El Casino Conomi [Pasado]

Un día cualquiera, en esta ocasión el peliblanco había llegado a la isla para comprar víveres y esas cosas, una isla de paso antes de ir a las Islas Gecko. Pero caminando en busca de algún mercado o algo por el estilo, Kazama terminó encontrándose con un casino ~ Mm... Quizás podría multiplicar mis beneficios, se las voy a colar ~ Reía el samurai sabiendo que poseía una fruta capaz de manipular a nivel ilusorio a las personas y en un casino iba a ser perfecto para llevarse dinero por la cara. De modo que no dudó lo mínimo para entrar en aquel antro aparentemente bien cuidado y destacado. Había bastante gente jugando a las tragaperras y a todo tipo de juegos de azar dónde se involucraban las apuestas, sabiendo esto, sólo le daban ganas a Kazama de timarlos a todos ~ ¿La banca siempre gana, no? ~ Sonreía ~ Ya lo veremos ~ Seguía pensando mientras se iba a la mesa de Blackjack, pero antes iba a preguntar por ello y a pasar por la zona del cambio de dinero por fichas, pues todo era bastante grande y a parte, el blackjack no se veía, al menos a primera vista. De modo que se dirigió al primer tipo que parecía trabajar ahí, el de seguridad, con las fichas en mano, un montonazo, las tenía en una bolsa ~ Perdona, ¿la mesa de blackjack? ~ Decía con un tono seguro, acompañado de un traje de color negro y con una camisa blanca y una pajarita negra a juego. Y fundamental unas gafas de aviador en plan Rayban ~ Siga este pasillo y gire a la izquierda lo verá ~ Kazama asintió con la cabeza y se dirigió al lugar hasta sentarse y hablarle directamente al crupier empezando a color fichas con un valor de 200.000 berries, tenía más, pero quería tanto, no hacía falta.

Multitud de cosas rodearán el día de hoy, o mejor el día que pasó. Isla Conomi – Casino, en la tarde.

Un dia mas en mis multitudes de paseos o viajes por todas las islas de los Blues, provenía del Grand Line. Simplemente quería explorar nuevas aguas ya que no las conocía, ya fueron muchas por las que transcurrí en algunas capturé piratas sin igual... muy débiles por cierto, pocos eran los capaces de hacer frente, estos terrenos no tenían demasiado nivel para combatir, al contrario. En este caso escuché al llegar a la isla que habia un casino, wuauh, un casino, de cabeza fui allí, la codicia, la perversión, el alcohol... TODO, me llamaba a voces en aquel lugar.

Sin lugar a duda crucé las puertas de aquel maravilloso lugar, con mi amplia sudadera negra con capucha puesta ocultando mis amplias alas negras en ella y mis cuernos, así como mi rostro quedaba como una mera sombra oscura remarcando solo el contorno de las facciones de la cara. Desde ese momento mis recuerdos se volvieron borrosos...

Simplemente desde que recuerdo caminaba por uno de los pasillos del casino con un grupo de hombres y mujeres a mi alrededor que se hicieron “mis amigos” obviamente la pasta y el tener suerte llama la atención. Una bombón de cabello rubio, curvas de infarto, mi mano derecha quedaba cruzando por su espalda posada en su cintura y ella su brazo izquierdo en mi espada posada en mi cintura, mas a la derecha había otro bombón pelirrojo con un escote que te hacia olvidar todas las penas. A mi izquierda un hombre algo afeminado con pantalones de pitillo y de una altura similar a la mía, de metro noventa, mi mano izquierda se posaba en su cintura y la suya en la mía, mas a la izquierda otro hombre igual de mariposon. Mis alas quedaban extendidas en horizontal cubriéndolos a todos. ¿Alas? ¡¿Que pasó?! Ni idea, no recordaba cuando me quité la sudadera, ni el motivo, pero no me importó y a la gente de aquí tampoco, aunque eran bastante las miradas furtivas las que recibía. Mi torso quedaba al desnudo mostrando toda mi musculatura, mis tatuajes tanto del torso como del rostro, la fácil visibilidad de mi iris blanquecino, mis característicos pantalones negros y rojos donde ambos colores se juntan en forma de unas llamas, con una cadena enroscada en la pierna derecha y otra en la cintura. -¡A jugar!- Gritaba en ese momento en mitad del casino, separando mi zurda del hombre y alzándolo con el dedo indice recto. -¡Siii! ¡Yujuuu! ¡weeeee!- Varias voces de mis 4 compañeros clamaban continuar la diversión, entre aplausos y risas... Ineptos hipócritas... Solo me siguen por el dinero.

