Año 230 D.D.G
Tras un periodo de paz el nombre de un sujeto comenzó a surgir entre los piratas hasta hacerse de un renombre mundial… Norman D. Gold, un pirata que en un par de años alcanzó el poder suficiente para consagrarse como un emperador pirata y eventualmente para ser nombrado como rey de los piratas al haber reunido un tesoro inconcebible al cual se le otorgó el nombre de “One Piece”. Durante años el Gobierno hizo uso de todos sus recursos para acabar con este hombre per todo fue inútil y decidieron simplemente dedicarse a contener sus ataques. Gold sin embargo, no parece interesado en destruir al Gobierno o en atacar a sus instituciones, sino más bien en continuar explorando el mundo no conocido estableciendo con su poder una estabilidad no vista antaño en el mundo de la mano de todas las demás facciones. ¿Serás parte del mundo y su avance?. Seguir leyendo...
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Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional.
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No es buena la vagueza [Pasado]
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No es buena la vagueza [Pasado]
~ Válgame las cabras montesas ~
Pensaba el joven peliblanco observando una disputa del territorio por parte de dos cabras. Retrocedían para coger carrerilla y chocarse brutalmente con el cráneo y cuernos ~ Que animales más tontos ~ Reflexionaba Kazama sobre la copa de un árbol, entretenido, analizando la naturaleza de la vida, en este caso, el animal llamado cabra. Perseverantes, no muy inteligentes y con mucha fuerza. Esto se podría comparar con la humanidad, con cierto tipo de personas que sean fuertes, más carecen de la inteligencia que podría poseer un cuervo sin ir más lejos. El joven samurái de la familia Wales no se consideraba ni muy fuerte ni muy inteligente, pero era versátil. Sumado a su Akuma No Mi y combinado con su destreza en el uso de las espadas, hacía de el muchacho una persona difícil de derrotar, ya que antes de ser derrotado, podría haber huido fácilmente. A parte, tiene la capacidad de dañar en una pelea sin la necesidad de elaborar un pedazo de plan, pues el poder usar ilusiones en contra de los demás para Kazama era y es la hostia, ¿Quién puede sospechar que está en una ilusión? Es algo que no te paras a pensarlo a menos que sea algo completamente fuera de lo inusual, descarado, pero no era el estilo de Kazama, o al menos no ha llegado hasta ese punto de usar la akuma para que se venda tan fácilmente.
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Re: No es buena la vagueza [Pasado]
2 años atrás aproximadamente…
La isla de las cabras era un sitio maligno, bien sabido era que muchos criminales la tomaban como una isla vacacional, ajena a las leyes de la Marina, ajena a la presencia del Gobierno, según algunos rumores incluso controlada en cierto modo por Capone, todos los elementos la figuraban como un sitio peligroso para pisar a menos que fueses un pirata o un criminal, ¿entonces qué estaba haciendo allí un samurái respetuoso?, la verdad era simple. Varios días atrás Eden se había enterado que en la dichosa isla de las cabras se había avistado la planta medicinal que supuestamente requería su maestro, el profesor Oku estaba en cama desde hacía días y eso preocupaba tanto a Natsumi como al albino, encontrar la cura era ya una prioridad pues de otro modo seguramente acabaría por morir. No hacía ni dos meses que se había ganado el título de samurái con todas las leyes, la ceremonia se llevó a cabo y junto a Natsumi ambos se consagraron como seres de la espada, la gran diferencia entre un espadachín cualquiera y un samurái era que estos últimos tenían un código, como varías veces le comentó Sakura…cualquiera podía empuñar una katana, pero solo un samurái sabía cuándo usarla.
“Diablos” para mantener un perfil bajo tuvo que viajar al lado de piratas de poca monta, no eran malas personas, según sus historias eran piratas solamente por haber robado un par de cargamentos a los comerciantes opulentos, aunque en ningún atraco habían asesinado, eso ya les merecía cierto crédito, pues nadie mejor que Silverman comprendía que el bien y el mal podían coexistir en una persona, algo irónico, pero no imposible. Portaba sus tres katanas en el cinto y sus ropajes le identificaban como un sujeto extraño, pues era el único que parecía vestir a la antigua, aunque claro, entre tanto malandrín la ropa no era importante, todos estaban más dedicados a contar sus recompensas, sus tesoros o a pelear entre ellos.
