Una mañana de vinos (Pasado)

Comienza un nuevo día en aquella isla Micquet la cual desde muy temprano comienza alzar las ventas de todo tipo de vinos para turistas y gente de  la misma con el fin de lograr vender más el producto además de satisfacer el placer de la bebida a todo aquel que le agrada pasar la tarde con un trago tranquilo por lo que ahora un apuesto y peculiar joven comienza a recorrer lentamente las calles de esa misma isla ya que al menos tiene solo un día libre para hacer lo que quisiera  sin preocuparse por el trabajo, por lo que usa una vestimenta común de cualquier civil, una camisa color azul claro, y unos pantalones de tonalidad de gris para estar tranquilo ya que usar siempre ropa obscura termina siendo cansando, además de cuando hay calor empeora.
 
 
Tranquilamente llega a lo que es la villa principal donde se reúne la mayor cantidad de gente, además que ha escuchado rumores que en esa taberna puede conseguir información de la más nuevas de los mares cardinales  lo cual le serviría antes de partir a su camino al gran line sin problema alguno por lo cual decide ir a ese punto de encuentro en peculiar con las demás personas “Al menos conseguiré información nueva “ menciona en su mente mientras que abre la puerta del local para así entrar, llamando poco la atención de los presentes pues ya que se les hacia extraño y peculiar ver alguien de la clase social del joven entrar en una taberna común.
 
 
Por lo que muestra una expresión seria el joven rubio, puesto aun no podía dejar de lado que es hijo de nobles importantes para el gobierno por lo que quizás solo sepan que es un chico de familia rica y adinerada cosa que le traerá problemas ya que siempre los abusadores se presentarían para sacarle provecho a él y a su familia en  este caso solo seria a su persona … más sin demorarse más tiempo se acerca a la barra para después sentarse en unos de los asientos para comentarle al encargado – Solo tráeme un trago, por favor – le menciona para después esperar a que le trajeran lo que ha pedido.

El día estaba mostrando sus fauces nuevamente, como lo hacía en todas las estaciones y crudas tempestades en el mar. El viento direccionaba el bote de doble vela por un camino hacia el North Blue, el único trayecto que el peli azul no había investigado, con un alcance totalmente desconocido había logrado llegar con algunas dificultades hasta la Isla Micqueot, y por lo menos nadie lo reconoció en ese entonces. Se tapó con la capucha de color como la noche, y su vestimenta a pesar de llamar la atención de algunas personas nadie se le acerco ni siquiera para robarle. Su mirada estaba puesta en conocer todo lo que le rodeaba en ese momento, como un turista en medio de un país que ve por primera vez, era su excursión por el North Blue, ya tenía conocimiento de los demás Blues, y solo le interesaba conocer lo exótico que era el vino de este lugar, para algunas personas era el trago de los dioses y el mejor de todo el mundo, reconocido incluso por algunos Marines de alto rango. Parecía un niño en medio de una biblioteca, y aunque suene algo extraño, le tenía curiosidad por todas las trayectorias que cuando pequeño solo eran más que una imagen en un pedazo de papel viejo de una librería de Loguetown. Habían pasado solo unos años desde que entro a la armada revolucionaria, conoció el mundo desde otra perspectiva, había vivido entre la comodidad de un hogar con padres cariñosos y también había probado el amargo trago de la pobreza, sus ojos mostraban a alguien que peleo toda su vida y que le faltaban algunas batallas que librar, no había crecido lo suficiente y eso lo sabía, la viva prueba era no conocer el North Blue y lo consideraba estar hundido en el pozo de ignorancia.

Alexander saco un libro desde su capucha, caminaba a raudo paso entre algunas casas, unas calles llenas de mercaderes y gente con vestimenta algo extraña. Procuro no hacer ruido alguno y mantener su cara oculta, era la vida que había elegido, la de un revolucionario y no había vuelta atrás, el viento movía sus ropajes, pero no quitaban su secreto para exponerlo a ojo público, el hedor le recordaba un poco a los parques llenos de árboles que emitían una radiante brisa olor a lavanda y sonrió un momento. Tenía sed y hambre, no había comido o bebido nada bueno desde hace dos días y la única compañía de su estómago fueron algunos peces que logro conseguir robando en el puerto del cual zarpo y el agua salada del mar, que por cierto le hizo bastante mal para el cuerpo pero que lo mantuvo algo deseoso y despierto.

La Villa Vino estaba cerca, tomo algunas indicaciones de buenos samaritanos que encontró en el camino, de algunas ancianas con las cuales tomo algo de información mientras compraba unas manzanas en el trayecto. Tenía deseos profundos de tener en su garganta el sabor y espesor de un vino de buena cava y según lo que había leído la mejor cepa se encontraba en este sitio, Villa Vino, el aire desprendía esa amargura de la vinicultura y la gente portaba en su rostro algo de trabajo duro sobre sus hombros, como se esperaba. Alexander no llego del todo ignorante tampoco, el simple terreno lo confundía, pero los rumores corrían tan rápido que daban miedo, sabía que había un bar cercano en esta villa donde podía sacar más información acerca de este Blue, por lo que camino entre tumulto de gente que recién salía a hacer sus trámites a esas horas — Así que esta es la famosa tierra de Noland el Mentiroso, también del buen vino que hace ocultar la tristeza, interesante ... — sus pensamientos se transformaron en susurros mientras encaminaba su paso hasta las puertas de aquel bar, abriendo la puerta y no mirando a nadie en el proceso, lo más importante era no llamar la atención, conseguir algo de información o algún mapa e irse rápidamente.

