[Tarea: Recuperando Información - PARTE 2] Sniffing around ~ [AIRU]

por Invitado Mar Mar 07, 2017 9:49 pm

Recuerdo del primer mensaje :

Habían pasado varios días desde que habíamos dejado con mi compañera la ciudad de Notice en el North Blue realizando un molesto trabajo de recuperación de documentos sumamente importantes para los erúditos de Ohara. Por fortuna, y gracias a mi felina acompañante, fuimos capaces de dar con uno de los ladrones y recuperar parte de la información, no sin antes estar a punto de comprometer la vida de un viejo herrero producto de la sed de sangre de la peligris. Por suerte, mis palabras y por sobretodo mi cuerpo habían servido para aplacar sus instintos asesinos y ansiedad durante todos los días que estuvimos zarpando hacia nuestro nuevo destino y donde esperábamos encontrar el resto de información que tendría el compañero de ese joven marine: El Reino de Lvneel. Territorio que jamás había tocado, pero si escuchado un montón de historias sobre su riqueza, sería un buen lugar para encontrar un trabajo mejor que estar buscando papeles cual inocente recolector de basura.

El sol de la mañana entraba por la ventana de nuestro camarote, llegando directamente hacia mi rostro. Estaba dormido en la cama, completamente desnudo y, por supuesto, lleno de heridas, mortones, rasguños, sangre seca en mi piel y en las blancas sábanas. Nada del otro mundo, puesto que a mi lado esperaría encontrar a la joven espadachina, quien posiblemente tendría sus emociones e instintos mucho más controlados. ¿Iría a perder los estribos durante la cacería en esta nueva isla? No tenía idea, pero no dudaría en hacerla volver a la realidad de la forma que fuese.

No quería levantarme, el dolor de mis leves y superficiales heridas en conjunto con la presencia de mi compañera me hacían sentir básicos deseos de revivir todo lo que habíamos estado haciendo estos días. Pero antes de que pudiera despertarla para seguir con la acción, pude escuchar el grito de uno de los tripulantes que se encontraba en la cubierta. "Tierra a la vista". Ya me encontraba sobre la peligris, mi boca estaba semi-abierta a pocos centímetros de su cuello, anhelando besar y morder la misma zona. Pero ahora sería yo quien debería esperar, puesto que debíamos prepararnos para desembarcar en una isla completamente desconocida y al mismo tiempo también para poner a prueba nuestra paciencia, puesto que encontrar a un hombre en un enorme reino no sería muy sencillo. Por ello, luego de esperar su reacción, pasaría por encima de ella por sobre la cama esperando despertarla si es que no lo hacía, para así ponerme de pie y empezar a vestirme. - Vamos, ya estamos aquí. - le diría a la felina espadachina con mi tono de voz de siempre para así cargar mis armas aún a medio vestir, solamente con mis pantalones y botas puestas. Una vez listo, esperaría a que esta lo estuviera para salir del camarote y bajar del barco cuando este llegara al puerto.

Nuestros pies finalmente tocarían tierra desconocida. ¿La primera impresión? Era casi como un nido de hormigas, había mucho movimiento y ruido de los diversos comerciantes que se ubicaban en la misma zona portuaria. ¿Dónde podríamos comenzar? Eso deberíamos verlo a continuación.

por Invitado Miér Abr 05, 2017 9:53 pm

El forcejeo e intensiones de ser un macho alfa por parte del joven marine pronto serían fútiles, puesto que la señal que le había hecho a mi morena y salvaje compañera bastaría como para hacer desear a aquel imbécil haber nacido un insecto o bien, sin huevos. Entonces fue que mi compañera arqueó el cuerpo de nuestro ahora rehén para así empezar con la verdadera parte de la tortura. Airu clavaría el cuchillo en su escroto, abriéndolo de par en par para retirar así uno de sus testículos, no sin antes extraer la vesícula seminal. La espadachina pronto haría ostento de su nuevo aperitivo, mostrándomelo cual premio. El joven gritaba de dolor, eran de esos gritos que simplemente uno escuchaba pocas veces en su vida. Ante las palabras de mi compañera, sólo hablé nuevamente hacia el marine. - ¿Y bien? ¿O quieres perder el otro, basura? - preguntaría de manera amenazante, seria e indiferente con el dolor que sentía aquel sujeto, este simplemente asentía con la cabeza, rogando que se detuviera toda aquella pesadilla.

