¡Estamos apurados! Apartaos [Pasado]

por Invitado Dom Ene 29, 2017 9:52 pm

Harumi abrió los ojos de manera lenta y pausada, mirando el techo de manera confusa y tanteando en la cama donde se encontraba hasta que finalmente dio con algo blando. Se tomo unos largos minutos tocando y apretando hasta que un grito se escapo de aquello que tocaba y retiro la mano con velocidad mientras abría los ojos de par en par saltando de la cama terminando en el suelo. A su lado en aquella cama se despertó una mujer de cabellera rubia, larga y realmente sedosa al punto de asustarle por no recordar absolutamente nada de lo que había hecho la noche anterior. La mujer la miro algo asombrada -¿Te ocurre algo?- ¿Que si le ocurría algo? ¡Joder! Claro que le ocurría -Ayer estabas tan segura trayéndome a este cuarto, parecías confiada en tus habilidades seductoras para con otras mujeres y ahora pareces tan frágil- En cuanto la vio relamerse los labios le cayeron unas cuantas miles de piezas en la cabeza recordando la noche anterior con el okama y como Harumi se había ido a tomar por ahí, seguro que gracias a la fuerza del alcohol termino por atrapar a aquella mujer.

-Ah, claro... Esto... Natsumi, voy a por algo de desayunar- La mujer miro a la marine de mala gana -Natsuki- Una miserable letra y se tomaban el atrevimiento de corregirla, por dios, las mujeres de hoy en día eran realmente descaradas y molestas -Si bueno, lo siento, ahora vengo y... ¿Mi ropa?- Se rasco ligeramente la cabeza para intentar recordar donde estaba hasta que finalmente opto por tomar la sabana y envolverse en ella largándose a correr de aquel lugar bastante rápido. Tomo unas cuantas calles laterales envuelta únicamente en aquella sabana blanca, se dedico a esquivar unas cuantas personas, obvio a todo el mundo presente dado que por suerte era muy temprano por la madrugada y no había demasiados moros en la costa.

Con unos largos minutos corriendo y escondiendose logro colarse en el hotel donde estaban pasando el tiempo tanto ella como su hermano. Corrió por las escaleras, esquivo al personal y llego al tercer piso donde estaba su habitación compartida la cual golpeo varias veces de manera realmente fuerte -Maldita sea oniichan, abre la puta puerta o la voy a tirar abajo, estoy algo complicada aquí afuera- Volvió a golpear la puerta otras cuantas veces, cada vez usando mas fuerza que antes y haciendo un ruido que seguramente atrajera a alguna persona a ver que ocurría en el pasillo siendo que si su hermano no se apuraba aquella puerta iba a terminar tumbada en el suelo a base de golpes -Abre maldición- También había que aclarar que estando tan cerca de salvarse se comenzaba a poner mas y mas nerviosa de fregarla.

por Invitado Lun Ene 30, 2017 1:49 pm

Aquella noche había sido un tanto particular, siendo que lo primero había sido tratar de escapar de aquella cita planeada por su hermana con el Okama, algo que se logro justo al momento en el que la contraría se embobara con una mujer de blonda cabellera. El masculino le perdería la pista a su hermana tras ese encuentro, uno en el cuál unos tragos de más habían brindado una divertida mezcla de sensaciones para ambos hermanos que se irían por diferentes rumbos, y por su parte, con diferentes acompañantes, aunque ambos tenían algo en común, eran un par de cuerpos femeninos, mas, eso sería todo lo que se centraría la coincidencia. Una serie de ruidos serían escuchados por el pelinegro mientras su cuerpo se deslizaría por aquella suave sabana que cubría el colchón donde había pasado la noche, a su diestra, un cuerpo yacía tapado entre una sabana y unos cuantos cabellos rojizos que deslizarían por parte de su espalda, y a la altura de su hombro se desvirarían para el pecho voluptuoso de la desconocida.

