Atraco en Alta Mar [Tarea]

por Invitado Vie Ene 13, 2017 3:41 pm

Misión // Tarea:

Restaurante Baratie ~ 14:33 p.m ~ Puerto

~ Baratie... Y yo pensando que era una isla, pero si es un restaurante, y muy grande ~ Pensaba tratando de atracar el barco de doble vela que no tardó mucho. Acompañado de Mat y la mujer que se llevó del baño cual esclava. Kazama no entendía porque tenía que venir la chica, pero si era capaz de ser útil para la misión que había que hacer, el peliblanco no tendría nada en contra, pues pensaba que era simplemente la vagina personal de Mat. Ya que viendo su actitud, no le extrañaría para nada. Ambos espadachines y la chica sabían de que se trataba exactamente, pero, ¿Cómo lo llevarían a cabo? A Kazama le brotaban las ideas, sabiendo que posee la Akuma de las ilusiones, un poder cuanto menos interesante, desde luego, porque, ¿Hasta que punto llega la ilusión? ¿Cuando estás en ella? Quien no sepa nada ni lo pueda intuir y sufra los efectos, la mayoría, o mejor dicho, todos, o al menos por el momento, nadie lo ha descubierto, ya que se molesta en tratar de ser meticuloso con sus acciones y evitando decirlo. Kazama podría ser un arma muy útil y él lo sabe, por ello que no se lo ha contado a nadie.

~ Oye Mat, ¿Tienes algo planeado en mente para hacer la misión? ~ Esta misión fue ingeniada por el joven peliblanco al escuchar unas conversaciones por parte de unos señores bien vestidos el día que estuvo en Notice. Ese mismo día conoció a Mat, y después de separarse, lo buscó para pedirle ayuda e ir a medias en el reparto de las ganancias, que podría ser muchísimo, pues baratie era la cantera de los mejores chefs del mundo. También se acordó de la chica, no menospreciarla y preguntarle por si tenía alguna idea ~ Oye, tú... Te llamabas... ~ No le salía el nombre de la chica ~ Bueno, eh... ¿A ti se te ocurre algo? ~

Estaba todo abarrotado de barcos de lujo y de buen status social. Iban y venían nobles caracterizados por sus andares, postura y vestimenta sobretodo. Parecían muy majos entre ellos, y tampoco se alteraban por ver Mat, quien era una mala bestia y con cara de atracador ~ Bueno, ya que estamos aquí, ¿Por qué no pedimos una mesa? Quiero probar la comida de aquí, y sólo he escuchado maravillas ~ Kazama era directo, pues ya sentía algo de confianza con Mat, pues la cogía rápido el peliblanco. Aunque si su nuevo conocido no quisiera, había tiempo de sobra, pues se iban a quedar varias horas al parecer, porque habían contratado a un showman y todo. Y sólo con ver el folleto que repartían se podía ver todo lo que iban a hacer en el evento de hoy.

por Invitado Sáb Ene 14, 2017 5:40 am

La vida es como una caja de bombones, que verdad más profunda es capaz de escupir una película. Tal era el caso que Kazama, Mat y la pequeña morena que no se dignaba a soltar su nombre habían llegado a un pequeño acuerdo, cooperarían lo suficiente como para llenarse los bolsillos y así poder volver a sus particulares viajes. Lo poco que Mat sabía de ellos es que ambos eran piratas, pues ambos tenían recompensas sobre sus cuellos. La chica era una mujer directa y ruda, digna de una amazona y Kazama era visto por el hombre del cielo como un ser refinado, inteligente, algo patoso o quizás ingenuo, al menos eso denotaba, pero le recordaba mucho a la realeza de Skypiea, es decir, su familia. Mat había sido domesticado entre algodones, allí aprendió su sofisticado estilo de pelea y a su vez un amplio vocabulario y maneras, que de tener que ser usadas, lo serían, como en esta misión. - ¿Qué si se me ocurre algo? ¿No está claro? Tenemos que hacernos pasar por personalidades importantes, hoy somos nobles, comportaos como tal. – Los tres llegaban, los tres elegantes, por parte de Mat, el pirata vestía un elegantísimo traje negro, con corbata rojo intenso, unos zapatos de piel negros y en general una equipación negra, de piel. Matheo estaba realmente elegante, caminaba con soltura, solía mostrarse muy confiado, pero con aquel contexto este punto era mucho más visible. Sorprendentemente, era un noble más. Lo gracioso es que así era, aunque ninguno de sus compañeros lo supiera.