Así fue como se internó en la misma buscando la dichosa planta, sacó un panfleto y lo observó con detenimiento para ir paso a paso buscando, no parecía dar con aquella planta, al contrario, acabó por toparse con un rebaño de cabras que estaban luchando por el territorio, al menos eso parecía, tuvo ganas de decir un chiste en voz alta, pero se dio cuenta que estaba totalmente solo y entonces aquello carecería de sentido, además, estaba un poco decaído, la situación en Shimotsuki le preocupaba bastante y eso dividía bastante su atención. “Vamos, tiene que estar por aquí” puntuaba agudizando la vista en busca de aquella medicina hasta que finalmente pudo notar a otro sujeto en el sitio, giró a ver en todas direcciones, salvo algunos piratas que estaban más a lo lejos -pues la isla no era precisamente enorme- gritando, cantando o vitoreando, aquellos dos eran los únicos en ese campo, supuso que se trataba de un pirata más y por ende le ignoró continuando su búsqueda.
La isla de las cabras era un sitio maligno, bien sabido era que muchos criminales la tomaban como una isla vacacional, ajena a las leyes de la Marina, ajena a la presencia del Gobierno, según algunos rumores incluso controlada en cierto modo por Capone, todos los elementos la figuraban como un sitio peligroso para pisar a menos que fueses un pirata o un criminal, ¿entonces qué estaba haciendo allí un samurái respetuoso?, la verdad era simple. Varios días atrás Eden se había enterado que en la dichosa isla de las cabras se había avistado la planta medicinal que supuestamente requería su maestro, el profesor Oku estaba en cama desde hacía días y eso preocupaba tanto a Natsumi como al albino, encontrar la cura era ya una prioridad pues de otro modo seguramente acabaría por morir. No hacía ni dos meses que se había ganado el título de samurái con todas las leyes, la ceremonia se llevó a cabo y junto a Natsumi ambos se consagraron como seres de la espada, la gran diferencia entre un espadachín cualquiera y un samurái era que estos últimos tenían un código, como varías veces le comentó Sakura…cualquiera podía empuñar una katana, pero solo un samurái sabía cuándo usarla.
“Diablos” para mantener un perfil bajo tuvo que viajar al lado de piratas de poca monta, no eran malas personas, según sus historias eran piratas solamente por haber robado un par de cargamentos a los comerciantes opulentos, aunque en ningún atraco habían asesinado, eso ya les merecía cierto crédito, pues nadie mejor que Silverman comprendía que el bien y el mal podían coexistir en una persona, algo irónico, pero no imposible. Portaba sus tres katanas en el cinto y sus ropajes le identificaban como un sujeto extraño, pues era el único que parecía vestir a la antigua, aunque claro, entre tanto malandrín la ropa no era importante, todos estaban más dedicados a contar sus recompensas, sus tesoros o a pelear entre ellos.
Así fue como se internó en la misma buscando la dichosa planta, sacó un panfleto y lo observó con detenimiento para ir paso a paso buscando, no parecía dar con aquella planta, al contrario, acabó por toparse con un rebaño de cabras que estaban luchando por el territorio, al menos eso parecía, tuvo ganas de decir un chiste en voz alta, pero se dio cuenta que estaba totalmente solo y entonces aquello carecería de sentido, además, estaba un poco decaído, la situación en Shimotsuki le preocupaba bastante y eso dividía bastante su atención. “Vamos, tiene que estar por aquí” puntuaba agudizando la vista en busca de aquella medicina hasta que finalmente pudo notar a otro sujeto en el sitio, giró a ver en todas direcciones, salvo algunos piratas que estaban más a lo lejos -pues la isla no era precisamente enorme- gritando, cantando o vitoreando, aquellos dos eran los únicos en ese campo, supuso que se trataba de un pirata más y por ende le ignoró continuando su búsqueda.
