Año 230 D.D.G
Tras un periodo de paz el nombre de un sujeto comenzó a surgir entre los piratas hasta hacerse de un renombre mundial… Norman D. Gold, un pirata que en un par de años alcanzó el poder suficiente para consagrarse como un emperador pirata y eventualmente para ser nombrado como rey de los piratas al haber reunido un tesoro inconcebible al cual se le otorgó el nombre de “One Piece”. Durante años el Gobierno hizo uso de todos sus recursos para acabar con este hombre per todo fue inútil y decidieron simplemente dedicarse a contener sus ataques. Gold sin embargo, no parece interesado en destruir al Gobierno o en atacar a sus instituciones, sino más bien en continuar explorando el mundo no conocido estableciendo con su poder una estabilidad no vista antaño en el mundo de la mano de todas las demás facciones. ¿Serás parte del mundo y su avance?. Seguir leyendo...
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Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional.
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El deber llama... [Pasado]
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El deber llama... [Pasado]
Realmente soy libre con un demonio, no mas papeleo ni entrevista ni supervisiones. Finalmente solo y sin responsabilidades (Por los momentos…) Desde que aquella amiga me convenció de tomar este cargo (Cosa que debí seguir reusándome hasta que se cansara) No imagine que tenía que tener tanta responsabilidad, aunque al final decidí terminar todo lo más pronto posible y escapar de los cuarteles para tomarme un descanso. Incluso lo haría viniendo a islas donde no tienen tanta jurisdicción e imaginarían que un marine como yo andaría. Total, pase de largo al llegar al pueblo decidiendo ir a las afueras, dentro del bosque. Era una bonita tarde, había buena brisa y un buen clima y pronto llegaría el ocaso y posteriormente la noche.
Merodeando por el bosque, no podía ver nada mas que arboles y arbusto. Llevando mis nueva pinta con una capa que cabria todo mi cuerpo y una capucha que ocultaba bien mi rostro. Parecía una especie de monje o algo asi, pero me agradaba, esencial para ser tan raro y no llamar mucho la atención como un simple vagabundo. Ni siquiera me molestaba en llevar aquella capa que muchos matarían tener. (No le veo mucho sentido a eso) No necesitas de estrellas o capas para hacer realmente la diferencia… En un mundo donde todo es posible y gira de manera increíble solo necesitas un poco de Fe y voluntad. Finalmente me toparía con un lugar que se veía ideal para pasar el rato. Los arboles ocultaban bien el cielo dejando así, traspasar uno que otros rayos de luz. En los alrededores arbustos y un poco de grama, además de poder oír el sonido de un pequeño arroyo. Parece que la hice encontrando un lugar perfecto.
Ahora simplemente me disponía a bajar cierta bolsa que llevaba en mi espalda pero no se ve por la capa. La usaría de almohada mientras cerraba mis ojos y me relajaba tranquilamente. –Al fin… Tranquilidad pura.. ¿No es asi Boota?- Pronto aquel cerdo topo saldría de los interiores de mis ropas para manifestarse reposando su pequeño cuerpo sobre mi pecho. Mi más grande y fiel compañero. Finalmente teníamos un respiro para los dos, hemos trabajado duro haciendo funcionar bien las cosas dentro de los cuarteles. Por ahora, esta noche la pasaríamos disfrutando de la calma y tranquilidad de la naturaleza, quizás contar historias y apreciar las estrellas. Aunque no todo seria calma y belleza natural. Pronto algo me alertaría de una situación que haría que chitara con mi boca. –¿Ahora que…?-Diría abriendo mi ojo izquierdo. Escucharía nuevamente lo mismo que escuche hace nada. Disparos, que venían del pueblo. Suspiraba mientras me acomodaba mas, mientras mi pequeño amigo parecía observarme como “¿No harás nada?” –Vamos, es una isla grande.. Además, pude notar una que otra presencia destacable. Quizás algún héroe o alguien fuerte se haga cargo, no hace falta asistir…- Aunque si los disturbios continuaban, me tendría en la obligación de tener que ir… Maldita sea, y justo ahora que tenía mi momento de descanso.
