Año 230 D.D.G
Tras un periodo de paz el nombre de un sujeto comenzó a surgir entre los piratas hasta hacerse de un renombre mundial… Norman D. Gold, un pirata que en un par de años alcanzó el poder suficiente para consagrarse como un emperador pirata y eventualmente para ser nombrado como rey de los piratas al haber reunido un tesoro inconcebible al cual se le otorgó el nombre de “One Piece”. Durante años el Gobierno hizo uso de todos sus recursos para acabar con este hombre per todo fue inútil y decidieron simplemente dedicarse a contener sus ataques. Gold sin embargo, no parece interesado en destruir al Gobierno o en atacar a sus instituciones, sino más bien en continuar explorando el mundo no conocido estableciendo con su poder una estabilidad no vista antaño en el mundo de la mano de todas las demás facciones. ¿Serás parte del mundo y su avance?. Seguir leyendo...
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Play with me, Arturo. [Arturo Pendragon]
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Play with me, Arturo. [Arturo Pendragon]
- Dos semanas atrás · norte de la isla · 3 A.M:
Habían pasado tres años desde que su esbelto cuerpo salió a cazar. Y también tres años desde que empezó a entrenar con el arte de la espada. No, no era perfecta. Pero la sed de sangre valía más que todos los entrenamientos del mundo. Su cuerpo esbelto se deslizaba entre las sombras. Era verdad, odiaba la oscuridad. Pero los astros iluminaban el bosque de una forma espectral. Aún había un poco de luz. Faltaban algunas horas para que el amanecer rompiera los cielos, según sus cálculos. Estar encerrada durante diecinueve años, tenía sus pros y sus contras. Contar el tiempo sin necesidad de un instrumento, era uno de ellos. Rastrear, también. Empezó a oler los alrededores. Ahí donde olía sangre fresca, debería estar su presa, ya que le había tajado la piel, en algún sitio. Estar de noche no ayudaba mucho en cuanto a la visión, pero sí al ruido. El mínimo error, y su localización sería descubierta. Eso si es que no se había separado demasiado. Podía oír el suave latir del río que había alrededor. Mierda. Estar cerca del agua no la favorecía mucho, pues esta inutilizaba su olfato. Quizás su presa ya se había limpiado la herida, o quizás no sería tan inteligente. ¿Era mujer o hombre? La verdad es que no lo recordaba mucho. Sólo sabía que era alguien lo suficientemente caro como para ser considerado peligroso.
Mmm, peligro. Sacaba la lengua un tanto, para humedecer sus labios. Sólo de pensarlo, se le erizaba la piel nuevamente. Es una pena que era de noche, pero aunque no podía haber visto su herida y su sangre, podía sentir su latir y olor. Exquisto. Con un juego de muñeca, rondaba la katana de forma circular, cortando varias hojas, aburrida. Suspiró. - Ven aquí, gatito, gatito~ - su voz era amable y dulce, aunque sus ojos brillaban en la oscuridad con un toque azulado. ¿Acaso había alguna diferencia entre los animales que habitaban aquella isla, y ella? Estaba acostumbrada a ese tipo de entorno, así que no temía a nada. Le gustaba el juego, aunque era impulsiva. Lo quería ahora, pero parecía que debía de esperar. Acercó su cuerpo por completo a uno de los troncos húmedos, y olisqueó con fuerza. Parecía que estaba en el camino correcto. Se alejó y empezó a dar saltitos, volviendo a cortar todo lo que pasaba por su lado, haciendo que los grillos saltasen despavoridos de su camino. Dejaba una cola de hojas muertas, fácil de rastrear. - Ven con mami~ Pissi, pissi pissi~ - canturreaba, mirando a un lado y a otro. Se paró de golpe. Sentía algo, proveniente desde la dirección que ella venía. Se dio la vuelta. ¿Como de imbécil se podía ser, como para seguir tu verdugo, en vez de alejarte? Levantó una ceja y se concentró en los sonidos. El bosque le hablaba. ¿O acaso eran los búhos? "A que esperas... esta es tu oportunidad... Mátalo. Vamos a comer cartílagos~Nuestros preferidos!" Una risa juguetona se materializaba en el silencio del bosque. - Sí... cartílagos~
Mmm, peligro. Sacaba la lengua un tanto, para humedecer sus labios. Sólo de pensarlo, se le erizaba la piel nuevamente. Es una pena que era de noche, pero aunque no podía haber visto su herida y su sangre, podía sentir su latir y olor. Exquisto. Con un juego de muñeca, rondaba la katana de forma circular, cortando varias hojas, aburrida. Suspiró. - Ven aquí, gatito, gatito~ - su voz era amable y dulce, aunque sus ojos brillaban en la oscuridad con un toque azulado. ¿Acaso había alguna diferencia entre los animales que habitaban aquella isla, y ella? Estaba acostumbrada a ese tipo de entorno, así que no temía a nada. Le gustaba el juego, aunque era impulsiva. Lo quería ahora, pero parecía que debía de esperar. Acercó su cuerpo por completo a uno de los troncos húmedos, y olisqueó con fuerza. Parecía que estaba en el camino correcto. Se alejó y empezó a dar saltitos, volviendo a cortar todo lo que pasaba por su lado, haciendo que los grillos saltasen despavoridos de su camino. Dejaba una cola de hojas muertas, fácil de rastrear. - Ven con mami~ Pissi, pissi pissi~ - canturreaba, mirando a un lado y a otro. Se paró de golpe. Sentía algo, proveniente desde la dirección que ella venía. Se dio la vuelta. ¿Como de imbécil se podía ser, como para seguir tu verdugo, en vez de alejarte? Levantó una ceja y se concentró en los sonidos. El bosque le hablaba. ¿O acaso eran los búhos? "A que esperas... esta es tu oportunidad... Mátalo. Vamos a comer cartílagos~Nuestros preferidos!" Una risa juguetona se materializaba en el silencio del bosque. - Sí... cartílagos~
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Re: Play with me, Arturo. [Arturo Pendragon]
Una misión de infiltración y captura en terreno enemigo, una isla que oficialmente era parte de la Armada Revolucionaria pero una oportunidad de oro habia aparecido, un criminal de guerra quien deserto de las filas de la Marina, habia sido encontrado gracias a información infiltrada y era un sujeto que simplemente no se conocía rostro o figura alguna, solo se conocía que no tenia un brazo entero ni su pierna pero usaba algún tipo de protesis para andar, sin aceptar las nuevas tecnologías que lo podrían transformar en un ciborg pero este sujeto tenía información valiosa sobre vetas de Kairoseki donde podria extraerse este material escazo de los mares, el cual su facción guardaba celosamente que otros criminales no pudieran tomarlos y por esa misma razon le encomendaron esta misión al Teniente por ser el mas cercano a la isla que lograse realizar la misión antes que el objetivo huyera.