-Una mesa de Black Jack.- Señaló la rubia de mi derecha pegándose a mi cuerpo y señalando la mesa, habiendo unas 3 personas mas el crupier o banca. Entre ellos una persona de traje negro y gafas de aviador. “Humm” Quedé pensativo por unos segundos. -Pues claro ¡Vamos!- Rápidamente me acerqué y me senté, quedando mis 4 acompañantes a cada lado y ligeramente a las espaldas, para no entrometerse en partida ni molestar a la gente que hubiese sentada. Quedé a la derecha de aquel joven de traje negro y gafas de aviador. -Me uno a la partida, estamos para jugar ¡y vengo a ganar! Os voy a quitar la suerte.- Llegué fuerte a la mesa, sacando un montón de fichas para ponerlo sobre la mesa para que a la próxima ronda entrase en partida con el resto, seguramente el “aviador” ya hubiese jugado un par de manos antes de que yo llegase.

Tras finalizar esa ultima ronda, la cual apenas presté atención a lo que decia los jugadores. Yo estaba jugando y riendo con las mujeres y los hombres, escuchandose las risas de cada uno, mis manos pasaban acariciando el culito de la señorita de vestido corto y mi zurda por el del hombre de pantalones ajustados. -Jiji... Jaja...- Continuamente mientras esa ronda terminaba. -Señor... La apuesta mínima.- Se escuchó para llamar la atención por parte del crupier llamándome la atención para colocar la apuesta mínimo, despues al ver la carta se podía ir apostando mas. -¿Ehm? Si si...- Parecia sumamente despistado, cogiendo las fichas y arrojándolas a la mesa en un recuadro del tapete donde se coloca las apuestas de cada jugador. Tras cada uno dar la apuesta mínima, habiendo sido yo el ultimo empezó a repartir dándome a mi un 5 de Treboles.......

~ Es mi primera partida, veamos que tal, al llegar todos me han mirado el rostro, así que... Ilusión Completada ~ El crupier iba repartiendo las cartas, dejando dos en cada jugador tras haberla repartido de uno en uno hasta comenzar por Kazama una vez más, quien tenía una pareja de K's o reyes. Sabía que le faltaba un sólo punto para Blackjack, no dudó en pedir una carta más, que no iba a ser menos que el As de diamantes, obteniendo un resultado de 21 puntos, todos los demás, bajo el control visual de Kazama, sacaron menos puntos o se pasaron, como pasó con la banca ~ Primera ganancia, que suerte ~ Decía con una sonrisilla de pícaro de playa, no por nada, al joven peliblanco le salía esa sonrisa cuando algo le salía bien.

Nueva ronda, nuevas cartas. Comenzaba una vez más con Kazama, pues es el que más a la derecha estaba del crupier. Le dieron un 8 y un 4, faltaban 9 puntos para blackjack ~ Otra ~ Y le hace entrega de un 7 de picas ~ Uy... ¿Carta? ~ Dijo el crupier ~ Claro ~ No dudó el peliblanco. Y de esta forma, volvía a aparecer la carta perfecta para el joven, un 2, en este caso de corazones... Kazama parecía un máquina del blackjack, pero realmente se había pasado con cada una de las veces que había pedido carta, lástima que todos estén bajo una ilusión para no poder verlo ~ Wooooow, hoy es mi día ~ Gesticulaba con puño cerrado mostrando su confianza. Se giró ligeramente y al camarero que había cerca esperando órdenes de alguien, en este caso de Kazama, quien levantaba el brazo para llamar su atención ~ Ey, tráeme un cócktel, que sea afrutado por favor, sorpréndame ~ El camarero se inclinó por educación, siendo una reverencia ~ Sin problemas, señor... ~ Dijo eso esperando que le dijese el nombre o algo similar, Kazama le dijo su apellido ~ Wales, señor Wales para usted ~ Volvió a inclinar su torso y desapareció a por la bebida.

Pero de la nada, llegó un tipo muy raro. Parecía un ser bisexual o simplemente muy simpático, pues iba con una mujer de escultural cuerpazo y un hombre bastante afeminado ~ Vaya... Lo que se encuentra uno por aquí... ~ El tipo llevaba cuernos y alas, se cuestionó si era una Draqueen, pero Kazama prefirió no decir nada. El tipo parecía muy seguro de sí mismo, que iba a ganar y bla bla bla, cuando no sabía que si es por Kazama ese hombre no iba a oler dinero en toda la hora, pero evidentemente Kazama no era tan cabrón, pero si que no le iba a importar jugar un poco con los de la mesa. Kazama parecía más bien distante y frío. Quería parecer el típico jugador de azar callado y sin expresiones. Y de nuevo, el juego empezaba. El crupier repartía las cartas en teoría al azar, pero estando bajo el juego del peliblanco, todas las cartas que se daban a los jugadores, tenían un número y símbolo exacto que sabía el peliblanco. Al igual que el recién llegado, quién osó mirarle las gafas de aviador y por ende, el rostro, llevándole a la ilusión del peliblanco, quien era el rey de la mesa por el momento.

