Año 230 D.D.G
Tras un periodo de paz el nombre de un sujeto comenzó a surgir entre los piratas hasta hacerse de un renombre mundial… Norman D. Gold, un pirata que en un par de años alcanzó el poder suficiente para consagrarse como un emperador pirata y eventualmente para ser nombrado como rey de los piratas al haber reunido un tesoro inconcebible al cual se le otorgó el nombre de “One Piece”. Durante años el Gobierno hizo uso de todos sus recursos para acabar con este hombre per todo fue inútil y decidieron simplemente dedicarse a contener sus ataques. Gold sin embargo, no parece interesado en destruir al Gobierno o en atacar a sus instituciones, sino más bien en continuar explorando el mundo no conocido estableciendo con su poder una estabilidad no vista antaño en el mundo de la mano de todas las demás facciones. ¿Serás parte del mundo y su avance?. Seguir leyendo...
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B - Burlando a la Muerte
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B - Burlando a la Muerte
¿Qué tan lejos quedaría aquel pedazo de basura del palacio? El Trago largo a la botella de ron solo servía para satisfacer su necesidad de alcohol pero no bastaba, no era suficiente la comida ni la bebida satisficieran su ambición, las ganas de dominio sobre otros aunque la violencia siempre lo hacia. –Gracias por cooperar conmigo, de nuevo- Sonriendo mirando hacia atrás a los callejones de Villa Espino donde arrojaba la botella en sus manos casi vacia directo a los pies de 3 tipos golpeados y ensangrentados, el cristal se rompían asustando a los mismos que trataban de moverse de alguna manera para salir de ahí.
El atardecer siempre tenía algo mágico, algo espectacular para el tipo del parche que emanaban deseos de siempre hacer las cosas más grandes, mas caóticas, las ganas de solo ver arder el mundo como el cielo naranja que pintaba sobre las cabezas y eso le satisfacía mucho, respirando hondo, el alcohol no era suficiente par a embriagarlo y continuaba caminando con su singular traje de corbata, sin un saco y únicamente un chaleco aunque nunca podían faltar sus guantes, asi como un tipo de protecciones de metal que había bajo su pantalón en las piernas y en los brazos de manera visible. Otro dia mas y Tian debía seguir buscando información ¿Su objetivo? Era hacerse de un barco, zarpar en el mar para empezar un vida menos prodigiosa, empezar una organización que se dedica a obtener ventaja de los demás y con eso ya podría tener una vida mas fácil y sencilla, todo un rapaz con cara atractiva lo que le volvía un estafador de primera.
El sujeto caminaba por entre calles de la no tan afamada Ciudad Blanca, donde la gente vivía de forma común pero también de forma algo desenfrenada los barrios bajos como en el que transitaba, con personas incitando grupos en trabajar para otros, criminales menores que solo paseaban sin hacer fechorías ¿Esperaban caos? Eso no siempre sucedía y cuando la noche se avecinaba como ahora, tampoco solía ocurrir mucho, el cabellos negros azulados se dirigía hacia el bar de la región o al menos de donde supo que provenía la bebida que tomo de buena manera como regalo, siempre los bares tenían información y sabían lo que sucedía en las islas, solo había que saber hablar su idioma.
El atardecer siempre tenía algo mágico, algo espectacular para el tipo del parche que emanaban deseos de siempre hacer las cosas más grandes, mas caóticas, las ganas de solo ver arder el mundo como el cielo naranja que pintaba sobre las cabezas y eso le satisfacía mucho, respirando hondo, el alcohol no era suficiente par a embriagarlo y continuaba caminando con su singular traje de corbata, sin un saco y únicamente un chaleco aunque nunca podían faltar sus guantes, asi como un tipo de protecciones de metal que había bajo su pantalón en las piernas y en los brazos de manera visible. Otro dia mas y Tian debía seguir buscando información ¿Su objetivo? Era hacerse de un barco, zarpar en el mar para empezar un vida menos prodigiosa, empezar una organización que se dedica a obtener ventaja de los demás y con eso ya podría tener una vida mas fácil y sencilla, todo un rapaz con cara atractiva lo que le volvía un estafador de primera.
El sujeto caminaba por entre calles de la no tan afamada Ciudad Blanca, donde la gente vivía de forma común pero también de forma algo desenfrenada los barrios bajos como en el que transitaba, con personas incitando grupos en trabajar para otros, criminales menores que solo paseaban sin hacer fechorías ¿Esperaban caos? Eso no siempre sucedía y cuando la noche se avecinaba como ahora, tampoco solía ocurrir mucho, el cabellos negros azulados se dirigía hacia el bar de la región o al menos de donde supo que provenía la bebida que tomo de buena manera como regalo, siempre los bares tenían información y sabían lo que sucedía en las islas, solo había que saber hablar su idioma.
Última edición por Tian D. Long el Lun Feb 13, 2017 2:50 am, editado 1 vez
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Re: B - Burlando a la Muerte
Su día había sido un asco. A veces, los días tan solo pasaban. Sin nada interesante, nada fuera de lo común. Simplemente un extraño deseo de vivir, de sentirse viva, de viajar, de ver cosas nuevas. Habían pocas cosas que la interesaban en realidad. Fuera de la caza. Sin muchas cosas que le atraigan la atención, y cantidad de tiempo libre, sólo quedaba viajar. Pocas veces viajaba sola, en realidad. Desde que había prometido seguir a Donner, casi no tenía ni voz ni voto sobre donde ir. Pero casualmente, el moreno había decidido ir de caza solo. Y la verdad es que hubiese querido acompañarle, pero en el wanted sólo podía "vivo", por lo que había perdido interés. ¿Cual era el motivo de ir de caza, si no se podía matar? Cuando un cazador caza es para matar y comerse o vender a su presa, y de ello habían muchos ejemplos, en el reino animal y entre los humanos. No se lo pensó dos veces antes de embarcar en la bodega de un navío mercadero. Tenía dinero suficiente como para ir a la mejor embarcación de pasajeros, pero la verdad es que no le apetecía tener que lidiar con la multitud de humanos que seguramente harían tanto ruido que acabaría por encerrarse en un camarote.