Es asi como Arturo se había internado en la isla usando un traje negro y playera roja, había dejado atrás sus atuendos marines por algo más oscuro y simple, la mejor forma de internarse tratando no ser reconocido en esa fría mañana por el agreste sitio, un largo bostezo brotaba de los labios del marine, quien se internaba con cierta velocidad mientras sus ojos vislumbraban el camino por delante suyo sin problema alguno, su mirada penetrante usaba la poca luz que había junto su habilidad de ver a la distancia lo que permitida en ventaja saber sobre obstáculos, siempre que no estuviese demasiado oscuro, en verdad debía idear una técnica para ver a través de la oscuridad…
Curiosamente en su camino sus ojos habían vislumbrado algo que lo hizo detenerse en la distancia detrás del primero árbol que encontró y darse cuenta de algo particular, mas adelante se encontraba una persona jugueteando con una arma, cortando cosas a su alrededor de forma desenfrenada ¿Qué ocurría? Era demasiado temprano y ya había alguien peligroso por la isla haciendo extrañas labores ¿Un guardia? La situación no era favorable, en el camino habia rio y mas vegetación, si Arturo pretendía pasar por largo para eludirlo, tenia que dar la vuelta de forma enorme para llegar al centro de la isla donde estarían las bases de los revolucionarios pero habría mas riesgo que el objetivo escapara ¿Qué debía hacer nuestro héroe rubio? Por momentos solo quedo esperando comenzando a usar su poder mas alla y observar lo que mas adelante habría como aquel que era su objetivo de captura.
La fruta del diablo permite Arturo aumentar su campo de visibilidad en todas direcciones de forma kilométrica como ver a través de las cosas y otras habilidades de percepción (Especificaciones Fruta). Es así como ha sido puesto su empeño por mejorar el usuario entrenando su poder del diablo con su mente y cuerpo, en conseguir usarlas mientras combate o realiza distintas actividades de forma natural sin problema alguno para lograr usar cualquier técnica y/o especificación de la fruta directamente con sus ojos, sin la necesidad de usar las manos u otro elemento de por medio, dando una gran facilidad de acción como reacción. Es así como también ha conseguido lograr gracias a esta forma pasiva de usar sus poderes de mezclar cualquier especificación y/o técnica entre sí, al solo usar las manos de forma adicional sobre los ojos (Sus ojos usan una habilidad o técnica + Las manos usando otra) permitiendo tener la mejora combinada de sus poderes como una sola técnica usada, por supuesto que esto necesita de mayor concentración y no moverse por cuenta propia para lograrlo con éxito. Pasiva Especial.
InvitadoInvitado
Re: Play with me, Arturo. [Arturo Pendragon]
¿Es que acaso sus sentidos la engañaban? Por un momento, todo quedó estático. Tan sólo el ruido de su risa se escuchaba, aunque había jurado sentir algo. ¿Quién era? Su cara volvió a la seriedad. Podía inutilizar las voces del bosque, o la voz interior, depende de lo que se necesitase. Dio un par de pasos en la dirección de donde había venido. Su olfato no podía rastrear la sangre. Ni siquiera la animal. Pero ahí había un corazón que latía. Se acercó con movimiento lento, intentándo no hacer ruido. Ahí, en medio de la maleza, clavó su espada de manera firme. Pudo sentir que su espada atravesaba el calor de alguien. El olor a sangre volvía a ella, aunque no escuchó ningún quejido. Era algo pequeño. Retiró la espada, acercándola al tronco de un árbol. El cadáver liberó el acero, y esta se llevó el filo a la nariz. Lo olisqueó, y después, lo lamió. - Nah, conejo. - dijo en voz alta, mientras daba lenguetazos como si de una paleta se tratara. Quedó por un momento ahí, en la nada. Esperó a escuchar algo más, ¿era ese el sonido que disturbó su juego? Se había demorado demasiado. Pudo sentir una gota caer sobre su rostro. El olor se estaba transformando, en cuestión de segundos. - Mierda~ - dijo con cierto temor, volviendo su cuerpo hacía la pista que estaba siguiendo.
Había perdido demasiado tiempo. La lluvia cubriría los rastros. Se maldijo durante un breve instante, y empezó a correr. La gabardina hacía ruido detrás suyo, y las hojas se movían con cada paso que daba. No importaba ya ser descubierta, la verdad es que nunca importó. Quería atraer el peligro, y, si alguien había detrás suyo, debería esperar. Necesitaba seguir el rastro antes de que fuera demasiado tarde. Pudo sentir como las gotas caían con más frecuencia. En cuestión de minutos, se había convertido en una tormenta tropical. Caliente, húmeda, y muy ,muy molesta. Se paró en seco nuevamente. Estaba por donde el río, cuando escuchó los quejidos. El agua cayendo le imposibilitaba el oído y el olfato, y su visión no era ni de lejos, buena. Tenía que acercarse, aunque temía asustar al gato. ¿Quién era él? No tenía ni idea, ni sabía porqué estaba siendo buscado. Sólo sabía que en su cartel ponía con claridad "Vivo, o muerto". Eso, junto con la recompensa jugosa que a su compañero le iba a encantar, era suficiente como para salir en su búsqueda. Se hizo pequeña, y se metió en los bosquejos del lugar.
Ahí, bajo el claro de la luna, el bello doncello con pata de metal se estaba cubriendo en barro. Vaya, táctica de sobreviviente, digno de admirar. Pero, ¿qué más daba? Lo había encontrado, y estaban solos. Él, ella, y la luna iluminando el escenario. Se estaba poniendo cariñosa. Podía sentir el peligro. El rastro de sangre había desaparecido por completo. Estaba siendo cautelosa, aunque el corazón se le aceleraba. ¿Cuanta sangre había dentro de un hombre maduro, que echa en falta dos extremidades? Sus piernas se presionarían entre ellas sólo de pensarlo. Y esas orejitas, salían de entre el pelo, y hacían sombra bajo los astros, aunque estaban algo sucias. No importaba, de seguro serían tan crujientes como a ella le gustaban. Seguía mirando, aguantándose las ganas. Su presa era el digno ejemplar de un macho cabrío, alto, musculado. Fuerte. Peligroso. Tenía muchísima idea de pelear, tan sólo había conseguido rozarle con la Katana. ¿Porqué se escondía de ella? Seguramente habría sido una pelea dura. ¿No quería pelear? Se preguntó aquello por unos momentos, aunque tampoco tenía tiempo de filosofar. Él quería abandonar el escenario amoroso. Debía mostrarse. Se incorporó y dio un paso hacía el frente, parándole justo de frente. - Hola, cariño. ¿Me estabas esperando?- su voz sonaba melodiosa, mientras que tocaba con sus largas uñas el filo de su Katana. Sus ojos se clavaron en la presa. El juego había terminado.