El desorden primaba en aquella habitación, siendo que parte de las ropas de cama estarían tiradas por cualquier sitio, y una que otra botella de vodka acostada de forma suave contra aquella piso. Quien se supone que molesta a estas horas... Pensó el soldado mientras verificaría por la mirilla de aquella puerta de hotel, verificando una silueta casi en igualdad de condiciones que su acompañante, pero esta vez era sumamente diferente, ya que era su hermana acompañada de golpes y gritos para que le abra la puerta. El masculino abriría unos escasos centímetros, lo que le permitiría aquel método de seguridad que no era nada más que una cadena aferrada al marco. - Equivocado, moleste en otro lado. - Diría el masculino cuya cara no pasaría de unos veinte minutos de despierto, su cuerpo por mientras sería completamente tapado por la puerta, debido a una inclinación de este para que solo se vea su rostro. Acto seguido, cerraría de forma inmediata la puerta y comenzaría a dar vueltas por la condenada habitación.

- Hey, Ikari, levántate. Tienes que irte, deprisa. - Comentaría sin más mientras daría leves toques en el cuerpo femenino que estaba aún reposando en la cama. De mala gana ante estas palabras, la fémina se levantaría en cuestión de segundos, tomando aquellas prendas que estaban en el suelo. - Vamos vamos, sal por la otra puerta. - Aquello de que la habitación sea una doble por obvias razones, era algo realmente bueno, no obstante, desconocía si la otra habitación tenía su puerta cerrada o si su hermana tendría la condenada llave.

Sólo pasarían unos escasos segundos, para que la pelirroja avanzará de forma firme hacía la habitación contigua la cuál era separa por una puerta. Por otra parte, Guren pasaría a simplemente colocarse una prenda, un short el cuál utilizaba generalmente para dormir. - Venga, venga, nos veremos en otra ocasión, pequeña Ikari. - En aquel instante este trataría de depositar un suave beso en el hombro zurdo de la fémina, sin embargo, este no recibiría otra cosa que una bofetada en su lugar. - Es Hikari, idiota. - Posterior a estas palabras, la contraría se dispondría a abrir la puerta simplemente para largarse de aquel lugar. Esto, simplemente dejaría ver en que tan buen estado se encontraba el masculino la noche anterior, sumado al buen estado de su memoria.

por Invitado Lun Ene 30, 2017 2:15 pm

Su hermano era un idiota sin reparo ni comparación. Entre abrir la puerta, mirarla de arriba a abajo y en un misero segundo cerrar la puerta diciendo que no era mas que un error -Equivocado fue tu nacimiento idiota, abre la condenada puerta- Intento poner el pie para trabar en el momento justo pero en su lugar una parte de la sabana quedo atrapada sin que ella se diera cuenta siendo que al estarse encerrada en aquel lugar logro recordar que aquellas habitaciones tenían doble puerta "Seras idiota Harumi, la otra puerta..." Se dio la vuelta para irse pero la sabana hizo un tirón y se quedo completamente desnuda en medio del pasillo. Por un segundo se quedo congelada, paralizada por el miedo a que alguien la viera girando el rostro hacia ambos lados del pasillo para saltar casi de manera desesperada hacia la sabana que tiro un par de veces sin obtener un buen resultado.

Desgraciadamente la tela se termino de romper en dos dejando una parte en manos de la peliazul que opto por anudar la parte de sus pechos y esconderlos en cierta manera siendo esa clase de momentos bochornosos los que odiaba tener tan buena figura, era demasiada carne para cubrir con pocas telas disponibles. Tomo algo de aire, levanto una pierna y le dio un fuerte golpe a la puerta, justo a la altura de la bisagra -Como no habrás esta mierda la voy a tirar abajo- Esta vez iba a cargar con su hombro completamente, tomo algo de carrera y cuando se dispuso a cargar contra la misma se llevo una no muy agradable sorpresa.

La puerta del cuarto fue abierta y en lugar de empujar la misma termino por golpear con todo su hombro en un pecho blando a la par que generoso del mismo para caer ambas al suelo y, obviamente, haciendo que la improvisada ropa interior de la peliazul se soltara -¡Onichan, Ba...!- Se quedo callada al mirar que había una mujer debajo de ella y en lugar de levantarse cual dama que era se le quedo mirando, con ambas manos en su pecho, manoseando de manera descarada -No elegiste mal, aunque la mía era Copa D, esta apenas llega a una C- Asintió con la cabeza evaluando la copa de la desconocida que obviamente le dio un golpe a Harumi antes de irse al grito de que estaban todos locos en aquel cuarto.

por Invitado Lun Ene 30, 2017 3:29 pm

Las maldiciones por parte de su hermana aumentarían su volumen, esto sería acompañado por los golpes y los pedidos de que abra nuevamente la puerta, no obstante, el masculino haría oídos sordos ante tales casos, producto de que simplemente estaría dispuesto a sacar a aquella persona de su cuarto lo antes posible, pensando que su hermana podría estar tan ocupada tratando de derribar la otra puerta, que ni cuenta se daría de la secundaría, y a la vez, de que una persona saldría de allí. Para su sorpresa, en el mismo instante en el cuál aquella pelirroja abrió la puerta, una estampida por parte de su hermana había sido efectuada, resultando en una embestida hacía aquella desconocida mujer en la cuál terminaban las dos en el piso.