Alexander fue hasta la barra, se sentó dejando algunas cosas a un lado vigilando que nadie las sacase y pego con sus nudillos en la madera vieja de bar solo una vez para llamar la atención del encargado — Una copa de vino — dijo con su voz fuera de todo secreto, dejando unos cuantos Berries que podían ser suficientes para pagar aquello, y solo espero tranquilo, aunque su ojo perimétrico se dio cuenta de la persona que estaba solo a unas sillas de él, se veía algo sospechoso, esa rubia cabellera y esas vestimentas eran demasiado llamativas para un bar de esta índole.

Mientras aquel distinguido recién llegado espera con paciencia a que le traigan lo que ha ordenado solo se pone a escuchar  lo que comentan las demás personas como si le agradara enterarse de los chimes cotidianos  por lo que después de un rato el encargado le trajo aquella bebida que ha pedido poco después observa como otra persona se sienta a unas cuantas sillas de donde él se encuentra, no le toma mucha la importancia en esos momentos ya que la mayoría serian aldeanos simplemente  que desean pasar el rato agradable.


Por lo cual saca algunas monedas de su bolsillo izquierdo para pagar al encargo, las cuales son de oro total como si el muchacho las hubiera sacado de alguna clase de tesoro oculto de algún pirata, mas no es de ese modo ya que como único miembro de la familia Winter que seguía con vida podía sacar la gran fortuna de que había quedo aun resguardada por el mismo gobierno mundial cosa que al menos odiaba ya que no podía hacer las cosas quería sin antes pedirles a ellos permiso para retirar sus propios fondos.
 
Siendo entonces que el encargados cambio su semblante ante eso  ya que casi nadie pagaba con oro una simple bebida de segunda clase por lo cual dijo emocionado – ¡¡Gracias!! - mostrándose que es un humilde trabajador que día a día se gana la vida vendiendo en ese bar las bebidas por lo que solamente aquel peculiar agente comenta con tranquilidad – No es nada, conserve el cambio por favor – a pesar de todo aun debía mantener la guarda en alto puesto quizás esa pequeña cantidad de dinero llamaría mucho la atención de los demás presentes en el bar.

La taberna está muy silenciosa más de lo normal después de todo aun es de día para que las buenas noticias llegaran aquel el joven seguía  cerca de la barra mientras disfruta de aquella bebida trago por trago aunque no desea terminárselo por completo al menos que dese terminar igual que el resto de algunos que están en ese lugar durmiendo más algo cambio el lugar totalmente. Puesto otro aventurero ha llegado a aquella taberna mientras tanto menciona algo que le pareció curioso en esos momentos a él.
 
Aunque por otro lado al tabernero le agrado mucho esa idea de invitar a todos los presentes tragos ya que al menos conseguirá más dinero y quizás con eso llegue a cerrar temprano el taberna, por lo cual solo se dedica a escuchar ya que no está muy interesado en tener otra bebida ni menos cuando aún se encuentra en servicio   - Descuide así estoy bien – le comenta al tabernero para que no le de otra bebida mientras que este  se va a llevarles los tarros a los demás presentes.
 
Podía imaginarse claramente como aquellas personas aman tanto la bebida que harían cualquier cosa para tener más de ese líquido en su sangre y cuerpo aunque no podía culparlos de que tengan ese extraño vicio por otro lado algunos de que están adentro comienzan a murmurar cosas acerca del chico de rubios cabellos puesto por su apariencia no parecía ser una persona de la clase baja o media en la sociedad lo cual no los deja tranquilos. Mas sin embargo no haría nada al respecto de lo que esas personas decían acerca de él, ya que se lo podrían tomar mal y decir aún peores cosas por lo que deja pasar eso.

Todos vitoreaban, cantaban y bebían. Un desconocido se había presentado en el local y les había invitado a una buena ronda de bebida, quién iba a quitarles la alegría. El tabernero trabajaba con esmero, tirando de aquí para allá vasos de Sake. El señor ya trazaba planes para después de que se vayan esos clientes, ya podía escuchar el tintineo de las monedas en la barra, ya podía sentir el peso de su bolsa de monedas. Una pena que vaya a escapar sin pagar un duro. Me acerqué entre la multitud hasta la barra donde se hallaba aquél joven de rubia caballera. Estaba sentado, solo, al margen de toda la fiesta, con su bebida justo delante. Le di un trago a mi birra y lo miré de pies a cabeza. Me senté justo a su lado sin esperar invitación alguna. - HOLAAAAAAA. - Le grité en su oído.

