Infiltrados - Misión secreta

Habían pasado días desde que había dejado Orange atrás. Su viaje se estaba haciendo pesado. De isla en isla, sin ningún tipo de pista. Ni siquiera una pequeña información. La mayoría de la gente ni siquiera había oído de Swallow island. La isla de la golondrina parecía no existir en la faz de la tierra cosa que, de una manera u otra, le tenía los pelos de punta y la sacaba de quicio. El sitio donde ella había vivido hasta ahora, no existía. Así como todo su pasado. Cualquier rastro de su existencia, su llegada al mundo, infancia, niñez y adolescencia. Todo había desaparecido. Parecía intentar cazar fantasmas. Un pasado que a nadie le importaba ya. Del que nadie sabía nada ni aún cuando este existía. Una isla anónima, unas personas anónimas. Prefería mantenerse en el anonimato e investigar tranquila, de todas formas. Dejar que el mundo siguiese su corriente mientras que ella adquiera sus metas - descubrir la verdad y sobre su procedencia.

Y así, después de muchas semanas sin ningún avance, se acordó de las palabras de Kou. Él le dijo algo como que la marina se encarga de averiguar quienes son los culpables. Eso quiere decir que ese organismo tiene información. Alguna base tendría que tener para decir eso. ¿Se podía ella unir a la marina? No, ni la interesaba. Por lo menos no ahora. No quería tener ataduras de ningún tipo. Sólo quería saber que fue lo que pasó esa noche y cuales eran los culpables para vengarse. La sangre requiere sangre. ¿Entonces, cual era el próximo paso? Primero, llegar a una isla donde ellos tengan un cuartel, y luego pues... valerse de sus habilidades silenciosas - ha. - para averiguar dicha información. Poco sabía ella que el gobierno y la marina no eran los mismos, y que en realidad se metía en un problema mayor del que le tocaba.

Y así fue como llegó a Tequila Wolf. Escondida en un pequeño barco que transportaba provisiones, sus piernas metálicas tocaron el suelo cuando la luna ya estaba en lo alto del cielo. La bufanda larga le cubría el cabello y parte de las ropas, inclusive los brazos metálicos, pero las piernas aún brillaban bajo los reflejos de los astros. Se fijó a su alrededor. El único asentamiento parecía guardado con recelo en el interior de la isla, aparte del enorme puente al que perdía de vista por la oscuridad.

Un barco de esclavos lo había arrojado a aquel destino, sin ser siquiera solicitada su intervención en aquella isla, ninguna orden dictada por algún alto mando o siquiera bajo decía que fuese a parar en ese lugar, un sitio deplorable en todos los aspectos, olvidado por la mayoría pero no por muchos, odiado pero aun así intocable, lo que hasta ahora se podría decir era la vergüenza de la revolución, el no poder intervenir para liberar de la opresión, todo por pura burocracia, Jagger creía ser un sujeto que observaba y analizaba, eso era cierto pero hasta solo un punto, contemplaba lo poco que su visión y conciencia podían darle pero aun así ignoraba varios asuntos, ideas, pensamientos o acciones que despreciaba pero que por ser parte de la vida, tenía que afrontarlos con la mejor de su persona, algo vago pues Saberhagen era alguien que podía explotar en cualquier momento si su paciencia y tolerancia era puestos a prueba. ¿Entonces qué hacía en Tequila Wolf? Su cuerpo le volvía fuerte pero su voluntad indestructible quería saber la realidad de lo que sucedía en la isla, las historias detallaban varias cosas acerca del trabajo pesado y la explotación, pero nada como conocer la verdad y hervir por dentro como era lo normal.