Había pasado ahí quizás un par de días, aunque obviamente había encontrado alguna que otra rata para comer. La carne de rata no era tan sabrosa, pero era un buen sostento. La parte buena de comer lo que sea y como sea, era precisamente, la supervivencia. Podía sobrevivir en cualquier tipo de ambiente, haciendo cualquier tipo de cosa. Aunque no hubiese tenido un trabajo, o alguien que la cuidase, seguiría sobreviviendo. Sin comida normal. Cuando le apetecía darse un festín, intentaba quemar los pelos cerca del fuego y después dejar que la carne sea crujiente. Pero igual, había algo que odiaba de las ratas pequeñas. Sus huesos. Se hacía incómodo comer y estar escupiendo huesitos pequeños a cada rato. Escuchó como la alarma del barco sonaba, y sintió como el navío tocaba tierra. Estaban ya en el puerto. Se apresuró en salir de aquella oscuridad - que por cierto, no la había disfrutado - y asomó la cabecita sonriente en la borda. Aún había algo de luz, aunque se podía notar que la noche se quería apoderar de todo. Debía darse prisa en notar las bellezas de la ciudad antes de que tuviese que esperar para mañana. Se apresuró en ver la llamada ciudad blanca. Las calles estrechas llevaban hacía lo que parecía una taberna. Entró de manera curiosa, asomando primero la cabeza para ver que había en el interior. Sonrió de tal manera que sus ojos se cerraron por completo, arqueándose. Tomó asiento en una de las mesas libres, planeando su próximo movimiento. No era de comer o beber mucho, así que tan sólo levantó la mano para preguntar por el baño, e hizo ademán de seguir las indicaciones.
Había pasado ahí quizás un par de días, aunque obviamente había encontrado alguna que otra rata para comer. La carne de rata no era tan sabrosa, pero era un buen sostento. La parte buena de comer lo que sea y como sea, era precisamente, la supervivencia. Podía sobrevivir en cualquier tipo de ambiente, haciendo cualquier tipo de cosa. Aunque no hubiese tenido un trabajo, o alguien que la cuidase, seguiría sobreviviendo. Sin comida normal. Cuando le apetecía darse un festín, intentaba quemar los pelos cerca del fuego y después dejar que la carne sea crujiente. Pero igual, había algo que odiaba de las ratas pequeñas. Sus huesos. Se hacía incómodo comer y estar escupiendo huesitos pequeños a cada rato. Escuchó como la alarma del barco sonaba, y sintió como el navío tocaba tierra. Estaban ya en el puerto. Se apresuró en salir de aquella oscuridad - que por cierto, no la había disfrutado - y asomó la cabecita sonriente en la borda. Aún había algo de luz, aunque se podía notar que la noche se quería apoderar de todo. Debía darse prisa en notar las bellezas de la ciudad antes de que tuviese que esperar para mañana. Se apresuró en ver la llamada ciudad blanca. Las calles estrechas llevaban hacía lo que parecía una taberna. Entró de manera curiosa, asomando primero la cabeza para ver que había en el interior. Sonrió de tal manera que sus ojos se cerraron por completo, arqueándose. Tomó asiento en una de las mesas libres, planeando su próximo movimiento. No era de comer o beber mucho, así que tan sólo levantó la mano para preguntar por el baño, e hizo ademán de seguir las indicaciones.
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Re: B - Burlando a la Muerte
En el mundo como las calles hay gente bruta y astuta, con solo verlo un momento atrás era fácil de ver, hay vírgenes y prostitutas, habia chicas ofreciendo sus servicios junto a un padrote y eso hacia sonreir a Tian que necesitaba una mujer eso tal vez lo calmaría, ricos, pobres, clase media, bastaba ver siempre a su alrededor y de algún modo entre las calles a la lejanía el palacio, cosas bonitas y un par de tragedias, acababan de robar alguien pero también clavar un cuchillo en el abdomen y este caer sin hacer nada mientras la gente se juntaba alrededor pero el tipo del parche solo continuaba caminando como si lo que observara fuese un cliché de video musical, hay personas gordas, medianas y flacas, caballos, gallinas, ovejas y vacas ¿Una granja? En efecto un pequeño centro por ahí donde tenían esas cosas y era fácil de ver en su camino, hay muchos animales con mucha gente, personas cuerdas y locos demente, finalmente veía su reflejo en el cristal de los vidrios del Bar “El Panteon” Lindo nombre para poder olerse el cigarro y la comida emanar del mismo mientras accedia a su interior.
Las puertas se abrían de par en par con sus manos empujando hacia los lados azotando y llamando la atención, Tian entraba con una sonrisa burlona atrayendo la atención por segundos antes que solo la mitad del publico le interesara verlo entrar hacia el bar con un caminar tan singular, tomando un tarro de cerveza de una mesa donde habia una especie de pareja, bebiendo un poco y arrojarlo en la mesa siguiente donde solo habia un sujeto que se sorprendia ante el suceso pero no se dudo dos veces en dar gracias por la bebida y quedársela mientras la pareja no sabia que demonios hacer. El cabellos negros con su inteso ojo amarillo no dejaba que nadie se metiera en su camino que llegaba incluso a tomar por el cuello a un sujeto desconocido, no sabia quien era ni que se dedicaba, solo lo sostuvo del cuello y lo arrojo de lado para moverlo de su camino hasta la barra donde ya le esperaba una bienvenida. El cantinero bastante molesto le estaba adviertiendo “No queremos busca pleitos” y con ese comentario algunos hombres del sitio ya miraban con recelo al tipo. –No los habrá, si no me provocan viejo- Dicho asi sacaba una cartera con dinero de su chaqueta y se la dejaba en la barra. –Vamos cóbrate cualquier cosa que pida y por que no… ¡Tragos para todos!- Dicho asi golpeaba la barra y eso sorprendio a todos, el cantinero tomo la cartera viendo que habia mucho dinero en el, en efecto era demasiado pero también habia cosas que no pertenencias en absoluto del tipo mas eso no le importo, saco todo el dinero y le dejo la cartera vacia pero no se molesto en tomarlo el joven que se sento mientras asentia que asi seria y podían pasar por sus bebidas.
