Año 230 D.D.G
Tras un periodo de paz el nombre de un sujeto comenzó a surgir entre los piratas hasta hacerse de un renombre mundial… Norman D. Gold, un pirata que en un par de años alcanzó el poder suficiente para consagrarse como un emperador pirata y eventualmente para ser nombrado como rey de los piratas al haber reunido un tesoro inconcebible al cual se le otorgó el nombre de “One Piece”. Durante años el Gobierno hizo uso de todos sus recursos para acabar con este hombre per todo fue inútil y decidieron simplemente dedicarse a contener sus ataques. Gold sin embargo, no parece interesado en destruir al Gobierno o en atacar a sus instituciones, sino más bien en continuar explorando el mundo no conocido estableciendo con su poder una estabilidad no vista antaño en el mundo de la mano de todas las demás facciones. ¿Serás parte del mundo y su avance?. Seguir leyendo...
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Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional.
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Una bestia en la biblioteca [Pasado-Libre]
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Una bestia en la biblioteca [Pasado-Libre]
La calma reinaba en aquella ciudad del Gran Árbol gracias a que los individuos que llevaban a la Gaviota sobre sus espaldas decidieron establecer una base allí, los ciudadanos podían disfrutar tiempos de paz a cambio de tergiversar los antiguos acontecimientos, siendo un grupo tan minúsculo que sabían la verdad que eran callados a cambio de perdonarles la vida. ¿Pero a qué viene esto? Que la paz falsa que disfrutaban allí seria interrumpida por una especie bastante peculiar no humano ni otra conocida, sino algo nuevo para algunos y otros lo catalogaban erróneamente como un usuario de zoan sin saber el moreno a que se referían. Las huellas de una gran bestia con enormes garras, podían observarse yendo por el camino principal hacia la ciudad con paciencia y sin ningún apuro. Su albina cola se mecía de un lado al otro para que sus suaves orejas se moviesen un poco intentando captar los distintos sonidos de las aves, animales silvestres y como desde lo lejano el ruido de una civilización desarrollando su vida cotidiana se presentaba. Las personas que se toparon con ese animal solo gritaron por el medio para volver sobre sus pasos y advertir al resto de la peligrosa presencia, pero nadie les creía pues de donde sacarían que algo bípedo como si de un licántropo se tratase caminaba a plena luz del mediodía. Un poderoso aullido hizo acto de presencia sobre el horizonte acompañado por una enorme sombra que se acercaba hacia ellos y cada vez era más grande, hasta medir los dos metros. Los miedosos no tardaron en salir despavorido mientras los curiosos solo deseaban ver qué tipo de desenlace tendría aquello.-
Gehehehe ~ -Una sonrisa bastante ronca y picara provino del oji-azul que giraba su enorme cabeza observando con detenimiento a cada uno de los presentes.- Busco diversión y algo de comida -Mascullo sin obtener ninguna respuesta de su entorno, algunos miraban estupefactos como esa especie de monstruo podía hablar como ellos a pesar de poseer rasgos de una bestias como colmillos y garras, entre otras cosas.- Me agrada más la carne cruda y tierna. -Concluyo para que fuese malinterpretado como si desease comerse a los presentes y que el terror se apoderara de cada uno de los humanos, corriendo de prisa llevándose todo por delante y dejando los puestos vacíos. El mink no comprendía muy bien la situación, era algo torpe y bastante estúpido para darse cuenta del error que había cometido aunque tampoco pensaría demasiado en ello tenía unas prioridades bastante básicas como: saciar su estómago en primera instancia. El cual fue logrado gracias a que el aroma de la carne asándose lo dirigió hacia un puesto de comida a tan solo unos pocos metros de distancia de él. No era lo que esperaba pero serviría para saciar el hambre tomando dos enormes pinchos de carnes, comenzando nuevamente su trayecto hacia la gran biblioteca. Tomaría algo de dinero que encontró tirado como también husmeando en los diferentes negocios, tal vez los humanos de allí eran buenos y le habían dejado todo aquello como un obsequio, o ese era su pensamiento.-
Ahora necesito encontrar ese Árbol -Murmuro en voz alta y con la boca llena de comida hasta el extremo de que sus mejillas se expandieron lo más posible sin que nada más entrara allí. Tendría que buscar alguna alma caritativa que no huyese de él para preguntarle, o en el peor de los casos podría usar la fuerza para que soltase todo lo que supiese de ese peculiar Árbol Del Que Todo Sabia-[/b]
Gehehehe ~ -Una sonrisa bastante ronca y picara provino del oji-azul que giraba su enorme cabeza observando con detenimiento a cada uno de los presentes.- Busco diversión y algo de comida -Mascullo sin obtener ninguna respuesta de su entorno, algunos miraban estupefactos como esa especie de monstruo podía hablar como ellos a pesar de poseer rasgos de una bestias como colmillos y garras, entre otras cosas.- Me agrada más la carne cruda y tierna. -Concluyo para que fuese malinterpretado como si desease comerse a los presentes y que el terror se apoderara de cada uno de los humanos, corriendo de prisa llevándose todo por delante y dejando los puestos vacíos. El mink no comprendía muy bien la situación, era algo torpe y bastante estúpido para darse cuenta del error que había cometido aunque tampoco pensaría demasiado en ello tenía unas prioridades bastante básicas como: saciar su estómago en primera instancia. El cual fue logrado gracias a que el aroma de la carne asándose lo dirigió hacia un puesto de comida a tan solo unos pocos metros de distancia de él. No era lo que esperaba pero serviría para saciar el hambre tomando dos enormes pinchos de carnes, comenzando nuevamente su trayecto hacia la gran biblioteca. Tomaría algo de dinero que encontró tirado como también husmeando en los diferentes negocios, tal vez los humanos de allí eran buenos y le habían dejado todo aquello como un obsequio, o ese era su pensamiento.-
Ahora necesito encontrar ese Árbol -Murmuro en voz alta y con la boca llena de comida hasta el extremo de que sus mejillas se expandieron lo más posible sin que nada más entrara allí. Tendría que buscar alguna alma caritativa que no huyese de él para preguntarle, o en el peor de los casos podría usar la fuerza para que soltase todo lo que supiese de ese peculiar Árbol Del Que Todo Sabia-[/b]
InvitadoInvitado
Re: Una bestia en la biblioteca [Pasado-Libre]
¿Cuanto hacía que había logrado escapar? No lo sabía con exactitud, pero desde luego, menos de un año era seguro. Mi cuerpo aún temblaba al recordar lo que esos malnacidos me habían hecho, por eso mismo estaba siempre entrenando. Para evitar que algo como eso volviera a pasarme y poder defender a los que quería. Parecía ayer, y a la vez no, que estaba en ese barco mugriento, limpiando su cubierta. Y fue mientras recordaba el pasado, que la anciana me despertó. No porque estuviera durmiendo de más, si no porque estaban diciendo algo de una bestia o algo así. Que los iban a comer a todos, así que solo sonreí a la anciana para agarrar mis armas y ir a ver lo que pasaba.