Después de un par de días de recorrer las inmediaciones de la isla Jagger fue capaz de armar un pequeño mapa de los puntos de acceso y control, resguardaba la información en una de sus libretas con tal de esperar emplear a futuro, pues ahora estaba por cometer algo a lo que muchos de sus compañeros huirían despavoridos, quizás por la falta de experiencia o convicción ¿Quién sabe?, el manto oscuro de la noche cubría los cielos, y con ello algunas estrellas resplandecían sobre el árido terreno donde figuraba uno de los asentamientos de esclavos más grandes en Tequila Wolf, tan grande que incluso debido a lo imponente del mismo la seguridad mermaba por las noches, ¿Quién se atrevería a escapar?, no hacía falta vigilar. Con la oportunidad de frente el encapuchado decidió actuar, estaba por realizar una investigación de campo que seguramente cambiaría la perspectiva de su vida, pero eso aún no lo sabía…- Basta de perder el tiempo – Entonces inicio un suave andar hacía lo que era la muralla que resguardaba el asentamiento.

Echo un último vistazo al muro antes de comenzar a treparlo, la agilidad y fuerza que le proveían sus piernas eran suficientes para poder subir con gracia y sin dificultad obre la pared de concreto, se apoyaba con sus manos en cada paso que daba en vertical hasta que después de un par de ligeros saltos llego hasta arriba, se asomó apenas con tal de no ser visto, giraba el rostro de lado a lado cubierto por la prenda que se asemejaba a las sombras nocturnas, hasta que decidió adentrarse al campo de concentración, se encuclillo por instinto, abrió bien los ojos y emprendió un suave andar por el lugar, se cubría entre las chozas que apenas se sostenían y las estructuras que estaban a su alcance, ya que a pesar de ser de noche no quería arriesgarse.

Kotori no era experta en colarse en los interiores, si no más bien en escaparse de interiores. De hecho, esa era la primera vez que estaba haciendo algo que fácilmente se podría catalogar de ilegal, aunque ella no tuviese ni idea. Se quedó mirado al exterior y ejerció algo de paciencia antes de adentrarse en el interior. La muralla parecía bastante grande y guardada con recelo de guardias. Eso era un problema. Si la pillaban seguramente que sería malo, muy muy malo. Y había oído sobre los wanted. No quería tener a nadie pisándole los talones. Quería algo fácil, que la permita escabullirse entre las sombras sin ser descubierta hasta que alcance su meta. Por lo menos, hasta que descubra a los culpables. No quería hacer daño a nadie, ni la interesaban las políticas del gobierno o lo que sea. Poco sabía de eso. Tampoco era el tipo de persona que se metía en líos. Hasta ahora. Sabía que si quería algún tipo de información tenía que colarse en el interior de esa pequeña ciudadela. Pero... ¿cómo?

Después de un par de vueltas a su alrededor, vio movimiento. Al principio se asustó, pensó que había sido descubierta y venían hacía ella. Pero no podía estar más equivocada. Al parecer ella no era la única interesada en penetrar los muros de aquel sitio. Un hombre fornido apareció de entre las sombras y, con una agilidad parecida a la de un animal salvaje, saltó hasta quedar en la otra parte del muro. Las alarmas no sonaron, ni tampoco había movimiento. Debía de tratarse de algún punto ciego. Tomando el valor suficiente, y sin perder tiempo, quizás sólo segundos después de que el aterrizara en la otra parte, Kotori empezó a correr hacía el muro también. En el mismo sitio. No tardó en darse cuenta de que colarse en el interior era casi lo mismo que intentar escapar desde el interior, sólo que nunca sabes lo que te puedes encontrar en la otra parte del muro. Decidió seguir la sombra, ya que desde el primer momento su intervención había parecido acertada. Quizás se trataba de alguien que ya había estudiado los alrededores concienzudamente. No tardó en ponerse detrás de su espalda, en una parte más cercana a su hombro derecho. Lo último que quería era ser atacada por el intruso, así que tomó sus precauciones en cuanto a las distancias. Estando colocada cerca del hombro derecho del hombre, extendió el brazo y, con su dedo índice tocó su hombro izquierdo, por si él atacaba,que lo hiciese al viento. - Lo siento por molestarte, podemos ir juntos? - Gritó a susurros por la distancia que había entre ambos. Hablaba de la manera más normal del mundo, que sabía ella como la otra persona iba a reaccionar, o que era lo que él había venido a buscar allá. La verdad es que, tampoco le interesaba mucho. - Se nota que los has estado vigilando. - mostró ambos pulgares hacía arriba, en una señal de aprobación total.