El crupier repartió carta. Dio dos a cada uno, desde ese momento, era cuando se pedía carta o no. Kazama tenía una vez más 20 pts. producto de una J y una Q, Sota y Reina para otros. Pidió otra carta y no fue otra carta que un A's, Kazama cerró el puño en señal de victoria ~ Blackjack ~ Los demás no tenían 20 pts. a excepción del recién llegado, que visto su apariencia, Kazama quería jugar con él al verlo tan... Especial, no sabía porque, pero sentía algo de él interesante. Le salió el 5 de tréboles porque Kazama quiso y también le salió una K' o el rey, obteniendo 15 pts. si pedía carta ese tipo le iba a salir otro 5, quedándose en 20 y si llegase a pedir una vez más, se pasaría, ya que le saldría un 7. Siendo cual fuese las decisiones del recién llegado, la banca le daría el dinero apostado al joven peliblanco quien parecía tener más dinero que el resto ~ Tenga ~ De la nada le trajo el camarero el cócktel de frutas ~ A lo que sorprendió a Kazama y habló ~ Oh, gracias, que bien huele ~ Dejaba el vaso en la mesa después de darle un trago para pasar de ronda, haciendo la acción de que pasa, que no iba a jugar esta ronda y aunque estén bajo los efectos de la ilusión, lo que iba a acontecer iba a ser real.

La ronda empezó repartiendo por el aviador, un rapido, sencillo... y joder que potra con ese As final, consiguiendo un 21, Black Jack. “Que suerte...” Quedaba pensando para mis adentros alzando la cabeza por un momento y pasando mi lengua por las paredes de la boca, con poco agrado por la dificultad de tener que superar eso, ahora me tocaba a mi, empezando con las dos clásicas cartas un 5 de trébol y un rey. -¿Carta?- Preguntó el crupier por mero procedimiento, era obvio que debía de pedir carta. -Un momento.- Estiré la mano al frente a modo de gesticular que parase un momento, mi mirada se giro a mi izquierda y a la derecha. -Genteeee.... Tenéis que darme suerte.- Quería mis cuatros acompañantes (dos hombres y dos mujeres), me otorgasen cierta fortuna. Mi mirada quedó finalmente al frente en dirección al mazo del crupier, donde el hombre me dio un beso en la mejilla izquierda, y la fémina rubia me beso en la mejilla derecha. -¡Suerteeeee!- Gritaron los cuatro al unísono tras dar el beso en cada mejilla al mismo tiempo. -Jejeje, perfecto. Ahora si, carta.- Sonreí ampliamente por el combo-beso de los dos para darme suerte y los ánimos conjuntos de los cuatro.

Me inclinaba sobre la mesa, posando mis manos desnudas sobre ella y expectante de la carta que saliese. Yyyyyy... un cinco. -Aghh, casi.- Alcé las manos de la rabia por tener simplemente un cinco, ahora mis posibilidad se redujeron drásticamente a la necesidad de As, ademas de que ya uno de ellos había salido, quedando solo 3 en total. -¿Carta?- Joder... otra vez lo pregunta, es obvio que tenia arriesgarme. -Genteeeee...- Volvía a hacer la misma expresión de antes llamando a mis compañeros para darme suerte. -Voy a necesitar esta vez mucha mas suerte que antes.- Pero esta vez, esa suerte la iba a buscar yo, directamente mi zurda paso por el cuello del hombre y acompañante de mi izquierda para conducirlo hacia mi, mientras mi rostro se gira hacia el para darle un potente morreo, apasionado y muy salvaje que lo acabé dejando si aire, un espectáculo fácilmente visible por todos los presentes y en especial del aviador al estar mas cerca; y quien no le gustase que no mirase. -Wuaah... uff... - El hombre afeminado tras separarse del beso que no se esperó para nada quedo boquiabierta, moviendo su diestra a modo de abanico en su rostro para que le llegase aire. -Ahora tu mi rubia de buen culo.- Quería mas, y acto seguido me giré hacia la rubia de mi derecha para agarrarla del cuello con mi zurda y atraerla hacia mi, para besarla de una pasión sin igual y suma dureza, igual que al hombre, mientras la diestra pasaba por su trasero jugosamente. Tras separarse también le faltó aliento, pero no pudo expresar palabra alguna. -Jopeeee... Yo también quiero.- Exclamaba la pelirroja con algo de celos y ganas de jugueteo, dando pequeños saltitos vislumbrandose como sus grandiosos pechos rebotaban de ese ajustado vestido. -Jeje, no te preocupes, ahora después, ponte a mi lado ahora. Crupier...- Di una pequeña palmada en el trasero de la rubia, en señal para que se cambiasen de sitio y quedase la pelirroja a mi lado, para llamar la atención al crupier, que quedaba con mente en blanco... “Estos heteros...” Obviamente se quedó mirando a las chicas y se quedó en su mundo, hasta que reaccionó con mi llamada. -Carta.-

