Año 230 D.D.G
Tras un periodo de paz el nombre de un sujeto comenzó a surgir entre los piratas hasta hacerse de un renombre mundial… Norman D. Gold, un pirata que en un par de años alcanzó el poder suficiente para consagrarse como un emperador pirata y eventualmente para ser nombrado como rey de los piratas al haber reunido un tesoro inconcebible al cual se le otorgó el nombre de “One Piece”. Durante años el Gobierno hizo uso de todos sus recursos para acabar con este hombre per todo fue inútil y decidieron simplemente dedicarse a contener sus ataques. Gold sin embargo, no parece interesado en destruir al Gobierno o en atacar a sus instituciones, sino más bien en continuar explorando el mundo no conocido estableciendo con su poder una estabilidad no vista antaño en el mundo de la mano de todas las demás facciones. ¿Serás parte del mundo y su avance?. Seguir leyendo...
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B - Burlando a la Muerte
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B - Burlando a la Muerte
Recuerdo del primer mensaje :
¿Qué tan lejos quedaría aquel pedazo de basura del palacio? El Trago largo a la botella de ron solo servía para satisfacer su necesidad de alcohol pero no bastaba, no era suficiente la comida ni la bebida satisficieran su ambición, las ganas de dominio sobre otros aunque la violencia siempre lo hacia. –Gracias por cooperar conmigo, de nuevo- Sonriendo mirando hacia atrás a los callejones de Villa Espino donde arrojaba la botella en sus manos casi vacia directo a los pies de 3 tipos golpeados y ensangrentados, el cristal se rompían asustando a los mismos que trataban de moverse de alguna manera para salir de ahí.
El atardecer siempre tenía algo mágico, algo espectacular para el tipo del parche que emanaban deseos de siempre hacer las cosas más grandes, mas caóticas, las ganas de solo ver arder el mundo como el cielo naranja que pintaba sobre las cabezas y eso le satisfacía mucho, respirando hondo, el alcohol no era suficiente par a embriagarlo y continuaba caminando con su singular traje de corbata, sin un saco y únicamente un chaleco aunque nunca podían faltar sus guantes, asi como un tipo de protecciones de metal que había bajo su pantalón en las piernas y en los brazos de manera visible. Otro dia mas y Tian debía seguir buscando información ¿Su objetivo? Era hacerse de un barco, zarpar en el mar para empezar un vida menos prodigiosa, empezar una organización que se dedica a obtener ventaja de los demás y con eso ya podría tener una vida mas fácil y sencilla, todo un rapaz con cara atractiva lo que le volvía un estafador de primera.
El sujeto caminaba por entre calles de la no tan afamada Ciudad Blanca, donde la gente vivía de forma común pero también de forma algo desenfrenada los barrios bajos como en el que transitaba, con personas incitando grupos en trabajar para otros, criminales menores que solo paseaban sin hacer fechorías ¿Esperaban caos? Eso no siempre sucedía y cuando la noche se avecinaba como ahora, tampoco solía ocurrir mucho, el cabellos negros azulados se dirigía hacia el bar de la región o al menos de donde supo que provenía la bebida que tomo de buena manera como regalo, siempre los bares tenían información y sabían lo que sucedía en las islas, solo había que saber hablar su idioma.
El atardecer siempre tenía algo mágico, algo espectacular para el tipo del parche que emanaban deseos de siempre hacer las cosas más grandes, mas caóticas, las ganas de solo ver arder el mundo como el cielo naranja que pintaba sobre las cabezas y eso le satisfacía mucho, respirando hondo, el alcohol no era suficiente par a embriagarlo y continuaba caminando con su singular traje de corbata, sin un saco y únicamente un chaleco aunque nunca podían faltar sus guantes, asi como un tipo de protecciones de metal que había bajo su pantalón en las piernas y en los brazos de manera visible. Otro dia mas y Tian debía seguir buscando información ¿Su objetivo? Era hacerse de un barco, zarpar en el mar para empezar un vida menos prodigiosa, empezar una organización que se dedica a obtener ventaja de los demás y con eso ya podría tener una vida mas fácil y sencilla, todo un rapaz con cara atractiva lo que le volvía un estafador de primera.
El sujeto caminaba por entre calles de la no tan afamada Ciudad Blanca, donde la gente vivía de forma común pero también de forma algo desenfrenada los barrios bajos como en el que transitaba, con personas incitando grupos en trabajar para otros, criminales menores que solo paseaban sin hacer fechorías ¿Esperaban caos? Eso no siempre sucedía y cuando la noche se avecinaba como ahora, tampoco solía ocurrir mucho, el cabellos negros azulados se dirigía hacia el bar de la región o al menos de donde supo que provenía la bebida que tomo de buena manera como regalo, siempre los bares tenían información y sabían lo que sucedía en las islas, solo había que saber hablar su idioma.
Última edición por Tian D. Long el Lun Feb 13, 2017 2:50 am, editado 1 vez
InvitadoInvitado
Re: B - Burlando a la Muerte
¿Una chispa? Esta mujer parecía aprender rápidamente y el ojo dorado del pirata se entrecerraba milímetros por como respondia de forma mas fluida y acertada a momentos, de verdad que sus comentarios de antes eran largos dejando expuesto cualquier mal chiste que pudiera hacer pero ahora eran cortos para responder sin dejar salir nada importante hasta que la oportunidad ocurriese y eso ya era algo que le hacia cambiar de opinión poco a poco. Si bien aunque le gustaría responder a todo lo que ella respondia de regreso, no habia caso en hacer chistes de tiempo atrás pero sin lugar a dudas le interesaría saber también su edad y medidas, toda información de una persona era valiosa, la duda seria ¿Realmente la daría? No era de extrañar que las mujeres en bares entregaran mal su numero telefónico apropósito para nunca mas toparse con sujetos extraños, upss era equivocada, pero la idea era la misma y ella podría estar mintiendo pero con un arma que no le quitaba el ojo de encima Tian, significaba que ella era un tipo de persona de las 2 que dividen el mundo, era alguien común o no lo era.
Pronto escucharía su verdadero nombre al fin o mejor dicho el nombre completo, Cooper de donde algunas historias provienen del nombre de otro idioma similar al Bronce, después de todo los apeidos solo eran forma de anexar otro nombre a las personas por sucesos del pasado como familias que cazaban ser llamadas Hunter, pescadores Fisher y tal vez el de ella su origen data de herreros o mineros para ser llamados por el material que obtuvieran o trabajaran, el bronce. –Así que Bronce Violeta..- No pudo evitar comentarlo al observarla, ese apeido si le favorecía mas y sin embargo cuando ella pronuncio su nombre, eso realmente le hizo sentir un escalofrió en su espina dorsal, era el tipo de atención que le encantaba a Tian sentir, “La fama”; el estaba decidido hacer crecer su propia fama y nombre en cualquier lugar de los mares, escucharla hablarlo como cualquier otra persona, sin importar para que lo tuviera que decir o la forma en decirlo, era embriagador y realmente deseaba mas de eso, le encantaba. –Le pongo nombre a quien yo quiero, pero quedaste conmigo y sabrás que tan especial puedo llegar hacerte sentir- Le sonreía y le coqueteaba, un cliché de frase pero en bares como esos, eran pocos los hombres que obtenían algo a cambio de hablar.