Para la sorpresa del masculino, su hermana se encontraría prácticamente nula de prendas, algo que claramente le quito uno que otro sonrojo y a la par iría a por una sabana de aquella cama perfectamente hecha en dicha habitación. Por otra parte, la pelirroja tras una serie de toqueteos descarados por la fémina, se retiraría dando un grito que claramente marcaba a la menor de las Ichinose. Los comentarios expuestos por esta, simplemente serían respondidas con una manta, la cuál sería lanzada sobre la menor con el fin de taparla por completo. - Claro, experimentada. - Expulsó sin más mientras pasaría a su habitación y cerraría la puerta detrás de sus pasos.

Una carrera emprendería para tratar de esconder aquellas botellas debajo de la cama con la idea de no tener que cargar con los regaños de su hermana o algún estilo de protesta producto de aquella ingestión. - Y habla más despacio... - Diría con suma calma, puesto que sin duda alguna, la menor estaría detrás suya en segundos.

por Invitado Lun Ene 30, 2017 3:40 pm

Todo lo que su hermano le podía dar eran unas sabanas, siquiera revisar el cajón de la ropa para darle al menos algo con que cubrirse con mas estilo siendo por parte de Harumi que al estar en una habitación cerrada, libre de problemas, tiraría la sabana al suelo mientras revisaba el cajón de entre sus ropas para quitar dos piezas de color negro con algunos pocos detalles en morado, ropa interior obviamente. Ya mas cubierta y tranquila dejo escapar un ligero quejido a la par que estiraba ambos brazos hacia el techo y se dedicaba a rebuscar entre los cajones para tomar una camisa blanca desordenando prácticamente todo el cuarto en cuestión de segundos.

Posterior a ello y con camisa desabotonada sobre sus hombros paso al cuarto de su hermano con un bostezo bastante elevado -No te molestes en esconderlo, ya me lo imagino de por si- Le dijo mientras elevaba ambos hombros como si el asunto poco le importara, a fin de cuentas ella había hecho lo mismo y al menos esa mañana y solo esa era perdonable el tomar eso como una acción normal -¿Cuantas botellas?- Llego a contar unas tres por el suelo imaginándose la que estaban escondidas y suspiro mientras negaba con la cabeza -Imagino que no tienes ni idea- Posterior a ello reviso el cajón de la mesa de luz notando que dentro del mismo habían cuatro de los cuatro preservativos que había guardado haciendo que volteara a mirar a Guren con miedo.

Tomo aquellos cuatro paquetitos sin quitarle la vista -Las ventajas de que yo lo haga con otra mujer es que la cocina no regresa llena de humo bajo ningún punto de vista. Pero si tu lo haces sin estas cosas con otra mujer... Dime por favor que no rellenaste el pastel- Esas referencias con doble sentido, con lo que tenia en la mano daban una idea completa de a lo que se refería y si no estaba lo suficientemente claro... Bueno, les hace falta mas lectura del estilo Ecchi en su vida.

por Invitado Lun Ene 30, 2017 4:05 pm

El cuerpo del masculino se movería de un lado al otro en completo silencio, verificando cada cosa que tendría que esconder para evitar una riña casi como si fuese de una pareja, ya que, aquella mujer que era unos años menor que él, y era su hermana, siempre marcaba uno que otro problema en cuanto a las relaciones amorosas del mismo. ¿Por qué? Simplemente, porque no eran hombres, o no eran personas que ella misma elegía, sumado a que esta tendría un interés bastante despreocupado para meterse en dichos temas.