Lentamente con suspense, o al menos para mi impresión fue como a cámara lenta, el crupier levanto carta hasta posarla al lado de las mías. Un 7... Sin palabras, simplemente lleve mi zurda a mi cara con total deshonra por perder, siendo mi dinero retirado, el resto de jugadores y crupier jugaban y perdían, siendo todo el dinero entregado al aviador. Se le entregaba una bebida por parte del camarero y hacia señal de que esta ronda no iba a jugar. Mi mirada quedaba posada de reojo en el, con el ceño fruncido, quería... la revancha, pero no se lo diría abiertamente. Pero pasando a otra cosa... Mi mano lanzó la apuesta mínima, esta vez no estaba tonteando, el resto de jugadores hizo lo mismo salvo el aviador. Esta vez empezaba la ronda en mi. Poseía una K de Corazones y un 2 de corazones, un total de 12. -¿Carta señor?- Nuevamente el crupier preguntaba si deseaba una carta mas, tenia un triste 12. -Jeje, un momento.- Otra pequeña pausa para un ritual, por llamarlo de alguna manera, para obtener suerte... Me encantaba el vicio, los juegos, las mujeres, los hombres, el alcohol, el tabaco no. -A ver pelirroja, ven conmigo.- Mi diestra pasaba por su cintura para apegarla totalmente a mi, sintiendo sus pechos en mi pecho, dándole otro potente morreo con lengua fácil de ver el erotismo por todos los presentes. Tras ello mis besos pasaron por su cuello hasta ir descendiendo por su escote y pasar mi lengua por ellos. -Seguro que tus pechos me dan buena suerte.- La miraba a los ojos con suma seducción y con una mano agarraba uno de ellos entre las risillas de la mujer. Giré mi cuello hacia el aviador que no jugaba esta ronda. -Ehh... eh tu, el aviador. ¿Como te llamas?- Abiertamente quería llamar su atención y preguntarle su nombre. -Muy bien, señor ______ (el nombre que me hayas dicho) ¿Crees que estos buenos pechos me darán suerte?- Con la mano los movía para que los mirase bien, eran increíbles, seguro que me darían suerte y seria un loco si no lo afirmase. -Jajaja, yo creo que si me lo darán y si no... luego los aprovechare.- Ganase o perdiese haria unas cosas demasiado eroticas con esos pechos, con el culo de la rubia y con los otros dos afeminados, seria una gran fiesta. -Que travieso jiji.- Mencionaba la pelirroja tras mis palabras atrevidas. En ese momento volvia a llevar mi cara a sus pechos para hundirlo en ellos y besarlos. -Jajajaa. Venga.... sigamos, carta.- Sacaba mi rostro de allí para de una vez pasar a la carta... Siendo un 9 de Corazones, un total de 21, con todas las cartas en corazones. -Black Jack señor.- Enunciaba el crupier. -¡¡Yujuu!!- Exclamaba mi victoria, dando un pequeño bote del asiento, junto con la euforia de mis cuatro acompañantes en un buen jaleo y felicitación, jugaron los otros 2 jugadores y el crupier, perdiendo, otorgándome el dinero a mi. -Espero chaval que esta vez juegues, quiero cobrarme la de antes.- Estire la zurda para señalar al chaval que pregunté su nombre, queriendo mi revancha.

Después de un blackjack por parte de Kazama en el cual había manipulado fácilmente para llevarse lo apostado, lo último que se esperaba Kazama era que el tipo de al lado perdiese el tiempo morreándose con hombres y mujeres ~ Que maleducado ha salido el chico... ~ Decía para sus adentros el peliblanco, pues esas acciones no le gustaban por ser un sitio público, pero bueno, por otro lado le hacía gracia, tampoco era para tanto ~ Menudo salido... Ja ja ja ja ~ Se reía para él mismo distraído con su montón de fichas, agrupándolas por el color y valor de la moneda. Se molestaba en colocarla en montones que iban de menos a más mientras daba comienzo la segunda ronda. Kazama estaba atento a todo observando la jugada real.