-Pueden tomar cualquier mesa del ala sur, todavía hay espacio, yo les recomendaría los asientos 60, 61 y 62, son los que está más lejos de los servicios jajaja ... Es decir ... Disculpe por las confianzas, no sé en que estaba pensando ... - Mat sonríe, tocando el brazo de aquel caballero en señal de confianza. - En ese caso tendremos en consideración su oportuna información y le haremos caso. – Dice sonriendo. La graciosa conversación da paso a que los tres piratas se adentren en la sala principal. Toman asiento en una de las mesas del ala sur, antes de sentarse, separa la silla de su acompañante femenina, para después sentarse el. Como cambiaba la vida, esa mujer había pasado de ser el premio de Mat, es decir, una víctima de la bestia a ver como su captor le cedía un asiento de manera cortes y educada e incluso la miraba con devoción. Se aproxima uno de los camareros, entrega las cartas. - Tomaremos un Sawpon de Ruiz señor, de las tierras del norte de Shimotsuki, traiga la botella por favor. - El camarero afirma con la cabeza. - Claro señor. - Y se va. Era más que posible que sus compañeros no supieran de donde había sacado aquellos modales y esa forma de comportarse, ciertamente a cualquiera le llamaría la atención. Mientras el encargo de la botella está en camino se puede ver como el Baratie se va llenando de gente, en su mayoría son nobles y como tales van acompañados de seguridad, lo curioso es que mucha de esa seguridad eran marines y no guardias de seguridad privada, ¿Sería por algo?

Mat se quita unas gafas negras que ocultan su rostro y las deposita sobre la mesa. – Antes que nada, esta gente está más que acostumbrada a que les roben, bueno a que les intenten robar, así que abandonad cualquier idea de actuar individualmente. - Suspira. – Actuaremos en conjunto, de momento como dice Kazama disfrutemos de la comida o más bien del vino, no os hacéis una idea de lo caro que es lo que acabo de pedir.- Sonríe. - todavía nos queda tiempo, el salón no está ni a la mitad de su capacidad, hemos llegado demasiado pronto. - Llegan las copas y la botella, Mat le da un sorbo pequeño, nada que ver con aquellos tragos gigantes, ciertamente parece otra persona. – Y si alguien necesita sentirse tan importante como para salirse del papel, lo mato. - Da otro trago. - Hay demasiado dinero en juego. -

por Invitado Sáb Ene 14, 2017 9:55 am

No sabía bien cómo había llegado hasta ahí, hasta estar junto a otros dos piratas, a punto de dar un golpe. El plan era atracar a unos nobles en aquel restaurante y salir desapercibidos. La verdad es que no estaba con aficionados: sus dos compañeros eran famosos piratas más que conocidos y con recompensa sobre su cabeza, así que confiaba en que harían bien su trabajo, pues ella no dudaba de sí misma, sabía lo profesional que era y que no fallaría. Tenían que entrar en el restaurante haciéndose pasar por nobles, por personas respetadas con un alto poder adquisitivo, así que los tres iban vestidos como la ocasión exigía. La mujer vestía con un mono azul marino sin mangas que lucía con un gran escote, dejando entrever sus armas de mujer (?), agarrado un cinturón de tela a la cintura, unos tacones, joyas de oro que se compenetraba con sus ojos amarillos, y un minibolso de fiesta. La verdad es que Neith no solía vestir muy arreglada, pero cuando lo hacía, imponía. Sobre su hombro derecho, guardaba reposo Ra, su halcón, el que también actuaba siempre con grandeza, todo el mundo se le quedaba mirando y él lo disfrutaba. Aunque éste era bastante independiente, y a veces se pasaba días sin ver a Neith, siempre volvía en su encuentro.