Mucha gente salía corriendo en dirección opuesta a la que yo iba. ¿Tanto miedo daría? A lo mejor solo era un malentendido, o quizás no, ya lo descubriría cuando lo viera. Si tuviera otra ala quizás podría observar desde el cielo, pero no podía quejarme. Digamos que era como un recuerdo de mis padres y de quien era, para que nunca me olvidase de ellos. Tenía mi mano derecha ya preparada, puesta y agarrando la empuñadura de mi katana. Nunca se sabía, aun así cuando llegué lo que vi no fue lo que me esperé. Si, vale, nunca había visto un humano de esa altura o con esas orejas, pero eso no significaba que fuera malvado. Tampoco parecía una bestia agresiva, porque si hubiera querido hubiese logrado agarrar algún aldeano seguramente, y en vez de eso, solo fue directo a robar la carne. Aún no era parte de la marina, así que no podía decirle nada y no quería meterme en una pelea con ese... lo que fuera.
No llegué a escucharlo muy bien, pero si entendí algo de árbol. ¿Se referiría al árbol del conocimiento del que muchos hablaban? Posiblemente, pero lo mejor sería ver si podía hablar con ese chico que me sacaba más de una cabeza. Me acerqué a este, sin sonreír, pero con curiosidad. También con una expresión despreocupada, aunque por si las moscas, seguía con esa postura, para desenvainar si era necesario. -Oye, ¿que eres?- Pregunté luego mostrando una sonrisa al moreno, siempre había la posibilidad de que fuera un ser bueno, pero si era malo... ya me encargaría de hacer que no volviera a pisar esa isla nunca más. -Perdona a la gente de la isla, no están acostumbrados a ver gente como tú... bueno, y yo tampoco la verdad, ¿puedo ayudarte en algo? Puedes considerarlo como una forma de disculpa por como han huído.- Era lo mejor que se me ocurría en ese mismo instante, y mejor eso que dejar que pasease por la aldea causando mas miedo. Aunque a lo mejor esa no fuera su intención, no quería que hubiesen problemas, era mi manera de agradecerles que me acogieran tras escapar de esos piratas.
Mucha gente salía corriendo en dirección opuesta a la que yo iba. ¿Tanto miedo daría? A lo mejor solo era un malentendido, o quizás no, ya lo descubriría cuando lo viera. Si tuviera otra ala quizás podría observar desde el cielo, pero no podía quejarme. Digamos que era como un recuerdo de mis padres y de quien era, para que nunca me olvidase de ellos. Tenía mi mano derecha ya preparada, puesta y agarrando la empuñadura de mi katana. Nunca se sabía, aun así cuando llegué lo que vi no fue lo que me esperé. Si, vale, nunca había visto un humano de esa altura o con esas orejas, pero eso no significaba que fuera malvado. Tampoco parecía una bestia agresiva, porque si hubiera querido hubiese logrado agarrar algún aldeano seguramente, y en vez de eso, solo fue directo a robar la carne. Aún no era parte de la marina, así que no podía decirle nada y no quería meterme en una pelea con ese... lo que fuera.
No llegué a escucharlo muy bien, pero si entendí algo de árbol. ¿Se referiría al árbol del conocimiento del que muchos hablaban? Posiblemente, pero lo mejor sería ver si podía hablar con ese chico que me sacaba más de una cabeza. Me acerqué a este, sin sonreír, pero con curiosidad. También con una expresión despreocupada, aunque por si las moscas, seguía con esa postura, para desenvainar si era necesario. -Oye, ¿que eres?- Pregunté luego mostrando una sonrisa al moreno, siempre había la posibilidad de que fuera un ser bueno, pero si era malo... ya me encargaría de hacer que no volviera a pisar esa isla nunca más. -Perdona a la gente de la isla, no están acostumbrados a ver gente como tú... bueno, y yo tampoco la verdad, ¿puedo ayudarte en algo? Puedes considerarlo como una forma de disculpa por como han huído.- Era lo mejor que se me ocurría en ese mismo instante, y mejor eso que dejar que pasease por la aldea causando mas miedo. Aunque a lo mejor esa no fuera su intención, no quería que hubiesen problemas, era mi manera de agradecerles que me acogieran tras escapar de esos piratas.
