La cuestión de todo [Pasado]

Ya era bastante tarde, casi que las 3 de la madrugada en el barrio bajo de la isla de Dawn. La luna iluminaba parte de las calles de este barrio involucrado de crímenes y desgracias, dónde quién está a cargo teóricamente de la isla son una familia de ricos, dejando unos en la pobreza, pero era un echo, que se le iba a hacer. Donde hayan ricos, habrán pobres. Y nuestro protagonista de pelo blanco llamado Kazama Wales caminaba por uno de estos callejones buscando experiencias y sensaciones, quería trabajar en sus inseguridades, cómo la de agredir a quien sea, incluso si es un asesino, o contra un adversario simplemente, quería trabajar eso, pues al fin y al cabo era un pirata y por lo tanto, tarde o temprano debes de sobreponerte a la situación para no morir, y sino herías al otro terminarías muriendo o a menos que huyas, pero eso quiere evitarlo el peliblanco, pues lo considera un acto cobarde, aunque una retirada a tiempo a veces es una victoria.

Todo parecía en silencio, nada del otro mundo. El suave viento era capaz de acariciar el rostro y el pelo a pesar de lo lamentable que era todo. Se oía algún que otro grillo, algún murmullo de alguien hablando si pasabas cerca de una casa. Kazama caminaba y caminaba cuestionándose que este lugar tampoco era para tanto según lo que había oído ~ Será casualidad, ¿O esos tipos sólo quería acojonarme? ~ Sonreía ~ Si pretendían hacerlo son unos ilusos ~ Pues quitando lo de no poder herir, Kazama era y es un diestro usuario de la espada, logrando dominar perfectamente el uso de dos, llevando evidentemente dos espadas consigo. Una a cada lado de su cintura, cree que así tiene mayor rapidez al usarlas. Por lo que sabe que tiene confianza y no cualquiera le tumba por estos mares, además, contando con su Akuma No Mi, quien nadie se ha fijado en sus efectos y quien lo ha recibido si se ha percatado que había sido manipulado. Pues Kazama ingirió la fruta de Ilusión-Ilusión, su nombre lo dice todo. Por lo que le otorga al joven una confianza mucho mayor, pudiendo actuar con naturalidad y el viaje de hoy pretendía resolver ese conflicto interno con no dañar.

Se trató de quitar lo que se le había caído con un simple movimiento de ambos brazos y encogiéndose ligeramente. Estaba distraído con sus cosas y no oyó nada y mucho menos se esperaba nada y mucho menos a un gato a un gato ~ Menudo cabrón estás echo, usas mi cabeza como escalón, ¿o que? ~ Dijo el peliblanco con una sonrisilla en la cara, no se creía que un gato le tomase el pelo, o al menos esa fue la sensación que le dio, un gato cualquiera pero para su gusto un poco canalla. Pero él vio eso y nada más, en realidad ese gato también era un ser humano y hembra, pero Kazama realmente eso no lo sabía y encima lo consideraba un macho, por lo que evidentemente siguió su camino ignorando al gato que al fin y al cabo era uno más. Pero tampoco se dio cuenta que en realidad le había hablado, era consciente ahora mismo ~ Estaba empanado, pero... Había escuchado una voz, pero es que no hay nadie más... ~ Dudaba el peliblanco en su mente, pero se giró al momento con los ojos abiertos a tope, como si hubiese descubierto un tesoro. Dio un par de pasos atrás para tenerlo más cerca y se apoyó en las rodillas con las manos para reducir la distancia por si daba la casualidad de que estaba en lo cierto y crear una ligera confianza, por si se asusta o algo similar ~ Eh tú, gato, ¿Puedes hablar mi mismo lenguaje? ~ Esperaba con ansia una respuesta, le daba igual cual fuera realmente, si hablara le parecía muy curioso y cuanto menos interesante.

De pronto, esperando un ansia por escuchar la voz del gato, así fue, habló. Con un toque más femenino y recalcando que era una gata. Esto le hizo mucha gracia a Kazama y se puso muy contento al encontrar algo semejante ~ Ja ja ja ja, disculpa, no soy experto en gatos y no los puedo distinguir de si son machos o hembra a primera vista ~ Dio una razón por la cual le llamó gato, ya que parecía que le molestaba mucho. De nuevo, volvía a hablar preguntándole si a estar mejor ~ ¿Qué? ~ Le desconcertaban sus palabras, pero más lo que iba a pasar. Pues... La gata, eh... Bueno, eso, se metamorfoseaba un poco, adquierendo una forma ligeramente humana, obteniendo piernas y manos, pero la cara no y tenía rabo ~ Vaya, vaya... ~ No sabía cómo tomárselo, no era una humana del todo, le seguía pareciendo un gato, a pesar de tener un metro y pico ~ Un placer Cat, yo soy Kazama un humilde pirata ~ Decía sonriendo amistosamente y diciendo la facción a la que pertenecía desde el primer momento.


~ Por cierto, ¿puedes transformarte completamente en una humana? ~ Tenía esa curiosidad ~ ¿Será una habilidad especial? ¿O el poder de una akuma? O al igual es la gata más hábil del mundo ~ Se cuestionaba el origen de ese habilidad, pero prefería reservárselo por el momento. No quería presionarla mucho, quería ganarse su confianza para preguntas más intrigantes. Esta reacción era debido a que el joven peliblanco había buscado el modo de que nadie supiera de su habilidad ~ ¿La textura de su piel será cómo la mía en ese estado? ~ Otra cosa que le intrigaba al ver a esa gata con forma humana, como al igual infinidad de cosas que se cuestionaba en ese momento.