Un caballero se les acerca, recomendándoles unos asientos que aceptan, toda una conversación del nivel de aquel acto social. Dicho esto, se dirigen allí, donde el pirata vestido de negro le cede el asiento a su lado, que hasta que no se sentó ella, no le siguió él. Desde luego no parecía un pirata, con la manera en la que estaba hablando y cómo actuaba, se había mezclado con esa gente bastante bien. Se sentó con una sonrisa y se cruzó de piernas, miró el lugar, luciendo su lujoso maquillaje y su tatuaje: a ella también le gustaba presumir cuando se arreglaba tanto. El pirata, Mat, pidió una botella de vino que no conocía, pero que sabía de seguro que sería bastante cara y que sería una de las pocas ocasiones en las que podría probarlo. Parecía que éste le había leído la mente, pues el vino era la bebida alcohólica que más apreciaba Neith. Mat comienza a hablar, explicando por encima el plan y lo que harían a partir de ahora: actuarían en grupo, y en un rato, pues llegaban temprano. Por último, una amenaza para concluir su monólogo, algo que estaba más que claro pero que era conveniente recordar: no salirse del papel. Coge su copa, balancea un poco el vino, se lo lleva a los labios, sin probarlo, solo oliéndolo, y luego le da un pequeño trago. Cuando deja dicha copa en la mesa, se le dibuja una sonrisa. - Está excelente. - Se dirige a Mat. - Parece que sabes de vinos. - Hablaba con un tono de voz bajo, casi en un susurro, aunque era suficiente. No sabía de dónde sacaba el pirata ese buen gusto, a primera vista parecía el típico pirata maloliente, desagradable, sin educación y asqueroso que te encuentras en cualquier taberna a casi cualquier hora, pero esa nueva imagen estaba sorprendiendo a Neith para bien. - ¿Cuántas más sorpresas tienes escondidas? - Dijo con una sonrisa, estaba disfrutando el ambiente y porqué no, camelarse un poco.

OFF:

por Invitado Dom Ene 15, 2017 10:11 am

Sabía de vinos y tanto que sabía, Mat sabía muchas cosas que hoy día no le servirían para nada, pero que en su momento le fueron enseñado para ser el siguiente rey de una larga dinastía, los Contróy. Neith se acomodaba, cruzaba sus preciosas patas morenas y disfrutaba del vino pedido por Mat, al igual que hacía su compañero. - La botella cuesta cerca de trescientos billetes. - Comentaba mientras tomaba dicha botella con mucha delicadeza para servirse otro trago. – Estás hablando con alguien de la realeza. - Las palabras de Mat podrían ser chocantes de no ser por que parecían haber sido mencionadas con un tono humorístico. Se remangaba una de sus mangas, colocando una de las bocas de la manga de su camisa interior blanca por encima, de este modo era posible ver un reloj bastante elegante, blanco, con ciertos reflejos brillantes. – Que te parece, has pasado de ser un premio a estar aquí, cenando con personas distinguidas, en un lugar importante, eso podría ser llamado suerte. - La elegante voz de Mat no escondía su de por si rudeza natural, aunque la maquillaba de una manera preciosa.

Una mujer de metro noventa, rubia, vestida como todos los camareros, esa mujer llevaba toda la mañana cegando a los nobles varones con una semidesnudez bastante llamativa. Parecía gustarse hasta que la morena Neith llegó. Habían pocas mujeres. Se coloca al lado de Mat, llegando a chocar con su cadera el brazo izquierdo del pirata, algo anecdótico. Deja los platos, los reparte y se va. Antes de irse deja una mirada rabiosa hacia la acompañante de Kazama y Matheo. – Llamas la atención de los caballeros, no se que ven en ti. - Decía hacia Neith, mientras acompañaba el trasero de la rubia con su mirada, dándole un plácido adiós. - ¿Qué hacías en aquella taberna? Puede ser una pregunta algo presuntuosa, pero… No lo es, eres mi esclava, ¿desde cuándo hay una forma correcta de tratar a los esclavos? - Bromeaba, aunque la fémina entendía que había parte de verdad en aquello. – Me pregunto que se te pasará por la cabeza, que maquiavélica forma de escapar estas pensando. - Suelta una pequeña carcajada. - Los humanos sois tan graciosos. – Sentencia. Por alguna razón en Mat picaba mucho a la mujer que "salvó"/ raptó del acontecimiento con los marines. Era una relación extraña la que tenía el con ella, que no al revés o sí, quién sabe.