En un instante, solo bastao un acto tan gentil de manipulación y todas las personas en el sitio se alegraron, no creían que ese tipo de cosas pasara pero al parecer la persona uqe llego tenia dinero y ya tenia la atención de todo el mundo, lo habían perdonado en segundos mientras le servían un tarro de ron el cantinero y ya mujeres como hombres tenían su atención en Tian para saber que mas tenia o que provecho podrian sacar de este, el solo los miraba a todos en el sitio, recargando su espalda a la barra de forma comoda, venia a disfrutar antes que nada.
Las puertas se abrían de par en par con sus manos empujando hacia los lados azotando y llamando la atención, Tian entraba con una sonrisa burlona atrayendo la atención por segundos antes que solo la mitad del publico le interesara verlo entrar hacia el bar con un caminar tan singular, tomando un tarro de cerveza de una mesa donde habia una especie de pareja, bebiendo un poco y arrojarlo en la mesa siguiente donde solo habia un sujeto que se sorprendia ante el suceso pero no se dudo dos veces en dar gracias por la bebida y quedársela mientras la pareja no sabia que demonios hacer. El cabellos negros con su inteso ojo amarillo no dejaba que nadie se metiera en su camino que llegaba incluso a tomar por el cuello a un sujeto desconocido, no sabia quien era ni que se dedicaba, solo lo sostuvo del cuello y lo arrojo de lado para moverlo de su camino hasta la barra donde ya le esperaba una bienvenida. El cantinero bastante molesto le estaba adviertiendo “No queremos busca pleitos” y con ese comentario algunos hombres del sitio ya miraban con recelo al tipo. –No los habrá, si no me provocan viejo- Dicho asi sacaba una cartera con dinero de su chaqueta y se la dejaba en la barra. –Vamos cóbrate cualquier cosa que pida y por que no… ¡Tragos para todos!- Dicho asi golpeaba la barra y eso sorprendio a todos, el cantinero tomo la cartera viendo que habia mucho dinero en el, en efecto era demasiado pero también habia cosas que no pertenencias en absoluto del tipo mas eso no le importo, saco todo el dinero y le dejo la cartera vacia pero no se molesto en tomarlo el joven que se sento mientras asentia que asi seria y podían pasar por sus bebidas.
En un instante, solo bastao un acto tan gentil de manipulación y todas las personas en el sitio se alegraron, no creían que ese tipo de cosas pasara pero al parecer la persona uqe llego tenia dinero y ya tenia la atención de todo el mundo, lo habían perdonado en segundos mientras le servían un tarro de ron el cantinero y ya mujeres como hombres tenían su atención en Tian para saber que mas tenia o que provecho podrian sacar de este, el solo los miraba a todos en el sitio, recargando su espalda a la barra de forma comoda, venia a disfrutar antes que nada.
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Re: B - Burlando a la Muerte
No podía pedirse mucho del baño de una taberna, donde decenas de almas bebían su vida para después, vomitarla en los inodoros, obviamente. Pero Airu no era el tipo de mujer que se dejaba impresionar por cosas así, siquiera se tapó la mano con la nariz. Todo aquello era simplemente normal, no era la primera vez que veía algo así. La jaula de la cual, aparentemente se había olvidado, era peor. Se intentó lavar las manos y pasar un poco de agua por la cara. Curiosamente, la sangre de rata y el movimiento del barco no parecía haberle sentado muy bien. Pero aún así, fuera, de golpe, se oían voces animadas. Estaba curiosa por saber que pasaba. aunque seguramente no fuera nada de mayor importancia. Se acicaló la ropa y el pelo, en un último intento de parecer decente. Nadie sabía que, bajo esa cara fina y el matojo de pelo grisáceo, se encontraba la peor persona en el mundo humano, una depredadora. Un caníbal. Sonrió un tanto torcido, la verdad es que no tenía ningún plan malvado para aquella noche, pero los planes se podían hacer a medida que el día avanzaba. Quizás y tenía que acercarse a un cuartel de la marina para ver los wanted que habían cerca de aquella ciudad.
Se encogió de hombros y suspiró. Salió de aquel sitio de malamuerte y miró como todo el mundo gritaba y aplaudía. ¿Qué había pasado? ¿Qué se había perdido? Miró de un sitio para otro, aunque sentía algo de mareo. ¿Eran los distintos olores de aquel sitio? ¿Quizás la gran tabernera que pasaba por su lado con olor a hamburquesas y queso? No lo podía decir con claridad. Empezó a caminar entre la gente, intentando llegar a la barra para pedir algo de vino. Quizás y beber alcohol la haría aclararse la cabeza en aquellos momentos, así que se escabulló entre la multitud feliz de haber recibido una bebida gratis. Su cuerpo chocó con algo, y por un momento perdió el equilibrio. A medida que sus ojos se abrían nuevamente, su mirada conseguía más información sobre el cuerpo que se había puesto en su camino, o, en cuyo camino ella se había puesto, la verdad es que la situación no quedaba suficientemente clara para la mujer que se encontraba ya mareada. De todas formas, fuese como fuese, se encontraba delante de un hombre lo suficientemente alto como para sacarle algunos centímetros aún con tacones. Sus rasgos eran algo finos, aunque varoniles y, sobre el ojo derecho, un parche que dejaba vislumbrar una cicatriz. En su estado no podía decir mucho, simplemente meneó la cabeza, y se apoyó con la mano en la barra. Necesitaba tomar algo, y lo necesitaba ya.
