Año 230 D.D.G
Tras un periodo de paz el nombre de un sujeto comenzó a surgir entre los piratas hasta hacerse de un renombre mundial… Norman D. Gold, un pirata que en un par de años alcanzó el poder suficiente para consagrarse como un emperador pirata y eventualmente para ser nombrado como rey de los piratas al haber reunido un tesoro inconcebible al cual se le otorgó el nombre de “One Piece”. Durante años el Gobierno hizo uso de todos sus recursos para acabar con este hombre per todo fue inútil y decidieron simplemente dedicarse a contener sus ataques. Gold sin embargo, no parece interesado en destruir al Gobierno o en atacar a sus instituciones, sino más bien en continuar explorando el mundo no conocido estableciendo con su poder una estabilidad no vista antaño en el mundo de la mano de todas las demás facciones. ¿Serás parte del mundo y su avance?. Seguir leyendo...
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Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional.
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[Prólogo] The ascension of the new Vice Admiral ~ The Raging Blonde!
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[Prólogo] The ascension of the new Vice Admiral ~ The Raging Blonde!
Recuerdo del primer mensaje :
~ West Blue, Cuartel General de Las, 16:00 hrs ~
Desde el cuartel de Shells Town en el East Blue se nos había comunicado a todo el personal que se llevaría una importante ceremonia en el cuartel general de Las, donde se le daría el honor a una civil de recibir el cargo de Vice-Almirante. ¿Una desconocida sin distinción en la marina recibiría ese cargo de una sola vez? Esto generaba un poco de discordia y malos pensamientos entre mis compañeros, quienes llevaban años sirviendo en la marina para jamás ser ascendidos desde reclutas. Sin embargo, yo lo encontraba fascinante, sentía admiración por esa persona que de la nada se le fue otorgada esa distinción, de seguro había hecho algo sumamente increíble como para entrar en la marina como Vice-Almirante. Debía conocerla, tenía que saber quien era y saber el secreto de su fuerza, las proezas que había llevado a cabo para llegar a donde estaba. Entonces, me ofrecí como voluntario a mis superiores para asistir a la famosa ceremonia como representante del cuartel, obviamente con un poco de insistencia, ya que por lo general, los reclutas no suelen tener esa clase de permisos.
Mi determinación e insistencia tuvo frutos, mis superiores dieron permiso para que zarpara junto a otros oficiales de un cargo superior al mío. Me encontraba navegando entre tenientes, sargentos, capitanes y quizás un par de cabos, por lo que me sentía casi como una hormiga entre cientos de gigantes. Sin embrgo, no tenía tiempo de sentirme abrumado por la presencia de mis superiores, tenía que tomar esta oportunidad para sobresalir y crecer como marine y cumplir mis metas. Inevitablemente, recordé a una muy querida amiga, a quien inevitablemente veía como algo más, la rubia luchadora que había conocido hace ya varios meses. Miraba con una melancólica sonrisa el listón que ella misma me regaló y ató en mi muñeca, aquello era un recuerdo para jamás bajar los brazos y así un día volver a encontrarnos.
Luego de unos días, llegamos finalmente a nuestro destino. El campamento Las ubicado en el West Blue, donde se encontraba el cuartel general marine más grande de todos los mares cardinales, siendo casi una especie de Marineford. El simple hecho de estar allí me llenaba de determinación y aspiraciones. Pero no había tiempo para descansar, puesto que la ceremonia era ese mismo día y debíamos estar posicionados en nuestros puestos en la plaza de armas que se encontraba a las afueras del cuartel. Había una gran cantidad de movimiento, hacia donde miraba podía ver colegas por todas partes, algunos compartiendo con sus familias y festejando unos con otros. Realmente habíamos llegado a una fiesta. Seguí caminando atrás de mis superioes hasta llegar al lugar de la ceremonia de ascenso. Estaba repleto de marines de diferentes partes del mundo, todos formados de manera ordenada según el cuartel que les correspondía. Pude ver gigantes, minks, gyojines, marines de todas las edades y razas, sentía admiración y agradecía la oportunidad de estar ahí. Nos formamos junto a los demás marines y esperamos.
- ¡Atención! - se escuchó por altavoz, haciendo que todos los marines presentes golpearan una de sus botas en el suelo, incluyéndome, haciendo que todas formaran parte de un estruendoso pero maravilloso sonido. Entonces, uno de los superiores del cuartel, y encargado de la ceremonia de ascenso apareció en la plataforma o escenario donde se introduciría a la nueva Vice-Almirante. - ¡Henos aquí, compañeros! Marines de todo el mundo reunidos en un mismo lugar para presenciar un evento sin precedentes. - hablaría por el altavoz el superior, viejo y experimentado marine a todos los presentes, haciendo que sus palabras me dieran escalofríos e hiciera que una sonrisa de oreja a oreja fuera esbozada. No podía creer que estaba parado junto a todos estos grandes marines, me sentía afortunado. - Todos nosotros nacimos para servir, para proteger y erradicar el mal de estos mares. Comenzamos desde abajo, trapeando pisos, patrullando sin descanso hasta llegar donde nos encontramos hoy día. - seguiría hablando el marine en la plataforma de manera pasional, haciendo que a más de alguno por la nostalgia se le hiciera un nudo en la garganta. - ¡PERO! Hay algunos que no toman ese camino directamente, pero en su corazón no hay más que el deseo de servir y proteger a los demás. Personas con un sentido de la justicia inquebrantable como la mujer a quien presentaré como su nueva Vice-Almirante. - seguiría hablando motivando y preparando el escenario para la protagonista y estelar de toda esta ceremonia. Se escuchaban redobles de tambores en conjunto con música orquestral proveniente de marines que se encontraban tocando bajo el escenario o gran plataforma. - Ella, siendo nada más que una civil, ha dado su vida por los demás, ha ayudado a erradicar el mal de la tierra y ha hecho mucho más que cualquier otro marine. Es por eso que por el mismísimo almirante de flota se me ha otorgado el honor de dar el rango de Vice-Almirante a... - los redobles de tambores se hicieron más intensos y la música orquestral de fondo se detuvo en seco. Muchos de los presentes sudaban y tragaban saliva por el nerviosismo, querían saber quien era la famosa persona que había conseguido tal distinción. - ¡KOTORI MIURA! - exclamaría el experimentado superior haciendo que todo el resto de los marines saltara y gritara aclamando a la luchadora. Incluso los superiores provenientes de mi mismo cuartel saltaban de la emoción gritando su nombre. Los presenets gritaban a todo pulmón: "Miura".