Aprovechaba el silencio para escabullirse entre las sombras que se hacían por las estructuras, a pesar de no haber electricidad en toda la ciudadela algunas antorchas se alzaban en las esquinas de las estrechas calles, los cuerpos sin vida tendidos en el suelo no faltaban y el hedor a sangre como era de esperarse predominaba en el ambiente, a pesar de ser testigo de todo eso Jagger intentaba permanecer en calma, desviaba la mirada de lo que pudiera causarle repudio, ya que por ahora su propósito era encontrar a alguien con quien poder hablar acerca de lo que se vivía en el campo de concentración, sin embargo aun cuando creía que se movía con el suficiente sigilo, el camino por donde anduvo se encontraba siendo recorrido por alguien más, Jagger dejo de prestar atención por unos momentos a su retaguardia, andando con la vista hacía el frente ya que en la cercanía se vislumbraban un par de siluetas, figuras humanas de tamaño considerable, uno de ellos empuñaba una lanza mientras el otro un rifle preparado para ser disparado…- Estoy seguro que esto no les dolerá – Movía sus dedos lentamente, desprendiéndose desde estos pequeños e imperceptibles hilos que tenían por objetivo el par de enemigos, pero cuando todo parecía que estaba por terminar para los dos hombres el tacto ajeno de quien sabe quién le saco de sus pensamientos, los hilos volvieron a su amo y el guerrero presionando con sus dedos contra la mano dejó a la vista una cuchilla, el revolucionario se giró rápidamente y apunto con el arma blanca al cuello del extraño.

El asesino se vio invadido por un nerviosismo fugaz que se desvaneció a la hora de ver el semblante en el rostro ajeno, las facciones de su cara le hicieron ver que no se trataba de alguien de temer, por el contrario pensaba el encapuchado que había encontrado ayuda, alguien quien podría develar la verdad acerca de lo buscado…- ¿Quién eres tú? ¿No te han dicho que nunca debes llegar a alguien por la espalda? – Recobró la postura enfundando el arma en la manga de su amplia prenda, dejo caer el brazo hacia su costado y en una rápida mirada se fijó hacía atrás para ver si allí seguían los guardias, luego volvió a la mujer - ¿A dónde exactamente quieres ir? – Frunció el ceño algo confundido, pues hasta donde sabía o su conciencia le decía… la mujer pertenecía a ese infierno…- Yo creía que tu trabajas aquí – Sentenció con calma, la voz baja y tenue para no llamar atención indeseada.

Alrededor, una otra realidad se extendía delante de la rubia. Cadáveres, olores extraños y perturbadores, y quizás muchas más cosas si hubiese habido luz. Por suerte o por desgracia se encontraban en casi total oscuridad, lo único que podían verse eran sombras alrededores. Justo cuando se intentó tapar la nariz con la bufanda, sintió el cuchillo frío del desconocido tocando su garganta. Pensaba que había tomado medidas en cuanto a la distancia, pero el hombre era rápido y sigiloso como un gato. No tardó en llegar a su cuello, poniéndola ciertamente algo nerviosa. Vale que quizás tenían el mismo propósito ya que él también se coló de manera ilegal, pero nunca sabes los bichos raros que te puedes encontrar por ahí. Levantó las palmas de las manos un tanto, y se mantuvo quieta. Aún nerviosa, esbozó una sonrisa grande, de esas que te muestran casi toda la dentadura Escuchó las palabras del hombre, y las razonó. ¿Pero cómo podía haberle hablado para una primera vez. - Dada la situación obvia de peligro no me pareció bueno gritar desde lejos para atraer tu atención pero si así te sientes más seguro lo tendré en cuenta para la próxima vez.

Empezó hacer muchas preguntas de repente. Parecía un hombre en sus veinte, bastante maduro, encapuchado, donde casi que lo único que podías ver era la boca y barbilla. El no poder ver sus ojos la confundía, puesto que era como si ni siquiera lo conocía. Como si no estaría hablando con un humano normal. - Llámame Hella, tu ayudante. - dijo mientras se separaba un par de pasos, después de que el estado de alerta había disminuido en el hombre y ya se había guardado el arma. Ella sabía que él sabía bastante más sobre el sitio, y quizás hasta tenía una meta mejor definida. Un plan. Se tapó la nariz y la boca con parte de bufanda. - No sé que anda pasando aquí pero esto está sucio. - dijo con asco, mientras miraba a los cuatro puntos cardinales, intentando orientarse. En vano, por supuesto. - Es obvio que buscas algo, y yo también. No estoy con nadie, ni viajé con nadie todo este rato. Busco información de lo que pasó hace tres semanas en Swallow island, la isla de la golondrina. Había un templo que quedó destruido y sus habitantes muertos. La información es para mi exclusivo interés. - intentaba dejar claro que no está con ninguna facción. Que lo que otros hacían le daba igual. Que lo que ella buscaba lo hacía por su propia cuenta, una información que a nadie más le sería de utilidad. Por lo cual, no había que pelear.

Las sombras que se hacían por la capucha que vestía cubrían a la perfección sus ojos y alguna que otra expresión facial, la calma había vuelto a posarse sobre los hombros del asesino a sabiendas que la delgada línea entre la paz y el caos estaba en orden una vez más, en un vistazo a la mujer el encapuchado echó a andar su mente plasmándose en esta varios pensamientos, ¿Quién era ella?, por su apariencia y el aura que parecía desprender no se trataba de un enemigo, pero tampoco podía identificarla como alguien que perteneciese a ese campo de concentración, ¿Cuál era el juego en todo caso? Las palabras con las que se expresó le dejaron a total merced y voluntad del revolucionario ¿ayudante? Compañero era la palabra más acertada, sin embargo a pesar de conocerla odiaba el significado de la misma, solía formar equipo con Sakura e Illya por lo cual reformar su comportamiento para adecuarse a la actitud y habilidades ajenas era algo atosigante para una persona que gustaba trabajar en solitario, pero si de algo estaba seguro es que tenía como asesino y miembro de la revolución adecuarse a la situación según esta cambiase, después de todo la palabra ayudante no sonaba tan mal, y comenzar a pensar en ella como tal podía servir para no entorpecer sus propios esfuerzos con el pensamiento de cargar con lastre…- Muy bien Hella, intenta seguirme el paso – Murmuró, el lugar se podía comprometer si se mantenían allí por más tiempo.

Con su afilada mirada dio un barrido al área asegurando con la vista los puntos que podían servir de apoyo para trepar o escalar hacía otros accesos más convenientes, el tiempo siendo medida de su destreza y experiencia pulió sus habilidades al punto en que el guerrero desarrolló un pensamiento más analítico que le permitía seleccionar el mejor camino para andar, solo esperaba que la mujer pudiese seguir el ritmo de su andar y no quedarse atrás, aunque si eso sucedía siempre podía dejarla sin consideración, ya que el pensamiento de fallar en lo que sea que estuviese haciendo no era siquiera digno de tener. En un ágil movimiento giró su cuerpo y efectuó un salto apoyándose de una pared de concreto, trepo en cuestión de segundos hasta la parte alta manteniéndose en cuclillas, espero a que la mujer diese el primero de los pasos y acto seguido se comenzó a deslizar entre los techos observando que nadie les vigilara al andar…- Yo estuve en Swallow Island cuando eso ocurrió, y puedo decirte quien fue el perpetrador de tal masacre – Encontrándose alejados de la guardia que podía significar un problema, Jagger se dignó a abrir la boca revelando información valiosa que serviría tal vez para motivar a la mujer a ayudarle en su travesía de hurto.

El hombre estaba encapuchado, y tenía una aura misteriosa. No podía observar nada más dado a que podo de su cuerpo estaba expuesto a la luz, pero sí que podía identificar varios cadáveres a su paso, frescos, seguramente obra suya. Si fuese hace tres semanas hubiese protestando, diciendo que hay otras modalidades de colarse en el interior y toda la charla maternal, pero desde que salió de Swallow aprendió que, a veces, tenías que mirar por tus propios intereses. Y eso era lo que ella estaba haciendo ahora. Sin importar la facción del hombre, ni sus principios, en esos momentos consideró necesario pedir su ayuda. O ayudarse mutuamente. Poco sabía ella que aquel encuentro será fundamental para su futuro, y que, de hecho, iba a encontrar aquello que estuvo buscando por casi un mes: una pista.

