, sus ataques eran ciertamente más rápidos que los del cyborg pero, con algo de suerte, sería lo bastante preciso y astuto como para ganar la batalla. En caso de no lograrlo, de todos modos, daba igual siempre que aprendiera algo nuevo, fuera posiciones nuevas, estrategias más efectivas o algún movimiento que tuviera que sacarse de la manga durante el proceso. La batalla era, en su opinión, una partida de ajedrez en la que uno debía saber usar bien sus piezas, conocerlas y entender su propósito. A veces había que sacrificar una torre, a veces ibas a matar al rey con un peón, todo era posible.
El puño iba directo al costado, iba a perder algunos puntos pero el siguiente movimiento era imposible que lo esquivara. Su contrincante es rápido pero su bastón está justo donde lo necesita. Observa el movimiento rápido y preciso de Lance, contempla el dolor que puede recibir y se mentaliza para no detener el embate a causa del mismo. Si de algo podía jactarse Johan era precisamente de tener un umbral del dolor muy alto, una de las consecuencias de haber perdido varias extremidades de pequeño, algo que luchaba para que no lo definiera pero que, irremediablemente, iba a formar parte de su identidad para siempre, durara lo que durara eso.
Fue un movimiento sencillo, rápido y eficiente: el bastón golpeó la sien de su adversario a la vez que el Señor Tic Tac recibía el puño en su tórax. Acto seguido, aprovechó el embate del joven para saltar sobre él, debido a que se extendió lo más que pudo, sus piernas estaban flexionadas, estaba listo para este movimiento. Una vez estuviera por encima de él, lanzaría un estoque hacia la espalda del joven recluta.
Aunque su aspecto demostraba haber alcanzado un cierto nivel de locura o, como mínimo, inestabilidad emocional, su mente seguía cogitando con raciocinio, con toda la objetividad de la que era capaz. Había estado estudiando los golpes del joven, sus ataques eran ciertamente más rápidos que los del cyborg pero, con algo de suerte, sería lo bastante preciso y astuto como para ganar la batalla. En caso de no lograrlo, de todos modos, daba igual siempre que aprendiera algo nuevo, fuera posiciones nuevas, estrategias más efectivas o algún movimiento que tuviera que sacarse de la manga durante el proceso. La batalla era, en su opinión, una partida de ajedrez en la que uno debía saber usar bien sus piezas, conocerlas y entender su propósito. A veces había que sacrificar una torre, a veces ibas a matar al rey con un peón, todo era posible.
El puño iba directo al costado, iba a perder algunos puntos pero el siguiente movimiento era imposible que lo esquivara. Su contrincante es rápido pero su bastón está justo donde lo necesita. Observa el movimiento rápido y preciso de Lance, contempla el dolor que puede recibir y se mentaliza para no detener el embate a causa del mismo. Si de algo podía jactarse Johan era precisamente de tener un umbral del dolor muy alto, una de las consecuencias de haber perdido varias extremidades de pequeño, algo que luchaba para que no lo definiera pero que, irremediablemente, iba a formar parte de su identidad para siempre, durara lo que durara eso.
Fue un movimiento sencillo, rápido y eficiente: el bastón golpeó la sien de su adversario a la vez que el Señor Tic Tac recibía el puño en su tórax. Acto seguido, aprovechó el embate del joven para saltar sobre él, debido a que se extendió lo más que pudo, sus piernas estaban flexionadas, estaba listo para este movimiento. Una vez estuviera por encima de él, lanzaría un estoque hacia la espalda del joven recluta.