Sin embargo aun con el buen ambiente y la plática sin sentido, no pudo evitar ver la expresión de aquella chica, le extraño por un momento que le sucedia o por que el cambio pero sus ojos delatarían mas de la cuenta, eran los mismos ojos que el llegaba a tener pero al menos Tian sonreía tomando las cosas fríamente y eso le ponía serio ¿Qué estaba pensando esta mujer? Fuese lo que fuese no sería bueno y quería conocer mas –Hey Sumire despierta- Chasquearía con los dedos de forma estruendorosa, tratando de tomar su atención una vez más para que reaccionara ¿Acaso estaba pensando ella lo mismo que pensaba el?
Pronto escucharía su verdadero nombre al fin o mejor dicho el nombre completo, Cooper de donde algunas historias provienen del nombre de otro idioma similar al Bronce, después de todo los apeidos solo eran forma de anexar otro nombre a las personas por sucesos del pasado como familias que cazaban ser llamadas Hunter, pescadores Fisher y tal vez el de ella su origen data de herreros o mineros para ser llamados por el material que obtuvieran o trabajaran, el bronce. –Así que Bronce Violeta..- No pudo evitar comentarlo al observarla, ese apeido si le favorecía mas y sin embargo cuando ella pronuncio su nombre, eso realmente le hizo sentir un escalofrió en su espina dorsal, era el tipo de atención que le encantaba a Tian sentir, “La fama”; el estaba decidido hacer crecer su propia fama y nombre en cualquier lugar de los mares, escucharla hablarlo como cualquier otra persona, sin importar para que lo tuviera que decir o la forma en decirlo, era embriagador y realmente deseaba mas de eso, le encantaba. –Le pongo nombre a quien yo quiero, pero quedaste conmigo y sabrás que tan especial puedo llegar hacerte sentir- Le sonreía y le coqueteaba, un cliché de frase pero en bares como esos, eran pocos los hombres que obtenían algo a cambio de hablar.
Sin embargo aun con el buen ambiente y la plática sin sentido, no pudo evitar ver la expresión de aquella chica, le extraño por un momento que le sucedia o por que el cambio pero sus ojos delatarían mas de la cuenta, eran los mismos ojos que el llegaba a tener pero al menos Tian sonreía tomando las cosas fríamente y eso le ponía serio ¿Qué estaba pensando esta mujer? Fuese lo que fuese no sería bueno y quería conocer mas –Hey Sumire despierta- Chasquearía con los dedos de forma estruendorosa, tratando de tomar su atención una vez más para que reaccionara ¿Acaso estaba pensando ella lo mismo que pensaba el?
InvitadoInvitado
Re: B - Burlando a la Muerte
Lo había sentido antes de tornar la cara y medir el ambiente. Sus ojos brillaron con una intensidad diferente al escuchar como ella repitía el nombre. Y es que depende de que tipo de persona uno era, el nombre tenía una importancia u otra. Pero, ¿quién era ella para decidir aquello? Había pasado diecinueve años sin un nombre, cuando había dicho que realmente no tenía apego a nada, eran unas palabras que habían venido desde lo más adentro de su alma, aunque no lo pareciese. Escuchó sólo el principio de la segunda frase, lo demás seguramente sabría como acabaría. El hombre era una rata de taberna, uno de esos libidinosos que seguían existiendo en las tabernas gracias a su simple... bondad. Paciencia para no matarles. Se había perdido, de alguna forma u otra. Los olores diferentes invadían su espacio personal de la misma forma que el hombre lo había hecho anteriormente. El sentimiento de superioridad la invadía. El instinto de la supervivencia del más fuerte la hacía sentir seriamente superior, colocándose sobre su taburete para ponerse aún más confortable. Su cuerpo estaba atraído por una fuerza ajena, obviamente estaba perdiendo el equilibrio entre la realidad y los demonios de su cabeza. Ya no sabía cual era cual, pero Tian pronto se encargaría para mostrárselo.
Sus dedos atraparon su atención, como un ratón. Sus instintos felinos reaccionaron de la peor manera. Pillar la caza. Jugar. ¿Qué pasa cuando le muestras un punto de luz en la pared, a una pequeña gatita? Seguramente saltaría sobre él moviendo la colita contenta. Su arma se abrió al movimiento de su pulgar, quedando a la vista sólo unos cinco centímetros de la hoja de acero, la cual seguramente tocaría con frialdad el cuello del hombre. Aunque todo aquello quedaba tapado por su cuerpo, cuyo calor había invadido el espacio personal de Tian con un movimiento rápido, saltando desde su asiento y quedando con una pierna entre las suyas y con la otra a su exterior derecha. Sus ojos parecían haber cambiado de tonalidad, de intensidad. Se habían vuelto rabiosos sin razón aparente. Sí, se había perdido por un momento, y la vuelta a la realidad había sido catastrófica, mostrando un poco de aquello que tenía dentro de ella. Sed de sangre. Su mente volvía poco a poco a la realidad, mientras su nariz inspiraba el aroma del moreno. No, no era el aroma de una presa. Lo había sentido desde el momento en el que su cara había quedado a escasos centímetros de la ajena. Al volver en si, y sentir que se había quedado de cierta forma, expuesta, intentó pensar en las últimas palabras del hombre. Su inexpresividad se transformaba en una sonrisa de lado, mostrando un par de dientes solo. - Aún estoy esperando a que me hagas sentir especial, Ti-an~- su voz salió melosa, y algo impropia de ella. Sensual, diferente a lo que había usado anteriormente. No pretendía que las cosas se tornaran así, pero aún no tenía el control necesario de cualquier humano normal.
Sus dedos atraparon su atención, como un ratón. Sus instintos felinos reaccionaron de la peor manera. Pillar la caza. Jugar. ¿Qué pasa cuando le muestras un punto de luz en la pared, a una pequeña gatita? Seguramente saltaría sobre él moviendo la colita contenta. Su arma se abrió al movimiento de su pulgar, quedando a la vista sólo unos cinco centímetros de la hoja de acero, la cual seguramente tocaría con frialdad el cuello del hombre. Aunque todo aquello quedaba tapado por su cuerpo, cuyo calor había invadido el espacio personal de Tian con un movimiento rápido, saltando desde su asiento y quedando con una pierna entre las suyas y con la otra a su exterior derecha. Sus ojos parecían haber cambiado de tonalidad, de intensidad. Se habían vuelto rabiosos sin razón aparente. Sí, se había perdido por un momento, y la vuelta a la realidad había sido catastrófica, mostrando un poco de aquello que tenía dentro de ella. Sed de sangre. Su mente volvía poco a poco a la realidad, mientras su nariz inspiraba el aroma del moreno. No, no era el aroma de una presa. Lo había sentido desde el momento en el que su cara había quedado a escasos centímetros de la ajena. Al volver en si, y sentir que se había quedado de cierta forma, expuesta, intentó pensar en las últimas palabras del hombre. Su inexpresividad se transformaba en una sonrisa de lado, mostrando un par de dientes solo. - Aún estoy esperando a que me hagas sentir especial, Ti-an~- su voz salió melosa, y algo impropia de ella. Sensual, diferente a lo que había usado anteriormente. No pretendía que las cosas se tornaran así, pero aún no tenía el control necesario de cualquier humano normal.