- ¿K-Kotori-san? - comentaría anonadado, con mis ojos sumamente abiertos y boquiabierto viendo como la mujer a quien tanto admiraba y a quien tanto extrañaba era llamada por el superior siéndole otorgado el cargo de Vice-Almirante. Era la única persona que no se encontraba saltando y gritando, los demás, por la euforia llegaban a moverme pero a mi no me importaba. La sorpresa, la melancolía y la alegría se juntaban en un solo sentimiento que no me permitían reaccionar. Ahora sólo me encontraba esperando a que todo eso fuera real, quería ver a la rubia subir a esa plataforma y recibir sus medallas.
Mi determinación e insistencia tuvo frutos, mis superiores dieron permiso para que zarpara junto a otros oficiales de un cargo superior al mío. Me encontraba navegando entre tenientes, sargentos, capitanes y quizás un par de cabos, por lo que me sentía casi como una hormiga entre cientos de gigantes. Sin embrgo, no tenía tiempo de sentirme abrumado por la presencia de mis superiores, tenía que tomar esta oportunidad para sobresalir y crecer como marine y cumplir mis metas. Inevitablemente, recordé a una muy querida amiga, a quien inevitablemente veía como algo más, la rubia luchadora que había conocido hace ya varios meses. Miraba con una melancólica sonrisa el listón que ella misma me regaló y ató en mi muñeca, aquello era un recuerdo para jamás bajar los brazos y así un día volver a encontrarnos.
Luego de unos días, llegamos finalmente a nuestro destino. El campamento Las ubicado en el West Blue, donde se encontraba el cuartel general marine más grande de todos los mares cardinales, siendo casi una especie de Marineford. El simple hecho de estar allí me llenaba de determinación y aspiraciones. Pero no había tiempo para descansar, puesto que la ceremonia era ese mismo día y debíamos estar posicionados en nuestros puestos en la plaza de armas que se encontraba a las afueras del cuartel. Había una gran cantidad de movimiento, hacia donde miraba podía ver colegas por todas partes, algunos compartiendo con sus familias y festejando unos con otros. Realmente habíamos llegado a una fiesta. Seguí caminando atrás de mis superioes hasta llegar al lugar de la ceremonia de ascenso. Estaba repleto de marines de diferentes partes del mundo, todos formados de manera ordenada según el cuartel que les correspondía. Pude ver gigantes, minks, gyojines, marines de todas las edades y razas, sentía admiración y agradecía la oportunidad de estar ahí. Nos formamos junto a los demás marines y esperamos.
- ¡Atención! - se escuchó por altavoz, haciendo que todos los marines presentes golpearan una de sus botas en el suelo, incluyéndome, haciendo que todas formaran parte de un estruendoso pero maravilloso sonido. Entonces, uno de los superiores del cuartel, y encargado de la ceremonia de ascenso apareció en la plataforma o escenario donde se introduciría a la nueva Vice-Almirante. - ¡Henos aquí, compañeros! Marines de todo el mundo reunidos en un mismo lugar para presenciar un evento sin precedentes. - hablaría por el altavoz el superior, viejo y experimentado marine a todos los presentes, haciendo que sus palabras me dieran escalofríos e hiciera que una sonrisa de oreja a oreja fuera esbozada. No podía creer que estaba parado junto a todos estos grandes marines, me sentía afortunado. - Todos nosotros nacimos para servir, para proteger y erradicar el mal de estos mares. Comenzamos desde abajo, trapeando pisos, patrullando sin descanso hasta llegar donde nos encontramos hoy día. - seguiría hablando el marine en la plataforma de manera pasional, haciendo que a más de alguno por la nostalgia se le hiciera un nudo en la garganta. - ¡PERO! Hay algunos que no toman ese camino directamente, pero en su corazón no hay más que el deseo de servir y proteger a los demás. Personas con un sentido de la justicia inquebrantable como la mujer a quien presentaré como su nueva Vice-Almirante. - seguiría hablando motivando y preparando el escenario para la protagonista y estelar de toda esta ceremonia. Se escuchaban redobles de tambores en conjunto con música orquestral proveniente de marines que se encontraban tocando bajo el escenario o gran plataforma. - Ella, siendo nada más que una civil, ha dado su vida por los demás, ha ayudado a erradicar el mal de la tierra y ha hecho mucho más que cualquier otro marine. Es por eso que por el mismísimo almirante de flota se me ha otorgado el honor de dar el rango de Vice-Almirante a... - los redobles de tambores se hicieron más intensos y la música orquestral de fondo se detuvo en seco. Muchos de los presentes sudaban y tragaban saliva por el nerviosismo, querían saber quien era la famosa persona que había conseguido tal distinción. - ¡KOTORI MIURA! - exclamaría el experimentado superior haciendo que todo el resto de los marines saltara y gritara aclamando a la luchadora. Incluso los superiores provenientes de mi mismo cuartel saltaban de la emoción gritando su nombre. Los presenets gritaban a todo pulmón: "Miura".