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Re: No es buena la vagueza [Pasado]
Entre las ramas que asomaban de las copas de un árbol situado a unos 5 metros con respecto al suelo, seguía observando como se daban de hostias a cabezazos, como animales que eran. Con el rato y los golpes, los cuernos se iban deteriorando lentamente, llegando hasta sangrar y que se les parta el mismo, que en cuyo caso es derrota prácticamente, a menos que muera en el intento o huya, a quien dice que una retirada a tiempo a veces es una victoria. La cabra Alfa se quedaba con el territorio, y no hizo otra cosa que buscar un sitio más cómodo entre la amplia pradera de hierba, se encontraba débil y no hizo otra cosa que tumbarse a descansar ~ Vaya... Da hasta lástima... Pero en el fondo, este mundo es igual... Funciona todo con la ley del más fuerte ~ Reflexionaba tras el duelo de cabras dejándole muy pensativo ~ Con esto me doy cuenta de que debería entrenar, en un futuro lo voy a pasar mal y debo estar preparado... ~ Mantenía una conversación reflexiva consigo mismo mientras seguía en lo alto de aquel árbol.
Al rato, un par de piratas pasaban por delante de Kazama. Él, observaba desde la misma posición, con la misma postura. Apoyado contra el tronco con la pierna izquierda estirada sobre la rama y con la derecha dejándola caer. Al igual que sus katanas que colgaban de su cintura, portando dos a su derecha y una a la izquierda. Un estilo de espadas que heredó al igual que muchos samuráis, de Shimotshuki, la isla de los espadachines. Kazama veía como pasaban por delante, pero no les hizo caso, estaba bien donde estaba. Pero al poco tiempo de eso, un chico de 3 espadas, al igual que Kazama se hacía ver un poco más lejos. Al igual que él, peliblanco. Lo del pelo era curioso, pero poseían el mismo tipo de pelea, o eso sintió a primera vista el joven de la familia Wales ~ ¿Entrenó también en Shimotshuki? ~ Se cuestionaba curioso observando como podría tomar un camino que pasara por en frente de él ~ ¿Lo conoceré? ~ Cualquier duda le pasaba por la cabeza mientras seguía observando tranquilamente
Al rato, un par de piratas pasaban por delante de Kazama. Él, observaba desde la misma posición, con la misma postura. Apoyado contra el tronco con la pierna izquierda estirada sobre la rama y con la derecha dejándola caer. Al igual que sus katanas que colgaban de su cintura, portando dos a su derecha y una a la izquierda. Un estilo de espadas que heredó al igual que muchos samuráis, de Shimotshuki, la isla de los espadachines. Kazama veía como pasaban por delante, pero no les hizo caso, estaba bien donde estaba. Pero al poco tiempo de eso, un chico de 3 espadas, al igual que Kazama se hacía ver un poco más lejos. Al igual que él, peliblanco. Lo del pelo era curioso, pero poseían el mismo tipo de pelea, o eso sintió a primera vista el joven de la familia Wales ~ ¿Entrenó también en Shimotshuki? ~ Se cuestionaba curioso observando como podría tomar un camino que pasara por en frente de él ~ ¿Lo conoceré? ~ Cualquier duda le pasaba por la cabeza mientras seguía observando tranquilamente
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Re: No es buena la vagueza [Pasado]
“¡Jodido, ¿qué tan difícil es encontrar esa puta planta?!” conforme avanzaba en su búsqueda nuevamente comenzaba a desesperarse igual que en otras ocasiones, aunque en principio el asunto resultaba aparentemente sencillo, la verdad es que era más complejo de lo esperado, si tan solo tuviese conocimientos médicos quizás podría salvar a su maestro sin recurrir a plantas medicinales, pero eso no era así. Justo estaba en eso cuando escuchó una especie de bufido a sus espaldas, elevó la mirada por sobre su hombro y pudo ver a una enorme cabra que estaba preparándose para atacar, probablemente era la dueña del sitio y ahora estaba enfadada con el intruso -¡Oye, espera un segundo y me iré, solo necesito revisar algo!- se sintió algo idiota tras decir aquello, le estaba hablando a una cabra después de todo, afortunadamente no había mucha gente cerca o sería el hazmerreír de todo mundo.