Demonios... Si, demonios, en poco tiempo ya estaba aquel espectro tras él, siendo que solo portaría sus prendas intimas y una camisa completamente desabrochada, como si simplemente lo haría para no ser tan descarada, algo... normal en ella. La pregunta sobre la cantidad de botellas, era realmente innecesaria, simplemente porque no había dedicado un ápice de su tiempo en contar lo que bebían, si no, prefería tomar su mente para otro estilo de cosas. Guardando silencio ante todo lo que la contraría diría, dirigiría una mirada un tanto extraña ante la comparación que haría con comida, un doble sentido, que realmente daba un poco de miedo y asco a la vez.

- ¿Qué te hacía pensar que usaría esos? - Comentaría con simpleza mientras tomaría sus prendas del suelo y comenzaría a acumularlas entre sus brazos, las mismas irían a parar a un rincón del baño que se encontraba a escasos centímetros de la cama. - Contando las parejas que me intentas conseguir, no extrañaría que hayas pinchado alguno de esos. - Suspiraría sin más como si fuese posible de que se produzca un embarazo con el tipo de relación que Harumi buscaba para su hermano, pero, después de todo, era Harumi. Su imaginación y malicia no conoce límite alguno.

por Invitado Lun Ene 30, 2017 4:19 pm

Parpadeo un par de veces sin dejar de mirar a Guren con cierta extrañeza e interés a la par negando con la cabeza para si misma -No se porque me preocupo por ti, ya podrías traer un par de adorables sobrinos a la familia con tu edad, vejestorio- Le saco la lengua y estiro la parte inferior de su orbe derecho como si se estuviera burlando de él. A la par que se demostraba con bastante amplitud lo que Harumi interpretaba por una pelea de adultos, decir palabras hirientes sin uso aparente ni razón alguna, puesto que había quedado claro que estaba fuera de peligro que la cocina se llenara de humo aunque una linda sobrina pelirroja hubiera sido agradable para malcriar bajo sus prospecto o no, mucho mejor un lindo shota que vender a algunos cuantos okamas... Si, la peliazul tenia un grado de enfermedad poco natural.

Adentrada en sus sueños extraños tomo una libreta, salida de donde sea que alla salido, para anotar unas cuantas cosas y hacer un dibujo rápido de un niño y unos cuantos hombres que es mejor resumir con una palabra: Enfermizo -Por cierto Onichan- Se señalo la mejilla rojiza que tenia en su rostro por haber manoseado a aquella mujer y después señalo el rostro de su hermano para hacerle entender a que se refería -¿Que hiciste para llevarte esa bonita marca en el rostro?- Cuestiono mientras guardaba los cuatro paquetes de colores diferentes en su escote para futuros usos, es decir, nunca se sabe que tan necesario iba a ser para su vida y no, no estaban pinchados ni falseados de ninguna manera, eran ciento por cien reales.

Terminado su dibujo no hizo otra cosa mas que darle unos efectos de sombra y agregar su firma en la punta inferior derecha para mostrárselo a su hermano -¿Que te parece onichan? A que es buen material para un Doujinshi- Su tono de voz, su postura sentada en el borde de la cama y la manera de sostener el dibujo, todo eso indicaba un nivel de orgullo bastante elevado en si misma por haber completado lo que para ella era semejante obra de arte.

por Invitado Lun Ene 30, 2017 4:52 pm

- ¿Te recuerdo que ya has pasado los veinte? - Expondría el masculino ante el comentario de su hermana, siendo que su voz se marcaría con un poco de eco producto de aquel baño en el cuál se encontraba. Sus brazos se apoyarían sobre la superficie que estaba frente a él, mientras que el par de orbes observarían su reflejo y aquella marca rojiza, la cuál intentaría masajearla con un poco de agua para que se desvanezca por completo, sin darle tiempo a su hermana de verla. No obstante, desde el extremo en el cuál su hermana se había sentado, podía ver perfectamente el cuerpo del masculino y su accionar, siendo que esta marcaría tal superficie con una tonalidad diferente

- Memoria. - Resumiría toda la palabrería en ello, siendo que ambos tenían unas cosas en común y ese tipo de errores era algo que rara vez se manifestaba casi al mismo tiempo en ambos hermanos, no obstante, esta palabra sería las necesarias para acallar aquella interrogante. Las manos del pelinegro se sacudirían con el fin de dejar toda gota de agua en el lugar, cerrando aquel grifo y pasaría a salir del baño, buscando una prenda entre otro montón de ropa, verificaría por sobre su hombro aquella "Obra" realizada por su hermana. - Estás enferma. - Expulsaría sin más, mientras sus manos se deslizarían por una musculosa de tonalidad blanca, la cuál sería colocada en cuestión de segundos, no obstante, sería para cubrir un poco más su cuerpo tal cuál lo había hecho su hermana, de otro modo, este se mantendría tal cuál estaba, durmiendo otro rato.