~ Ah, no lo se, hay algunos que se presentan y lo das por echo, me imagino que yo no soy alguien que es pirata a simple vista ~ Contestó a la otra parte de la frase ~ Sí, es cierto, pero no somos buscados a propósito, es decir, los marines no se levantan con la intención de buscarme a mí precisamente, después de todo soy un pirata poco conocido y tampoco es que me de mucho a conocer ~ Kazama no era alguien que fuese problemático ni mucho menos, por ello que no tenía las típicas pretensiones de otros piratas, mucho menos la conciencia que tienen de que no les importa nada, matan por placer. Lo único que tiene el joven "Kaz" de pirata es la habilidad para robar, a parte de que no le importa ese echo, no hace mal a nadie y si lo hace no es a una persona en específico.

Por otro lado, el joven espadachín de pelo blanco preguntó en la posibilidad de que se convirtiese en un humana completamente. Se ve que si podía, pero no lo hacía porque se quedaría desnuda, un mensaje que recibió Kazama claramente ~ Ay, no, no, no... No era mi intención la que tú piensas ~ Decía algo sonrojado con la mano derecha tras su cabeza. No era esa su intención, sino curiosidad de saber si podía ~ Me ha quedado claro que puedes hacerlo pero no quieres, je je je... Por cierto, ahora que se me viene a la cabeza, tú como gata debes de tener un hábil manejo de tu cuerpo, además de que debes de ser muy rápida, ¿es así? tal y como digo, ¿o no? ~ Decía dudando acerca del nivel físico de la muchacha que parecía transparente, agradable y simpática, a parte de que aún tenía muchas dudas acerca de ella, pues no estaba acostumbrado a ver esa habilidad ~ ¿Oye, en que consiste tú habilidad exactamente? Es decir, se que la habilidad es la de poder transformarte, ¿pero en humano o gata? ¿Ingeriste una Akuma o es un poder tuyo propio? ~ Decía muy interesado en ella, pues era curioso cuanto menos. Pero toda esta conversación podría acabarse al poco rato, cuando ella comenzase a escuchar unos pasos, pues posee el sentido auditivo de un gato, de lo mejor que hay, ¿Sería ella quien se percatase de lo que se avecinaba?

Kazama no entendía la situación. Él quería ser educado y cortés, pero parecía no conseguirlo, le sorprendía que le sentase mal que no quería verla desnuda, el espadachín es un muchacho curioso y teniendo un ser así, las preguntas básicas y tontas le atosigaban la cabeza. Pero de un momento al otro, esa gata con forma humana, parecía juguetear con Kazama, acercándose tímidamente cual gatita provocadora. El peliblanco se sentía raro, por momentos, pues parecía que esa misma gata pretendía seducirle. Él sentía esa sensación de incomodidad, poniéndose algo nervioso, se le aceleraba un poco el corazón de la incertidumbre ~ ¿Qué está haciendo? ~ Decía para sus adentros tragando un poco de saliva, pero otro lado, sabía que era una gata, dándole que pensar ~ Será que los instintos primitivos que tiene por ser felina están floreciendo... ~ Pensaba en la posibilidad de que estuviese en celo y quería cariño, eso le confundía no sabía que hacer el joven espadachín.

Pero la muchacha se acercaba más y provocándole con los labios y una mirada cautivadora junto con un gesto de atracción por parte de la semi humana. Kazama llegó a un punto donde no sabía que sucedía, estaba totalmente desconcertado. Si estuviese en su forma humana desde luego que lo hubiese seducido sin ningún problema, pues el joven de 18 años llamado Kazama era bastante fácil de seducir por mujeres o chicas de una notable belleza exterior y más si eran dulces y cariñosas, se volvía muy sensible y débil, algo que no le gustaba mucho, pero no podía evitar, parecía que le gustaban las mujeres guapas, pero claro, ella no era del todo una humana y el echo de tener apariencia felina le desconcertaba un poco.

Bajo la luz de la luna, esta pareja de protagonistas que recién se habían conocido y estaban pasando el rato, un grupo de criminales estaban siguiendo a Kazama desde que había pisado la tierra de la Isla de Dawn. Al parecer sus 50 millones de berries por su cabeza le hacía ser reconocido por esos lugares y querían su cabeza, y al parecer, el de la gata también por ir con él. Desde las sombras salieron un grupo de 7 criminales rodeando al peliblanco y a la gata que recién había conocido. En un momento Kazama sometió a todos en su ilusión, bueno a todos... Excluyendo a la gata ~ Tú, Kazama... Venimos a por tu cabeza ~ Sonrió el peliblanco quien se olvidaba del tema de la gata ~ Ja ja ja ja... Pobres ilusos... ~ Decía marchándose al ritmo de su caminar normal, cogiendo a Cat de la mano para salir de ahí. Al hacer eso, los criminales no dudaron en atacar y el peliblanco no dudó en alterar los cerebros de los oponentes dejándolos inconscientes en menos de un segundo y por arte de magia. Cat vería como todos caerían en un momento, a quien se dirigiría Kazama cuestionándose la integridad de la bonita gata ~ ¿Estás bien? Deberíamos irnos de aquí ~ La cogió de la mano tomando iniciativa sin la autoridad de ella por su bien, Kazama creía que con él estaría más que segura. Y por otro lado, el atrevido peliblanco se acordó de la actitud de ella ~ Si realmente lo que querías era seducirme, inténtalo en tu forma humana ~ Se acordó de la pega ~ Si te da vergüenza desnudarte te puedo dejar mi chaqueta ~ Le decía sonriendo y cogiéndose la chaqueta por si acaso decía que sí.