Para su mala suerte, o mejor dicho, como era habitual en su “fortuna”, la cabra no hizo caso y se lanzó al ataque con todas sus energías, Eden pudo esquivarla simplemente saltando dejando que la misma pasara debajo de su cuerpo sin saber bien que acababa de pasar. Una vez en el suelo continúo su búsqueda ignorando al animal, esperando que este hubiese entendido que no estaba en condiciones de enfrentarle, empero, como toda bestia rabiosa aquella cabra simplemente dio media vuelta y volvió a lanzar su ataque feroz, en esta ocasión el chico no saltó, simplemente se quedó ahí parado sacando una de sus katanas en la funda y en el momento exacto le golpeó con mucha fuerza en el cráneo haciendo que la misma se estampase en el suelo generando incluso un pequeño cráter apenas perceptible y dejando al animal inconsciente, seguramente despertaría toda mareada, pero no pasaría de eso.
-Te lo advertí- retornó la katana al cinto y sujetó una planta, era bastante parecida a la que estaba buscando, pero una mirada más minuciosa le hizo descartarla. Una vez más la suerte le dio la espalda cuando un montón de cabras se acercaron furicas, casi como si al dañar a la otra les hubiese ofendido a todas -¿Es que acaso es el día de la cabra?, ¡fuchi, fuera de aquí!- intentaba disuadirlas de sus intenciones hostiles, pero nuevamente al igual que la anterior estas criaturas no parecían entender razones, al contrario, con cada movimiento del albino se notaba que se alebrestaban más, hasta el punto que al menos unas diez cabras estaban ya a su alrededor listas para el ataque, aunque ciertamente por un momento el samurái se debatió si era él su objetivo o si por mala suerte -algo no tan usual en su cotidianidad- estaba en medio de un combate multitudinario de aquellos seres.
Para su mala suerte, o mejor dicho, como era habitual en su “fortuna”, la cabra no hizo caso y se lanzó al ataque con todas sus energías, Eden pudo esquivarla simplemente saltando dejando que la misma pasara debajo de su cuerpo sin saber bien que acababa de pasar. Una vez en el suelo continúo su búsqueda ignorando al animal, esperando que este hubiese entendido que no estaba en condiciones de enfrentarle, empero, como toda bestia rabiosa aquella cabra simplemente dio media vuelta y volvió a lanzar su ataque feroz, en esta ocasión el chico no saltó, simplemente se quedó ahí parado sacando una de sus katanas en la funda y en el momento exacto le golpeó con mucha fuerza en el cráneo haciendo que la misma se estampase en el suelo generando incluso un pequeño cráter apenas perceptible y dejando al animal inconsciente, seguramente despertaría toda mareada, pero no pasaría de eso.
-Te lo advertí- retornó la katana al cinto y sujetó una planta, era bastante parecida a la que estaba buscando, pero una mirada más minuciosa le hizo descartarla. Una vez más la suerte le dio la espalda cuando un montón de cabras se acercaron furicas, casi como si al dañar a la otra les hubiese ofendido a todas -¿Es que acaso es el día de la cabra?, ¡fuchi, fuera de aquí!- intentaba disuadirlas de sus intenciones hostiles, pero nuevamente al igual que la anterior estas criaturas no parecían entender razones, al contrario, con cada movimiento del albino se notaba que se alebrestaban más, hasta el punto que al menos unas diez cabras estaban ya a su alrededor listas para el ataque, aunque ciertamente por un momento el samurái se debatió si era él su objetivo o si por mala suerte -algo no tan usual en su cotidianidad- estaba en medio de un combate multitudinario de aquellos seres.