Había perdido demasiado tiempo. La lluvia cubriría los rastros. Se maldijo durante un breve instante, y empezó a correr. La gabardina hacía ruido detrás suyo, y las hojas se movían con cada paso que daba. No importaba ya ser descubierta, la verdad es que nunca importó. Quería atraer el peligro, y, si alguien había detrás suyo, debería esperar. Necesitaba seguir el rastro antes de que fuera demasiado tarde. Pudo sentir como las gotas caían con más frecuencia. En cuestión de minutos, se había convertido en una tormenta tropical. Caliente, húmeda, y muy ,muy molesta. Se paró en seco nuevamente. Estaba por donde el río, cuando escuchó los quejidos. El agua cayendo le imposibilitaba el oído y el olfato, y su visión no era ni de lejos, buena. Tenía que acercarse, aunque temía asustar al gato. ¿Quién era él? No tenía ni idea, ni sabía porqué estaba siendo buscado. Sólo sabía que en su cartel ponía con claridad "Vivo, o muerto". Eso, junto con la recompensa jugosa que a su compañero le iba a encantar, era suficiente como para salir en su búsqueda. Se hizo pequeña, y se metió en los bosquejos del lugar.
Ahí, bajo el claro de la luna, el bello doncello con pata de metal se estaba cubriendo en barro. Vaya, táctica de sobreviviente, digno de admirar. Pero, ¿qué más daba? Lo había encontrado, y estaban solos. Él, ella, y la luna iluminando el escenario. Se estaba poniendo cariñosa. Podía sentir el peligro. El rastro de sangre había desaparecido por completo. Estaba siendo cautelosa, aunque el corazón se le aceleraba. ¿Cuanta sangre había dentro de un hombre maduro, que echa en falta dos extremidades? Sus piernas se presionarían entre ellas sólo de pensarlo. Y esas orejitas, salían de entre el pelo, y hacían sombra bajo los astros, aunque estaban algo sucias. No importaba, de seguro serían tan crujientes como a ella le gustaban. Seguía mirando, aguantándose las ganas. Su presa era el digno ejemplar de un macho cabrío, alto, musculado. Fuerte. Peligroso. Tenía muchísima idea de pelear, tan sólo había conseguido rozarle con la Katana. ¿Porqué se escondía de ella? Seguramente habría sido una pelea dura. ¿No quería pelear? Se preguntó aquello por unos momentos, aunque tampoco tenía tiempo de filosofar. Él quería abandonar el escenario amoroso. Debía mostrarse. Se incorporó y dio un paso hacía el frente, parándole justo de frente. - Hola, cariño. ¿Me estabas esperando?- su voz sonaba melodiosa, mientras que tocaba con sus largas uñas el filo de su Katana. Sus ojos se clavaron en la presa. El juego había terminado.
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Re: Play with me, Arturo. [Arturo Pendragon]
Era así como finalmente se daba cuenta, su vista viajaba por varios metros, decenas, centenas, al punto de volverse kilométrica mientras buscaba mayores rutas para moverse, si bien su poder era bueno para rastrear y buscar gente, así como sus habilidades propias con estas, llevaba su tiempo y aun inspeccionar toda una isla para encontrar una persona era buscar una aguja en pajar, Arturo sabía que necesitaba de algo más y eso era despertar una habilidad que el buscaba de forma desesperada que le permitiría sentir la presencia humana, según enseñanzas de su guía, esta habilidad humana le daría a su poder la capacidad de encontrar a cualquier persona con solo sentirla y llevar su vista hasta ese punto exacto pero aun no tenía dicha habilidad y su exploración era más sencilla cuando eran situaciones de riesgos o llamativos, tener que usar su habilidad en aquella oscuridad era otro percance a lo cual debía revisar bien cada sitio que su vista miraba y así fue como entero de la base revolucionaria, donde sospecharía que encontraría a quien debía buscar, acercándose durante esa cruenta mañana pero las cosas no habían ido como lo esperado.
Una persona de cabello cano con un arma parecía hacer algo extraño, solo debía aguardar hasta que esa persona se fuera y si, la vigilaba mientras su mirada se alejaba observando todo el camino por delante, por un momento se sorprendía en el actuar de esa “mujer” ahora que su mirada se centraba en ella en parte podía ver rasgos femeninos en su figura y rostro con un rostro y mirada que ciertamente eran poco propias de ciertos humanos, su forma de moverse, su siseo con la espada y extraños movimientos como si fuera una clase de animal, había matado un animal en un acto repentino y parecer disfrutarlo. Arturo sentía un pequeño escalofrió ante esa mujer que actuaba de formas tan pocos normales, aun propias para una mujer no era normales para cualquier humano, pronto se movió y cambio de sitio, irse del lugar con rapidez como si continuara con una persecución y no una guardia. Eso hacía sentir mejor al rubio quien suspiraba de tranquilidad por no tener que arriesgarse con alguien así ¿Quién diablos era esa mujer? Un poco nervioso el rubio por conocer alguien con una extraña aura a su alrededor ¿Qué descubriría de usar su poder para ver a través de ella? Era todo un misterio pero eso no era lo importante.
Su visión había visto algo que tal vez no espero, sus ojos se abrieron de par en par en cuanto pudo notar bajo la luminosidad del satélite natural de la tierra, como encontró a la persona que estaba buscando ¿Suerte? Definitivamente lo era, lo noto moverse mientras su mirada viajaba y ahora lo había encontrado por mera coincidencia sujetándose un sitio de su cuerpo, una herida que sufrió en algún momento. Solo entonces su mente reacciono, como si fuera un rayo las cosas habían embonado con particular facilidad, una chica persiguiendo algo, un herido huyendo en la madrugada, no hacía falta ser genio pero su poder podía ver bien como esa mujer se dirigía con gran facilidad hacia su objetivo. Maldiciendo por lo bajo ahora lo sabía, el necesitaba vivo a ese sujeto y debía capturarlo de esa manera mientras fuera posible, sus pasos cambiaron y empezó a moverse con mayor velocidad que antes para eludir los aun constantes obstáculos de ese bosque, debía llegar, debía hacerlo antes que fuera tarde.