InvitadoInvitado
Re: Una bestia en la biblioteca [Pasado-Libre]
Trago en grueso al ver como desde la lejanía algo se acercaba hacia su posición pero al concentrar su atención se dio cuenta que era algo pequeño, desatendiéndose totalmente de aquello para proseguir con su caminata a medida que daba grandes bocado a esa carne cocida. Más la tenue voz de un niño interrumpiendo sus pasos hizo que se detuviese en seco, observándolo con esos ojos azules de arriba-abajo con total despreocupación. Pero al oír como lo trataban de cosa rápidamente su semblante cambio a fruncir su ceño para elevar un poco las comisuras de sus labios dejando entrever sus colmillos. Se acercaría hasta ese niño con pasos lentos para intentar apoyar su diestra en la cabeza ajena ejerciendo un poco de fuerza, solo para molestarlo.- Acaso oí ... ¿Que eres? En lugar de ¿Quién eres? -En el pasado hubiese salido corriendo para no ser víctimas de las bromas pesadas y molestas que le provocaban esos mink menores, pero ahora podía defenderse y la confianza en su fuerza era mucho mayor de lo que esperaba, llegando a ser arrogante. Agacho la parte superior de su cuerpo acercando su rostro contra el ajeno a medida que una vena de su sien palpitaba, denotando la molestia en su persona pero sin dejar a relucir intenciones hostiles contra el pequeño.- Deberías recapacitar sobre tus modales, niño. Por qué antes de ir tratando como cosas a los seres vivos de este mar, por lo menos deberías presentarte. -Entre dientes y con una voz ronca, el mestizo no dudo en hacerle saber la molestia que continuaba en su interior y que parecía estallar en cualquier momento.-
De pronto sintió la necesidad de alejarse un poco de este para comenzar a caminar a su alrededor, acercando su nariz a sus hombros, cuello, espalda y brazos olfateando con insistencia y sin preocuparse por el espacio personal.- Tienes un aroma bastante peculiar. -Dijo a espalda del muchacho para volver hacia el frente de este ladeando su cuello de un lado al otro, como si de un canino se tratase intentando descifrar aquello dejando que su mano se aferrara a su mentón adoptando una pose pensativa.- Es la primera vez que huelo algo así ... es diferente, algo nuevo. No se cómo describirlo. -Concluyo en ese aspecto de la conversación sin saber el motivo del porque ese olor le resultaba extraño a la vez que necesitaba resolver el misterio.-
De pronto sus orejas se movieron igual que su cola que se asomó por su espalda primero por la izquierda y luego por la derecha, al no poder creer que existía gente de esa categoría. Es decir, alguien que se excusaba en nombre de todo un sector e intentaba remediarlo buscando su expiación. Lo miraría incrédulo, elevando su ceja izquierda y alejando un poco su cabeza riéndose un poco de la situación.- ¿Acaso quieres que creas que eres diferente a ellos? Como sé que, en el momento que te dé la espalda, no vayas apuñalarme con tu espada o me lleves hacia una trampa. -No sentía una sed de sangre u hostilidad de parte del infante pero tampoco podía confiarse y bajar la guardia, porque algo que le ha enseñado su viaje es que hasta el oponente más pequeño puede llevar consigo una enorme sorpresa.-
De pronto sintió la necesidad de alejarse un poco de este para comenzar a caminar a su alrededor, acercando su nariz a sus hombros, cuello, espalda y brazos olfateando con insistencia y sin preocuparse por el espacio personal.- Tienes un aroma bastante peculiar. -Dijo a espalda del muchacho para volver hacia el frente de este ladeando su cuello de un lado al otro, como si de un canino se tratase intentando descifrar aquello dejando que su mano se aferrara a su mentón adoptando una pose pensativa.- Es la primera vez que huelo algo así ... es diferente, algo nuevo. No se cómo describirlo. -Concluyo en ese aspecto de la conversación sin saber el motivo del porque ese olor le resultaba extraño a la vez que necesitaba resolver el misterio.-
De pronto sus orejas se movieron igual que su cola que se asomó por su espalda primero por la izquierda y luego por la derecha, al no poder creer que existía gente de esa categoría. Es decir, alguien que se excusaba en nombre de todo un sector e intentaba remediarlo buscando su expiación. Lo miraría incrédulo, elevando su ceja izquierda y alejando un poco su cabeza riéndose un poco de la situación.- ¿Acaso quieres que creas que eres diferente a ellos? Como sé que, en el momento que te dé la espalda, no vayas apuñalarme con tu espada o me lleves hacia una trampa. -No sentía una sed de sangre u hostilidad de parte del infante pero tampoco podía confiarse y bajar la guardia, porque algo que le ha enseñado su viaje es que hasta el oponente más pequeño puede llevar consigo una enorme sorpresa.-
InvitadoInvitado
Re: Una bestia en la biblioteca [Pasado-Libre]
Cuando vi que el contrario se acercaba, no pude evitar sonreír al pensar que era una buena persona. Pero entonces noté su diestra haciendo fuerza sobre mi cabeza, ¿desconsiderado? Vale, quizás lo fui, pero eso no le daba derecho a hacer eso en ese mismo instante. -Perdón, ¿puedes quitar tu mano de encima?- No parecía enfadado, pero por dentro tenía tantas ganas de clavar mi katana en su mano. No, no podía dejar que mi odio hacia el contacto físico se apoderase de mi personalidad. No era una buena idea, y podría aguantarlo, aunque notar contacto físico con otro ser me hacía recordar todo lo que me hicieron esos piratas.
¿Que debería considerar sobre mis modales? Posiblemente, así que solo volví a sonreír. -Tienes razón, puedes llamarme Touyu, y perdona, tendría que haber formulado mejor mi pregunta, en vez de decir que eres, haber pregunta, quien eres y que raza eres. Siento curiosidad.- Con algo de suerte, con eso, el contrario dejaría de hacer fuerza sobre mi cabeza y podría verlo como una persona buena. Y ahora empezaba a olerme... vale, ahí ya se estaba pasando un poco de rosca. ¿Aroma peculiar? Solté un suspiro, mientras me quitaba la ropa de la parte superior de mi cuerpo, dejando ver una ala blanca. Luego volví a ponerme la ropa mientras lo observaba, una imagen valía más que mil palabras.
-Digamos que soy un mestizo, ¿con eso queda satisfecha tu curiosidad?- Al menos por como se había movido antes, parecía que era un ser curioso. Por suerte ya me había dejado de tocar, así que me quitaba un peso de encima. Pero tras decir que le ayudaría, el otro me miró de forma incrédula algo que hizo que mi sonrisa no desapareciese, pero si que cambiara a una con algo de malicia. -Sencillo, no veo que beneficios puede darme apuñalarte por la espalda, es más, viendo lo fuerte que pareces ser, me vendrías mejor como un aliado. Es la primera, y la segunda, simplemente si te dejo suelto por la aldea, ¿que me asegura que no vas a comerte los aldeanos? Yo también se jugar a desconfiar de los demás.- Tras eso me alejé un poco, por si el otro intentaba algo estar preparado para pelear. -Entonces que me dices, ¿prefieres mi ayuda?- Ya me imaginaba la respuesta, un no, seguido de un golpe, algo que si podía aguantar. Pero que me tocaran, simplemente no, no lo soportaba y jamás lo iba a soportar... tendría que intentar arreglar esa faceta, porque si no me daría demasiados problemas.
