[FIC] En los sótanos se entrenan a los perros

La infancia de aquellos que el Gobierno considera útiles nunca es lo que una persona normal tendría, ni para las personas más salvajes como lo era el joven Gordon, con apenas menos de diez años o al menos eso pensaban ya que su falta completa de lenguaje entendible dificultaba el saber su edad o su nombre, el pequeño caníbal había sido tomado de su isla, luego de unos incidentes clasificados con su tribu y un grupo de agentes del gobierno.

El agente que había tomado a Gordon luego de los incidentes en su natal isla, era solamente mencionado como Agente Smith, nadie siquiera sabía si era el nombre real de aquel humano de traje siempre arreglado, peinado común y lentes oscuros, todo un misterio sin duda el hecho de porqué había tomado como "mascota" al niño, pero algo era fácil de saber, no era por cariño, había visto potencial, había visto de lo que la tribu del clan del oso de la isla Kumatel -Bien idiota, es hora de sacar tu potencial o matarte como debí hacer- dijo el hombre pateando mi joven estomago contra la pared de mi celda, un sótano en alguna parte de la isla, eso supe después, en aquellos momentos solo tenía un pensamiento en mi mente: hambre.

No entendía realmente qué era lo que estaba pasando o porque estaba siendo mantenido en esa sala pequeña y oscura llena de barrotes de algo duro y frío que no podía comer, es más nada en ese lugar era algo que pudiera comer, tenía hambre -Grarrareearq- balbuseaba cuando aquel hombre de negro se me acercó, al parecer era mi alimento por lo que antes de que dijera más o se fuera me arrojé contra él para comerlo, el hambre no dejaba que más pudiera hacer que actuar como un animal contra mi presa.

Aquel hombre no se inmuto ni siquiera se puso en una posición de ataque o de miedo ante mi lanzamiento, era como si aceptara que sería engullido por mi,  eso era lo que yo esperaba, más no contaba con que cuando mi cuerpo llegó al lugar no había nadie y caí sobre mi cuerpo en la dura piedra -Idiota, si quieres comer tienes que aprender primero a controlar tu propio cuerpo dijo mientras yo tirado me pateaba con una fuerza anormal y me estrellaba contra la pared, la comida sería más dificl de conseguir de lo que esperaba.

Me incorporé de la piedra como pude y mire de nuevo a aquel hombre quien ahora al parecer sacaba algo de entre sus ropas lo que parecía ser un pedazo de pollo y comenzaba a comerlo, aquello se veía excepcionalmente delicioso, por lo que sin volver a pensar me arrojé corriendo en mis cuatro miembros buscando morder aquella comida que el hombre engullía, quien de nueva cuenta y sin mucho trabajo me esquivó pero ahora no era a un lado como había hecho antes, ahora estaba en el cielo de aquella habitación de piedra, era como si caminara por el cielo -Eres mas patético de lo que pensé- dijo sin que las palabras tuvieran un significado para mi, el idioma que hablaba era diferente al que mi gente usaba, pero algo estaba bastante claro el tono en el que lo hacía era más que suficiente se burlaba de mi como guerrero y eso no podía dejarlo así, grité de desesperación y comencé a intentar escalar las paredes para llegar donde estaba aquel hombre que al ver mi intentó movió su pierna en mi dirección y algo cortó mi piel y caí de nuevo al suelo, como si fuera un corte mi espalda ahora sangraba.

Aquello no podía detenerme, mi hambre, me estaba matando el hambre, no había comido bien desde que hubiera sido capturado por aquel hombre, tenía que comerlo, tenía que comer algo o simplemente moriría allí sin más, pero no podía hacer nada mi cuerpo estaba débil, y ahora estaba herido, era como las bestias que en ocasiones comíamos, débiles y sin alma -Vamos pedazo de basura, será mejor que me quites esto o morirás de hambre y habré desperdiciado mi tiempo- volvió a decir sin que entendiera, pero parecía que seguía retándome

Me levanté como pude de nuevo ahora mi sangre llenaba el lugar, sin mucha fuerza empece a arrastrarme para llegar a donde estaba aquel hombre -Bien, arrástrate, eres un animal, eres mi mascota- dijo el hombre trajeado mientras yo me impulsaba con los brazos para llegar a donde se encontraba, tenía hambre, necesitaba comer algo o simplemente moriría sin importar qué tenía que comer, al llegar a sus pies me rendí mi cuerpo no daba para más, no podía mantenerme en movimiento y estaba tan cerca que parecía que podía oler la comida, levanté un poco la cabeza para mirarle mientras comía ese pedazo de pollo asado y dejaba caer un pedazo a mi cabeza, no desaproveché y lo comí, introduje con mi lengua,  algo que aquel hombre aprovechó para tomarla en sus manos y presionarla -Esta será tu marca-  dijo mientras calentaba su mano y con sus dedos tocaba mi lengua algo me hacía quemaba y mi cuerpo reaccionaba y se movía intentaba golpearle o frenarle pero era imposible.

Mi cuerpo cayó inerte mientras mis ojos se entrecerraban lo miraba caminar para salir de aquella prisión y arrojar tras de sí un pedazo de hueso -Mañana seguiremos, tienes que aprender a que tu cuerpo sea un arma eficiente- dijo saliendo de aquel lugar y apagando la luz de nueva cuenta, dejando mi cuerpo lleno de heridas, sangre y hambre, el hambre que no se iba. El tiempo no sabía realmente si iban un día, un mes, un año o cuanto mi cuerpo apenas y se podía mover luego de todo el castigo de aquel hombre, como pude logré despertar en la oscuridad y empezar a arrastrarme a buscar los huesos que había dejado para mí, los tomé en las manos y comencé a morderlos lamerlos, intentar comer algo más de carne de los mismos, no era mucho pero mi estomago al menos ahora tenía algo