- ¿K-Kotori-san? - comentaría anonadado, con mis ojos sumamente abiertos y boquiabierto viendo como la mujer a quien tanto admiraba y a quien tanto extrañaba era llamada por el superior siéndole otorgado el cargo de Vice-Almirante. Era la única persona que no se encontraba saltando y gritando, los demás, por la euforia llegaban a moverme pero a mi no me importaba. La sorpresa, la melancolía y la alegría se juntaban en un solo sentimiento que no me permitían reaccionar. Ahora sólo me encontraba esperando a que todo eso fuera real, quería ver a la rubia subir a esa plataforma y recibir sus medallas.
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Re: [Prólogo] The ascension of the new Vice Admiral ~ The Raging Blonde!
Johan escuchó todo prestando atención a cada detalle. Pudo notar que Lance prefería no tomar alcohol, desconocía el porqué pero estaba claro que él y la vice almirante se conocían de antes, incluso, pudo suponer, que ella sabía algo con la relación del rubio con el alcohol que para él le era ignoto.
Todo esto lo desechó mentalmente, no tenía interés en chismear sobre asuntos sórdidos de otros, mucho menos tomando en cuenta lo poco que se conocían. Esto, claro, sin mencionar que iban a trabajar juntos así que convenía empezar con buenas formas, dando a cada quien su tiempo de aclimatarse y abrirse a los demás, algo que, sin duda, sería necesario para el buen funcionamiento de la tripulación.
Cuando Kotori se puso en un tono más confidencial, acercó la cabeza para asegurarse de no perder nada. No era una proposición de moral dudosa, más bien todo lo contrario, comprendía bien por qué quería llevarlo con un cierto secretismo. Johan ya había observado que había corrupción en todas partes, no solo esa criminalidad clara y obvia que manejaban los piratas, también entre la armada y el gobierno. Comprendió fácilmente las intenciones de la nueva vice almirante, cosa que demostró asintiendo varias veces según esta hablaba. "Un grupo de amigos que intentan hacer el bien". Así que ahora estaba haciendo amigos, ¿eh? Eso le complacía. Definitivamente, debía formar parte de aquella tripulación, no había otra opción posible.
- Cuente conmigo.
Dijo con voz firme mientras tomaba la mano de su nueva jefa... Bueno, su nueva compañera de tripulación.
Todo esto lo desechó mentalmente, no tenía interés en chismear sobre asuntos sórdidos de otros, mucho menos tomando en cuenta lo poco que se conocían. Esto, claro, sin mencionar que iban a trabajar juntos así que convenía empezar con buenas formas, dando a cada quien su tiempo de aclimatarse y abrirse a los demás, algo que, sin duda, sería necesario para el buen funcionamiento de la tripulación.
Cuando Kotori se puso en un tono más confidencial, acercó la cabeza para asegurarse de no perder nada. No era una proposición de moral dudosa, más bien todo lo contrario, comprendía bien por qué quería llevarlo con un cierto secretismo. Johan ya había observado que había corrupción en todas partes, no solo esa criminalidad clara y obvia que manejaban los piratas, también entre la armada y el gobierno. Comprendió fácilmente las intenciones de la nueva vice almirante, cosa que demostró asintiendo varias veces según esta hablaba. "Un grupo de amigos que intentan hacer el bien". Así que ahora estaba haciendo amigos, ¿eh? Eso le complacía. Definitivamente, debía formar parte de aquella tripulación, no había otra opción posible.
- Cuente conmigo.
Dijo con voz firme mientras tomaba la mano de su nueva jefa... Bueno, su nueva compañera de tripulación.
InvitadoInvitado
Re: [Prólogo] The ascension of the new Vice Admiral ~ The Raging Blonde!
Su mano cogió la de Lance, atrayéndolo para ella sobre la mesa, haciendo que su cuerpo se pegase a la misma mientras ponía los codos sobre la mano del chico. Intentaba disimular con una sonrisa, mientras se volvía a reclinar sobre la mesa, quedando así entre ambos rostros. - No seas tonto. - gritaba susurrando. - No sabemos que puede haber aquí. La verdad es que no se mucho sobre esto, pero de lo que tengo entendido a más de uno no le gusta el hecho de que me acabo de convertir en vice. En la oficina del Almirante, el otro día, me encontré con un hombre que me paró a mitad del camino y hasta me susurró una amenaza. Aparte... - se mordió el labio inferior, pensándolo bien si decirlo o no. ¿Qué tanto confianza tenía en ellos? Daría el beneficio de la duda. Si bien decidían de pisar su lealtad, esta sería la prueba correcta. - El gobierno seguramente se ha enterado de mi hazaña, y puede que haya algún infiltrado aquí, o quizás más adelante. He levantado muchas sospechas con una subida ran rápida. Y la verdad es que no estoy tan estable aquí como para encima formar nada. Necesito ayuda. - enroscaba su brazo al de Lance, sin permitir que se mueva ni un ápice. Miró al ciborg. Él era el único que podía ayudarle.
Señor Tic tac era un ciborg alto, de porte muy elegante y mucho más maduro que ambos. Si algo había aprendido en el templo es que la edad hacía el sabio. Puede ser hasta que fuera más fuerte que él, y quizás Lance también, pero eso no excluía que él tenga mucha más experiencia de vida que ambos, y quizás hasta conocimientos. - No sé mucho sobre la Marina ni política, eso no me lo enseñaron en el templo. De hecho cuando salí de ahí hace cuatro meses no sabía ni lo que era un berrie. No puedo ejercer de vicealmirante y dar una buena impresión sin un curso intensivo primero. Muchos están esperando que de mi boca salga algo inteligente, y la verdad es que ese no es mi punto fuerte. He leído mucho sobre cosas espirituales, mitologías, literatura antigua. Pero cuando salí al mundo real descubrí que eso realmente no vale de mucho aquí. Necesito una base, hay muchas cosas que se escapan a mi conocimiento. Se están esperando a una persona carismática. - hablaba con sinceridad. Necesitaba una mano de ayuda de parte de ambos. Sabia que Lance también tenía mucho que ofrecer, pero en algunos aspectos le recordaba a ella, cosa que seguramente le privaría de una visión realistica y subjetiva de las cosas. Tomó otro sorbo de su bebida, y miró a ambos. - Hay otra persona en esto. Pero también es joven. Es el que me ayudó en llegar hasta aquí. Quizás tenga muchos conocimientos sobre la Marina en general, la verdad no lo sé. Pero es bastante fuerte.