Para entonces lo habría logrado, esa mujer estaba parado justo enfrente de su objetivo con singular sonrisa y hasta podía escuchar sus palabras ¿Cómo? Arturo llegaba corriendo saliendo de la maleza y donde apenas tenía el camino libre, que no hubiese obstáculo alguno, sus pies sobre el pasto de aquel claro se posicionaban y desaparecía en un instante, su velocidad su había incrementado en un instante pareciendo desaparecer totalmente y aparecer de la nada justo aun lado de aquel sujeto, como un fantasma quien aparecía en el acto y con su velocidad tomaba tal cual tacleo al sujeto que a pesar de su figura no presentaba un gran peso para el rubio, lo movía y quitaba del camino de esa mujer con un arma, rodando con el por el suelo velozmente hasta terminar alejados de la chica. Su objetivo, ese hombre de las prótesis habría terminado en el suelo sorprendido por lo que había sucedido sin saber que ocurría mientras que Arturo se habría recompuesto tras la tacleada levantándose por encima de el dejando su pie en la espalda de su objetivo. Respiraba un poco agitado por haber tratado llegar lo mas rápido posible mientras sus ojos azules observaban hacia aquella mujer, sin decir palabra alguna, de forma seria únicamente ahora que habia establecido contacto finalmente ¿Qué seria lo que sucedería?
OFF: Pasiva aun activa, utilizo Soru para el movimiento. Una persona de cabello cano con un arma parecía hacer algo extraño, solo debía aguardar hasta que esa persona se fuera y si, la vigilaba mientras su mirada se alejaba observando todo el camino por delante, por un momento se sorprendía en el actuar de esa “mujer” ahora que su mirada se centraba en ella en parte podía ver rasgos femeninos en su figura y rostro con un rostro y mirada que ciertamente eran poco propias de ciertos humanos, su forma de moverse, su siseo con la espada y extraños movimientos como si fuera una clase de animal, había matado un animal en un acto repentino y parecer disfrutarlo. Arturo sentía un pequeño escalofrió ante esa mujer que actuaba de formas tan pocos normales, aun propias para una mujer no era normales para cualquier humano, pronto se movió y cambio de sitio, irse del lugar con rapidez como si continuara con una persecución y no una guardia. Eso hacía sentir mejor al rubio quien suspiraba de tranquilidad por no tener que arriesgarse con alguien así ¿Quién diablos era esa mujer? Un poco nervioso el rubio por conocer alguien con una extraña aura a su alrededor ¿Qué descubriría de usar su poder para ver a través de ella? Era todo un misterio pero eso no era lo importante.
Su visión había visto algo que tal vez no espero, sus ojos se abrieron de par en par en cuanto pudo notar bajo la luminosidad del satélite natural de la tierra, como encontró a la persona que estaba buscando ¿Suerte? Definitivamente lo era, lo noto moverse mientras su mirada viajaba y ahora lo había encontrado por mera coincidencia sujetándose un sitio de su cuerpo, una herida que sufrió en algún momento. Solo entonces su mente reacciono, como si fuera un rayo las cosas habían embonado con particular facilidad, una chica persiguiendo algo, un herido huyendo en la madrugada, no hacía falta ser genio pero su poder podía ver bien como esa mujer se dirigía con gran facilidad hacia su objetivo. Maldiciendo por lo bajo ahora lo sabía, el necesitaba vivo a ese sujeto y debía capturarlo de esa manera mientras fuera posible, sus pasos cambiaron y empezó a moverse con mayor velocidad que antes para eludir los aun constantes obstáculos de ese bosque, debía llegar, debía hacerlo antes que fuera tarde.
Para entonces lo habría logrado, esa mujer estaba parado justo enfrente de su objetivo con singular sonrisa y hasta podía escuchar sus palabras ¿Cómo? Arturo llegaba corriendo saliendo de la maleza y donde apenas tenía el camino libre, que no hubiese obstáculo alguno, sus pies sobre el pasto de aquel claro se posicionaban y desaparecía en un instante, su velocidad su había incrementado en un instante pareciendo desaparecer totalmente y aparecer de la nada justo aun lado de aquel sujeto, como un fantasma quien aparecía en el acto y con su velocidad tomaba tal cual tacleo al sujeto que a pesar de su figura no presentaba un gran peso para el rubio, lo movía y quitaba del camino de esa mujer con un arma, rodando con el por el suelo velozmente hasta terminar alejados de la chica. Su objetivo, ese hombre de las prótesis habría terminado en el suelo sorprendido por lo que había sucedido sin saber que ocurría mientras que Arturo se habría recompuesto tras la tacleada levantándose por encima de el dejando su pie en la espalda de su objetivo. Respiraba un poco agitado por haber tratado llegar lo mas rápido posible mientras sus ojos azules observaban hacia aquella mujer, sin decir palabra alguna, de forma seria únicamente ahora que habia establecido contacto finalmente ¿Qué seria lo que sucedería?
InvitadoInvitado
Re: Play with me, Arturo. [Arturo Pendragon]
Quería jugar. Estaba dispuesta a esperar un poco, ya que el barro había inutilizado el olor a sangre. Las gotas de agua caían de manera violenta en el río, haciendo un sonido bastante infernal, pero creando un ambiente aún más trágico. La presa sonreía, seguramente se había dado cuenta que Airu quizás era un poco más débil que él. Pero lo que no sabía era que de hecho, la sed de sangre valía mucho más que todas esas chorradas de la fuerza y la táctica. El entrenamiento ayudaba bastante, pero más ayudaban las ganas de hacer daño a la gente. De jugar. Cuando te convertías en un animal, tus instintos se simplificaban. Y eso era justamente lo que le pasaba. Arrinconar al enemigo, dejándolo con pocas opciones. Detrás, el río. Que seguramente entorpecería su movimiento. Delante, ella. Y, a un costado, una pequeña colina, que era prácticamente imposible saltar así como así. Sólo podía correr hacía atrás, nuevamente, volviendo a jugar al gato y ratón. Sería perseguido, burlado. Cazado. Al fin y al cabo, ese era su trabajo, ¿no? Nada podía salir mal. Ellos dos, solos, junto a la luna que brillaba en sus ojos. Hasta parecía feliz de verla. No sabía que de hecho, se estaba enfrentado a la mismísima muerte.
Pero había algo con lo que la muchacha no había contado. Otra persona. Y es que cuando escuchó ruidos anteriormente, había pensado que sería el conejo que mató, así que no le dio importancia. Pero ahí estaba, apareciendo de la nada, llevándose al objetivo consigo. Los hombres rodaban por el suelo, quedando a unos metros distancia. Su cara se había tornado en una de sorpresa. ¿Cómo había podido pasar eso sin que se diese cuenta? ¿Quién era la persona que había salvado a la presa? ¿Tenía que pelear con dos, ahora? Notó con estupor como el rubio se ponía de pie y aplastaba la espada de su presa. ¿Qué estaba pasado? Los mechones grisáceos se habían moldeado a su rostro, empapados. Sopló, cerrando los ojos, para apartar el agua de su cara. Estaba molesta. Suspiró un tanto, recordando alguna de las enseñanzas de Donner. Ante la duda, preguntar primero. No tardó en apuntar al chico con su katana, desde su posición. Lo hacía a desgana, no como una amenaza, si no más bien como una burla. - Dame una buena razón para no matarte. Y quítale el pie encima a mi presa, no me gusta que alguien más los maltrate. - decía desafiante, gesticulando con el filo aún en su mano. - Vale... a ver... - intentaba razonar consigo misma. - Qué seguía... qué seguía...