InvitadoInvitado
Re: B - Burlando a la Muerte
¿Inesperado? Lo fue, por más instintos que tuviese el pirata no espero ese cambio abrupto donde Surime salto desde su lugar dejando ir la silla donde estaba sentada hacia atrás para colocarse encima de Tian, quien tenía la barra detrás suyo y la chica adelante cerrando con su cuerpo cualquier salida aunque lo que particularmente llamaba más la atención en ese momento era la katana apenas entre abierta de su funda que sostenía esa mujer contra su cuello. La seriedad del tuerto no cambiaba como antes por preocuparse ante lo que ella estuviese a punto de hacer, ahora lo sabía y eso lo relajaba finalmente mostrando una sonrisa para notar que ella se despabilaba como si en realidad despertara de un trance, eso parecía algo muy peligroso dado su forma de reacción y eso… la volvía un poco más interesante y peligrosa.
Tian solo aguardo tranquilo hasta escuchar lo que ella decía pero al parecer eso no basto para que ella removiera su arma o su cuerpo y esto solo traía una consecuencia con un sujeto como el cuándo es arrinconado. -¿Aun quieres sentirlo? Bien te daré el placer pero olvidaste algo que te había dicho….- La mirada de Tian se volviera más intensa, su sed de sangre también se despertaba y con eso emanaba de el un aura más intimidante, algo natural del mismo pelinegro que era capaz de intimidar a otros de tal modo que no importaba si tenían la ventaja ellos abandonaban todo, eso no funcionaba con todo el mundo debido a que su propia fuerza no era suficiente pero bastaba para que muchos engreídos débiles se hicieran aun lado y aunque esa intimidación que usaba en ese momento como un animal salvaje mostrando sus colmillos, muchos del bar lo habrían sentido y en especial alguien como la peligris. Lo siguiente que había sucedido era un movimiento inesperado, el mismo pelinegro movía su brazo más libre hacia el arma en su cuello de forma ascendente con las manos cerradas como si imitase una garra, directo a la Tsuba donde apenas estaba abierta el arma y esto para quitar el objeto cortante de su cuello, el movimiento le genero una cortada que dejaría entrever un pequeño hilo de sangre por la misma pero lo valía, porque entonces con la mano contraria recargándola en la barra, su cuerpo se movería y la pierna contraria que no estaba cerrada entre los muslos suaves de aquella mujer, giraría a tal modo que buscaba propinar un golpe de rodilla a las caderas sin protección de Sumire.
Un golpe enérgico con toda la saña de buscar hacer daño para moverla y quitarla de encima de el, la herida ardía y ante eso Tian tomaba una botella de licor depositando el alcohol directo en ella, la herida ardía aún más pero estaría limpia ahora, no se sabía qué clase de sitios y porquería habría estado esa arma antes. –….Trataras de matarme cuando tenías la oportunidad ¿Que tan especial te parecio eso?- Tian estaría de pie moviendo su cuello con una sonrisa enérgica y un espíritu de pelea al máximo, el alcohol había mojado parte de su ropa al ser un bruto para limpiarse el cuello con el pero aquello habría de poner el ambiente de nuevo con tensión. –Vamos Su-mi-re, levanta ese trasero y ven aquí a ponerte de rodillas, tal vez me piense el no dejarte algunos huesos rotos- Moviendo su mano para incitarla a venir por el mientras se cruzaba de brazos con una posición que no tenía ninguna defensa pero sus evidentes protectores de brazos estaban ahí mostrados por alguna razón, todos observaban, nadie intervenía pues no sabían que sucedió o que pasaba pero el asunto se tornaba mas divertido de lo que había comenzado.
Tian solo aguardo tranquilo hasta escuchar lo que ella decía pero al parecer eso no basto para que ella removiera su arma o su cuerpo y esto solo traía una consecuencia con un sujeto como el cuándo es arrinconado. -¿Aun quieres sentirlo? Bien te daré el placer pero olvidaste algo que te había dicho….- La mirada de Tian se volviera más intensa, su sed de sangre también se despertaba y con eso emanaba de el un aura más intimidante, algo natural del mismo pelinegro que era capaz de intimidar a otros de tal modo que no importaba si tenían la ventaja ellos abandonaban todo, eso no funcionaba con todo el mundo debido a que su propia fuerza no era suficiente pero bastaba para que muchos engreídos débiles se hicieran aun lado y aunque esa intimidación que usaba en ese momento como un animal salvaje mostrando sus colmillos, muchos del bar lo habrían sentido y en especial alguien como la peligris. Lo siguiente que había sucedido era un movimiento inesperado, el mismo pelinegro movía su brazo más libre hacia el arma en su cuello de forma ascendente con las manos cerradas como si imitase una garra, directo a la Tsuba donde apenas estaba abierta el arma y esto para quitar el objeto cortante de su cuello, el movimiento le genero una cortada que dejaría entrever un pequeño hilo de sangre por la misma pero lo valía, porque entonces con la mano contraria recargándola en la barra, su cuerpo se movería y la pierna contraria que no estaba cerrada entre los muslos suaves de aquella mujer, giraría a tal modo que buscaba propinar un golpe de rodilla a las caderas sin protección de Sumire.
Un golpe enérgico con toda la saña de buscar hacer daño para moverla y quitarla de encima de el, la herida ardía y ante eso Tian tomaba una botella de licor depositando el alcohol directo en ella, la herida ardía aún más pero estaría limpia ahora, no se sabía qué clase de sitios y porquería habría estado esa arma antes. –….Trataras de matarme cuando tenías la oportunidad ¿Que tan especial te parecio eso?- Tian estaría de pie moviendo su cuello con una sonrisa enérgica y un espíritu de pelea al máximo, el alcohol había mojado parte de su ropa al ser un bruto para limpiarse el cuello con el pero aquello habría de poner el ambiente de nuevo con tensión. –Vamos Su-mi-re, levanta ese trasero y ven aquí a ponerte de rodillas, tal vez me piense el no dejarte algunos huesos rotos- Moviendo su mano para incitarla a venir por el mientras se cruzaba de brazos con una posición que no tenía ninguna defensa pero sus evidentes protectores de brazos estaban ahí mostrados por alguna razón, todos observaban, nadie intervenía pues no sabían que sucedió o que pasaba pero el asunto se tornaba mas divertido de lo que había comenzado.