Arturo le había ayudado en Syrup aquella vez. Se habían juntado desde que había visto la oportunidad de cazar al monstruo que daba problemas allá, pero al final aquello nunca pasó. En cambio, se encontró con un compañero de armas, y una futura mano derecha si todo seguía como estaba hasta el momento. - Creo que nos hará bien conocernos un poco, hacer las introducciones. Sé que nos hemos conocido en un pasado, pero esto creo que amerita volver a empezar de nuevo. Quiero que estén conmigo. No soy una persona sanguinaria pese a ser bastante agresiva si me provocan. No puedo hacer esto sola, de todas formas. Aún cuando he salido a ese escenario me encontraba super perdida. La verdad es que hasta he pensado que esto me está viniendo grande. - Se encogió de hombros, para terminar así esa repentina confesión. Era una muchacha que se dejaba guiar por un primer instinto, un impulso de su corazón, y eso lo mostraba hasta entonces. Si bien conocía un tanto a ambos, nadie podía asegurar el hecho de que ellos mismos no son unos infiltrados, cosa que seguramente le hará testar su lealtad muchas veces. Pero a parte de eso, realmente pensaba que podía valer el riesgo.
Señor Tic tac era un ciborg alto, de porte muy elegante y mucho más maduro que ambos. Si algo había aprendido en el templo es que la edad hacía el sabio. Puede ser hasta que fuera más fuerte que él, y quizás Lance también, pero eso no excluía que él tenga mucha más experiencia de vida que ambos, y quizás hasta conocimientos. - No sé mucho sobre la Marina ni política, eso no me lo enseñaron en el templo. De hecho cuando salí de ahí hace cuatro meses no sabía ni lo que era un berrie. No puedo ejercer de vicealmirante y dar una buena impresión sin un curso intensivo primero. Muchos están esperando que de mi boca salga algo inteligente, y la verdad es que ese no es mi punto fuerte. He leído mucho sobre cosas espirituales, mitologías, literatura antigua. Pero cuando salí al mundo real descubrí que eso realmente no vale de mucho aquí. Necesito una base, hay muchas cosas que se escapan a mi conocimiento. Se están esperando a una persona carismática. - hablaba con sinceridad. Necesitaba una mano de ayuda de parte de ambos. Sabia que Lance también tenía mucho que ofrecer, pero en algunos aspectos le recordaba a ella, cosa que seguramente le privaría de una visión realistica y subjetiva de las cosas. Tomó otro sorbo de su bebida, y miró a ambos. - Hay otra persona en esto. Pero también es joven. Es el que me ayudó en llegar hasta aquí. Quizás tenga muchos conocimientos sobre la Marina en general, la verdad no lo sé. Pero es bastante fuerte.
Arturo le había ayudado en Syrup aquella vez. Se habían juntado desde que había visto la oportunidad de cazar al monstruo que daba problemas allá, pero al final aquello nunca pasó. En cambio, se encontró con un compañero de armas, y una futura mano derecha si todo seguía como estaba hasta el momento. - Creo que nos hará bien conocernos un poco, hacer las introducciones. Sé que nos hemos conocido en un pasado, pero esto creo que amerita volver a empezar de nuevo. Quiero que estén conmigo. No soy una persona sanguinaria pese a ser bastante agresiva si me provocan. No puedo hacer esto sola, de todas formas. Aún cuando he salido a ese escenario me encontraba super perdida. La verdad es que hasta he pensado que esto me está viniendo grande. - Se encogió de hombros, para terminar así esa repentina confesión. Era una muchacha que se dejaba guiar por un primer instinto, un impulso de su corazón, y eso lo mostraba hasta entonces. Si bien conocía un tanto a ambos, nadie podía asegurar el hecho de que ellos mismos no son unos infiltrados, cosa que seguramente le hará testar su lealtad muchas veces. Pero a parte de eso, realmente pensaba que podía valer el riesgo.
InvitadoInvitado
Re: [Prólogo] The ascension of the new Vice Admiral ~ The Raging Blonde!
Bueno, una vez más la encontraba y, una vez más, sentía que era una damisela en apuros a quien debía ayudar. No entendía bien por qué pero le parecía que era una buena idea ayudarla, algo en su interior le decía que grandes cosas vendrían a través de ella y él podía ser parte de eso. En su momento le propuso ser su tutor de modales, ahora quizá sería algo así como su maestro en diplomacia. Le parece bien. Al fin y al cabo, se debe a la gente que lo rodea.
- Bueno, señorita, como le dije hace un momento: cuente conmigo. Si en lugar de mi espada ocupa mi pluma, esta seguirá dispuesta. O, en este caso, mi experiencia. No tengo ningún problema en servirla, anticipo que es usted una mujer con un carácter y una moral a prueba de balas. Sin embargo, debo advertirla, espero de usted un compromiso con el pueblo muy superior al resto, no me decepcione y tendrá mi lealtad ante todo, incluso ante la marina, ya que estamos.
Su propuesta era totalmente honesta, conocía la corrupción de la marina, era algo que había vivido pero no le gustaba en absoluto. Algo así no debería ocurrir en un cuerpo militar destinado a conservar la paz y proteger al inocente pero tristemente el ser humano, o las criaturas sapientes en general, son débiles ante la corrupción, la avaricia y otros pecados del mundo moderno.