Miró un tanto hacía arriba, rascándose la barbilla. - Oh, oh. Ya. ¿Quién eres y de que lado estás? - como si de una gran idea se trataba, su rostro se iluminaba al encontrar las palabras adecuadas para ese tipo de situación. Seguía reglas simples. Podía atacar a piratas, revolucionarios y algún que otro civil si es que se interponían en su camino. Tenía prohibido intentar algo con los marines, pero más de una vez se había arriesgado. Obviamente, de ser cazador, sería un problema. ¿Podían dos cazadores ir a por la misma presa? Pues no, alguien tenía que ganar. Debería matarlos a ambos esa noche, pero aún estaba a la espera de la respuesta. No intentó hacer nada más, dejaría que el rubio hablara, aunque la verdad es que ya había estropeado el juego. Aunque no lo parecía exteriormente, estaba bastante molesta. ¿De donde había aparecido, de todas formas? ¿Qué fue eso con venir de la nada y tomar su presa tan rápido? Intentó mirarle con detención. Estaban a la misma altura, aunque él parecía algo más joven, teniendo en cuenta que ella se daba los aires de estar en sus veinticinco, aunque no lo fuese así. El hecho de que el chico era más rápido, no le gustaba mucho. Prefería alguien igual de rápido pero más fuerte. Seguramente será escurridizo, y no la dejaría hacerle mucho daño. Suspiró nuevamente, intentando escuchar la explicación del desconocido.
Pero había algo con lo que la muchacha no había contado. Otra persona. Y es que cuando escuchó ruidos anteriormente, había pensado que sería el conejo que mató, así que no le dio importancia. Pero ahí estaba, apareciendo de la nada, llevándose al objetivo consigo. Los hombres rodaban por el suelo, quedando a unos metros distancia. Su cara se había tornado en una de sorpresa. ¿Cómo había podido pasar eso sin que se diese cuenta? ¿Quién era la persona que había salvado a la presa? ¿Tenía que pelear con dos, ahora? Notó con estupor como el rubio se ponía de pie y aplastaba la espada de su presa. ¿Qué estaba pasado? Los mechones grisáceos se habían moldeado a su rostro, empapados. Sopló, cerrando los ojos, para apartar el agua de su cara. Estaba molesta. Suspiró un tanto, recordando alguna de las enseñanzas de Donner. Ante la duda, preguntar primero. No tardó en apuntar al chico con su katana, desde su posición. Lo hacía a desgana, no como una amenaza, si no más bien como una burla. - Dame una buena razón para no matarte. Y quítale el pie encima a mi presa, no me gusta que alguien más los maltrate. - decía desafiante, gesticulando con el filo aún en su mano. - Vale... a ver... - intentaba razonar consigo misma. - Qué seguía... qué seguía...
Miró un tanto hacía arriba, rascándose la barbilla. - Oh, oh. Ya. ¿Quién eres y de que lado estás? - como si de una gran idea se trataba, su rostro se iluminaba al encontrar las palabras adecuadas para ese tipo de situación. Seguía reglas simples. Podía atacar a piratas, revolucionarios y algún que otro civil si es que se interponían en su camino. Tenía prohibido intentar algo con los marines, pero más de una vez se había arriesgado. Obviamente, de ser cazador, sería un problema. ¿Podían dos cazadores ir a por la misma presa? Pues no, alguien tenía que ganar. Debería matarlos a ambos esa noche, pero aún estaba a la espera de la respuesta. No intentó hacer nada más, dejaría que el rubio hablara, aunque la verdad es que ya había estropeado el juego. Aunque no lo parecía exteriormente, estaba bastante molesta. ¿De donde había aparecido, de todas formas? ¿Qué fue eso con venir de la nada y tomar su presa tan rápido? Intentó mirarle con detención. Estaban a la misma altura, aunque él parecía algo más joven, teniendo en cuenta que ella se daba los aires de estar en sus veinticinco, aunque no lo fuese así. El hecho de que el chico era más rápido, no le gustaba mucho. Prefería alguien igual de rápido pero más fuerte. Seguramente será escurridizo, y no la dejaría hacerle mucho daño. Suspiró nuevamente, intentando escuchar la explicación del desconocido.
InvitadoInvitado
Re: Play with me, Arturo. [Arturo Pendragon]
Sus ojos miraban mas alla de lo evidente, observaban a traves de la chica removiendo la ropa para observar lo que habia debajo en su cuerpo desnudo por la búsqueda de un arma o algo de lo que tuviera que estar advertido, era algo común para Arturo que ya se habia acostumbrado a observar a las personas de esa forma la cual cualquier pervertido daría incluso su alma por tener un poder asi, mas sin embargo la rectitud del marine era bastante como para dejarse vencer por frívolas urgencias, a pesar de su edad, el sabría que tendría antes que su cuerpo analizara mas a fondo observando debajo de la piel, existía personas en el mundo con protesis o armas y eran únicas como aquellos sujetos que conocio en la marina, simplemente podían ocultar y tener mas habilidades de las mostradas pero solo habia carne debajo de la piel, órganos internos y finalmente esqueleto, era humana, podía decirlo con certeza gracias a su poder y mirada penetrante que solo restaba por observar el cráneo donde el cerebro se encontraba y en esencia pudo ver mas alla, los pensamientos de aquella mujer y eran… demasiado básicos.
¿Cómo podía expresarlo? Ella no pensaba como otras personas en cosas difíciles, la satisfacción, la sencillez de su persona ante las palabras que emanaba no eran mentira ni de doble intención, realmente no quería ella hablar, lo que mas deseaba era cortar y tener su sangre, ciertamente era la primera persona en el mundo que conocía con tal mente que vivía como una autentica Cazadora y personas asi tenían fuertes deseos que eran difíciles de lidiar, tenia razon Arturo en preocuparse por no conocer sus capacidades hasta el momento pero esa mujer era peligrosa de muchas formas. Ante la amenaza, sabia que no podria dejar al objetivo y comprometerlo, debía llevarlo vivo pero aun con toda su fuerza del rubio, seria un problema el tamaño del sujeto que hasta ahora no conocía nada de ellos y tendría motivos para desconfiar, por eso su pie se sostenia firmemente sobre la espalda de aquel sujeto para evitar huyera, pero algo decía que no seria fácil llevarlo y esta chica arma detrás de ellos.