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Re: No es buena la vagueza [Pasado]
Aún seguía en la copa del árbol, que después de observar el duelo entre dos cabras, veía a lo lejos un samurai de 3 espadas, por lo que con toda la situación que había conllevado, inconscientemente quería tener un duelo de espadas con él y más que eso, entrenar. Ya que con tanto viaje se estaba oxidando un poco. Aunque a penas a pasado un par de semanas desde la última vez que entrenó, dos semanas para Kazama es mucho. No obstante, el otro peliblanco parecía ágil y fuerte, pues se deshizo de una cabra un tanto agresiva, con un fuerte golpe seco que estampó a la misma cabra contra el suelo ~ Vaya ~ Se sorprendía el joven pirata, quien al rato, podía comprobar como esa acción del otro samurai era como una falta de respeto hacia las otras cabras, quienes rodeaban a ese tipo. Kazama intuía que podría librarse él sólo, pero quería entrar en acción para tomar contacto con ese tipo y de casualidad aceptaría el entrenar con Kazama.
El peliblanco se bajó de la copa del árbol y con velocidad se situó detrás de algunas cabras llamando su atención ~ Espero que no te moleste la ayuda ~ Decía sonriendo con los brazos cruzados a unos 7 metros del desconocido de pelo blanco. Cuatro cabras se giraron para embestir al joven, pero el provocar que le mirara, no hizo otra cosa con poder meterlas en una ilusión, en la cual Kazama saldría corriendo y las cabras detrás del pirata mientras que él a penas se movió. Para a continuación ver como se trataría el otro samurai con esos animales restantes.
El peliblanco se bajó de la copa del árbol y con velocidad se situó detrás de algunas cabras llamando su atención ~ Espero que no te moleste la ayuda ~ Decía sonriendo con los brazos cruzados a unos 7 metros del desconocido de pelo blanco. Cuatro cabras se giraron para embestir al joven, pero el provocar que le mirara, no hizo otra cosa con poder meterlas en una ilusión, en la cual Kazama saldría corriendo y las cabras detrás del pirata mientras que él a penas se movió. Para a continuación ver como se trataría el otro samurai con esos animales restantes.
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Re: No es buena la vagueza [Pasado]
Estaba preparándose para enfrentar a aquellos animales cuando un chico, específicamente el otro albino, saltó desde su árbol y se posicionó relativamente cerca, aclaró que estaba ahí para ayudar, cosa que Eden iba a agradecer -Mientras no cobres- bromeó con ello notando como aquella interrupción enfadaba a casi todas las cabras haciendo que las mismas se lanzasen en contra del contrario, aunque algo extraño sucedió, las mismas pasaban a su lado como si estuviesen ciegas y continuaban su marcha frenética en contra de la nada. Rascó su cabeza y estuvo a punto de preguntar qué diablos estaba pasando, pero todavía a sus espaldas quedaban dos cabras que ya se aproximaban con toda su fuerza, aunque estas fueron eludidas con un simple salto causando que ellas se estampasen entre sí, acto que solamente provocó una pelea entre ambas, al parecer ya se había solucionado el asunto de una forma más simple de lo esperado.
-Agradezco tu ayuda- miró al otro sujeto, no dejó de notar que este portaba también unas cuantas espadas, supuso entonces que ese era su medio de combate, aunque no descartó que fuese meramente una herramienta, algunos solo usaban las armas en actos puntuales y no como un sistema de lucha -No sé la razón de que se pongan tan agresivas, es decir, es un sitio bastante extenso para todos- señaló la pradera, en realidad la isla era pequeña pero aquellos campos, deshabitados por humanos y sin campos de siembra se notaban como una amplía parte de tierra libre, cualquier animal sería feliz en ese sitio, al menos así lo pensaba el chico.
-En todo caso, me llamo Eden- asintió suavemente, en otras circunstancias su presentación habría sido un poco más alegre o cercana, pero estando en una isla de piratas no se podía permitir hacer esos actos, seguramente le tomarían por loco o en su defecto le delatarían para comenzar a atacarle, no tenía buena percepción de los criminales en general, la mayoría de historias que se topaba de civiles o incluso de algunos cazadores eran bastante grotescas, con muerte por todos lados, en sí mismos aquellos hombres y mujeres eran un caos andante. Por supuesto, algunos como ese tal Dante Sparda parecían gente maja, cuyos crímenes podían ser algunos relacionados al robo, pero no al asesinato, aquellos eran los menos malos y peligrosos, incluso Silverman lo podía entender, aunque no por eso le agradaban.