¿Que debería considerar sobre mis modales? Posiblemente, así que solo volví a sonreír. -Tienes razón, puedes llamarme Touyu, y perdona, tendría que haber formulado mejor mi pregunta, en vez de decir que eres, haber pregunta, quien eres y que raza eres. Siento curiosidad.- Con algo de suerte, con eso, el contrario dejaría de hacer fuerza sobre mi cabeza y podría verlo como una persona buena. Y ahora empezaba a olerme... vale, ahí ya se estaba pasando un poco de rosca. ¿Aroma peculiar? Solté un suspiro, mientras me quitaba la ropa de la parte superior de mi cuerpo, dejando ver una ala blanca. Luego volví a ponerme la ropa mientras lo observaba, una imagen valía más que mil palabras.
-Digamos que soy un mestizo, ¿con eso queda satisfecha tu curiosidad?- Al menos por como se había movido antes, parecía que era un ser curioso. Por suerte ya me había dejado de tocar, así que me quitaba un peso de encima. Pero tras decir que le ayudaría, el otro me miró de forma incrédula algo que hizo que mi sonrisa no desapareciese, pero si que cambiara a una con algo de malicia. -Sencillo, no veo que beneficios puede darme apuñalarte por la espalda, es más, viendo lo fuerte que pareces ser, me vendrías mejor como un aliado. Es la primera, y la segunda, simplemente si te dejo suelto por la aldea, ¿que me asegura que no vas a comerte los aldeanos? Yo también se jugar a desconfiar de los demás.- Tras eso me alejé un poco, por si el otro intentaba algo estar preparado para pelear. -Entonces que me dices, ¿prefieres mi ayuda?- Ya me imaginaba la respuesta, un no, seguido de un golpe, algo que si podía aguantar. Pero que me tocaran, simplemente no, no lo soportaba y jamás lo iba a soportar... tendría que intentar arreglar esa faceta, porque si no me daría demasiados problemas.
InvitadoInvitado
Re: Una bestia en la biblioteca [Pasado-Libre]
Así me gusta. Que reformules tu pregunta a como se debe. Soy un quien, no un qué. y que no se te olvide. -Reprocho con el ceño fruncido a su interlocutor denotando malestar en cada una de sus facciones. Aunque se quedó perplejo al ver cómo, desde la espalda desnuda de ese niño, florecía lo que parecía ser una ... ¿Ala? Así es, era una de esas cosas utilizadas por los pájaros para elevarse de la tierra y reírse de los simples mortales que debían usar sus piernas para trasladarse.- Acaso ... ¿Tu padre era una paloma y tu madre una humana? O ... ¿Tu madre era una gallina y tu padre un pervertido granjero que no soportaba la soledad? -Se apresuró a sacar rápidas conjeturas sin siquiera darle un mínimo tiempo para que le respondiese, inundándolo de una pregunta tras otra. Porque a pesar de su enorme cuerpo su mente era sencilla y como si de un cachorro se tratase, siempre estaba ese sentimiento de querer saciar su duda de forma rápida. Permaneció unos segundos más observando con detenimiento aquella ala, parpadeando con rapidez porque no podía creer lo que estaba mirando.-
Asintió a su interrogante con insistencia al ver porque su aroma era diferente al resto de los mink menores que tuvo la suerte de presencia, aunque eso tampoco resolvía la duda de su ala. ¿Acaso era una especie nueva en este mundo? ¿Su carne seria deliciosa? Esto último siempre era un pensamiento latente en el Mink en cuanto un desconocido ser viviente se cruzaba en su camino, pues otro de sus objetivos en esta vida sería probar cada carne existente en este basto mar. Volvió en si cuando sus orejas reaccionaron a un adjetivo que tanto le gustaba que lo alabasen, su fuerza, inflando su pecho con enorme orgullo golpeándolo con su puño cerrado asintiendo nuevamente con ferocidad.- Tienes buenos ojos niño, pudiste reconocer mi majestuosa fuerza con rapidez. Y no es para menos, pues un mestizo reconoce la fuerza del otro apenas lo ve. -Esperaba que con esa frase fuese más que suficiente para darle entender que él no era tan diferente a su pequeña figura, porque a pesar de ser distintos en fisionomía habían surgido por el amor latente de dos especies diferentes. ¿Habría tenido también una dura infancia? Querría preguntárselo pero eso ya sería entrometerse en algo que no le incumbe.-
Si hubiese querido comerme a esos sin pelos ya lo hubiese hecho en el instante que me dieron la espalda. Aunque tampoco deseo hacerlo su sabor es horrible y no podría convertirme en caníbal. No, claro que no. No deseo probar la carne de mi misma especie. -Se estremeció un poco con el solo hecho de imaginarse ese acto, era algo que iba en contra de su naturaleza y eso era inaceptable- No me queda más remedio que aceptar tu ayuda, parece que conoces el lugar mejor que yo. Estoy buscando el Árbol Que Todo Lo Sabe, me han contado historia muy interesante de esa planta y quisiera preguntarle si pudiese darme algunas pistas de lo que estoy buscando. -Era más factible contarle el propósito de su búsqueda de tan increíble criatura para que viese que confiaba en él para contarle su objetivo. Aparte era alguien nuevo en la isla y si causaba más alboroto era cuestión de tiempo hasta que esos sujetos de su pasado hiciesen acto de presencia para interrumpirle.-
Asintió a su interrogante con insistencia al ver porque su aroma era diferente al resto de los mink menores que tuvo la suerte de presencia, aunque eso tampoco resolvía la duda de su ala. ¿Acaso era una especie nueva en este mundo? ¿Su carne seria deliciosa? Esto último siempre era un pensamiento latente en el Mink en cuanto un desconocido ser viviente se cruzaba en su camino, pues otro de sus objetivos en esta vida sería probar cada carne existente en este basto mar. Volvió en si cuando sus orejas reaccionaron a un adjetivo que tanto le gustaba que lo alabasen, su fuerza, inflando su pecho con enorme orgullo golpeándolo con su puño cerrado asintiendo nuevamente con ferocidad.- Tienes buenos ojos niño, pudiste reconocer mi majestuosa fuerza con rapidez. Y no es para menos, pues un mestizo reconoce la fuerza del otro apenas lo ve. -Esperaba que con esa frase fuese más que suficiente para darle entender que él no era tan diferente a su pequeña figura, porque a pesar de ser distintos en fisionomía habían surgido por el amor latente de dos especies diferentes. ¿Habría tenido también una dura infancia? Querría preguntárselo pero eso ya sería entrometerse en algo que no le incumbe.-