Se encogió de hombros y suspiró. Salió de aquel sitio de malamuerte y miró como todo el mundo gritaba y aplaudía. ¿Qué había pasado? ¿Qué se había perdido? Miró de un sitio para otro, aunque sentía algo de mareo. ¿Eran los distintos olores de aquel sitio? ¿Quizás la gran tabernera que pasaba por su lado con olor a hamburquesas y queso? No lo podía decir con claridad. Empezó a caminar entre la gente, intentando llegar a la barra para pedir algo de vino. Quizás y beber alcohol la haría aclararse la cabeza en aquellos momentos, así que se escabulló entre la multitud feliz de haber recibido una bebida gratis. Su cuerpo chocó con algo, y por un momento perdió el equilibrio. A medida que sus ojos se abrían nuevamente, su mirada conseguía más información sobre el cuerpo que se había puesto en su camino, o, en cuyo camino ella se había puesto, la verdad es que la situación no quedaba suficientemente clara para la mujer que se encontraba ya mareada. De todas formas, fuese como fuese, se encontraba delante de un hombre lo suficientemente alto como para sacarle algunos centímetros aún con tacones. Sus rasgos eran algo finos, aunque varoniles y, sobre el ojo derecho, un parche que dejaba vislumbrar una cicatriz. En su estado no podía decir mucho, simplemente meneó la cabeza, y se apoyó con la mano en la barra. Necesitaba tomar algo, y lo necesitaba ya.
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Re: B - Burlando a la Muerte
Y la fiesta se estaba armonizando, en algún sitio de aquel bar la música empezaba a sonar de personas que tomaban instrumentos musicales y empezaban a cantar por la felicidad de tener que beber hasta saciarse y todo el mundo se estaba uniendo con coros de canciones marineras, cosas que todos sabrían los buenos Salomas que trataban sobre el mar y se cantaban en barcos para armonizar, ayudaban a formar lazos de amistad como también de disfrutar y divertise, no era algo que hubiese esperado Tian que sucediera en ese bar pero se dejaba llevar por el momento tomando un sorbo de su bebida siguiendo con ritmo a los demás en cantar ¿Quién odiaba una buena canción en grupo? Por un instante sintió el golpe en la barra como una chica habia chocadon con el, sus curvas no eran pronunciadas en el busto o caderas con los ropajes que llevaba pero por su apariencia habría parecido por un momento hombre ante su apariencia acabada pero con aquel choque pudo sentir parte de su suave busto y eso lo confirmo ¿Acaso trataba sacarle dinero? Nunca faltaban los ladrones o ladronas que buscaban la cartera pero seria tarde, el habia gastado todo su dinero que traía en la bebida del lugar sin mas asi que no habia que tomar de el, de cualquier forma parecía un poco perdida y desorientada ¿Ebria?
No tenia la certeza pero el buen criminal solo paso su mano por la cintura de la chica moviéndose a la par de la música mientras cantaba y le daba su tarro a beber, la abrazaba mientras la fiesta seguía dándose en el sitio hasta que la canción terminaba y todo el mundo parecía mas alegre, la música continuaría pero el momento de unión habia terminado y cada quien se dedicaba a lo suyo con mejor animo, como Tian quien se giraba y sin aviso alguno ponía ambas manos sobre las caderas de la chica y bajaban para sujetarla por detrás de sus muslos, esto con el afán de hacerla sentar sobre una de las sillas del sitio frente a el. - ¿Y tu quien eres peligris?- Con su atención en la mujer que se habia chocado con el, una de sus manos reposaba sobre la pierna de ella mientras su otra mano inspeccionaba el rostro de la chica, sin tapujos o pena, revisaba de un lado a otro que era lo que tenia o por que su estado, no era como si fuese un doctor o le interesara, de hecho el no soltarla es por que se habia interesado y eso es debido a que desde antes ya tenia una idea clara. Dominante, seria la palabra que mejor explicaría su actitud y por esta razon no le dejaría ir pero tampoco era descuidado, la vigilaba inspeccionándola su ojo visible de arriba abajo.
No tenia la certeza pero el buen criminal solo paso su mano por la cintura de la chica moviéndose a la par de la música mientras cantaba y le daba su tarro a beber, la abrazaba mientras la fiesta seguía dándose en el sitio hasta que la canción terminaba y todo el mundo parecía mas alegre, la música continuaría pero el momento de unión habia terminado y cada quien se dedicaba a lo suyo con mejor animo, como Tian quien se giraba y sin aviso alguno ponía ambas manos sobre las caderas de la chica y bajaban para sujetarla por detrás de sus muslos, esto con el afán de hacerla sentar sobre una de las sillas del sitio frente a el. - ¿Y tu quien eres peligris?- Con su atención en la mujer que se habia chocado con el, una de sus manos reposaba sobre la pierna de ella mientras su otra mano inspeccionaba el rostro de la chica, sin tapujos o pena, revisaba de un lado a otro que era lo que tenia o por que su estado, no era como si fuese un doctor o le interesara, de hecho el no soltarla es por que se habia interesado y eso es debido a que desde antes ya tenia una idea clara. Dominante, seria la palabra que mejor explicaría su actitud y por esta razon no le dejaría ir pero tampoco era descuidado, la vigilaba inspeccionándola su ojo visible de arriba abajo.
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Re: B - Burlando a la Muerte
Bueno, había conseguido llegar hasta allá de entre toda la maleza, ¿quién se atrevía a cortarle el paso? ¿O es que ella cortaba el paso a alguien? Igual, esas cosas no tenían ni la mayor importancia, puesto a que ahora al parecer, había entrado en una especie de baile. Sin haber aceptado ninguna invitación, de pronto su cuerpo se movía al ton de la música. A veces, tenía esos episodios de anemia donde no podía moverse mucho, se sentía débil sin algún tipo de energizante y, como era de esperar, ahí no podía encontrar nada que le proporcionase algo de sangre. Suspiró un poco. Sentía las manos sobre ella, pero no estaba por hacer nada. No aún. El desconocido, cuya cara tampoco es que había distinguido con claridad, entregaba su jarra para que ella beba. Sus labios se mojaron al principio solo un poco, pero después de sentir el sabor dulce del vino corriendo por su garganta, la cara de Airu estaba cambiando. ¿Había sido sólo una bajada de azúcar? Su cuerpo aún estaba en manos de aquel hombre sin un ojo. De un lado para otro, muchas más personas se movían al unísono, aunque ella estaba simplemente intentando notar lo que estaba pasando a su alrededor. ¿Cómo demonios había llegado a dejarse llevar tan lejos?