Merodeando por el bosque, no podía ver nada mas que arboles y arbusto. Llevando mis nueva pinta con una capa que cabria todo mi cuerpo y una capucha que ocultaba bien mi rostro. Parecía una especie de monje o algo asi, pero me agradaba, esencial para ser tan raro y no llamar mucho la atención como un simple vagabundo. Ni siquiera me molestaba en llevar aquella capa que muchos matarían tener. (No le veo mucho sentido a eso) No necesitas de estrellas o capas para hacer realmente la diferencia… En un mundo donde todo es posible y gira de manera increíble solo necesitas un poco de Fe y voluntad. Finalmente me toparía con un lugar que se veía ideal para pasar el rato. Los arboles ocultaban bien el cielo dejando así, traspasar uno que otros rayos de luz. En los alrededores arbustos y un poco de grama, además de poder oír el sonido de un pequeño arroyo. Parece que la hice encontrando un lugar perfecto.
Ahora simplemente me disponía a bajar cierta bolsa que llevaba en mi espalda pero no se ve por la capa. La usaría de almohada mientras cerraba mis ojos y me relajaba tranquilamente. –Al fin… Tranquilidad pura.. ¿No es asi Boota?- Pronto aquel cerdo topo saldría de los interiores de mis ropas para manifestarse reposando su pequeño cuerpo sobre mi pecho. Mi más grande y fiel compañero. Finalmente teníamos un respiro para los dos, hemos trabajado duro haciendo funcionar bien las cosas dentro de los cuarteles. Por ahora, esta noche la pasaríamos disfrutando de la calma y tranquilidad de la naturaleza, quizás contar historias y apreciar las estrellas. Aunque no todo seria calma y belleza natural. Pronto algo me alertaría de una situación que haría que chitara con mi boca. –¿Ahora que…?-Diría abriendo mi ojo izquierdo. Escucharía nuevamente lo mismo que escuche hace nada. Disparos, que venían del pueblo. Suspiraba mientras me acomodaba mas, mientras mi pequeño amigo parecía observarme como “¿No harás nada?” –Vamos, es una isla grande.. Además, pude notar una que otra presencia destacable. Quizás algún héroe o alguien fuerte se haga cargo, no hace falta asistir…- Aunque si los disturbios continuaban, me tendría en la obligación de tener que ir… Maldita sea, y justo ahora que tenía mi momento de descanso.
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Re: El deber llama... [Pasado]
https://www.youtube.com/watch?v=gJXlZ6SjRI8
Fuegos artificiales iluminan el cielo y los sonidos que provocan en la noche me refugian, dan sentido y aquí estamos otra vez, viviendo en estos días, sobre estas mismas calles. Reflexiono y pienso, el humo del cigarro me tranquiliza. El amanecer es hermoso y desprende calidez sensacionalista y rutinaria, la conozco bien, mas algo llama mi atención y debo admitir que me emociona; es diferente, me asusta y eso es nuevo.
Otra vez me estoy yendo por las ramas.
El tiempo seguía su curso y en un parpadear la mañana se convertía en atardecer.
¿Y que?
Todos los días ocurría lo mismo, no es que fuera nuevo; mas la fascinación por contemplar el cielo diariamente era algo que no me aburriría, pasara el tiempo que pasara. Había viajado mucho, presenciado muchos cielos, desde extrañas tierras peligrosas, hasta las mas civilizadas. Y aunque a veces los colores de los cielos eran diferentes, sin duda todos estábamos bajo el mismo, conectados, protegidos, destinados a él.
Las pisadas de mi caminata de vigilancia de rutina me habían llevado hasta la plaza, los sonidos de los fuegos artificiales no cesaban, seguro se trataba de un festejo grande de la ciudad, faltaba poco para que el bullicio de la gente despertándose y llenando todo de sus actividades me terminara de despertar y el viento...
¿Cuanto llevaba acostada aquí?
¡Estaba en mi turno! Y ¿Ya me había acostado? Sip... recargada en uno de los troncos y arbustos que rodeaban el lugar. Ok, eso denota la emoción que había en mi vida en estos últimos años... Eso era lo de menos finalmente nunca era demasiado si empezabas con sol y terminabas sin él, nunca suficiente para maravillarse con el azul celeste cambiando a azul marino...
En fin, no estaba pasando nada malo, me alegraba ese aroma a tranquilidad y paz -di una fuerte inhalación seguida de una exhalación lenta- Estire mi cuerpo relajándome ante aquella rutina que en mi mente distorsionaba en calma, la blanca y torneada figura de mi cuerpo se movía mas bien como un felino que como una persona, pero cuando todo es tan tranquilo la mínima respuesta lanzada al aire era capaz de ser escuchada. Vestía un body completo en color negro abajo del uniforme tradicional marine y solo se podían ver algunas partes de este.