El crupier dio las cartas, en el turno del bisexual que acababa de llegar, se molestaba para morrearse una vez más. Kazama se echó apoyando la espalda en el respaldo y haciendo movimientos de cuellos semicirculares ~ Dios mío... Lo que va a tardar... Como siga así me voy al Póker ~ Pensaba desde la silla ya observando el panorama tras sus peticiones sexuales ~ Ja ja ja ja ja... Sí... Sus pechos... ~ Se reía pensando en la manera de adquirir "suerte", a Kazama le parecía gracioso cuanto menos, pero antes de que siguiera el crupier, la pesadilla del momento quería alargar la partida y al peliblanco le molestaba no estar jugando, pero se aguantaba y lo disimulaba lo mejor que podía. Y encima de todo eso, el chico raro decía lo mismo pero preguntándoselo a Kazama, este dudó un poco en que decirle, simplemente se rió un poco ~ Ja ja ja... No lo se... Nada es seguro, todo es posible ~ Dio una pausa para beber de su cócktel ~ Y llámame Señor Wales si me trata de usted ~ Kazama no se iba a molestar en decirle como tratarle de tú, básicamente porque no le salía de él y le pareció fenomenal que ese tipo fuese educado. Y para suerte de ese afortunado o por las tetas de aquella mujer.

PUM, Blackjack

~ Sí hombre... ¡Ja ja ja ja ja ja ja! ~ No se lo creía Kazama, fue de cina, como de cámara oculta. Pero se tomó en serio lo de las tetas ~ ¿Darán suerte de verdad? ~ Kazama a parte de travieso, ¿Querría conocer realmente la fortuna? Pues la respuesta es que... No, lo hacía para colársela con la ilusión a ese señor y solo restregar la cara dónde no le llaman ~ Oye, me dejarías probar esa suerte si es tan amable? Señor... ¿? Querría comprobar si es fiable ~ Decía seriamente, con cara de póker ~ Si aceptas participaré contra tí como revancha ~ Usaba como excusa tonta, si realmente le daba igual diría vale sin problemas. Si decía que sí alegría y las risas para el muchacho de pasarlo bien, de lo contrario no pasaría nada. Tras ello, se giró miró al crupier y le miró empleando una voz tranquila y misteriosa ~ Reparte ~ Si dijese que sí o que no el señor X, me iba a sentar igualmente, como dije, Kazama solo quiere meterse donde no le llaman haciéndose pasar por alguien y no sabe ni quien. Las gafas lo hacen todo creo ~ Suerte para tí... Je je je ~ Decía riéndose. Se centró en el crupier quien finalmente le dio la segunda carta ~ Je... Que tontería jugar a este juego teniendo mi poder... ~ Pensaba observando ya sus dos nueves para no fliparse tan pronto, mientras que los demás tendrías X cartas y el rival de Kazama dos ochos. Estaba claro que Kazama lo iba a manipular, pero antes quería hablar ~ Dime... ¿Hacemos una apuesta antes de ganar esta partida? ~ Sólo quería marear para terminar ganando la partida y hacerla más larga y conocer de ese hombre raro, no quería tener nada en contra de él, de modo que quería conocerlo. Kazama es un buen chico, pero hay cosas que para él no se deberían hacer en público y besar a hombres de esa forma, no le hace mucha gracia, pero esta vez sí, se libró por la mujer...

Wales, señor Wales. Ese parece ser el nombre de este individuo, cuyas palabras parecían transmitir la inseguridad de si daría suerte o no estos buenos pechos de la pelirroja. Mi expresión de felicidad era claramente de notar, sobre todo ante la expresión del Señor Wales al no creérselo. Eso lo motivaría, aunque no tardó en ofrecerme algo a cambio, diciendo que para participar quería probar de esa suerte. -¡¡Jajajajajaja!!- Me reí abiertamente, no me esperaba algo así de alguien tan aparentemente estirado como el. Chasqueé los dedos de mi derecha. -Pelirroja. Haz que vea el paraíso.- La pelirroja no respondió, simplemente miró a Wales y se mordió el labio inferior con picardia, se acercó a él y agarrandolo de su cabeza e hizo que hundiera su cara en sus blandos y perfectos pechos. -Jajajajaja.- Me reí de lo directa que era esta mujer, no pude evitar dar algunos golpes en la mesa involuntariamente haciendo que algunas montañitas de fichas se desmoronasen. Tras un buen rato sacó la cabeza de Wales y le propinó un beso en la mejilla para volver a su sitio contoneando el trasero jugosamente hasta estar a mi lado.