por Invitado Dom Ene 15, 2017 12:32 pm

Neith estaba a gusto, lo estaba pasando bien en aquel lugar rodeado de gente rica y comida lujosa, aunque la compañía no era la mejor, por lo menos agradecía tener alguna conversación entretenida y sin silencios incómodos. Terminó su copa de vino y se dispuso a llenarla de nuevo de esa botella tan cara. La verdad es que entre que aguantaba bien el alcohol, que le gustaba, y que ahí podrían disfrutar cuánto quisieran, todo formaba un conjunto perfecto. Aprovecharía hasta el último trago que pudiera tomar. Escuchaba las palabras de Mat, mientras acariciaba con una mano su pelo. - Nunca he sido un premio. - Sentenció con una sonrisa, de esas sonrisas afiladas que se te clavan en los ojos. - Y esto está bien, pero en un rato, tanta gente pretenciosa en el mismo sitio acabará siendo un agobio más que una suerte. - Dijo para después dar un trago a su copa.

¿Cómo había llegado hasta allí? Hace relativamente poco, estaba en una taberna, tomándose una cerveza y relajándose después de un día estresante, y así como así, se encontraba rodeada de gente rica y lujosa, acompañada de unos patanes piratas. Eso sin mencionar lo de que estaba "secuestrada" por el pirata, de los dos, más peligroso, o al menos es lo que aparentaba ser. La verdad es que parecía una encerrona, más bien, parecía una cámara oculta. ¿Dónde está la cámara, va? Neith no había intentado escaparse, la verdad es que ni si quiera entendía porqué la querían con ella, pero temía que si intentaba irse, todo lo que hasta el momento había sido un trato digamos "normal" se volviera en amenazas y un trato mucho más hostil. Así que decidió seguir con ellos, por lo menos de momento, hasta ver qué rayos se le pasaba por la cabeza al moreno.

Una camarera rubia, con unas curvas despampanantes se acerca a su mesa, y con cierto desprecio le sirve el plato a la morena, acabando con una mirada de odio y todo. La mirada de Neith se giró, mirando cómo ésta se iba alejando. Luego se volvió al pirata. No comprendía ese trato hacia ella. Cualquiera habría dicho envidia, o celos, pero, ¿de qué? La verdad es que Neith nunca había sentido esa envidia hacia ninguna de su mismo sexo y lo entendía como algo estúpido. La pirata sonríe ante las palabras de Mat. - Se te da mal mentir. - Daba un trago a su copa. - Solo estaba disfrutando de una cerveza, hasta que tú decidiste estropear mi pequeño momento de relax, gracias por cierto. - Sonrió y de nuevo bebió vino hasta que acabó su copa. - A lo mejor no pretendo escapar, sino matarte mientras duermes y llevarme tu parte del botín. - Le miraba fijamente a los ojos, hablando con seriedad. - Supongo que tendrás que esperar para averiguarlo, pero yo que tú tendría cuidado. No soy una humana cualquiera. - Al cabo de un par de segundos largos, volvió a sonreír para romper con la seriedad anterior. - Ah, sí, ¿y esa indiferencia a los humanos? ¿Qué eres tú, un angelito? - Soltó una pequeña risita. - Te pega más lo de demonio. ¿Dónde tienes escondidos los cuernos? - Dijo, divertida, la verdad es que se lo estaba pasando bien, y la compañía de Mat cada vez le gustaba más. Aunque fuera un auténtico incordio, sentía que era la típica clase de persona que solo pone ese tupido velo por delante pero en realidad no es tan como aparenta ser. ¿O sí lo era? Aún se lo estaba cuestionando. La mujer llenó su copa y también la de su acompañante, que justo acababa de quedarse vacía. El halcón en su hombro derecho, el más alejado a Mat, se mantenía recto como una estatua, majestuoso y presumido, un poco como su compañera, que todas las poses que adoptaban dejaban ver sus rasgos y atributos más hermosos.

