[PASADO] Desesperación...

El barco avanzaba a toda máquina, pero ¿que era tan importante? No tenía la menor idea, pero había algo que aclarar, eran contados los miembros que iban en dicha misión... una misión seria ¿Cómo era posible que el sombrerero entrara en algo de tal categoría? Simplemente imposible... a menos que el sombrero mismo le regalase la seriedad inexistente de si mismo... o quizá el apellido le causaba alguna clase de familiaridad con el caso que irían a ver a la isla.

No era un superior ni nada por el estilo, el albino era uno más en la lista de reclutas que podían cambiarse cuando desearan los superiores, un perro faldero más, el único que importaba era el hombre que guiaba la expedición, el verdadero encargado de la misión, un contra almirante o algo por el estilo, ni muy alto ni muy bajo en la cadena alimenticia, con sólo tener esa capa a su espalda le daba mucha autoridad, eso no era ningún tipo de misterio para nadie.

Mientras tanto, el albino observaba el mar con su única ventana al mundo real, su ojo derecho, rojo como la sangre, perdido como su alma, un monstruo más en un bote al infierno, en su hombro yacía un ser sin alma, una muñeca de trapo que estaba sentada mientras parecía ver el mismo mar que veía el tuerto, nada más que agua, y en sus labios una paleta de limón, dando aquel toque amargo al paisaje que observaba.

Vestía de ropas alejadas al uniforme, aquello era perfecto, pues lo odiaba, iba con ropas comunes para él, muy formal, muy ataviado, con un abrigo que le cubría perfectamente el contorno de su figura, Emily, su muñeca, igual llevaba una cubierta por el frío que empezaba a sentirse, y que pronto calaría hasta los huesos, pero a él no le preocupaba nada de eso... simplemente la melodía en su cabeza que sonaba tan bien...

Llegaron al lugar, como todos, bajó del barco y escoltó a su superior con su bastón a la mano, no lo usaba para apoyarse, simplemente lo llevaba con él. Una vez afuera hubo una sola orden, ir, ver, observar y ya, no hubo nada más, el superior se reuniría con unas personas ahí, por lo que tenían un poco de tiempo para vigilar el perímetro, que no haya nada que lo molestase, así que partieron.

Era temprano en la mañana y su ojo notaba el fuerte trabajo que hacían en aquel lugar, pero apenas estaba iniciando, su rostro era todo un "poker face", no había reacción alguna, no la necesitaba, disfrutaba de su paleta y eso le bastaba, los demás podían estar muertos, y no le iba a interesar en lo más mínimo. Entonces observó aquel puente, le llamó la atención y caminó lento hacía el mismo, utilizando el bastón como si realmente le fuera necesario, caminando a paso muy lento y generando un sonido seco del metal golpeando la superficie del suelo.

Estando avanzado su caminar, se encontró con una curiosa escena, habían niños trabajando en el lugar y un hombre había alzado su voz, entonces un guardia le golpeó y al parecer, le mencionó algo, no lo sabía, no podía escucharle, pero aquello le causó gracia y sonreía al respecto ¿Un niño no era siempre inocente? Eso es lo que se decía... pero ellos eran criminales ¿entonces habían perdido su inocencia? o simplemente ¿fueron obligados a perderla? ... ¿Otra paleta de limón o un caramelo?

Se acercó más y simplemente observaba, estaba interesado, pero su presencia parecía incomodar al guardia en turno, por lo que este se acercó, este iba a decir algo pero fue atacado por la mano derecha del albino, metiéndole en la boca un caramelo -No lo muerdas, se disfruta más si sólo lo chupas- mencionó de forma relajada, ¿se quedaría así como si nada? Seguramente no... pero de momento no importaba tanto, si iba a reclamar, seguro lo haría, pero de momento, no era importante.