Los manoseos seguían, de muchas formas. Sintió las manos calientes sobre la su cadera, y después sobre sus muslos. No se sentía asqueada, pero tampoco muy confortable. Digamos que... él no tenía ninguna razón para tocarla así, al menos que la haya confundido con una prostituta. Se sentó, aún con la mano ajena sobre su pierna, para después sentir como otra mano la agarraba de la barbilla. Miró sin mucha expresión, pero de forma intensa, sin perder contacto. Se sentía desafiada de alguna forma extraña. No dijo ni hizo nada, simplemente pensaba que postura tomar ante todo eso. Donner lo había dejado claro. Sin wanted, no hay caza. Y la verdad es que era demasiado buena para las caras como para que la suya se le olvidase. En su mente, estaba jugando a ser alguien quien no era. Intentando recordar una de esas voces suaves, para ponerla. ¿Cómo se relacionaría una persona normal y corriente en ese momento? Era una pena, no había pasado por muchos momentos así en su vida, ni lo había presenciado desde la tercera persona. Por muy extraño que parezca, estaba algo perdida, así que aunque el estado de antes se había ido por completo, aún parecía padecer los síntomas.
Su mano caliente se colocó encima de la muñeca del moreno, dando un apretón fuerte, pero no apartándola. Igual que con la otra muñeca, a la cual agarraba, sin dejarle moverse con tanta soltura como antes. - ¿Y a ti qué te importa, moreno? - dejó que su lengua viperina mostrara su verdadera cara. O igual, casi su verdadera cara. Había pensado en decir algo como "Seré quien tu quieras que sea esta noche" y quizás lo hubiese hecho, pero el hombre no poseía nada que ella no tuviese. O eso pensaba. Su mirada no se inmutó ante nada de lo que él había hecho, aunque se preguntaba si ella llegara a acostarle de la misma forma, ¿cómo se lo tomaría? Aplastó un poco más sus muñecas, especialmente la que tocaba su barbilla. Dejó escuchar una suave risita, para luego soltarle. Se lo había pensado mejor. O quizás le había dado la vena bipolar nuevamente. Eso de no tener un carácter definido era una mierda. Se llevó la mano a la boca y cerró los ojos para reír un poco de forma juguetona. - Perdón, es que me tocaste de esa forma que pensé que tenía que contestar igual. - mencionó mirando hacía el lado del tabernero para pedir algo de beber. Cruzaría las piernas de forma exagerada, atrayendo alguna atención sobre sus no muy proeminentes muslos.
Los manoseos seguían, de muchas formas. Sintió las manos calientes sobre la su cadera, y después sobre sus muslos. No se sentía asqueada, pero tampoco muy confortable. Digamos que... él no tenía ninguna razón para tocarla así, al menos que la haya confundido con una prostituta. Se sentó, aún con la mano ajena sobre su pierna, para después sentir como otra mano la agarraba de la barbilla. Miró sin mucha expresión, pero de forma intensa, sin perder contacto. Se sentía desafiada de alguna forma extraña. No dijo ni hizo nada, simplemente pensaba que postura tomar ante todo eso. Donner lo había dejado claro. Sin wanted, no hay caza. Y la verdad es que era demasiado buena para las caras como para que la suya se le olvidase. En su mente, estaba jugando a ser alguien quien no era. Intentando recordar una de esas voces suaves, para ponerla. ¿Cómo se relacionaría una persona normal y corriente en ese momento? Era una pena, no había pasado por muchos momentos así en su vida, ni lo había presenciado desde la tercera persona. Por muy extraño que parezca, estaba algo perdida, así que aunque el estado de antes se había ido por completo, aún parecía padecer los síntomas.
Su mano caliente se colocó encima de la muñeca del moreno, dando un apretón fuerte, pero no apartándola. Igual que con la otra muñeca, a la cual agarraba, sin dejarle moverse con tanta soltura como antes. - ¿Y a ti qué te importa, moreno? - dejó que su lengua viperina mostrara su verdadera cara. O igual, casi su verdadera cara. Había pensado en decir algo como "Seré quien tu quieras que sea esta noche" y quizás lo hubiese hecho, pero el hombre no poseía nada que ella no tuviese. O eso pensaba. Su mirada no se inmutó ante nada de lo que él había hecho, aunque se preguntaba si ella llegara a acostarle de la misma forma, ¿cómo se lo tomaría? Aplastó un poco más sus muñecas, especialmente la que tocaba su barbilla. Dejó escuchar una suave risita, para luego soltarle. Se lo había pensado mejor. O quizás le había dado la vena bipolar nuevamente. Eso de no tener un carácter definido era una mierda. Se llevó la mano a la boca y cerró los ojos para reír un poco de forma juguetona. - Perdón, es que me tocaste de esa forma que pensé que tenía que contestar igual. - mencionó mirando hacía el lado del tabernero para pedir algo de beber. Cruzaría las piernas de forma exagerada, atrayendo alguna atención sobre sus no muy proeminentes muslos.
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Re: B - Burlando a la Muerte
Una reacciona finalmente, el único ojo visible de Tian se abría ante la sorpresa de finalmente ver que no se trataba de simplemente una zombi y pudo sentir el apretón sobre su mano –Ah…- Mas como si fuera una exclamación de alegría, la chica no era tan tonta como parecía y su fuerza era decente y comparable al de un hombre cualquiera, pero el no se inmutaba en absoluto manteniendo una sonrisa mientras la muñeca también era sujeta con una fuerza similar, podrían reñir en un pulso ambos pero sería un duelo que duraría un tiempo algo largo en donde al final desde luego Tian se veía como vencedor de cualquier forma. Una mujer de actitud fuerte, eso estaba encendiendo el ambiente o tal vez solo era la bebida pero el ojo dorado del pirata veía con mucho interés a esa chica y sus pertenencias, alguien experimentada al parecer y la situación cambiaria a ser agresiva al momento, ya tenía en su plan como soltarse y usar su cabeza de la peligris para chocarla contra la barra pero no sucedió, una pequeña risita y el que lo soltara rompían esa emoción quitando la sonrisa al pelinegro azulado por simplemente romper con el buen ambiente.