Como fuere, no era momento de ponerse nuevamente a divagar sobre su selección de amistades, necesitaba dar con aquella planta, el tiempo estaba corriendo y no planeaba quedarse mucho en la isla, era peligroso estar demasiado cerca de los piratas por periodos prolongados, además, le había prometido a Natsumi volver lo antes posible, la isla estaba desprotegida con Oku tendido y él fuera de la misma.
-Agradezco tu ayuda- miró al otro sujeto, no dejó de notar que este portaba también unas cuantas espadas, supuso entonces que ese era su medio de combate, aunque no descartó que fuese meramente una herramienta, algunos solo usaban las armas en actos puntuales y no como un sistema de lucha -No sé la razón de que se pongan tan agresivas, es decir, es un sitio bastante extenso para todos- señaló la pradera, en realidad la isla era pequeña pero aquellos campos, deshabitados por humanos y sin campos de siembra se notaban como una amplía parte de tierra libre, cualquier animal sería feliz en ese sitio, al menos así lo pensaba el chico.
-En todo caso, me llamo Eden- asintió suavemente, en otras circunstancias su presentación habría sido un poco más alegre o cercana, pero estando en una isla de piratas no se podía permitir hacer esos actos, seguramente le tomarían por loco o en su defecto le delatarían para comenzar a atacarle, no tenía buena percepción de los criminales en general, la mayoría de historias que se topaba de civiles o incluso de algunos cazadores eran bastante grotescas, con muerte por todos lados, en sí mismos aquellos hombres y mujeres eran un caos andante. Por supuesto, algunos como ese tal Dante Sparda parecían gente maja, cuyos crímenes podían ser algunos relacionados al robo, pero no al asesinato, aquellos eran los menos malos y peligrosos, incluso Silverman lo podía entender, aunque no por eso le agradaban.
Como fuere, no era momento de ponerse nuevamente a divagar sobre su selección de amistades, necesitaba dar con aquella planta, el tiempo estaba corriendo y no planeaba quedarse mucho en la isla, era peligroso estar demasiado cerca de los piratas por periodos prolongados, además, le había prometido a Natsumi volver lo antes posible, la isla estaba desprotegida con Oku tendido y él fuera de la misma.
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Re: No es buena la vagueza [Pasado]
Kazama se había autopresentado al observar al tipo que usaba 3 espadas, al igual que el peliblanco pirata. El otro chico soltó una broma, también hizo reir al pirata ~ Que va hombre ~ Sonreía contestando. Al rato, ese chico le agradecía la ayuda ~ Pues parece simpático ~ Decía en su mente mientras el otro comentaba un dato sobre la agresividad de las cabras para continuarlo con la presentanción del propio joven ~ Encantado Eden, yo soy Kazama ~ Decía amistosamente el joven pirata, observando cómo al rato se alejaban de la zona donde estaban los dos samurais. El peliblanco de la facción criminal en teoría, veía la oportunidad de preguntarle de por un práctica ~ Oye, al igual que tú, yo también puedo usar el Santoryu y los otros estilos de espadas ~ Kazama se imaginaba que si llevaba 3 espadas usaba desde el estilo de una espada hasta el de tres, podría equivocarse, está claro, pero esa intuición ~ Y... Había venido a entrenar un poco, pero te veo a tí y me dan ganas de entrenar contigo ~ Sonreía humildemente con su mano tras la cabeza ~ Ya sabes, hacer un entrenamiento con las espadas. Hace unas semanas que no practico y se me hace largo aunque no haya pasado mucho tiempo ~ También cabía la posibilidad de que dijera que no, en ese caso no habría problema, Kazama tampoco le iba a obligar ~ ¿Qué te parece la idea? ~
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Re: No es buena la vagueza [Pasado]
-No es inusual- aseguró sin darle mucha importancia a los estilos de espadas, antaño en realidad Eden pensaba que era extraño que la gente ajena a la isla tuviese esa capacidad, no obstante, con el tiempo su maestro Oku le enseñó que Shimotsuki no se caracterizaba propiamente por poseer a los espadachines de forma exclusiva, sino por sus enseñanzas, como había afirmado ante ese tal Dante Sparda, la diferencia entre un espadachín y un samurái eran los principios, los ideales y los valores que se manejaban. Podía estar equivocado, como en todo, pero en la isla de las cabras si estaba aquel hombre era casi seguro que se trataba de un pirata, un criminal, quizás uno violento, o en todo caso alguien menos dañino, empero, estaba casi seguro que ningún pirata podía tener ideales puros, eso era más bien una justificación que algunos basaban en “la libertad”.