Si hubiese querido comerme a esos sin pelos ya lo hubiese hecho en el instante que me dieron la espalda. Aunque tampoco deseo hacerlo su sabor es horrible y no podría convertirme en caníbal. No, claro que no. No deseo probar la carne de mi misma especie. -Se estremeció un poco con el solo hecho de imaginarse ese acto, era algo que iba en contra de su naturaleza y eso era inaceptable- No me queda más remedio que aceptar tu ayuda, parece que conoces el lugar mejor que yo. Estoy buscando el Árbol Que Todo Lo Sabe, me han contado historia muy interesante de esa planta y quisiera preguntarle si pudiese darme algunas pistas de lo que estoy buscando. -Era más factible contarle el propósito de su búsqueda de tan increíble criatura para que viese que confiaba en él para contarle su objetivo. Aparte era alguien nuevo en la isla y si causaba más alboroto era cuestión de tiempo hasta que esos sujetos de su pasado hiciesen acto de presencia para interrumpirle.-
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Re: Una bestia en la biblioteca [Pasado-Libre]
¿Y ahora me reprochaba? ¿¡Pero que demonios se había creído ese chucho!? Al menos no parecía tan mala persona hasta que lo escuché preguntar eso. -No, digamos que soy la mezcla de un humano y un ser humanoide con alas.- Eso tendría que sacarlo de su error... ¿como podía creer que era hijo de una gallina o una paloma? Solté un suspiro mientras me apoyaba en el árbol, mantener una sonrisa con ese ser, era difícil a veces.
¿Otro mestizo? Eso si que no me lo esperaba, pero bueno, parecía ser como decirlo... tenía demasiado ego. -Así es, tengo tanto buenos ojos como buenas piernas para huir de ti si es necesario, y también tengo más inteligencia que tú por lo que veo.- Sonreí de forma inocente, buscando molestarle, en venganza por el contacto físico de antes. Y no iba a acabar ahí la cosa, se acabo, ese mestizo iba a desear no haber puesto un pie en la isla nunca más. La cuestión era... ¿lo llevaba hasta un alcantilado y le mentía para que saltara por este? O simplemente, esperaba a que me viniera una mejor idea a la cabeza. Llevarlo a la aldea me daría mas problemas a mi que a él, así que de momento, lo mejor sería intentar llevarlo a donde quisiera.
Al menos era sincero, y por lo visto no quería comerse a los demás aldeanos. Y además aceptó mi ayuda, algo que me hizo sonreír otra vez con malicia. -¿El árbol que todo lo sabe? No he visto ningún árbol así por toda la isla.- Mentí, pero siendo tan iluso como parecía no creía que fuera a darme problemas. Lo miré sorprendido, como si no supiera de lo que estuviera hablando, hasta que hablé de nuevo como si ya me hubiera figurado lo que quería decir. -Debes referirte al árbol del conocimiento... si vas a preguntar sobre algo, memoriza bien los nombres.- Sonreí de nuevo, para luego ponerme a andar en dirección opuesta al árbol. -Sígueme, te llevaré allí, aunque no se si la marina nos dejará pasar... después de todo, son los que controlan ese lugar.- Dije mientras seguía andando sin siquiera esperar a que el otro me siguiera, y era sencillo, tenía un buen olfato así que podría encontrarme si por una de esas me perdía de vista. Iba a tomar el camino más largo para ir a ese lugar, y dependiendo de como se llevara el contrario, haría que se cayera por el acantilado o no.
¿Otro mestizo? Eso si que no me lo esperaba, pero bueno, parecía ser como decirlo... tenía demasiado ego. -Así es, tengo tanto buenos ojos como buenas piernas para huir de ti si es necesario, y también tengo más inteligencia que tú por lo que veo.- Sonreí de forma inocente, buscando molestarle, en venganza por el contacto físico de antes. Y no iba a acabar ahí la cosa, se acabo, ese mestizo iba a desear no haber puesto un pie en la isla nunca más. La cuestión era... ¿lo llevaba hasta un alcantilado y le mentía para que saltara por este? O simplemente, esperaba a que me viniera una mejor idea a la cabeza. Llevarlo a la aldea me daría mas problemas a mi que a él, así que de momento, lo mejor sería intentar llevarlo a donde quisiera.
Al menos era sincero, y por lo visto no quería comerse a los demás aldeanos. Y además aceptó mi ayuda, algo que me hizo sonreír otra vez con malicia. -¿El árbol que todo lo sabe? No he visto ningún árbol así por toda la isla.- Mentí, pero siendo tan iluso como parecía no creía que fuera a darme problemas. Lo miré sorprendido, como si no supiera de lo que estuviera hablando, hasta que hablé de nuevo como si ya me hubiera figurado lo que quería decir. -Debes referirte al árbol del conocimiento... si vas a preguntar sobre algo, memoriza bien los nombres.- Sonreí de nuevo, para luego ponerme a andar en dirección opuesta al árbol. -Sígueme, te llevaré allí, aunque no se si la marina nos dejará pasar... después de todo, son los que controlan ese lugar.- Dije mientras seguía andando sin siquiera esperar a que el otro me siguiera, y era sencillo, tenía un buen olfato así que podría encontrarme si por una de esas me perdía de vista. Iba a tomar el camino más largo para ir a ese lugar, y dependiendo de como se llevara el contrario, haría que se cayera por el acantilado o no.