Suponía que con esto accedería a jugar la revancha, los otros dos participantes ni pinchaban ni cortaban, casi era como si no estuvieran. El crupier accedía a repartir a cada uno las cartas poseyendo en mi caso dos ochos y el rival dos nueves. Números bastantes cercanos entre si, pero para subir la tensión el quería aumentar la apuesta, algo mas a lo normal. Lleve mi mano izquierda a un bolsillo de mi pantalón para sacar un fajo de billetes de berries. -El dinero juega.- Normalmente no se podía jugar con dinero en metálico, pero esta debería ser una excepción, no me quedaban mas fichas para subir a algo desorbitado. No sabia ni cuanto era y me daba igual. -Aquí irán aproximadamente 50 mil berries. ¿Te va bien?- No tenia mas, el resto lo perdí por motivos varios... Debería volver a la Caza para poder continuar en un futuro con mis gastos lujosos y mi derroche desorbitado... Es que el dinero no me dura en las manos.

Suponía que accedería o pondría algún valor semejante a mi apuesta, el resto se retiraron, no podían igualar el dinero. El crupier dio la primera carta boca abajo al aviador primero, la segunda a mi. El crupier me miró antes de que tan siquiera le hiciera una señal, esperaba que le diese luz verde, pero sabia lo que venia -Pelirroja ¿Me darás suerte nuevamente?- La chica se mordía los labios para directamente ella misma lanzarse a mi boca y dar un buen morreo que me dejaría a MI sin aire. Incluso la silla se inclino hacia atrás quedando en dos patas por un momento, casi cayendo hasta que hice equilibrio con el culo y quedar en su sitio. -Jooooder tía. Me encantas.- Nuevamente me abalanzaba sobre ella para devolver ese apasionado beso mientras una de mis manos agarraba uno de sus pechos y la otra en su culito. Pero el crupier tosió disimuladamente para interrumpir o incluso el “rival” también se molestase. Paré de dar el espectáculo, llevando mi diestra a mi cabello para recolocarlo de nuevo, asintiendo con la cabeza al crupier para que procediese. Donde finalmente lenvantaria al unísono ambas cartas para el duelo. Obviamente acabaría perdiendo ante el desconocimiento de su poder.. -¡¡Mierda!!- Expresaba levantando las manos con odio, pero finalmente suspiraba. -Tendré que volver a mi trabajo, no me volveré rico hoy.- Negaba con la cabeza, vine con la esperanza de volver al Grand Line podridamente rico.

Decía al tipo con cuernos tras una buena carcajada, no se lo creía el peliblanco ~ Menuda cachonda ~ Pensaba mientras se centraba en la partida. El hombre quien no había dicho su nombre dejando las palabras que había usado Kazama en el trastero. Sólo tenía 50 mil berries y era todo lo que tenía ~ Sino tienes más, que remedio... ~ Decía desilusionado, no podría sacarle más dinero de lo que tiene. Repartió cartas, pero el otro retrasaba el juego mareando a la pelirroja ~ Jodeeeer... Que pesao... ~ Reflexionaba aburrido el peliblanco apoyándose en la mesa algo estresado, llegándose a echar el pelo para atrás. Pero finalmente trató de zanjar el tema, pero evidentemente el joven se llevaría la partida ganada, no con un Blackjack para no sobresaltar, pero si por un punto más que la banca y que el otro tío.


Por otro lado, después de una partida determinada por el poder del samurái de pelo blanco, el otro tipo parecía estar disgustado, pensando en el trabajo. Kazama evidentemente que desconocía el trabajo de ese tío, ni le iba a preguntar ni mucho menos, pero si que sintió lástima al oir sus palabras, y le devolvió los 50 mil berries de la apuesta en el formate que él mismo pagó, dejándoselo delante suya ~ Te lo devuelvo. Y no lo apuestes contra mí, no me gustaría tener que volver a devolvértelo ~ Decía con sinceridad el peliblanco, quien se levantaba para irse a otra mesa de Blackjack, justo a la que tenía detrás con 4 de 6 asientos llenos después de haber recogido las fichas ~ Si me disculpas ~ Inclinaba ligeramente la cabeza por educación ~ Pero me parece una falta de respeto que no me haya dicho usted su nombre o el apellido y usted lo mío si lo sabe ~ Decía marchándose

No podía evitar sentir esa sensación de derrota, pero no dejaba de ser parte de nosotros, de la humanidad, no se podía ser perfecto ni tener siempre suerte en todo... Mis brazos quedaban colgando y movía el cuello tratando de relajar los músculos, estaba a punto de pasar a la siguiente etapa, a volver al trabajo ya que no tenia dinero. -Aiishh... una pena chicos y chicas, ya no podré jugar mas por hoy, al menos la Suit del hotel está pagada.- Mis manos se posaron en la cintura de la pelirroja y del chico afeminado, al menos afiance la noche de la Suit antes de gastármelo, que capaz era de hacerlo.