Se quedó en silencio un momento examinando de nueva cuenta las flores y plantas de alrededor, ¿practicar?, a Eden eso ahora no le interesaba demasiado, estaba claro que existían asuntos más importantes, era claro que un pirata probablemente solo vivía para la batalla y el hurto, así que no era tan raro escuchar aquella invitación. Debería negarse, eso estaba claro, no obstante, la voz de Natsumi llegó a su mente, un samurái no se quedaba con nada gratis, pues hacerlo era en cierto modo como ofender al honor mismo de las tradiciones, Kazama le ayudó, poco o mucho contra aquellos animales, eso se podía considerar un favor, no tuvo razones para hacerlo y a pesar de eso lo hizo, entonces se podría adjudicar que Silverman ahora estaba en deuda con él, negarse a regresarle el favor sería visto como una agresión para Kazama, incluso si este último no lo veía así.
“Joder” suspiró restregando su rostro y asintió girándose para ver al chico -Supongo que no hay problema, tú me ayudaste, es justo que te devuelva el favor practicando contigo, aunque me gustaría que fuera breve, estoy algo ocupado- y con ese único comentario desenvainó una de sus katanas, la sujetó a dos manos frente a él e hizo una pequeña reverencia, algo típico de un samurái cuando se preparaba para entrenar al lado de una persona que consideraba apropiada -Igualmente, tal vez puedas responder algunas preguntas, si vamos a practicar es justo que nos conozcamos un poco mejor- pues era bien sabido que un cruce de espadas no hostil era como un refrendo de amistad en algunos casos, por ende la charla era en ocasiones bastante necesaria.
Se quedó en silencio un momento examinando de nueva cuenta las flores y plantas de alrededor, ¿practicar?, a Eden eso ahora no le interesaba demasiado, estaba claro que existían asuntos más importantes, era claro que un pirata probablemente solo vivía para la batalla y el hurto, así que no era tan raro escuchar aquella invitación. Debería negarse, eso estaba claro, no obstante, la voz de Natsumi llegó a su mente, un samurái no se quedaba con nada gratis, pues hacerlo era en cierto modo como ofender al honor mismo de las tradiciones, Kazama le ayudó, poco o mucho contra aquellos animales, eso se podía considerar un favor, no tuvo razones para hacerlo y a pesar de eso lo hizo, entonces se podría adjudicar que Silverman ahora estaba en deuda con él, negarse a regresarle el favor sería visto como una agresión para Kazama, incluso si este último no lo veía así.
“Joder” suspiró restregando su rostro y asintió girándose para ver al chico -Supongo que no hay problema, tú me ayudaste, es justo que te devuelva el favor practicando contigo, aunque me gustaría que fuera breve, estoy algo ocupado- y con ese único comentario desenvainó una de sus katanas, la sujetó a dos manos frente a él e hizo una pequeña reverencia, algo típico de un samurái cuando se preparaba para entrenar al lado de una persona que consideraba apropiada -Igualmente, tal vez puedas responder algunas preguntas, si vamos a practicar es justo que nos conozcamos un poco mejor- pues era bien sabido que un cruce de espadas no hostil era como un refrendo de amistad en algunos casos, por ende la charla era en ocasiones bastante necesaria.
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