Se dio por contenta al ser aceptada por el desconocido. Se notaba que era bastante capaz de llevar aquello a cabo, sus movimientos eran rápidos y limpios, pero diferentes de la muchacha. Mientras que él daba unos movimientos rápidos pero delicados, la rubia saltó de un tiro, totalmente de frente, y lo siguió sin decir nada hasta que él paró, donde hincó la rodilla en el suelo. No estaba cansada, aunque seguir a un desconocido hacía falta una gran valor. Aún así, quizás por su inocencia, consideraba aquella unión como algo verdadero por parte de ambos, y no pensó en ningún momento que el encapuchado podía traicionarla. Entonces, por fin el abrió la boca, diciendo algo que la dejó pasmada y sin palabras. ¿Podría ser cierto que él supiese de que se trataba? Por un momento, perdió la compostura - D... - se tapó la boca al darse cuenta de que su voz estaba demasiado elevada. Aún así, miró a su alrededor para asegurarse que aún estaban a salvo. Se acercó a él hasta quedar cara a cara. - Dime lo que sabes y te ayudaré en lo que sea. - Se había quitado la bufanda de la cabeza, dejando ver su rostro por completo. Aquello era lo que había estado esperando todo este tiempo.

Por una vez desde hace tiempo atrás parecía ser que se haría de una compañera durante el transcurso de la misión auto-impuesta, un logro que creía olvidado desde su último intento de asociación en Shelltown con el marica de cabello blanco, las cartas estaban tendidas ahora sobre la mesa, tenía la información que necesitaba acerca de los edificios principales y las personas de quien se debía alejar y ahora disponía de la ayuda de la fémina, todo debía salir… o al menos eso pensaba, la arrogancia que se carnio sobre él le impidió ver la realidad de la situación, la mujer demostraba un comportamiento errático, diferente al que hace unos segundos dejaba en claro por medio de sus acciones burdas y poco sigilosas, el repentino sonido de la voz ajena le hizo negar con el rostro volteando hacia todos lados, por arriba y por debajo esperando no haber sido atraída atención indeseada después de aquel repentino exalto…- ¿Me crees un tonto? – No dejaba a la vista su mirada pero era capaz de sentir por las palabras ajenas los nervios y la ansiedad que reposaban en la rubia, logrando darse de cuenta que si develaba la información que poseía podían pasar dos cosas, o la mente de su homóloga se perturbaba al punto en que la misión se iba al garete, o aún existía la posibilidad de ser abandonado en lo que parecía ser la cruzada del año en que vivía, cualquiera que pudiese ser el camino Saberhagen no tenía intención de andar en terreno peligroso…- Cuando terminemos con esto, te diré lo que quieres saber – No hubo otro comentario por parte suya a razón del tema, ni siquiera un gesto de exclamación, era tiempo de actuar.

El tiempo parecía estar de su lado pues parecía no correr entre los pequeños espacios que el dúo se daba para conversar, posándose en contra cuando los planes del encapuchado se comenzaron a revelar, de entre sus pertenencias tomó un mapa amarillento, arrugado y con un olor a tierra ya arraigado, lo extendió en el suelo posándose de cuclillas para señalar con su diestra el punto al que tenían que dirigirse – En este lugar están resguardados los planos del puente y el mapa en general de la isla, me tomo bastante tiempo asegurar este sitio para poder entrar y esta podría ser la única oportunidad para robarlos – Pronto localizó su mano en otro par de puntos – Aquí y aquí es donde se encuentra la mayor concentración de guardias, debemos tener cuidado de no ser sorprendidos, o dudo que podamos hacer algo – Una vez dichas las palabras, alzó el rostro para asentir a la vista de la mujer - ¿Alguna duda? – Trago algo de saliva, esta era una de las primeras veces que hacía equipo con una extraña.