InvitadoInvitado
Re: Tic-Tac! The time is running out ~ ! [Señor Tic Tac]
La coordinación, velocidad y fuerza de mi contragolpe eran perfectas, no había forma de que pudiera fallar o que el mismo sujeto de elegante hablar pudiera esquivarlo. Pero claro, mi oponente todavía tenía otra carta bajo su manga, y era algo que jamás hubiese visto venir. Durante toda la moción de mi golpe, estaba muy inmerso en cada una de mis acciones, concentrado y determinado a conectar mi puño en un costado de su tórax. Finalmente, pude sentir como mi puño se hundió en sus costillas, dándome la ventaja. – ¡Bien, lo tengo! – pensaría justo al notar el impacto de mi golpe recorrer desde mi puño hasta mi hombro y parte alta de la espalda. Era un golpe directo. No me iba a detener ahí, planeaba seguir con mi arremetida y buscar su mandíbula con un gancho izquierdo. Pero todo ese plan se vio arruinado por la inteligencia de mi oponente, quien, aprovechando que la posición de su bastón no estaba muy distante de mi cabeza, lo agitó de tal manera que me golpeara en la cien.
Al recibir el golpe de mi compañero de entrenamiento me sentí un tanto confundido, mi rodilla había tocado el suelo por el impacto y por la posición inclinada en la que me encontraba. Si esto hubiera contemplado reglas del boxeo ya habría recibido puntos en contra por el noqueo. El ataque del elegante cyborg no terminaba ahí, puesto que ahora aprovechando sus largas piernas saltaría por sobre mí e intentaría propinarme una estocada con su bastón en mi espalda. Ante lo cual simplemente me impulsé hacia un costado utilizando la fuerza de mis piernas y brazos haciendo que el bastón pasara de largo. – ¡Nada mal, Tic Tac-san! – felicitaría a mi compañero de tripulación para así ponerme de pie y retomar mi posición de pelea inicial. Ahora más determinado a ganar, puesto que me encontraba en desventaja por un punto.
Ante esto, me lancé al ataque a toda velocidad y lanzar así una combinación de golpes básica en el arte del boxeo, dos golpes rápidos de izquierda o “Jabs” a la altura del mentón para así terminar con un fuerte recto o directo de derecha, en el cual pondría todo el peso de mi cuerpo. En cada movimiento, imprimía toda mi fuerza y velocidad, haciendo que parecieran golpes casi de otro arte marcial. Era algo fácil de esquivar, listo para poder reaccionar ante cualquier contraataque y evitar ser golpeado de vuelta como la última vez.
Al recibir el golpe de mi compañero de entrenamiento me sentí un tanto confundido, mi rodilla había tocado el suelo por el impacto y por la posición inclinada en la que me encontraba. Si esto hubiera contemplado reglas del boxeo ya habría recibido puntos en contra por el noqueo. El ataque del elegante cyborg no terminaba ahí, puesto que ahora aprovechando sus largas piernas saltaría por sobre mí e intentaría propinarme una estocada con su bastón en mi espalda. Ante lo cual simplemente me impulsé hacia un costado utilizando la fuerza de mis piernas y brazos haciendo que el bastón pasara de largo. – ¡Nada mal, Tic Tac-san! – felicitaría a mi compañero de tripulación para así ponerme de pie y retomar mi posición de pelea inicial. Ahora más determinado a ganar, puesto que me encontraba en desventaja por un punto.
Ante esto, me lancé al ataque a toda velocidad y lanzar así una combinación de golpes básica en el arte del boxeo, dos golpes rápidos de izquierda o “Jabs” a la altura del mentón para así terminar con un fuerte recto o directo de derecha, en el cual pondría todo el peso de mi cuerpo. En cada movimiento, imprimía toda mi fuerza y velocidad, haciendo que parecieran golpes casi de otro arte marcial. Era algo fácil de esquivar, listo para poder reaccionar ante cualquier contraataque y evitar ser golpeado de vuelta como la última vez.
- Off Rol:
- Como en el otro tema que tenemos ya nos conocemos, Lance te felicita diciendo tu nombre. Hay que darle un poco de lógica a esto haha.
InvitadoInvitado
Re: Tic-Tac! The time is running out ~ ! [Señor Tic Tac]
Ciertamente, el arte de la guerra tiene estrategia, sin embargo, eso no significa que deba ser meditado cada movimiento. Se necesita presteza, flexibilidad y velocidad de reacción. Al ver que el joven había recibido el golpe en la sien, el Señor Tic Tac sonríe aunque el estoque solo atraviesa el aire. Tenía ventaja, sí, pero esto no había terminado, ni mucho menos.
