All hail our emperor! ~ [Dlanod]

La rutina era incluso algo aburrida para el todopoderoso Pmurt, todo comenzó como de costumbre. Dlanod se levantó abriendo las cortinas algo polvorientas de su habitación observando con recelo los primeros rayos de luz del día. Giñando un poco el ojo derecho, abrumado y medio dormido todavía, este puso ambos puños en la cintura mientras contemplaba la bonita mañana que se extendía él, un mundo que de aquí a unos años estaría dominado por este mismo. Sus ojos se recompusieron ya acostumbrándose a la luz del mañana y mostando una sonrisa sin enseñar sus dientes más blancos que el marfil, pues esto le gafaría atrayendo la más poderosa de las envidias a su persona, para no gafarse y mantener el equilibrio. Después de dislmbrar el mañana lo siguiente que vió nuestro protagonista fue dos rostros de dos mujeres que yacían abajo contemplando algo creado por los mismisimos dioses de la ciencia algo bello, poderoso y extensible. Dlanod comtempló los rostros de aquellas dos mujeres... Estaban boquiabiertas, Dlanod no entendió por qué hasta que bajó la vista a donde se encontraba aquel milagro. Dlanod comprendió todo al instante ¿Cómo había podido estar tan ciego? Era algo obvio, así que Dlanod concedió un gesto, un simple gesto que a la vista de criaturas con un entendimiento tan simple de la realidad como aquellas les parecería un presente divino. Dlanod acerco sus dedos índice y corazón a la boca y pasó su lengua ondulando a través de estos. Fue algo demasiado poderoso, las dos muchachas pusieron los ojos en blanco y se desmayaron al mismo tiempo de poner su mano derecha en el pecho, trump lo había vuelto a hacer... Había creado un milagro, uno tan poderoso como el de su antecesor Jhon, paladín del planeta Ceena.

Despues de hacer su buena obra del día, Dlanod comtempló como la luz había iluminado la sala mostrando una imagen, una foto de algo que apenas recordaba como yacían 4 mujeres en su cama, todas bellas y hermosas, rubias y pelirrojas. Dlanod se acercó a tomarles el pulso y llegó a una conclusión - No están muertas, solo están cachondas murmuró para si mismo, quererse a uno mismo es importante y Dlanod tenía tanto amor propio que probablemente no cabiera en el culo de muchas, estimado lector. Así pues Dlanod se puso su viril traje negro de macho, se abrochó la corbata, se puso sus broches y se acomodó los cojones pues todo estaba listo para comenzar no sin antes abrir la palma de la mano y soltar un par de billetes a aquellas señoritas que yacían impotentes en la cama, después de todo Dlanod era un ser generoso. Abrió la puerta la cual chirrió un poco y se fue directo al mismo lugar de siempre: La taberna.

Había muy buen ambiente en general, todos bebían felices y había un vocalista que para el gusto de Dlanod era bastante bueno ''- Oh Sinnerman, were u gonna run to, Sinnerman were u gonna run tooooo'' Dlanod memorizó las primeras letras de la canción, era pegadiza y sensual a Dlanod le gustaba. Se sentó en el mismo sitio de siempre, después de choca puños con Punset, su tabernero favorito, este le puso su bebida favorita un poco por supuesto pues aun no era la hora de beber como un cerdo, un Gintonic, Bombay con tónico de regaliz, exquisito. Mientras bebía punset se dirigió a Dlanod con su caracteristico acento para contarle un rumor que circulaba por la ciudad, Punset mentiría pero sabía muy bien como hacer enfadar a un ser superior como Dlanod. - '' ¿Oye sabes que hay alguien nuevo por la ciudad verdad tete? Anda diciendo que eres un Caranchoa''. El vocalista dejó de cantar y tocar su instrumento, la gente de la taberna miraba a Dlanod aterrada y golpe leve para Dlanod pero poderoso para el resto bastó para romper el ambiente de la sala así como el vaso donde se hallaba la bebida del mismo. - ''¿A ver ¿Quien coño es el payaso que va diciendo que Dlanod es un Caranchoa, estoy trabajando y la gente se pone a vacilar... Si es que ya no hay respeto...''  Dijo Dlanod con una mirada seria hacia Punset. Este le respondió con un tono tajante y ojos rojos probablemente efectos de alguna sustancia nociva para el organismo ''- Querido adalid del poder y la destrucción habla con Rafa el tete del Gym, él te indicará el camino''.

Así fue como Dlanod partió en la busqueda del payaso que le vacilaba cuando estaba trabajando. Llego al gym donde se enontraban muchos conocidos de Dlanod entre ellos Rafa Mora, monitor del gimnasio de la isla de la concha, un poderoso aliado con el cual Dlanod se dió un fuerte apretón de manos el cual generó un sonido más poderoso que el de los sacos recibiendo golpes. Así pues Dlanod se dignó a entablar conversación con tan poderoso hombre y tronista - Oye nene me han dicho que por aquí hay gente nueva que se dedica a vacilar a la peña ¿Sabes que eso en el artículo 900 del parrafo 50 de la guía de la calle se paga con la muerte a hostias verdad? Rafa entendió el mensaje al instante. Solo había alguien al que Dlanod no conociera en ese Gym y era un chaval que se estaba desahogando con un saco que a la vista parecía de boxeo. Trump había fijado a su objetivo y se acercó lentamente, no sin antes saludar a La Yenny que llevaba unos leggins que te abrian el alma en dos. Se acerco al joven y le soltó una cachetada así en plan gratuito y le dijo '' - Mira payaso, antes de ponerte a vacilar al papi vas a preferir que el Rafa te abra otro agujero en el culo''. Dlanod se cruzó de brazos esperando la respuesta al desafió que había lanzado al joven.

Aclaracion: