[Pasado] Nunca es muy temprano ni muy tarde para un whisky y un cigarrillo

Luego de salir a la mar desde la isla central de Marineford, había sido asignado a los mares inferiores, ahora aquel buque en el que me había enrolado se disponía navegar sin contratiempos por las aguas marinas para arribar a puerto a la turística ciudad de Loguetown, una isla con un poco de fama de ser un crisol desde donde los piratas podían intentar iniciar sus viajes, claro siempre frenados por la marina o bien por otros piratas,
el chiste era que estos mares del Este eran los más indicados según la marina para que cualquier novato iniciara su camino al servicio de la justicia, de cualquier forma estaba solo por mis objetivos, la justicia no era mi principal meta, pero de todas maneras quería ascender lo más pronto posible, así encontrar qué había ocurrido con mi hermana sería más fácil y luego un buen retiro con un montón de dinero estaba allí esperando para mí.

El buque en el que nos encontrábamos era uno como cualquier otro de la marina, lleno de tantos reclutas como habían podido congregar unas horas antes y con distintas misiones pre asignadas dependiendo de su edad, sus exámenes de actitud y demás valores que poco importaban para estos momentos, pero eso sí, destacaba por entre todos los presentes por el simple y sencillo hecho de que era mayor a ellos, todos aquellos jóvenes promesas de la marina no superaban los 25 años y yo, bueno yo ya había recorrido más el mundo que ellos y sabía perfectamente de que iba todo, tenía mis buenos ayeres a cuestas todo ello era lo que me daba un aire de superioridad ante ellos, eso y claro la manera de hablar que había por desgracia y beneficio aprendido de mi padre, algo con fuerza, algo con desdén justo como hablan algunos capitanes de la marina a los nuevos a quienes tachan de inútiles, aunque muchos de ellos sean diez o más veces mejores que los viejos -Oigan ustedes, deberían de estar atentos, no soy yo quien deba decirlo, pero los de arriba los observan y anoto sus acciones, así que una buena actitud y todos se suma a su historial, algo malo.... y bueno ustedes entienden- dije a los novatos que escuchaban y que tragaban saliva ante mis comentarios, aquellos habían mordido el anzuelo, yo era un "recluta" enviado por los de arriba para vigilarlos, por lo que debían demostrar su espíritu y ser lo mejor y todo eso con lo que las madres alimentan las ilusiones de sus hijos en estos días.

Luego de aquello y una travesía de un par de días en la mar desembarcamos en lo que parecía ser la isla que teníamos asignados, no eramos los únicos que llegábamos a la isla pero si los primeros, por lo que recién salimos a las primeras horas de la mañana, empezamos a ver cómo nos organizaríamos en las patrullas y las zonas designadas, por lo que avanzamos a nuestro lugar y mirando a todas direcciones miré una taberna "El marinero feliz" un nombre bastante curioso para un antro de mala muerte, como fuera un buen whisky era lo que necesitaba ahora mismo mi garganta, con voz profunda hablé con los otros diciendo -Tengo otra misión que realizar e iré por información ustedes serán mi cubierta, por lo que necesito que todos digan que en todo momento estuve con ustedes y empiecen con las rondas en la zona, el grupo de relevo llegara en la noche- dije mientras entraba a aquel lugar, acostumbrando mi visión a la poca luz para acercarme a la barra de aquel lugar, sacar un cigarro y encenderlo mientras el tabernero se daba cuenta de mi presencia aun con lo poco que llevaba del uniforme, la camisa blanca solamente con el símbolo de la marina, aquello muchas veces era como una placa para mostrar y obtener descuentos y bebidas gratis.