Ahora, Lance se paraba en posición de combate nuevamente. Podía notarse en su mirada la excitación. Daba la sensación que el joven marine llevaba tiempo sin encontrar a un oponente que le hiciera siquiera esforzarse. Johan, viendo esta actitud pudo entender que lo siguiente que haría su contrincante implicaría golpes directos y rápidos, es decir, se abalanzaría sobre él intentando darle fin a la batalla a su favor. Por suerte para el cyborg, cuando Lance se movió no solo lo esperaba sino que ya tenía pensado un contrataque. "Serán golpes altos, seguramente, quiere cerrar así que irá por el pecho o por la cabeza... Mis golpes han sido igualmente altos así que no se esperará... ¡Esto!" Tan pronto vio al hombre dar un pie hacia adelante, sus piernas se doblan como si fuera a comenzar a bailar una danza rusa dejando caer un poco su espalda hacia atrás, el bastón fue lanzado en una dirección con un corte horizontal hacia el plexo solar(una finta) mientras su cuerpo se preparaba para asestar una patada a la altura de las rodillas rodillas mientras apoyaba la mano que le quedaba en el suelo para no caer y tener un eje bien marcado.
Ahora, Lance se paraba en posición de combate nuevamente. Podía notarse en su mirada la excitación. Daba la sensación que el joven marine llevaba tiempo sin encontrar a un oponente que le hiciera siquiera esforzarse. Johan, viendo esta actitud pudo entender que lo siguiente que haría su contrincante implicaría golpes directos y rápidos, es decir, se abalanzaría sobre él intentando darle fin a la batalla a su favor. Por suerte para el cyborg, cuando Lance se movió no solo lo esperaba sino que ya tenía pensado un contrataque. "Serán golpes altos, seguramente, quiere cerrar así que irá por el pecho o por la cabeza... Mis golpes han sido igualmente altos así que no se esperará... ¡Esto!" Tan pronto vio al hombre dar un pie hacia adelante, sus piernas se doblan como si fuera a comenzar a bailar una danza rusa dejando caer un poco su espalda hacia atrás, el bastón fue lanzado en una dirección con un corte horizontal hacia el plexo solar(una finta) mientras su cuerpo se preparaba para asestar una patada a la altura de las rodillas rodillas mientras apoyaba la mano que le quedaba en el suelo para no caer y tener un eje bien marcado.
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Re: Tic-Tac! The time is running out ~ ! [Señor Tic Tac]
Mis golpes no llegarían a su destino, ni siquiera podría realizar aquella combinación, puesto que al momento en que lancé aquellos dos golpes rápidos y consecutivos con mi izquierda, pude ver cómo mi compañero doblaba sus rodillas y se inclinaba levemente hacia atrás para permanecer fuera de rango y así preparar un contraataque. Ví peligrosamente como su bastón se acercaba a mi torso. ¿Una estocada? Al parecer sería eso, por lo que me dispondría a tomar medidas evasivas para ello.
Pero fue entonces que la imaginación en combate de mi oponente me jugó en contra, puesto que aquel ataque con su bastón era un simple engaño o "finta" como también le llamamos en el boxeo. - Maldición. - pensaría para así notar como este preparaba una patada baja a la altura de mi rodilla. No podría evitarla, debía aprender de sus acciones y adelantarme para contraatacar. Su patada impactaría, pero mi extremidad se encontraba firme, lista para aquel impacto, más ahora con mi mano izquierda tomaría la muñeca de la mano que sostenía el bastón y que se encontraba extendida hacia mi dirección por aquella finta para así, con toda mi fuerza, acercarlo hacia mí, haciendo que el bastón pasara por tan sólo milímetros al lado mi cabeza. Con tal agarre, el elegante sujeto no tendría hacia dónde ir, había sacrificado aquel punto para algo mayor.