InvitadoInvitado
Re: B - Burlando a la Muerte
No pretendía combatir, en ningún momento. Aquellos momentos de psicosis seguían tan arraigados dentro de ella que, aunque no quería parecer una loca, lo hacía. El cambio de mundos aún se le hacía devastador. Su cuerpo se encontraba encima del hombre, y, aunque intentaba que no pareciese lo que era, no lo conseguía. Podía ver como la cara del hombre no cambiaba de rasgos, más sus ojos se habían visto incitados. Su voz parecía normal, cosa que quizás pasaría con gente que gustaba del peligro, o que en un pasado habrían estado en la misma posición. Su cuerpo estaba apresado entre la barra y Airu, cuya katana había tocado ya una parte del fino cuello masculino. Pudo sentir el peligro, y aún así no se inmutaba ni un secundo. Lo único que intentaba, aunque no lo parecía, era volver en sí. Se había perdido por un segundo, y en aquellos momentos su mente intentaba decidir cual senda tomar: Calmarse o ser lo que era. Un animal. Y es que Tian se lo iba a poner demasiado fácil. No había punto de elección. Desde el momento en el que él había levantado su rodilla para pegar su cintura, desequilibrándola y mandándola fuera de su espacio. Su cuerpo ligero cayó roto por el impacto, en el suelo, mientras que el moreno se levantaba delante suya.
Sus manos se apoyaban en el suelo, mientras que la Katana se había cerrado en su mano, nuevamente. Lo había podido sentir por un momento, aunque ahora al estar abajo lo podía ver claramente. Se había cortado solo, y echado alcohol a la herida, haciendo que su camisa se mojase. Cerró un momento los ojos mientras que el hablaba, para respirar de manera profunda. ¿Wanted o sangre? No conocía al hombre, pero bien se podía tratar de alguien sin wanted. Debía intentar pensar de manera racional, aunque al abrir los ojos, sus ganas se podían apenas contener. Tian se mostraba intimidante. De aquellas intimidaciones que petrifican, que no te dejan mover y te invitan a abandonar. Su ojo mostraba rabia. O quizás sed. No podía verlo exactamente. Pero una cosa si lo tenía claro. Podía inspirar el peligro. De la misma forma que las personas que no se atrevían a intervenir y algunos hasta se marchaban de la sala. Sus labios se curvaron en una sonrisa fría. Apoyó la vaina de su arma en el suelo, para así levantarse. No porque él se lo había dicho. Si no porque aquello era una declaración de guerra. O quizás porque quería ver más de aquella sangre. Tomó con una mano aquello que cubría su espada, y dejó que todo su filo se quedase a la vista de todas las almas que habían en aquella taberna.
La situación estaba derivando en un combate, y eso podían sentirlo todos. Los que no querían problemas, se estaban amontonando en la puerta, pero algunos curiosos aún se quedaron ahí. Podía sentir que se estaba metiendo en líos. Que eso no era lo que se suponía que tenía que hacer, pero aún así la mayor parte de ella es lo que estaba deseando. Miró el filo de su fiel compañera, cerca de la empuñadura, donde su sangre dejó una huella de recuerdo. - Me gustan los hombres seguros de si mismos. - llevó el arma hacía su boca, y lamió de manera casual el rastro de sangre. - Si tanto quieres verme de rodillas, deberías probar otros recursos. - sus ojos hacían contacto directo con su nuevo juguete. Su lengua remojó sus labios, que pronto dibujarían una sonrisa libidinosa. Parecía que ya era tiempo. Sus pies se acercaron con rapidez, mientras que su arma pretendía dar un tajo a su brazo izquierdo, de manera horizontal. Su cuerpo, tenía atrás las sillas y la barra, delante a Airu y su izquierda estaba siendo atacada. Bajo la suposición, asestó un golpe a la altura de su estómago o entrepierna, unos centímetros hacía la derecha. Su cuerpo quedaba desprotegido una vez más, si es que este intentaba esquivar el primer ataque. Aunque si no,quizás aún tenía una oportunidad de defenderse con la vaina de su katana.
Sus manos se apoyaban en el suelo, mientras que la Katana se había cerrado en su mano, nuevamente. Lo había podido sentir por un momento, aunque ahora al estar abajo lo podía ver claramente. Se había cortado solo, y echado alcohol a la herida, haciendo que su camisa se mojase. Cerró un momento los ojos mientras que el hablaba, para respirar de manera profunda. ¿Wanted o sangre? No conocía al hombre, pero bien se podía tratar de alguien sin wanted. Debía intentar pensar de manera racional, aunque al abrir los ojos, sus ganas se podían apenas contener. Tian se mostraba intimidante. De aquellas intimidaciones que petrifican, que no te dejan mover y te invitan a abandonar. Su ojo mostraba rabia. O quizás sed. No podía verlo exactamente. Pero una cosa si lo tenía claro. Podía inspirar el peligro. De la misma forma que las personas que no se atrevían a intervenir y algunos hasta se marchaban de la sala. Sus labios se curvaron en una sonrisa fría. Apoyó la vaina de su arma en el suelo, para así levantarse. No porque él se lo había dicho. Si no porque aquello era una declaración de guerra. O quizás porque quería ver más de aquella sangre. Tomó con una mano aquello que cubría su espada, y dejó que todo su filo se quedase a la vista de todas las almas que habían en aquella taberna.
La situación estaba derivando en un combate, y eso podían sentirlo todos. Los que no querían problemas, se estaban amontonando en la puerta, pero algunos curiosos aún se quedaron ahí. Podía sentir que se estaba metiendo en líos. Que eso no era lo que se suponía que tenía que hacer, pero aún así la mayor parte de ella es lo que estaba deseando. Miró el filo de su fiel compañera, cerca de la empuñadura, donde su sangre dejó una huella de recuerdo. - Me gustan los hombres seguros de si mismos. - llevó el arma hacía su boca, y lamió de manera casual el rastro de sangre. - Si tanto quieres verme de rodillas, deberías probar otros recursos. - sus ojos hacían contacto directo con su nuevo juguete. Su lengua remojó sus labios, que pronto dibujarían una sonrisa libidinosa. Parecía que ya era tiempo. Sus pies se acercaron con rapidez, mientras que su arma pretendía dar un tajo a su brazo izquierdo, de manera horizontal. Su cuerpo, tenía atrás las sillas y la barra, delante a Airu y su izquierda estaba siendo atacada. Bajo la suposición, asestó un golpe a la altura de su estómago o entrepierna, unos centímetros hacía la derecha. Su cuerpo quedaba desprotegido una vez más, si es que este intentaba esquivar el primer ataque. Aunque si no,quizás aún tenía una oportunidad de defenderse con la vaina de su katana.