La lluvia se cernia mas eso no evitaba usar su poder, tampoco lo debilitaba, pero nunca era bueno este tipo de condiciones en una lucha, pronto una nueva duda sobre su persona y su facción, ese punto era mas importante y esa chica a pesar de su comportamiento bruto, parecía darse cuenta que habia cosas no podia podía escapar ¿Seria una revolucionaria? La isla y el sitio no era lugar para dar ese tipo de cosas, aun con toda la honestidad del rubio, no debía, no era un agente del gobierno para saber mentir pero era el único en quien podían confiar la misión y no podía hecharlo a perder. –Oye tu viejo, lárgate de aquí…- Con esas palabras quitaría su pierna avanzando hacia enfrente para permitir al objetivo huir ¿El motivo? Sabia que esa mujer lo cazaba, si fuese una revolucionaria entonces no podria pedir ayuda, pero si era alguien mas, entonces lo protegerían o trataría huir de la isla, pero Arturo podria capturarlo al final a donde fuera mientras su mirada lo pudiera seguir. El sujeto no lo dudo y se paro empezando alejarse mientras que Arturo colocaba su cuerpo en posición de combate, alzando sus manos y pie por detrás suyo, con un ademan de su mano la incitaba a venir por el para combatir, su mirada seria del ojos azules, el silencio como respuesta era todo lo que le daria a esa mujer. Eran escazos 3 metros y no podía dejarla escapar, solo debía esperar a que el objetivo se alejara lo suficiente para escapar e ir detrás de el.
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Re: Play with me, Arturo. [Arturo Pendragon]
Esperaba con curiosidad. Lo que el chico iba a decir, era sumamente importante y decisivo. Esperó, y esperó, pero no consiguió más que una mirada intensa. Eso la hacía sentir un poco incómoda. ¿Porqué? ¿Para qué? Tenía la impresión de que estaba siendo desnudada com la mirada, pero no en el sentido sensual de la palabra. Se sentía observada. Más allá de todo lo físico, podía sentir algo especial. Aunque claro, podía ser también que las voces de su cabeza estaban reviviendo nuevamente, ya que llevaban un rato calladas. Cuando no tenía un objetivo, aparecían. Se burlaban, reían, la volvían loca, dependiendo del día había una reacción u otra. En aquella noche, habían solo susurros de muerte. El canto de los grillos hacía de la mujer se pudiese concentrar sobre la mirada intensa del rubio. Intentaba mirar de la misma forma, pero no conseguía ver nada. Obviamente que no, se le daba horrible leer gente. De hecho, hasta aquel momento, ni había podido sacar en claro que era el desconocido. No necesitaba su nombre, no necesitaba sus datos, raza, lo que fuera. Sólo quería saber que era. No quería cagarla como la última vez, que, contratada por unos marines, se iba a cargar justo a uno de sus compañeros. Tenía que andar con pies de plomo, ya que Donner advirtió que podía volver a una jaula, por eso.
Suspiró un tanto, mientras que esperaba. Estaba a punto de decir algo para que el cuerpo ajeno reaccionase, pero se le adelantó. Un boleto de ida, una chance para escapar. Podía haberse puesto a llorar y lamentarse sobre aquella situación, pero, en realidad, era lo que más le convenía. Si la presa iba a escapar, podía volver a la caza.-Buen chico. - dijo de manera cariñosa, como si de un perro se tratase. Sentir la adrenalina, acelerar su corazón. Le gustaba. Su cara se iluminaba por una sonrisa amplia. De pronto, la persona del rubio ya no importaba. La pregunta de antes, aunque no había sido contestada, ya no valía una mierda. Sea cual sea la decisión ajena, el juego había retomado el curso normal. Tenía algunas reglas claras. No abandonar la caza hasta que la presa estuviese dando su último aliento. No perder enfoque. Las presas se deberían cazar uno por uno. Y, por último. Cazar gente con un wanted sobre la cabeza, preferiblemente que diga "Vivo O Muerto". Parecía difícil al principio, ya que no sabes nunca quien es quien, pero con el tiempo se había acostumbrado, de alguna forma. La pata de ojalata se había acobardado, y, pensando que era la oportunidad de su vida, se escapó corriendo tan fuerte como podía. Hizo ademán para salir corriendo hacía él, pero su camino estaba siendo obstruido.
Entre la presa y el verdugo, había algo. Una figura decidida y, a la vez, inocente. El rubio adoptaba una posición de combate. ¿Qué iba a hacer la mujer? No había más tiempo que perder, ni siquiera debía pelear con él. Primero, porque no sabía de que facción era. Segundo, porque ya tenía un objetivo. Ya había una presa. - ¡Mierda! - maldijo, guardando la katana con un movimiento limpio. Fuese cual fuera la intención del rubio, se temía tener que rechazarle. - No tengo tiempo para esto. - dijo con certeza, mirando los alrededores durante un segundo y dándose la vuelta para así escapar de su ahora enemigo, y volver junto a su linda presa. Quería pillarlo, después de tanto tiempo. La cosa se estaba alargando más de lo que había esperado. Ahora, por culpa suya, tenía que dar la vuelta a medio bosque, más aún así no importaba, pues la noche era joven, y tenía tiempo de sobra.
Suspiró un tanto, mientras que esperaba. Estaba a punto de decir algo para que el cuerpo ajeno reaccionase, pero se le adelantó. Un boleto de ida, una chance para escapar. Podía haberse puesto a llorar y lamentarse sobre aquella situación, pero, en realidad, era lo que más le convenía. Si la presa iba a escapar, podía volver a la caza.-Buen chico. - dijo de manera cariñosa, como si de un perro se tratase. Sentir la adrenalina, acelerar su corazón. Le gustaba. Su cara se iluminaba por una sonrisa amplia. De pronto, la persona del rubio ya no importaba. La pregunta de antes, aunque no había sido contestada, ya no valía una mierda. Sea cual sea la decisión ajena, el juego había retomado el curso normal. Tenía algunas reglas claras. No abandonar la caza hasta que la presa estuviese dando su último aliento. No perder enfoque. Las presas se deberían cazar uno por uno. Y, por último. Cazar gente con un wanted sobre la cabeza, preferiblemente que diga "Vivo O Muerto". Parecía difícil al principio, ya que no sabes nunca quien es quien, pero con el tiempo se había acostumbrado, de alguna forma. La pata de ojalata se había acobardado, y, pensando que era la oportunidad de su vida, se escapó corriendo tan fuerte como podía. Hizo ademán para salir corriendo hacía él, pero su camino estaba siendo obstruido.