Entonces, lancé un golpe de derecha con toda mi fuerza hacia el rostro de mi compañero de entrenamiento al mismo tiempo que lo atraía hacia mí, haciendo que el posible impacto fuera mayor. Esperaba que el agarrarlo de esa forma desde su brazo y desde la posición en la que se encontraba bastara para desestabilizarlo y aumentar la probabilidad de que aquel golpe acertara.
Pero fue entonces que la imaginación en combate de mi oponente me jugó en contra, puesto que aquel ataque con su bastón era un simple engaño o "finta" como también le llamamos en el boxeo. - Maldición. - pensaría para así notar como este preparaba una patada baja a la altura de mi rodilla. No podría evitarla, debía aprender de sus acciones y adelantarme para contraatacar. Su patada impactaría, pero mi extremidad se encontraba firme, lista para aquel impacto, más ahora con mi mano izquierda tomaría la muñeca de la mano que sostenía el bastón y que se encontraba extendida hacia mi dirección por aquella finta para así, con toda mi fuerza, acercarlo hacia mí, haciendo que el bastón pasara por tan sólo milímetros al lado mi cabeza. Con tal agarre, el elegante sujeto no tendría hacia dónde ir, había sacrificado aquel punto para algo mayor.
Entonces, lancé un golpe de derecha con toda mi fuerza hacia el rostro de mi compañero de entrenamiento al mismo tiempo que lo atraía hacia mí, haciendo que el posible impacto fuera mayor. Esperaba que el agarrarlo de esa forma desde su brazo y desde la posición en la que se encontraba bastara para desestabilizarlo y aumentar la probabilidad de que aquel golpe acertara.
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Re: Tic-Tac! The time is running out ~ ! [Señor Tic Tac]
"Bueno, este es el final del combate, aquí se decide todo. No lo he hecho mal, ¿no?" Piensa según siente el jalón que ha de acercarlo a Lance. Deja caer el bastón simplemente abriendo la mano. Contempla el puño acercarse a toda velocidad preguntándose por qué no puede ir así de rápido si su cerebro puede captar las cosas de esta manera. Luego recuerda... Casi no entrena y es pésimo con su velocidad. Suspira mentalmente mientras se mentaliza para el golpe. El tirón, por otra parte, lo ha desestabilizado y la rodilla que quedaba entre las piernas de su contrincante se alza para atestar un golpe al muslo. Johan puede sentir cómo una muela se desprende de la raíz. No sentirá la sangre hasta poco después, el dolor también vendrá con retraso... La adrenalina solo pospone las cosas, no te libra de ellas.
Claro que, mientras, el bastón sigue cayendo y termina tocando, en algún punto, la cabeza de su oponente. La batalla ha terminado. Tras el intercambio, el Señor Tic Tac se levanta del suelo sobándose la mandíbula, escupe la muela al suelo y sonríe. Solo Lance podría decidir quién ganó, los últimos golpes se produjeron con una diferencia de tiempo muy pequeña, solo él pudo sentir cuando fueron dados.
- Desde luego, su fama no la tiene por nada, le agradezco este entrenamiento, he aprendido mucho. Realmente es usted más rápido, más ágil y más fuerte, sin mencionar que ha aprendido durante el combate, lo felicito, verdaderamente magnífico. Ahora, hagamos un conteo, ¿quiere?- comienza a caminar en círculos como un jaguar enjaulado - Usted dio el primer golpe en el tórax, dos puntos. Yo asesté en su cabeza, 3 puntos para mí. Después de esto, conseguí azotar sus rodillas, dándome así 1 punto adicional lo cuál suma 4. Hasta este punto, yo tenía las de ganar, pero, claro, usted no iba a dejar que terminara tan fácil así que tomó mi mano asestándome un golpe directo a la cara, cosa que estoy seguro resentiré por unos días. - en este punto suelta una sonora y honesta carcajada, algunos reclutas le contestan igualmente satisfechos por la nobleza del hombre que parecía aceptar las cosas con mucha tranquilidad - Mas, con el jalón forzó que mi pierna de apoyo se moviera causándole un golpe que, por suerte, no afectó a su capacidad reproductiva. - le guiña un ojo mientras otras sonrisitas suenan de fondo - Eso, en caso de empate, me daría la victoria dado que estos dos puntos, junto con el otro de las rodillas, me darían un total de 6. ¡Pero! ¿Recuerda lo primero que dije? - el silencio se hace patente, el tic tac del cyborg parece volverse más grave y serio, también lo hace su semblante cuando continua - Mi arma era el bastón, la suya los puños. Así que pierdo un punto, el de la patada, y otro más, el del rodillazo. Así que queda usted como el vencedor.