InvitadoInvitado
Re: Una bestia en la biblioteca [Pasado-Libre]
El moreno no podía creer lo que escuchaba, porque no solo existían seres como su madre aquellos que se hacían llamar Minks o la parte sin pelos por parte de su padre, sino que en este enorme mundo había seres que poseían alas sobre sus espaldas como si de gallinas se tratasen. Eso era sorprendente y un brillo no tardó en aparecer en sus ojos queriendo saber más de esas misteriosas criaturas porque, a lo mejor como la descendencia de su madre, podía hallarse en un sitio especial aparte del resto. Aquel niño había abierto una caja de pandora pues hasta que no saciase aquella curiosidad no estaría tranquilo. Pero eso debía esperar porque el muchacho añadió algo que no le cayó muy bien al moreno, describiendo que poseía mejores cualidades físicas que él.- Dudo que tus piernas sean tan rápidas como las mías. A simple vista son escuálida y muy pequeñas, no lograrías dar muchos pasos hasta que te alcance. -Se apresuró a dar su punto vista dejando a relucir sencillas cualidades que saltaban a la vista de ambos pero, que a veces, no todo lo que brilla es oro.- Y tus ojos ... tampoco noto gran cosa. Está bien que tengamos el mismo color. -Agrego para acercarse hacia su interlocutor, que se encontraba reposando en un árbol observando más de cerca sus ojos para cersoriarse que realmente fuesen iguales en cuanto tonalidad.- Pero sigue faltándole algo importante para que sean mejores que los míos. -Concluyo con ese apartado sin tener la mínima intención de hacerle saber "ese algo" que tanto le faltaba.- Aunque con lo de la inteligencia, no te voy a discutir. Soy bastante torpe en comparación de otras criaturas, así que posiblemente sea así. -Acoto con toda la naturalidad del mundo, sin importarle si se tratase de una manera de insultarle o hacerle enojar pues este comprendía su limitantes o sus debilidades y el pensar, no era lo suyo.-
La conversación continuaría en primera instancia con una decepción del moreno al ver que su acompañante no parecía conocer el lugar que buscaba, pero luego de unos minutos esto se resolvería por una equivocación de nuestro protagonista. Porque sin saberlo le estaba indicando un lugar erróneo o mejor dicho, le estaba expresando mal el nombre a donde quería dirigirse.- No es mi culpa que haya escuchado al paso que había un sitio que podía ayudarme a resolver un asunto. Mejor regaña a esos hombres que me dieron mal el nombre. -Se excusó como si de un niño pequeño se tratase llevando sus manos hacia detrás de su cabeza, para que su mirada se dirigiese en alto ya que nunca le gusto que le llamasen la atención por un error. Su semblante cambio al oír como el niño seria su guía hacia ese sitio, sin tener la voluntad de ocultar una enorme sonrisa que adornaba su rostro, moviendo su cola con entusiasmo.- Perfecto. Manos a la obra. -Grito con euforia adelantándose al oji-azul para detenerse en seco al escuchar como la Marina parecía tener restringida el acceso. Mas esto no le preocupo sino que le hizo hervir su sangre.- Parece que la información que escuche es verdad. Si la Marina esta allí significa que ocultan algo importante y tal vez, por fin mi búsqueda de resultado. -Comento con un timbre elevado, tratándose más que nada de un pensamiento dicho en voz alta que otra cosa.- Por favor, niño. Llévame hacia allí, yo veré como me las arreglo con esos sujetos. -Sentencio con un semblante decidido y serio, hasta el punto de que su mirada se entrecruzaría con la otra pudiendo observar la determinación a la vez que su voz se ponía suave, como si fuese un ruego disimulado.-
La conversación continuaría en primera instancia con una decepción del moreno al ver que su acompañante no parecía conocer el lugar que buscaba, pero luego de unos minutos esto se resolvería por una equivocación de nuestro protagonista. Porque sin saberlo le estaba indicando un lugar erróneo o mejor dicho, le estaba expresando mal el nombre a donde quería dirigirse.- No es mi culpa que haya escuchado al paso que había un sitio que podía ayudarme a resolver un asunto. Mejor regaña a esos hombres que me dieron mal el nombre. -Se excusó como si de un niño pequeño se tratase llevando sus manos hacia detrás de su cabeza, para que su mirada se dirigiese en alto ya que nunca le gusto que le llamasen la atención por un error. Su semblante cambio al oír como el niño seria su guía hacia ese sitio, sin tener la voluntad de ocultar una enorme sonrisa que adornaba su rostro, moviendo su cola con entusiasmo.- Perfecto. Manos a la obra. -Grito con euforia adelantándose al oji-azul para detenerse en seco al escuchar como la Marina parecía tener restringida el acceso. Mas esto no le preocupo sino que le hizo hervir su sangre.- Parece que la información que escuche es verdad. Si la Marina esta allí significa que ocultan algo importante y tal vez, por fin mi búsqueda de resultado. -Comento con un timbre elevado, tratándose más que nada de un pensamiento dicho en voz alta que otra cosa.- Por favor, niño. Llévame hacia allí, yo veré como me las arreglo con esos sujetos. -Sentencio con un semblante decidido y serio, hasta el punto de que su mirada se entrecruzaría con la otra pudiendo observar la determinación a la vez que su voz se ponía suave, como si fuese un ruego disimulado.-
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Re: Una bestia en la biblioteca [Pasado-Libre]
Y tras decir todo eso, el contrario menospreció mis piernas y mis ojos. Bueno, vale que a lo mejor era más rápido, pero todos los hombres con una patada en esas zonas, luego lloraban como bebes, o eso dijo la anciana. Siempre se preocupaban por mí, así que a veces me daban consejos para evitar que me pasara algo. Al menos reconocía que era más listo yo que él, algo era algo. -Supongo que no te han enseñado nunca a juzgar a los demás por su apariencia... y si es así... te espera una vida bastante dura.- Le sonreí, sin llegar a desmentir o a confirmar lo que había dicho sobre mí. No tenía ninguna obligación de responder al chico, al menos no por como lo estaba viendo comportarse. Quizás sería alguien bueno, pero necesitaba una clase de modales, eso estaba más que claro.