InvitadoInvitado
Re: B - Burlando a la Muerte
La situación se había tornado tan emocionante, esto si valía la pena haber ido aquel bar, aun no comenzaba a saquearlo pero ya comenzó una lucha y una a tal grado que asustaba a los demás de estar ahí donde Sumire mostraba el acero por completo de la hoja de su espada tan reluciente como si fuera un arma cuidada, nueva o solo por las luces del lugar lo hacían resplandecer pero ella había aceptado el duelo con la insinuación que sabía se provocaba en ese rostro donde pronto comenzaría el duelo. De igual modo que ella se hecho andar con rapidez, Tian dejo de estar brazos cruzados para atrasar su pie derecho y mostrar una posición de perfil sin perder de vista aquella mujer con su arma, la situación era diferente ahora era un duelo y ambos estaban preparados mientras que el criminal tenía una posición defensiva mostrando sus brazos con una pose singular, el primero movimiento de esa mujer era un tajo y Tian pudo interponer su brazo de forma vertical donde el arma chocaría contra uno de los protectores de su brazo.
El choque del metal resonó por todo el lugar dándose cuenta Tian de algo mientras sus ojos dorados la observaban con mayor intensidad ahora, ella era rápida tanto como el y se mencionaba en el ejemplo por que no sentía todas las personas tuvieran sus facultades, su habilidad con el arma era buena a un nivel donde pudo defenderse y sabía que ella daría un buen combate si se trataba de usar aquella espada pero sin embargo no era exactamente buena en el resto, ambos estarían detenidos en ese instante por la defensa y el ataque que realizaron cada uno pero estarían de igual modo inmóviles porque Tian no tenía a donde moveré, su pierna de atrás usaba la barra como soporte y eso bastaba para haberla detenido cualquier presión que hubiese querido ejercer pero las cosas no podían continuar como hasta ahora. “Alto ustedes dos” el sonido de un arma cargada alertaría ambos combatientes que el cantinero tenía una escopeta en sus manos apuntando a uno antes de cambiarlo hacia el otro teniendo a los dos en la mira, tratando detenerlos y amenazando con disparar si no se largaban de ese sitio ahora mismo.
Y tan excitante que se estaba volviendo, tenia que venir un aguafiestas con sus armas de fuego, el del parche odiaba esas cosas por que te quitaban la sensación y placer físico de hacer daño alguien mas, poder medir y palpitarte con la sangre ajena hasta decidir donde debía morir o ver como sobrevivían y aumentar las ganas de poder luchar hasta ver el mejor, eran demasiado rápidas y una sola bala podia matar o hacer un daño interno sin una verdadera lucha. –Genial…- Aun forcejeaba con Sumire por no permitir su arma pasar más allá de su férrea defensa pero voltaria para verla a los ojos y con un movimiento de su ceja y la pupila ¿Qué le insinuaba? Era evidente desde aquella perspectiva que le pedía hacerse cargo del primer problema y sin dilatación se separaría moviéndose hacia su izquierda para salir del rango de la mira de esa escopeta, su brazo se afirmaría con un giro sobre la barra y se impulsaría en una muestra de habilidad para moverse por encima con su cuerpo que tiraba botellas y tarros para mover su pierna con un objetivo. La meta era deshacerse del arma que le apuntaba, buscando patearla para quitársela o hacer que apuntara a otro lado antes que su cuerpo terminara del otro lado, eran 2 objetivos y si ella se movía entonces el cantinero tendría difícil decidir a quién apuntar, aun incluso si ella buscara lo mismo desde otro ángulo, no detendría a Tian de querer ganarle en eso aunque aún cabía una posibilidad, si ella no se movia o hacia nada entonces el cantinero dispararía de forma segura hacia el criminal, no moriría pero si que dolería recibir un disparo de esos tan cerca.
InvitadoInvitado
Re: B - Burlando a la Muerte
El hombre del parche había parado su espadazo con tan solo una mano. Eso le dio a entender varias cosas. Primero, era rápido, y fuerte. Sus atributos físicos estaban a la par, y eso lejos de asustarle, la entusiasma. Segundo, el moreno no parecía usar ningún tipo de arma, aunque de eso se aseguraría después cuando el tumulto llegaría con los disparos de escopeta. Por entonces, tan solo se limitó mirarle de manera fija. Quizás y le hubiese dado tiempo de pegar con la vaina al tenerle en una posición estable, pero ella no buscaba dañarle en el interior. Le daba igual si el hombre sentía o no dolor, en realidad le daba igual todo. Pero desde el momento que él se tajó la piel de manera voluntaria, sus intereses se convertían en algo más personales. No era la lucha por el poder, ni quien ganaba. Ver su sangre, y probarla. Las verdaderas intenciones de Airu eran claras en su propia mente. Inspirar el olor del pirata, hacía que todo su cuerpo buscara por todos medios tener la posibilidad de herirle. Y es que en aquellos momentos, en vez de pegar con la vaina, la soltó. Su mano se llevaba a la cintura, donde tenía el otro arma, considerablemente más pequeño que su katana. En su mente abrumada por la sed de sangre, no pensó demasiado las cosas. Y, cuando estaba a punto de desenvainar su arma, todo cambió.
El cantinero sacó una escopeta, con la que amenazaba disparar. Sintió la mirada de Tian, y su rostro mostró una sonrisa de lado, de esas que no sabías si era una cómplice o una enemiga, aunque el moreno lo notaría de prisa, siendo que Airu se limitó a hacer un pequeño giro de muñeca, girando su katana de manera divertida. Miraba los sucesos sin hacer nada, dando a entender de que no tenía nada que temer, obviamente no era un pirata. Notó en aquellos momentos que él era, realmente un luchador a puño desnudo, y también el hecho de que quizás sus intenciones no eran muy buenas al entrar en aquel sitio. La última cosa que la chica necesitaba en aquellos momentos era un wanted, eso intervendría en sus planes, hasta el punto de estropearlos, así que esperó a lo inevitable mientras se acercaba con paso lentos a su cómplice. No importaba como le llamaba, no tenía nada contra él, ni pretendía matárle ya que le era prohibido... pero ese sabor dulce que había sentido anteriormente, quería sentirlo nuevamente. Y quizás algo más. Pronto, el sonido de la escopeta se escuchó nuevamente, dejando en evidencia al masculino pirata del ojo parcheado, y dejando que la sonrisa de la peligris se mostrara más viva que nunca. ¿Le había dado? Aún no lo sabía, pero primero le tocaba calmar un poco los ánimos. Aquella situación no le convenía para nada.
