EL GRAN TORNEO

por Invitado Sáb Mar 18, 2017 6:23 am

Recuerdo del primer mensaje :

EL GRAN TORNEO

Garras y colmillos

Isla Karate

Las últimas semanas han sido una locura en la isla. El puerto fue preparado con antelación para coordinar las llegadas de decenas, hasta cientos de barcos de todos los tamaños y procedencias que arribaban con la intención de participar o al menos ver el evento. Anteriormente, el torneo ha sido testigo de hitos de incomensurable valor, fuerza, destreza y táctica, batallas que marcaron un antes y un después en los corazones de aquellos que participaron. En más de un caso, hicieron historia.

Sin embargo, su único habitante en este momento es un anciano de rasgos delgados, arrugados y alargados que barre con esmero el polvo acumulado en el ring. Ha dedicado toda su vida a la tarea de mantenerlo en perfectas condiciones para su uso eventual, tiempo suficiente como para aprenderse todos sus recodos, esquinas y laberínticos pasillos. Tanto tiempo que puede sentir el latido del edificio, su respiración pausada, los pequeños casi imperceptibles movimientos que hace durante su larga siesta. El viejo se detiene un momento parando el oído, le ha parecido escuchar una voz, un grito, quizá. Los espectros de batallas pasadas danzan etéreos frente a él, pero el conserje solo sonríe. Su voz cansada resuena en las entrañas de la bestia.

- Estás soñando, ¿verdad?- mueve la cabeza en gesto de negación- No te desesperes, ya pronto volverán a despertarte para luchar en ti. Viejos y nuevos amigos se sentarán en tus gradas para observar que la historia se siga escribiendo en este lugar. Nuevos guerreros de todas partes derramarán su sangre en ti como ofrendas de respeto implorando tu bendición para que los ayudes a cumplir sus metas, para que puedan dar ese golpe que cambiará sus vidas para siempre. Por ahora, duerme un poco más, descansa tranquilamente mientras yo me encargo de dejarte impecable, te aseguro que seguirás maravillando a todo aquel que te vea, no importa los años que tengamos, viejo amigo.

El anciano guiña un ojo sonriendo mientras los gritos de torneos pasados se difuminan en el silencio que acompaña al pasar de su escoba.

Mientras tanto, en las afueras del colosal estadio, los hoteles están llegando a su límite quedándose sin habitaciones que ofrecer. Las tabernas comienzan a referir a los turistas a hogares que alguilan habitaciones durante el gran evento. En las calles los puestos de comida parecen multiplicarse por momentos ofreciendo una variedad enorme de delicias culinarias. Se ofrecen platos tradicionales de la isla por doquier, aunque muchos de ellos parecen consistir en recetas habituales presentadas en forma de puño, patadas o hasta peleadores en plena lucha. Los alumnos de los dojos reparten trípticos y panfletos asegurando que el arte marcial de su sensei es mejor que el de los demás, provocando de vez en cuando alguna riña sin trascendencia entre discípulos de gimnasios rivales. En las calles cercanas al estadio se han abierto toda clase de tienditas que venden camisetas y máscaras con la temática del evento. Todo el que puede saca su tajada.

La marabunta ha ido creciendo según se acerca el día indicado. Hoy ha llegado por fin.

Del estadio cuelgan enormes estandartes y banderas que ondean furiosos al viento, la gente se apelotona en la fila para acceder a su interior. Las entradas se gastaron desde hacía semanas pero aún hay algún que otro incauto que intenta colarse bien sea ofreciendo pagar más o colándose por algún lado. Tanto es así que la marina se ha tenido que encargar de rodear el edificio para vigilar que nadie entre sin boleto.

Desde su esquina habitual, el anciano contempla satisfecho cómo la gente comienza a ocupar sus asientos. Acaricia una pared como aquel que haría un cariño a un viejo perro.

- ¿Contento? Hoy es el gran día. ¿Puedes sentir sus corazones latir de emoción? ¿Y qué me dices de los combatientes que se preparan? ¿Se mueven inquietos calentando sus músculos? Disfrútalo, te lo has ganado.