por Invitado Dom Ene 15, 2017 6:38 pm

Tras llegar a la isla Restaurante llamada Baratie, antes de entrar al propio restaurante, Mat y la chica que para Kazama tenía un nombre extraño y no le tenía mucha confianza, y menos si había pasado de él ante una simple pregunta. Viendo la actitud tan directa que tuvieron para comer o tomarse algo, Kazama les acompañó llegándose casi a sentarse en la mesa ~ Voy al baño ~ Y más o menos así fue, se fue al baño, pero en primer lugar buscó a un camarero para preguntárselo, uno que estaba algo alejado. Se tomó su tiempo y fue tranquilamente observando el grandísimo salón en el que estaban, bueno, uno de tantos. Todo muy decorado y todo tipo de gente. Kazama observaba a todos y todo lo que hacían, o eso trataba de hacer. La inmensa mayoría venía con una simple chaqueta, la mayoría americanas y por la ocasión todos vestían de largo, alguno iba diferente, siempre había alguno con mal gusto. Kazama, que iba vestido igual que Mat, pero vestía colores de un tono azul marino y camiseta negra. Caminaba aún hacia el baño, pues estaba más lejos de lo que pensaba, seguía observando y observando. Oía conversaciones y había de todo, apuestas, robos a otros, estafas, nada del otro mundo para cualquier pirata, pero para el inocente de Kazama era nuevo, se estaba enterando de muchas cosas. Por la manera de actuar que tenían esos nobles, se notaba que eran muy confiados, que se creían más, pues a los camareros no es que les tratasen muy bien, había otros que sí, siempre hay gente que se salva.

~ Si que está lejos el baño, un poco más y me meo encima ~ Llegaba con un ligero trote para cambiarle el agua al canario. Una vez echo, se limpió las manos y salió del baño para volver a la mesa. Desde ese punto de vista, vio un acceso a unas escaleras que había, no sabía a donde iba aquello, pero al menos sabía que ahí habían escaleras. Volviendo, escuchó una conversación sobre la zona donde se iba a celebrar el evento especial y cuando iba a empezar. Quedaban unas 4 horas para entonces, también con conversaciones sueltas que fue escuchando a lo largo de su viaje al baño, lo relacionó con un espectáculo, no sabía de que, sólo el nombre de quien iba a ser quien los entretuviera. Relacionando todo aquello, pensó en la posibilidad de que fuese él, el centro de atención y no sólo eso, sino en aprovecharse de la situación antes de que todo el mundo entre en la sala donde se realizará el evento.

Kazama tardó poco más de 10 minutos, pues a parte de estar lejos, se entretuvo mirando algún adorno escuchando las conversaciones ~ Perdonad la tardanza ~ Tomó asiento ~ Joder... ~ Pues él no había pedido nada ni ellos lo habían echo para él, aunque sólo iba a ser un acto para disimular. Se volvió a levantar y se dirigió al camarero que estaba a unos 8 metros que se estaba a punto de marchar ~ Perdona, tráigame una botella de agua por favor, a aquella mesa ~ Terminó señalando y el camarero asintiendo con la cabeza, y así, Kazama volvía a la mesa sentándose y mirando a Mat que parecía algo feliz al estar con esa tía que sacó del baño ~ Mat ~ Miró alrededor y con un tono normal y sin alguna expresión, cómo si le contase cualquier cosa, le iba a decir todo lo que había escuchado y demás ~ Tenemos unas 4 horas para arreglar y preparar todo lo que haga falta para "eso", pensaba que íbamos a tener más tiempo ~ Seguía mirando sólo por si acaso a sus alrededores simplemente con una mirada rápida ~ Tómate lo que te tengas que tomar, pero hay que empezar a inspeccionar todo esto, hay un evento con un artista principal, pienso suplantarlo, para entonces podríamos... ~ Por momentos todos parecían callarse, por suerte fue simplemente el típico silencio de comedor, pero al rato se seguían oyendo murmullos, momento para continuar ~ Bueno, es una idea que se me ha ocurrido al escuchar conversaciones y tal. Podrías robar más bien tú, el botín del local mientras los entretengo, estarán muy distraídos con ese hombre, el artista y tu tendrías la capacidad su suficiente para llegar hasta ello, pero claro, hay que encontrarlo. Y en cuanto robar a estos... Como no seamos nosotros quienes les cobre la comida, no se me ocurre nada más ~