- Ya, calma. Estoy aquí para salvar vuestras vidas, así que cooperemos juntos para que nadie salga herido. - sus ojos se encerraban en dos pequeños arcos, por la sonrisa que ahora mostraba, mucho más falsa que cualquiera de aquella tarde. Era mentira todo lo que decía, en realidad no la importaba matar a todos de ahí, pero había un protocolo que cumplir si quería mantener su posición de cazadora. Si es que el hombre seguiría en la misma posición, intentaría cogerle por la camisa y arrastrarlo hacía fuera. Y más le valía que aunque el disparo no fuera certero, se lo fingiría. De no estar ahí, simplemente lo tenía que cazar por si misma. Quería estar en un sitio a solas para continuar aquello que habían empezado. Intentó olisquear un poco el ambiente, pero habían demasiados mal olores como para distinguir nada. ¿Podría saborear un poco de su sangre aquella noche? Haría lo posible, y aunque ella no le ayudó a instaurar el caos en la taberna, esperaba que él la ayudaría a quedarse sólo. Al fin y al cabo, después de conseguir lo que quería, le daba igual dejar que le hombre robase o se liase a tiros con todo el pueblo. No era su trabajo mientras que él no tenía un buen wanted sobre su cabeza.
El cantinero sacó una escopeta, con la que amenazaba disparar. Sintió la mirada de Tian, y su rostro mostró una sonrisa de lado, de esas que no sabías si era una cómplice o una enemiga, aunque el moreno lo notaría de prisa, siendo que Airu se limitó a hacer un pequeño giro de muñeca, girando su katana de manera divertida. Miraba los sucesos sin hacer nada, dando a entender de que no tenía nada que temer, obviamente no era un pirata. Notó en aquellos momentos que él era, realmente un luchador a puño desnudo, y también el hecho de que quizás sus intenciones no eran muy buenas al entrar en aquel sitio. La última cosa que la chica necesitaba en aquellos momentos era un wanted, eso intervendría en sus planes, hasta el punto de estropearlos, así que esperó a lo inevitable mientras se acercaba con paso lentos a su cómplice. No importaba como le llamaba, no tenía nada contra él, ni pretendía matárle ya que le era prohibido... pero ese sabor dulce que había sentido anteriormente, quería sentirlo nuevamente. Y quizás algo más. Pronto, el sonido de la escopeta se escuchó nuevamente, dejando en evidencia al masculino pirata del ojo parcheado, y dejando que la sonrisa de la peligris se mostrara más viva que nunca. ¿Le había dado? Aún no lo sabía, pero primero le tocaba calmar un poco los ánimos. Aquella situación no le convenía para nada.
- Ya, calma. Estoy aquí para salvar vuestras vidas, así que cooperemos juntos para que nadie salga herido. - sus ojos se encerraban en dos pequeños arcos, por la sonrisa que ahora mostraba, mucho más falsa que cualquiera de aquella tarde. Era mentira todo lo que decía, en realidad no la importaba matar a todos de ahí, pero había un protocolo que cumplir si quería mantener su posición de cazadora. Si es que el hombre seguiría en la misma posición, intentaría cogerle por la camisa y arrastrarlo hacía fuera. Y más le valía que aunque el disparo no fuera certero, se lo fingiría. De no estar ahí, simplemente lo tenía que cazar por si misma. Quería estar en un sitio a solas para continuar aquello que habían empezado. Intentó olisquear un poco el ambiente, pero habían demasiados mal olores como para distinguir nada. ¿Podría saborear un poco de su sangre aquella noche? Haría lo posible, y aunque ella no le ayudó a instaurar el caos en la taberna, esperaba que él la ayudaría a quedarse sólo. Al fin y al cabo, después de conseguir lo que quería, le daba igual dejar que le hombre robase o se liase a tiros con todo el pueblo. No era su trabajo mientras que él no tenía un buen wanted sobre su cabeza.
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Re: B - Burlando a la Muerte
Tal como era de esperarse estaba el pirata solo por su cuenta y todo se decidía en el movimiento de su patada ¿Qué necesitaba? Solo unos centímetros mientras el arma giraba tratando de no perder de vista al cabellos negros azulados mientras que esté por encima de la barra movía su pie, un poco más, solo un poco más. El sonido del disparo del arma había sucedido de cualquier forma con un olor a pólvora, la madera de la barra se había destrozado por el impacto del arma y Tian se encontraba del otro lado de la barra, por pocos momentos logro patear la punta de la escopeta haciendo que esta se fuera de lado y el arma terminara disparando en otro lugar, una suerte que salió mejor de lo pensado, del otro lado de la barra Tian solo movía su mano para atrapar la escopeta evitando así volviera a usarla para apuntarle y con el brazo contrario golpear al cantinero en el rostro y de una patada en su rodilla obligarlo a doblar e inclinarse en el suelo, ya estaba a su merced que pudo quitarle la escopeta con un jalón ¿Fue fácil, no? Ahora tenía el arma y de un movimiento pudo abrirla sacando las cargas así como cualquiera en su interior, ahora el arma no servía, el cantinero que por un momento se asustó de perder el arma se alegró de ver como Tian le quitaba las armas pero el mismo parecía más entretenido en otra cosa, con una sonrisa tomo el arma entre sus manos y usando el mango de la misma como un garrote para entregar un cachazo en el rostro del mismo noqueándole al momento. –Por eso odio estas cosas ¿O a ti te gustan las armas de fuego, Sumire?- Colocando su nuevo garrote sobre el hombro, no hacía falta ser un genio para poder luchar usando un palo como ese, cualquiera podría con el correcto movimiento pero ahora tenía todo un bar para sí mismo y vio más en su oportunidad.
Con su ojo fijo sobre el otro lado, podía ver donde estaba lo importante con un nuevo movimiento atacaría lo que parecía ser una caja que al destrozarla soltaría y permitiría ver el interior berries, una cantidad nada despreciable de los mismo con los cuales llenarse los bolsillos para continuar viviendo por ahí aunque sus intenciones habrían sido mayores que eso, pero todo lo que hizo el tuerto había bastado para ahuyentar finalmente a todos en el bar, esta ocasión si no quedaría nadie más excepto la peligris y el pirata en el bar –Bueno, creo que se ha acabado la fiesta. Seguramente pronto venga la vigilancia o marines a este lugar, ufff… fue buen calentamiento pero no huiste ¿Quieres continuar esto en otro lado?- Tomando una de las botellas de atrás de la cantina, empezaba a beber un poco antes se señalarle sobre seguirle a el hacia fuera del sitio ¿Qué diría Sumire ante eso? Aún tenían ellos asuntos pendientes ¿Qué hora de la noche seria? No importaba, siempre era buena hora para saldar las cosas pero primero deberían largarse de ahí. Aunque de alguna manera el propio hombre se había hecho cargo de conseguir uno de los candeleros que tenían aceite y vela encendida en su interior del bar, sus intenciones no eran buenas sobre lo siguiente que sucediera pero necesitaba algo que distrajera a las autoridades mientras aun permaneciera por esos lugares para saldar lo que tenía que hacer con aquella chica.