El conserje deja la escoba reposando mientras se cambia. Lleva la ropa de gala: un traje rojo con todo y corbata con camisa negra. Antes de salir se estira, endereza haciendo crujir sus viejos huesos, aclara su garganta flemática hasta que el tono que brota ya no es uno desgastado sino grave, juvenil, profundo. Frente al espejo, recorta su barba blanquinegra, se peina la canosa cabellera en una cola de caballo y sale al escenario rejuvenecido.

Los gigantescos tambores resuenan mientras el anciano avanza por el túnel hacia la luz. En este punto la multitud estalla de regocijo al entender que por fin el tan esperado momento ha llegado. Magnánimo, el que era el conserje alza los brazos, se lleva el micrófono a la boca y anuncia:

- ¡Bienvenidos seáis todos al quincuagésimo Gran Torneo!- una serie de cañones disparan confeti sobre la multitud enervada festejando el inicio. - ¿Estábais esperando esto con tanta emoción como yo?- todos los presentes enloquecen al unísono - ¡Excelente! Debo avisaros, este no es un espectáculo para cualquiera, estamos delante de luchadores sin igual traídos de todas las esquinas de los cuatro blues. Habrá sudor, habrá gritos, ¡habrá sangre!- la euforia llena el aire calentándolo con sus expectativas.- ¡Estáis impacientes, eso me gusta! Pero recordemos antes a qué hemos venido. Este será un torneo muy especial, es el número cincuenta así que hemos permitido la entrada a toda clase de luchadores así que veremos un despliegue de técnicas sin parangón. Y no olvidemos ¡el premio son 50... millones... de berries!

Los cañones derraman una densa lluvia de confeti nuevamente como si fuera nieve cayendo sobre las gradas mientras la gente se une en un grito de emoción que, desde el ring, puede escucharse como una enorme bestia rugiendo. Las pantallas a ambos lados del presentador pasan de enseñarlo a él a mostrar una tabla donde se ordenan las peleas de la primera ronda cuyos nombres todavía quedan sin desvelar. El anciano, recibe por parte de una asistenta cuyos atributos parecen contenidos por pura voluntad dentro de un diminuto uniforme un sobre cerrado.

- Y....- el redoble de tambores resuena fuertemente en el estadio.- las parejas de la primera ronda son: Tian D. Long contra Ice D. Frost, Airu L. Scarlett contra Donner Besttater y Mikaela Winter contra Garou Densetsu. ¡Que inicie el Gran Torneo!

Instrucciones

Reglas y Normas

¡El arco argumental numero 5 da inicio! Bienvenidos sean todos sus participantes y se ha de esperar por parte de la administración que la misma sea de agrado y disfrute para todos. Cabe destacar que cualquier duda o consulta referente al arco puede ser solicitada via MP a esta cuenta.

~ Como se ha aclarado ya, a partir de este momento comienza el Arco #4, y por ende los post realizados a partir de ahora contarán como el Presente de cada individuo, dejando cualquier otro tema desplazado a un Pasado de los permitidos. En este arco cabe la posibilidad de ser herido, dañado, robado o asesinado, por lo que el usuario puede elegir salir del evento en cualquier momento aunque no sea recomendable para su beneficio a nivel de Experiencia/Reconocimiento.
~ Tendrán a partir de este momento un total de 48 horas para realizar sus respectivas respuestas, de igual manera se tendrá como tiempo máximo permitido las 48 horas. El orden en el que comenten no afectará a la ronda, pero se limitará a una respuesta por ronda de cada usuario.
~ Aquél usuario que no responda a una ronda en el tiempo determinado se verá víctima de la situación, pues se tomarán las decisiones en su lugar, y, en caso de estar en combate, recibirá daño no-letal como primer resultado. Una segunda falta de respuesta le pondrá directamente en un de inconsciencia o muerte. Ciertas excepciones aplican según el caso.
~ Es completamente opcional el responder e interactuar con los NPCs del Arco, pero recuerden que este es un foro de rol interpretativo, y por ende se tomará en cuanta la calidad de su narrativa tanto o igual que la calidad interpretativa. Los NPCs tienen también personalidad y pueden aportar beneficios en el rol a nivel interpretativo/Narración.
~ Se recomienda dejar en Spoiler un breve resumen respecto a su post, para así facilitar y agilizar el entendimiento de las acciones e interacciones de los usuarios. Igual, cualquier duda referente al arco igual puede ser expuesto como Nota al final del spoiler.
~ En el caso de que la ronda se complete antes de las 48 horas pausadas, podría ser que el narrador continúe sin esperar que transcurran las horas restantes. En base a eso, se recuerda que la ronda terminará el día Sábado 18/03/2017 a esta misma hora. Sin prórrogas. No postear dentro del tiempo establecido puede traer consecuencias para el participante.