De pronto me percate de algo; los fuegos artificiales seguían y seguían y la gente no llenaba nada con bullicio ¿De verdad eran fuegos artificiales? Ahora que reflexionaba
-Suspiré- Sonaban mas bien como balas
¿Porque mi vida tiene que ser tan problemática?-Pensé para mi.
Gire ligeramente mi cabeza que estaba recargada sobre el árbol para ver al causante de mi desequilibrio zen. Mientras desenfundaba mi pistola.
- ¡No en mi turno!
Lleve entonces el cañón en dirección al primer intruso de mi camino... ¡Un vago! parecía desarmado.
Acomode mi gorra y la coleta de mi cabellera abundante negra se deslizo como agua de un lado a otro- Corran a refugiarse a las afueras o encierrence en sus casas, la marina esta trabajando -Un brillo y estrellitas de colores imaginarias iluminarían mis espaldas como una chica mágica.
Fuegos artificiales iluminan el cielo y los sonidos que provocan en la noche me refugian, dan sentido y aquí estamos otra vez, viviendo en estos días, sobre estas mismas calles. Reflexiono y pienso, el humo del cigarro me tranquiliza. El amanecer es hermoso y desprende calidez sensacionalista y rutinaria, la conozco bien, mas algo llama mi atención y debo admitir que me emociona; es diferente, me asusta y eso es nuevo.
Otra vez me estoy yendo por las ramas.
El tiempo seguía su curso y en un parpadear la mañana se convertía en atardecer.
¿Y que?
Todos los días ocurría lo mismo, no es que fuera nuevo; mas la fascinación por contemplar el cielo diariamente era algo que no me aburriría, pasara el tiempo que pasara. Había viajado mucho, presenciado muchos cielos, desde extrañas tierras peligrosas, hasta las mas civilizadas. Y aunque a veces los colores de los cielos eran diferentes, sin duda todos estábamos bajo el mismo, conectados, protegidos, destinados a él.
Las pisadas de mi caminata de vigilancia de rutina me habían llevado hasta la plaza, los sonidos de los fuegos artificiales no cesaban, seguro se trataba de un festejo grande de la ciudad, faltaba poco para que el bullicio de la gente despertándose y llenando todo de sus actividades me terminara de despertar y el viento...
¿Cuanto llevaba acostada aquí?
¡Estaba en mi turno! Y ¿Ya me había acostado? Sip... recargada en uno de los troncos y arbustos que rodeaban el lugar. Ok, eso denota la emoción que había en mi vida en estos últimos años... Eso era lo de menos finalmente nunca era demasiado si empezabas con sol y terminabas sin él, nunca suficiente para maravillarse con el azul celeste cambiando a azul marino...
En fin, no estaba pasando nada malo, me alegraba ese aroma a tranquilidad y paz -di una fuerte inhalación seguida de una exhalación lenta- Estire mi cuerpo relajándome ante aquella rutina que en mi mente distorsionaba en calma, la blanca y torneada figura de mi cuerpo se movía mas bien como un felino que como una persona, pero cuando todo es tan tranquilo la mínima respuesta lanzada al aire era capaz de ser escuchada. Vestía un body completo en color negro abajo del uniforme tradicional marine y solo se podían ver algunas partes de este.
De pronto me percate de algo; los fuegos artificiales seguían y seguían y la gente no llenaba nada con bullicio ¿De verdad eran fuegos artificiales? Ahora que reflexionaba
-Suspiré- Sonaban mas bien como balas
¿Porque mi vida tiene que ser tan problemática?-Pensé para mi.
Gire ligeramente mi cabeza que estaba recargada sobre el árbol para ver al causante de mi desequilibrio zen. Mientras desenfundaba mi pistola.
- ¡No en mi turno!
Lleve entonces el cañón en dirección al primer intruso de mi camino... ¡Un vago! parecía desarmado.
Acomode mi gorra y la coleta de mi cabellera abundante negra se deslizo como agua de un lado a otro- Corran a refugiarse a las afueras o encierrence en sus casas, la marina esta trabajando -Un brillo y estrellitas de colores imaginarias iluminarían mis espaldas como una chica mágica.
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