Con su ojo fijo sobre el otro lado, podía ver donde estaba lo importante con un nuevo movimiento atacaría lo que parecía ser una caja que al destrozarla soltaría y permitiría ver el interior berries, una cantidad nada despreciable de los mismo con los cuales llenarse los bolsillos para continuar viviendo por ahí aunque sus intenciones habrían sido mayores que eso, pero todo lo que hizo el tuerto había bastado para ahuyentar finalmente a todos en el bar, esta ocasión si no quedaría nadie más excepto la peligris y el pirata en el bar –Bueno, creo que se ha acabado la fiesta. Seguramente pronto venga la vigilancia o marines a este lugar, ufff… fue buen calentamiento pero no huiste ¿Quieres continuar esto en otro lado?- Tomando una de las botellas de atrás de la cantina, empezaba a beber un poco antes se señalarle sobre seguirle a el hacia fuera del sitio ¿Qué diría Sumire ante eso? Aún tenían ellos asuntos pendientes ¿Qué hora de la noche seria? No importaba, siempre era buena hora para saldar las cosas pero primero deberían largarse de ahí. Aunque de alguna manera el propio hombre se había hecho cargo de conseguir uno de los candeleros que tenían aceite y vela encendida en su interior del bar, sus intenciones no eran buenas sobre lo siguiente que sucediera pero necesitaba algo que distrajera a las autoridades mientras aun permaneciera por esos lugares para saldar lo que tenía que hacer con aquella chica.
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Re: B - Burlando a la Muerte
Miró con curiosidad al acercarse al bar, notando como el pirata cogió el arma perfectamente entero, y quitarle la munición, mientras que el humo de pólvora se despejaba para dejar ver toda la escena. Vaya, había tenido suerte, aunque realmente se notaba que tenía cierto entrenamiento físico, por lo cual vencer a un cantinero tampoco es que le debió ser tan difícil. Su sonrisa, en cambio caía al ver que el hombre se encontraba en perfecto estado. Eso significaba que no había sangre, por lo cual no era divertido para sus sentidos. Él se puso de pie de manera impecable. Ni un sólo rasguño. La peligris miró hacía otro lado, visiblemente molesta, mientras que hacía caso omiso al hecho de que bajo sus mismas vistas, el pirata noqueó al tabernero, y ahora se estaba haciendo con un palo. Antes de poder decir nada, toda la taberna estaba vacía. Se había puesto feo aquello, quizás demasiado para la cazadora, quien ahora podía ver como los berries corrían desde aquella caja. Aún así, no podía omitir el cosquillo que sentía bajo su abdómen, signo inequivoco de que la habían dejado a medio juego. Podía quedarse a jugar un rato ahí, aunque el joven pirata tenía razón. No iban a tardar en venir, y entonces sí que seguramente tuviera un problema grande, intentando justificar sus actos.
- Deja de meterme en la misma olla. Nosotros....- se acercaba al hombre mientras hablaba, para después pararse a escasos centímetros y agacharse para recoger su vaina del suelo. - No somos iguales. - ladeó un poco la cabeza, guardando su arma en el lugar de antes, y esconderla un tanto bajo su capa. - Y no puedo presenciar tus ataques pirómanos tampoco. - decía mientras notaba con una vista rápida la lámpara que consiguió de quien sabe donde. Podía suponer desde sus acciones a aquella vista que tenía, donde el ojo le brillaba con cierto ardor ámbar dentro del silencio de la taberna. Sus intenciones eran divertidas, aunque prohibidas para la joven que extendió su mano sin poder contentarlo, y perfilar la pequeña herida n el cuello ajeno que ahora pasaba desapercibida por el uso del alcohol. - Pero... aún así te esperaré en la playa más cercana. - sus ojos se abrían para mirar hacía arriba y buscar el contacto con la otra mirada, ya que se había acercado quizás, demasiado. - Para jugar. - su uña penetró la cerradura del pequeño tajo, haciendo que un rastro pequeño de sangre se aferrase a su dedo, al cual llevó a la boca para lamerlo sin la expresión alguna sobre su rostro. - Ti-an~- susurró, como si le hubiese puesto nombre a la sangre, y no a la persona, haciendo que ese sabor que había dejado en su boca le llevase a pensar en el moreno de un solo ojo que había conocido en un sitio que prometía ser aburrido.
- Deja de meterme en la misma olla. Nosotros....- se acercaba al hombre mientras hablaba, para después pararse a escasos centímetros y agacharse para recoger su vaina del suelo. - No somos iguales. - ladeó un poco la cabeza, guardando su arma en el lugar de antes, y esconderla un tanto bajo su capa. - Y no puedo presenciar tus ataques pirómanos tampoco. - decía mientras notaba con una vista rápida la lámpara que consiguió de quien sabe donde. Podía suponer desde sus acciones a aquella vista que tenía, donde el ojo le brillaba con cierto ardor ámbar dentro del silencio de la taberna. Sus intenciones eran divertidas, aunque prohibidas para la joven que extendió su mano sin poder contentarlo, y perfilar la pequeña herida n el cuello ajeno que ahora pasaba desapercibida por el uso del alcohol. - Pero... aún así te esperaré en la playa más cercana. - sus ojos se abrían para mirar hacía arriba y buscar el contacto con la otra mirada, ya que se había acercado quizás, demasiado. - Para jugar. - su uña penetró la cerradura del pequeño tajo, haciendo que un rastro pequeño de sangre se aferrase a su dedo, al cual llevó a la boca para lamerlo sin la expresión alguna sobre su rostro. - Ti-an~- susurró, como si le hubiese puesto nombre a la sangre, y no a la persona, haciendo que ese sabor que había dejado en su boca le llevase a pensar en el moreno de un solo ojo que había conocido en un sitio que prometía ser aburrido.
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Re: B - Burlando a la Muerte
¿Acaso dijo un mal chiste? Sumire parecía mas tranquila o pasiva por las palabras del tuerto quien no le importaba si venían los policías o toda la marina a ese lugar, se haría cargo de todos y cada uno de ellos hasta desfallecer de ser necesario pero al parecer ella no compartía ese sentido de la vida por vivir sin el temor de que otros vengan por uno al rechazar las cosas pero sin embargo le llamo la atención como se comportaba al acercarse a ella y hundir su dedo en la herida de Tian que le molesto mientras le estaba invitando a ir a una playa cercana. A pesar de la actitud o formas de actuar de Tian, esta ocasión no tenia la fuerza para rechistar o defenderse, habia sido cansado todo ese ejercicio y fue mala idea haber bebido mas alcohol sin antes encargarse de lo que tenia pendiente con ella, pero no pudo evitarlo cuando ella actuo de esa manera, el propio criminal aprovecho la cercanía para tomarla de la cintura acercándola y llevando su frente en contra de la de ella, robando asi lo que era un beso de sus labios sin aviso alguno, corto pero podia saborear en ella lo que parecía ser el alcohol que tenía por ser lo único que habían tomado ambos hasta el momento. –Es una cita entonces- Dicho asi la empujaba hacia atrás con la misma mano por su pecho para hacerla retroceder, en ese momento Tian habría de arrojar hacia atrás el candelero que golpearía la barra donde las botellas se habían roto y el alcohol se comenzaba a inflamar velozmente.