No sabía aún pero aquella iba a ser la primera vez que iba a seguir los ordenes de alguien desde que su maestro murió. Aunque normalmente la hubiese molestado que dudasen de ella, puesto que no ha dado ninguna razón por lo cual el encapuchado pensaría que no le iba a seguir ayudando. Aún así, estaba ansiosa por saber la verdad. Estaba ansiosa por saber cual era su destino. La próxima parada. Quienes eran las personas que se habían atrevido quitar la paz y la vida de aquel lugar. La sangre le hervía en las venas, en una mezcla de emoción y odio. Su puño se apretaba tan solo pensando en que casi los tenía. ¿Pero, y si él mentía? ¿Y si se trataba de un artilugio para que ella lo ayudase? No tendría sentido, puesto que ya había accedido a ayudarle antes, aún sin saber que él poseía tan valiosa información. Intentó calmarse. Suspiró en silencio y tomó la bufanda para taparse la cabeza de nuevo, y parte de su cara. Ahora, eran dos encapuchados, que pretendían robar algo. Un equipo temporal.

Escuchó el plan de su ahora líder. No se veía complicado llegar ahí, pero si que tenía una duda. Y al parecer ese era el momento de preguntar. Después de un corto silencio, abrió la boca en un susurro. - ¿Cómo se lucen los planos del puente? - no había visto nada así, ni tampoco sabía si se suponía que estarían resguardados bajo llave o que. No había visto unos planos de nada antes en su vida, aunque la idea del mapa se veía fácil ya que sí había visto eso. Con una corta información para hacerse una idea, le valdría. - ¿Vamos juntos por el mismo camino? Si fuéramos a usar diferentes caminos atraeríamos menos la atención, diría yo. - intentó aportar sus ideas, aunque tampoco la importaba mucho como se procedería. Iba a asegurarse de que la misión iba a ser un éxito, por su propio bien. Miró el mapa con detención, memorizándola tanto como podía en aquellos segundos que aún tenía disponibles.

Las instrucciones para ambos a pesar de ser sencillas cargaban con cierto grado de dificultad, por parte suya Jagger no tenía problema en adentrarse a cualquier inmediación custodiada por quien fuese, su trabajo dentro de la revolución consistía en eso y hacer valer la causa servía como motivación para terminar la encomienda, sin embargo quien le preocupaba era la fémina de cabellos rubios, habiéndola conocido hace unos minutos Saberhagen desconocía por completo sobre las cualidades y destrezas de ella, ¿podía suponer eso un problema?, muy en su subconsciente el encapuchado sabía que sí, pero con el reloj en su contra y la noche pasando perder el tiempo pensando en esas trivialidades solo servía para aumentar la tensión y la ansiedad que ya de por si reposaba sobre sus hombros, esta era la primera vez que realizaba una misión otorgada por su propia voluntad y no quería cagarla descomunalmente por el simple hecho de no poseer la suficiente información para concluir con éxito…- Parece ser que no habrá ningún problema con ella – Con vistazos fugaces vislumbraba de reojo a su acompañante, quien a pesar de haber recibido datos sobre su tarea personal seguía al tanto de lo que estaban por hacer.

-¿Los planos del puente? – Frunció el ceño arqueando la ceja con levedad como clara señal que era el hecho de que ignoraba aquello, pero sin querer verse obvio siguió hablando con el mismo tono de voz que figuraba tranquilidad y seguridad…- Son hojas grandes con dibujos y especificaciones, te darás cuenta de cuales son cuando los tengas a tu alcance – Tomó el papel que empleaba como mapa para situar los puntos de la ciudadela, lo enrollo y guardó cual pergamino entre sus prendas, pronto su atención fue de nueva cuenta captada por ella -  Iremos por separado – Puso atención hacía lo que le rodeaba, elevando su diestra para señalar con el dedo índice el camino por el cual tenía que ella seguir…- Este camino te llevará directo a tu objetivo, ten cuidado de que no te atrapen y si te atrapan más te vale no traicionar mi ubicación – Inhalo el guerrero con tranquilidad dejando que el aire a podredumbre llenase sus pulmones, el combustible necesario para poder iniciar la travesía que tan fervientemente quería completar.