Los vítores se extienden por el gimnasio. Un recluta había vencido a un soldado raso en un combate de entrenamiento limpio y justo. Varios de los espectadores saltaron al ring para felicitarlo por la batalla pidiéndole consejos así como que los entrenase. Mientras tanto, en un universo más tranquilo, el Señor Tic Tac toma su bastón, su espada, guarda uno dentro del otro mientras recuerda el golpe que dio la funda de la katana sobre la sien de Lance recordando el instante exacto en que este ocurría para luego marchar con una sonrisa.
Claro que, mientras, el bastón sigue cayendo y termina tocando, en algún punto, la cabeza de su oponente. La batalla ha terminado. Tras el intercambio, el Señor Tic Tac se levanta del suelo sobándose la mandíbula, escupe la muela al suelo y sonríe. Solo Lance podría decidir quién ganó, los últimos golpes se produjeron con una diferencia de tiempo muy pequeña, solo él pudo sentir cuando fueron dados.
- Desde luego, su fama no la tiene por nada, le agradezco este entrenamiento, he aprendido mucho. Realmente es usted más rápido, más ágil y más fuerte, sin mencionar que ha aprendido durante el combate, lo felicito, verdaderamente magnífico. Ahora, hagamos un conteo, ¿quiere?- comienza a caminar en círculos como un jaguar enjaulado - Usted dio el primer golpe en el tórax, dos puntos. Yo asesté en su cabeza, 3 puntos para mí. Después de esto, conseguí azotar sus rodillas, dándome así 1 punto adicional lo cuál suma 4. Hasta este punto, yo tenía las de ganar, pero, claro, usted no iba a dejar que terminara tan fácil así que tomó mi mano asestándome un golpe directo a la cara, cosa que estoy seguro resentiré por unos días. - en este punto suelta una sonora y honesta carcajada, algunos reclutas le contestan igualmente satisfechos por la nobleza del hombre que parecía aceptar las cosas con mucha tranquilidad - Mas, con el jalón forzó que mi pierna de apoyo se moviera causándole un golpe que, por suerte, no afectó a su capacidad reproductiva. - le guiña un ojo mientras otras sonrisitas suenan de fondo - Eso, en caso de empate, me daría la victoria dado que estos dos puntos, junto con el otro de las rodillas, me darían un total de 6. ¡Pero! ¿Recuerda lo primero que dije? - el silencio se hace patente, el tic tac del cyborg parece volverse más grave y serio, también lo hace su semblante cuando continua - Mi arma era el bastón, la suya los puños. Así que pierdo un punto, el de la patada, y otro más, el del rodillazo. Así que queda usted como el vencedor.
Los vítores se extienden por el gimnasio. Un recluta había vencido a un soldado raso en un combate de entrenamiento limpio y justo. Varios de los espectadores saltaron al ring para felicitarlo por la batalla pidiéndole consejos así como que los entrenase. Mientras tanto, en un universo más tranquilo, el Señor Tic Tac toma su bastón, su espada, guarda uno dentro del otro mientras recuerda el golpe que dio la funda de la katana sobre la sien de Lance recordando el instante exacto en que este ocurría para luego marchar con una sonrisa.
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