Este finalmente sonreía girando su mano, no le rompió la muñeca eso era bueno, no era tan fuerte pero sería todo un reto y al menos por esa razón se vio atraída por ella –Que bueno entonces no toque algo más privado, o tal vez ya no tendría mano por la espada que tienes ahí- Hablando a su lado y tomando asiento de la misma manera, movía la mano con sus palabras para jugar que aún estaba bien, sus intenciones de incitar al caos en ese sitio luego de hablar se perdían con esta mujer pero la noche apenas comenzaría, con el exterior siendo iluminada gracias a las lámparas y la oscuridad reinar con su manto en todo sitio de la isla. –Pero me importa saber al menos tu nombre para que la lápida lo lleve sin error, al menos como estabas antes, cualquier otro hubiese usado un cuchillo para quitarte lo que trajeras contigo ¿Tomas alucinogenos?- Preguntas directas y sin tapujos, buscando encontrar la vena de ella de su enojo y entablar la conversación, no importaba como se viera, él no la soltaría y tampoco se descuidaría, pero con una combinación como esa las cosas no terminarían bien, jamás lo hacían y esa era la aventura.
Este finalmente sonreía girando su mano, no le rompió la muñeca eso era bueno, no era tan fuerte pero sería todo un reto y al menos por esa razón se vio atraída por ella –Que bueno entonces no toque algo más privado, o tal vez ya no tendría mano por la espada que tienes ahí- Hablando a su lado y tomando asiento de la misma manera, movía la mano con sus palabras para jugar que aún estaba bien, sus intenciones de incitar al caos en ese sitio luego de hablar se perdían con esta mujer pero la noche apenas comenzaría, con el exterior siendo iluminada gracias a las lámparas y la oscuridad reinar con su manto en todo sitio de la isla. –Pero me importa saber al menos tu nombre para que la lápida lo lleve sin error, al menos como estabas antes, cualquier otro hubiese usado un cuchillo para quitarte lo que trajeras contigo ¿Tomas alucinogenos?- Preguntas directas y sin tapujos, buscando encontrar la vena de ella de su enojo y entablar la conversación, no importaba como se viera, él no la soltaría y tampoco se descuidaría, pero con una combinación como esa las cosas no terminarían bien, jamás lo hacían y esa era la aventura.
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Re: B - Burlando a la Muerte
Aunque había parecido por un momento tener algo de interés en el hombre, aquel comportamiento se había desvanecido por un momento. Pedir algo que beber era primordial. Seguramente sus niveles no se habían establecido del todo. Al fin y al cabo, llevaba en libertad poco más de un par de años. Su cuerpo, aunque acostumbrado a un estilo de vida decente, necesitaba algunos arreglos, aún. Cuidados extras. Pero justo cuando la muchacha había perdido interés, él volvía sobre la marcha. Tenía algo más que decir. La actitud, algo bipolar, no le habían quitado las ganas. Sabía que estaba siendo sarcástico. Cualquiera ante el apretón tan fuerte igual y hubiese perdido los estribos o se hubiese acobardado, pero él había sonreído. Es lo que le iba. Lo que le atraía. Empezó haciendo contacto visual, aunque su mirada iba bajando a medida que las palabras se escurrían de su boca. - Sí hubieses tocado algo más privado... la mano no sería lo único que te faltaría. - paró sus ojos en un punto fijo, algo más abajo de su ombligo, obviamente él era libre de decidir si aquello había sido una amenaza, o si simplemente eran jugueteos. Tal y como él lo interpretaría, a ella le daba igual. Podía cambiar la cara a la moneda en cualquier momento. Lo bueno de la peligris es que, realmente, guardaba un comportamiento neutral, aunque a simple vista podía parecer algo diferente.
- En la lapida puede poner el tuyo. No me importaría llevarte conmigo ahí donde vaya. Soy así de cariñosa. - sonrió como si en verdad le hacía gracia sus palabras, aunque se lo había tomado como una amenaza. Pero habían... reglas en su vida que no podía sobrepasar. Como la de matar a alguien que, aparentemente, no había hecho nada malo. Eso la haría tener una recompensa sobre su cabeza, y seguramente ser perseguida por su compañero. La idea no era tan apetecible como destripar al moreno en aquella silla. - No los tomé hoy, pero si tienes algo podemos pasarlo bien. Gracias por preocuparte por mi, podría decir que por mi acercamiento también serías una presa fácil. Tienes suerte de que no sea alguien con malas intenciones. - Mentía. Era alguien de malas intenciones, pero no para despojar o robar. Su piel era blanquecina, aunque podía haber sentido el latido de su sangre en las muñecas que había apretado antes. Era un ser vivo, eso quería decir que era cazable. Y le gustaba. Sonrió nuevamente, aunque con retraso, ya que se tomó unos momentos para pensar que hacer. Era de los pocos que se había atrevido a hablarle. Decidía que posición adoptar. No le había dicho su nombre, aunque igual y no tenía un nombre fijo. - Sumire. - mentía de nuevo, aunque sus ojos se mantenían fijos sobre el objetivo, así como su sonrisa que a veces daba un poco de miedo a personas corriente, aunque tenía por seguro que él no lo era. Como última acción, tomó la jarra y empezó a beber.