Información ON/OFF Rol

~ Las rondas iniciales de combate fueron decididos aleatoriamente usando dados. Quienes pasan a la siguiente ronda y contra quién será resultado de la actuación on rol moderada por nuestros administradores a modo de árbitro.

Sin más que decir, ¡Mucha suerte y diviértanse! Salu2~

Tablilla Realizada por Yosuka Akane. Exclusivo OPBS

por Invitado Jue Abr 06, 2017 11:14 pm

Su camisa se ha abierto. Mis movimientos estaban siendo certeros hasta un punto, obviamente. A saber y como había tocado con la espada su camisa, e hice que los botones saltaran y esta se abriese. Un tajo superficial dejaba ver las gotas de sangre caer una por una en el suelo. Él, por otro lado, no parecía molesto ante mis movimientos, más bien divertido y hasta encantado por aquello. Obviamente habíamos tenido muchas más peleas anteriores, pero aquella parecía un tanto más seria por el sitio en el que estábamos. Me preguntaba que pensaba, o que sentía en aquellos momentos. Era una persona agresiva, cuya pasión por la lucha era visible desde cualquier ángulo. Pero eso no era todo. Su sangre, ya que la había visto, me transportó a recuerdos lejanos. El momento en el cual me encontró, me salvó, y otros muchos en los que poco a poco me enseñaba todo lo que sabía. De alguna forma le era agradecida, y de otras muchas no tanto. Había dado riendas a la asesina que había dentro de mi, aún bajo la fachada de una cazadora, yo seguía siendo lo que había aprendido desde pequeña: una caníbal.

Mis ojos se habían clavado en la sangre, pensando un montón de cosas que no debería haber pensado. Los momentos de psicosis. El problema de mi cerebro que parecía empeorar cada día más. Sabía que su cuerpo estaba moviéndose para dispararme, pero poco me importaba. Mi cerebro parecía atrapado en una especie de cárcel. Su cara estaba llena de valor, mientras que la mía había perdido todo tipo de expresión. El dolor me sacó del ensimismamiento. Dos disparos en dos miembros, uno de ellos me imposibilitaría caminar, y ambos me harían caer al suelo sin darme cuenta. Mis ojos se abrieron de par en par, mientras que los cuatro balazos me habían dado de forma certera. No podía quejarme, más sonreír era fácil mientras miraba las luces que habían en el techo. ¿Porqué me reía? A saber, parecía que el dolor me estaba haciendo ligeras cosquillas en la espina dorsal. ¿Había tocado algún nervio? Mi mano se llevaba al hombro, el sitio más cercano para tocar, mientras que la katana había caído al suelo. Por alguna razón extraña, mis dedos estaban rebuscando dentro de la herida para sacar las balas perdidas dentro de mi cuerpo, acelerando el proceso de desangrado.

por Invitado Vie Abr 07, 2017 5:04 pm

** Cada vez el joven Miakela iba mostrando como es un hábil guerreo en enfrentarse a alguien como Garou aunque no podía estar de todo seguro cuánto tiempo más podría aguantar en aquellos momentos, y aunque aún tiene aquella herida en su pierna derecha por lo que le cuesta un poco mantearse de cierta forma de pie, olvidando aquel dolor que la invade con la adrenalina que siente su cuerpo en esos instantes por lo que debía darse prisa en terminar cuanto antes con la ronda antes de querer pasar a las finales o salirse rápido del torneo por lo cual el continua tratando de acertar cada uno de sus golpes en el cuerpo de aquel musculoso joven “ Debo darme más prisa si no… “mentaliza para el mismo mentiras aun continua con aquella posición, a la vez que sigue escuchando los gritos de la multitud que aprecia el duelo. Mas en esos momentos notan sus ojos azules que aquellos simples golpes parecen n hacer retroceder a su adversario lo cual al menos eso le alegra ya que al menos reconoce que de igual manera puede provocarle alguna clase de daño.