- La cabeza me mata... - Se quejó mientras recorrería nuevamente la habitación hasta sentarse en el lado opuesto donde se encontraba su hermana, buscando dentro de aquella mesa de noche un par de pastillas para tratar de aflojar aquel dolor que le invadía.

por Invitado Lun Ene 30, 2017 5:50 pm

¡Ja! El mismo error que había cometido Harumi escasos minutos antes en el otro cuarto en la otra condenada punta de la isla, cambiarle el nombre a la mujer con la cual estaban por unas pocas letras, un error ínfimo que les hacia enojar casi siempre aunque el golpe de la peliazul fue por desestimar la talla de copa de la mujer con la que su hermano se había acostado. Se podría decir de manera resumida que el golpe se lo habían llevado por una misma mujer y, de pasada, tachar a la misma como una histérica que era. Posterior a ello le mostraría a su hermano el dibujo recibiendo un alago bastante hermoso que le robo una sonrisa mientras cerraba la libreta -¿Verdad que si?- Podía sonar extraño, pero le gustaba ser una enferma mental, a fin de cuentas es lo que era, una mujer retorcida por donde las hubiera con unos sueños realmente enfermizos y un arte realmente famosa para enfermos bajo un seudónimo.

-No aguantas nada onichan- Se sentía algo decepcionada de que su hermano no tuviera una resistencia mejor a esa, incluso le molestaba la idea de pensar que había tomado menos, pero no dijo nada de eso y lo trato como un niño pequeño levantándose de la cama para ir a por una botella de agua bien fría al minibar que venia junto a la habitación -Toma, bébela toda, te ayudara con el dolor- No era la mejor medico del mundo, siquiera era una medica, pero tenia experiencia en esa clase de cosas y una resaca solo se curaba con caldo, agua y una buena y larga siesta ademas de un poco de paz por lo que se quedo callada sentándose de regreso a un lado de su hermano dibujando de esa manera un manga de dos hombres, uno muy similar a Guren, en una relación extrañamente intima con otro de cabello blanco siendo su hermano el que tenia mas acercamiento en la relación.

por Invitado Lun Ene 30, 2017 8:32 pm

Harumi parecía no tener problema con aquella calificación por parte de Guren, algo que, a quien engañaríamos si se preocupaba, una enferma sin remedio y completamente descarada, una de esas que simplemente marcaban su enfermiza obsesión por distintas cosas y las compartía a todos por igual, como si se tratara de simplemente, un hobby más, o algo que podrías desarrollar en cualquier ámbito y momento. No obstante, aquella pequeña que tenía bastante trayectoria en cuanto al vicio de la bebida en escenarios similares a los de la noche pasada, se quejaría ante aquel dolor que inundaba la cabeza del masculino.

- Lo que digas... - Un tono sumamente bajo marcaría tales palabras, mientras su diestra pasaría por su frente como si esto le aminoraría el dolor, o trataría de calmarlo como cuando tratas de dar un letargo a un bebé. Cómo vieja bebedora, esta caminaría hasta aquel pequeño artefacto donde guardarían diferentes bebidas, la cuál se encontraba casi en sus inicios, dejando simplemente dos escasas botellas de agua completamente frías. Las mismas pasarían de la mano de la fémina al masculino, quien tomando la botella del extremo superior la pasaría por su frente.

- Es temprano... ¿Puedo volver a dormir en paz? - Claramente, esto haría referencia a que la contraría no se ponga a gritar, o demás como era costumbre en las mañanas, algo que era tan intenso que hacía que el pelinegro se levantara. Uno, dos, tres tragos largos serían accionados por este, dejando aquella botella en casi nada. - ... - Su vista verificaría las acciones de su hermana, mientras que se acomodaría en aquella cama completamente desordenada y pasaría a dormirse de forma pausada, pero, después de todo, pasaría a otro mundo en cuestión de minutos.

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