Así pues, juró lealtad esperando desde lo más hondo que esta no se viera traicionada por algún movimiento indebido por su nueva vice almirante. Como atestiguaba su presencia en el festejo, no consideraba que "el bien y la justicia" fueran algo que viniera de seguir órdenes ciegamente, muchas atrocidades de habían cometido en nombre de tan honorables ideales simplemente por seguir órdenes, pero llevarlos a cabo requiere de un carácter y una disciplina muy estrictas, esperaba de ella eso y mucho más.
- Bueno, señorita, como le dije hace un momento: cuente conmigo. Si en lugar de mi espada ocupa mi pluma, esta seguirá dispuesta. O, en este caso, mi experiencia. No tengo ningún problema en servirla, anticipo que es usted una mujer con un carácter y una moral a prueba de balas. Sin embargo, debo advertirla, espero de usted un compromiso con el pueblo muy superior al resto, no me decepcione y tendrá mi lealtad ante todo, incluso ante la marina, ya que estamos.
Su propuesta era totalmente honesta, conocía la corrupción de la marina, era algo que había vivido pero no le gustaba en absoluto. Algo así no debería ocurrir en un cuerpo militar destinado a conservar la paz y proteger al inocente pero tristemente el ser humano, o las criaturas sapientes en general, son débiles ante la corrupción, la avaricia y otros pecados del mundo moderno.
Así pues, juró lealtad esperando desde lo más hondo que esta no se viera traicionada por algún movimiento indebido por su nueva vice almirante. Como atestiguaba su presencia en el festejo, no consideraba que "el bien y la justicia" fueran algo que viniera de seguir órdenes ciegamente, muchas atrocidades de habían cometido en nombre de tan honorables ideales simplemente por seguir órdenes, pero llevarlos a cabo requiere de un carácter y una disciplina muy estrictas, esperaba de ella eso y mucho más.
InvitadoInvitado
Re: [Prólogo] The ascension of the new Vice Admiral ~ The Raging Blonde!
Realmente estaba feliz, hacía mucho tiempo que no había sentido una sensación así recorrer mi cuerpo. Una mezcla de determinación, felicidad, amor y anhelos de proteger a alguien, todo liberado por la presencia de aquella rubia que seguía hablando susurrante para que sólo mi compañero de elegante hablar y yo pudiéramos escuchar. La miraba fijamente, y a medida que oía sus palabras, mi semblante feliz cambiaba a uno mucho más serio. ¿Por cuántas cosas había pasado Kotori-san en todo este tiempo? Era inevitable preguntarme esto, siendo que una situación como la suya era única. Tenía claro que más de una persona estaría en contra de su ascenso, entendía que más de algún criminal intentaría de hacerse con su vida por la posible reputación que se ganó al realizar esta increíble hazaña.
La joven se encontraba superada por tantos acontecimientos y tanta responsabilidad, podía sentirlo en su fuerte agarre a mi brazo, sintiendo así su cibernética y fría extremidad, pero ya conocía esa sensación y era algo que no daba mucha importancia, pero simplemente el hecho de tenerla tan cerca inevitablemente hacía que mis mejillas presentaran un leve rubor. Pero debía mantener mis sentimientos por ella de lado, ahora éramos un equipo y debía estar ahí para apoyarla de manera incondicional, siendo el elegante sujeto quien diera un sermón de apoyo. Ante esto, volví a sonreír levemente y dirigir mi mirada hacia abajo para intentar buscar sus dos ojos. - No estarás sola en esto, te ayudaremos a llevar esta carga, no importa lo que cueste. - le comentaría con un tono de voz sereno y determinado, posando mi mano libre en la suya que rodeaba mi brazo.
Luego de mirarla y de decirle esas palabras, miré al cielo, recordando las palabras que una vez me dijo hace mucho tiempo atrás al momento de atar ese listón en mi muñeca. - "Debes saber que te enfrentarás a muchas decisiones difíciles, y a muchos peligros que te harán escoger entre seguir tu corazón o seguir órdenes... - empezaría a citar las palabras que alguna vez me dijo la luchadora. Pausaría unos pocos segundos para tocar un poco el listón de mi muñeca derecha sin dejar de mirar al horizonte. - ...Sigue tu corazón y encontrarás siempre lo que andas buscando. Y lo que te mereces". - terminaría por citar las palabras de mi compañera para así bajar mi mirada hacia ella y sonreírle de oreja a oreja, demostrándole así que no valía la pena temer o tener preocupaciones, solamente debía seguir su corazón.
La joven se encontraba superada por tantos acontecimientos y tanta responsabilidad, podía sentirlo en su fuerte agarre a mi brazo, sintiendo así su cibernética y fría extremidad, pero ya conocía esa sensación y era algo que no daba mucha importancia, pero simplemente el hecho de tenerla tan cerca inevitablemente hacía que mis mejillas presentaran un leve rubor. Pero debía mantener mis sentimientos por ella de lado, ahora éramos un equipo y debía estar ahí para apoyarla de manera incondicional, siendo el elegante sujeto quien diera un sermón de apoyo. Ante esto, volví a sonreír levemente y dirigir mi mirada hacia abajo para intentar buscar sus dos ojos. - No estarás sola en esto, te ayudaremos a llevar esta carga, no importa lo que cueste. - le comentaría con un tono de voz sereno y determinado, posando mi mano libre en la suya que rodeaba mi brazo.
Luego de mirarla y de decirle esas palabras, miré al cielo, recordando las palabras que una vez me dijo hace mucho tiempo atrás al momento de atar ese listón en mi muñeca. - "Debes saber que te enfrentarás a muchas decisiones difíciles, y a muchos peligros que te harán escoger entre seguir tu corazón o seguir órdenes... - empezaría a citar las palabras que alguna vez me dijo la luchadora. Pausaría unos pocos segundos para tocar un poco el listón de mi muñeca derecha sin dejar de mirar al horizonte. - ...Sigue tu corazón y encontrarás siempre lo que andas buscando. Y lo que te mereces". - terminaría por citar las palabras de mi compañera para así bajar mi mirada hacia ella y sonreírle de oreja a oreja, demostrándole así que no valía la pena temer o tener preocupaciones, solamente debía seguir su corazón.