Lo miré sorprendido al escucharle quitarse la culpa sobre algo muy trivial. No te rías... aguántate la risa... esos eran mis pensamientos en aquel momento. Así que solo sonreí intentando que no se notasen mis ganas de reír. -¿Y porque debería regañar a esos hombres que ni siquiera conozco?- Pregunté mientras seguía caminando, hasta que le escuché decir lo de la marina. Y no solo eso, niño, luego era yo el de los malos modales. Solté un suspiro bastante molesto, pero aún así intenté seguir con mi sonrisa. -No se si es algo importante, pero si que se algo, cuando esté preparado me alistaré a la marina... así podré vengarme de esos malditos piratas que me usaron como a un sucio trapo y me tuvieron cautivo.- Pocas veces dejaba que se mostrase, pero en mi mirada y en mi tono, se podía notar el odio que sentía hacia esa gente. Quería que sufrieran y pagaran por todo lo que me hicieron sufrir, eso lo tenía demasiado claro. -Así que espero que no intentes nada raro, me darás problemas para unirme a la marina luego si no.- Volví a sonreír mientras aceleraba el paso, mira que dejar por un momento que ese odio, esa hostilidad, esas ganas de matar... salieran a flote todas de golpe. Tenía que practicar más para evitar eso, ahora la cuestión era como me libraba del chucho este. Aun estaba cabreado, pero realmente no creía que fuera buena idea tenerlo de enemigo y ya se me estaba pasando el cabreo poco a poco. Consecuencia de recordar a esos malnacidos piratas. Ladeé la cabeza de un lado a otro, para luego volver a sonreír al chico. -Llámame Touyu, no niño, no me pusieron el nombre solo para dejarlo apartado, ¿no crees?- No me molestaba que me llamase niño, pero si yo no le iba a poder llamar chucho, prefería que me llamase por mi nombre.
Lo miré sorprendido al escucharle quitarse la culpa sobre algo muy trivial. No te rías... aguántate la risa... esos eran mis pensamientos en aquel momento. Así que solo sonreí intentando que no se notasen mis ganas de reír. -¿Y porque debería regañar a esos hombres que ni siquiera conozco?- Pregunté mientras seguía caminando, hasta que le escuché decir lo de la marina. Y no solo eso, niño, luego era yo el de los malos modales. Solté un suspiro bastante molesto, pero aún así intenté seguir con mi sonrisa. -No se si es algo importante, pero si que se algo, cuando esté preparado me alistaré a la marina... así podré vengarme de esos malditos piratas que me usaron como a un sucio trapo y me tuvieron cautivo.- Pocas veces dejaba que se mostrase, pero en mi mirada y en mi tono, se podía notar el odio que sentía hacia esa gente. Quería que sufrieran y pagaran por todo lo que me hicieron sufrir, eso lo tenía demasiado claro. -Así que espero que no intentes nada raro, me darás problemas para unirme a la marina luego si no.- Volví a sonreír mientras aceleraba el paso, mira que dejar por un momento que ese odio, esa hostilidad, esas ganas de matar... salieran a flote todas de golpe. Tenía que practicar más para evitar eso, ahora la cuestión era como me libraba del chucho este. Aun estaba cabreado, pero realmente no creía que fuera buena idea tenerlo de enemigo y ya se me estaba pasando el cabreo poco a poco. Consecuencia de recordar a esos malnacidos piratas. Ladeé la cabeza de un lado a otro, para luego volver a sonreír al chico. -Llámame Touyu, no niño, no me pusieron el nombre solo para dejarlo apartado, ¿no crees?- No me molestaba que me llamase niño, pero si yo no le iba a poder llamar chucho, prefería que me llamase por mi nombre.
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Re: Una bestia en la biblioteca [Pasado-Libre]
Negó con su cabeza ante la pregunta ajena junto con una sonrisa pícara denotando que no tenía el mínimo remordimiento por ser así, sino todo lo contrario, lo disfrutaba. Aunque la inteligencia del niño no dudo en hacer acto de presencia al hacerle notar que sus dichos estaban equivocados, pues como pensaba que iba a regañar a unos sujetos que desconocía totalmente. Con sus labios fruncidos y mirando hacia otro lado, se sintió totalmente avergonzado por este haciéndose el tonto un rato como si no hubiese oído nada, caminando hacia el Árbol del Conocimiento. En cuanto su mente asimilo las palabras ajena con respecto a la Marina, Mishael detuvo de manera abrupta su andar girándose, ya que se encontraba dándole la espalda por estar más adelante de este, con el ceño fruncido y un rostro de malestar.- Los Marines y los Piratas no son tan distinto como piensas. La única diferencia entre ambos, es que los primeros tienen el visto bueno para asesinar, robar y abusar de los débiles excusándose en mantener la ley. -Se expresó con un timbre serio endureciendo todas las facciones de su cuerpo, haciéndole saber que la decisión que estaba tomando estaba totalmente equivocado y que no sacaría ningún provecho.-
Pero antes de que pudiese proseguir con su explicación sus instintos se afianzaron porque era la primera vez que sentía algo extraño en ese pequeño, que debía tener cuidado y por lo tanto, dio dos pequeños saltos hacia atrás manteniendo una distancia segura entre ambos. Y como apareció de repente, volvió a su estado como normal como si nada hubiese sucedido entre ambos, haciendo que su cuerpo perdiese momentáneamente le estabilidad por preocuparse por nada.- Está bien, está bien. -Se excusó en primera instancia para proseguir con la caminata, llevando ambas manos detrás de su nuca siguiendo en la delantera a pesar de no conocer el camino.- No creía que eras tan sensible, niñ- ... es decir, Touyu. -Casi estuvo a punto de cometer el mismo error pero al ladear su cabeza y habla con rapidez, pudo remediarlo para que no volviese a regañarlo.- Y no te preocupes, no seré un estorbo en tu propósito por unirte a esos sabandijas. Si ellos permanecen tranquilos y no me atacan o provocan, no les hará nada. Pero no puedo prometerte nada en cuestión, solo eso. -Finalizo para que su cola se menease al compás de cada uno de sus pasos. Era alguien que no poseía mucha paciencia y fácil de hacer enojar, por lo cual, ese propósito de mantener la compostura y estarse quieto sin hacer nada resultaría lo más difícil que estaría haciendo hasta ahora en su vida.- Y oye ... ¿Eres nacido de esta isla? O acaso ¿Te han comprado? Es decir, adoptado. Tú ya sabes. -En su espalda pude notar ciertas cicatrices que revelaban que podía haber llevado un pasado traumático, pero ¿Estaba bien en hacerle ese pregunta?.-