Sin embargo el aviador se levantó de su asiento y me ofreció de vuelta mis 50 mil berries, ademas de preguntarme por mi nombre, quedé algo sorprendido; uno por darme el dinero de vuelta y otro por no decirle mi nombre. -¿No te lo dije? Me había olvidado, es lo que tiene tener un par de copas encima. Me llamo Ghul.- Y era la verdad, ni me había acordado, le mencioné mi apellido, pero no mi nombre, algo menos conocido, aun así mi fama no es apenas reconocida. -Por el dinero no tendrias que preocuparte.- Estiraba la mano para coger el fajo de berries y me los volvía a guardar, obviamente no era tonto y no iba a rechazarlo. -Mi trabajo me permite ganar bastante dinero. Soy bueno en mi profesión....- Mencionando aquellas palabras no le miraba a el, sino que mi rostro estaba orientado al crupier, dejando a mi izquierda el aviador. -... es lo que tiene ser un cazador. Entregar buenos ejemplares.- Se podía entender de muchas formas, ya sea un “Caza-recompensas” o un cazador de animales que vende sus pieles, intuir directamente el ser un Caza-recompensas podría ser erróneo, o puedo que temeroso si lo piensa un pirata al correr peligro. Dirigí un momento la mirada hacia al hombre afeminado mas cerca, asintiendo con la cabeza, sacando de un pequeño bolso tipo deporte, un par de guanteletes, los míos, mis garras, posandolos encima la mesa de juego. -Cazo... gente.- Saqué la zurda de mi bolsillo golpeando la mesa con un cartel que pone WANTED . Mi tono de voz había vuelto algo mas grave, seria y de ultratumba. Cogía las garras y me las ponía. Desviando lentamente la mirada al aviador. -Gente... como tu.- Se veía claramente en el Wanted la imagen del aviador. -Señor Wales o mejor quise decir... Kazama.- Sonreí de medio lado, con un aspecto siniestro en mi, unos ojos blancos clavados en él. -Será mejor que empieces a correr.- Un simple consejo, de cazador a presa.

Corriese o no, yo me levantaba de mi asiento, elevando la diestra hasta la altura de la cabeza y la descendia con la mano abierta, rajando con cada dedo la mesa hasta que se fraccionó en 4 fragmentos al instante creando un caso en el momento, gritos de muchas personas, incluyendo de mis acompañantes que no sabían que pretendía. Al momento de desmoronarse dicha mesa y salir corriendo algunas personas entre gritos me abalanzaba sobre el aviador con la intención de realizar un ataque de derecha a izquierda con la diestra a la altura de su pecho para intentar causar cortes en él, en señal de que no iba de coña, iba... a cazarlo.

Una nueva relación entre dos facciones estaba a punto de consagrarse. ¿Amistad, odio, rivalidad? Quién sabe, eso se iba a determinar a lo largo de este tema, pues Kazama nunca ha tenido problemas con nadie ni los quiere tener, a excepción del gobierno y algunos piratas inmorales sobretodo. Quitando lo pesado con los besos apostando, le parecía simpático, para el samurai peliblanco era una lástima que ahora tuviesen que enfrentarse, ya que a medida que ese hombre tan extraño hablaba, iba dando más información de sí mismo después de que Kazama le devolviese su dinero ganado. Resultaba llamarse Sr. Ghul, pero además de eso, era un Cazador de recompensas, conocía al peliblanco de sobra por un WANTED que sacó de alguno de sus bolsillos con unas palabras amedrentadoras. Al tipo se le veía muy confiado con su tono de voz y seguridad en sí mismo. El pirata llegó a dudar en un momento cuando escuchó que quería el ejemplar de Kazama, quien se paralizó por momentos. Simplemente se había quedado en blanco, nunca pensó que esto le fuese a pasar tan pronto, que un cazador vaya a por una mísera recompensa de 35 millones, esto le produjo una sensación de seguridad en el peliblanco ~ No será tan fuerte después de todo ~ Decía para sí mismo para ver cómo adoptaba una forma agresiva rebentando la mesa de blackjack y por ende, que el local se fuera vaciando por el temor a que esa bestia indomable les fuera a atacar ~ Vaya, que loco ~ Flipaba el peliblanco, a unos 2 metros de Ghul, estando en mitad del largo pasillo, para observar como luego miraba a Kazama e iba a por el mismo con un sólido puñetazo.