InvitadoInvitado
Re: [Prólogo] The ascension of the new Vice Admiral ~ The Raging Blonde!
Y entonces, se dio cuenta que quizás estaba haciendo un error. Quizás y hacer una tripulación no era lo mejor que podía haber hecho. Estaba traicionándolos a todos, pero más le dolía estar traicionando especialmente a aquellos dos sujetos. No era una persona que estaba luchando por el bien. Estaba ahí para una misión personal, aunque eso no significaba que realmente fuese una mala persona. Las palabras del ciborg la producían cierta tristeza. No defraudarle... ¿realmente era capaz de hacer eso? Las fuerzas la abandonaban, aunque quería seguir aquella sonrisa que se notaba sobre sus labios. "Aún quedan cosas por hacer, nadie me impedirá hacer justicia. No tengo porque traicionarles." Sabía que podía tener un impacto positivo en la vida de ambos, y hacer una diferencia en la vida de más personas. Ella también temía a la traición, por eso ya tenía pensada una forma de probar la lealtad de ambos. Los sentimientos eran reales, mas el corazón a veces podía ser débil. Lo tenía que probar. Sus ojos se paseaban de un rostro al otro, intentando absorber aquellas palabras como una esponja. No estaba sola, y eso era un gran avance en su historia. Pensaba miles de cosas pero decidió tomarse la tranquilidad propicia para aquella reunión. Ya después, en su pequeña habitación, trazaría una línea al final del día para ver los resultados y que debía hacer. La tripulación era ya un hecho.
Recordó escuchar las palabras de Lance una vez anteriormente. Eran suyas. Su sonrisa volvió a resutaurarse, como si nunca había dejado su boca. - Mientras estén de acuerdo con eso, todo irá como la seda. - terminaría por decir. No le importaba cuales eran las metas de sus tripulantes, les ayudaría a cumplirlos. Aún no podía decir su cometido en aquel puesto, pero esperaba que algún día, ellos lo entiendan y aún así seguir junto a ella. Eso era algo que debía hacer por si misma. Alguna vez habría pensado resguardarse del peligro y dejar que otra persona acabe aquello, como Jagger. Pero no iba a ser ella quien aumentaría sus pecados. Se levantaría de golpe, motivada. Era una mesa llena de guerreros. No sabía como se comportaba la Marina, pero tenía algo en claro: eran hombres que tarde o temprano deberán entrar en la batalla. Eran un ejercito, y el tiempo que ella estaría al cargo, iba a ser el mejor ejercito. - Sé que están aquí para seguirme todos. Quizás no tenga tanto que ofrecer como los demás, que llevan mucho más tiempo en esto. Pero yo creo en ustedes. La edad y el aspecto físico no importa. Tampoco importa si son capaces de luchar. Ustedes pueden hacer una diferencia aquí simplemente haciendo lo que mejor saben hacer. Si pueden escribir buenos informes, háganlo. Si saben motivar a otros, háganlo. Si vuestro don natural es cantar, canten canciones para avivar el espíritu de los luchadores. Si saben cocinar, alimenten nuestros estómagos vacíos para que podamos usar nuestro cuerpo en la lucha. Si son científicos, piensen en como crear objetos que nos faciliten la vida y la batalla. Si son médicos, curen nuestras heridas y salven nuestras vidas. Y ustedes, que han nacido con el don de la lucha, levanten sus armas y pongan vuestros espíritus al mano de los dioses, pues yo os guiaré a la VICTORIA!
Su grito se escuchó en aquella mesa, y resonó en las mesas continuas. Pensaba crear una tripulación, pero había creado mucho más que eso. Aquel día, había nacido un ejército de almas jóvenes y listas para crear el bien. No impresionaba el hecho de que fuera una vicealmirante nueva, si no que sus palabras iban más allá de la Marina, la Revolución o la piratería. Sus palabras iban justo a los corazones de aquellos que la estaban escuchando. Hombres y vivos, listos para pelear pero aburridos de las políticas y los papeles. Hombres que necesitaban un empuje espiritual, que les recuerde porque se alistaron. Su jarra se alzó para terminar aquello. - La guerra es necesaria, pero las muertes se pueden evitar. ¡Encarcelar, mas no matar! Ese será el principio por el cual nos regiremos siempre, pues cualquiera tiene derecho a equivocarse y todos tendríamos que tener la chance de poder reparar los errores del pasado. Nosotros somos las promesas del futuro, la mano de la justicia. ¡La legión dorada! - varios gritos se podían escuchar en aquella mesa, y las cercanas, mientras que los demás miraban atónitos aquello que había pasado. Sabía que se ganaría el odio de muchos. Se estaba descubriendo a si misma. Estar respaldada por sus amigos le daba la seguridad que le faltaba. Hacer el bien y proclamar lo correcto. Conquistar los demonios de otras personas, mientras ella, poco a poco, podía batallar con los suyos propios. Ayudar, pues ese era su camino en la vida. Había nacido una tripulación, una legión y, con ella, una líder.