Sabía que el trauma no quedaría allí, puesto que justo antes de que el sujeto me entregara de entre su bolsillo completamente ensangrentado un mapa con la ubicación de los documentos faltantes, la joven procedería a devorar cual delicioso bocadillo el testículo del hombre, notando cómo sus manos y boca quedaban cada vez más ensangrentadas. Esto se estaba saliendo de control, pude notarlo justo cuando la morena mordía salvajemente el cuello del sujeto, arrancando así un trozo del mismo. Ante esto, pude ver cómo Airu empezaba nuevamente a perder el control. - Aquí vamos de nuevo. - musitaría algo molesto luego de suspirar para así tomar desde una mano a la salvaje felina y alejarla del sujeto que yacía inconsciente y empezaba poco a poco a desangrarse. Aunque ese no era e problema, el verdadero inconveniente era que la espadachina empezara a perder completamente la cabeza, necesitaba calmarla, pero en aquel estado, sólo había un par de cosas que lograría hacerlo.

Tomé un cuchillo que tenía guardado en uno de mis bolsillos para así cortar parte de la palma de mi mano en un corte semi-profundo, haciendo que la sangre empezara a brotar, acto seguido, bebería una gran cantidad de esta, pasando principalmente mi lengua por la herida. Sintiendo el sabor ferroso de mi propia sangre, tomaría a la demencial pero sexy morena que se encontraría ya a mi lado para así darle un repentino y salvaje beso. En el mismo, la joven podría sentir un sabor que bien conocía, puesto que mi sangre ya se encontraba recorriendo sus papilas gustativas hasta llegar a chorrear por su boca y recorrer parte de su mentón hasta su cuello. - Te gusta ese sabor... ¿Verdad? - comentaría luego de haber terminado tan salvaje, profundo y ensangrentado beso para así mirarla fijamente a los ojos, tomando su rostro con mi mano ilesa. - Te daré eso y mucho más, si eres una buena gatita. - terminaría por decirle susurrante ahora a su oído, esperando que eso bastara para llenarla de ansias para que llegara el término de la misión. No mentía, aquella escena, el beso y todo me había excitado de sobremanera, Airu debería cargar con esa responsabilidad más tarde sin duda.

Pero ahora, debíamos hacer algo con aquel marine. Se encontraba sangrando de los testículos y el cuello. Debíamos hacer algo para evitar el sangrado hasta que alguien lo encontrase y curara sus heridas. Fue entonces, que tomé el mismo cuchillo que usé para cortarme para así dirigirlo hacia la fogata que tenía encendida. Dejé que el mismo cuchillo se encontrase al rojo vivo para luego empezar a cauterizar de la manera más salvaje posible sus heridas. Era una fortuna que estuviera inconsciente, pero era suficiente para que sobreviviera. Limpiaría mi sangre y mi herida con el agua del río que se encontraba a pocos metros para así empezar a caminar hacia el punto indicado en el ensangrentado mapa que nos dió el moribundo Marc Ros.

Por fortuna, el punto señalado se encontraba a pocos kilómetros de nuestra posición, en lo profundo del bosque en lo que especificaba en las mismas notas que era una cabaña abandonada.

por Invitado Jue Abr 06, 2017 10:17 pm

Si Donner intentaba calmarla, el efecto había sido totalmente contrario. El jalón de pelo junto a un beso cuanto menos apasionado, hacía que todo su cuerpo se estremeciera hasta el punto de gemir con la lengua ajena dentro de su boca, dejándola totalmente en éxtasis y haciendo que parte de la sangre y saliva recorriese sus ropajes ceñidos y su barbilla. Era extraño como podía distinguir el sabor de su sangre con tanta facilidad. Era algo extraño y poco común, pero debido al tiempo que llevaba consumiéndola, parecía ser de alguna manera, más dulce que otras. Trozos de carne humana también estaban envueltos en el asunto, restos que se habían quedado en la boca de la morena a medio tragar se caían en aquel beso, pero a nadie horrorizaría eso puesto que el hombre que había mordido anteriormente estaba ya inconsciente, desangrándose en el suelo y haciendo que parte de sus ropajes se vieran enrojecidos. Donner ya había conseguido lo que estaban buscando, así que simplemente se separó de la morena y se empezó a lavar los rastros de sangre. Ella , por su lado, jadeaba aún en cierto extásis, casi siendo imposible no llevarse una mano a su pecho y pellizcar su pezón por encima de la ropa, intentando parar esos espasmos que todo su cuerpo sentía.