En este punto, el astuto peliblanco ya se había percatado de sus extraños guantes que poseían unas cosas que sobresalían, con la capacidad de hacer daño extra sin un golpe directo. Y con respecto a la ofensiva de ese tipo, simplemente al verle la intención de atacarle y acercarse, no hizo otra cosa que saltar hacia atrás, subiéndose a la mesa de blackjack que había en frente de la otra, y que estaba a 3 metros de la espalda del espadachín ~ Eh, eh, eh ~ Decía con una postura similar a la de cuando pides calma ~ Muy bien que seas Cazador, ¿Pero por qué me tienes que cazar ahora? ~ Preguntaba para ganar tiempo y haciéndose un poco el tonto ~ ¿No prefieres que gane más WANTED, y el día que vengas a por mí, te permitas dejar tu trabajo? ~ Decía sonriendo. Y acto seguido, adoptaba una postura de fanfarrón para contestarle sabiendo la realidad ~ De todas formas, aunque quisieras... Hoy poy hoy no podrías cazarme ~ Y era verdad, pues el otro tipo desconoce el poder de la fruta de Kazama, haciéndolo entretenerse contra un clon mientras en la realidad escapa. Si eso lo sabía en el futuro o poseía el famoso Haki Mantra, ya era otra cosa ~ Aunque si quieres pelea, perfecto, me vendrá genial para no oxidarme. De lo contrario aún podemos tomarnos unas copas ~ Le decía con una sonrisilla de pícaro de playa mientras desenvainaba una de sus katanas, la de su lado izquierdo, la Wazamono que adquirió, intuyendo que el otro iba a querer pelea sí o sí.

Mi garra pasó a escasos centímetros de distancia de Kazama, tuvo unos reflejos decentes y un buen movimiento para alejarse hacia aquella mesa. No pude evitar esbozar una sonrisa de medio lado ante la reacción por su parte, me gustó, puede que no fuese un simple pollito en los mares y pudiese otorgarme algo mas de diversión. Escuché las palabras del pirata, que resultaron de lo mas interesante. Llevé mi zurda acariciando mi barbilla, rozando con las cuchillas levemente mi rostro sin dañarme, no podía evitar que el pensamiento del símbolo del berrie pasase por mi cabeza una y otra. “Una inversión a futuro...” Lo veía como un empresario o un banquero, ahora mismo su valor es 35 millones, que serian 4 tonterías y se perdería, pero si alcanza un valor mayor seria mucho mejor, toda una inversión. -El valor por tu cabeza es apropiado para el mar en el que caminas. Pero eso de que el valor aumente me llama la atención.- Me encogía de hombros dejando una postura relajada. -Pero si realmente crees que tu valor puede engordar, pues oye, has captado mi atención.- Estiraba la mano derecha gesticulando a modo de invitar a hacerlo, así como de haberme llamado sus palabras.

Di unos pasos hacia mi izquierda acercándome a una mesa desolada mientras la gente de nuestro entorno gritaba y huían despavoridos. -Se han dejado un Wisky, tiene delito.- Con la garra de mi zurda sostenía el vaso y lo llevaba a la boca para beberlo de un único trago en plan chupito, la bebida estaba entera sin apenas consumir. -Ooohhh...- Esbozaba un suspiro de lo fuerte que estaba. -Pero comprende que mi trabajo no es fácil, no puedo dejarte escapar así porque sí. Pero si realmente eres bueno como dices y puedes crecer ese precio que cuelga sobre tu cabeza, podrás “escapar” de mi.- Mencionaba ese escapar, haciendo el símbolo de las comillas con los dedos de cada mano, no podía dejarlo escapar porque si, pero al menos si me tenia que demostrar que podía crecer su valor, que al menos tiene dotes para hacerme frente o para poder escapar de mi, sobre todo esto ultimo, aunque con esas comillas trataba de trasmitir que no seria muy duro, simplemente que pudiera demostrarmelo, ya que no le pondría demasiado empeño, pues en el momento de la verdad que huyese seria en plan "uuuyy que no puedo seguirlo".

A medida que iba hablando daba unos pasos cerca de la mesa de poker desolada, pasando mi zurda por el respaldo de una de la sillas. -Así que bueno... ya sabes, gánatelo. ¿Empezamos?- Estaba claro que no iba a aceptar esa copa, aunque tampoco sabia si iba enserio. En cuanto termine mis palabras dejando aquel interrogante mi zurda se aferro a dicha silla, para enviarla hacia adelante, arrojándola en dirección hacia Kazama, concretamente en dirección a su pecho. Inmediatamente acorté la distancia en dos rápidas zancadas, estando posiblemente el aun encima de dicha mesa, recibiendo o haciendo frente a la silla arrojado, para cuando estuviese cerca estirar mi pierna derecha de manera frontal con la intención de golpear con la planta de mi bota dicha mesa y enviarla a volar, volcandola y posiblemente derribando al pirata o al menos desestabilizandolo. -¡¡Uaah!!- Gritaba de manera colérica cuando daba aquella patada a la mesa.