-Ups, olvide que no querías presenciar nada de piromancia- Mientras empezaba a caminar rumbo la salida del bar y el sitio prenderse en llamas rápidamente, el cantinero se habría levantado tras el noqueo que recibió para observar como el sitio se comenzaba a llenar de fuego rápidamente y tener que buscar su propia salida del sitio. Aún era de noche afuera, se podía sentir el frio mientras no había nadie en el exterior, en verdad todos huyeron pero el propio Tuerto tenia que ir a otro sitio antes de poder encargarse de lo de la Playa, esperando a que Sumire saliera de ahi. –Eres lenta ¿Dónde queda la playa? No conozco el sitio y puedo perderme- Tranquilo y con estilo mientras acomodaba sus ropas esperando a que ella guiara el camino hacia la playa, no tenia tiempo que perder y tampoco necesitaba ir hacia otro sitio o lugar, tan solo era cuestión que ella pusiera la marcha para ambos retirarse mientras atrás suyo el fuego empezaba a salir por las ventanas y el sitio prenderse al rojo vivo, solo era cuestión de que se consumiera o el humo llamara la atención de la ciudad en la isla, la noche era joven para festejar.
-Ups, olvide que no querías presenciar nada de piromancia- Mientras empezaba a caminar rumbo la salida del bar y el sitio prenderse en llamas rápidamente, el cantinero se habría levantado tras el noqueo que recibió para observar como el sitio se comenzaba a llenar de fuego rápidamente y tener que buscar su propia salida del sitio. Aún era de noche afuera, se podía sentir el frio mientras no había nadie en el exterior, en verdad todos huyeron pero el propio Tuerto tenia que ir a otro sitio antes de poder encargarse de lo de la Playa, esperando a que Sumire saliera de ahi. –Eres lenta ¿Dónde queda la playa? No conozco el sitio y puedo perderme- Tranquilo y con estilo mientras acomodaba sus ropas esperando a que ella guiara el camino hacia la playa, no tenia tiempo que perder y tampoco necesitaba ir hacia otro sitio o lugar, tan solo era cuestión que ella pusiera la marcha para ambos retirarse mientras atrás suyo el fuego empezaba a salir por las ventanas y el sitio prenderse al rojo vivo, solo era cuestión de que se consumiera o el humo llamara la atención de la ciudad en la isla, la noche era joven para festejar.
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Re: B - Burlando a la Muerte
- Imbécil... - terminó susurrando al ser empujada. La había molestado de sobremanera el hecho de que él la hubiese besado. Normalmente habían pocas personas que se atrevieron a tomar parte de su espacio personal, y mucho menos que se atrevan a besarla. Claro que había besado antes, pero no de aquella manera tan... extrañamente normal, y sin la necesidad de sexo de por medio. El sabor de su sangre perduraba en su boca mientras la calidez de sus cuerpo hacían un extraño cosquilleo sobre sus labios, a los cuales limpió ferreamente con la manga de su kimono corto. Lo miró con odio, aunque no tuvo tiempo de decir nada más, puesto que él ya estaba haciendo caso omiso a sus palabras anteriores. ¿A caso la había tomado por una simple pirata? Se notaba a leguas, una taberna que no tenía nada que ver con el gobierno, una meta fácil y algunos berries de por medio. La parte de que era un criminal, había quedado clara tiempo atrás, cuando sus manos habían pasado los bordes de su vestido para tocar su muslo, el segundo cuando sus miradas se encontraron por primera vez. Notó como el cantinero se despertaba para gritar entre las llamas. Si es que el hombre salía con vida, seguramente iba a ser un problema para ella. Suspiró un tanto.
Tian ya se había marchado, pudo notar como sus pasos se alejaban, dejándola con todo el marrón encima. De un salto, se colocó tras la barra, estampando la cabeza del hombre contra el filo del mueble, haciendo que este quedara inconciente al momento, y seguramente si no se moriría por el fuego, lo haría por aquella hemorragia que seguramente le había provocado. De ser en otros momentos, se hubiese quedado algo más, pero dada la gravedad de la situación y, el hecho de que fuera de aquella taberna la esperaba una distracción mucho mayor que un cantinero de vida monótona, tomó una de las botellas llenas de alcohol y con un espadazo echó abajo la puerta trasera del sitio. No perdió tiempo, se apresuró hacía la entrada en uno de los callejones paralelos, notando como el tuerto pasaba con paso lento, balbuceando algo sobre perderse, y también a sabiendas que los demás expectadores vendrían con refuerzos seguramente pronto. Apoyó el hombro en la esquina del edificio, sujetando la botella por la garganta. - ¿Cuantos años tienes? - preguntó con cierta gracia en las palabras, más aún así no se reía. Su mano alcanzó la camisa del hombre, para barrerla un poco del rastro de pólvora, haciendo de esa forma lo mismo que él. - Así, no vaya a ser que yo luzca mejor que tú. - decía con preocupación finjida, en realidad burlándose de sus actos anteriores. Para ser un criminal luchador, era bastante tiquis miquis. Se dio la vuelta, empezando a caminar en un lado del callejón, cambiando así la dirección del pirata hacía la derecha. No pretendía decir nada más en todo el rato, su paso era rápido y se dejaba guiar tan sólo por el olor del mar.
Tian ya se había marchado, pudo notar como sus pasos se alejaban, dejándola con todo el marrón encima. De un salto, se colocó tras la barra, estampando la cabeza del hombre contra el filo del mueble, haciendo que este quedara inconciente al momento, y seguramente si no se moriría por el fuego, lo haría por aquella hemorragia que seguramente le había provocado. De ser en otros momentos, se hubiese quedado algo más, pero dada la gravedad de la situación y, el hecho de que fuera de aquella taberna la esperaba una distracción mucho mayor que un cantinero de vida monótona, tomó una de las botellas llenas de alcohol y con un espadazo echó abajo la puerta trasera del sitio. No perdió tiempo, se apresuró hacía la entrada en uno de los callejones paralelos, notando como el tuerto pasaba con paso lento, balbuceando algo sobre perderse, y también a sabiendas que los demás expectadores vendrían con refuerzos seguramente pronto. Apoyó el hombro en la esquina del edificio, sujetando la botella por la garganta. - ¿Cuantos años tienes? - preguntó con cierta gracia en las palabras, más aún así no se reía. Su mano alcanzó la camisa del hombre, para barrerla un poco del rastro de pólvora, haciendo de esa forma lo mismo que él. - Así, no vaya a ser que yo luzca mejor que tú. - decía con preocupación finjida, en realidad burlándose de sus actos anteriores. Para ser un criminal luchador, era bastante tiquis miquis. Se dio la vuelta, empezando a caminar en un lado del callejón, cambiando así la dirección del pirata hacía la derecha. No pretendía decir nada más en todo el rato, su paso era rápido y se dejaba guiar tan sólo por el olor del mar.
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