Recordó escuchar las palabras de Lance una vez anteriormente. Eran suyas. Su sonrisa volvió a resutaurarse, como si nunca había dejado su boca. - Mientras estén de acuerdo con eso, todo irá como la seda. - terminaría por decir. No le importaba cuales eran las metas de sus tripulantes, les ayudaría a cumplirlos. Aún no podía decir su cometido en aquel puesto, pero esperaba que algún día, ellos lo entiendan y aún así seguir junto a ella. Eso era algo que debía hacer por si misma. Alguna vez habría pensado resguardarse del peligro y dejar que otra persona acabe aquello, como Jagger. Pero no iba a ser ella quien aumentaría sus pecados. Se levantaría de golpe, motivada. Era una mesa llena de guerreros. No sabía como se comportaba la Marina, pero tenía algo en claro: eran hombres que tarde o temprano deberán entrar en la batalla. Eran un ejercito, y el tiempo que ella estaría al cargo, iba a ser el mejor ejercito. - Sé que están aquí para seguirme todos. Quizás no tenga tanto que ofrecer como los demás, que llevan mucho más tiempo en esto. Pero yo creo en ustedes. La edad y el aspecto físico no importa. Tampoco importa si son capaces de luchar. Ustedes pueden hacer una diferencia aquí simplemente haciendo lo que mejor saben hacer. Si pueden escribir buenos informes, háganlo. Si saben motivar a otros, háganlo. Si vuestro don natural es cantar, canten canciones para avivar el espíritu de los luchadores. Si saben cocinar, alimenten nuestros estómagos vacíos para que podamos usar nuestro cuerpo en la lucha. Si son científicos, piensen en como crear objetos que nos faciliten la vida y la batalla. Si son médicos, curen nuestras heridas y salven nuestras vidas. Y ustedes, que han nacido con el don de la lucha, levanten sus armas y pongan vuestros espíritus al mano de los dioses, pues yo os guiaré a la VICTORIA!
Su grito se escuchó en aquella mesa, y resonó en las mesas continuas. Pensaba crear una tripulación, pero había creado mucho más que eso. Aquel día, había nacido un ejército de almas jóvenes y listas para crear el bien. No impresionaba el hecho de que fuera una vicealmirante nueva, si no que sus palabras iban más allá de la Marina, la Revolución o la piratería. Sus palabras iban justo a los corazones de aquellos que la estaban escuchando. Hombres y vivos, listos para pelear pero aburridos de las políticas y los papeles. Hombres que necesitaban un empuje espiritual, que les recuerde porque se alistaron. Su jarra se alzó para terminar aquello. - La guerra es necesaria, pero las muertes se pueden evitar. ¡Encarcelar, mas no matar! Ese será el principio por el cual nos regiremos siempre, pues cualquiera tiene derecho a equivocarse y todos tendríamos que tener la chance de poder reparar los errores del pasado. Nosotros somos las promesas del futuro, la mano de la justicia. ¡La legión dorada! - varios gritos se podían escuchar en aquella mesa, y las cercanas, mientras que los demás miraban atónitos aquello que había pasado. Sabía que se ganaría el odio de muchos. Se estaba descubriendo a si misma. Estar respaldada por sus amigos le daba la seguridad que le faltaba. Hacer el bien y proclamar lo correcto. Conquistar los demonios de otras personas, mientras ella, poco a poco, podía batallar con los suyos propios. Ayudar, pues ese era su camino en la vida. Había nacido una tripulación, una legión y, con ella, una líder.
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Re: [Prólogo] The ascension of the new Vice Admiral ~ The Raging Blonde!
El rostro de su nueva vicealmirante cambiaba mostrando distintos estados que reflejaban su estado interior, uno que no parecía estar dispuesta a compartir con los demás por ahora pero eso estaba bien, Johan comprendía perfectamente que a veces uno prefiere tomarse su tiempo para compartir una parte quizá demasiado íntima de uno mismo. Sin embargo, cuando decidida se alzó para exponer ese monólogo, ese lema dedicado a todos los futuros miembros de la tripulación, pudo entender gran parte de lo que había en su corazón, o eso creyó el Señor Tic Tac. "Esas palabras deberían estar en la entrada del cuartel principal de la marina." Pensó.
Francamente emocionado y casi contra su propia naturaleza, se levanta para vitorear alzando la botella junto a los demás reclutas. Una pequeña lágrima se asomó pensando en lo distinta que era a la Kotori que había conocido en su momento, claro que en aquel entonces estaba borracha y no podía suponer que iba a ser igual en un estado de sobriedad, pero el discurso le reveló que tenía toda la razón del mundo al haber querido ayudarla, definitivamente, su corazón estaba en el lugar correcto. La observó con orgullo mientras los gritos se iban calmando y los aplausos amainaban.
Johan comenzaba a pensar que, aunque él llegara lejos, lo bastante como para poseer su propio ejército, siempre iba a colaborar con esta mujer, realmente parecía alguien que fuera a traer un cambio significativo, no solo a la marina sino al mundo entero.
Cuando el barullo general regresó al murmullo elevado de gente comiendo, bebiendo y socializando, aquel que tuviera un oído lo bastante fino o se acercase lo suficiente al Señor Tic Tac notaría que, por primera vez, su ritmo se había acelerado, quizá solo fue un poco, pero ocurrió.
Francamente emocionado y casi contra su propia naturaleza, se levanta para vitorear alzando la botella junto a los demás reclutas. Una pequeña lágrima se asomó pensando en lo distinta que era a la Kotori que había conocido en su momento, claro que en aquel entonces estaba borracha y no podía suponer que iba a ser igual en un estado de sobriedad, pero el discurso le reveló que tenía toda la razón del mundo al haber querido ayudarla, definitivamente, su corazón estaba en el lugar correcto. La observó con orgullo mientras los gritos se iban calmando y los aplausos amainaban.
Johan comenzaba a pensar que, aunque él llegara lejos, lo bastante como para poseer su propio ejército, siempre iba a colaborar con esta mujer, realmente parecía alguien que fuera a traer un cambio significativo, no solo a la marina sino al mundo entero.
Cuando el barullo general regresó al murmullo elevado de gente comiendo, bebiendo y socializando, aquel que tuviera un oído lo bastante fino o se acercase lo suficiente al Señor Tic Tac notaría que, por primera vez, su ritmo se había acelerado, quizá solo fue un poco, pero ocurrió.
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Re: [Prólogo] The ascension of the new Vice Admiral ~ The Raging Blonde!