Había aceptado la petición del moreno, quien seguramente sabía lo que iba a venir pronto, siempre y cuando aquello acabaría. El cerebro de la pareja encendió el cuchillo y cauterizó las heridas del moribundo, y, mientras que la morena se estaba lavando también, estaba recogiendo aquello para después ambos partir hacía su destino. Poco le importaba a Airu lo que le pasaba al marine. - Estás desperdiciando comida. - dijo, después de tragar saliva recordando el sabor de su sangre que había probado en un beso demasiado pasional. - Deberíamos matarle, si de todas formas sabrá que ha sido atacado por nosotros, pero así si lo matamos, lo único que serán son probabilidades por parte de su madre, ¿no? Digo yo. - miraba hacía un lado mientras suspiraba descontenta . - vamos a encender su cuerpo y tirar las cenizas al río, solo será un caso de desaparecidos más. No tiene porque pasar nada, nadie nos vio. - sus ojos azules estaban intentando hacer un contacto visual directo con el moreno. Sabía que no era demasiado inteligente, pero cuando venía de esconder pruebas, tenía algo de ingenio y experiencia. No era la primera vez que la jodía, así que sabía lo que estaba diciendo. - Así, después de esto simplemente nos vamos a Ohara para entregar lo que dijiste y mirar el precio también. ¿Qué opinas? - sonrió con extraña dulzura.

por Invitado Sáb Abr 08, 2017 9:25 pm

Mi salvaje pero pasional intento por calmar a mi compañera parecía no haber tenido efecto del todo, puesto que luego de haberla dejado pude sentir y escuchar un poco su estremecimiento, respiración y su profundo gemido salir por su boca. Pero a fin de cuentas, cuando terminé de lavarme en aquel río, pude escuchar nuevamente su voz vuelta en el planeta tierra, escuchando su reproche. ¿Desperdiciando comida? Bueno, sus hábitos ya los conocía, no tenía planeado comerme a un ser humano, pero entendía a lo que quería llegar. Entonces, empecé a escuchar cómo sus palabras y argumentos empezaban a tomar sentido en el interior de mi cabeza, si aquel marine moría sería mucho más fácil, puesto que si lo dejábamos vivir podría dar alguna clase de pista a las autoridades de quiénes habían sido que le habían dejado en aquel deplorable estado. La joven tenía razón, el marine no podía dejar este bosque con vida. Suspiré cerrando mis ojos para luego dirigirme a una piedra y así sentarme. Retiraría un cigarrillo para así encenderlo y fumarlo con tranquilidad,
aunque mi semblante, como siempre, mostrara un aparente enojo y suma seriedad.
- Hazlo. - terminaría por darle las buenas noticias a mi compañera para que pusiera fin a la vida de aquel desafortunado uniformado.

Mientras ella se encargaba de eso, avivaría más el fuego que se encontraba encendido, extendiendo un poco el área de incineración para que no estuviéramos perdiendo tanto el tiempo quemando el cadáver de alguien. Sentía que estábamos tomando muchas consideraciones, casi como si le estuviésemos dando un funeral digno a alguien que acabábamos de mutilar y pronto a asesinar. Pero también debía ponerme en el lugar de mi compañera, Airu no había tomado una vida en mucho tiempo, ella lo necesitaba, este sacrificio era necesario para ella. Lo respetaba.