Cuando quería ser desagradable podría serlo sin ningún problema. Era cierto que el hombre no me había hecho nada, pero no levantaba en él ninguna reacción y no me parecía normal. A parte, su porte indicaba que no pertenecía a la clase baja como la mayoría de los clientes, sentado de aquella manera y con aquella ropa parecía un niño de alta cuna, criado con todos los bienes que le caían en mente. Un niño mimado, vaya. - Por qué tan solo - Pregunté, dando otro gran trago a mi bebida.

Levanté la cara y la ladeé levemente a la izquierda. Eructé, y el sonido retumbo hasta en los cristales de la taberna. - Disculpen - Y empecé a reírme. Creo que el alcohol me estaba afectando. Otro gran trago. Escudriñe el vaso: vacío. Había terminado mi bebida; ademas, tenia que mantenerme despierto si quería huir del tabernero. Ebrio no podría correr mucho antes de que me pillase. Decidí no beber mas, pero tenía que encontrar diversión en otra cosa. En ese mismo chico, por qué no. - Buenoooooooooooooooo. Entonces dime, qué haces por aquí, un sitio tan desaliñado para tu porte, tu estilo, tu clase - Alrededor todos cantaban y saltaban.

Las demás personas dentro de aquella taberna parecían estar felices, puesto cantaban y brindaban sin parar mientras cantan y hacen otras cosas para llamar la atención teniendo el lugar vivo y en armonía al menos hasta que esa bebida seles terminara. Y estaría de nuevo el lugar silencioso, por otro lado aquel chico solitario no parecía importarle mucho en cómo se pondría lo demás. Al menos podría escuchar uno que otro chisme sobre las nuevas cosas que hacían los revolucionarios si es que esta uno presente en ese momento.
 
En esos instantes no se percató que otra persona se sentó a un lado suyo para después gritarle por el odio eso sin duda no le agrado mucho, pero dedujo  que quizás este ebrio y por lo que no haría nada al respecto solo se delimita a hablar cuando le pregunta que hacia hay solamente el  - Disfruto un rato de la bebida y usteded viajero – finaliza para ahora saber que hacia una persona como el recién llegado en esos lugares de manera solitaria al menos deducía que fuera alguna clase de civil.
 
 
Por otro lado aquel chico noto que no es una persona  de la clase baja o media lo cual de alguna manera le preocupo puesto al menos sabia de ante mano que no podía ocultar mucho su posición dentro de la familia en la que pertenece. Al menos debe pensar en algo para decirle ya que no podía hacer mucho por lo que solo comenta – Deseaba conocer cómo se diviertan la demás gente – ya que de alguna manera no le daba mucha confianza aquella persona para hablar ni menos decirle otras cuestiones por lo se mantiene al margen como cualquier otro noble lo haría.

** Después de un rato aquel sujeto con quien recientemente hablaba tuvo que irse de una manera inesperada, dejando todo incluso para el joven e rubios cabellos por lo esté seguía metido en sus asuntos además de que debe seguir guardando su identidad en secreto ya que con la ropa que porta  no le ayuda mucho en eso, todo porque no tuvo la oportunidad de cambiarse y seguir usando su vestimenta usual de noble mundial ,cosa que de alguna manera no el agradaba mucho pero no podría hacer otra cosa que seguir dentro de ser sistema en el que trabaja el gobierno, para sobrevivir y así ver la manera de reencontrarse con sus antiguos amigos de la armada revolucionaria. Aunque duda que estos sigan vivos ya que los agentes bien claro le dijeron que terminaron muertos en el intento de escape. Aunque dejando a un lado del paso, logra escuchar que hay alguien nuevo dentro del local por lo que solo oye que le habla al cantinero para que lo atienda.
 
Por lo que al menos debía pasar de manera natural y como cualquier rico que no le importara a los demás por lo que menciona en ese instante – La siguiente ronda yo la invito así porque favor darles  a todos otro tarro- esperando que el encargado comenzara a repartir de nueva cuenta rondas en todas las mesas. Mientras algunos se centraban en el recién llegado de albina cabellera puesto sus ropas parecían manchas de sangre, pensando algunos que salvo a alguien o solo hizo sus cosas de ladrón al final acabo no harían nada ya que la mayoría de lo que están dentro del establecimiento son bandidos o piratas por lo que no les importan mucho las personas, sin embargó no dejan pensar en aquel chico de rubios cabellos quien ahora a todos les invitado otro trago así como si nada. Siendo entonces que se pone de pie y va hacia donde está sentado el joven albino que acaba de llegar para comentarle – Te gustaría otro tarro – le pregunta con algo de miedo, puesto no sabía si este aceptaría de su oferta.
 
Ya que los nobles y personas ricas son considerados como la peor parte de la sociedad al menos el demuestra en esos instantes que no los normales que la pasan insultando a todos, el resulta ser una persona bastante tranquila y tolerante con los demás, por qué pensarían que tal fue fuera un simple ingenuo que caería en alguna trampa que los demás le pusieran a su persona. **