- En la lapida puede poner el tuyo. No me importaría llevarte conmigo ahí donde vaya. Soy así de cariñosa. - sonrió como si en verdad le hacía gracia sus palabras, aunque se lo había tomado como una amenaza. Pero habían... reglas en su vida que no podía sobrepasar. Como la de matar a alguien que, aparentemente, no había hecho nada malo. Eso la haría tener una recompensa sobre su cabeza, y seguramente ser perseguida por su compañero. La idea no era tan apetecible como destripar al moreno en aquella silla. - No los tomé hoy, pero si tienes algo podemos pasarlo bien. Gracias por preocuparte por mi, podría decir que por mi acercamiento también serías una presa fácil. Tienes suerte de que no sea alguien con malas intenciones. - Mentía. Era alguien de malas intenciones, pero no para despojar o robar. Su piel era blanquecina, aunque podía haber sentido el latido de su sangre en las muñecas que había apretado antes. Era un ser vivo, eso quería decir que era cazable. Y le gustaba. Sonrió nuevamente, aunque con retraso, ya que se tomó unos momentos para pensar que hacer. Era de los pocos que se había atrevido a hablarle. Decidía que posición adoptar. No le había dicho su nombre, aunque igual y no tenía un nombre fijo. - Sumire. - mentía de nuevo, aunque sus ojos se mantenían fijos sobre el objetivo, así como su sonrisa que a veces daba un poco de miedo a personas corriente, aunque tenía por seguro que él no lo era. Como última acción, tomó la jarra y empezó a beber.
Última edición por Airu L. Scarlett el Mar Feb 14, 2017 11:13 pm, editado 1 vez
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Re: B - Burlando a la Muerte
-she,she,she- Una risa unica aunque pausada y lenta, era la manera de reir de aquel sujeto con singular medida por los comentarios de alguien que no sabía como dar pelea verbal -¿Eres una niña o qué?- Las respuestas dadas no infundían miedo, demasiado cliché y una persona que no usaba demasiado su cerebro respondería de esa forma, tal vez el se estaba esforzando demasiado por haber esperado mas pero de lo poco que aún quedaba en su bebida, la terminaba tomando y exhalando de forma fuerte, de verdad que el alcohol siempre era bueno, hacía sentir el hormigueo desde adentro y por momentos sentirse embriagado hasta que el efecto pasara, la costumbre de beber ayudaba en soportarlo mas que bien para incluso entrar a un concurso de bebidas pero al final había que continuar con toda la charada que estaba teniendo. – Desgraciadamente para ti no tengo esos vicios, cualquier cosa que enerve el cerebro es catastrófico- Dejando salir el buen habla y palabras rimbombantes que solo podían saberse de libros ¿Ella sabía que era eso, no? No parecía una persona culta y tampoco le interesaba si lo era.-Si era presa fácil, entonces más valía asegurar que me mataras en ese momento. Si hubiese sobrevivido tus días estarían contados- Dejando el cristal de donde bebía en la barra y recargando su espalda en la misma mientras charlaba girando para observar al a peligros.
Solo bastaba eso y las cosas se calmaban, por momentos el interés en esa chica disminuía y eso lo ponía proporción en calma aunque curiosamente escuchaba unas palabras mejor dicho un nombre -¿Sumire?- Ese nombre que significaba color Violeta para otros idiomas, no le quedaba mal pero no se lo iba a decir. –¿Sin apeido? Que feo nombre posees entonces, es demasiado delicado y no eres una mujer asi- Sonreía hablando sobre ello, siendo sarcástico antes de tener que tomar la palabra. –Tian D. Long, es mi nombre, exótico y a las personas les gusta sentir la primera silaba, inténtalo Ti-An- Hablando haciendo énfasis para divertirse con los nombres y en verdad que su nombre era más que único pero tenía un significa especial igual que el de ella. –Pero podemos cambiar el tuyo si no te gusta, algo más apropiado para que el mundo te conozca si no estás apegado a ese nombre- Tan simple y directo que le ofrecía cambiarse el nombre como si fuera a cambiarse de ropa, pero no con fines de mentir si no con el fin de buscar algo llamativo y que las personas recordaran, de verdad que se le estaba hiendo la lengua en la plática, no siempre tenía alguien con quien compartir un poco de vocabulario, tal vez porque ella no se callaba ni se sentía intimidada como otras personas solían hacer y evitar al tuerto, solo por eso ya le empezaba agradar además de solo verla como un pedazo de carne, pero no se engañen apenas eran conocidos.
Solo bastaba eso y las cosas se calmaban, por momentos el interés en esa chica disminuía y eso lo ponía proporción en calma aunque curiosamente escuchaba unas palabras mejor dicho un nombre -¿Sumire?- Ese nombre que significaba color Violeta para otros idiomas, no le quedaba mal pero no se lo iba a decir. –¿Sin apeido? Que feo nombre posees entonces, es demasiado delicado y no eres una mujer asi- Sonreía hablando sobre ello, siendo sarcástico antes de tener que tomar la palabra. –Tian D. Long, es mi nombre, exótico y a las personas les gusta sentir la primera silaba, inténtalo Ti-An- Hablando haciendo énfasis para divertirse con los nombres y en verdad que su nombre era más que único pero tenía un significa especial igual que el de ella. –Pero podemos cambiar el tuyo si no te gusta, algo más apropiado para que el mundo te conozca si no estás apegado a ese nombre- Tan simple y directo que le ofrecía cambiarse el nombre como si fuera a cambiarse de ropa, pero no con fines de mentir si no con el fin de buscar algo llamativo y que las personas recordaran, de verdad que se le estaba hiendo la lengua en la plática, no siempre tenía alguien con quien compartir un poco de vocabulario, tal vez porque ella no se callaba ni se sentía intimidada como otras personas solían hacer y evitar al tuerto, solo por eso ya le empezaba agradar además de solo verla como un pedazo de carne, pero no se engañen apenas eran conocidos.