Entre la presa y el verdugo, había algo. Una figura decidida y, a la vez, inocente. El rubio adoptaba una posición de combate. ¿Qué iba a hacer la mujer? No había más tiempo que perder, ni siquiera debía pelear con él. Primero, porque no sabía de que facción era. Segundo, porque ya tenía un objetivo. Ya había una presa. - ¡Mierda! - maldijo, guardando la katana con un movimiento limpio. Fuese cual fuera la intención del rubio, se temía tener que rechazarle. - No tengo tiempo para esto. - dijo con certeza, mirando los alrededores durante un segundo y dándose la vuelta para así escapar de su ahora enemigo, y volver junto a su linda presa. Quería pillarlo, después de tanto tiempo. La cosa se estaba alargando más de lo que había esperado. Ahora, por culpa suya, tenía que dar la vuelta a medio bosque, más aún así no importaba, pues la noche era joven, y tenía tiempo de sobra.
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Re: Play with me, Arturo. [Arturo Pendragon]
La tension del momento, nunca se sabia que podria hacer alguien hasta que la situación lo ameritara y Arturo no podía saber si aquella chica lucharía o no contra el, su poder de visión se extendia a medida que el objetivo se escapaba con su paso torpe y a la vez miraba sobre aquel claro bañado en lluvia y luz de luna a su contricante, alguien que no podía dejar pasar por ningún motivo hasta que el otro sujeto se alejara del lugar ¿Qué debería hacer Arturo ahora? ¿Usar sus poderes de Akuma? Eso nunca le habia agradado al rubio, si alguien se enterase, tuviera por lo menos una pequeña idea de lo que eran sus habilidades, entonces comenzarían los rumores, buscaran la forma de contrarestar su poder y hasta ahora eso era una sorpresa que no podía dar a nadie gracias a lo inadvertido que era usar su habilidad ¿Usar sus habilidades físicas? Otra mala idea, el uso de su estilo de lucha era llamativo por que particularmente solo era usado por cierto grupo del Gobierno y era delatar su facción, cosa que no podía hacer en aquella isla de revolucionarios, no todos conocían el arte del Rokushi pero al igula que el otro era algo que daba demasiadas pistas sobre la forma que debía luchar.
Todo era demasiado arriesgado pero era algo que tendría que tomar quisiera o no, estaba decidido a luchar y eso le bastana, aunque la chica parecio tomar finalmente su decisión, dando media vuelta para buscar alejarse de ahí ¿Buena señal? Normalmente lo seria pero aun era pronto para que se tratara de internar al bosque, tal vez una estratagema pero no podía permitirle irse. Era una fortuna tal vez que se girara por que Arturo habría atraído su pierna de atrás hacia adelante ejecutando una patada en el aire, un movimiento que liberaba un proyectil de aire de su pierna como si fuera una especie de espada, pero este caso era un golpe de aire cortante como una curva que viajaría por delante tratando de algún modo este corte llegara ha interponerse en el camino de aquella mujer, cortando la tierra para cerrarle el paso por un momento mientras que Arturo empezaba a perseguirle, con aquella mirada seria, fija y concentrada donde sus mechones rubios y húmedos se movían con el aire de su movimiento, pero el rubio iba directo a por esa mujer para buscar la confrontación cuerpo a cuerpo, solo hasta el punto que a poco mas de 3 metros daría una especie de salto, su fuerza que era mayor y destructiva, le ayudaba en generar ese salto que buscaba pasar por encima de esa mujer, de tal forma que caería nuevamente por delante de ella a varios metros para cubrirle el paso, no pretendia dejar que escapara, aun no podía dejarla hacer eso y con la misma posición de pelea le invitaba a combatir.
OFF: Pasiva Activa
>Rankyaku ("Pierna tormenta"): Es una técnica de proyectil de gran alcance, en el que los usuarios empiezan a dar patadas a gran velocidad y fuerza, enviando una hoja afilada de aire comprimido que puede cortar objetos y dañar en gran medida un cuerpo humano. Nivel 4. La onda de corte y sus dimensiones varían según el nivel del portador. 1 uso por post.
Nivel 4: Mide 2x2 metros y avanza hasta 10 metros.
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Re: Play with me, Arturo. [Arturo Pendragon]
No pensaba dejar que el hombre se escapase. Obviamente, dudaba que tenía dónde ir, puesto que si algo había en las aguas de Centaurea eran barcos tan destruídos que no se podían usar. Aún así, quería pillarlo en ese mismo momento. Le gustaba traer cabezas en sacos negros, junto con el wanted, cosa que le había traído cierta reputación en algunas bases, aunque todo eso no valía para ella. Sin evitar a nombrar el hecho de que necesitaba tomar una pequeña muestra de su carne. Luego, la iba a secar en la luz del sol y colgarla junto a las demás muestras. Era más interesante si tuviese algún tatuaje. Por un momento maldijo el hecho de que estaba medio oscuro, y no podía ver con claridad la piel ajena. Aún así, no había más tiempo para cosas exisistenciales. Pronto, lo que parecía ser un sueño se iba a convertir en realidad. Aunque tuviese que dar la vuelta a medio bosque, nada era demasiado comparado con el hermoso arte de matar. Intentó correr en dirección contraria, pero se iba a llevar una sorpresa. Sus pies fueron parados por un tajo en el suelo. Pedazos de tierra alzaban en el aire, bajo su mirada impresionada. Abrió la mano, dejando que una entrase en la jaula que había formado con sus dedos. Apretó el puño al ver al hombre aparecer de la nada delante suyo.
Suspiró un poco. ¿Porqué estaba siendo tan insistente? ¿A caso era otro cazador? Eso se estaba poniendo algo interesante. - ¿Eres un cazador? - preguntó, mirándole sin ningún rastro de miedo o sorpresa. El chico se estaba poniendo intenso, y la verdad es que odiaba la gente intensa. Le tenía que dar aquello que deseaba más. Notó que se había puesto en la misma posición de antes. Combate. La pena es que Airu no tenía ni idea de lo que era un combate amistoso. Lucharía a morir. No importaba ya quien era su facción, ya que él no lo quería mencionar. ¿Sería castigada si se trataba de un marine? No tenía ni la menor importancia, porque él la estaba retando, y podía oler las ganas de morir. El porqué, ya no importaba. Su sable se alargaba, haciendo que la vaina parezca una continuación, hasta que la luz de la luna pudo brillar por completo en el acero de color plata. La mujer acababa de sujetar la katana, apuntandole. Sonrió. Al fin y al cabo, ¿qué tanta importancia tenía ese wanted que su presa tenía sobre la cabeza? El objetivo había cambiado, sólo por unos minutos. Después de sentir como el último soplo de vida abandonaría el cuerpo del muchacho, volvería a la caza. Sin pensarlo ni un sólo minuto, intentó tomar la delantera con una tajada vertical, de la derecha a la izquierda, acercándose lo suficiente a su objetivo con un sprint.