Esas fueron sus últimas palabras, esperando una respuesta de Mat, algo nervioso por saber cual era su opinión al respecto de todo ello, pues lo consideraba a alguien muy fuerte y sólo por ello lo respetaba, sólo por matar personas, que ya ves tú, pero bueno. Sólo esperaba que no hiciese muchas preguntas por lo de suplantar al artista, o relacionado con lo que iba a hacer para entretenerles, pues no quería mentirle en cuanto a lo de su poder de la akuma no mi, la sakkaku sakkaku, la fruta que te permitía meter a seres sumidos en una ilusión aparentemente real.

por Invitado Mar Ene 17, 2017 4:34 pm

-Si algún día logras verme desnudo puede que entiendas por qué me siento superior a los humanos. - Respondía con una sonrisa. – Aunque no creo que tengas el gusto. - Como no, tenía que dar su cal por su arena. La relación que mantenía con aquella mujer le era placentera y no físicamente, sino de una manera diferente, Mat no se había parado a meditar esto, todavía, pero lo haría, por ahora este tonteo repleto de desprecios eran… ¿Naturales? Como si no era posible llevar un tipo de conversaciones tan agresivas, la única vara de medir que da la naturaleza es la naturalidad, cuando no se es natural es cuando empiezan los problemas. Kazama llega del baño antes de que la charla entre Mat y la morena siga subiendo el ambiente. Dice que escuchó conversaciones, que tiene un magnifico plan y que la mejor manera de actuar es que Mat robe el botín. Todo sería tan fácil si pudiese usar sus poderes, prácticamente todo acabaría en un momento gracias a la arena, pero no, debían hacerlo bien, como unos humanos.

Lentamente el pirata se levanta, toma la corbata con su diestra para colocársela bien y mira hacia Neith. - Nos vamos a trabajar. – Suspira, esta vez girando el rostro hacia Kazama. - Seguiremos tu plan, pero si algo sale mal resolveré esto a mi manera. – Matheo tomó del ante brazo a Neith levantándola del asiento. Ambos tomarían camino hacia una de las mesas principales. Pasaron efectivamente por el centro de la sala para alcanzar finalmente el ala sur del barco, entraron en una puerta, quedándose ambos en una especie de cruce donde se hallaban un total de cinco portones completamente de oro. – Aquí nos separamos, tenemos que buscar por separado, intenta mirar bajo alfombras o detrás de los cuadros, en fin, te puedes imaginar donde puede haber una caja de seguridad. -

por Invitado Jue Ene 19, 2017 6:47 pm

~ Por cierto, antes de separarnos ~ Pasé cerca de él quedando más o menos a hombro con hombro ~ Pregunta por el baño, verás unas escaleras, todo lo de arriba es tuyo, yo trataré de robar a todos los nobles que están comiendo ahora mismo cuando vayan pidiendo la cuenta ~ Hablaba por lo bajo, observando un vaso que había cogido de la mesa a ver si estaba sucio para disimular. Kazama le dejaba ese cargo a él a propósito, sabiendo que está algo más curtido en esto, de modo que le dejó el encargo de buscar el motín acumulado, aunque Kazama también buscaría, para hacer tiempo, puesto que es sólo el amplio salón y no dos pisos como iba a investigar el loco de Contróy, aunque esta información la desconocían ambos, además de que el siguiente piso es la cocina y el último la residencia de los chefs.

~ Ah, una última cosa, si ves al artista ese o lo que sea, no debe aparecer en escena y consígueme su ropa, quizá esté arriba, sino ya llegará ~