Mas no todo saldría a su favor ya que en ese preciso instante mientras aún seguía confrontándolo su rival de una manera rápido le lanzo una patada hacia su rodilla lastima lo cual provoco que perdiera el equilibro ya que apenas podía estar de pie el joven “ Rayos.. “ menciona para sus adentros agachándose para sujetar su pierna pues está el dolía mucho de igual manera nota como otro golpe viene por lo que lo detiene poniendo su mano al frente para después observar con seriedad a su adversario el aun no a terminando el combate por lo que no podía darse por vencido solo por ese contratiempo que ahora tiene. Siendo entonces que le comenta en ese preciso instante aquel sujeto – Aun pareces tener trucos guardados bajo la manga, bien – puesto hasta ahora ambos han estado peleando como pueden y dando lo mejor para que la gente quede aún más impresionada por la manera de lucha pura entre dos hombres pero sin dudas eso debía terminar pronto ya que de lo contario el muchacho de rubios cabellos se encontraría en grandes dificultades.

Es por lo eso que aquel valiente guerrero de nuevo se pone de pie aun teniendo una gran dificultad para hacerlo, lo que conmueve a los espectadores puesto a pesar de estar lastimado seguirá hasta el final, después de todo como parte del Cipher Pol siempre debían estar en las cosas estrenas aun arriesgando la propia vida de uno para poder lograrlo por lo que comienza a respirar de manera rápida puesto aún no se recupera del golpe que lo ha impactado para después comenzar su contra ataque, lanzando una gran patada hacia el brazo derecho del individuo buscando lastimarlo, por lo que espera ver si logra hacerlo.**

Nota:

por Invitado Sáb Abr 08, 2017 9:48 pm

Mi técnica terminó por cumplir su cometido, mi compañera y ahora rival yacía en el suelo con heridas de bala en su hombro y muslo. La misma, se encontraba riendo, introduciendo de manera brusca e indebida sus dedos en el interior de las heridas en búsqueda de los pedazos de acero que se encontraban en su interior. Podía ver cómo la sangre brotaba profusamente de sus heridas, seguía tendida en el suelo, ante lo cual me molesté un poco, ya que quería prolongar este combate un poco más, pero al parecer nuestra situación ya no lo permitía. ¿Habrían sentimientos involucrados? Puede ser. Ver a la joven tendida en el suelo, con tantas heridas y al ver las cicatrices en sus muñecas me hicieron recordar el día en que salvé su vida, pero, por sobre todas las cosas, la hice una mujer libre, haciendo que terminara por elegir una vida a mi lado, sirviéndome.

Di unos pasos más hacia la posición de la espadachina para así patear su espada, la cual se encontraba en el suelo a unos pocos centímetros de su posición y alejarla de ella. Ahora que estaba más cerca, podía notar que había perdido el control. El ver sangre le había hecho entrar en aquel estado que bien conocía y que a veces tanto me costaba controlar. La pelea no podría continuar de la forma que tanto anhelaba si ella se encontraba en este estado tan inestable, puesto que en un error podría llegar a terminar con su vida. Espera... ¿Estaba preocupado? En parte sí, ella se había convertido en una herramienta perfecta, era una buena compañera de caza, sus instintos eran sumamente útiles y no parecía importarle mucho el dinero. Además de que me daba el mejor sexo de mi vida. Y bueno, su compañía era un tanto gratificante, no todas las personas llegaban a entender y respetar a alguien tan hijo de puta como lo soy yo.

Guardaría el revólver que tenía en mi mano derecha para así inclinarme un poco. La tomé desde su ropa con mi diestra, específicamente, de la zona del cuello para así levantarla en lo alto y apuntar mi pistola que tomaba con mi zurda hacia su cabeza. Sin embargo, bajaría esta misma para acercar de golpe a la morena felina hacia mi boca y así darle un salvaje beso. Finalmente, le susurraría en el oído con mi tono de voz serio, grave y ronco de siempre. - Buenas noches, gatita. - le diría para así darle un fuerte golpe con la culata de mi pistola en su cabeza, esperando que la dejara inconsciente en el acto. Con ello no sólo detendría su demencial comportamiento, sino que también podría coronarme como ganador del combate. Realmente esta pelea podría llevarse a cabo en otra oportunidad, tal y como muchas de las otras de entrenamiento que habíamos tenido.