La noticia había llegado hasta sus oídos muy rápido, tan rápido que de esa misma forma tuvo que actuar para poder llegar a tiempo, no lo creía, pensaba que era un simple sueño, pero a razón de la evidencia tenía que comprobarlo el mismo, hace tiempo atrás una extraña alianza formaron, pero por azares del destino ahora el revolucionario se encontraba extrañado por lo escuchado, ¿Kotori una vice-almirante?, el trago amargo bajaba por su garganta cada vez que pensaba en eso, alguien como ella quien en algún momento le ayudo en una causa noble ahora servía a una parte del enemigo que el mismo juro eliminar, pero bien era cierto que las cosas podían cambiar, no controlaba el flujo de la vida ni lo que podía ocurrir, por ende resignarse a aceptar el suceso que ahora sería una verdad era lo mejor que podía hacer.
En cuestión de horas se dispuso a viajar hacía el campamento de Las, la noticia habiéndola recibido con tan solo un día de anticipación le ponía en un aprieto, tenía que apresurarse para llegar al menos con el tiempo justo para presenciar todo, y así fue como contra viento y marea tomo uno de los barcos de la armada para zarpar hacía aquel lugar, en cuestión de horas llego, haciendo uso de sus habilidades para incrementar la velocidad a la que se movía, el día fue corto, apenas salieron hizo el esfuerzo sobrehumano de impulsar el barco tanto como podía gracias a los hilos que se sujetaban a las nubes, sin embargo la noche larga le daba tiempo para pensar en cosas desagradables, el mundo era un sitio de constante cambio y por la situación que vivía, el parecía ser el único que no avanzaba, y es que era por su vida como asesino que así eran las cosas, no podía cambiarlo, no quería hacerlo.
En la madrugada fue que logro llegar a su destino, el barco sin banderas distintivas arribo en una de las costas que rodeaba la isla, y apenas toco el suelo su cuerpo se desvaneció viéndose apenas su pie sobre la arena, en cuestión de minutos comenzó a recorrer el trecho que le separaba de su destino, la enorme plaza donde se llevaría a cabo el acto de nombramiento, podía ver que estaba cerca por las personas curiosas que se acercaban a presenciar tal hecho, como así también a una considerable cantidad de uniformados en azul que servían como seguridad para el evento, más gracias a su peculiar habilidad para pasar desapercibido fue que Jagger se pudo colar entre la multitud, ahí espero por unos momentos, expectante a las palabras del almirante de flota quien se regocijaba por el nombramiento de la fémina, poco le importaba ver el rostro del viejo, cuando en realidad esperaba ver a su ¿vieja amiga?.
Pronto los aplausos se hicieron a escuchar, la multitud se alzó en revuelo cuando el nombre de la mujer fue pronunciado por el alto parlante, Jagger ponía atención a sus movimientos a pesar de estar tan lejos, escuchando las palabras que decía la mujer, por un momento llego a pensar que todo se iba al demonio, no podría volver a hablar con ella, algo lamentable para personas como él quien pocos amigos tenían por el estilo de vida que llevaba….- Debo hablar con ella – Sentencio con calma, cubriendo su rostro con la capucha para no ser visto por nadie, entonces se fue escabullendo entre las sombras, todo con tal de buscar el momento para hablar con ella después.
En cuestión de horas se dispuso a viajar hacía el campamento de Las, la noticia habiéndola recibido con tan solo un día de anticipación le ponía en un aprieto, tenía que apresurarse para llegar al menos con el tiempo justo para presenciar todo, y así fue como contra viento y marea tomo uno de los barcos de la armada para zarpar hacía aquel lugar, en cuestión de horas llego, haciendo uso de sus habilidades para incrementar la velocidad a la que se movía, el día fue corto, apenas salieron hizo el esfuerzo sobrehumano de impulsar el barco tanto como podía gracias a los hilos que se sujetaban a las nubes, sin embargo la noche larga le daba tiempo para pensar en cosas desagradables, el mundo era un sitio de constante cambio y por la situación que vivía, el parecía ser el único que no avanzaba, y es que era por su vida como asesino que así eran las cosas, no podía cambiarlo, no quería hacerlo.
En la madrugada fue que logro llegar a su destino, el barco sin banderas distintivas arribo en una de las costas que rodeaba la isla, y apenas toco el suelo su cuerpo se desvaneció viéndose apenas su pie sobre la arena, en cuestión de minutos comenzó a recorrer el trecho que le separaba de su destino, la enorme plaza donde se llevaría a cabo el acto de nombramiento, podía ver que estaba cerca por las personas curiosas que se acercaban a presenciar tal hecho, como así también a una considerable cantidad de uniformados en azul que servían como seguridad para el evento, más gracias a su peculiar habilidad para pasar desapercibido fue que Jagger se pudo colar entre la multitud, ahí espero por unos momentos, expectante a las palabras del almirante de flota quien se regocijaba por el nombramiento de la fémina, poco le importaba ver el rostro del viejo, cuando en realidad esperaba ver a su ¿vieja amiga?.
Pronto los aplausos se hicieron a escuchar, la multitud se alzó en revuelo cuando el nombre de la mujer fue pronunciado por el alto parlante, Jagger ponía atención a sus movimientos a pesar de estar tan lejos, escuchando las palabras que decía la mujer, por un momento llego a pensar que todo se iba al demonio, no podría volver a hablar con ella, algo lamentable para personas como él quien pocos amigos tenían por el estilo de vida que llevaba….- Debo hablar con ella – Sentencio con calma, cubriendo su rostro con la capucha para no ser visto por nadie, entonces se fue escabullendo entre las sombras, todo con tal de buscar el momento para hablar con ella después.
- Spoiler:
Jagger hace aparición especial para presenciar la ceremonia de ascenso para Hella,
este será el único post que haré, ya que después con ella le daremos continuación en otro tema.
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