Una vez que se hayan separado, el joven peliblanco se dedicaría a echarle un ojo más detallado al local, pero en primer lugar, debería conseguir un traje idéntico al de quienes sirven la comida, o sea, los camareros, pero que a su vez eran chefs, los mismos preparan los platos y los sirven. Eso suponía una putada, porque era demasiado pronto para pedir la cuenta, siendo la única forma de robar que había pensado Kazama, pero engordando los precios una barbaridad, tampoco se darían cuenta de ello, pues eran muy glotones la mayoría, así que para entonces ya actuaría, pero lo primera era marear a un chef y conseguir su traje. Se fue directo al camarero que tenía más cerca ~ Perdona, ¿Podría enseñarme el baño? ~ El camarero no quería acompañarle ~ Sigue todo recto, lo verás en la pared, no tiene pérdida ~ Kazama se disgustaba, aunque ya lo tenía bajo su ilusión ~ Es que llevando un helado se me ha caído un helado y eso derrapa mucho, podríais caeros, yo podría limpiarlo ~ En seguida, el sentido del buen chef para hacer llegar su plato a la mesa ~ No, no, no te preocupes lo haré yo ~ Pero Kazama lo iba a seguir, sólo que en la ilusión simplemente hizo como que se sentaba en su sillón, pero en realidad lo seguía a 5 metros, disimulando observando los cuadros y las alfombras dónde podría estar el motín del baratie entero y acumulado.

Fue así hasta que le acompañó a por el cubo y fregona y finalmente hasta el baño. Evidentemente, en la realidad no había ningún helado, pero bajo la ilusión, si que se lo encontraría. Y una vez dentro limpiando, olería un olor idéntico al cloroformo, provocando en su cerebro el mismo efecto, llevándole a estar inconsciente y desnudándolo y dejándolo en bolas, tirándolo por una ventana del baño dejándolo en la cubierta de la parte de atrás y de fuera, dónde se despertaría al rato, suficiente rato cómo para que Kazama podría haber vuelto y haberle devuelto la ropa, o no, pero quería confiar en que sí.

por Invitado Lun Ene 23, 2017 9:56 am

¿Cómo? Ni idea, pero le estaba dando un ataque digestivo muy intenso, aun así Mat logró rebuscar por todas las puertas, todos los cajones, en todas putas partes hasta encontrar lo que quería.

Tomó aquel cofre repleto de dinero y salió hacia el exterior del barco. Los ventanales eran gigantescos, desde ahí se podía ver el comedor principal donde estaba Kazama, desde allí Mat le daría el aviso mostrándole el cofre, era hora de terminar. Ahora el problema era encontrar un lugar en el que depositar su mierda, literalmente.

Se quitó los pantalones y en su forma de logia empezó a expulsar arena, pero una arena extraña, como liquida, ¿nunca habías visto cagar a un logia? Pues aquí lo cagaban, lo hacían fuerte, líquido y con sabor a fresas del bosque.

Había una pequeña barca en la que saltaría para después marcharse con el botín. Seguro que Kazama le alcanzaría tras terminar con lo que tuviera que terminar, que chico más intrépido. Je je je.

por Invitado Mar Ene 24, 2017 7:39 pm

Recién había cogido el traje de un camarero el joven peliblanco, trapicheando con sus ilusiones. Pues de este modo, poco a poco iría recaudando el dinero de la cuenta de cada una de las mesas. Tratando de ausentar a los camareros que bajaban, que eran los propios chefs, un problema que iba a ver, fallo... Pues no dudó en subir al piso de la cocina para que todos le vean el rostro caminando cerca de los otros trabajadores y dándoles ánimos. Después de haber echo esto, sólo quedaban los de abajo, hizo lo mismo, todo ello para meterles en la ilusión y decirle a los demás que él se encargaban, que descansen.

Con todo el salón para él, pretendía cobrar todo el coste del precio de pasar ese día de evento. Algunos se cuestionaban las cosas, pero Kazama mantenía un argumento basado en la prudencia de los impagos, pero que estarían invitados a barra libre. Trató de ir lo más rápido posible, cobrando una cantidad del 300% sobre el precio real de todo, ya que se informó bastante y después de todo no era barato, había infinidad de gente.

Ya estaba todo listo, Kazama había almacenado todo en una bolsa de patatas de 8 kilogramos y evidentemente podría trasladarlo sin ser visto. Pues aunque realmente pasase frente a ellos, todos, estaban en la ilusión del peliblanco. Y finalmente, su conocido y cooperador Math lograba el botín antes de lo previsto. Se sorprendió. Lo veía volando lanzando cosas por raras transformado en arena, curioso poder. Se reunió con él y se fueron en barca. A la hora, Kazama dio en el clavo ~ Eh, tu esclava... ¿Qué pasa con ella? ~ Decía sonriendo

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