Resumen:

por Invitado Lun Abr 10, 2017 5:25 pm

Podía verlo todo con un especie de tercer ojo. No lo veía, más lo sentía. Los corazones de todos los presentes, agitados por la pelea. Algunos estaban parado de a poco, aunque el mío estaba más vivo que nunca. No importaba que tanto metía los dedos dentro de la herida, alcanzar esas balas eran más que necesario. Mi cuerpo se movía por el dolor, pero yo seguía riendo. No tardé mucho en expulsar esas dos balas, junto a un montón de sangre que me había adormecido el brazo. Pensé si iba a morir en ese estúpido sitio, donde un montón de gente seguramente había pagado para verme. ¿A qué me recordaba eso? Como un flashback, partes de mi vida anterior venían a mi. Un cuerpo demasiado delgado como para moverse más que escasos metros, siendo alimentado a base de pequeños trozos de carne cada día. El show continuaba. Aquello no era más que lo que había vivido durante tantos y tantos años. Un espectáculo donde la gente pagaba para ver gente matándose entre ellos. El ser humano era complejo. Y gracioso. El deseo de sangre pero el desagrado, les hacía saltar de sus sillas aplaudiendo con cada golpe fuerte, sin saber que ahí habían gente que ponían en riesgo su vida. El placer ante el dolor, la sed de sangre. Al fin y al cabo, ninguno de ellos era mejor que yo. Todos eramos iguales.

Mi cuerpo fue levantado del suelo, como si se tratase de una pluma, hasta quedar unos centímetros por encima del mismo, sin poder tocar la base con mis pies. Las manos cayeron a los lados de mi cuerpo, una de ellas totalmente adormilada por el dolor y la pérdida de sangre, y la otra llena de sangre por lo que había hecho anteriormente. Mis ojos se abrieron para ver la cara de mi verdugo. Donner estaba sonriendo. Contesté a su sonrisa de una manera extrañamente amable. Con el cañón apuntándome, no podía pensar muchas cosas, aunque mi instinto animal me obligaba a resguardarme de la muerte. A seguir luchando. Y entonces, él hizo su primer error. Por una debilidad del cuerpo, o quizás de la mente. Los sentimientos eran un terreno un tanto desconocido, aún, aunque podía diferenciar la importancia del cazador en mi vida. Su mano me acercó de repente a él, mientras que la pistola era bajada, para darme un beso. ¿Era ese el beso de la traición? No lo sería para mi. Yo... debía seguir luchando. A saber porque me sentía así, a saber porque... quería matarlo.

Con un momento rápido, desenfundé el cuchillo que tenía a mi cintura. Quince centímetros de hoja afilada se intentaban clavar de manera certera en el hueco de su cuello con su hombro, donde se movería en un tajo desde el interior hacía afuera, intentando romper el máximo de venas posibles. Mis dientes ya hubiesen apresado su lengua, y seguramente si intentaría moverse de manera brusca esta sería amputada sin ningún tipo de miramientos. Mi cuerpo le apresaba, en diferentes sitios. Hasta mis piernas habían acorralado su cintura, desde aquella estúpida posición que me tenía. ¿Y porqué era tan sucia peleando? ¿Porqué me gustaba montar un show cuando la gente me miraba? Porque en el fondo, eso era lo que era. Una asesina que se alimentaba de los gritos de la gente, de sus deseos más oscuros. Sabía lo que ellos querían, y no tardé de sentir la sangre en mi boca. Los gritos llegaban a mis oídos, recompensándome por estar muriendo poco a poco. Pero esa vez, en ese ring, no iba a morir sola, si no que me iba a llevar a la persona que más quería. Donner.