Suspiró un poco. ¿Porqué estaba siendo tan insistente? ¿A caso era otro cazador? Eso se estaba poniendo algo interesante. - ¿Eres un cazador? - preguntó, mirándole sin ningún rastro de miedo o sorpresa. El chico se estaba poniendo intenso, y la verdad es que odiaba la gente intensa. Le tenía que dar aquello que deseaba más. Notó que se había puesto en la misma posición de antes. Combate. La pena es que Airu no tenía ni idea de lo que era un combate amistoso. Lucharía a morir. No importaba ya quien era su facción, ya que él no lo quería mencionar. ¿Sería castigada si se trataba de un marine? No tenía ni la menor importancia, porque él la estaba retando, y podía oler las ganas de morir. El porqué, ya no importaba. Su sable se alargaba, haciendo que la vaina parezca una continuación, hasta que la luz de la luna pudo brillar por completo en el acero de color plata. La mujer acababa de sujetar la katana, apuntandole. Sonrió. Al fin y al cabo, ¿qué tanta importancia tenía ese wanted que su presa tenía sobre la cabeza? El objetivo había cambiado, sólo por unos minutos. Después de sentir como el último soplo de vida abandonaría el cuerpo del muchacho, volvería a la caza. Sin pensarlo ni un sólo minuto, intentó tomar la delantera con una tajada vertical, de la derecha a la izquierda, acercándose lo suficiente a su objetivo con un sprint.
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Re: Play with me, Arturo. [Arturo Pendragon]
Y finalmente había sucedido, aquella chica parecía ya finalmente entender o mejor dicho aceptar las intenciones combativas de Arturo, a pesar que era ella la única que se comunicaba pero debía hacer, lamentablemente debía ser de esa manera que incluso le llamo un cazador y eso podría ser el mejor de los casos, nadie recordaba un cazador, nadie le interesaba estos y era la mejor conclusión que podrían haberle sacado en ese madrugada donde la lluvia caía sobre ambos y podía visualizar como obtenía finalmente su katana, la cual brillaba con un color reluciente gracias a la luna y el agua se deslizaba por el acero de la fría arma, para ese momento Arturo habría de meter uno de sus manos directo a sus bolsillos de la chaqueta negra que tenía para obtener su propia arma por igual. Una especie rara de dedales largos con cuchillas que estaban metidos dentro de sus 4 dados cubriéndolos por completo, algo muy extraño ¿Un arma? Era muy pequeño para hacer daño alguien ¿Una defensa? ¿Para los dedos? Sería la protección más tonta a menos que fuera para coser y sería una defensa férrea, de cualquier forma era todo lo que tenía a su disposición el ojos azules cuando el combate iniciaba.
El cuerpo de Arturo habría de tensarse, mejor dicho una capa fina de poder cubría su cuerpo por completo hasta sus cosas por completo pero esta aura no era perceptible por sentido normal alguno, era voluntad y de algún modo sentía que esa chica lo sentiría ya que su tajo se vería interpuesto por la mano que poseía las protecciones, y entonces podría sentirse. La espada se habría detenido al acto como si hubiese tratado de golpear una pared de acero, Arturo lo notaria de igual forma viéndose sorprendido por algo más. La mano de Arturo se habría de cerrar con sus dedales de acero para atrapar por un momento la katana sin cortarse de forma alguna en la palma de la mano, mientras que la mano contraria a forma de palma se movía para buscar empujarla, directo a su abdomen con fuerza para enviarla hacia atrás volando por algunos metros antes de caer al suelo con su katana.
El ojos azules habría de mirar su mano que recibió el corte para detenerlo, no habia cortada en absoluto pero la razón por la que lo miraba era otra, ahora conocía la fuerza de aquella chica por donde rondaba y no podía creerlo.. la diferencia era demasiada, era una mujer bastante fuerte e instintiva que a futuro crecería pero ahora no poseía tanta fuerza, no la suficiente y sin embargo podía generar un escalofrió sin igual en las personas. Ahora mismo la confianza del rubio habría aumentado, sabía que podría detenerla y usar el haki armadura como hace un momento no sería necesario, era una medida ante lo desconocido pero podría pararla, el sabía que podía hacerlo y su mirada como una tenue sonrisa se dibuja en su rostro volviéndose a colocar en posición de batalla.
El cuerpo de Arturo habría de tensarse, mejor dicho una capa fina de poder cubría su cuerpo por completo hasta sus cosas por completo pero esta aura no era perceptible por sentido normal alguno, era voluntad y de algún modo sentía que esa chica lo sentiría ya que su tajo se vería interpuesto por la mano que poseía las protecciones, y entonces podría sentirse. La espada se habría detenido al acto como si hubiese tratado de golpear una pared de acero, Arturo lo notaria de igual forma viéndose sorprendido por algo más. La mano de Arturo se habría de cerrar con sus dedales de acero para atrapar por un momento la katana sin cortarse de forma alguna en la palma de la mano, mientras que la mano contraria a forma de palma se movía para buscar empujarla, directo a su abdomen con fuerza para enviarla hacia atrás volando por algunos metros antes de caer al suelo con su katana.
El ojos azules habría de mirar su mano que recibió el corte para detenerlo, no habia cortada en absoluto pero la razón por la que lo miraba era otra, ahora conocía la fuerza de aquella chica por donde rondaba y no podía creerlo.. la diferencia era demasiada, era una mujer bastante fuerte e instintiva que a futuro crecería pero ahora no poseía tanta fuerza, no la suficiente y sin embargo podía generar un escalofrió sin igual en las personas. Ahora mismo la confianza del rubio habría aumentado, sabía que podría detenerla y usar el haki armadura como hace un momento no sería necesario, era una medida ante lo desconocido pero podría pararla, el sabía que podía hacerlo y su mirada como una tenue sonrisa se dibuja en su rostro volviéndose a colocar en posición de batalla.
OFF: Pasiva aun activa.
Uso de Haki Armadura despierto para bloquear el ataque junto los dedales en la mano y Te Awase para detectar tu nivel de fuerza.
->Te-Awase (“Competencia de las seis formas”): Es una habilidad ajena al Rokushiki como tal aunque muy apegada al mismo. Es la capacidad que tiene un usuario para medir el nivel de Doriki de una persona haciendo hincapié en que esto representa la fuerza física combativa de un contrincante o sujeto. Generalmente se mide en una escala numeral que abarca desde el 1 hasta el más de 10,000. En comparativa con los niveles de Doriki usados en el Rokushiki, cada 1,000 puntos indica un nivel de Doriki. La forma de medir el Doriki en cuanto a rol es la siguiente:
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