Sin embargo, dejaría que ella hiciera el resto. Si quería podía descuartizar el cuerpo o lo que fuera, para luego así eliminar todo rastro de que el joven marine estuvo allí ese día. Una vez que estuviera todo listo, me pondría de pie para así caminar hacia la supuesta cabaña abandonada donde se encontraban el resto de los registros, obviamente esperando a que mi compañera tomara su tiempo para disfrutar aquel asesinato. Aunque de todo el plan que me había comentado la morena, faltaba algo importante, y era algo que no debía saber ella, puesto que próximamente haría llegar mi pequeña venganza por lo que había hecho en aquel bar en la última isla que habíamos visitado por esta misma misión. Ansiaba que llegase aquel momento. Pero mientras tanto, solo quedaba caminar.

por Invitado Lun Abr 10, 2017 5:54 pm

Solo faltó una palabra para ponerme más feliz de lo que podía haber estado anteriormente. Si bien su primera petición me había enfurecido en cierta manera, después de pensar detenidamente a lo que había dicho, resultó fácil que me dejase hacer de las mías. Y es que era verdad, no había matado a nadie en mucho tiempo. No era algo necesario para vivir, obviamente podía estar sin ello, pero de alguna manera, algo me poseía después de probar sangre. Su sangre, en especifico, traía más deseos. Su sabor dulce y consistencia aguada me hacían querer sentirle dentro mío más que nunca. Pero qué hacer, no había tiempo para eso en aquellos momentos. La mejor manera, era matar a la presa. Y después de cauterizar su herida, el hombre se había desmayado por el dolor. Mis ojos azules destellaron dentro de la oscuridad como los de una niña en la noche de navidad. Él, era mi regalo. Podía hacer lo que desearía con su cuerpo, sin temer las represarías. Donner estaba encendiéndose un cigarro y avivando el fuego. Yo era la que me iba a encargar no sólo de quitarle la vida, si no también de desmembrarle y otras cosas que me hacían bastante feliz.

Reí por lo bajo. - ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaciguañaaaaa!!! - una palabra que en realidad no tenía ningún sentido, pero en la tribu, la que me crió, siempre usaba antes de matar un animal o una persona. Al fin y al cabo, la comida era comida. Desenfundé mi cuchillo, para después con un tajo, abrirle el estómago por completo, trayendo desde la inconsciencia a aquel pobre demonio, solo para ver como sus intestinos estaban siendo expulsados por el vientre abierto. ¿Cuanto podía sobrevivir un humano con los intestinos fuera? En verdad, bastante. Horas y horas si no fuese por la pérdida de sangre. Los gritos eran inútiles, pues nadie lo podía escuchar desde la localización que este había elegido. - ¡Vas a morir~! ¡Vas a morir! - una frase que canturreaba mientras sacaba los intestinos uno por uno y me los colgaba del cuello, como si se tratase de una cadena de flores que te regalan normalmente en las vacaciones. - Que hermosa me veo ahora~- Marc, por lo contrario, gritaba como cerdo en el matadero a medida que los intestinos lo abandonaban por completo. corté los mismos en la boca de su estómago, y ahí pude ver como sus ojos se cerraban para siempre. Aún así, su corazón seguía latiendo. Ahí, en el medio de la noche, en un lugar escondido de los ojos ajenos, me convertía nuevamente en un monstruo.

Sólo fue suficiente un movimiento de cuchillo para hacer una apertura entre sus costillas. Mis manos agarraban el corazón latiente, y lo arrancaría para después ponermelo sobre la cara. Toda su carga de sangre, se bombeaba sobre mi cara, tiñendo mi rostro de rojo, y mi corazón seguramente de negro. En la luz de la luna, mi boca se abrió para recibir la jugosa carne que masticaba hasta quedar totalmente satisfecha. No tardé mucho en profanar todo su cuerpo, para después tirarlo a las llamas sólo cuando estuviese lo suficientemente satisfecha. Para cuando hubiese acabado con él, todo mi cuerpo estaba cubierto en sangre. Mis uñas aún guardaban restos de carne por debajo. Me miré a mi misma, para después ver a Donner. - Ya está. - una sonrisa inocente se dejaría ver sobre mi rostro, poco antes de entrar en el río a lavarme por completo. Las aguas claras del mismo se volvieron rojas casi al instante. Una a una, estaba retirando las prendas que habían quedado prácticamente inservibles. Después de un rato, mi cuerpo desnudo salía a la superficie, mostrando las penurias de toda una vida. Cicatrices, moretones, y otras heridas recientes algunas de ellas causadas por Donner mismo. ¿Cómo iba a llegar a la ciudad sin ropa? Me quedé esperando ahí, por una solución del hombre.

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