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Re: B - Burlando a la Muerte
Y la charla seguía, parecía haber encontrado un compañero a medidas, pocas personas responderían a una pelea verbal a no ser que tuviesen la misma capacidad de madurez que la de ella, la cual rondaba unos diez años más o menos. Tian parecía ser entretenido, igual de entretenido que sería una presa, sólo que él no tenía las cualidades de ser cazado. Le faltaba un wanted, o, de haberlo, ella lo desconocía por completo. Había empezado a beber, aunque su estatura se mantenía bien femenina, a pesar de que ella, en realidad, no lo fuera para nada. - ¿Porqué? ¿Te va la pedofilía? - respondía con otra pregunta, en base a que, seguramente, los manoseos anteriores del hombre no la habían hecho a pensar otra cosa más que Tian fuese un incorregible mujeriego. Y eso, obviamente, era un arma con doble dilo. Aún así, el moreno tenía un encanto o brillo diferente que era lo que, eventualmente atraería a las féminas. Sus palabras no podían ser encasilladas, más bien todas y cada una que salía de esa boca atea tenían doble o triple sentido, cosa que, lejos de despertar el desagrado de la peligris, daba un toque interesante a su persona. Tian era divertido, a su manera, aunque sabía que no podía aguantar mucho aquel rifi rafe de palabras, iba a seguirlo hasta que uno de ellos se canse o, pierda la paciencia.
- Eso si es que lo tienes. - Poco a poco iba completando todas sus frases, sin darse prisa, y sin mirarle especialmente, simplemente se dejaría llevar por la conversación aunque si alguien hubiese oído lo que hablaban seguramente pensarían que se odiaban. Sonrió durante un momento para sonreir un poco y parecer que realmente no lo dijo con mala intención. Buscaba problemas. - Eso es mucho decir. - acotó ante la amenaza de que él podría matarla. No temía a nadie, ni siquiera a Donner. Era una persona libre, y no dudaría en matar a cualquiera que atente contra su vida, aunque obviamente ese no era el caso, ya que la conversación tenía una tiente cómica. - Si quieres te doy mi fecha de nacimiento y número de zapato también. - lo miró brevemente, riendo por lo bajo ante la ausencia de su apellido. ¿Porqué esas formalidades, si seguramente no se volverían a ver. - Sumire L. Cooper. - dejaba su nombre escapar de su boca como casi un susurro, extendiendo la mano a modo de saludo y haciendo uno de unas normas obsoletas, aunque antes de sentir la mano ajena la bajó promptamente, apoyándola sobre la barra para así empezar un ritmo con sus largas uñas. Estaba a la espera que él terminara su discursito sobre lo genial que era su nombre, y lo mucho que le servía para cogerse a mujeres, seguramente. No es que fuera de su interés, pero es que su mundo, parecía rodar entorno a eso.
Miró hacía otro lado, bufando una vez que él habría acabado de hacer el payaso. Volvió con su mirada hacía Tian. Lo pronunció mentalmente, no era un mal nombre, pero tampoco era para mojar bragas. Sonrió educad-amente. - No tengo apego a nada en este mundo... - hizo una pequeña pauta para después imitar su voz. - Ti- an~ - le daría el placer de haber escuchado ese nombre, aunque claramente estaba siendo falsa. - Pones nombres a todas las mujeres con las que hablas en tu vida, ¿o a caso me debo considerar especial? Fufufufu~- se acercó la mano un poco a la boca y dejó escapar una risita juguetona. Parecía que de verdad se había sentido halagada, aunque a saber cual hubiese sido su razón. Sus uñas no dejaban de crear cierto ruido contra la barra, ruido que se dejaba opacado por la música que había de fondo. Barrió la taberna con la mirada. Había llegado ahí hacía minutos, pero ya empezó a sentir asco por el noventa y nueve de las personas que habían en el local. Su felicidad, los ojos llenos de deseos, o esperanzas. De vida. El impulso de matar volvía y se iba, así como las voces que se encargaban, a ratos de que no sienta soledad.
- Eso si es que lo tienes. - Poco a poco iba completando todas sus frases, sin darse prisa, y sin mirarle especialmente, simplemente se dejaría llevar por la conversación aunque si alguien hubiese oído lo que hablaban seguramente pensarían que se odiaban. Sonrió durante un momento para sonreir un poco y parecer que realmente no lo dijo con mala intención. Buscaba problemas. - Eso es mucho decir. - acotó ante la amenaza de que él podría matarla. No temía a nadie, ni siquiera a Donner. Era una persona libre, y no dudaría en matar a cualquiera que atente contra su vida, aunque obviamente ese no era el caso, ya que la conversación tenía una tiente cómica. - Si quieres te doy mi fecha de nacimiento y número de zapato también. - lo miró brevemente, riendo por lo bajo ante la ausencia de su apellido. ¿Porqué esas formalidades, si seguramente no se volverían a ver. - Sumire L. Cooper. - dejaba su nombre escapar de su boca como casi un susurro, extendiendo la mano a modo de saludo y haciendo uno de unas normas obsoletas, aunque antes de sentir la mano ajena la bajó promptamente, apoyándola sobre la barra para así empezar un ritmo con sus largas uñas. Estaba a la espera que él terminara su discursito sobre lo genial que era su nombre, y lo mucho que le servía para cogerse a mujeres, seguramente. No es que fuera de su interés, pero es que su mundo, parecía rodar entorno a eso.
Miró hacía otro lado, bufando una vez que él habría acabado de hacer el payaso. Volvió con su mirada hacía Tian. Lo pronunció mentalmente, no era un mal nombre, pero tampoco era para mojar bragas. Sonrió educad-amente. - No tengo apego a nada en este mundo... - hizo una pequeña pauta para después imitar su voz. - Ti- an~ - le daría el placer de haber escuchado ese nombre, aunque claramente estaba siendo falsa. - Pones nombres a todas las mujeres con las que hablas en tu vida, ¿o a caso me debo considerar especial? Fufufufu~- se acercó la mano un poco a la boca y dejó escapar una risita juguetona. Parecía que de verdad se había sentido halagada, aunque a saber cual hubiese sido su razón. Sus uñas no dejaban de crear cierto ruido contra la barra, ruido que se dejaba opacado por la música que había de fondo. Barrió la taberna con la mirada. Había llegado ahí hacía minutos, pero ya empezó a sentir asco por el noventa y nueve de las personas que habían en el local. Su felicidad, los ojos llenos de deseos, o esperanzas. De vida. El impulso de matar volvía y se iba, así como las voces que se encargaban, a ratos de que no sienta soledad.
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