Pero antes de que pudiese proseguir con su explicación sus instintos se afianzaron porque era la primera vez que sentía algo extraño en ese pequeño, que debía tener cuidado y por lo tanto, dio dos pequeños saltos hacia atrás manteniendo una distancia segura entre ambos. Y como apareció de repente, volvió a su estado como normal como si nada hubiese sucedido entre ambos, haciendo que su cuerpo perdiese momentáneamente le estabilidad por preocuparse por nada.- Está bien, está bien. -Se excusó en primera instancia para proseguir con la caminata, llevando ambas manos detrás de su nuca siguiendo en la delantera a pesar de no conocer el camino.- No creía que eras tan sensible, niñ- ... es decir, Touyu. -Casi estuvo a punto de cometer el mismo error pero al ladear su cabeza y habla con rapidez, pudo remediarlo para que no volviese a regañarlo.- Y no te preocupes, no seré un estorbo en tu propósito por unirte a esos sabandijas. Si ellos permanecen tranquilos y no me atacan o provocan, no les hará nada. Pero no puedo prometerte nada en cuestión, solo eso. -Finalizo para que su cola se menease al compás de cada uno de sus pasos. Era alguien que no poseía mucha paciencia y fácil de hacer enojar, por lo cual, ese propósito de mantener la compostura y estarse quieto sin hacer nada resultaría lo más difícil que estaría haciendo hasta ahora en su vida.- Y oye ... ¿Eres nacido de esta isla? O acaso ¿Te han comprado? Es decir, adoptado. Tú ya sabes. -En su espalda pude notar ciertas cicatrices que revelaban que podía haber llevado un pasado traumático, pero ¿Estaba bien en hacerle ese pregunta?.-
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Re: Una bestia en la biblioteca [Pasado-Libre]
Vaya, sabia, bueno, había escuchado que había gente que no veía con buenos ojos ni a los marines ni a los piratas. No pensé que ese chico fuera uno de ellos, pero eso no me molestaba en absoluto ni que mostrará una expresión así por contarle eso. -Bueno, pero al igual que hay piratas buenos, deben haber marines buenos, ¿no? Realmente quiero convertirme en uno de ellos, y cuando haya... dejemos ahí el tema de momento.- Un poco más y volvía a dejar salir mi instinto asesino y mis ganas de matar a esa gente. Por suerte pude controlarme esta vez y deje de hablar antes de que se hiciera peor. Lo gracioso era como el contrario iba a la delantera aun cuando no conocía el camino ni por donde se había que pasar. -Gira a la derecha, o acabarás cayendo por un acantilado y con algo de mala suerte, clavado en unas rocas con forma de pico.- Mentía, pero si que era verdad que por ahí no se llegaba al árbol del conocimiento.
Al menos reconoció su error y empezó a llamarme por mi nombre, que era Touyu. Sabandijas... era la primera vez que escuchaba a alguien usar ese adjetivo con esos tíos. ¿Atacarle? ¿Porque iban a atacarle? Bueno, vale que yo lo hubiera pensado en algún momento pero eso fue por tocarme. Solté un suspiro, mientras lo observaba con una sonrisa. -No te preocupes, no voy a dejar que te ataquen si te comportas... pero cuando lleguemos, debes estar callado, o acabaremos teniendo problemas realmente.- Le dije con esa sonrisa aún hasta que preguntó eso, estaba entrando en un terreno bien peligroso. -No, no nací en esta isla y tampoco fui comprado.- Dije para ponerme a su lado ya que si no no iba a escucharme o eso creía. -Pues si tanto te interesa conocer mis raíces, te lo diré, nací en otra isla. La isla swallow, y siempre estaba navegando por los mares con mis padres.- Hice una pequeña pausa y luego le observé para ver si aún no había perdido el interés, aunque seguiría contándole la historia. -Y bueno, hará dos años, asaltaron nuestro barco, mis padres fueron asesinados, cortaron las alas a mi única amiga y a mi me obligaron a limpiar la cubierta, y me usaron como a un trapo.- Eso hizo que mis ganas de matar volvieran a aparecer pero logré desvanecerlas antes de que se intensificaran más. -Cuando ya no pude más, salté de la cubierta y nadé hasta la isla, hice un gran sobreesfuerzo, me desmayé pero logré llegar a la isla antes... un milagro quizás. Entonces me acogieron una amable pareja de ancianos y aquí estoy.- Seguramente no se lo esperaba, y mejor así, pero tampoco quería que empezara a atosigarme con preguntas.
Al menos reconoció su error y empezó a llamarme por mi nombre, que era Touyu. Sabandijas... era la primera vez que escuchaba a alguien usar ese adjetivo con esos tíos. ¿Atacarle? ¿Porque iban a atacarle? Bueno, vale que yo lo hubiera pensado en algún momento pero eso fue por tocarme. Solté un suspiro, mientras lo observaba con una sonrisa. -No te preocupes, no voy a dejar que te ataquen si te comportas... pero cuando lleguemos, debes estar callado, o acabaremos teniendo problemas realmente.- Le dije con esa sonrisa aún hasta que preguntó eso, estaba entrando en un terreno bien peligroso. -No, no nací en esta isla y tampoco fui comprado.- Dije para ponerme a su lado ya que si no no iba a escucharme o eso creía. -Pues si tanto te interesa conocer mis raíces, te lo diré, nací en otra isla. La isla swallow, y siempre estaba navegando por los mares con mis padres.- Hice una pequeña pausa y luego le observé para ver si aún no había perdido el interés, aunque seguiría contándole la historia. -Y bueno, hará dos años, asaltaron nuestro barco, mis padres fueron asesinados, cortaron las alas a mi única amiga y a mi me obligaron a limpiar la cubierta, y me usaron como a un trapo.- Eso hizo que mis ganas de matar volvieran a aparecer pero logré desvanecerlas antes de que se intensificaran más. -Cuando ya no pude más, salté de la cubierta y nadé hasta la isla, hice un gran sobreesfuerzo, me desmayé pero logré llegar a la isla antes... un milagro quizás. Entonces me acogieron una amable pareja de ancianos y aquí estoy.- Seguramente no se lo esperaba, y mejor así, pero tampoco quería que empezara a atosigarme con preguntas.
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