por Invitado Vie Abr 14, 2017 10:59 am

A esas alturas del combate Garou podía percatarse ya del estado en el que el cuerpo de su contrincante se encontraba, de reojo su vista podía vislumbrar la forma en que se postraba de frente, su postura era la misma que al iniciar el combate pero el peso de su cuerpo ahora parecía estar distribuido mayormente en la que no se encontraba dañada, la sangre caía al suelo por donde el guerrero andaba, mientras que Densetsu buscando terminar el combate respiraba con calma, inhalaba por la nariz para exhalar por la boca cuando la gente que contemplaba el combate gritaba ovacionando a los guerreros, gritos excesivos que lejos de brindarle ánimos, solo servían para enfocarlo en el enfrentamiento en donde se veía como uno de los dos protagonistas, comenzaba a sentir como el cansancio se iba presentando, las destrezas de su adversario estaban bien trabajadas por lo que el guerrero debía imprimir mayor esfuerzo si quería ganar el enfrentamiento, más aun si quería hacerlo sin utilizar las técnicas del Rokushiki…- Aun tiene fuerzas – Dijo para si mismo vislumbrando desde donde estaba como el contrincante se abalanzaba nuevamente, lanzando una patada hacía su brazo diestro este tensó sus músculos intentando hacer que el dolor se redujera, pero sin embargo recibiendo el golpe el agente del gobierno frunció el ceño y aprovechando que el adverso se encontraba postrado en una pierna lanzo un golpe con su otro brazo libre con tal de darle en el rostro…- Eres ágil… ¿entrenas en esta isla? – Pregunto, desde el tiempo que llego hasta ahora mismo todo había estado tranquilo, no había obtenido información acerca de los presentes en la isla que pudiesen ser guerreros.

-Terminemos con esto…- Dijo con calma, entonces debido a la distancia a la que se encontraban Garou lanzo una patada circular con su pierna derecha esperando caer hacía el frente, para posterior lanzar un golpe con la zurda hacía la boca del estómago de su enemigo.

por Invitado Vie Abr 14, 2017 4:23 pm

Al parecer el simple hecho de haber mostrado piedad por mi compañera en aquel momento me llegaría a jugar una mala pasada, puesto que, entre toda su locura y aferre a la vida, me agarraría con todas sus fuerzas rodeando sus piernas en mi cintura ejerciendo con estas más presión, al mismo tiempo, mordería con fuerza mi lengua que se introduciá en su boca ante el salvaje beso de despedida que le había dado. Podía sentir el agudo dolor proveniendo de aquel sensible órgano, al mismo tiempo que mi boca se inundaba con el ferroso sabor de mi sangre que también alimentaba a la espadachina que se disponía ahora a propinarme una puñalada en el cuello con su cuchillo. Era algo inevitable, pero así como ella luchaba por mantenerse con vida y ganar el combate, yo haría lo mismo, por ello desenfundaría mi otro revólver con rapidez para repetir la técnica que había realizado anteriormente a la altura de su abdomen, propinándole dos fuertes golpes al mismo tiempo que le disparaba a quemarropa. Por otro lado, intentaría mover mi cabeza de tal forma que mi cuello no recibiera daño letal, aunque fue casi imposible evitar el arma blanca que terminó por ser clavado a un costado del objetivo dado por la morena.

La sangre empezaría a brotar profusamente por nuestras heridas, el agudo dolor que sentía en la zona disminuía a medida que iba perdiendo la consciencia por la falta de sangre. Miraba a mi compañera que también se encontraba en deplorables condiciones, pese a todo, la miraba con una sonrisa macabra de satisfacción, puesto que todo lo que le había enseñado había bastado para ponerme en tal precaria situación. Mi vista empezaba a nublarse al mismo tiempo que mis fuerzas se escapaban casi igual de rápido que la sangre que brotaba por mi cuello. Aún aferrado a Airu, llevaría con el resto de mis energías mi mano derecha a su cabeza para revolver con ligereza su cabello de la forma que tanto le gustaba. - Bien hecho. - felicitaría a mi compañera con un tono de voz serio y frío para así perder el conocimiento por el derramamiento de sangre, esperando que el cuerpo médico del recinto lograra hacer un milagro para mantenerme con vida al igual que mi compañera que había recibido muchos golpes y letales heridas de bala. Nuestro combate había tenido un prematuro término, que, para muchos significaría el final, pero para nosotros sería tan sólo el comienzo.

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